Analisis Critico
Analisis Critico
Analisis Critico
En términos generales, se considera como país desarrollado a todo aquel que presenta
altos niveles de calidad de vida, con amplio desarrollo industrial y socioeconómico. Son
países que poseen un producto interno bruto (PIB) y un producto nacional bruto (PNB)
altos, así como un índice de desarrollo humano elevado.
El sector industrial, comercio y los avances económicos son importantes factores
económicos en estos países. Esto permite la existencia de un mercado laboral activo.
Además, una gran parte de la población tiene acceso a la educación superior y hay una
alta tasa de escolaridad.
La estabilidad política y social son elementos claves dentro de estos países. No hay
conflictos armados internos, y presentan un mejor reparto de la riqueza y mayor igualdad
social, El sistema de salud es fuerte, y la seguridad social se encuentra al alcance de la
mayoría de la población. La tasa de mortalidad infantil es mínima y la esperanza de vida es
más larga que en otros países con menor desarrollo.
La situación del subdesarrollo no es sólo resultante de factores económicos; también se
da asimismo todo un conjunto de elementos condicionantes, económicos y no
económicos, externos e internos al país en cuestión, que impiden cualquier generalización
o reducción simplista del fenómeno: desarrollo histórico, localización geográfica y
geopolítica, estructura de clases, sistema político e institucional, dotación de recursos e
infraestructura, nivel cultural y, sobre todo, el tipo de inserción en el contexto económico
mundial, del que derivan las relaciones específicas que tienen los países subdesarrollados
respecto a los principales centros de poder económico y político en el mundo.
Se busca crear conciencia de en el mercado interno para que este influya directamente en
el crecimiento de las oportunidades de satisfacción de las necesidades sociales. Por esta
razón las acciones realizadas en este artículo deben ser motivo de estudio, cuyas
conclusiones permitan efectuar intervenciones, a nivel de diseño o rediseño de las
estructuras de las mismas. Al mismo tiempo proponer las estrategias de organización,
tácticas y competitivas de gestión, que ayuden a impulsar y a direccionar una cultura de
emprendimiento creando competitividad que a la vez permitan a las mypes poder crecer y
expandir su oferta de mercado a nivel internacional.
El comercio internacional hace posible que cada país posea una mayor cantidad de todos los
bienes que los que podría producir en aislamiento, a una determinada cantidad de factores de
la producción. Mientras más favorables sean para sí las relaciones reales del intercambio,
mayor será el beneficio para cada país que participe en el mismo. Por lo tanto, los beneficios
del comercio internacional se distribuirán conforme a la intensidad y elasticidad de la
demanda recíproca internacional que es la que determina dichas relaciones de intercambio.
Comercio internacional y crecimiento económico: ¿cómo influyen
en el hambre de América Latina?
Las economías de América Latina y El Caribe en los últimos años han bajado su ritmo de
crecimiento. En América Latina no hay hambre por falta de comida, hay hambre por falta
de ingresos y por la desigualdad económica que padecen millones de personas. Cuando
cae la economía, cae el empleo, caen los ingresos y aumentan las cifras de hambre en
américa latina, La región ha visto un aumento en el hambre en los últimos años, con un
incremento de 9 millones de personas desnutridas.
Lo anterior permite afirmar sin lugar a duda que, además de los problemas éticos y
sociales que entraña la desnutrición, se añaden consecuencias económicas negativas.
Dichos costos no se limitan al ciclo de vida de cada persona, sino que afectan a sus hijos,
los que también serán más vulnerables, perpetuándose así la desnutrición y la pobreza.
La preocupación por la desnutrición es tanto más pertinente en América Latina por
tratarse de una región cuya capacidad en producción alimentaria supera lo requerido para
cubrir las necesidades energéticas de la población. A pesar que los gobiernos han suscrito
declaraciones en contra del flagelo del hambre y la desnutrición, estos problemas
persisten y reflejan las grandes inequidades que atraviesa la región. Tal es así, que
actualmente en América Latina y el Caribe 53 millones de personas carecen de alimentos
suficientes para cubrir sus necesidades, Erradicar el hambre y la desnutrición constituye,
por tanto, una meta concreta y urgente. Sabemos que nuestra región produce insumos
alimentarios en cantidad suficiente para cubrir las necesidades equivalentes al triple de las
que tiene su población.
Existe, entonces, un espacio para la esperanza y una oportunidad para que los gobiernos y
la sociedad civil ayuden a las familias en extrema pobreza a romper con el círculo vicioso
del hambre y la pobreza. Con la voluntad política y el esfuerzo concertado podemos
universalizar el acceso a alimentos nutritivos y servicios básicos de salud, garantizar el
acceso a la educación, y contribuir a romper el ciclo del hambre en el lapso de una
generación. Es aquí donde se evidencia la brecha o el abismo que tiene la política ante lo
social, ya que, si se formulan las políticas adecuadas para cada gobierno, se podría
destinar una parte del presupuesto interno hacia la inversión social donde la nutrición
seria el pilar de la cumbre de la pirámide y con este ir de la mano con el crecimiento
económico, la innovación tecnológica, la productividad del trabajo entre otros; y así
ayudar a sector rural que es uno de los más afectados tanto en el crecimiento económico
como el hambre y desnutrición en millones de familias campesinas que siendo la
manufactura de estos alimentos se ven en la difícil situación de quedarse sin insumos o
recursos para su propia alimentación.