Testimonio de Fe
Testimonio de Fe
Testimonio de Fe
Los hermanos caballeros, las hermanas sahumadoras y cantoras; los capataces, los mistureros,
mantenimiento, vocales, etc. Todos nos encontramos sumergidos en alguna función dentro de nuestras
hermandad. Sin embargo, siempre existirá la siguiente pregunta: ¿por qué lo hacemos? La respuesta
puede variar, desde la sencilla tradición que tenemos desde niños hasta la más sutil y profunda
experiencia de fe. Es esta pregunta la que nos debe motivar a buscar y definir cuál es nuestro testimonio
de fe.
En un artículo anterior, un amigo lector comentaba que era necesario el seguimiento del Decálogo (los 10
Mandamientos) para obrar a imagen y semejanza del Señor. Sin embargo, como me expresara un amigo
sacerdote, los mandamientos están hechos para todos. Un ateo o persona creyente de otro credo están
invitados a honrar a madre y a padre, a no matar, a no tener pensamientos impuros, etc. Quizás, en esta
afirmación podemos iniciar un debate teológico o pastoral pero no es así. Los mandamientos están
inmersos en el corazón del hombre, desde su origen, desde antes que el hombre existiera, por la
Providencia del Señor.
La inscripción inherente de estas leyes en el corazón humano se da por dos motivos: en primer lugar
encontramos que esto permite la relación del hombre con la trascendencia, estableciendo la relación
entre la persona y el infinito, es decir, aquella verdad última que logre satisfacer la necesidad del hombre
por la verdad, el sentido de la vida y la felicidad. Posteriormente, encontramos que estas leyes permiten
que el hombre se relacione en verdad, bondad, misericordia y caridad consigo mismo y con los demás.
Algunos somos conscientes de la presencia de los Mandamientos en nuestra vida; otros, no. Sin embargo,
el católico coherente no solo seguirá el Decálogo sino también las Bienaventuranzas. Caminos
privilegiados para alcanzar la felicidad, aquella búsqueda insaciable que mueve al hombre a alcanzar la
verdad y a realizar su trascendencia como ser abierto al infinito (haciendo referencia a la diferencia
estructural entre el hombre – ser finito – y Dios – ser infinito – nuestro creador). Las Bienaventuranzas
son preceptos que todo católico debe vivir y promover. Si el Decálogo es la ley, la Bienaventuranza es el
medio para realizar esta ley en su correcta y justa medida.
El testimonio de fe que todo hermano cófrade debe realizar no queda solo en la procesión sino,
progresiva y coherentemente, en el cumplimiento de los Mandamientos y en la práctica correcta de las
Bienaventuranzas. Este cumplimiento no es sencillo, por ello, necesitamos siempre de la presencia de
Dios y de su Gracia. Por ello, siempre es necesario nuestra cercanía y constante búsqueda de los
sacramentos. Sin ellos, somos como jarrones vacíos en la mejor fiesta. Debemos ser aquellas tinajas
nuevas en donde la Sangre de Cristo se conserva y brota vida nueva. Ser aquel depósito en donde el amor
de Cristo se manifiesta en un santo pan que se convierte en su Cuerpo, acogerlo con humildad para
brindarlo a los demás.
En conclusión, nuestro testimonio de fe debe ser una constante práctica de los Mandamientos, de las
Bienaventuranzas, de la asistencia asidua a la Misa y la celebración comunitaria. Siempre estando atento
a la Liturgia y a la Palabra de Dios. Si logramos esta perseverancia y constancia, nuestras procesiones
serán verdaderas catequesis y medios de evangelización dentro de un mundo cada vez más secularizado.
CABALLEROS DE AMOR
«Si te pidiera cargar una caja, te aburrirías y cuando la sueltas sientes que te has liberado de un peso
innecesario pero te queda el fastidio y la desdicha. Sin embargo, si te pidiera sostener entre tus brazos a
tu hijo por todo el tiempo que sea necesario, no te cansarías sino que lo mirarías tiernamente. Si te dijera
que ayudaras a tu mamá a bajar las escaleras, y si la única forma fuera cargarla, estarías contento y
ningún dolor ni fastidio sentiría tu corazón pues es la mujer que la vida te otorgó.» Estas fueron las
palabras que una amiga religiosa empleó en su charla para un grupo de jóvenes que querían iniciar una
hermandad. Palabras tan sabias que siguen haciendo eco en medio de grupo de caballeros, cargadores o
hermanos; distintos nombres para asignar a la misma persona.
Ergo, ¿qué significa “cargar” o “portar las sagradas andas”? No son lo mismo, son diferentes aunque
suenen similares. Podemos aferrarnos al concepto propio del término y del contexto, no estaríamos
cayendo en el error sino afirmando con algo que ya está dicho. Sin embargo, dentro de nuestro espacio
propio de la religiosidad popular, el cargar o “portar las sagradas andas” varía en su definición. El cargar
es solo una función, una mera labor realizada que, lastimosamente, ha quedado en el pensamiento
general de los fieles.
El “portar las sagradas andas”, es la labor y expresión de fe que realiza el devoto frente a su imagen
titular. Recordemos que el católico no adora imágenes (como estereotipadamente se encuentra en el
groso pensamiento del pueblo) sino que venera. ¿Qué significa esto? Que expresa un respeto solemne
frente a la imagen que representa a tan grande modelo de testimonio y seguimiento (como lo es un
santo o la Virgen María) o que representa a nuestro Salvador, Jesucristo, en sus múltiples advocaciones.
Por ello, el “portar las sagradas andas” es el reconocimiento y aceptación del devoto de expresar su fe de
manera solemne y coherente frente al pueblo. Recordemos que las procesiones son una tradición
ancestral que sigue vigente gracias a su facilidad de catequizar a las personas con el acto y la imagen.
El caballero o cargador indican a la misma persona: al hermano. Pero si queremos distinguir podemos
emplear la siguiente comparación: si sentimos atracción por alguien nos comportamos de la mejor
manera para expresar nuestros sentimientos más profundos. El cargador es funcional, el caballero es
quien actúa y ora frente a su Titular. Y no nos referimos al actuar del teatro (que es una imitación y
apariencia del momento) sino al actuar propio del acto presente y al testimonio personal, es decir, al ser
de la persona. La devoción que se encuentra arraigada en el corazón del hermano es quien lo motiva a
realizar esta expresión de fe y a dar testimonio antes, durante y después de la misma. El hermano
caballero actúa cristianamente siempre. En el portar las sagradas andas encuentra ese espacio de diálogo
personal con Dios Padre.
Tradicionalmente nos han enseñado que el caballero representa a Cristo llevando su madero. Pero esto
no queda aquí, no queda en la simple imitación del gesto. Sino que debe ser llevado al discernimiento
personal (¿qué hago con mi vida?, ¿doy correcto testimonio de mi fe?, ¿soy de la Iglesia o solo soy del
mes de fiesta?) y a imitar a Cristo, en amor, sacrificio y constante servicio en darse a los demás. A buscarlo
en la Eucaristía y alimentarnos de Él pues no solo el cuerpo siente fatiga durante una procesión sino
también el espíritu. Si no buscamos a Cristo en la Eucaristía, nuestra participación no será dentro de una
procesión católica y piadosa, sino que caeremos en la procesión civil y de la vanidad. Nos quedamos con
lo superficial desechando lo principal.
El hermano caballero aprecia tiernamente a su imagen titular, lleva a su corazón la memoria de a quien
representa dicha imagen y se entrega en oración, esto permite dar testimonio de su fe. Un gesto
profundo al cual todos estamos invitados a participar y buscar con la pasión de nuestra fe. Nuestras
procesiones deben ser aquello que el Papa y diferentes obispos valoran de manera muy particular y
tierna: espacios privilegiados en donde se expresa Dios y se puede tener un diálogo intenso con Él. Cunas
de santidad y de fe.
Ser Cargador es un Honor inmenso, es un privilegio que muchos desean tener. Pero a la vez muchos
desconocen o peor aún desprecian. Pero ¿Que es verdaderamente ser Hermano Cargador? Es mucho
más que solamente llevar un Habito, un Cordon, un detente bordado en el pecho, una cinta o medalla de
hermandad. Es sentirse PIES DEL SEÑOR AL SERVICIO DE SU MADRE. Es sentirse que en esos momentos el
Señor TE NECESITA, porque sin tí, no podría manifestarse como lo hace en su procesión. Y es que el Ser
Humano muchas veces es tan "necio" que necesita VER PARA CREER. Es verdad que el Señor está
SIEMPRE Y EN TODO LUGAR JUNTO A NOSOTROS, pero es verdad que en TIEMPO DE LA FESTIVIDAD, se
nos hace más REAL y PALPABLE esta realidad de Fe.Muchos te podrán admirar, otros envidiar, otros
menospreciar. Pero Créeme, nadie puede ver lo que verdaderamente sientes en tu corazón al sonar esa
Campana y levantar en hombros, SOLO EL, Solo El sabe lo que tienes en tu corazón: Familia, trabajo,
estudios, problemas, agradecimientos....Solo El lo sabe.Y solo El y Tú sabrán lo que hará para agradecerte
el que le ayudes a llegar a más hermanos y hermanas que lo esperan con ansias.Querido Hermano
Cargador, nunca pierdas tu verdadero Sentido de Ser.Pase lo que pase, ten presente que Hoy lo llevas en
Hombros, Si....pero, Mañana y Siempre lo Llevarás en el Corazón.
Ser Cargador es un Honor inmenso, es un privilegio que muchos desean tener. Pero a la vez
muchos desconocen o peor aún desprecian. Pero ¿Que es verdaderamente ser Hermano
Cargador? Es mucho más que solamente llevar un Habito, un Cordon blanco, un detente, una cinta
o medalla de hermandad. Es sentirse a los pies de NUESTRA MADRE. Es sentirse que en esos
momentos ella TE NECESITA, porque sin tí, no podría manifestarse como lo hace en su procesión. Y
es que el Ser Humano muchas veces es tan "necio" que necesita VER PARA CREER.
Es verdad que el Señor está SIEMPRE Y EN TODO LUGAR JUNTO A NOSOTROS, pero es verdad
ahora, se nos hace más REAL y PALPABLE esta realidad de Fe.
Muchos te podrán admirar, otros envidiar, otros menospreciar. Pero Créeme, nadie puede ver lo
que verdaderamente sientes en tu corazón al sonar esa Campanilla y levantar en hombros, SOLO
ELLA sabe lo que tienes en tu corazón: Familia, trabajo, estudios, problemas, agradecimientos....
ELLA y Tú sabrán lo que hará para agradecerte el que le ayudes a llegar a más hermanos y
hermanas que la esperan con ansias.
Querido Hermano Cargador, nunca pierdas tu verdadero Sentido de Ser.
Pase lo que pase, ten presente que Hoy la llevas en Hombros, Si....pero, Mañana y Siempre lo
Llevarás en el Corazón.
Además, que el cristiano está llamado a ser testigo de lo que vive, de esa experiencia
enriquecedora y liberadora del evangelio, del amor y la fe en Cristo. Por lo tanto, las procesiones
son un signo de la presencia del Señor en medio de la sociedad y de los pueblos. “Y ustedes
también darán testimonio de mí, pues han estado conmigo desde el principio” (Jn 15, 27).
Pero este testimonio es de carácter misionero, según el mandato de Cristo: “Vayan, pues, y hagan
que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28, 19). El cristiano está llamado a ponerse en
marcha y evangelizar, anunciar el Evangelio de la salvación por las calles y plazas, tal como se ha
hecho desde los comienzos de la fe cristiana.
Finalmente, las procesiones nos muestran como pueblo más allá de las diferencias y distinciones
de todo tipo. Somos, pues, un pueblo, una Iglesia, reunida en oración, elevando cantos y unida por
un destino glorioso: caminar juntos al encuentro de Cristo, el Señor. Caminare en presencia del
Señor.
Es Curiosa la frase misma: “voy a acompañar a la Virgen”, la procesión es un acompañamiento, yo
acompaño. Al contrario de otras procesiones, donde se trata “de ver pasar la procesión”, aquí el
tema no es “yo veo pasar al Nuaestra Madre”, sino, “yo acompaño ”, yo respondo a la iniciativa del
Señor que ha venido a caminar conmigo bajo la antenta mirada de mama mechita con sus barazos
extendidos.,
Entonces digo, camina conmigo, yo camino con El, pero también, camino con mis hermanos. El
mismo nombre “hermano”, en la Hermandad, todos somos hermanos, el patrón con el empleado
son hermanos, esa es una mina que hay que explotar, el sentido de la “fraternidad cristiana”, que
aquí se traduce en ayudas sociales: enfermedad, muerte, etc.
Cada año antes del mes morado se escribe falta tantos días para octubre mes de reflexión, amor,
etc, porque esperar este mes para reconciliarnos con Dios. a él se le lleva en corazón, en cada
acción que realizamos, en cada pensamiento y en todo momento. Tontamente se quiere competir
con otras hermandades por banalidades de que mi imagen es las alta no la mía más antigua la mía
tiene más años, nosotros contratamos mejor banda nosotros gastamos más dinero en una guarda
o en una salida del señor. Pero de que sirve todo eso si no hay lo más importante AMOR EN TU
CORAZÓN y si lo hay solo con la gente que te ama como son nuestros familiares amigos y entorno,
y no por el que nos vio mal el que nos habló mal o trato mal como dice JESUS mas merito tiene
amar al que no te ama.
Ahora muchas personas se pondrá de alarma o de ringtone una marcha procesional y publicaran
en sus cuentas más de una, pero de qué sirve todo eso si los demás días del año no te acuerdas de
Dios, solo en los momentos difíciles y cuando te va bien por la vida no tienes ni la delicadeza de
darle una oración de agradecimiento.
Y para nuestros hermanos separados o que no comparte la misma religión, por favor respeten la fe
de los demás y si se quieren dirigir de alguna forma siempre hagan con el debido respeto. A
algunos de ellos que son estudios de la biblia leer los siguientes textos éxodo 25.18-20 y números
21: 8 meditarlos analizarlos y luego traten de armar una charla civilizada y religiosa no una guerra
de quien tiene la razón
Personalmente pienso si quieres tener una relación íntima con Dios no necesitas ponerte un
habito, estar en alguna hermandad o también pertenecer a alguna religión en particular solo
cumplir 1 cosa AMAR A TUS SEMEJANTES y como dijo la madre Teresa de Calcuta AMA HASTA QUE
TE DUELA.
Si deseas reflexionar, amistarte pedirle algún favor, etc. no necesitas que llegue octubre tienes 365
días para hacerlo. Recuerda Dios te ama y el siempre está dispuesto ayudarte y confía en ti así tu
no lo hagas, él vive en ti todos los días del año y no solo en octubre y creo que es malo recordarlo
solo en este mes.
Una pequeña reflexión que cada uno de nosotros deberíamos hacerlos, no es afán de molestar a
nadie, solo de ponernos a pensar un rato BENDICIONES A TODO EL MUNDO…