Park y Gómez-Michel - ''Introducción. Después Del Boom de Los Estudios Fronterizos'' - Revista Iberoamericana (Pp. 897-907)
Park y Gómez-Michel - ''Introducción. Después Del Boom de Los Estudios Fronterizos'' - Revista Iberoamericana (Pp. 897-907)
Park y Gómez-Michel - ''Introducción. Después Del Boom de Los Estudios Fronterizos'' - Revista Iberoamericana (Pp. 897-907)
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Han transcurrido casi tres décadas desde la publicación de los emblemáticos libros,
Borderlands/La frontera: The New Mestiza (1987), de Gloria Anzaldúa y Culturas
híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad (1989), de Néstor García
Canclini. A partir de estos textos inaugurales la frontera México-Estados Unidos se ha
venido percibiendo como un espacio “central” para examinar el mundo contemporáneo;
fenómeno sostenido por la enorme resonancia política, cultural y artística de esta región
en este mismo periodo. Repensar la idea de frontera bajo un influjo hemisférico empujó
al reconocimiento de su importancia simbólica en el análisis académico y promovió
incluso el establecimiento de una nueva disciplina dedicada a su investigación conocida
como “estudios fronterizos” o “estudios de la frontera”, “border studies” o “borderlands
studies”; “literatura de la frontera”, “literatura fronteriza” o “border literature” han sido
términos también comúnmente usados para delimitar las obras literarias producidas
en y sobre la frontera y las borderlands.1
En realidad, la creación de este campo y su desarrollo proviene de la convergencia
de tres áreas colindantes: los estudios chicanos, los estudios mexicanos y los estudios
1
Aquí se emplea el término “estudios fronterizos” para involucrar no solamente el análisis de textos
literarios, sino también porque en el marco de esta conceptualización se pueden discutir de forma más
amplia varios temas y textos relacionados con la frontera. De hecho, la emergencia de esta disciplina
se ha desarrollado por medio del cruzamiento entre diferentes campos de estudio: la literatura, la
sociología, la antropología urbana, la cultura popular, los estudios étnicos y de raza, los estudios de
medios, la ciencia política y la crítica cultural.
898 Jungwon Park y Gerardo Gómez-Michel
2
Vale la pena mencionar que ese libro nació precisamente de la colaboración binacional y femenina de
ambos lados: Castillo, una prominente crítica literaria de la academia norteamericana, trabaja sobre
literatura mexicana, escrituras femeninas y literatura latina/chicana. Por su parte, el trabajo académico
de Tabuenca Córdoba, basado en la zona fronteriza de Ciudad Juárez (COLEF) y El Paso (University
of Texas at El Paso), se dedica al análisis de las narrativas femeninas de la frontera y la cultura popular
mexicana.
crisis. Inserto en este contexto de relectura y debate, el número especial que ahora se
presenta indaga en la transformación de los estudios fronterizos; transformación que
emerge de la discrepancia en torno a la teoría de la hibridación entre los precursores
de esta área de estudio y sus opositores. La emergencia de una visión distinta tiene
implicaciones no solamente generacionales, sino también históricas, conceptuales y
epistemológicas. Algunos de los ensayos de este volumen presentan una discusión en
torno al estado actual de los estudios fronterizos como superación de su etapa fundacional
y en pos de una teorización renovada. Otros autores examinan la producción cultural
y literaria que en las últimas décadas ha explorado nuevos imaginarios estéticos
y políticos de la frontera México-Estados Unidos. Analizando novelas, películas,
crónicas, corridos, arte visual, teatro y performance, la discusión de estos trabajos se
enfoca en la construcción de subjetividades fronterizas que escapan conflictivamente
a los compartimientos teóricos y políticos que intentan delimitarlas.
El primer ensayo titulado “Trayectorias fronterizas más allá del boom”, de Robert
Mckee Irwin, traza un mapa genealógico de producción académica sobre el tema de
esta frontera desde sus inicios hasta la actualidad. Es notable la lucidez con que el autor
reconoce y señala las diferentes etapas en este campo de estudio, iniciando desde los
estudios precursores del llamado pre-boom, pasando a la centralización de la frontera
–a partir de una ola de investigaciones que desafiaron las ortodoxias nacionalistas
iniciadas en 1994 (con la inauguración del TLCAN)–, misma que terminó en 2008 con
la recesión económica estadounidense y el consecuente debate en torno a la inmigración.
Finalmente, la etapa pos-boom que se caracteriza mejor con la noción de crisis y que
continúa hasta el momento actual, advierte McKee Irwin, requiere abordar las agudas
problemáticas sociales de la región y advierte sobre la necesidad de ampliar el tema
de la frontera a través de indagaciones comparativas con otras partes del globo.
Debra Castillo discute en “Abducción/Olvido” el tema de los menores migrantes
centroamericanos y la interconexión de la frontera norte con la frontera sur con
Guatemala, aspecto que no se ha estudiado suficientemente pero que se vuelve cada
vez más revelador en el actual contexto hemisférico. En su análisis, la novela Por el
lado salvaje, de Nadia Villafuerte, cuenta la historia del cruel pasaje transnacional de
Honduras a Tijuana de una niña negra, pobre del sur de México quen es víctima del
tráfico de menores. Castillo resalta que además de desvelar la extrema marginalidad
de los niños migrantes en el contexto de la globalización, esta novela señala el dilema
ético de los lectores metropolitanos en los que el sentirse mal se convierte en la única
acción posible y quienes, como resultado, consiguen el derecho ciudadano a olvidar
la historia.
“Estampas de la guerra” de Diana Palaversich hace una indagación sobre el paisaje
(post)apocalíptico de las ciudades fronterizas mexicanas avasalladas por la narcoviolencia
y la guerra contra el narcotráfico. No obstante, lejos de repetir el análisis de los retos
que enfrenta la seguridad nacional e internacional, su enfoque radica en dar luz a la vida
social cotidiana desde el punto de vista de los habitantes que recrean las crónicas: El
Karma de vivir al norte, de Carlos Velázquez, y Cuando las banquetas fueron nuestras,
de Mirna Pastrana. Palaversich destaca sus diferentes estrategias narrativas: desde una
mirada de voyeur que muestra el camuflaje y la invisibilidad como un nuevo modo
de sobrevivir en la ciudad salvaje, en Pastrana, hasta las tácticas “guerrilleras” que se
utilizan en la obra de Velázquez para reportar el espectáculo diario de la muerte violenta
así como para crear actos de resistencia hacia la reapropiación del espacio público.
Heriberto Yépez entra en el debate nuevamente en torno a la teoría de hibridez. Su
ensayo “Nuevas tijuanologías: del hibridismo a las rudologías en las estéticas fronterizas”
propone entender lo híbrido posmoderno en su relación estructural con el espectro de
lo colonial. Retomando a León-Portilla, Gruzinsky y Russo, entre otros, Yépez afirma
que la teoría de García Canclini, igual que las de mestizaje y la transculturación, evitó
considerar el proceso violento como un factor crucial de la historia, conduciendo a la
despolitización y la celebración de happy hybrid en zonas de contacto. Pero advierte
que el ámbito fronterizo ha cambiado desde el 11 de septiembre: el hibridismo está
siendo sustituido por otro modelo, una especie de rudología fronteriza. Esta nueva
interpretación logra no solamente detectar las relaciones asimétricas de poder, sino
también privilegiar el archivo de los otros entendido como residuo, polvo, ruina, memoria
y huella. Para la redimensión de este campo de estudio Yépez recalca la presencia de
los otros, objetos de la tradicional mirada antropológica y estética, convertidos ahora
en sujetos que conciben como una fuente de reflexión los ecos de distintas voces y
nuevas agencias.
En “Movilidad Fronteriza en The Dogs Came with Them” de Helena María
Viramontes, Britta Anderson vislumbra un nuevo sujeto fronterizo nutrido por la
espiritualidad chicana. Al analizar en la novela el impacto social y psicológico causado
por la construcción de carreteras que atraviesan los barrios mexicanos en Los Ángeles
durante los años 60 y 70, Anderson aborda el concepto de la cimentación que funciona
operativamente para restringir la capacidad de los residentes urbanos minoritarios
para moverse por el espacio y conectar con la vitalidad de su comunidad. Frente a
esta cimentación, interpretada como un violento poder estructurado que genera sujetos
fijos y paralizados, resurgen subjetividades afectivas en torno a imágenes religiosas,
oraciones y el rito luctuoso. Britta Anderson señala que esta espiritualidad profana
crea un espacio para la experiencia de pérdida y dolor, operando así como un desafío
a la inmovilización de los cuerpos y las identidades.
Para Iani Moreno, la frontera México-Estados Unidos es el lugar mítico
contemporáneo por excelencia donde se puede ver reflejada la condición universal del
ser humano, más allá de su propio contexto histórico, político, geográfico y cultural.
Su ensayo revisita las obras de Hugo Salcedo, uno de los fundadores del teatro del
norte a partir de los años 90 del siglo pasado. Moreno subraya de la obra dramática
de Salcedo la compleja dualidad mito-realidad en que oscilan los significados tanto
de los espacios puestos en escena como de sus personajes. El acto de intentar cruzar
la frontera remite al anhelo urgente de parte de muchos mexicanos por escapar de la
pobreza y encontrar una oportunidad para mejorar sus vidas. Pero al mismo tiempo este
viaje supone un rito simbólico a través del cual se debe indagar profundamente sobre
el extraño misterio entre la vida y la muerte, el amor y el odio, el yo y el otro. En su
análisis, Moreno reconoce la contribución de Salcedo al enriquecimiento representativo
de esta frontera que ha adquirido características místicas, religiosas y universales.
Analizando relatos fronterizos que refieren al acto de cruzar la línea, Gerardo
Gómez Michel retoma el concepto de fantasmagoría desarrollado por Walter Benjamin
en su Libro de los Pasajes para analizar de qué manera el muro fronterizo entre México
y Estados Unidos funciona operativamente como una pantalla donde se proyectan,
estratégicamente, las amenazas a la seguridad nacional e individual al mismo tiempo
que se sugiere una ilusión de seguridad. El muro se observa paradójicamente ya a
partir de su cualidad inexpugnable –deseo que estructura el discurso antiinmigrante
estadounidense– o de su porosidad –anhelo que orienta la constante migración
mexicana–. En su ensayo, “La fantasmagoría de la frontera en narrativas migratorias
del post-boom”, Gómez Michel hace un repaso del espectáculo de la fantasmagoría
de finales del siglo XVIII durante la época del Terror en Francia para subrayar la
cualidad dialéctica que supone el proceso de proyección de imágenes perturbadoras
y la recepción de una audiencia que simultáneamente es seducida y aterrada, todo
ello, en medio de un contexto social que se debate en el conflicto y la angustia. En los
relatos que analiza el autor, noticias, rumores, chismes, pensamientos, anhelos, sueños
y pesadillas que los personajes proyectan sobre el muro, contribuyen a la puesta en
escena de la fantasmagoría de la frontera, y aún más, a su perpetuación.
En “Otras Performances: la frontera de Crosthwaite en contraste”, Nuria Vilanova
continúa el debate en torno al concepto de hibridación propuesto por Canclini y propone,
a partir de su análisis del performance Misa Fronteriza del autor tijuanense, que las
prácticas escriturales y artísticas de la gran mayoría de los autores de la frontera norte
se resisten al encasillamiento que el concepto de hibridez puede imponer al análisis
literario y artístico. Contraponiendo el trabajo de Crosthwaite a autores canonizados
por la teoría de la hibridez en tiempos del boom fronterizo como Guillermo Gomez-
Peña, Vilanova hace hincapié en dos características esenciales de Misa Fronteriza,
en primer lugar su anclaje al espacio físico y simbólico de la frontera como espacio
tangible y real y, en segundo lugar, su versatilidad textual y representativa –en tanto
performance– que proyecta la permeabilidad y transitoriedad de la propia frontera.
Finalmente, argumenta la autora que el trabajo de Crosthwaite, en buena medida gracias
a su complejo grado de intertextualidad y sus adaptaciones en cada performance según
el contexto de representación –México, Estados Unidos, España– logra extrapolar la
frontera norte mexicana a las diferentes fronteras del mundo y con ello denunciar la
injusticia de la frontera global de nuestros tiempos.
Obras citadas
Anzaldúa, Gloria. Borderlands/La Frontera: The New Mestiza. San Francisco: Aunt
Lute Books, 1987.
Castillo, Debra y María Socorro Tabuenca Córdoba. Border Women: Writing from la
Frontera. Minneapolis: U of Minnesota P, 2002.
Egan, Linda y Megan K. Long. eds. Mexico Reading the United States. Nashville:
Vanderbilt UP, 2009.
García Canclini, Néstor. Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la
modernidad. México: Grijalbo/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1989.
Yépez, Heriberto. Made in Tijuana. Mexicali: ICBC, 2006.