Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Antología Mentira La Verdad L&L

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

ANTOLOGÍA DE TEXTOS AUDIOVISUALES

LENGUA Y LITERATURA
DEPARTAMENTO DE ESPAÑOL
THE ENGLISH SCHOOL

1
“Estamos acostumbrados a tener una
particular mirada sobre el mundo y, en
ocasiones, nuestra forma de pensar nos
parece inobjetable. Sin embargo, ¿qué
sustenta nuestras ideas? ¿Hay una sola
forma de pensar la realidad o el estado de
las cosas? El filósofo argentino Darío
Sztajnszrajber desarrolla, problematiza y
pone en tensión diferentes supuestos
sobre la historia, la belleza, el amor, la
felicidad, la identidad y otros temas.”
(CITAhttp://encuentro.gob.ar/programas/serie/8023)

ÍNDICE

1. LA IDENTIDAD

2. LA FELICIDAD

3. LO FEMENINO

4. EL AMOR

2
¿Quién soy? ¿quiénes somos? ¿soy siempre el mismo? ¿necesito saber quién soy? ¿soy lo que
quiero ser? ¿o soy lo que otros necesitan que yo sea?

La palabra identidad proviene del latín ídem, que significa lo mismo, lo que se repite siempre
igual. Pareciera que para responder la pregunta acerca de nuestra identidad deberíamos
encontrar algo inmutable en nosotros, algo que no cambia nunca. Pero, ¿se puede pensar la
identidad así, en el mundo de hoy? ¿se puede encontrar algo que no cambie en un mundo donde
todo cambia?

Tal vez una identidad estable nos brinda un poco más de seguridad, nos ayude a entender
quiénes somos, pero también nos asfixie y nos condene a abandonar la búsqueda ¿o alguien cree
que la pregunta por la identidad tiene respuesta?

3
El principio de identidad es uno de los principios que la filosofía occidental ha postulado para
ordenar lo real, el mundo que nos rodea. La identidad nos asegura que un ente es idéntico a sí
mismo, o sea que cada cosa es lo que es y no otra cosa. La identidad es lo que define la
naturaleza o esencia de cualquier entidad, sea una cosa, una persona o un grupo. Esta naturaleza
pueda ser reconocida por sí misma sin considerar sus elementos accidentales; por ejemplo, Luis
es Luis y esto define su identidad, es lo que no cambia, mientras resulta secundaria la ropa que
utiliza, el color de su pelo, o sus diferencias con el resto de las personas. No es que no sean
factores importantes, pero en términos absolutos, habría como un Luis en sí mismo, totalmente
independiente de otros factores accidentales, como el color de su pelo, su bigote, sus ideologías,
su religión o sus prácticas de consumo.

Esencialismo
Llamamos a esta forma tradicional de pensar a la identidad con el nombre del esencialismo. Una
esencia es por definición aquello que hace que algo sea lo que es y no otra cosa, algo que se
mantiene sin cambiar, mientras todo el resto puede modificarse. Por otro lado, si descartamos
todas las características circunstanciales, nos encontraríamos supuestamente con su esencia,
con algo más profundo que lo define, y sin embargo, este supuesto Luis desnudo está todavía
inscrito en un aquí y ahora, todavía es Luis, tiene un nombre, ¿y no es el nombre también un
producto de la cultura? ¿no hay algo más allá de lo circunstancial, de lo accidental, que hace a
cada persona?
Si la respuesta es sí, estamos hablando de esencias; si la respuesta es no, se nos empieza a
desmoronar un concepto clave del pensamiento occidental, porque si no hay nada más allá de la
circunstancias que definen lo que Luis es, ¿cómo sabríamos que se trata siempre de Luis?

De todas maneras, el esencialismo tiene problemas más grandes, cuando pasamos de pensar
identidades individuales a identidades colectivas, como las sexuales, las religiosas, las
culturales y las nacionales. Una lectura esencialista de la nacionalidad, plantea que existe un ser
nacional con una naturaleza clara y definible, pero en países con una larga historia migratoria,
como el nuestro, se vuelve realmente muy difícil identificar cuáles son sus características. Lo
importante es cómo se fundamenta esta idea, porque una cosa es que se puedan identificar
ciertos patrones de comportamiento cultural, y otra cosa muy distinta es querer justificar una
esencia nacional, como si existiese un ADN nacional por haber nacido en este territorio. En
nombre de la esencia nacional se han excluido y se siguen dejando afuera a muchas personas.

¿Y si lo que denominamos identidad en sentido estricto no existe? ¿qué pasa si lo que


consideramos esencias no son más que construcciones de sentido hechas por el hombre de
acuerdo a intereses, procedencias o contextos particulares? ¿qué pasa si pensamos que la idea
de esencia responde más bien a una cuestión de poder? esto es a pretender fijar una idea
particular como si fuera una idea verdadera, para que nadie pueda modificarla. ¿Qué pasa si
4
cambiamos el fundamento mismo de la identidad, y empezamos a pensarla más que como una
certeza, como una búsqueda? ¿qué pasa si en vez de preguntarnos quién soy, nos preguntamos
qué voy siendo? ¿cómo me voy creando mejor a mí mismo? ¿qué pasa si entendemos que todo
lo que pensamos como natural, lo que concebimos como naturaleza, no es más que una
construcción de sentidos?

Contingencialismo
Contingente es un término que se opone a necesario. La contingencia postula que las cosas
siempre pueden ser de otra manera, mientras que la necesariedad sostiene que las cosas son de
única manera y así son para siempre. Por ejemplo, es necesario que un triángulo tenga tres
ángulos para ser triángulo, pero es contingente que el lapicero sea azul, porque podría ser negro
y seguiría siendo lapicero. Una identidad contingente subraya el carácter cambiante de lo real, la
transformación constante, las cosas devienen siempre porque sus sentidos que son
establecidos por los hombres cambian siempre.

Para los antiguos griegos, el hombre era un alma encerrada en un cuerpo; mientras que para
nosotros hoy, somos una especie más que habita este planeta y estamos en constante
transformación. Pero, ¿hay un ser humano en sí? ¿hay una definición de la esencia del hombre?
¿o el hombre es un ser contingente que se está transformando y reinventando todo el tiempo?
Hay un filosofo griego llamado Heráclito de Efeso, también conocido como el oscuro porque los
fragmentos de su obra están escritas en un tono enigmático, misterioso, poético. Una de sus
frases más famosas: “nadie puede bañarse dos veces en un mismo río”. Esta frase famosa pasó a
la historia porque representa la vigencia del cambio por sobre todas las cosas, que nosotros
somos como un río y estamos todo el tiempo cambiando. Cuando tratamos de entender quiénes
somos, si somos siempre el mismo, es bueno volver siempre a esta frase, para darnos cuenta
que, como un río, a cada hora, siempre estamos siendo otros.

Consumismo
Lo que concebimos como naturaleza no es más que una construcción de sentidos. Si uno está
siendo otro todo el tiempo, ¿es cuestión de elegir cada uno la identidad que uno quiere? Lo
contrario al esencialismo no es una sociedad donde un conjunto de yoes eligen libremente que
quieren ser a cada hora del día, esta forma de entender la identidad confunde la identidad con
consumo.

En una sociedad de consumo, nuestras identidades culturales están atravesadas por el


consumo cultural de marcas, y las marcas se ubican por encima de los productos, esto hace
ingresar a la identidad en el terreno de las estrategias de marketing. Pero si somos lo que
consumimos, ¿no somos lo que otros quieren lo que seamos?

5
Identidad como texto
La identidad en definitiva es un texto, es un relato que nos hacemos nosotros mismos sobre
nosotros mismos, nos contamos a cada momento lo que somos, nos contamos para contarlo.
Cuando alguien habla de sí mismo, no está poniendo en juego toda su verdad, lo que hace, en
parte concientemente, y en parte no, es combinar una serie de variables que dan como resultado
lo que él es en este momento, lo que él quiere ver de sí mismo, lo que puede, lo que hace es
interpretarse.

Siempre estamos interpretando, recortando, parcializando. Somos en el mundo, estamos en un


mundo social, cultural, de género, de clase, por eso si estoy todo el tiempo cambiando resulta
fundamental estar abierto a lo que puede inspirarme al cambio, estar abierto a los otros, estar
abierto a lo que puede contaminarme. Una identidad cerrada supone que quede afuera siempre
algo que se invisibiliza, lo otro, lo extraño, se vuelve invisible, incomprensible o intolerable.

La identidad se juega en terreno de lo propio, y lo propio se consolida encerrándose,


amurallándose. Por eso, la presencia del otro, la irrupción de lo extraño, va desarticulando estas
murallas, mostrando que en definitiva todos somos otros. Nada hay en estado puro en este
mundo, todo es mixto: no hay etnias, nacionalidades, religiones que no se vayan constituyendo en
el contacto con lo diferente.

¿Qué mundo en definitiva queremos? ¿un mundo solo para los semejantes? ¿o un mundo abierto
para todos?

Sztajnszrajber Darío: Mentira la verdad- La identidad (transcripción):

FUENTES:

J. (2020, 1 abril). La Identidad. Prometeo.


https://prometeo914.wordpress.com/2017/05/04/la-identidad/

Mentira la verdad: La identidad (English subtitles) - Canal Encuentro. (2012, 13 noviembre). [Vídeo].
YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=-Cz3HvhUojk

6
¿Cómo soy? ¿por qué soy así? mortal, humano, flaco, deprimido, macho, melancólico, padre, hijo.
Pero, ¿no hay un rasgo más importante? ¿no hay una base, algún sustrato, por debajo de todo
que defina lo que soy? La identidad es la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo?

La búsqueda de la identidad consiste en distinguir entre ese sustrato y lo que puede ser de otra
manera. ¿Hay algún rasgo que debería sí o sí estar para que yo siga siendo yo? ¿y el ser macho
podría cambiar de sexo? ¿y si cambiase de sexo seguiría siendo yo? ¿cambiar de sexo es pasar
de ser varón a mujer, y de mujer a varón? ¿hay solo dos posibilidades?, y de ser así ¿no estamos
reduciendo la cuestión de la sexualidad a una cuestión biológica? pero ¿qué tiene que ver la
biología con la identidad? ¿qué tiene que ver la sexualidad con la naturaleza? ¿podemos, cuando
hablamos de la identidad sexual, salirnos del pensamiento binario?

¿Qué es el binario? el binario indica que solo hay por naturaleza dos figuras sexuales: lo
masculino o lo femenino, que ambas figuras son interdependientes y que se encuentran en la
naturaleza del ser humano. Pero está claro que todo es deconstruible, cuestionable, y que sobre
todo encubre otro problema conceptual: haber ocultado la historia de la mujer como la historia de
un sometimiento.

El binario plantea una igualdad ontológica entre el varón y la mujer, que en la historia se ha
plasmado como una historia de violencia. Pensar en lo femenino es por ello ya una práctica
política.

Pensamiento griego y tradición bíblica


Tanto en el pensamiento griego como en la tradición bíblica, la mujer ha sido configurada desde
la falencia, por ello con un claro lugar de subordinación frente al hombre macho. Así se va
naturalizando la idea de la mujer como acompañante del varón, perdiendo autonomía propia,
como si solo fuera aquello que viene a acompañar al masculino, casi como un accesorio, cuya
única función se encuentra reducida al rol materno.

7
La identificación entre mujer y madre ha sido uno de los peores vaciamientos de la
identidad femenina, de nuevo la carencia, una mujer que no es madre es vista en nuestra cultura
como una mujer no realizada, o peor, como un ser humano no realizado.

Aristóteles y el ser incompleto


¿Qué es la carencia? es pensar a la mujer desde la falta, frente a un supuesto hombre pleno, y se
asocia genitalmente con la falta de pene. La mujer carece de pene y por eso es vista como un ser
incompleto. Así describía Aristóteles a la hembra, un macho que no ha alcanzado el suficiente
grado de desarrollo.
Hembra = macho no realizado.

La vagina ha sido visualizada como ausencia de pene. Ya desde pequeños escuchamos la peor
de las sentencias: el nene tiene pene, pero la nena no tiene nada; como si la vagina no fuese un
órgano, como si la vagina fuese nada.

Así, se entiende a la mujer como un ser carente, y la falta siempre ha sido clave en la
construcción de las grandes discriminaciones de la historia: la mujer no tiene nada, el negro no
tiene color, el indio no tiene cultura: siempre la falencia frente a un dominante que posee, e
impone su posesión como norma universal.

El género masculino desplaza a la especie, la monopoliza, y en ese acto deja afuera a todo el
resto, pero ¿quién es es resto? ¿las mujeres? ¿todo se resuelve en el binario hombre/mujer? ¿o
es el binario el verdadero problema?

Parménides y el pensamiento binario

El pensamiento griego ha sido quien mejor ha plasmado la lógica binaria como expresión
ontológica. Ha dividido no solo las formas del pensar, sino las formas de la realidad toda en dos:
ser o no ser, no hay tercera opción.

Sostiene Parménides que no se puede ser y no ser al mismo tiempo, pensamiento binario, se
descarta lo contradictorio, lo mixto, lo ambiguo y se estructura una realidad con límites claros y
precisos: o se es macho, o se es hembra. No existe una tercera opción, y si la hay es monstruosa,
y por eso sanable, arreglable, condenable, exorcisable.
La diferencia sexual se fue consolidando en el mundo griego a partir de una jerarquía ontológica,
con el macho como modelo de lo humano, la mujer como acompañante incompleta, y todo lo que
exceda al binario como síntoma de una enfermedad.

Macho: modelo de lo humano


Hembra: acompañante incompleta
Por fuera del binario: monstruosidad

8
El Feminismo
¿Qué es el feminismo? es la lucha emancipadora de la mujer. Todos los feminismos coinciden en
cuestionar la opresión histórica que la mujer viene padeciendo, pero todos divergen en cuál es el
propósito de la lucha: ¿qué se busca? ¿igualdad o diferencia?

Si la lucha es para que la mujer tenga los mismos derechos que el hombre ¿no estamos
perpetuando así una sociedad perpetuada por el macho? ¿no habría entonces mejor que
cuestionar las bases mismas de la identidad sexual?

Feminismo liberal-sufragista
El feminismo nace en la Ilustración, como un discurso que defiende la igualdad de derechos para
las mujeres. El primer feminismo fue el liberal-sufragista, tenía como objetivo lograr el derecho al
voto y el acceso a la educación, pero también el derecho al libre acceso a los estudios, la igualdad
de derechos civiles, de potestad sobre los hijos, de salarios.

Feminismo radical
Los 60s y 70s fueron tiempos de feminismo radical, un feminismo con un fuerte impulso igualitario,
anti-jerárquico, anti-capitalista, anti-racista y en contra de la fuerte hegemonía masculina. Se
conformó como un movimiento contra el patriarcado, a quien consideraba el sistema básico de
opresión, sobre el que se levantaba el resto de las opresiones.

Feminismo cultural, o de la diferencia


Del feminismo radical se desprende otra corriente, el feminismo de la diferencia o feminismo
cultural, centrada en la lucha ya no por la superación de los géneros, sino por la defensa de la
diferencia sexual. Rechazan a la lógica de la identidad y de la homologación al sujeto masculino, y
promueven una nueva lógica: un nuevo orden simbólico pero desde la mujer como diferencia.
Por todo esto, mejor que hablar del feminismo deberíamos hablar de los feminismos. En realidad,
los feminismos inician en la pregunta por el lugar de la mujer, una deconstrucción más radical de
la identidad sexual toda. Deconstruyen la relación de la identidad con lo biológico y evidencian la
violencia de todo pensamiento binario.

Pensamiento sexual binario


El pensamiento binario a partir de Aristóteles va generando pares de conceptos que asocian al
macho y a la hembra con categorías jerárquicas: el varón es el amo, es el adulto, es el dueño, es
la razón; la mujer es la que sirve, la infantil, la posesión, la emoción. Se asocia siempre al varón
con el poder, el macho es el que manda porque es el fuerte y el que piensa.

Varón: amo, adulto, dueño, razón


Mujer: la que sirve, infantil, posesión, emoción

Con el paso de la historia se van transformando los conceptos, pero siempre permanece la
relación de dominancia y su justificación natural. Así, se va construyendo una cultura
9
falogocéntrica (falos+logos), que hace del varón el único que puede alcanzar el desarrollo pleno
de la racionalidad; y por ello solo el varón puede decidir convenientemente, la mujer al ser
vinculada permanentemente con la emoción es quitada del lugar de la toma de decisión, y puesta
únicamente en la tarea de acompañamiento del hombre.

Se crea así el lugar de lo femenino casi como si fuese una verdad natural: la mujer solo puede
organizar la realidad de modo afectivo, y por eso es improductiva; o la mujer se deja llevar
demasiado por las emociones, y por eso es ineficiente.

Identidad sexual
Pensar la identidad sexual es diferenciar, antes que nada, entre el sexo biológico y el género.
Nacemos con un sexo biológico, pero al género lo vamos construyendo, y en esa construcción
constelan toda una serie de variables familiares, culturales, epocales, sociales, de las cuales la
biológica es solo una más.

Sexo biológico ≠ Género

Deconstruimos fundamentalmente tres axiomas: primero, que el sexo biológico sea el que define
nuestra identidad sexual; segundo, que la identidad sexual tenga que ver con la genitalidad; y
tercero, que la identidad sexual sea binaria, o masculino o femenino sin otras posibilidades. Pero
entonces, ¿cómo pensar la identidad sexual por fuera de estos axiomas?

La identidad de género propone desarmar la conexión esencial que hay entre sexualidad y
genitalidad. Puedes haber nacido con cuerpo de mujer, construir un género de varón y seguir
teniendo genitales femenino. La identidad de género excede las dos posibilidades sexuales que
se supone hay por naturaleza, ya que si se sigue aferrado al binario se sigue reproduciendo la
matriz.
Es que lo que está en juego con la ruptura del binario es algo mucho más profundo, hablamos de
la diversidad sexual en sus múltiples figuras, lo contrario a varón no es mujer, sino no-varón, y que
la categoría de no-varón excede ampliamente lo que entendemos por mujer. Así, plantea todo una
serie de posibles combinaciones hibridaciones, mixturas: romper el binario es ir más allá de la
transexualidad, hacia el mundo del transgénero.

Ruptura del binario: ir de la transexualidad al transgénero

El binario no puede entender a la transexualidad sino como una enfermedad. Las personas que
quieren cambiar de sexo son consideradas anómalas, contra-natura: hay machos, hembras y
aparte están los anómalos transexuales. Es que para el binario se puede nacer varón, y querer
ser mujer o viceversa, se puede, pero es insano.

Por eso el transgénero va por más, se puede cualquier cosa, porque se rompen todos los
determinismos naturales, y como afirma Beatriz Preciado, la contra-sexualidad no es la creación
de una nueva naturaleza, sino más bien el fin de la naturaleza como orden.
10
Todos los argumentos del transgénero se basan en desarmar el dispositivo que une la identidad
con lo natural, pero además nada en la naturaleza es estático, y hasta se podría pensar que el
binario masculino-femenino es parte de una etapa evolutiva del ser humano, que se está
superando. Hoy hay múltiples categorías que son indicios de una lenta transformación de la
especie: travestis, transexuales; pero también intersex cyborgs, género neutro, indeterminado;
casi como una estaca al corazón del pensamiento binario, o sea de la cultura occidental.

Una frase de batalla del feminismo radical tal vez resuma todo esto: lo personal es político.
Históricamente se ha confinado a la mujer al mundo de lo doméstico y por eso en ningún otro
lugar se ejerce la lucha emancipatoria como en la familia, en el hogar, en lo personal. Desmontar
el lugar de subordinación de la mujer es mostrar la complicidad de un pensamiento que, en su
matriz binaria, no hace otra cosa que excluir y marginar a todos los que no ingresan en sus
categorías. Y ni siquiera se trata del desmontaje de la identidad con respecto con la naturaleza, se
trata de algo mucho más subversivo, comprender que en la naturaleza nada es definitivo.

La pregunta por la identidad es la tensión entre la necesidad de afirmarse a algo, y la certeza de


que todo puede ser de otra manera. Algunos entienden esta tensión de modo angustiante, otros la
leemos como la apertura para hacer del ser humano un lugar más libre.

Sztajnszrajber Darío: Mentira la verdad- Lo femenino (transcripción):

FUENTES:

J. (2020b, abril 1). Lo Femenino. Prometeo.


https://prometeo914.wordpress.com/2017/05/31/lo-femenino/

Mentira la verdad - Lo Femenino. (2014, 1 noviembre). [Vídeo]. YouTube.


https://www.youtube.com/watch?v=prrfQhkUeFo

11
¿Qué es el amor? ¿para qué sirve? ¿a dónde me lleva? ¿el amor me llena o me vacía?
¿se puede pensar que el amor no llene? El amor me llena porque es algo que busco,
encuentro, consigo e incorporo, algo de lo que me apropio. El amor, una propiedad ¿el
amor una propiedad? ¿el amado un objeto? Es que si el amor me llena, me completa, me
expande, me engorda, entonces cuando amo el otro solo es un objeto para mí, el otro se
convierte justo en el alimento necesario para mi crecimiento ¿entonces dónde queda el
otro? o peor ¿queda un otro? Si el amor tiene que ver conmigo, ¿importa quién es el otro?
¿o importa que ese otro encaje justo en lo que yo necesito que el otro sea? Y si así fuera
¿no se transforma el amor en una relación con uno mismo? ¿pero eso es el amor? Si no
hay un otro, ¿existe? ¿no puede ser el amor solo la ficción que nos inventamos para no
asumirnos definitivamente animales? ¿no puede ser solo una distracción, una anestesia
para olvidar que, pase lo que pase, igual nos vamos a morir?

Muchas, demasiadas preguntas, y sin embargo, un único dilema: o el amor tiene que ver
conmigo, o el amor tiene que ver con el otro. ¿Cuál es el campo del amor? ¿por qué lo
relacionamos con el matrimonio, el sexo, la monogamia, la reproducción? ¿por qué lo
relacionamos con todo? ¿pensar al amor, ayuda? ¿qué tiene para decir la filosofía sobre
el amor? ¿no es la filosofía amor a la sabiduría? ¿no es la filosofía entonces un acto de
amor? ¿y no padecen ambos la misma fatalidad? estar buscando infructuosamente algo
que siempre se nos escapa, o peor, saber que aunque no hay nada, no podemos dejar de
buscar.

12
Visión optimista del amor
En la versión cotidiana que fue llegando hasta nosotros, el amor siempre está relacionado
a algo positivo. El amor trae la felicidad. Después están los hechos, e incluso en cualquier
reflexión que hagamos del amor, se nos van abriendo otras perspectivas que lo van
sacando de este optimismo ingenuo. Sin embargo, hay un amor idealizado que se nos
presenta como un punto de llegada que nos parece teñir de felicidad toda la existencia.
Pero, realmente ¿son el amor y la felicidad puntos de llegada definitivos? ¿el amor nos
hace felices?

Epicuro y el amor-dolor
El amor tiene su origen en el dolor, Epicuro afirmaba que la felicidad se alcanza en la
medida en que nada nos perturbe, ser feliz es alcanzar un estado de imperturbabilidad
absoluta. Lo que más nos perturba es lo que nos genera dependencia, ¿no se vuelve así
el amor una fuente de perturbación permanente? Cuando amamos queremos que este
estado, dure para siempre. Pero el problema es que nada es infinito, y así se genera una
tensión de la que no salimos indemnes. El amor duele porque lo concebimos pleno y sin
embargo, nunca cierra.

El amor como Eros


Los griegos no definían al amor de una única manera, una de ellas era a través del dios
Eros. Eros es esa sensación que atraviesa nuestros cuerpos cuando descubrimos a la
persona que estábamos buscando. En término cotidianos, Eros, es lo más parecido a
nuestro estado de enamoramiento apasionado, es ese estado que modifica nuestra
percepción sobre todas las cosas: todo se nos vuelve más dulce, más interesante, más
profundo.

Eros, es estar flechado, no es sólo una metáfora sino que el dios Eros en la mitología
romana era el dios Cupido, el dios niño, que se manejaba con su arco y su flecha. ¿Se
puede estar así eternamente? ¿es esta forma del amor algo que puede perdurar? Si
Afrodita era la diosa que regía las experiencias sexuales, Eros era un dios con un poco
más de alcance. Ya que como se deriva de su nombre, dota de erotismo cualquier
actividad humana.

Sócrates dice en el Banquete de Platón, que amamos lo que nos falta y que cuando lo
encontramos lo queremos para siempre. Pero, una vez que alcanzamos el amor ¿dejamos
de desear? El amor surge de una carencia originaria, lo humano se define a partir de la
falta. Y el amor es el intento permanente por completarnos. Por eso, con el

13
enamoramiento, la sensación es de una sublime plenitud. Alcanzar ese estado de plenitud,
a través del otro, es completarse a uno mismo. Y cuando nos enamoramos
apasionadamente nos sentimos plenos, pero ¿es esto posible?

Cuando alcanzamos la plenitud, ¿qué sucede el día después? Conocemos a alguien, nos
enamoramos, y luego, casi sin darnos cuenta ese estado comienza a amesetarse, se
vuelve rutina, se aburguesa, y comenzamos a sentirnos embargados por el tedio. Es que
la gran tragedia de Eros, es que se trata de un amor que cuando alcanza un punto de
expansión máximo, siempre se derrumba. Se trata de un amor que cuando consigue su
objetivo no se sosiega, se trata de un deseo que nunca puede colmarse. El problema
entonces tiene que ver con el lugar del otro, el amor de Eros es un amor sin otro. Un
amor que desotra ¿por qué sin otro? Porque Eros ama en función de un faltante, de lo que
a mí me falta. Esta prioridad del “me” hace que la falta esté pensada desde uno mismo, se
define la búsqueda en virtud del modelo de amor ideal que yo me hago, a partir de mis
propias necesidades. Busco a alguien no por lo que esta persona me pueda dar sino a
partir de lo que yo pretendo que el otro sea, no me abro al otro, sino que pretendo que el
otro encaje en lo que yo necesito. Casi como si el otro debiera tener justo la forma de ese
vacío de mi carencia, pero lamentablemente el otro nunca es lo que uno pretende, nunca
encaja. Con lo cual se produce dos consecuencias: o el otro deja de ser el otro para
encajar en mi modelo, o el otro no encaja y no hay vínculo posible.

Weil y el amor como ágape


Pero se puede pensar al amor de otro modo, Simone Weil afirma que el ser humano, por
naturaleza, busca permanentemente expandirse, desplegar su ser, ejercer su poder; lo
humano se impone, se instala, acapara, va por todo ¿pero podemos ir en contra de
nuestra naturaleza? ¿de nosotros mismos? Simone Weil nos da una pista: ¿y si el amor es
una renuncia, una retirada? Eso que los cristianos primitivos llamaban amor como ágape.
Se trata de otra manera de definir al amor, un amor que no cosifica, un amor desde la
desapropiación y el desapego, un amor con el que no se gana, sino que se pierda, se da,
se entrega.

¿Se puede amar así en una pareja? dice Adorno en Minima Moralia: “solo serás amado el
día que puedas mostrarte débil, sin que el otro lo aproveche para mostrar su fuerza”. El
otro muestra su debilidad y sin embargo, yo no invado, no lo aprovecho, me resisto al
máximo a ejercer mi poder, me retiro para que el otro sea. Hay una prioridad del otro pero
sobretodo una pérdida del yo, el otro no es una posesión sino que se desposee a la
pareja. Es casi un amor que va en contra de nuestra naturaleza y por eso tiene algo de
excepcional, de extraordinario, de locura. Un amor por fuera de la lógica del intercambio y
del contrato. Es que si hay amor, no hay contrato; si hay contrato, hay acuerdo,

14
estrategias, ganancias, pero no hay amor. El amor excede toda lógica, porque el amor es
exceso. Entonces, ¿qué es al amor?

Deconstrucción del amor


En nuestra cultura occidental y cristiana, el amor siempre estuvo ligado con otros
conceptos que lo condicionaron y le impidieron otras perspectivas: la sexualidad, el
matrimonio, la monogamia y la reproducción. Este enjambre conceptual está en las bases
de nuestra concepción sobre el amor, pero podemos desarmarlo un poco y pensar al amor
de otra manera.

Amor y sexualidad
Empecemos con la sexualidad, ¿hay alguna una relación íntima y esencial en el placer
sexual y el amor? ¿o se puede pensar al placer sexual circulando por fuera de todo
proyecto, por fuera de todo tipo de institución, por fuera de toda metafísica el amor?
Cuando Foucault se pelea con la teoría de la represión nos muestra que al sexo no se lo
reprime, sino que está bien presente por todos lados: se habla de sexo, se lo explica, se lo
vende, hasta se volvió más un tema de la medicina y así se lo fue sistematizando y
clasificando. Así, el sexo se volvió materia del saber, pero en ese acto se lo perdió. El
placer sexual no necesita ningún tipo de metafísica para desplegarse, es tarea repensar
nuestros vínculos entre el placer y el amor.

Amor y monogamia
¿Qué es la monogamia? ¿es el amor un vínculo solo de a dos y que implica exclusividad?
¿se podría sostener el orden social por fuera de la monogamia? Pensar la monogamia es
intentar resquebrajar la idea del amor como posesión. Es que en la medida en que se
piensa al otro como propiedad, el vínculo se mercantiliza. Entre propiedad hay un
intercambio dominado por la lógica de la ganancia, que es lo contrario al amor por el otro.
Si el amor es retirada, entonces, no hay posesión, la monogamia no se sostiene. Hay algo
en el vínculo monogámico que no cierra.
Parece difícil justificar la monogamia salvo que sea para fines productivos pero tampoco
es fácil pensar nuestros vínculos en otro tipo de institución ¿cómo sería en la práctica un
vínculo no monogámico? De hecho, la poligamia reproduce muchas de las limitaciones
que la monogamia posee. Tal vez se trate de pensar al amor por fuera de todo régimen
normativo y dejarlo circular, crear acontecimientos, encuentros, situaciones.

Amor y el matrimonio

15
Tal vez el problema sea la institucionalización de todo amor, cuya concreción legal es el
matrimonio, casi como si hubiera un pasaje natural desde el vínculo amoroso a esta figura
del derecho con deberes y obligaciones que supuestamente expresa el espíritu del amor
pero que traducido al lenguaje de la ley lo lleva al plano de lo contractual. El matrimonio
es un dispositivo productivo que ordena y normaliza la vía social, disciplina y reproduce el
sistema. Casi que podría funcionar más allá del amor, casi que funciona mejor como
dispositivo productivo cuando no hay amor.

Amor y reproducción
También se asoció al amor con la reproducción de la especie. Así el amor tendría un
objetivo productivo, tendría un medio para otra cosa, casi como queriendo demostrar que
el amor existe con el único propósito de perpetuar la humanidad. No nos queremos asumir
animales que se reproducen y por eso buscamos un sentido más profundo y, sin embargo,
está claro que la reproducción de la especie no necesita ninguna metafísica del amor.
Basta con el mero encuentro sexual y ni siquiera, con el avance de la ciencia y de la
tecnología cada vez habrá menos una conexión esencial entre lo natural y la reproducción,
¿no nos imaginamos cada vez la reproducción humana desde la pura acción de la
tecnología? Y además, ¿por qué tener sobre este supuesto solo una proyección
apocalíptica? ¿por qué no pensar cuánto se liberaría al amor si ya no lo pensamos
vinculado a la reproducción? Pero entonces, ¿qué queda del amor? Si el amor no se
relaciona con la sexualidad, ni con la monogamia, ni con el matrimonio ni con la
reproducción, ¿qué queda del amor? ¿queda algo?

Deconstruir el amor, pensarlo en sus múltiples perspectivas, desapegarlo de sus


implicancias productivas, recuperar su espíritu originario, que como toda búsqueda del
origen nos arroja en lo desfondado. El amor, un imposible que solo siendo imposible cobra
sentido, y que por ello cuando es posible nunca cierra. Pero ¿no es todo acto de amor un
acto de apertura? Entre lo posible y lo imposible, el amor es esa conciencia partida que se
pierde en el encuentro con el otro, un otro que me saca de mi mismo y me antecede.
Retirarme para que el otro sea, sin estrategias, sin acuerdos sin utilidad. Ya ha ido
demasiado la humanidad por el camino de la expansión de lo propio y la ganancia como
único fin.

¿Y si probamos otra cosa? ir en contra de uno mismo y amar aunque se pierda, por fuera
de toda lógica, porque sí ¿por qué no?

Sztajnszrajber Darío: Mentira la verdad- El amor (transcripción):

-Adorno Theodore: Minima moralia.

16
-Compte André: Ni el sexo ni la muerte.

-Epicuro: Cartas a Meneceo.

-Foucault Michel: Historia de la sexualidad.

-Platón: El Banquete.

-Weil Simone: La gravedad y la gracia.

https://prometeo914.wordpress.com/2017/05/04/el-amor-ii/

17

También podría gustarte