El Mito de Don Juan y El Cuento Tradicio
El Mito de Don Juan y El Cuento Tradicio
El Mito de Don Juan y El Cuento Tradicio
nº 7 2007
Recuerdos de un tiempo viejo: ...
de Paliano (ca. 1560), la comedia El infamador de Juan de la pese a que a tantos españoles nos hayan aleccionado,
Cueva (representada en 1581), un Exenplo de Dn Juan sal- desde jóvenes, sobre la deuda fundacional del universal
mantino de comienzos del XVII, la novela Engaños deste mito de don Juan con don Miguel de Mañara, que no fue
siglo y historia sucedida en nuestros tiempos de Francisco Lou- más que un simple aspirante (entre muchísimos) que ni
bayssin de la Marca (1615), o una pieza de teatro jesuítico don Juan se llamaba.
alemana titulada Geschichte des Grafen Leontio, der, durch Al hilo del concepto de trickster (más abstracto y uni-
Machiavelli verderbt, unselig zu Tode kam (1615). Antes de versal pero también más fidedigno y preciso) que se suele
que la tradición recalase, muy pocos años después, en el utilizar en los estudios de mitología y de cuentística, y que
Tan largo me lo fiáis y en El burlador de Sevilla— sobre cuya obstinadamente maneja Márquez Villanueva, el libro de
atribución a Tirso de Molina o a otros dramaturgos áureos este sigue los pasos de personajes de gesta, de balada, de
han corrido ríos de tinta que es mejor que no nos mojen cuento internacional, como el Joãozinho o Bandido de la tra-
ahora a nosotros—. Para, a continuación, seguir su camino dición romancística portuguesa, o el Floovant medieval
y proyectarse, muy reforzada, hacia el futuro. francés (del que salieron los Floresventos portugueses o los
El libro de Márquez Villanueva, además de apurar Fioravanti italianos); como el temerario y frívolo protago-
hasta donde puede el oscuro rastro de los antecedentes y nista del romance hispánico de El galán y la calavera; como
de adentrarse en el desbordante océano de los sucesores el Leoncio (o Leontius, Leontio, Loontzio, etc.) de un puña-
del Don Juan de Tirso (densísimo panorama al que más do de cuentos europeos cuya cronología cruza desde el
vale que tampoco nos asomemos nosotros ahora), tiene la siglo XVII hasta el XX, y cuya geografía va por lo menos
virtud de traer a colación y de profundizar en un tipo lite- desde Alemania hasta España y Portugal; o como los pro-
rario, el del trickster, “tramposo”, “burlador”, “embauca- tagonistas de un complejo de narraciones hispanas e inter-
64 dor”, que la crítica literaria hispánica no ha tenido hasta nacionales, no en verso (como El galán y la calavera) y no 65
hace poco en mucha consideración ni manejado en protagonizadas por Leoncio (como la categoría cerrada y
demasía, acaso porque el nombre y el cuño conceptual del especial de relatos a la que nos acabamos de referir), que
trickster es extranjero (anglosajón, para más señas), y por- pivotan sobre el motivo del galán descreído que ofende a
que presta resonancias míticas, universales, a lo que una calavera o a un cadáver (a los que suele invitar a una
muchos han sentido siempre como un mito racialmente comida o a una reunión futuras), y que al poco tiempo se
hispano. Piénsese que en la versión española de ese sim- verá obligado a cumplir la palabra dada, acudir a la cita y
plificador e inquietante centón de la sabiduría contem- sufrir las consecuencias de su incivilidad.
poránea que es la Wikipedia, la entrada dedicada a Don Hay que señalar que el Joãozinho o Bandido portugués o
Juan que se podía leer en enero de 2008, escrita sin duda el Floovant-Floresvento-Fioravanti protagonista de épicas y
por algún biógrafo nacional, proclamaba entre otras inexac- de baladas difundidas en parte de la Romania han de ser
titudes y generalidades la tan manida de que “el persona- encasillados dentro de todo un enorme complejo de perso-
je podría poseer raíces históricas y enlazar con Miguel de najes (literarios, históricos y mixtos) que ganaron fama por
Mañara, un gran pecador arrepentido...”. Cierto es que su juventud disoluta (con ofensas a sus mayores, a la
don Miguel de Mañara (1627-1679) tendría las hechuras mujer, a la religión, a la moral instituida), y que luego, en
ideales y perfectas del don Juan hispano: sevillano, noble, bastantes ocasiones, llegaron —o así cuentan sus leyen-
seductor mujeriego (o macho ibérico, si se prefiere) y, al das— a una santa y piadosa madurez. No pocas vidas de
final, devoto arrepentido (hasta posible futuro beato). ¿Se santos (incluyendo la de San Francisco de Asís, o la del
puede concebir un perfil más castizamente hispano? Pero mismo don Miguel de Mañara) y no pocas ficciones caba-
cierto, también, que no fue él el modelo inspirador del per- llerescas (la de Pedro Carbonero, la de Roberto el Diablo, la
sonaje literario (que, como tal, venía de muy atrás), y que de muchos bandoleros que acaban sus días en olor de san-
su asociación con el mito de Don Juan no es esencial, sino tidad) se acomodan a este esquema narrativo, en que el
adventicia, metonímica y apócrifa. Pese a la Wikipedia y donjuanismo se sustancia de modo muy abierto y general,
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
encarnado sobre todo en el perfil del impío y arrogante a las doce de la noche van camino de la iglesia.
despreciador de la mujer, y no en el motivo de la broma En la iglesia hay, en el medio, una sepultura abierta.
injuriosa y del convite funesto a los muertos. —Entra, entra, el caballero, entra sin recelo nella,
Ese otro gran rasgo esencial (aparte del erótico-sexual) dormirás aquí conmigo, comerás de la mi cena.
de la leyenda de don Juan, que suele concretarse en el epi- —Yo aquí no me meteré, no me ha dado Dios licencia.
sodio del emplazamiento a dos cenas o reuniones (una en —Si no fuera porque hay Dios y al nombre de Dios ape-
las,
la tierra y otra en el infierno) del humano ofensor y del y por ese relicario que sobre tu pecho cuelga,
muerto ofendido, debe ser considerado como un episodio aquí habías de entrar vivo, quisieras o no quisieras.
autónomo del de la agresión a la mujer y al resto de los Vuélvete para tu casa, villano y de mala tierra,
sujetos y normas de la sociedad, por más que en muchas y otra vez que alcuentres otra hácele la reverencia
obras literarias —en El burlador de Sevilla, por ejemplo— y rézale un Pater Noste y échala pa` la huesera,
ambos niveles de narración se contaminen en un todo así querrás que a tí t`hagan cuando vayas de esta tierra4
coherente, armónico y cargado de dramatismo.
Los motivos de la burla al muerto y de la cena funesta He aquí una versión tradicional, vasca, del cuento del
pueden ser bien apreciados en el romance español de El temerario Leoncio, en el que se puede apreciar la ausencia
galán y la calavera y en el cuento europeo de Leoncio, que, total del ingrediente erótico-sexual y el predominio abso-
además de por Márquez Villanueva, han sido estudiados luto del de la injuria a los muertos y el convite macabro:
en monografías, ya clásicas, de Said Armesto y de Menén-
dez Pidal3. He aquí una versión tradicional, leonesa, del No se debe despreciar a los muertos.
romance de El galán y la calavera, en el que se puede apre- Un hombre rico llamado Loontzio vivía con su servi-
ciar cómo el ingrediente erótico ha quedado relegado a cio en un palacio. En cierta ocasión este hombre dijo a su
66 servidumbre que en tal día esperaba muchos invitados y 67
simple insinuación en los tres versos introductorios: que preparasen con ese motivo una comida copiosa.
El señor del palacio era montañero, y por la mañana
Pa` misa diba un galán caminito de la iglesia, del día de agasajar a los invitados comunicó a sus sir-
no diba por oír misa ni pa` estar atento a ella, vientas cómo salía de paseo al monte; que estaría de
que diba por ver las damas, las que van guapas y fres- vuelta para la hora de la comida y que ellas se ocupasen
cas. de dar la bienvenida a los convidados.
En el medio del camino encontró una calavera, Dicho y hecho, cogió el bastón y se fue al monte. En
mirárala muy mirada y un gran puntapié le diera; su andadura se encontró de frente con una calavera, a la
arregañaba los dientes como si ella se riera. cual dio una vuelta con el bastón y se le dirigió de esta
—Calavera, yo te brindo esta noche a la mi fiesta. manera:
—No hagas burla, el caballero, mi palabra doy por —¿Qué haces aquí, hombre? Al igual que yo, tú tam-
prenda. bién habrás vivido; yo voy de paseo, hoy al mediodía
El galán, todo aturdido, para casa se volviera, espero que mis amigos vengan a mi casa a comer conmi-
todo el día anduvo triste hasta que la noche llega; go y tú estás, asimismo, invitado a la mesa.
desque la noche llegó, mandó disponer la cena. Apenas terminado de decir esto, dio un puntapié a la
Aún no comiera un bocado cuando pican a la puerta. calavera y la echó rodando cuesta abajo.
Manda un paje de los suyos que saliese a ver quién era. El señor del palacio volvió a su residencia, a donde
—Dile, criado, a tu amo que si del dicho se acuerda. habían llegado a su hora los invitados.
—Dile que sí, mi criado, que entre pa` acá norabuena. Hacia la mitad del banquete se escuchó en toda la
Punsiérale silla de oro, su cuerpo sentara nella; casa un estruendo de puertas; el servicio se asomó a la
pone de munchas comidas y de ninguna comiera. ventana para ver lo que ocurría, y junto a la entrada
—No vengo por verte a ti, ni por comer de tu cena, pudieron contemplar a un individuo negro y horroroso,
vengo a que vengas conmigo a medianoche a la iglesia. a quien una de las sirvientas preguntó a ver lo que dese-
A las doce de la noche cantan los gallos afuera, aba. El sorpresivo visitante respondió que quería estar
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
con Loontzio, puesto que le había invitado a comer. de Pierre). Un borracho encuentra una calavera (o una
La muchacha, asustada, se acercó a su dueño y le estatua, o un muerto que cuelga de la horca), le da una
dijo: patada y le invita a cenar. La calavera (o el muerto) visi-
—Un hombre negro y feo está en la puerta, manifes- ta al vivo, y le amonesta por su mal comportamiento (o
tando que usted lo ha convidado. le mata). En el momento en que le devuelve la visita, el
El oír esto, Loontzio empezó a temblar y dijo a la sir- vivo se convierte en convidado en el otro mundo.
vienta que comunicase al hombre que se hallaba ocupa- En algunas variantes, el vivo contempla cosas en el
do y volviese otro día. otro mundo. En otras versiones, el vivo se queda en el
Al saber esto, el extraño personaje respondió: infierno solo durante un corto periodo de tiempo, y
—Hoy preciso estar con Loontzio, puesto que él me luego descubre que en su mundo ha pasado, mientras
ha invitado —y al tiempo que decía esto echó a volar, y a tanto, mucho tiempo, y que todo ha cambiado6.
través de una ventana se presentó en la mitad del salón
principal del palacio, donde, alargando el brazo al anfi- De acuerdo con el catálogo de Aarne-Thompson-Uther,
trión, le dijo: —Dame esa mano, hoy me has convidado
en el monte y yo, al igual que tú, he vivido en este versiones orales y tradicionales de este relato (que tendría,
mundo. Tú me has dado un puntapié y me has echado; además, el antecedente de la Scala coeli núm. 756 de Johan-
vengo del infierno, adonde ahora vamos a ir los dos jun- nes Gobi, y paralelos, sobre todo donjuanescos, en muchas
tos. escrituras literarias) han sido registradas en Finlandia,
Dicho esto, lo cogió de la cintura con los dedos de Estonia, Letonia, Lituania, Noruega, Dinamarca, Islandia,
ambas manos, y los dos, al aire y dando vueltas envuel- Escocia, Francia, España (incluido el País Vasco), Portugal,
tos en fuego, se ocultaron en dirección al monte5 Holanda, Frisia, Flandes, Alemania, Suiza, Austria, Italia,
Hungría, Macedonia, Rumania, Polonia, en la tradición
68 Existe, como ya adelantamos, otra categoría de relatos gitana, en el Canadá francés, en la República Dominicana, 69
que se distingue de las dos anteriores porque no está en en Chile, Perú y Brasil.
verso sino en prosa, y porque no se halla protagonizada No abundan, en cualquier caso, las versiones orales y
por nadie que se llame Leoncio. Aunque, por lo demás, su tradicionales documentadas en la geografía hispánica. En
materia argumental coincide de manera muy estrecha con su magno catálogo de cuentos folclóricos españoles, Julio
la de los textos que acabamos de conocer. Conviene insis- Camarena Laucirica y Maxime Chevalier dieron fe de una
tir en que toda su trama descansa sobre el motivo principal versión de Ciudad Real, otra de Granada, dos asturianas,
de la ofensa burlesca al muerto y del convite funesto, y en una de Segovia, otra de Salamanca y una más de Cádiz; y,
que, aunque se le suelen adherir no pocos tópicos acciden- además, de tres gallegas, dos vascas (una de ellas, la prota-
tales y migratorios, el ingrediente erótico-sexual se halla, gonizada por Loontzio que conocimos anteriormente), una
por lo general, bien alejado de él. dominicana, una peruana, dos chilenas, y unas pocas por-
Sobre esta categoría de relatos, amplia, densa y abierta, tuguesas7. Existe otra documentada en Aragón8, y una más
de naturaleza más oral que escrita, a la que Márquez Villa- en O Valeo-Ortigueira (A Coruña)9.
nueva se asoma pero sin entrar de lleno en ella, intentaré Por su parte, Isabel Cardigos, en su colosal catálogo de
hacer yo ahora algunas reflexiones. Centrándolas en lo que cuentos folclóricos portugueses, ha ampliado hasta nueve
los folcloristas llamamos el tipo de cuento, o el cuento-tipo, la nómina de versiones portuguesas, y ofrecido este esque-
que tiene el número 470A y el título de The Offended Skull ma argumental, más preciso y detallado que el de Uther,
(“La calavera ofendida”) en el católogo de tipos cuentísti- aunque sea representativo sólo de la tradición lusa:
cos universales elaborado, en etapas sucesivas, por Antti
Aarne, Stith Thompson y Hans-Jörg Uther. He aquí la sín- 470A. La calavera ofendida.
tesis argumental del cuento, según informa tal catálogo: I. Invitación a cenar. (a) En broma, un muchacho invi-
ta a cenar a una calavera (o a una momia, o a una esta-
470A. The Offended Skull (Leontius, Don Juan, Festin tua). Cuando la calavera acepta (a1), él queda sumido en
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el temor y llama a un cura, que le dice que reciba al fan- catálogos a los que nos hemos referido. La primera que
tasma. (b) el muchacho se jacta de ser capaz de vérselas reproduzco es del pueblo de Terrinches, en la provincia de
con el muerto; (b1) al declarar tal cosa (b2) queda aterro- Ciudad Real:
rizado y, al echar a correr, pierde un zapato que le incri-
mina; (b3) el fantasma de su padre regaña al muchacho; El ahorcado convidado.
(d) el muchacho muere. Yo he sentío de las viejas que uno que pasó, un chulo,
II. La cena. (a) La calavera se presenta, (a1) cena e y había un ahorcao, y dice:
invita al joven a cenar al día siguiente; (a2) el muchacho —¡Ah, estás ahorcao! Pero esta noche me caso —
es pobre y no tiene alimento que ofrecerle. (b) El joven dice—, te convido a la boda —al ahorcao le dijo el mocico
siente miedo y (b1) el sacerdote le persuade para que aquel.
acepte la invitación; él ofrece al muchacho su manto y/o Y él ya se casó, y entonces había allí... como lo con-
un rosario, y le instruye; (b2) la calavera dice al joven que vidó, estaban comiendo, y entonces le dijo el ahorcao:
viaje al otro mundo hasta que encuentre alimento para —He venío a comer, como me has convidao, pero esta
ella. noche a las doce te espero en el cementerio.
III. Desenlace. (a) el joven encuentra de nuevo la cala- Y entonces, en vez de acostarse con su mujer, tenía
vera, la cual (a1) le muestra dos tumbas (una para la cala- que ir al cementerio. Y antes de llegar al cementerio, se
vera, otra para el muchacho), pero la protección que lleva encontró con una mujer que estaba dando a luz, y tuvo
le salva; (a2) en reacción a los intentos de la calavera para dos melgos [mellizos]. Y entonces, ¿qué hizo él? Soco-
arrebatarle los objetos sagrados; (a3) el joven, rico ahora, rrerla.
invita a la calavera, y es muerto; (a4) hace lo que le ha Y [luego, el ahorcao le] dijo:
enseñado el sacerdote, y huye10. —¿Por qué has hecho tan tarde?
Dice:
70 Llama la atención que la síntesis argumental que ofrece Porque... 71
el catálogo de cuentos internacionales de Aarne-Thomp- Y dice:
son-Uther y la que ofrece el catálogo de cuentos portugue- —Pos eso te ha salvao, que, si no, estabas como yo11.
ses de Cardigos difiera tanto, sobre todo en su potencial
desenlace: indicio indudable de lo que puede llegar a obrar La versión canaria que a continuación conoceremos es
e influir la contaminación de motivos viajeros y accesorios. de extraordinario interés, porque integra, como colofón, el
De hecho, todo el episodio conclusivo que Aarne-Thomp- episodio de la visita al infierno, las visiones de ultratumba
son-Uther resumen así y la interpretación que se hace de ellas, que suele aparecer
en algunas tradiciones foráneas, pero no tanto en las hispá-
En algunas variantes, el vivo contempla cosas en el nicas:
otro mundo. En otras versiones, el vivo se queda en el
infierno solo durante un corto periodo de tiempo, y Un S[eñ]or de este pueblo, iba un día de paseo con
luego descubre que en su mundo ha pasado, mientras otros varios y por echársela de curro al pasar por el
tanto, mucho tiempo, y que todo ha cambiado, cementerio vio una calavera y le tocó con el bastón en la
cabeza, diciéndole: “Mañana estás convidado a almor-
coincide con el desenlace de otros tipos cuentísticos, zar”.
como el ATU 470 (Friends in Life and Death, “Amigos en la Al día siguiente serían las 10 de la mañana, un caba-
vida y en la muerte”) y ATU 470B (The Land Where No One llero bastante empaquetado le tocó a la puerta. Fue a ver
Dies, “La tierra en la que nadie muere”), que no tienen lo que quería y le dijo: “Que cumpliendo con la invita-
ción que la tarde anterior le había hecho, venía a almor-
nada que ver con el motivo de La ofensa al muerto ni con el zar”. El de la broma se quedó medio muerto al ver la
de La cena funesta del tipo 470A. trasformación de la calavera. Almorzaron y a la conclu-
Puede ser interesante conocer, ahora, versiones hispá- sión le dijo: “Yo he venido a su convite, pero ahora lo
nicas del cuento que no han quedado indexadas en los convido para que dentro de 10 días, me haga una visita y
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me acompañe a comer, para lo que tendrá un caballo a la con las puertas abiertas al ahorcado, rodeado de niños
puerta de su casa al romper el día, con el fin de que lo que estuvieran despiertos hasta la media noche. El hom-
conduzca a mi palacio”. bre mantuvo despierto a los niños, pero cinco minutos
Llegó el día tan temido para el pobre que convidó a antes de la media noche estos se durmieron como por
la calavera, y se encuentra el caballo atado a la puerta. encantados. Entonces el alma del ahorcado entró a la casa
Temblando como un tullido se montó en él y después de y se llevó al joven al infierno. Me lo contó mi abuelito13.
caminar unas seis horas, llegó a una gran casa, situada en
un punto donde nunca había estado. Salió la calavera a He aquí una impresionante versión panameña, con una
recibirlo y lo condujo a una habitación suntuosamente
arreglada. introducción absolutamente original —muestra, una vez
Al poco tiempo, principiaron a servir la comida y más, de la asombrosa capacidad adherente de motivos flo-
notó el caballero que tres señoras lo hacían. La primera tantes y foráneos—, y cuajada en el resto de su trama de
muy compuesta entraba de frente y era muy amable, la extraordinarios ingredientes novelescos:
segunda de medio lado y con malos modos, y la tercera
de culo y con una cara de diablo. Admirado le preguntó Entre los cuentos narrados por José Gabino Rivera L.
al cadáver qué significaba aquello, a lo que contestó que se destaca un Profano en el Cementerio, donde hace gala de
había sido casado tres veces; que con la primera mujer se suspenso y dominio del lenguaje vernacular de nuestras
llevo bien y por eso estaba contenta; que con la segunda campiñas.
tuvo porción de refunfuños, y por eso estaba enfadada; y Dicen que una vez se encontraba en el cementerio del
con la última siempre estuvo de pleito, y por eso no pueblo un grupo de campesinos haciendo una sepultura
quería ni mirarlo. Añadiendo: “Y tu da gracias al cielo para enterrar a un señor que murió de manera natural;
porque yo estoy en gracia de Dios, porque, si no, te lle- era un señor viejito y pobrecito. Varios dijeron que ya
72 vaba ahora al infierno. Que eso te sirva de lección para estaba de quitar, por eso no se escucharon llantos ni 73
que respetes las almas del otro mundo, ¡vete!”. lamentos y en el velorio de cuerpo presente solo rezaron
El caballero salió atemorizado, jurando no volver a un rosario; hasta dicen que el rezador no rezó la parte
bromear con cosas sagradas12. que dice: “Rezamos este rosario por el alma del difunto y
pedirle al Señor que si en alguna pena estuviere, que se
Esta otra versión del relato, sin el colofón de las visio- sirva de cogerlo por la mano derecha y llevarlo al refres-
nes de ultratumba, es representativa de la tradición oral co de la Gloria Eterna”. Amén. Según la opinión de los
del departamento de La Paz, en Bolivia: asistentes, el alma del difunto fue rumbo al purgatorio,
ese cuerpo había que entregárselo a la tierra ya. Por eso,
El cadáver ofendido. el entierro fue ligerito.
Una vez había un hombre colgado de un árbol. En Así se encontraban afanados en el cementerio entre
ese momento un joven pasaba por ahí y se burló del conjunturas y comentarios cuando se presentó un hom-
hombre colgado. Se puso a tirarle piedras y a decirle que bre alto, fornido, bien vestido, montando un potro azule-
le siguiera, y se fue. Al día siguiente volvió a pasar por jo patiblanco de muy buenos andares. Se apeó de su
allí, y lo hizo lo mismo. Y así varios días hizo lo mismo. caballo y se acercó a ellos con una botella de seco ordi-
Un día, cuando se disponía a burlarse del ahorcado, nario en las manos.
escuchó una voz que le dijo: —Buenos días, señores.
—El alma de un muerto no debe ser molestada. —Buenos días, señor.
El joven hizo lo mismo y le tiró piedras. Entonces, el La respuesta fue en coro, pero expresiva. Con una
ahorcado bajó del árbol y le siguió. El hombre logró mirada larga y turbia por los efectos del licor recorrió el
esconderse en la capilla del pueblo, pero el ahorcado le cementerio y finalmente habló:
siguió repitiendo: —Allí en aquella esquina están papá y mamá ente-
—El alma de un muerto no debe ser burlada. rrados cerca uno del otro, pero hoy no puedo visitarlos
El padre de la capilla le dijo que había una forma de porque ando apurado. Supe en la cantina que ustedes
evitar que el ahorcado se lo llevara y era que esperara estaban aquí y quise distraerles un trago.
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
La botella pasó de mano en mano, la ronda fue com- los relatos más viejos y venerables son capaces de reciclar-
pleta y, cuando volvió a sus manos, se empinó un trago se y de actualizarse, con proteica energía, en toda época y
grande, trepó un pie sobre el ataúd y les dijo: lugar, incluyendo el hoy y el aquí (o el cualquier sitio). Está
—Vengo a invitarlos a mi junta de cortar arroz, habrá editada en una página de Internet que se llama Estasmuer-
mucha chicha de la buena.
Hubo una pausa. En ese momento, el sepulturero to.com (concretamente en la dirección http://www.estas-
sacó envuelta en una palada de tierra una calavera casi muerto.com/leyendas/la_cena.html), que alberga todo
completa. De inmediato los campesinos se quitaron el tipo de historias, leyendas y rumores, con la única condi-
sombrero y se santiguaron en forma reverente. El visi- ción de que sean sangrientos, siniestros y macabros, y de
tante se acercó a la calavera, le pegó una patada y le dijo: que entren de lleno dentro del género literario que llama-
—Tu también vai a la junta, Ñato pendejo, pa’ que mos leyendas urbanas, tan caro a los jóvenes y adolescentes.
tome chicha fuerte y comai buena comida a lo mejol te La persona que escribió esta leyenda en tal página se iden-
muriste de jambre. tificó nada más que como “Shakita”, y aunque señala que
Los campesinos se volvieron a santiguar. El borracho “se cuenta en mi pueblo”, no identifica cuál es su pueblo
montó su caballo y se retiró diciendo palabras vulgares (¿de España? ¿de Hispanoamérica?), por lo cual nos resul-
acompañadas de carcajada que se escuchaban desde
lejos. ta imposible conocer detalles de la geografía de esta leyen-
“Con los muertos no se juega”, expresó uno de los da, vieja y nueva al mismo tiempo. Sin embargo, el hecho
más viejos del grupo. de que haya penetrado en el circuito de difusión de Inter-
Allá en el otro extremo lejano del arrozal, pegado a la net da a entender que, ya, la geografía de este relato se ha
montaña apareció un hombre alto, flaco y amarillo con hecho indiscriminada, internacional, universal. De hecho,
ojos muy hondos, dentadura grande y brillante. Tenía un bajo la narración firmada por “Shakita” hay una función
74 sombrero hundido en la ceja y cortaba mucho arroz, y le que dice “Envía esta leyenda a tus amigos”: con sólo ir 75
solicitó al dueño de la junta que le pagara el peón escribiendo sus direcciones de email y apretar un botón, La
mañana. cena saldrá disparada en todas las direcciones del globo
—Mi trabajo será en la Iglesia del pueblo a las doce internáutico, y su difusión será enorme e instantánea:
de la noche; no falte, lo estaré esperando.
Al presentarse, a las doce, le dice el extraño hombre:
—Destape esta bandeja. La cena.
Y al destaparla se le apareció un calavera sangrante Se cuenta en mi pueblo que en tiempos de guerra
había una familia rica de la que todos sentían envidia.
que le habló enseguida:
Había dos chicas en la familia. La mayor, ya casada, tenía
—Mire señor, Ud. me pateó en el cementerio, y ahora 21 años, y la mas pequeña, 18.
pagará su culpa. En la época en que estaban era muy difícil conseguir
El hombre huyó, se cayó, se levantó, gritó y rezó. comida y, a pesar de que el pueblo no vivió la guerra en
Cuando se sintió perdido, se abrazó con desesperación al profundidad, también se dejo sentir la hambruna. Los
púlpito, y allí lo encontró muerto el sacristán al día guerrilleros decidieron así acabar con la familia para
siguiente, cuando abrió la iglesia para la primera misa apropiarse de sus pertenencias. Entraron en la casa por la
dominguera. fuerza y se llevaron a los padres, los asesinaron y dejaron
Los campesinos estaban seguros de que era un casti- los cuerpos en un bosque cercano. Las hijas no tuvieron
go de Dios por profanar a los muertos. mejor suerte. No solo fueron asesinadas, sino también
Nadie se atrevía a enterrarlo, ni nadie podía explicar maltratadas y violadas; sus cuerpos acabaron mutilados
el motivo de la tragedia. Solo los campesinos que ente- por completo.
rraron al viejito estaban seguros de que era un castigo Abandonaron los cuerpos en lugares muy separados.
de Dios por profanar a los muertos14. Era como si quisieran torturarlas en vida y también en
muerte. Esa misma noche, unas de las pocas personas
La siguiente versión que vamos a conocer es muy sin- con buena voluntad que quedaban en el pueblo, se acer-
gular, porque muestra de manera ejemplar de qué modo caron, recogieron los cuerpos y los enterraron. Cuentan
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que las gentes volvían la cara al ver el cruel estado de las cido, pero no sin antes dejar una nota que decía: “Dejad
jóvenes, las ropas rasgadas, las caras desfiguradas, los a los muertos descansar en paz”.
pechos cortados y sangre, sobre todo mucha sangre. Cuando el chico despertó, todos preguntaron qué
Pasados ya los años, un grupo de jóvenes decidieron ocurrió. Entonces el chico balbuceando consiguió decir:
acercarse, para demostrar su valentía, al lugar donde se —...N,n,nooo...d,despper..teiss a los...muertt...muer-
había colocado la lápida de una de las dos hermanas. tos...
Uno de ellos, el más ebrio de todos, y el que había pro- El chico nunca se recuperó de aquello, y se suicidó
puesto la idea, decidió tomar una pala y desenterrar el poco tiempo después.
cuerpo para ver si aquella leyenda era verdad o solo fic- Cuentan que aquel espectro le atormentaba día y
ción. Comenzó a cavar, bajo las miradas atónitas de los noche, reclamando aquellos manjares. La casa donde
demás. Efectivamente, allí reposaban los restos de la her- vivió el joven ha sido convertida en una casa rural y,
mana mayor, pero el joven no se conformó con esto, sino según cuentan, aún hoy se siguen oyendo los lamentos
que sacó la calavera y le pegó una patada diciendo: de aquel chico, y se ve la sombra de quien le atormentará
—Yo he sido valiente desenterrándote, ahora sé lo tu siempre. La verdad que yo no lo he visto, pero, sincera-
y hazte presente en cuanto den las doce. Si lo haces, mente, prefiero no comprobarlo...
pagaré tu esfuerzo con los mejores manjares que hayas
probado jamás. Es evidente que todos los relatos que hemos ido cono-
Y concluyó con una carcajada. Luego marcharon,
dejando la pala al lado de la tumba profanada, para que ciendo son versiones, emparentadas genéticamente entre
todos pudieran ver su hazaña. sí, del tipo de cuento internacional ATU 470A, por más que
Poco tiempo después, cuando el chico había vuelto a estén pronunciadas con acentos tan diversos, y que se les
casa y dormía, sonaron las doce. Tres golpes secos retum- hayan adherido introducciones, o partes de la trama, o
76 baron en el caserón donde vivía. El criado, asustado, se desenlaces, o tópicos, o adornos más o menos originales y 77
dirigió hacia la puerta, la abrió y vislumbró una sombra más o menos discrepantes: el caso es que es más lo que les
negra. Esta avanzó hacia el y dijo: une que lo que les separa.
—¿Está vuestro señor en casa? Tengo una cena pen- Pero existen otros relatos en los que es más lo que sepa-
diente con el... ra que lo que une, y que orbitan en torno a ATU 470A atraí-
La voz parecía algo desgarrada, pero al criado le
pareció femenina. Subió el criado, y le comunicó a su
dos solo por la fuerza del motivo puntual y singular: rela-
amo que una joven deseaba verlo, y que decía algo de tos que no forman parte de su familia nuclear, y que se
una cena. El chico no daba crédito a lo que oía, y pensó quedan en los aledaños de la relación pasajera. Un ejemplo
que era una broma de sus compañeros. Así que se vistió asturiano (de Las Viñas, Somiedo), con una calavera a la
de gala y bajó. que un transeúnte molesta con una muleta:
Creyendo encontrarse ante uno de sus amigos, deci-
dió ordenar que se le sirviera lo mejor de su despensa, y Una vez iban dos curas haciendo penitencia por un
así demostrar no tener miedo. Habiéndose sentado, el camín p’allá, y encontraron la calavera de otra persona,
misterioso invitado habló: ya que la tocara uno así con la muleta, y que contestara
—¿Esto es lo mejor que me tenéis reservado? Caba- —fíjate tú—:
llero, creí que erais hombre de palabra. —No me toques, que soy tu amigo.
Oyendo esta voz, el chico se puso en pie, pues no —¡Ay, ya verdá!, ¡el mi amigo!, ¡coño, hombre!, ¿y
descubrió a ninguno de sus amigos tras ella. Aquella qué tal?, ¿qué tal te fue por allá? —vaya, por otro
silueta se levantó, dejando ver una de sus manos, que mundo—. ¿Y qué, estás en el cielo?
erizó el pelo al chico. Se acercó lentamente mientras —Sí, pero tuve bastante pa entrar en el cielo.
recorría la capucha de la túnica para dejar ver su rostro... —Y que contestara la calavera:
El chico quedó paralizado, pálido y cayó desmayado. —¿Te acuerdas cuando íbamos por un trigal que
Al oír el golpe, el mayordomo se acercó y encontró a cogimos cuatro espigas de aquel trigal?
su amo tendido en el suelo. Su invitado había desapare- —Sí, acuérdome que íbamos los dos ya cogiemos dos
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
espigas cada uno. —Te daría lo que me pidieras —le dijo Juan—. La
—Pues hasta de aquello tuve que dar cuenta. Tú fíja- echo mucho de menos.
te qué jueces hay allí, que lo llevan todo a la perfeición, La voz le respondió:
que hasta de aquellas cuatro espigas que llevamos de —Yo soy una de las almas a las que tú honraste un
aquella finca tuve que dar cuenta. día. Si quieres regresar quédate durmiendo y cuando
Esto oílo a una paisana que ya murió, que vivía ahí despiertes estarás allí. Pero me tendrás que dar la mitad
embajo en ese pueblo de La Riera. Y, bueno, contóme de lo que más quieras del mundo.
más porque yo taba allí haciendo madreñas y ella taba Así quedó pactado entre Juan y el alma. Juan se
allí sentada, ya con eso contábame cada historia...15. quedó dormido enseguida y amaneció en el pesebre de
una casa muy grande, con muchos criados. Éstos, asom-
Y he aquí un cuento murciano en el que el motivo de la brados por el ser peludo que estaba entre las pajas, deci-
calavera zaherida y burlada se inserta, a modo de original dieron ayudarlo, dándole de comer, aseándolo y ofre-
y dramático añadido, dentro del tejido del cuento ATU 505 ciéndole ropa vieja que por allí tenían, a cambio de que
(The Grateful Dead, “El muerto agradecido”): se quedara a trabajar allí. Estaba en la casa del padre de
su mujer y Juan no lo sabía.
Hace mucho tiempo había una chica que tenía un Se puso a barrer el patio y su mujer, desde la venta-
novio al que con el tiempo dejó, porque creía que no le na de la casa, reparó en él. Asombrada, le dijo a su padre:
convenía. Se enamoró, al cabo de dos años, de un mucha- —¡Papá, me parece que aquel criado que barre el
cho al que llamaban Juan Gracia, que era una bella per- patio es mi Juan!
sona, y pensó casarse con él. El padre la tranquilizó diciendo que era un error, que
Finalmente se casaron, y cuando iban de viaje de Juan había desaparecido en el mar y estaba muerto.
novios vieron, al pasar cerca de un cementerio, que dos Pero la mujer insistía y el padre bajó a buscarlo. Le
78 muchachos estaban dando patadas y tirando piedras a prestó un traje, lo hizo bañarse y perfumarse y lo pre- 79
unas calaveras. Juan Gracia se acercó a ellos y les re- sentó ante ella. Ella enseguida lo reconoció y se abrazó a
prochó su conducta; sin embargo, los muchachos lo igno- él y anunció que no se casaba, que había encontrado a su
raron y siguieron con su juego. Juan insistió en su re- querido marido. Le contó a Juan la buena nueva del naci-
proche y consiguió que depusieran su actitud dándoles miento de su hijo y pasaron unos días muy felices
algunas monedas. Por fin prosiguieron el resto del cami- contándose todo lo que habían pasado.
no sin incidentes y tomaron el barco que les aguardaba. No pasó mucho tiempo, cuando el alma se presentó
Ya en alta mar, la pareja se encuentra con el antiguo a Juan, reclamándole lo prometido. Le dijo así:
novio de la chica (que no estaba allí por casualidad). Se —Juan, dame la mitad de lo que más quieres: dame
saludan y Juan lo invita a fumar un cigarro en cubierta. la mitad de tu hijo.
Al quedarse solos, el novio despechado da un empujón a El corazón de Juan se quedó helado, pero siendo fiel
Juan y lo hace caer al mar, desapareciendo rápidamente a su promesa cogió un cuchillo dispuesto a partir el niño
de la vista del barco, aunque pudo asirse a una tabla que por la mitad. El alma le dijo entonces:
por allí flotaba y llegar a duras penas a una isla desierta. —¡Basta! ¡Que seas feliz!
Allí pasó mucho tiempo en soledad, sin vestimenta algu- Y desapareció16.
na. Se le cubrió todo el cuerpo de pelo y se alimentaba de
la espuma del mar y de las hierbas de la tierra. Tras asomarnos a este puñado de avatares hispánicos
La mujer de Juan, embarazada y sola, sin tener noti- del cuento-tipo ATU 470A (y de algunos relatos más rela-
cias de éste, se prometió en casamiento con su antiguo
novio. El día de la boda se acercaba. Y en otra parte del cionados de forma tangencial con él) que no habían sido
mundo, en la isla desierta, a Juan le ocurrió algo inespe- tenidos hasta ahora en cuenta en los grandes catálogos
rado. Se presenta en la isla el alma de la calavera a la que nacionales ni internacionales de cuentos, vamos a aproxi-
había ayudado, y aunque no la veía oyó que le decía: marnos a otras versiones no hispánicas que habían estado
—Juan, Juannn…, ¿qué darías por ir a la boda de tu también muy desatendidas hasta hoy. La primera es un
mujer, que se va a volver a casar? muy interesante texto irlandés, que incorpora, como hacía
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
la versión canaria que conocimos antes, el infrecuente en la que entró. Vio un fuego en el hogar, y en la habita-
motivo de la visita al infierno y de la contemplación de ción había una dama y una criada. Y la dama caminaba
escenas y de personajes cuyo significado queda aclarado al de un lado a otro de la habitación, y cada vez que se acer-
final de la estancia de ultratumba: caba al fuego para calentarse la criada la apartaba de él.
Las dos le dijeron:
Érase una vez un granjero que solo tenía un hijo, y el —Si lo que buscas es un cráneo, está en esa habita-
hijo murió, y el padre no quiso ir al funeral porque había ción.
tenido una disputa con él. Así que entró en la habitación; el cráneo estaba allí,
Pasado un tiempo murió un vecino, y él fue a su delante de él, y le preguntó si le apetecía algo de cenar; él
funeral. Y poco después estaba en el cementerio mirando dijo que sí, y la calavera lo llevó a una cocina. Allí había
la fosa. Cogió una calavera que había por allí —una de tres mujeres, y el cráneo le rogó a una que le diera de
cuatro— y le dijo: cenar al hombre, y todo lo que ella le puso delante fue un
—Debiste de ser una persona apuesta en tu juventud, poco de pan moreno y una jarra de agua, y a él le pareció
y me gustaría saber más sobre ti. que no merecía la pena comer aquello. Después el cráneo
Y la calavera habló, y esto es lo que dijo: le rogó a la segunda mujer que le diese de cenar, y la
—Mañana iré a pasar la noche contigo, si tú vienes a mujer le dio una cena todavía peor. Entonces le dijo a la
pasar otra noche conmigo. tercera mujer que le diera la cena, y ella preparó una
—Así lo haré —dijo el granjero—. En el camino de bonita mesa, y puso en ella de lo mejor, y él bebió y
vuelta a su casa se encontró con el cura, y le contó lo comió. Entonces le preguntó al cráneo qué significaba lo
sucedido. que había visto.
—Jamás podré creer que una calavera haya hablado El cráneo dijo:
—dijo el cura. —Los hombres que viste en el primer campo solían
80 —Venga a mi casa mañana por la noche y la oirá luchar entre sí cuando estaban vivos, porque tenían tie- 81
hablar —replicó el granjero. rras cerca unos de otros, y acostumbraban a mover las
Así que la noche siguiente estaban los dos sentados estacas, y ahora tienen que luchar entre sí por siempre
en la casa, y se hicieron servir la cena. Y al cabo de un jamás. Los hombres y mujeres que viste eran parejas
rato oyeron que algo se acercaba a la puerta; y entró la casadas que solían pelear entre sí, y ahora deberán seguir
calavera, se subió a la mesa, y se comió toda la cena que peleando siempre. La señora que viste en la casa no deja-
sobre ella había, y después de eso volvió a salir. ba en vida que la criada se acercase al fuego cuando
—¿Por qué no le ha hablado? —le preguntó el gran- volvía mojada y con frío y quería calentarse; y ahora la
jero al cura. criada le hace lo mismo a ella, y eso seguirá hasta el Día
—¿Por qué no le habló usted? —repuso el cura. del Juicio.
—¿Qué me hará cuando vaya a verla mañana por la En cuanto a las tres mujeres de la cocina —añadió—,
noche? —dijo el granjero—. Pero debo mantener mi pro- esas eran mis tres esposas. Y cuando le pedía a la prime-
mesa, ya que ella vino primero. ra que me preparase la cena no me daba más que pan
Así que la noche siguiente se puso en camino hacia el moreno y una jarra de agua. Y cuando le pedía a la
cementerio, y no pudo ver nada en él. Y entonces des- segunda mi cena, me daba una cena peor todavía. Pero la
cendió tres peldaños que había junto a la iglesia; y de tercera, cuando se la pedía, preparaba una espléndida
pronto se encontró en medio de un campo, lleno de hom- mesa con un mantel blanco, y me daba la mejor comida
bres que luchaban entre sí, con palas y hoces. y bebida.
—¿Estás buscando un cráneo? —le preguntaron—; se —En cuanto a ti —prosiguió—, fuiste traído aquí por
ha ido al campo de al lado. no querer ir al funeral de tu hijo, ya que una vez, cuando
Y él se fue al otro campo, que estaba lleno de hom- arabais juntos el campo, tuvisteis una discusión, pero sí
bres y mujeres, todos luchando entre sí. fuiste al funeral de un extraño. Y ahora —añadió—, vuel-
—¿Estás buscando un cráneo? —le preguntaron—; se ve adonde está enterrado tu hijo, haz allí acto de arre-
acaba de ir al campo de al lado. pentimiento, y quizá obtengas perdón finalmente. Y
Así que fue al tercer campo y allí vio una gran casa, dime, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que te marchaste
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
de casa? —le preguntó. monte Jiang, y allí visitaron el templo. Había en él varias
—Me marché en la tarde de ayer —dijo el granjero. estatuas femeninas, todas de rostros hermosos en extre-
—Llevas aquí setecientos años —replicó el cráneo. mo y de miembros bien compuestos.
¡Tanto tiempo, y él convencido de que habían pasado Al cabo de un rato, ebrios, empezaron a señalar las
solo unas horas! estatuas diciendo en broma cuál tomaba cada uno por
Así que volvió adonde estaba enterrado su hijo, y se esposa. Llegó la noche y se quedaron a dormir allí, y
arrodilló, y se arrepintió, y pidió perdón, el perdón de su soñaron los tres un mismo sueño: que el espíritu a cargo
hijo. Hasta que por último salió una mano de la tumba y de aquel templo y de aquel monte enviaba un mensajero
cogió la suya, y él y su hijo subieron juntos al cielo17. comunicándoles la profunda alegría que sentía y el gran
honor que le hacían al haber elegido a sus hijas, y anun-
A juzgar por lo que indican los catálogos universales de ciándoles la fecha en que iría a recogerlos para llevarlos
cuentos, los relatos del tipo ATU 470A han sido registrados junto a ellas al mundo de los espíritus.
solo en tradiciones folclóricas europeas o de países que Cada sueño había sido tan rotundo y tan nítido que,
al comentarlo con los otros, cayeron en la cuenta de que
sufrieron la colonización europea. Pero, si analizamos con los tres sueños eran uno. El descubrimiento los llenó de
el debido detalle, si tenemos en cuenta la condición esen- un pánico tal que hicieron la Ofrenda Máxima al espíritu
cialmente dinámica y maleable de la literatura oral, si nos del templo del monte Jiang, sacrificando un cerdo, un
fijamos en la gran cantidad de motivos contaminados, acci- buey y un cordero en petición de perdón. Pero la noche
dentales, adventicios, que han ido adhiriéndose también a del día en que hicieron la ofrenda, volvieron a soñar un
los relatos (básicamente europeos) que ya hemos analiza- unánime sueño: que el espíritu del templo bajaba en per-
do, es posible que determinados rastros, ecos, indicios, nos sona hasta sus casas y les decía:
permitan salirnos de esas estrechas fronteras y conducir- —No hay tiempo ya ni para timideces ni para retrac-
82 nos, siguiendo un rastro delgado pero persistente, hasta taciones, la fecha en que habré de venir a por vosotros 83
está al llegar.
geografías muy distantes de la nuestra. Al poco tiempo, murieron los tres18.
Un ejemplo: en el Soushenji, una compilación de cuen-
tos reunida nada menos que en la China de comienzos del Es posible que no sea esta una versión china aislada del
siglo IV, se puede leer lo que podría ser un paralelo, dis- viejo motivo narrativo de La estatua ofendida y de La cena
tante pero en ciertos aspectos bien reconocible, de los moti- funesta. En el Liao Zhai, una de las últimas colecciones clá-
vos que informan los relatos europeos: tenemos aquí al sicas de cuentos chinos, compilada por el gran poeta y
joven jactancioso, libidinoso, borracho e impío que transita narrador chino Pu Songling (1640-1715) muchos siglos des-
por un lugar dedicado a los muertos, la invitación en pués de la versión anterior, volvemos a encontrar lo que
broma a la estatua, el habla y la vida que vuelven a ella, la podrían ser paralelos, muy distantes pero no irreconoci-
aceptación de la invitación, el emplazamiento a encontrar- bles, de tópicos parecidos. Uno de los relatos, el titulado El
se en el otro mundo, el terror que embarga al incívico juez Lu, incluye también los tópicos del joven temerario, de
transgresor, las estrategias (ofrendas religiosas, súplicas de la invitación en broma a la estatua, de la súbita capacidad
protección divina) para intentar evitar la fúnebre cita, la para hablar de esta, de la aceptación de la invitación, del
confirmación de esta, la muerte final del blasfemo... Todo miedo del blasfemo, del cumplimiento de la amenaza del
ello, eso sí, en plural, porque, en el relato chino, los impíos muerto:
son tres, y las muertas (no muertos) son otras tres:
El juez Lu.
De qué ocurrió a tres jóvenes. Zhu Erdan tenía por segundo nombre Xiaoming y
Exactamente en uno de los años de los llamados vivía en Lingyang. Aunque era muy valiente, no andaba
Xianning, el hijo del gran maestro de ceremonias Han Bo, sobrado de inteligencia, y por más que se aplicaba en el
el del escribano de la capital Wang Yun y el del grande estudio no lograba adquirir fama de hombre ilustrado.
de la Casa Imperial Liu Zhen fueron de excursión al Una noche estaba bebiendo con unos amigos y uno
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
de ellos le dijo, bromeando: hacen amigos, y el primero hace al segundo favores tan
—Todos admiramos tu valentía. Pero, ¿a que no eres extraños como el de cambiarle el corazón por otro corazón
capaz de ir por la noche al templo de los Diez Reyes y tra- de un hombre inteligente, o como el de cambiar la cara de
erte al Juez de los Infiernos que está en el pasillo de la su poco agraciada mujer por la de una hermosa joven
izquierda? Si te atreves, mañana te invitamos a una cena.
Las estatuas de madera que había dentro del templo recién asesinada. Zhu Erdan hará progresos en su carrera
estaban tan bien hechas que parecían de carne y hueso. profesional, tendrá un hijo y morirá, y durante algún tiem-
La del Juez de los Infiernos lo representaba con la cara po seguirá apareciéndose como espíritu a su esposa y a su
verde, barba roja y aspecto horripilante. La gente decía hijo huérfano. Final extrañísimo, pero que no atenúa ni
que por la noche se oían voces y ruidos de golpes proce- borra las concordancias asombrosas que había entre la pri-
dentes de la parte del pasillo donde estaba la estatua y no mera parte del relato chino y algunas de las claves argu-
había nadie que se aventurara a merodear por allí sin que mentales más características del cuento-tipo 470A que se
se le pusieran los pelos de punta. Los amigos de Zhu pensaba que sólo se documentaba en Europa y en sus tra-
Erdan querían ponerlo en una situación embarazosa. diciones subsidiarias.
Pero él sonrió y aceptó el reto. Pero no acaban aquí los hilos que podrían llevarnos
No hacía mucho que había salido cuando los amigos hasta otras versiones exóticas, distantes aunque hasta cier-
le oyeron gritar: to punto reconocibles, del relato ATU 470A. O, por lo
—¡Aquí traigo al señor de las barbas rojas!
Los amigos se levantaron de inmediato y vieron a
menos, hasta tipos cuentísticos distintos pero de algún
Zhu Erdan entrar con la imagen a cuestas. La apoyó con- modo (lejano y tangencial) emparentados con él a través de
tra la mesa, levantó la copa y se tomó tres en honor del alguno de sus episodios clave. El cuento que vamos ense-
Juez de los Infiernos. Los otros estaban temblando de guida a conocer fue registrado en el centro de África, entre
84 miedo y le rogaron que devolviera la imagen a su sitio. los fang de Guinea Ecuatorial. El protagonista es un hom- 85
Zhu Erdan, muy tranquilo, regó una copa de vino por el bre, Beme, que se atreve a burlarse y a ofender reiterada-
suelo como ofrenda. mente a un enano del bosque que parece identificarse con
—Espero que no tome a mal, señoría, mi falta de res- una especie de espíritu de los muertos (estaba “lleno de
peto —dijo—. Mi humilde casa no está lejos de aquí. orugas comestibles”). Beme le emplaza en broma para que
Venga a beber cuando guste, sin cumplidos. al día siguiente comparezca en la selva a cavarle al hombre
Luego volvió a cargar la imagen y la llevó a su sitio. la tumba; el enano le toma la palabra, y le dice a Beme que
Al otro día los amigos lo invitaron a una cena y, no falte. El hombre queda, por ello, sumido en el terror,
cuando regresó a casa, ya de noche, estaba medio borra- aunque, gracias al consejo de su esposa, logra salir con
cho. Aún así, encendió un candil y siguió bebiendo solo.
De pronto alguien descorrió la cortina y entró en la habi- vida (y también con un susto memorable) del crítico tran-
tación: era el Juez de los Infiernos. ce: engaña al enano para que se meta él primero en la
—¡Ay! —suspiró Zhu Erdan, levantándose—. ¡Llegó tumba abierta, y allí le dejan preso y muerto.
la hora de mi muerte! ¡Como anoche lo ofendí, ahora La coincidencia con ATU 470A no se da, evidentemen-
viene a castigarme! te, en el nivel superior del tipo; pero sí en el plano concre-
—No es así —dijo el juez, mesándose la densa barba to de algunos de los motivos (de una buena cantidad de
y sonriendo—. Anoche me invitaste con mucha amabili- motivos) que más nos interesan: el encuentro extramuros
dad a tu casa. Hoy tengo tiempo, y he venido a beber de la civilización con el espíritu de los muertos, la broma
contigo19. injuriosa, el emplazamiento para el día siguiente, el terror
ante la cita, las estrategias para salir indemne de ella. Algu-
El relato chino, que hasta aquí se asemejaba de manera nos de estos motivos, y otros que asoman en el relato afri-
impresionante a los motivos de La ofensa a la estatua y de La cano, son característicos también de otros tipos cuentísticos
cena funesta, transcurre a partir de este momento del modo internacionales, como el ATU 330A (The Smith and the
más curioso e imprevisto: el juez espectral y el hombre se Devil, “El herrero y el demonio”), que presenta las aventu-
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
ras de un hombre que encuentra en un descampado al sacó el estómago y allí la fue metiendo. Beme estaba
espíritu de los muertos, que se burla y se cita varias veces asombrado. Cuando el enano terminó la operación, se le
con él, y que en una de tales citas le engaña para que se acercó y le pidió un poco de la miel que había consegui-
meta por un agujero del que no podrá ya salir. También el do. El hombre pequeño accedió, después de que Beme le
cuento ATU 1133 (Making Strong, “Fortaleciéndose”) asegurara que acababa de llegar y que no había visto
muestra una base muy llamativa de motivos que, o bien cómo la guardaba. Al alejarse con la miel, Beme se rió del
coinciden con los del tipo ATU 470A, o bien se asemejan a hombrecillo: “Lo he visto todo, he descubierto tu secre-
to”. Y su mujer le regañó: “No debes buscarte enemigos,
los del relato fang, pues presenta a un hombre que, burla porque puede ser que intenten matarte”.
burlando, emplaza a un espíritu de los muertos (diablo, Al día siguiente, Beme encontró de nuevo al enano:
ogro, etc.) para que al día siguiente le castre o le mate, que estaba cavando agujeros para atrapar animales. Beme
enseguida siente terror ante su propia insolencia, pero que intentó de nuevo mofarse de él y le preguntó con aire
sale intacto del trance gracias al consejo y a la intervención socarrón: “A ver si también cavas mi propia tumba”. El
de su esposa. enano replicó al instante: “Tú lo has dicho. Mañana, a
Podemos resumir, pues, que en los escasos pero densí- esta hora, vuelve; y te prepararé la tumba para que pue-
simos párrafos de este cuento de los fang de Guinea Ecua- das morir inmediatamente”. Ahora, Beme ya no se reía.
torial se entrecruzan motivos clave presentes en tipos Estaba aterrorizado, y su mujer tampoco le daba opción:
narrativos distintos (ATU 470A, ATU 330A, ATU 1133) “De hecho, has sido tú el que se lo ha propuesto. Ahora
que le convierten en una prodigiosa encrucijada de voces, debes cumplir tu palabra”.
de tópicos, de metáforas. Y que a nosotros nos hace el muy Pasó la noche en vela, y por la mañana llamó a su
mujer y prepararon una caja llena de palos y de piedras.
especial favor de desvelarnos (permitiéndonos seguir el Apareció más tarde el enano, y le preguntó: “¿Ya has
hilo, sobre todo, del motivo de la injuria al muerto y de la decidido dónde quieres tener la tumba?”.
cita funesta) relaciones que hasta ahora no habían sido
86 87
Beme le indicó el lugar preciso, y el enano cavó allí
advertidas entre el cuento ATU 470A y algunos más de los un gran agujero. Entonces Obula se dirigió al enano:
pobladores del mundo complejo y abigarrado de los cuen- “Hay que asegurar que mi marido será enterrado en un
tos: lugar cómodo. De manera que, antes de matarle, debes
probar que su tumba lo es”.
Beme, Obula y el enano del bosque. El enano se metió en el agujero para comprobar su
Beme había ido al bosque, y allí encontró a un enano comodidad. Y en aquel momento Beme y Obula sacaron
lleno de orugas comestibles. Empezó a sacárselas para la caja y la emprendieron a golpes y a pedradas con el
poder comer; y, al llegar a coger la que tenía en la nariz, pequeñajo, hasta que murió. Obula, contenta por haber
el enano se enfadó y le pegó. Beme llegó a casa y contó a podido conservar a su marido, le dio una advertencia:
Obula lo que le había ocurrido. Esta se rió de él, y Beme “No debes buscar más aventuras”. Y Beme le prometió
decidió que al día siguiente saldrían juntos al bosque. que no regresaría al bosque durante mucho tiempo.
Al acercarse al lugar donde vivía el enano, Beme Había escarmentado20.
ordenó a Obula que siguiera, mientras él iba a compro-
bar las trampas que había dejado preparadas. Obula ¿Puede ser legítimo considerar que los relatos chinos
encontró también al enano lleno de orugas; y, al intentar anotados en el siglo IV y en el XVII están emparentados
quitárselas, el pequeño hombre empezó a pegarle una genéticamente y pueden ser acogidos, por tanto, bajo la eti-
gran paliza. Obula llamaba a su marido desesperada-
mente; y éste removía las hojas exclamando: “No puedo queta del mismo cuento-tipo (el ATU 470A) al que se aso-
ayudarte, porque a mí también me están pegando”. cian las versiones europeas de La calavera ofendida? ¿Se
Aquella noche fue Beme el que se rió de su mujer. puede pensar que el cuento fang registrado en el XX tiene
Más adelante, Beme volvió a encontrar al enano subi- también alguna relación, acaso no tan cercana, pero no del
do a un gran árbol. Se encontraba junto a a una colmena. todo improbable, con ese mismo complejo de relatos? ¿O
Y, como no tenía ninguna bolsa donde guardar la miel, se será más prudente concluir que las coincidencias de todos,
El mito de Don Juan y el cuento... Jose Manuel Pedrosa
bien, de adherencia fortuita y accidental? ción del Ministerio de Educación y Ciencia Digitalización de la
La espesa floresta de adornos, de añadidos, de conta- Gran Enciclopedia Cervantina. HUM2006-06393; y como actividad
minaciones, el currículum de migraciones y de cambios del Grupo de Investigación: Seminario de Filología Medieval y
que se adivinan tras todos los relatos cuyos pasos hemos Renacentista de la Universidad de Alcalá: CCG06-UAH/HUM-
seguido hacen difíciles las certezas absolutas. Pero lo cier- 0680. Deseo agradecer el consejo y la ayuda que me han presta-
do, mientras lo escribía, a Ángel Hernández Fernández, José Luis
to es que los cuentos chinos y el africano no muestran un Agúndez, Carina Zubillaga y José Luis Garrosa.
solo y precario motivo coincidente con los relatos europe- 2 Francisco Márquez Villanueva, Orígenes y elaboración de “El
os, sino una base muy sustanciosa de ellos, y en orden y burlador de Sevilla” (Salamanca: Universidad, 1996).
secuencia paralelos: en todos ellos tenemos un protagonis- 3 Véanse Víctor Said Armesto, La Leyenda de Don Juan. Orí-
ta varón, insolente y temerario, que se adentra en un espa- genes poéticos de El burlador de Sevilla y convidado de Piedra
cio gobernado por los muertos o por los espíritus (segura- (Madrid: Librería De Los Sucesores De Hernando, 1908); y
mente de muertos); en todos ellos hay una invitación ofen- Ramón Menéndez Pidal, “Sobre los orígenes de El convidado de
siva y un emplazamiento en broma a tales muertos (o esta- piedra“, en Estudios literarios (Madrid: Espasa Calpe, 9ª ed. 1968)
tuas o espíritus); una aceptación de la invitación; una fecha pp. 69-88.
4 Versión del pueblo leonés de Curueña, recogida por
para el reencuentro; un ataque de pánico; y una reflexión,
compartida con ciertos aliados y consejeros (muy impor- Juan Menéndez Pidal en 1889 y publicada en Marcelino Menén-
dez y Pelayo, Antología de poetas líricos castellanos, desde la forma-
tantes también en los relatos europeos, en los que tal papel ción del idioma hasta nuestros días, 14 vols. (Madrid: Librería de
solía recaer sobre amigos o sacerdotes), acerca de cómo sal- Perlado Páez y Ca.-Sucesores de Hernando, 1899-1916) vol. X
var el fatídico trance.
88 89
(1990) pp. 209-210. Sobre la posible relación entre el romance de
Los desenlaces son, en cada caso, distintos: la muerte El galán y la calavera y determinadas prácticas de comidas ritua-
del hombre a manos del muerto (en el relato chino del siglo les que tienen lugar, en la zona leonesa, en torno a las fiestas de
IV), la amistad con el muerto (en el relato chino del XVII), difuntos, véase Francisco Javier Rúa Aller y Manuel E. Rubio
o la muerte del espíritu a manos del hombre (en el relato Gago, La piedra celeste (León: Excma. Diputación Provincial, 1986)
fang). Pero no resulta menos cierto que los desenlaces eran pp. 36-39.
5 Juan Garmendia Larrañaga, Pensamiento mágico vasco (San
distintos también dentro del corpus de los relatos ATU
470A de la órbita europea, que se saldaban a veces con la Sebastián: La Primitiva Casa Baroja, 1989) pp. 7071.
6 Traduzco de Hans-Jörg Uther, The types of International
muerte del insolente, otras veces con el perdón, algunas
incluso con visitas y paseos por el infierno que se pueden Folktales. A Classification and Bibliography, Based on the System of
Antti Aarne and Stith Thompson (Helsinki: Suomalainen
interpretar como señales de transitoria amistad entre vivos Tiedeakatemia-Academia Scientiarum Fennica, 2004) núm.
y muertos. 470A. Véase además Stith Thompson, Motif-Index of Folk Litera-
Habrá que esperar, acaso, a que vayan apareciendo o ture: a Classification of Narrative Elements in Folktales, Ballads,
siendo localizadas nuevas o presumibles versiones inter- Myths, Fables, Mediaeval Romances, Exempla, Fabliaux, Jest-Books
nacionales del cuento ATU 470A para apurar certezas o and Local Legends, ed. rev. y aum., 6 vols. (Bloomington & India-
estrechar círculos. Por el momento, no cabe duda de que napolis-Copenhague: Indiana University-Rosenkilde & Bagger,
todos los relatos que hemos ido conociendo coinciden, al 1955-1958), porque el motivo núm. C13 se corresponde también
menos, en lo eficaz de su mensaje, en lo dramático de su con The Offended Skull o La calavera ofendida. Y además, Harriet
fondo, en lo intensamente poético de su trama. Goldberg, Motif-Index of Folk Narratives in the Pan-Hispanic
Romancero, en http://depts.washington.edu/hisprom/option-
al/motif.php, que hace concordar el núm. C13 de su índice de
motivos con el romance de El galán y la calavera.
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El mito de Don Juan y el cuento...
Terrinches: géneros, etnotextos, estudio, tesis doctoral (Alcalá de Si se puede afirmar que el fantasma de don José Zorri-
Henares: Universidad, 2006) pp. 918-919. lla persigue a don Ramón María del Valle-Inclán, también
12 Dr. D. Juan Bethencourt Alfonso, Costumbres populares se puede asegurar que ambos están hechizados por el de
canarias de nacimiento, matrimonio y muerte, ed. M. A. Fariña don Juan Tenorio. Sobre ellos se proyecta como condena y
González (Santa Cruz de Tenerife: Museo Etnográfico-Excmo. como legado una incierta sombra que sincroniza obsesio-
Cabildo Insular, 1985) p. 281. nes, reitera acontecimientos vitales y establece problemáti-
13 Yukihisa Mihara, Narrativas tradicionales del Dpto. de La
cas herencias cuya asunción se expande en el tiempo al
Paz, Bolivia (Hirakata, Osaka, Japón: Seminario de Y. Mihara de
la Universidad de Kansai Gaidai) p. 96. regresar sobre caminos ya recorridos y sendas previamen-
14 Alberto Barrera, “Recopilación de cuentos campesinos. te exploradas. Entre los tres es indudable que existe una
Calavera sangrienta maldice a profanador”, en El Siglo.com jerarquía que inesperadamente da preponderancia al per-
(Panamá, 13 de enero de 2008). Véase sonaje de ficción, otorgándole primacía sobre la realidad,
http://www.elsiglo.com/siglov2/Play.php?fechaz=13-01- puesto que la sujeta y la supedita a los ritmos y a los ecos
2008&idsec=7&idnews=61378 de las quimeras, diluyendo lo material en lo incorpóreo y
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15 Jesús Suárez López, con la colaboración de José Manuel
haciendo denso lo etéreo. Dando un cuerpo a los fantasmas
Pedrosa, Folklore de Somiedo (Leyendas, cuentos, tradiciones) (Gijón- y hurtando tangibilidad a los fenómenos, don Juan es un
Somiedo: Museo del Pueblo de Asturias-Ayuntamiento, 2003)
núm. 80. aparecido que, presentándose una vez, casi como un con-
16 Carmelo Martínez Marín y José Antonio Carrillo Torrano, vidado a una (es)cena que debe repetirse, hechizará tanto a
De memoria. Tradición oral en Lorquí (Lorquí: Ayuntamiento, don José como a don Ramón. Por su parte, sobre el último
2002) p. 89. se proyectará la sombra duplicada, recursiva y cada vez
17 Versión editada originalmente por Lady Augusta Gre- más opaca, más sólida, del ser ficcional y del hombre real,
gory en su libro Poets and Dreamers, que vio la luz en 1903. Tra- aunque la existencia del segundo haya sido poseída y
ducida por José Manuel de Prada Samper en Cuentos populares devorada por la invención del primero. Para este análisis
irlandeses (Madrid: Siruela, 1994) núm. 23. que mezcla ficción y realidad, al basarse en aquellas mani-
18 Véase Gan Bao, Cuentos extraordinarios de la China medie-