Revista Go Fasgo Abril 2021
Revista Go Fasgo Abril 2021
Revista Go Fasgo Abril 2021
Contenidos
Volumen 20 | Nº 1 – Abril de 2021
Página 7 Editorial. La Educación Médica en Tiempos de Crisis
Dra. Claudia Travella
Página 9 Autoridades
Trabajos Científicos
Página 13 Detección de Ganglio Centinela en mujeres con cáncer de cuello y cuerpo
uterino.
Nigra M, Esteban A, Goldsman M, Ferreyra H, Lucchini M
Sanatorio Allende, Córdoba.
Página 22 Calidad de Sueño y Depresión en la Postmenopausia.
Dra. Susana Pilnik, Dra. María Alejandra Belardo, Dra. Agustina
Starvaggi, Dra Rocio Glassman, Dra Aura Gonzalez Yamil
Hospital Italiano de Buenos Aires
Página 30 Lesiones Intraepiteliales del Cuello Uterino. Seguimiento durante 20 Años
de Pacientes Tratadas con Radiofrecuencia
Toziano M, Castaño R, Lewin A, González Pereira S, Bianchi F, Ramilo T.
Página 51 Hirsutismo: diagnósticos diferenciales y tratamiento.
Dra. Alejandra Julia Giurgiovich
Página 71 Fases de Investigación Clínica
Dr. Mariano Grilli.
FASGO • Av. Córdoba 1646 5º piso, Of. 201 • (C1055AAT) • C.A.B.A. • Tel: (+54-11) 4812-8800/3656
fasgo@fasgo.org.ar / secretariacientifica@fasgo.org.ar
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Editorial
La pandemia de COVID-19 dejó a muchos estudiantes, residentes y becarios con una brecha,
grieta indefinida en su formación práctica, propensos al deterioro de sus destrezas manuales y
quirúrgicas.
En la docencia y en el contexto de la pandemia con la suspensión de la presencialidad y el
cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que cada uno procuró sobrellevar,
algunos poniendo esfuerzo, creatividad y mucha entereza, aplicando protocolos que han ayudado
a disminuir la exposición a la infección. Se nos plantearon límites y dificultades en un terreno por
momentos ignoto e inesperado, exigiéndonos a desentrañar nuevas respuestas a todas las
incógnitas planteadas.
Nosotros los que desarrollamos docencia médica, recurrimos a recursos, para algunos tal vez
desconocidos, que nos permitieron continuar con el proceso de formación y progresivamente nos
fuimos apropiando de diversas tecnologías, proponiéndonos mejorar nuestras competencias en la
producción de recursos educativos. Por lo tanto, en la formación académica de grado y posgrado
debieron ser incluidas nuevas propuestas pedagógicas, por ejemplo, el uso de tecnologías de la
información y comunicación (TIC) para mejorar calidad de los procesos de enseñanza y
aprendizaje en entornos virtuales.
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Muchas situaciones se pusieron en evidencia en este escenario que nos toca vivir, entre ellas la
desigualdad en el acceso a la educación y al capital cultural, agudizada por la pandemia, que nos
obliga a seguir buscando nuevas estrategias para dar respuesta a esta carencia. Por otro lado, se
observa una postura rígida en la educación, una relativa resistencia al cambio, una cierta lentitud
en el desarrollo de las políticas educativas para dar respuesta a las diferentes contingencias y tal
vez serias dificultades de los docentes para adaptarse a nuevas situaciones.
Después de transcurrido más de un año de esta pandemia pudimos demostrar en docencia una
rápida adaptación a nuevas condiciones.
Seria loable que seamos capaces de aprender de esta situación, pudiéndonos apropiar de nuevas
herramientas, cambiado las lógicas en su uso para mejorar nuestras prácticas ampliando así las
fronteras de formación de nuestros médicos y de los futuros especialistas.
Deberemos dirigir nuestra educación a formar profesionales que sean capaces de utilizar la
evidencia científica, adecuándola a su marco sociocultural, siendo capaces de un aprendizaje
continuado e impulsando cambios en los servicios de salud.
Y que para cuando que pase esta crisis sanitaria, no solo nos quede una sensación de pérdida,
sino de una nueva oportunidad de crecer. Debemos tomar una posición firme frente a esta
situación y fortalecernos. Sin duda la educación médica deberá generar una gran transformación
adoptando nuevos métodos y herramientas tecnológicas que permitirán desarrollar modelos
pedagógicos que busquen adquirir competencias clínicas y quirúrgicas específicas en los
estudiantes y profesionales en formación, en lugar de los métodos tradicionales que se basan en
el aprendizaje producto de contenidos predominantemente teóricos y de un mayor tiempo de
exposición a los escenarios clínicos.
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REVISTA FASGO
Director: Dr. Bernardo Kupferberg Secretario de Redacción: Dr. Pablo Sayago
TRIBUNAL DE HONOR
Presidente: Prof. Dr. Luis Augé Vocales: Prof. Dr. Carlos Lopez
Prof. Dra. Sofía Amenabar
Vicepresidente: Prof. Dr. Héctor Bolatti Prof. Dr. Samuel Seiref
Secretario General: Prof. Dra. Alejandra Elizalde Prof. Dr. Néstor Garello
Cremonte Prof Dr. Edgar Zanuttini
Prof. Dr. Raúl Winograd
Prosecretario: Prof. Dr. Orlando Forestieri
Coordinador General de Evaluaciones de
Secretario de Actas: Prof. Dr. Luis Flores Residencias:
Dr. Martín Etchegaray (UBA)
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ESTRUCTURA ORGANIZATIVA FASGO
Director: Prof. Dr. Samuel Seiref Director Honorario: Dr. Antonio Lorusso
Ginecología: Dr. Sebastián Gogorza Ginecología: Dr. Diego Habich - Dr. Constantino
Mattar - Dr. Mariano Toziano- Dr.
Obstetricia: Dra. Liliana Votto
Adriana Diaz Montivero
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Detección de Ganglio Centinela en mujeres con
cáncer de cuello y cuerpo uterino.
Autores:
Nigra M , Esteban A , Goldsman M , Ferreyra H , Lucchini M2
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Resumen
Introducción. La biopsia del ganglio centinela es una alternativa para la estadificación
ganglionar en el cáncer de cuerpo y cuello uterino que mejora la capacidad para detectar la
enfermedad metastásica ganglionar de bajo volumen, minimizando los riesgos y
complicaciones de la linfadenectomía.
Conclusion: la realización del ganglio centinela con azul patente es una técnica segura y
eficaz para la detección de metástasis en pacientes con cáncer de cuello o cuerpo uterino y
con menor tasa de complicaciones que la linfadenectomía pélvica.
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Introducción
El estado de la enfermedad de los ganglios linfáticos regionales es uno de los factores
pronósticos más importantes en todos los tumores sólidos y con frecuencia genera
recomendaciones para la quimioterapia y radioterapia adyuvantes después de la resección
quirúrgica1–3.
El uso de la técnica del ganglio linfático centinela más la ultra estadificación podría
potencialmente maximizar la identificación de los ganglios positivos, al tiempo que minimiza
los riesgos conocidos de la linfadenectomía, incluidos los tiempos quirúrgicos más
prolongados, las lesiones intraoperatorias, la pérdida de sangre y el edema linfático4,5.
Existe evidencia creciente que respalda el papel del ganglio centinela en el cáncer de
endometrio. Los estudios publicados han descrito tasas de detección de ganglio centinela tan
altas como del 85% al 100%, con tasas de detección bilateral del 60% al 97%6-11. Memorial
Sloan Kettering desarrolló un algoritmo de ganglio centinela que incluye realizar una
linfadenectomía pélvica del lado en que no se detecta el ganglio centinela12. La
implementación retrospectiva de este algoritmo resultó en una disminución significativa en su
tasa de falsos negativos del 15% al 2% en mujeres con cáncer de endometrio de bajo riesgo.
Sobre la base de este y otros estudios, el mapeo del ganglio centinela ha sido reconocido
como una opción para la evaluación ganglionar en las guías de National Comprehensive
Cancer Network (NCCN) para el cáncer de endometrio en 201413.
Material y Métodos
Se realizó un trabajo retrospectivo observacional en el Sanatorio Allende de Nueva Córdoba
desde enero 2018 a mayo 2019, en pacientes con diagnóstico de cáncer de cuello y cuerpo
uterino que fueron intervenidas en esta institución.
Para la marcación y detección del ganglio centinela se utilizó, azul patente al 1% como única
técnica. Se colocó el colorante a nivel cervical en hora 3 y 9, 1 ml superficial y 1 ml
profundo. Se realizó la resección del ganglio centinela y posteriormente linfadenectomía
pélvica en todas las pacientes. En aquellos casos en donde no se detectó el ganglio centinela,
se realizó linfadenectomía pélvica bilateral.
• Mayores de 18 años
• Diagnóstico de cáncer de cuello o cuerpo uterino cualquier histología.
• Estadio clínico o imagenológico I
• Cirugía con intención curativa
• Consentimiento informado
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Criterios de exclusión:
Se consideraron positivos en la patología final los ganglios linfáticos con células tumorales
macroscópicas, microscópicas y aisladas. Al definir un falso negativo, observamos tanto al
paciente (objetivo principal) como la técnica de hemi-pelvis. Un paciente fue considerado
como falso negativo si tenía biopsia de ganglio centinela bilaterales que fueron negativas y un
ganglio linfático no centinela que fue positivo. Cuando evaluamos la técnica con hemipelvis,
una hemipelvis se consideró un falso negativo si se realizó una biopsia de ganglio centinela
negativa y un ganglio linfático no centinela en el mismo lado de la pelvis que fue positivo.
En las pacientes con cáncer de cuello uterino se realizó un cono linfadenectomia por
videolaparoscopia, 3 traquelectomias radicales por videolaparoscopia, 5 histerectomías
radicales por videolaparoscopia y 4 histerectomías radicales abiertas. (Tabla 2)
Se encontraron y extrajeron 61 ganglios centinelas marcados con azul patente de los cuales
60 fueron confirmados como ganglios linfáticos en la biopsia diferida.
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La tasa de detección global fue de 91,6% (22/24). La tasa de detección del ganglio centinela
bilateral fue de 79% (19/24). En algunos pacientes solo se observó la marcación en una de las
hemipelvis, por lo que la tasa de detección en hemipelvis derecha fue de un 87% (21/24) y en
la hemipelvis izquierda 83% (20/24).
La media de ganglios resecados como ganglio centinela fue de 1.7 (rango 1-6) y la media de
ganglios resecados como linfadenectomía fue de 16 (rango 7-22). En 18 paciente el ganglio
centinela fue negativo coincidiendo con la linfadenectomía, 3 pacientes presentaron ganglio
centinela positivo coincidiendo con la linfadenectomía (1 ganglio en cada hemipelvis) y solo
en 1 paciente el ganglio centinela dio negativo, mientras que la linfadenectomía presento 2/6
ganglios positivos.
Las tablas 2 × 2 que evalúan la eficacia de la biopsia del ganglio centinela solo se muestran en
la Tabla 3. Al evaluar la técnica con pacientes, en 19 pacientes se detectó ≥ 1 ganglio
centinela. La sensibilidad para detectar un ganglio positivo en una paciente fue de 75%, tasa
de falsos negativos 5.5%, el valor predictivo negativo 94%. (Tabla 3A) Al evaluar la eficacia de
la biopsia de ganglio centinela por hemipelvis (Tabla 3B): la sensibilidad fue de 85%, tasa de
falsos negativos 2.6% y el valor predictivo negativo del 97%.
16
Tabla 1. Caracteristicas demograficas cancer endometrial
17
Tabla 3. Tasa de deteccion de ganglio centinela por pacientes (A) y por hemipelvis (B).
Discusión
La afectación de los ganglios linfáticos sigue siendo el factor pronóstico más importante para
las mujeres con neoplasia endometrial y cervical. Sin embargo, debido a que la enfermedad en
etapa temprana tiene un bajo riesgo de metástasis en los ganglios linfáticos, en las últimas
décadas, la técnica del ganglio centinela ha recibido mayor atención porque puede reducir
potencialmente la morbilidad asociada con la linfadenectomía pélvica y / o aórtica.
En nuestro estudio de validación de la tecnica del ganglio centinela en mujeres con cáncer de
cuello y cuerpo uterino, la biopsia del ganglio centinela identificó con precisión al 75% de los
pacientes con ganglios linfáticos positivos y al 85.7% considerando las hemipelvis. Estos
hallazgos apoyan el mapeo del ganglio centinela en el cáncer de cuello y cuerpo uterino y
18
validan el algoritmo de linfadenectomía específica de lado si no se identifica un ganglio
centinela.
Los estudios originales que evaluaron la biopsia de ganglio centinela para el cáncer de
endometrio incluyeron inyección del colorante en el fondo uterino y en el tumor por
histeroscopia19,20. La inyección de fondo se asoció con tasas de detección de alrededor del
45%20. Se han obtenido datos más prometedores de la inyección histeroscópica peri-tumoral;
sin embargo, la facilidad y la viabilidad de esta técnica ha limitado su adopción por muchos
centros, incluido el nuestro21. Con base en estos factores, decidimos usar una inyección
cervical de azul patente al 1%; 1ml tanto superficial como profundo en hora 3 y 9, como se
informo en los primeros estudios de ganglio centinela en el cáncer de endometrio22.
Nuestra tasa general de detección de ganglio centinela fue del 91,6%, con una tasa de
detección bilateral del 79%, la que fue superior a un metaanálisis reciente de Smith et al. que
informo una tasa de detección general del 81% y una tasa de detección bilateral del 50% al
compilar datos de 55 estudios publicados sobre la tecnica del ganglio centinela en cáncer de
endometrio23.
Como debilidad sabemos que este estudio se inició durante la curva de aprendizaje de la
tecnica de ganglio centinela para nuestra institución y esto probablemente tuvo un impacto en
nuestra tasa de deteccion. Si bien no hay datos publicados que analicen específicamente la
curva de aprendizaje para el ganglio centinela en el cáncer de endometrio, anticipamos que
con los avances en tecnología y más experiencia, las tasas de detección bilateral para todos
los cirujanos mejorarán.
En nuestra institución, solo contamos con la posibilidad de realizar la marcación del ganglio
centinela utilizando el azul patente por ahora. Los resultados fueron alentadores,
demostrando una alta tasa de detección 91,6% y de detección bilateral de un 79%. Por lo que
concluimos que la realización del ganglio centinela con azul patente es una técnica segura y
eficaz para la detección de metástasis en pacientes con cáncer de cuello o cuerpo uterino y
con menor tasa de complicaciones que la linfadenectomía pélvica.
19
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21
Calidad de Sueño y Depresión en la
Postmenopausia
Autores:
Dra. Susana Pilnik, Dra. María Alejandra Belardo,
Dra. Agustina Starvaggi, Dra Rocio Glassman, Dra Aura Gonzalez Yamil
Hospital Italiano de Buenos Aires
Resumen
Introducción
La relación de alteraciones del sueño con depresión ha sido reportada por varios autores. Sin
embargo, pocos estudios en Latinoamérica han evaluado la asociación entre alteraciones del
sueño, depresión y menopausia. Debido al impacto que tienen estas alteraciones en la salud y
siendo la menopausia una etapa de mayor riesgo, nos propusimos como objetivo evaluar la
calidad de sueño y la prevalencia de depresión en nuestra población de mujeres
postmenopáusicas.
Objetivos
Evaluar la calidad de sueño en mujeres postmenopáusicas. Determinar la prevalencia de
depresión en esta población y sus factores asociados.
Materiales y métodos
Estudio observacional, de corte transversal. Se incluyeron mujeres cuya fecha de última
menstruación (FUM) fue entre 1 y 10 años previos, que consultaron a la sección de Climaterio
de nuestro Hospital, durante un periodo de 19 meses. Se excluyeron las mujeres con
dificultades para comprender las escalas. La calidad de sueño se evaluó mediante el auto
llenado de las siguientes escalas: Indice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (PSQI),
Cuestionario de sueño de Oviedo (COS) y Escala de Somnolencia de Epworth (ESS). El estado
anímico se evaluó mediante el Inventario de Depresión de Beck. Los síntomas vasomotores
(sofocos) se evaluaron mediante el autollenado del diario de sofocos.
Resultados:
Se incluyeron un total de 179 mujeres postmenopáusicas con una edad media de 54 años
(±5).
La calidad de sueño evaluada por PSQI tuvo una media de 6.5 ± 1.3. El 46.7% (n = 84) de las
participantes obtuvieron un PSQI › 5, lo que sugiere alteración del sueño pasible de atención
médica. La puntuación global de COS fue 17.57± 7.38. El 100% informó insatisfacción con el
sueño. La puntuación media de ESS fue 6.12± 4.09, presentando un tercio de las participantes
somnoliencia diurna. El promedio de score de sofocos fue de 0,57 (calculado como el número
22
total de sofocos por semana sobre el número de días). La presencia de sofocos se asoció con
mala calidad de sueño y mayores puntuaciones de PSQI, con una diferencia estadísticamente
significativa (p = 0.0128).
La prevalencia de depresión fue del 38,67% (n = 70; IC 95% 31.5-46.2). El 64,3% (n = 45)
presentaban una depresión leve, el 27,1% (n = 19) moderada y el 8,6% (n = 6) severa. Las
mujeres con depresión tenían un mayor IMC (26,4 ± 4,5 kg/m2, 24,4 ± 3,8 kg/m2,
respectivamente, OR 1,1 IC 95%: 1.03-1.21), mayor prevalencia de tabaquismo (15 a 9%
respectivamente, OR 3.09, IC 95% 1.2-7.5), y menor tiempo de menopausia (3,9 años versus 5
años, respectivamente, OR 0.88, IC 95% 0.79-0.988) con mayor score de sofocos (1,2 versus 0,
respectivamente, OR 1.25, IC 95% 1.06- 1.473), siendo todas estas diferencias
estadísticamente significativas.
Conclusión
Como datos objetivos, cerca de la mitad de nuestra población de mujeres posmenopáusicas
presentan algún trastorno en la calidad de sueño, que es pasible de atención médica, teniendo
un tercio consecuencias diurnas (somnolencia). Como dato subjetivo, la totalidad de las
pacientes refieren insatisfacción del sueño. Si bien estos trastornos se relacionan
probablemente con múltiples factores, encontramos que la presencia de sofocos se asoció
con peor calidad de sueño. La depresión se asoció a múltiples factores, entre ellos a mayor
score de sofocos, obesidad y tabaquismo.
Abstract
Introduction
The relationship between sleep disturbances and depression has been reported by several
authors. However, there are few studies in Latin America that have evaluated the association
between sleep disturbances, depression, and menopause. Due to the impact that these
conditions have on health and since the menopause transition is a risk factor for these
symptoms, we chose to evaluate sleep quality and the prevalence of depression in
postmenopausal women.
Objective
The main objective was to assess the sleep quality in early postmenopausal women. We also
determined the prevalence of depression in this population and its associated factors.
Results
179 postmenopausal women with a mean age of 54 years (± 5) were included.
The sleep quality by PSQI was 6.5 ± 1.3, meaning 46.7% (n = 84) of the participants obtained a
PSQI ›5, which suggests bad sleep quality that requires medical attention. The COS Global
score was 17.57 ± 7.38. All the patients included reported dissatisfaction with sleep qualaity.
The mean ESS score was 6.12 ± 4.09, with one third of the patients presenting daytime
sleepiness. The mean score for hot flashes was 0.57. The presence of hot flashes was
associated with poor sleep quality and higher PSQI scores, with a statistically significant
difference (p = 0.0128). The prevalence of depression was 38.67% (n = 70; 95% CI 31.5-46.2).
In this sample, 64.3% (n = 45) had mild depression, 27.1% (n = 19) moderate, and 8.6% (n = 6)
severe. Women with depression had a higher BMI (26.4 ± 4.5 kg / m2, 24.4 ± 3.8 kg / m2,
respectively, OR 1.1 95% CI: 1.03-1.21), higher prevalence of smoking (15 to 9% respectively,
OR 3.09, 95% CI 1.2-7.5), and shorter time since menopause (3.9 years versus 5 years,
respectively, OR 0.88, 95% CI 0.79-0.988) with a higher hot flash score ( 1.2 versus 0,
respectively, OR 1.25, 95% CI 1.06-1.473), all these differences being statistically significant.
Conclusion
As objective data, about half of our postmenopausal women present some disorder in sleep
quality, which in some cases requires medical attention, and in one third of the cases had
daytime consequences. As a subjective data, all the patients present sleep dissatisfaction.
Although these disorders are probably related to multiple factors, we found that the presence
of hot flashes was associated with poorer sleep quality. Depression was associated with
multiple factors, including a higher score for hot flashes, obesity, and smoking.
Introducción
La mala calidad del sueño, que se caracteriza por despertares nocturnos y/o sueño no
reparador, suele comenzar en la transición a la menopausia y agravarse en la posmenopausia.
Por su parte, la depresión es la segunda causa de discapacidad en los países desarrollados.
La relación entre alteraciones del sueño y depresión ha sido reportada por varios autores. Las
mujeres sufren episodios de depresión más frecuentes y prolongados que los hombres,
existiendo una ventana de mayor vulnerabilidad durante la transición a la menopausia. Pocos
estudios en Latinoamérica han evaluado la asociación entre alteraciones del sueño, depresión
y menopausia. Debido al impacto que tienen estas alteraciones en la salud y siendo la
menopausia una etapa de mayor riesgo, nos propusimos como objetivos evaluar la calidad de
sueño y la prevalencia de depresión y su asociación con otros factores, en nuestra población
de mujeres postmenopáusicas.
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Objetivo
Evaluar la calidad de sueño en mujeres postmenopáusicas. Determinar la prevalencia de
depresión en esta población y su asociación con otros factores
Materiales y métodos
Estudio observacional, de corte transversal. Se incluyeron mujeres cuya fecha de última
menstruación (FUM) fue entre 1 y 10 años previos, que consultaron a la sección de Climaterio
del Hospital Italiano de Buenos Aires, durante un periodo de 19 meses. Se excluyeron las
mujeres con dificultades para comprender las escalas. La calidad de sueño se evaluó
mediante el auto llenado de las siguientes escalas: Indice de Calidad de Sueño de Pittsburgh
(PSQI), Cuestionario de sueño de Oviedo (COS) y Escala de Somnolencia de Epworth (ESS). El
estado de ánimo se evaluó mediante el autollenado del Inventario de Depresión de Beck. Los
síntomas vasomotores (sofocos) se evaluaron mediante el autollenado del diario de sofocos,
que evalúa el score total de sofocos (promedio de frecuencia de sofocos leves, moderados,
severos y nocturnos)
Resultados
Se incluyeron 179 mujeres postmenopáusicas con una edad media de 54 años (± 5). Las
características de la población estudiada se muestran en la Tabla 1. La p significativa fue ≤
0,05.
La evaluación de la calidad de sueño, evaluada por PSQI, dio una media de fue 6.5 ± 1.3. El
46.7% (n = 84) de las participantes obtuvieron un PSQI › 5, lo que sugiere alteración de sueño
pasible de atención médica. La puntuación global de COS fue 17.57± 7.38. Según este
cuestionario, el 100% informó insatisfacción con el sueño. La puntuación media de ESS fue
6.12± 4.09, presentando somnoliencia diurna un tercio de las pacientes. El promedio de score
de sofocos fue de 0,57 (calculado como el número total de sofocos por semana sobre el
número de días). La presencia de sofocos se asoció con mala calidad de sueño y mayores
puntuaciones de PSQI, con una diferencia estadísticamente significativa (p = 0.0128).
Respecto a la depresión, la prevalencia fue del 38,67% (n = 70; IC 95% 31.5-46.2). Según la
escala de depresión de Beck, el 64,3% (n = 45) presentaban una depresión leve, el 27,1% (n =
19) moderada y el 8,6% (n = 6) severa. Cuando comparamos a las mujeres con depresión vs el
grupo sin depresión, encontramos en el primero un mayor IMC (26,4 ± 4,5 kg/m2, 24,4 ±
3,8 kg/m2, respectivamente, OR 1,1 IC 95%: 1.03-1.21), mayor prevalencia de tabaquismo
(21,3%, 9% respectivamente, OR 3.09, IC 95% 1.2-7.5), menor tiempo de menopausia (3,9 años
versus 5 años, respectivamente, OR 0.88, IC 95% 0.79-0.988) y mayor score de sofocos (1,2
versus 0, respectivamente, OR 1.25, IC 95% 1.06- 1.473), siendo todas estas diferencias
estadísticamente significativas (Tabla 3).
25
Tabla 1: Datos de las características de la población estudiada
Edad 54,6±4,4
Peso 65,1±10,7
Talla 1,6±0,1
IMC 25,2±4
COS 17,57±7,38
ESS 6,12±4,09
26
IMC: Indice de Masa Corporal; PSQI: Indice de Calidad de Sueño de Pittsburgh; COS:
Cuestionario de sueño de Oviedo; ESS: Escala de Somnolencia de Epworth; HTA: Hipertension
arterial; THM: Terapia Hormonal de la Menopausia.
n % n % P
27
Tabla 3: Datos del Inventario de Depresión de Beck
n=109 n=70
Edad, media (DS) 54.8 (4.8) 52.8 (5) 0.919 (0.86-0.979) 0.0078
BMIm media (DS) 24.4 (3.8) 26.4 (4.5) 1.1 (1.03-1.21) 0.0023
Score sofoco 0 (0-2,4) 1.2 (0- 4.2) 1.25 (1.06- 1.473) 0.0058
Conclusión
Como datos objetivos, cerca de la mitad de nuestra población presenta un trastorno en la
calidad de sueño, que es pasible de atención médica, teniendo un tercio consecuencias
diurnas (somnolencia). Como dato subjetivo, la totalidad de las pacientes refieren
insatisfacción del sueño de algún tipo. Si bien estos trastornos se relacionan probablemente
con múltiples factores, encontramos que la presencia de sofocos se asoció con peor calidad
de sueño. Respecto a la depresión, encontramos que la misma se asocia a múltiples factores,
entre ellos a mayor score de sofocos, obesidad y tabaquismo. Es de interés de nuestro grupo
abrir una nueva línea de investigación con el fin de relacionar trastornos de sueño y depresión.
El hecho de reconocer a este grupo de pacientes con mayor vulnerabilidad a estos trastornos,
nos permite establecer medidas preventivas con el fin de mejorar la calidad de vida y evitar
complicaciones a futuro en este periodo de la vida.
28
Referencias
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29
Lesiones Intraepiteliales del Cuello Uterino.
Seguimiento durante 20 Años de Pacientes
Tratadas con Radiofrecuencia
Autores:
Toziano M, Castaño R, Lewin A, González Pereira S, Bianchi F, Ramilo T
Introducción
La mortalidad por cáncer de cuello uterino en nuestro país mantiene cifras alarmantes, sin
disminuir su incidencia en los últimos 40 años. Considerando la edad de aparición del mismo
y especialmente la observación de lesiones preinvasoras (CIN 2 y CIN 3) en mujeres en edad
fértil, se explica la necesidad de evaluar las distintas posibilidades terapéuticas menos
agresivas que el histórico cono quirúrgico.
Debe tenerse en cuenta que uno de los requisitos de la conización cervical es alcanzar el
orificio cervical interno, lo que dificulta la estabilidad de un posterior embarazo y obliga
muchas veces a realizar un cerclaje para evitar la pérdida del mismo. La contemplación del
deseo de paridad posterior en pacientes jóvenes, llevó a emplear tratamientos “en menos” del
tradicional cono quirúrgico, buscando reducir las complicaciones obstétricas del mismo.
En los años 80 se propusieron diferentes técnicas para el tratamiento del CIN a fin de
conservar la funcionalidad del cuello uterino, como la criocirugía y el láser, pero los resultados
no fueron del todo satisfactorios debido a mayores tasas de recidiva y a la imposibilidad de
evaluar la anatomía patológica de la pieza quirúrgica (1).
Desde la década de los años 90 comenzó a utilizarse el LEEP (Loop Electrosurgical Excision
Procedure) o procedimiento de escisión electroquirúrgica por medio de asa para el
tratamiento de las lesiones intraepiteliales.
A principios de los 90, la técnica LLETZ adquirió amplia aprobación en la mayor parte de la
comunidad colposcópica y sus ventajas sobre los métodos destructivos fueron descriptas por
varios autores. Si bien los resultados obtenidos fueron muy buenos, permitiendo además el
diagnóstico de microcarcinomas no sospechados con la metodología clásica (citología,
colposcopia y biopsia), presentaba el inconveniente de la extirpación innecesaria de grandes
áreas de tejido sano, en especial el estroma cervical. Con posterioridad se diseñaron en
Estados Unidos asas de pequeño tamaño, de tal forma que las resecciones cervicales puedan
adecuarse a cada caso en particular luego del examen colposcópico (4)(5).
30
El objetivo de este estudio es analizar nuestra experiencia en el tratamiento con
radiofrecuencia de pacientes con CIN 2 y 3 en la División Ginecología del Hospital Naval Pedro
Mallo en un período de 20 años, con un seguimiento mínimo de 3 años. Se compararon los
resultados de la biopsia original y la pieza del LEEP, márgenes exo y endocervicales, índice de
persistencia y recidiva, complicaciones del método y resultados obstétricos posteriores. Estos
datos se compararon con la bibliografía internacional.
Material y Métodos
De un total de 493 pacientes con biopsia original de CIN 2 y CIN 3, atendidas en el Hospital
Naval Cirujano Mayor Pedro Mallo, entre enero de 1993 y diciembre de 2013, se analizan 357
pacientes tratadas con LEEP (radiofrecuencia). Se excluyen de esta evaluación las 136
pacientes restantes que han sido tratadas mediante conización con bisturí.
La edad de las pacientes osciló entre los 16 y 76 años, con una media de 31 años.
Como tratamiento primario se efectuó resección amplia con LEEP en 318 pacientes y
conización cervical con LEEP en 19, según criterios de selección.
La conización cervical con LEEP fue realizada con anestesia general o raquídea, utilizando las
asas diseñadas por los Dres. Elizalde (12 casos) y Focaccia (5 casos), o bien la microaguja (2
casos).
31
Equipamiento empleado
El generador de electrocirugía utilizado es el modelo Cooper Surgical 6000 reemplazado en
2003 por el modelo 1000 de igual marca (Figura 1). Los operadores siempre fueron los
mismos durante todo el estudio. Consiste en un equipo de radiofrecuencia de 100 watts y 550
kHz de frecuencia de operación, voltaje: 2.500 volts, utilizado en forma de blend, con
diferentes porcentajes de corte y coagulación o hemostasia (4)(5).
Utilizamos la siguiente potencia: blend 38 watts para corte y 50 watts para coagulación. En
asas más pequeñas la potencia empleada es menor, disminuyendo de esta manera el daño
térmico.
En los procedimientos con anestesia local (Figura 2) utilizamos la jeringa de Carpule con
aguja de Potocki infiltrando las horas 12, 6, 3 y 9 (4).
32
Figura 2. Cuello uterino tras la aplicación de la anestesia en horas 12, 3, 6 y 9.
La selección del asa a utilizar depende del tamaño del área a escindir. Se emplearon asas para
conización cervical, con un diámetro variable de 25 a 35 mm, como las de Elizalde (Figura 3) y
Focaccia (Figura 4), microaguja (Figura 5) y asas para resección amplia, desde 2,5 cm x 1 cm
hasta 1 x 1 cm de profundidad (4)(5)(6)(7) (Figura 6).
33
Figura 4. Asa de Focaccia para cono LEEP.
Figura 5. Microaguja.
Figura 6. Asas semicirculares y asas cuadradas para resección amplia con LEEP.
35
Figura 9. Resección A-B-C.
36
Figura 12. Preparación de la pieza de resección con LEEP.
Hasta el año 2008 realizábamos una nueva resección cuando los márgenes se encontraban
comprometidos. Desde ese año, sólo reintervenimos a la paciente cuando el margen
comprometido era el endocervical, efectuando un nuevo LEEP o cono quirúrgico, según la
comodidad del operador y la factibilidad técnica (4).
Figura 13. Reepitelización cervical post resección amplia con LEEP, al mes de efectuado el
tratamiento.
37
Resultados
De las 337 pacientes analizadas en este estudio, 203 realizaron su tratamiento con
diagnóstico inicial de CIN 2 (60,23%) y 134 con CIN 3 (39,76%), obtenido mediante la biopsia
cervical dirigida bajo control colposcópico.
Del análisis de las 318 pacientes tratadas con resección amplia con LEEP (94,36%) y las 19
con cono LEEP (5,63%), surgen los siguientes resultados.
De las 119 pacientes con CIN 3 a las que se realizó tratamiento con LEEP, se registraron 44
casos de menor lesión (36,97%), 71 de igual lesión (59,66%) y 4 casos de mayor lesión
(3,36%). La anatomía patológica de las pacientes en las que se encontró mayor lesión reveló 3
casos de carcinoma microinvasor y uno de AdenoCIS; este grupo de pacientes recibió
tratamiento quirúrgico posterior con operación de Piver II en 3 casos y anexohisterectomía
total en el AdenoCIS (cuadro 1).
En las 19 pacientes conizadas por LEEP, el diagnóstico original por biopsia colposcópica fue
CIN 2 en 4 pacientes (21.05%) y CIN 3 en 15 (78.94%). De las 4 con CIN 2, el informe
histopatológico de la pieza fue de menor lesión en una de ellas y de mayor lesión en 3. En
todas las pacientes con mayor lesión se encontró CIN 3 y por ser el cono suficiente no se
precisó reintervención quirúrgica.
3 carcinomas
microinvasores, 1
AdenoCIS
38
Cuadro 1. Comparación anatomopatológica entre biopsia bajo control colposcópico
y tratamiento con resección amplia con LEEP
De las 15 pacientes con diagnóstico primario de CIN 3, 2 presentaron menor lesión (13,33%),
10 igual lesión (66,66%) y 3 mayor lesión (20%). En el grupo de pacientes en las que se halló
lesión mayor, un caso correspondió a carcinoma microinvasor estadio IA1 y dos a estadios
IA2. El tratamiento posterior de estas pacientes fue la operación de Piver II, en dos casos, y
Wertheim Meigs, en uno (cuadro 2).
Carcinoma
microinvasor
(n: 65)
Cuadro 3. Evaluación los márgenes endo y exocervicales en piezas de resección amplia con
LEEP.
En el grupo de las 19 pacientes tratadas con cono-LEEP, se hallaron 16 piezas con márgenes
negativos (84,21%). De las 3 anatomías restantes, 2 presentaron márgenes laterales
comprometidos y una, compromiso de los márgenes endo y exocervical (cuadro 4).
(n: 3)
Cinco del total de pacientes conizadas fueron histerectomizadas posteriormente; las tres
mencionadas anteriormente por compromiso de sus márgenes, teniendo en cuenta que la
paciente con compromiso endo y exocervical presentaba una microinvasión. Otras dos
pacientes fueron histerectomizadas luego del cono también por microinvasión en el estudio
anatomopatológico, sin tener en cuenta en estos casos el margen negativo.
Complicaciones
Las complicaciones más frecuentes fueron hemorragia leve durante la caída de la escara,
hecho que ocurre a la semana de efectuado el tratamiento, mareos por la anestesia local y
flujo ligeramente maloliente en aquellas pacientes que no realizaron tratamiento local
posterior mediante óvulos. Dos pacientes tratadas con resección amplia con LEEP
presentaron hemorragia moderada pasadas las 2 semanas de tratamiento, a los 15 y 20 días,
requiriendo la primera sutura de cuello en hora 12. Una paciente tratada con cono LEEP con
microaguja consultó a la guardia por sangrado a los 41 días del procedimiento. No se observó
estenosis cervical en las pacientes estudiadas y ninguna de ellas requirió reinternación por
complicaciones derivadas de su tratamiento.
Seguimiento
Al mes del tratamiento citamos a las pacientes para un primer control, lográndose la
reepitelizaión cervical esperada y apta para la primera citología y colposcopia post
tratamiento a los 4 meses de efectuado el tratamiento (Figura 14).
40
Figura 14. Reepitelización cervical post LEEP a los 4 meses del tratamiento.
41
La recidiva, es decir, reaparición de lesión de alto grado más allá del año de tratamiento, se
observó en 5 pacientes (1,48%) originalmente tratadas con resección amplia con LEEP. La
misma se detectó entre los 26 a 140 meses del tratamiento primario (media 69 meses). La
recidiva correspondió a CIN 2 en dos casos y a CIN 3 en tres; el tratamiento posterior que
recibieron las pacientes fue la resección amplia con LEEP en 4 casos y el cono quirúrgico en
uno (cuadro 6).
Del total de las pacientes estudiadas, 27 lograron embarazos posteriores al tratamiento. Dos
de las pacientes tratadas con cono-LEEP lograron embarazo luego del procedimiento,
culminando el mismo en parto en un caso y en cesárea de causa obstétrica en el otro. Se
registraron 2 abortos ocurridos 2 y 4 años luego del tratamiento con resección amplia con
LEEP. De las 23 pacientes restantes, 13 lograron finalizar el embarazo mediante parto normal
(en dos fue necesario realizar cerclaje previo) y 10 por cesárea, todas por causa
obstétrica (cuadro 7).
42
Discusión
A partir de la revisión de Bethesda en 1988, donde para la citología del cuello uterino se
clasificó a las lesiones cervicales como de bajo grado (L-SIL, LIE BG) y de alto grado (H-SIL,
LIE AG) (10), fueron formalizándose diversas modalidades de tratamiento para estas dos
entidades. Desde este punto de vista, las lesiones intraepiteliales de alto de grado no plantean
mayores dudas, requiriendo siempre tratamiento. La displasia intensa y el carcinoma in situ
del cuello uterino, actualmente denominados CIN 3, fueron tratados mediante décadas
mediante conización cervical, con resultados satisfactorios y baja recidiva o progresión de
enfermedad (menor al 6%). A partir de la década del 80, en condiciones determinadas, en las
pacientes que presentan CIN 2 y CIN 3 comienzan a utilizarse técnicas más conservadoras,
entre ellas el LEEP.
Los primeros intentos para demostrar la eficacia del LEEP en nuestro medio se remontan a
finales de la década de los ochentas, Guglielminetti y colaboradores realizaron resección con
asa diatérmica a 10 pacientes portadoras de CIN 3 y luego les practicaron cono quirúrgico
para verificar la presencia o no de lesión remanente, hallando CIN 3 sólo en 2 de las 10
pacientes. Las lesiones originales que presentaban eran extensas, lo que llevó más adelante a
establecer los criterios para seleccionar las pacientes que podrían someterse a un tratamiento
más conservador (12)(13).
En nuestra experiencia, publicamos en 1998, 312 pacientes con H-SIL; 148 tratadas con
resección amplia con LEEP por cumplir con los criterios de selección (conducto endocervical
negativo, lesión menor a dos cuadrantes y posibilidad de seguimiento) y en 164 restante cono
quirúrgico. En el análisis de las piezas operatorias, en 30 tratadas con LEEP y en 9 conizadas
se encontraron márgenes insuficientes, concluyendo que el tratamiento del H-SIL puede
realizarse en forma satisfactoria mediante resección amplia con LEEP. En casos especiales
de persistencia o recidiva esta conducta también es practicable (8). Las pacientes que
presentan márgenes insuficientes luego del tratamiento con LEEP o cono pueden volver a
tratase para descartar presencia de enfermedad residual y mantener una conducta expectante
en pacientes seleccionadas. No encontramos patología remanente en 22 de las 30 pacientes
originalmente tratadas con LEEP y que fueron sometidas a otra resección amplia,
probablemente gracias a la modalidad de coagular el lecho quirúrgico. No sólo se controla el
sangrado que pudiera quedar al finalizar la resección, sino que se coagulan todos los
márgenes y el lecho, tallándose el cuello y verificando la ausencia de lesión apenas finalizada
la resección.
En los últimos años han proliferado los trabajos que comparan los resultados logrados en el
tratamiento de las lesiones intraepiteliales de alto grado en cuello uterino, entre el cono
quirúrgico y el LEEP (20)(21)(22)(23)(24)(25)(26)(27). Aquellos autores que pregonan la
confiabilidad de este último, resaltan que permite una adecuada evaluación histológica, tiene
menor sangrado promedio y puede hacerse en forma ambulatoria y más rápido, obviando los
gastos de internación y anestesia. Por el contrario, los detractores del método, argumentan
que todavía falta experiencia por probable insuficiente resección de las lesiones respecto al
cono clásico, y el efecto térmico producido en los márgenes de la lesión (28)(29)(30)(31)(32).
Las técnicas conservadoras para el tratamiento del SIL de alto grado han logrado una
aceptación progresiva en los distintos centros. Como vemos, ya no es el cono quirúrgico la
única propuesta terapéutica, siendo desplazado en numerosas oportunidades por distintas
técnicas menos agresivas, en general aplicadas a pacientes jóvenes con deseos de paridad,
con lesiones no mayores a dos cuadrantes y posibilidad de ser controladas citológica y
colposcópicamente (4).
La mayoría de las publicaciones que comparan el LEEP con el cono quirúrgico, resaltan los
efectos del costo-beneficio del primero. Oyesanya, por ejemplo, analizó 86 pacientes con CIN,
de las cuales 43 fueron sometidas a un cono quirúrgico con anestesia general y otro tanto a
resección con LEEP, con anestesia local, ambos grupos con edades y paridades semejantes.
Concluye que el LEEP fue significativamente más rápido y con un sangrado casi insignificante
(20). Las mismas conclusiones fueron publicadas por Baldoni y colaboradores (21).
Resultados similares son a los que arribó Girardi, en Austria, en 99 pacientes tratadas en
forma randomizada con cono quirúrgico y LEEP (23).
Hay pocos estudios comparativos entre las diferentes variantes de conización, y si bien,
muchos trabajos compararon al LEEP en forma favorable con respecto a al láser, pocos
autores se han preocupado por comparar prospectivamente las tres técnicas. De este modo,
en 1993, Mathevet, Dargent y Roy, en Lyon publicaron un trabajo comparando las tres técnicas
en forma randomizada y prospectiva abarcando 110 pacientes con diagnóstico de CIN I-II con
44
unión escamo-columnar no visible y CIN III. Treinta y siete pacientes fueron sometidas a
conización con bisturí, 37 fueron tratadas con láser y 36 con LEEP. Estos autores concluyen
en que el tiempo quirúrgico para el grupo LEEP fue significativamente menor que para los
otros dos grupos, el tamaño de la pieza obtenida fue menor en el grupo LEEP y láser que en el
grupo bisturí, existieron mayores dificultades para la evaluación de la pieza y sus márgenes
por el patólogo debido a la coagulación inducida por el LEEP y el láser, el número de
complicaciones postoperatorias fueron similar, con 2 episodios de sangrado en cada uno de
los 3 grupos y evaluando el cérvix a los dos meses, la unión escamo-columnar no pudo ser
visualizada en el 50% de los casos tratados con bisturí frío, 20% de los tratados con láser y
19% de los tratados con LEEP. Todo esto sugiere que, la conización láser, es relativamente
costosa, requiriendo un equipamiento sofisticado, con significativo consumo de tiempo
quirúrgico, y alto índice de alteraciones tisulares que dificultan su interpretación
anatomopatológica. Por otro lado, la elección entre el bisturí y el LEEP parecería ser más
dificultosa. La técnica clásica, provee de una adecuada muestra para su evaluación
histológica (incluidos los márgenes), mientras que el LEEP, si bien es técnicamente más fácil
y consume menos tiempo, encontraría su principal limitación en la electrocauterización
producida en los bordes de la pieza, en algunos casos y que acarrea problemas con el
patólogo (19).
La mayor crítica que se le efectúa al manejo del LEEP es el eventual daño térmico en los
márgenes de resección. En el análisis total de sus 36 cono-LEEP, Dargent y su equipo, no
pudieron evaluar completamente todos los márgenes en el 31% de los casos, por la
fulguración del tejido (19). Krebs, en Washington, trató 358 pacientes portadoras de CIN con
LEEP y láser, hallando que el 48% de las piezas de LEEP tenían moderado a severo artificio
térmico y que el daño provocado por la fragmentación y la cauterización dificultó la
evaluación satisfactoria de los márgenes en el 19% de los casos (29).
Justificando este razonamiento, Chen y Lee evaluaron 215 cuadros histológicos obtenidos por
LEEP, provenientes de 32 casos de pacientes con diversos grados de CIN, cuantificando el
daño térmico. Como mayor extensión, el mismo ocurrió en un rango de 0,16 a 0,52 mm de la
línea de corte (promedio 0,26), constituyente en una zona de carbonización, muy delgada, y
otra, de coagulación, significativamente más profunda. Encuentra que en ningún caso se
45
alteró el diagnóstico anatomopatológico porque siempre las líneas de corte estaban a 3 mm
por fuera de la zona de transformación (31). Paraskevaidis estudió 40 cuellos sin lesión
citológica o colposcópica en pacientes que fueran sometidas a histerectomía por distintas
causas y previo a la intervención, en quirófano, les realizó un cono-LEEP para evaluar la injuria
térmica. Concluye que la misma varió de 0,11 a 0,27 mm en las distintas piezas (32).
Livassy y colaboradores analizaron los márgenes de las piezas obtenidas con LEEP,
relacionándolos con el compromiso endoglandular de los especímenes (34).
En nuestra experiencia, con más de 20 años en el empleo del LEEP en el tratamiento de las
lesiones intraepiteliales de alto grado, podemos considerar:
1. El empleo del LEEP, sea por medio de resecciones amplias o en su defecto el cono, es
un método seguro para el tratamiento de lesiones intraepiteliales de alto grado.
2. Permite obtener un adecuado material para el estudio histopatológico, con mínimo
daño té La pieza histopatológica de un cono LEEP es comparable a la de un cono
quirúrgico.
3. La resección amplia con LEEP puede realizarse en forma ambulatoria con anestesia
local, bajo control colposcópico, con mínima morbilidad y franca reducción de los
costos.
4. A diferencia de los métodos destructivos locales, permite evaluar anatomía patológica
y especialmente los márgenes.
5. El grado de persistencia y recurrencia es bajo, teniendo en nuestra experiencia un
índice de curación -con seguimiento de 3 a 20 años- superior al 90%.
6. El compromiso de los márgenes exocervicales en general es solucionado con la
terapéutica de electrofulguración post tratamiento. Los compromisos endocervicales
merecen ser tratados con nuevas resecciones con LEEP.
7. La paridad no parece estar comprometida por el empleo de esta técnica, resultando su
uso de gran utilidad en pacientes jóvenes y/o con deseos de fertilidad.
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50
Hirsutismo: diagnósticos diferenciales y
tratamiento.
Autores:
Dra. Alejandra Julia Giurgiovich1
Resumen:
El hirsutismo en la adolescencia puede ser un problema mas que endocrinológico, psico
físico, ya que altera en forma importante, en algunas jóvenes su imagen corporal,
convirtiéndose en una obsesión. Incluso este problema puede llevarlas a un alejamiento del
círculo social, así como sufrir bullying.
Abstract:
Hirsutism in adolescence can be a problem rather than an endocrinological, psycho-physical
one, since it alters in an important way, in some young women their body image, becoming an
obsession. This problem can also lead them to move away from the social circle, as well as
suffer bullying.
In this article, we go through definitions, physiological and pathological aspects that can cause
hirsutism, as well as its treatment and new study methodologies such as CRISPR-Cas9.
Introducción:
El hirsutismo por lo general aparece previo o durante la adolescencia, a veces se puede dar en
adolescentes tardías o adultas por la aparición de tumores.
Por lo general cuando hablamos de enfermedades que producen hirsutismo, como una de sus
signos, puede ser de base genética.
El acompañamiento de estas jóvenes, que muchas veces concurren a la consulta por el vello
exagerado, hace que el manejo de estas pacientes deba ser exhaustivo e interdisciplinario ya
que este signo es acompañado por otras patologías más graves: poliquistosis ovárica,
hiperinsulinismo, hipotiroidismo, porfiria, anorexia nerviosa, obesidad, o síndromes genéticos
como los de Huler, de Lange,
51
Definición de hirsutismo:
Se define hirsutismo al crecimiento excesivo del vello terminal en mujeres en edad
reproductiva con distribución de patrón masculino, por exceso de andrógenos en la terminal
del pelo sensible a los mismos. (1)
Para que los andrógenos actúen deben respetarse algunas características bio-fisicas
importantes: concentración de la hormona adecuada, constitución hormonal y de los
receptores sin defectos biológicos, afinidad a las proteínas de transporte (Sex Hormone
Binding Globulin- SHBG, albúmina), a mayor unión con las proteínas, menor acción, ya que hay
menor concentración de hormona libre.
Definir “hirsutismo idiopático” es algo complejo, primero se debe saber que no hay patología
que lo está produciendo, esto lo discutiremos mas adelante, ya que es un termino que cayo en
desuso.
No todos los andrógenos tendrán igual acción: en la tabla I presentamos los distintos
andrógenos de mayor a menor efecto androgénico: (2)
Andrógeno Acción
· Testoterona. Androgênica
El efecto del andrógeno sobre el receptor dependerá, además, de la concentración del mismo
y de la producción en la propia glándula.
El hirsutismo cobra real importancia en las mujeres jóvenes, en las que afecta su autoestima y
es la primera causa de queja de las pacientes adolescentes en los consultorios de
ginecología, dermatología y pediatría. Su aparición expresa un desbalance hormonal. (3) .
52
Definiciones relacionadas con hirsutismo:
Hirsutismo:
Es el pelo terminal, sexuado, que responde al estimulo androgénico que crece en lugares no
habituales en una mujer. Es el pelo terminal, sexuado que responde al estimulo androgénico
que crece en lugares no habituales en una persona con genética 46XX. Estas definiciones no
son validadas para las personas descendientes de razas originarias, donde no tienen casi
vello. (4) .
Hipertricosis:
Virilismo:
Síndromes hiperandrogénicos:
Etiología:
Está relacionado con la producción de andrógenos, en un 50% por los ovarios y en 50% por la
glándula suprarrenal, también hay una escasa cantidad de andrógeno que proviene de la
conversión periférica.
El 80% de estos andrógenos circulantes están unidos a la SHBG, la que se encuentra libre en
plasma es la hormona activa. Gráfico II (3).
53
Gráfico II: “Resumen de las causas moleculares del hirsutismo”
Suprarrenal
Tomado y modificado de: Kalbe E, Klein JF. Evaluation of women with hirsutism. American
Family Physician,1996;54:117-124 y Fitzpatrick TB, Eisen AZ, Wolff K, Freedberg, KI, Austen F.
Dermantología en medicina general, tomo I, cuarta edición. Pag.47
Se caracteriza por una mayor sensibilidad a la 5α-reductasa, o una mayor sensibilidad del
folículo piloso a los andrógenos, esto es genético, heredofamiliar, frecuentemente. Tiene una
progresión lenta y se acompaña con acné. (7) -
Anamnesis:
Es importante realizar algunas preguntas, que son las orientadoras hacia el tipo de hirsutismo
por el que nos consulta la paciente, por ejemplo: cada cuanto se depila, es importante verla
cuando pasaron por lo menos 15 días sin que se depile. También es importante preguntar:
velocidad de progresión, observar si se encuentra solo o con otros signos de virilización, aquí
pensaremos en la presencia tumoral.
54
Gráfico III: “Características del hirsutismo idiopático”:
Comienzo premenarca
Progresión lenta
Ausencia de virilismo
55
Virilismo:
Es el desarrollo inducido de caracteres secundarios masculinos, caracterizadas por la
disposición pilosa, alopecía fronto-parietal, aumento del tamaño del clítoris, cambios en la voz,
etc. Acorde al tiempo de evolución, éste puede ser lento si es de origen hormonal o rápido si
es tumoral.
Otro punto importante es el aumento de la masa muscular con una mayor relación de cintura
escapular y cadera.
Es importante reconocer los distintos tipos de vello ya que el aumento de cualquier tipo de
vello no es hirsutismo. El pelo por sus características puede clasificarse en:
Vello: es un pelo claro, fino suave y escaso. Es poco evidente y tiene mas de 2 cm.
56
Acorde a su respuesta a los andrógenos puede ser:
Pelo sexuado: Pelo terminal, estimulado por andrógenos, pero en el tipo masculino.
El hirsutismo se clasificó durante mucho tiempo con la escala de Ferriman y Gallwey. (FG).
Esta escala determina la cantidad de vello, que se evalúa y es absolutamente subjetiva y
variable acorde al observador. La consideración del valor positivo es variable acorde a cada
país. La escala se considerará positiva en un rango muy variado de 16 a 35 sumando el
puntaje de las distintas áreas. Esta escala varia acorde al país.
Tomado y modificado de: -Yildiz, BO; Bolour, S; Woods, K y col. Visually scoring hirsutism. Hum
Reprod Update.2010.16:51-64
La escala modificada de Ferriman y Gallwey (mFG): Harch en 1981, retira del score a brazos y
piernas por no responder androgénicamente.
Para mensurar las áreas correctamente se sugiere que el operador sea el mismo, que la
paciente no se depile con hoja por lo menos por 15 días y con láser o será por tres meses.
(13).
57
La mayoría de los países consideran como hirsutismo un mFG ≥ 8. Aunque idealmente
deberían realizarse estudios poblacionales en el lugar a aplicarse. Es importante remarcar que
el mFG es útil para poblaciones blancas, morenas, afroamericanas, pero no para asiáticos,
hindúes. El hirsutismo, como lo expresamos anteriormente es el crecimiento excesivo del
vello terminal en mujeres de edad reproductiva con distribución de patrón masculino, por
exceso de andrógenos en la terminal del pelo sensible a los mismos. (14)
Tomado y modificado de: Kinga Siemaszko, Moses Nora. Sindrome de exceso de andrógenos
e hiperandrogenismo en la adolescencia. Manual de Ginecología Infantojuvenil. 2 edición.
2003.Ascune Hnos. Buenos Aires.1985. 258-280
58
Foto 6: Acné en espalda: microcomedones, comedones y pústulas.
Gráfico V:
Étnica
Genética
Causas periféricas
Endocrinológicas
Medicación
Neuroreguladores
Síndrome de SAHA
Genética: es importante preguntar si en casa hay otras personas con acné, seborrea,
hirsutismo, obesidad, mujeres que tengan alopecia, etc.
Los medicamentos que lo provocan pueden ser: minoxidil, esteroides, ciclosporinas, algunos
anticonceptivos, fenitoina, corticoides, ACTH, fenotiazidas, danazol, lítio, isoniacida.
Aspectos fisiológicos:
Neuroreguladores en la piel: Las glándulas adrenales producen una gran cantidad de
andrógenos, especialmente DHEA que es la hormona androgénica más abundante en el
cuerpo humano.
Los andrógenos adrenales están regulados por varios factores: la glándula pituitaria, y el
proceso de las hormonas adrenales, células de actividad inmunológica, citokinas y factores
neuroendocrinos.
Se caracteriza por dos factores: aumento del nivel de andrógenos circulantes y mayor
sensibilidad a los mismos. El tratamiento de elección es la asociación de estrógenos y
antiandrógenos tipo acetato de ciproterona, flutamida o finasteride, bajo riguroso control
médico. Además, son útiles los tratamientos tópicos higiénicos habituales para disminuir la
grasa y la depilación por láser asociada o no a la eflornitina tópica para reducir el vello ( 17, 19,
20 ).
60
Hipertricosis lanuginosa adquirida: Es de aparición brusca. Pelo tipo lanugo, principalmente
en orejas, cara, tronco y miembros.
Se asocia por lo general a tumores malignos de pulmón, vejiga, intestino y páncreas. (20).
El folículo del cabello es muy activo y tiene la capacidad de regenerarse. Los eventos son
cíclicos, está constituido por tres etapas: crece, tiene una cierta regresión y por último
remoción del tejido.
Por lo general las alteraciones en el ciclo del pelo se expresan por la falta de elongación y
aumento de grosor.
A su vez éste tiene su ciclo vital, constituido por tres procesos: anabólico: de crecimiento,
elongación, catabólico: donde se observa una regresión del pelo, mediada por apoptosis
y telógeno: en donde el pelo se mantiene quiescente.
Se observó en animales que el pelo tiene un “Gen reloj” o gene BMALI que produce en la etapa
anabólica de crecimiento un “Up regulation” en el metabolismo de los ADN/RNA (21)
El propio folículo está constituido por distintos elementos: la parte más externa del folículo
está constituida por el conducto de las glándulas sebáceas, que pertenecen a la superficie de
la epidermis.
La raíz está cerca a la parte epidérmica del folículo, luego el pelo y la parte final del mismo.
Las glándulas sebáceas se ubican cercanas al músculo del pelo. Estas glándulas apócrinas
secretan su producción al exterior.
La unidad pilo-sebácea está constituida por el pelo, el bulbo piloso, la glándula sebácea y el
musculo erector del pelo.
Este pelo sexual depende de los andrógenos para crecer, en la pubertad al aumentar los
niveles de andrógenos se incrementa cantidad, longitud, color y sebo en los pelos sexuados
de hombres y mujeres. Esto ocurre en todo el cuerpo, pero en cara, frente, pecho solo
aumento el sebo, por lo general y no el vello. (22)
Los andrógenos que actuaran sobre el folículo provienen de la testosterona libre que
mediante la 5 α reductasa lo transformarán en dihidrotestosterona, en una de sus vías. Gráfico
VI.
61
Gráfico VI: “Esquema del bulbo piloso y la acción de las hormonas androgénicas”
Expresión clínica:
La acción de los andrógenos se da en el bulbo piloso y en las glándulas sebáceas. Por lo
tanto, podemos encontrar: acné, seborrea, hipertricosis, hirsutismo, virilismo, alopecia fronto-
parietal (en casos muy avanzados), acantosis nigricans, irregularidad menstrual y anovulación
crónica.
El hirsutismo puede afectar solo una parte del cuerpo: pecho y espalda. Pezones y línea
media, mamas y cara, o todo el cuerpo.
Para definir los estudios a solicitar debemos tener en claro si es un hirsutismo, virilismo o
hipertricosis.
Se podría decir que, si hay un hirsutismo, con ciclos menstruales conservados, es una
patología leve. En este caso la evaluación consistirá en hacer anamnesis, y un laboratorio para
perfil androgénico, ecografía ginecológica, para descartar un SOP con ciclos conservados.
Si la paciente presenta hirsutismo leve o moderado con alteraciones del ciclo, o algún
hallazgo clínico, deberá estudiarse con laboratorio y ecografía ginecología.
Gráfico VII: “Correlación entre cuadro clínico, resultados de estudios y diagnostico posible”.
Ecografía ginecológica
63
Estudios de Laboratorio:
Gráfico VIII: “Flujograma de solicitud de hormonas en el laboratorio para el estudio del
hiperandrogenismo femenino”.
La testosterona libre es un estudio muy conveniente para mujeres obesas, pero se debe tener
en cuenta su variabilidad circadiana y durante el ciclo menstrual.
Si la aparición fue brusca en relación a los síntomas, con testosterona muy alta se pensará en
tumor productor de andrógenos.
Si los hallazgos clínicos coinciden con aumento de peso, hipertensión arterial, estrías rojo
vinosas, pensar en Cushing, se realizará dosaje de cortisol y prueba de la dexametasona.
64
Tratamiento:
El tratamiento principal es el de la patología que lo provoca.
Si la paciente tiene sobre peso una de las recomendaciones fundamentales es: deporte,
alimentación rica en fibras, carnes magras y pocos hidratos.
Tratamiento cosmético:
Tratamiento farmacológico:
Dependerá del grado de hirsutismo y si se acompaña de otros síntomas secundarios como
acné, seborrea, oligmenorrea o anovulación. Siempre antes del tratamiento realizar una buena
anamnesis ya que la pubertad precoz central esta presente muchas veces en la infancia de
estas adolescentes que consultan por hirsutismo. (14,17).
65
Los progestinicos frecuentemente usados son: ciproterona, drospirenona, dienogest, los que
actúan sobre los receptores androgénicos de la piel.
La espironolactona se puede indicar del día 4 al 22 del ciclo, esto evitaría el sangrado anormal,
queja frecuente de las pacientes y motivo de rechazo del medicamento.
Los glucocorticoides se utilizan en aquellas pacientes que presentan HSC ya que actúan
suprimiendo la secreción de ACTH y la producción de andrógenos suprarrenales.
En la HSC, se han utilizado con éxito las drogas que producen bloqueo periférico
antiandrógeno. Gráfico IX.
66
Hirsutismo idiopático:
Este es un término que lo escuchamos a diario y que realmente no existe.
Por lo antes expuesto podemos decir que el folículo piloso está afectado por la etnia, o por
fallas genéticas. Por lo tanto, en aquellas pacientes hirsutas en que la etnia, o tumores
androgenizantes no actúan, se debe pensar en el aspecto genético.
Es decir que, si por biología molecular encontramos “genes regulados en más”, para la
producción de 3 alfa y beta androstenodiol, habrá hirsutismo, y ya no es idiopático. Gráfico X.
Todas estas patologías genéticas, están hoy siendo comenzadas a estudiar desde el genoma
humano. Y hay nuevos procedimientos para cambiar estos genes dañados desde el
laboratorio mediante técnicas cada vez más económicas, sensibles y simples. Un ejemplo de
estas es el CRISPR-Cas-9. Metodología ya empleada en enfermedades genéticas como las
fibrosis quísticas, hemofilia, etc. (28)
67
El auténtico hirsutismo idiopático se caracteriza por ser un hirsutismo leve o moderado, que
puede ir o no asociado a acné, con menstruación, ciclos normales con ovulación.
Dependerá del tipo de técnica y su sensibilidad para detectar la causa del androgénismo. Por
esto la variabilidad de resultado: va de 50% a 1 o 2%, acorde a los distintos autores.
En los casos antes nombrados, el laboratorio solicitado es normal, se debe investigar los
receptores y postreceptores (biología molecular).
Reflexiones:
• El hirsutismo idiopático, es el mas raro de los casos, por lo general, en las pacientes
adolescentes que consultan, es secundario a otra patología o el inicio de alguna de
ellas.
• Es indiscutible que en esta etapa de la vida es un problema que afecta no solo el
aspecto orgánico de una paciente sino su autoestima.
• Lo más importante es tener en claro los procesos biológicos que hacen que una
paciente tenga hiperandrogenismo y cómo podemos ir descubriendo su etiología.
• Siempre ante una paciente de estas características el tratamiento será
interdisciplinario, y aquí en este equipo entrará la cosmetóloga, o dermatólogo/a.
• Si está asociada a otras patologías que involucren su fertilidad según su edad y deseo
de embarazo, se trabajara con especialistas en el tema.
• No debemos olvidar las distintas posibilidades no solo cosméticas sino de protección
de sus ovarios, o tratamiento de la glándula suprarrenal, u otro tipo de patología
asociada.
• El factor hereditario, idiopático se detecta con una buena anamnesis.
• El hiperandrogenismo no siempre es la expresión de una patología secundaria.
• Con una buena anamnesis se puede llegar a dilucidar cuando el hiperandrogenismo es
secundario a patología o no.
• Es importante seguir un flujograma de estudios complementarios, para no cometer
errores en el diagnostico ni en el tratamiento.
• Siempre se deberá realizar un abordaje interdisciplinario, ya que es una patología con
estigmas físicos a una edad en donde estos son sumamente fuertes en la estructura
física de la paciente.
68
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between the third and fifth decades. Clin Endocrinol (Oxf). . 2013 Aug 29.: 10.11).
28. Ormond, EK.; Mortlock, DP.; Scholes, DT, et al. Human Germile Genome Editing. Am. J
HUM Genet.2017. Aug ·: 101(2):167-176.
29. V F. Varillas Solano, A. Jara Albarrán, D. Blumenkron Romero, G. González Girón. «On
the misnamed «idiopathic hirsutism». 2013.
1. Médica (UBA), Doctora en Medicina (UBA), Especialista en Ginecología y Obstetricia (Ministerio de salud
de la Nación), Ex Fellow del National Children´s Hospital de Washington DC.USA, Certificada en Ginecología
Infanto Juvenil (SAGIJ y FIGIJ), Ex-Médica de Planta Honoraria del Programa de Adolescencia del Hospital
de Clínicas “José de San Martín” UBA, ExJefa de la Unidad de Atención Integral del Adolescente del HIGA
“Evita Pueblo” de Berazategui, ExPresidente de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil
(SAGIJ). Medica consultora de OPS, Washington y del “Institute Alan Guttmacher” de EE.UU., Coordinadora
del área de Ginecología de” Fundación ADOS”.
70
Fases de Investigación Clínica
Mariano Grilli
Doctor en Ciencias Médicas
Profesor Libre. Cátedra de Ginecología “B” y Cátedra Libre Medicina y Mujer.
Universidad Nacional de La Plata
Director Científico del Instituto de Ginecología de Mar del Plata. info@igmdp.com.ar
Director Portal Académico ObGin. info@obgin.net
des un físico que en 1980 en el CERN desarrolló “Enquire” un pequeño programa que permitía
enlazar ideas. Años después lo transformó en algo mejor, naciendo en 1989 el lenguaje de la
web, el html (Hypertext Markup Language), con ayuda de su colega Robert Cailliau. En 1991 el
lenguaje se puso a disposición de la comunidad. Un estudiante llamado Marc Andressen que
estaba en el NCSA viajó por red, lo encontró y escribió el primer navegador: Mosaic. Este se
convirtió en Netscape Navigator y Andressen en Presidente de Netscape Communications
Corporation. Podemos decir que la combinación de tecnología y momento se produce cuando
estalla la web en 1994. (A. Bartolomé)
El Informe Mundial sobre la Educación (1998) de la UNESCO expresa que las nuevas
tecnologías constituyen un desafío a los conceptos tradicionales de enseñanza y aprendizaje,
pues redefinen el modo en que profesores y alumnos acceden al conocimiento, y por ello
tienen la capacidad de transformar radicalmente estos procesos. Hasta no hace mucho, las
clases tradicionales estaban centradas en el profesor, aisladas del entorno, con modalidad
pasiva de transmisión de la información, donde existían límites en el conocimiento, se exponía
y listo. Las TIC están produciendo el cambio en estas conductas clásicas, afrontando los
nuevos desafíos educativos con éxito, aprovechando las nuevas tecnologías y aplicándolas al
aprendizaje, con el fin de transformar el paradigma tradicional educativo. (UNESCO)
Entonces, qué nos propone el uso de las TIC: inmaterialidad, interconexión, interactividad
entre los sujetos y con la información, instantaneidad, calidad y flexibilidad de la imagen y
sonido, digitalización, influencia sobre los procesos (sociedad, educación, investigación y en
la medicina); rapidez en el desarrollo e implantación de las innovaciones; penetración en
todos los sectores; desarrollo de nuevos lenguajes (informático y multimedia); distribución de
la información no lineal; diferenciación y segmentación de los usuarios según sus
pretensiones o especialidades; preferencia hacia la automatización y sistematización en el
funcionamiento y el uso de las tecnologías; pluralidad de tecnologías y, capacidad de
almacenamiento formidable para depositar información. (F. Lizaraso Caparó)
También en el área educativa propone múltiples usos como, recurso didáctico, objeto de
estudio, medio de comunicación y medio para la administración y gestión de
investigación. (S.M. Santoveña Casal) Y en el quehacer diario de los médicos, están instaladas
mediante la informatización de historias clínicas, digitalización de imágenes radiológicas e
interconsultas vía web. Es de esperar entonces, que sea la herramienta fundamental para
potenciar la instalación definitiva en la EMC dentro de las opciones educativas disponibles. (A.
Margolis)
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Impacto en la educación
Cuando se habla de implementación de TIC en la educación, se hace referencia a una
educación virtual dentro del PEA, es decir, una clase no física, reemplazada en muchos casos
por sitios Web de depósito o desarrollo de contenido y tareas, donde el profesor físicamente
está presente a través de los instructivos o por medios de comunicación sincrónica o
asincrónica y el estudiante a distancia interactúa con el profesor u otros estudiantes a través
de las herramientas de comunicación desarrolladas tal efecto. Sus principales componentes
son: a) la plataforma virtual de enseñanza, b) el tutor, c) el contenido y tareas del curso d) el
estudiante y d) el uso de computadoras como mediador de aprendizaje. (M. Villarroel-Mareño
y col)
Antes de que un medicamento se pueda administrar a los seres humanos, se debe investigar
sus actividades farmacológicas y toxicológicas en sistemas in vitro y en animales. Las
actividades de los laboratorios farmacéuticos dirigidas al desarrollo de los medicamentos
nuevos están organizadas de tal manera que las sustancias químicas se investigan
sistemáticamente, dependiendo del tipo de medicamento, utilizando sistemas de prueba
bioquímicos, fisiológicos, conductales y farmacológicos, en la búsqueda de sustancias que
posean la actividad deseada. Esta investigación es de vital importancia para la industria
químico-farmacéutica, por lo que es claro que sólo es aceptable para los Laboratorios
garantizar la investigación de la más alta calidad.
De cualquier manera, se requiere una cantidad enorme de investigación para progresar del
descubrimiento inicial hasta obtener un producto terminado. Los químicos se ven en la
necesidad de crear o aislar hasta 5.000 sustancias diferentes para lograr obtener un solo
medicamento que se introduzca al mercado. Esto muestra a las claras, la fuerte inversión de
recursos en la investigación clínica que realizan las compañías farmacéuticas, la asignación
de expertos en esta disciplina y la concesión a estos de poder de decisión real en el sistema
de investigación y desarrollo.
El desarrollo de medicamentos, como negocio, es difícil, caro y está sujeto a altos riesgos. En
primer término, la investigación preclínica (que incluye sistemas de información, planificación
y evaluación de programas, síntesis orgánica, cernimiento y comprobación de actividades,
estudios de metabolismo, comparación con compuestos análogos propios y de la
competencia, toxicología elaborada y otros) es extraordinariamente costosa. Muy pocas
sustancias sometidas a estudios preclínicos merecen ser siquiera consideradas para su
posterior desarrollo clínico. Cuando una sustancia nueva ha resultado efectiva en pruebas
clínicas, puede todavía ser retirada ante la aparición toxicidad o efectos colaterales
imprevistos.
Ciertos efectos, por ejemplo, los psíquicos: angustia, depresión o los neurológicos: cefaleas,
mareos, zumbidos, etc. Muchas veces pasa inadvertidos en los animales de experimentación,
aunque se produzcan.
Existe una gran diferencia entre el animal sano, habitualmente usado y el hombre enfermo, en
el que deberá usarse el medicamento. Los progresos de la patología experimental no han sido
suficientes y en la mayoría de los casos la eficacia del medicamento debe inferirse en forma
muy indirecta.
ensayos toxicológicos:
toxicidad aguda
toxicidad por administración prolongada
toxicidad especial:
carcinogénesis
mutagénesis
teratogénesis
efectos sobre la fertilidad
Los estudios agudos de toxicidad son aquellos que implican la administración de una dosis
única, o unas pocas dosis administradas con intervalos idénticos, en el lapso de 24 hs. Los
estudios de toxicidad de larga duración (subagudos y crónicos) son aquellos que involucran la
administración diaria de medicamentos por períodos que varían de unos pocos días a varios
años. En general, se requiere que se ejecuten investigaciones en un mínimo de tres especies
diferentes de mamíferos (una de las cuales no debe pertenecer a los roedores). Primero se
determina la dosis (dosis única) letal mediana aguda (LD 50). Después se hace una serie de
pruebas utilizando diferentes rutas de administración para obtener información sobre el
espectro de dosis no tóxicas y las dosis letales, lo cual provee alguna información sobre la
dosis aproximada en los seres humanos. Al mismo tiempo se estudia la absorción, la
distribución, el metabolismo y la eliminación del medicamento.
Los experimentos sobre toxicidad prolongada pueden no ser necesarios si los medicamentos
(como los anestésicos locales y generales) son de aplicación eventual, pero son
indispensables para los de administración repetida. Estos estudios suelen completarse una
vez que se han hecho los primeros ensayos en el hombre, porque de esa manera se puede
elegir mejor el animal de experimentación más apropiado, de acuerdo a la farmacocinética y
al tipo de toxicidad mostrados.
Los estudios de toxicidad de larga duración están dirigidos a determinar los efectos tóxicos
(conductales, fisiológicos e histopatológicos) cuando un medicamento se administra
repetidamente; lo mismo que a determinar la relación dosis respuesta de tales efectos. Es
74
importante también el identificar el órgano blanco del efecto tóxico, evaluar la reversibilidad, y
los factores que influyen en tal efecto tóxico (sexo, edad, estado nutricional).
De acuerdo con la definición del Royal College of Phiyscians de Londres, ¨un voluntario sano
es un sujeto que, según la información disponible, no padece ninguna enfermedad
significativa con relevancia para el estudio propuesto, cuyas proporciones corporales y peso
están dentro de los límites normales, y que tiene un estado mental que le permite comprender
y otorgar su consentimiento válido para el estudio¨.
Fases clínicas
Estos esquemas de las fases no son rígidos y deben adaptarse a las distintas
pueden probar su eficacia en la fase I. En cambio, otros, como los antiblásticos, con
Estudios de Fase I
Los primeros ensayos en el hombre o fase I suelen realizarse en personas adultas sanas,
voluntarias, de entre 20 y 50 años, controladas e internadas durante el ensayo una vez que
hayan finalizados los estudios farmacológicos en animales. Comienzan con dosis únicas con
incrementos graduales, y luego con dosis múltiples que pueden aplicarse a una sola persona a
la vez, hasta cubrir el rango de las posibles dosis terapéuticas.
En la fase I puede ser la única ocasión, a lo largo de todo el desarrollo clínico, en la que se
puede medir la concentración de un fármaco en el plasma de sujetos expuestos a dosis altas.
Por tanto, debe analizarse la relación existente entre los niveles de fármaco en plasma y los
acontecimientos adversos o los efectos farmacológicos observados. Los resultados
obtenidos pueden ser decisivos para continuar o bien cancelar el desarrollo clínico. Si las
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reacciones adversas se consideran inaceptables, o bien si los resultados evidencias una mala
absorción o una eliminación excesivamente rápida, se puede optar por abandonar el proyecto.
Cuando se realiza el ensayo de dosis múltiples, las dosis a usar y los intervalos de
administración son decididos en función de los resultados observados con las dosis únicas.
Uno de los objetivos de los estudios a dosis múltiples es definir las reacciones adversas
limitantes y el margen de seguridad de los fármacos. Por tanto, una de las dosis debe ser,
como mínimo, lo suficientemente alta como para producir algún síntoma leve (aunque
tolerable). El otro objetivo es alcanzar el estado de equilibrio con respecto a la concentración
del fármaco en el organismo, hecho que ocurre al cabo de un tiempo correspondiente a 5
veces la semivida del fármaco. La duración de estos estudios dependerá de la naturaleza del
medicamento y de la intención de uso clínico que se tenga para el mismo. Cuando un
medicamento esté destinado al tratamiento crónico de una enfermedad, los estudios de dosis
repetida en fase I deberán tener una duración mínima de 4 a 6 semanas.
Los ensayos que se realizan en la fase I aportan una información sumamente importante,
sobre todo acerca de la tolerabilidad y la farmacocinética. No obstante, la dosis máxima
tolerada puede ser diferente en los voluntarios sanos y en los pacientes. La determinación, en
voluntarios sanos, del perfil farmacocinético, y sobre todo del tiempo de semivida de
eliminación, ayuda a diseñar la pauta terapéutica para los posteriores estudios de búsqueda
de dosis.
76
El tiempo que demandan los estudios esenciales concernientes a la fase I para poder pasar a
la fase II es de 6 a 8 meses, aunque la realización del programa completo de estudios de esta
fase puede demandar hasta 2 años.
Estudios de Fase II
En la fase II el medicamento se ensaya en personas enfermas para probar su eficacia
terapéutica y determinar la amplitud de variación de la dosis. Se evalúa la eliminación del
medicamento por el organismo, debido a que los pacientes pueden metabolizarlo de manera
diferente a los sujetos sanos. Los pacientes que ingresan a esta fase, no deben estar bajo
ningún tratamiento farmacológico activo y estar libres de alteraciones hematológicas,
hepáticas, renales, cardíacas u otras enfermedades que pudieran incidir en los resultados.
Para dar comienzo a estos estudios es indispensable que los encargados de planearlos y
realizarlos tengan un perfecto conocimiento de toda la información recogida en la fase
preclínica. Es por ello muy conveniente un contacto directo, personal, entre los investigadores
que han intervenido en dichos estudios y los que planean los clínicos, para una discusión
completa de los riesgos y las precauciones a tomar.
Suele dividirse en dos partes: fase II temprana y fase II tardía. La primera o fase II temprana es
la única que se incluye en los estudios iniciales en el hombre. En ella se usan grupos
reducidos de pacientes, estudiados con controles, pero sin anonimato (o ciego).
Al concluir con estudios de fase II temprana y antes de seguir adelante, debe haberse:
a. establecido que el nuevo compuesto puede ser administrado al hombre con seguridad
y riesgos controlados
b. provisto de la información farmacodinámica y farmacocinética suficiente como para
dar base a los ensayos terapéuticos subsiguientes.
Los ensayos fase II tardíos, están dirigidos a establecer la eficacia del medicamento en
reducir las manifestaciones de una enfermedad específica y a comparar su eficacia y efectos
indeseables con aquellos de otros medicamentos registrados con propósito similar.
Los objetivos son: evaluar la eficacia terapéutica, elegir la dosis definitiva, completar los
estudios farmacocinéticos y detectar reacciones adversas. Los responsables son los
investigadores clínicos (expertos en el tratamiento de las patologías a las que va dirigido el
medicamento en estudio) y especialista en farmacología clínica. Los secundan un equipo de
bioquímicos, biofarmacéuticos, toxicólogos y estadísticos.
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Al concluir los estudios de fase II tardía, debe haberse:
En un estudio fase III, la comparación ideal, para poder contestar la pregunta que el
investigador se plantea, es hacerlo frente ¨al mejor tratamiento existente¨ en la situación
clínica estudiada. Si la opción elegida es la de utilizar dos fármacos activos, la comparación
debe ser correcta pero además honesta. Mediante modificaciones en las pautas de
dosificación, siempre es posible plantear comparaciones en las que nuestro producto juegue
con ventaja y resulte, con seguridad, ganador.
Esta fase consiste en el estudio sistemático del medicamento en una población más
heterogénea de pacientes, para determinar su ubicación terapéutica en los distintos tipos de
enfermos, comparándolo con los medicamentos ya en uso. Se determinarán también los
efectos adversos, en situaciones más aproximadas a las que se encontrarán después de su
autorización, por períodos más prolongados y teniendo en cuenta la posibilidad de
interacciones con otros medicamentos.
Estos estudios corresponden a los ensayos doble-ciego, controlados con distribución al azar
ejecutados en un número suficiente de pacientes con el objeto de proveer información que
permita el análisis estadístico de la eficacia y seguridad del medicamento. Se realizan en
salas de hospitales o sanatorios, frecuentemente se hacen estudios multicéntricos y el
número característico de pacientes es de 2000, aunque en este caso las variaciones son aún
mayores que en el de las otras fases. El equipo debe incluir clínicos (generales o especialistas,
según los casos) a cuyo cargo directo estarán los enfermos, trabajando en estrecha
colaboración con el resto del equipo.
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Entre los criterios de exclusión se cuentan:
Los procedimientos utilizados para evaluar toxicidad clínica son similares a los empleados en
estudios fase I. Sin embargo, los estudios fase III proveen una mejor información debido a que
se utiliza una muestra de población más grande.
Estudios de Fase IV
La fase IV comienza después que el medicamento ha recibido una licencia para su
comercialización.
Hay dos tipos de estudios de fase IV. Unos son los que intentan profundizar en el
conocimiento que ya se tiene sobre el medicamento y otros son los específicos de
farmacovigilancia que comprenden estudios de postcomercialización, los que pueden
corresponder a exigencias de las autoridades sanitarias como condición indispensable para la
aprobación del registro. También puede ser dependiente del Laboratorio promotor en su
deseo de ampliar las indicaciones del fármaco o en su efecto sobre la calidad de vida.
79
En los años siguientes al inicio de la venta, el desempeño del medicamento se evalúa ya que
puede suceder que el uso extensivo del producto resulte en el descubrimiento de efectos
indeseables relativamente raros, toxicidad crónica desarrollada solamente después de años
de exposición (cáncer), interacciones con medicamentos previamente desconocidas, usos
potenciales nuevos o recomendaciones sobre esquemas de dosificación más apropiados.
Estos son los que intentan profundizar en el conocimiento que ya se tiene sobre el
medicamento a través de:
El fármaco puede permanecer con la denominación de ¨medicamento nuevo¨ por varios años
hasta que la oficina reguladora tenga confianza de que se ha acumulado información
adicional suficiente a partir del uso más amplio, para justificar la liberación del control estricto
aplicado a los medicamentos nuevos. Mientras el producto tiene la denominación de
medicamento nuevo, el fabricante tiene la obligación de comunicar cualquier información
nueva con relación a su seguridad o eficacia. La agencia reguladora posee el derecho de
suspender la notificación de aceptación concedida a un medicamento nuevo, si el hacerlo es
en beneficio público debido a hallazgos tales como falta de eficacia o toxicidad frecuente y/o
seria. De tal manera que la evaluación del desempeño de un medicamento no se suspende
cuando el producto obtiene aprobación y la licencia para la comercialización. Los médicos
deben evaluar constante y críticamente los efectos clínicos de los medicamentos antiguos y
nuevos.
En los ensayos de fase III como son de corta duración con un número de pacientes
insuficiente, no pueden determinar con el poder estadístico necesario, las diferencias entre los
grupos con respecto a las variables de eficacia más objetivas y ¨duras¨ (tiempo de
supervivencia o tiempo hasta la aparición de complicaciones cardiovasculares) y los
acontecimientos adversos graves o mortales. La realización durante la fase IV de ensayos
clínicos complementarios de más larga duración y con muestras mayores puede permitir,
junto con el matanálisis de la totalidad de los estudios realizados, una determinación más
fiable de la relación beneficio (efectividad) - riesgo.
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La evaluación final del medicamento solo puede hacerse después de haber sido puesto a
disposición del Cuerpo Médico y a través de su uso extenso en esas condiciones. Así, podrán
descubrirse efectos adversos que por su frecuencia o por ser influídos por factores no
existentes en las condiciones controladas en los experimentos, no han sido detectados en las
fases anteriores. Es importante la comunicación de las observaciones individuales a alguno
de estos centros. Es el paso difícil, el crítico. El que va del hallazgo personal a la información a
algún organismo capaz de valorarlo e investigarlo si hace falta. Ese primer paso se da muchas
veces en forma de carta de los lectores o formas parecidas enviadas a revistas médicas.
Otras son recogidas por los laboratorios de productos medicinales a través de su contacto
con el Cuerpo Médico. Otras son detectadas directamente en Centros de Vigilancia
Farmacológica o son comunicados a los mismos a través de formularios especiales que
éstos confeccionan y envían a todos los médicos y organismos que puedan detectar
comportamientos no esperados de los medicamentos.
Es importante señalar que todo ese sistema de alarma acerca del uso de los medicamentos
no hace más que alertar sobre determinados hechos y que constituye un conjunto de
observaciones simples. No constituyen prueba de relación causal y la mayoría de las veces
sólo permiten sospechar una asociación entre determinados efectos y el medicamento. Para
comprobar esa asociación o para establecer relaciones causales será necesario el uso de
técnicas de observación científica (caso control o cohorte) o el desarrollo de verdaderos
experimentos, clínicos o de laboratorio.
Esto ocasiona, que la gente, que vive en una constante exposición a situaciones de estrés
relacionada con el COVID19, miran, algunos con desconfianza, a la “ciencia”, a la cual,
reclaman una rápida disponibilidad de nuevas drogas y vacunas eficaces que les permitan
volver a la normalidad. Sin duda, lo antes comentado, ha llevado hasta un límite nunca
sospechado, la decisión de acortar los tiempos propios para desarrollar “la cura”, hasta un
punto que podría comprometer la validez de los métodos usados.
De todas maneras, en esta emergencia de salud pública, lo típico es ser atípico. El gobierno de
Estados Unidos dio una respuesta rápida, reuniendo a agencias gubernamentales,
contrapartes internacionales, instituciones académicas, organizaciones sin fines de lucro y
compañías farmacéuticas para desarrollar una estrategia coordinada para priorizar y acelerar
el desarrollo de las vacunas más prometedoras. Incluso ha realizado inversiones en la
capacidad de fabricación necesaria bajo su propio riesgo, dando a las compañías la confianza
de que pueden invertir agresivamente en el desarrollo y permitiendo una distribución más
rápida de una eventual vacuna.
Una Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés), es un mecanismo
para facilitar la disponibilidad y el uso de contramedidas médicas, incluidas las vacunas,
durante las emergencias de salud pública, como la actual pandemia causada por el COVID-19.
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Dado esto, la Agencia Federal de Drogas y Alimentos (FDA) de este país, puede permitir el uso
de productos médicos no aprobados, o los usos no aprobados de productos médicos
aprobados en una emergencia para diagnosticar, tratar o prevenir enfermedades o afecciones
graves o que pongan en peligro la vida, cuando se hayan cumplido ciertos criterios
regulatorios, entre ellos que no existan alternativas adecuadas, aprobadas y disponibles.
Teniendo en cuenta los aportes de la FDA, los fabricantes deciden si y cuándo presentar una
solicitud de EUA a la FDA.
En estos casos límites, las fases de investigación se acortan de manera abrupta. En la fase 1,
la vacuna se administra a pocas personas generalmente sanas para evaluar su seguridad en
dosis crecientes y obtener información temprana sobre la eficacia de la vacuna para producir
una respuesta inmunológica en las personas. Los estudios de fase 2 incluyen a más personas,
en los que se prueban diversas dosis en cientos de personas con estados de salud
típicamente variables y de diferentes grupos demográficos, en estudios controlados
aleatorios. Proporcionan información adicional de seguridad sobre los efectos secundarios y
los riesgos comunes a corto plazo, examinan la relación entre la dosis administrada y la
respuesta inmunológica, y pueden proporcionar información inicial sobre la eficacia de la
vacuna. En la fase 3, la vacuna se administra generalmente a miles de personas a través de
estudios controlados aleatorios en los que participan amplios grupos demográficos (es decir,
la población a la que se le planea usar la vacuna) y se genera información crítica sobre la
eficacia y datos importantes adicionales sobre su seguridad. Esta fase proporciona
información adicional sobre la respuesta inmunológica en las personas que reciben la vacuna
en comparación con las que reciben un control, como un placebo.
Desde el punto de vista de la seguridad, la FDA espera que en la fase 3 incluyan una mediana
de seguimiento de al menos 2 meses (lo que significa que al menos la mitad de los que
reciben la vacuna en la fase 3 de los estudios clínicos tengan al menos 2 meses de
seguimiento) después de la finalización del régimen completo de vacunación.
Este tipo de uso en situaciones de emergencia de intervenciones que no han sido probadas
podría estar justificado éticamente en el contexto de la COVID-19. La OMS ha especificado las
condiciones en las que es ético este "uso monitoreado en situaciones de emergencia de
intervenciones experimentales y no registradas" (MEURI, por su sigla en inglés): 1. No existe
un tratamiento efectivo probado. 2. No es posible iniciar estudios clínicos inmediatamente. 3.
Los datos preliminares sobre la eficacia y seguridad justifican la intervención, y el uso de la
intervención fuera del contexto de un ensayo clínico ha sido sugerido por un comité científico.
4. El uso de conformidad con MEURI está aprobado por las ARN, otras autoridades pertinentes
y un CEI. 5. Se dispone de recursos para minimizar los riesgos. 6. Se ha obtenido el
consentimiento informado de los pacientes. 7. El uso de emergencia de la intervención es
monitoreado y los resultados se documentan y comparten de manera oportuna. El uso de
emergencia en estas condiciones de intervenciones que no han sido probadas puede
contribuir a la generación de evidencia débil, al tiempo que asegura una supervisión adecuada
y hace posible el acceso a intervenciones que pueden ser beneficiosas
Lectura Recomendada
• Bazerque Pablo M y Tessler José. Métodos y técnicas de la investigación clínica. 1º
edición. Editorial Toray. 1982 Argentina
82
• Bakke Olav M., Carné Cladellas, Xavier y García Alonso, Fernando. Ensayos clínicos con
medicamentos. Fundamentos básicos, metodológicos y práctica. Editorial Doyma 1994
Barcelona. España
• El futuro de los ensayos clínicos con medicamentos El sentido y las razones del
cambio César Hernández García, Mariantonia Serrano Castro y Luis Arturo Pérez
Bravo https://www.fundaciogrifols.org/documents/4662337/4688901/cap17.pdf/db4
7f0c2-dbcb-419e-8fbb-51d8b4788dca
• Ministerio de Salud de la República Argentina. Recomendaciones sobre el
consentimiento informado en ensayos clínicos COVID 19
• https://www.sadi.org.ar/documentos/guias-recomendaciones-y-
consensos/item/1292-recomendaciones-ci-ensayos-clinicos-covid-19
• Explicación de la Autorización de Uso de Emergencia para las
Vacunas https://www.fda.gov/vaccines-blood-biologics/vaccines/explicacion-de-la-
autorizacion-de-uso-de-emergencia-para-las-vacunas
• Consideraciones para la supervisión regulatoria de los ensayos clínicos en la pandemia
de COVID-
19 https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/52303/OPSIMSHSSMTCOVID-
19200022_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
83
http://cursos.fasgo.org.ar
Consensos FASGO
http://consensos.fasgo.org.ar
Info FASGO
http://info.fasgo.org.ar
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