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Carolina Ferrante
(1980, argentina, Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas, Departamento de Ciencias Sociales,
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina)
caferrante@gmail.com
Resumen Abstract
Actualmente existe un consenso respecto a que se registra un Currently, there is a consensus that there is a paradigm shift in
cambio de paradigma en la discapacidad, asociado a la disability, associated with the consecration of a citizenship
consagración de una perspectiva de ciudadanía, basada en un perspective, based on a social model. However, in Latin Ameri-
modelo social. Sin embargo, en América Latina, la extensión ca, the extension of this agreement is often not accompanied
de este acuerdo muchas veces no va acompañada de un cono- by a deep understanding of what this model implies or what its
cimiento profundo sobre qué implica dicho modelo ni cuáles foundations are. This article, paying tribute to the recently
son sus fundamentos. Este artículo, realizando un tributo al deceased English sociologist and activist Mike Oliver, who
recientemente fallecido sociólogo y activista inglés Mike coined the concept of the social model of disability in 1983,
Oliver, quien acuñó el concepto de “modelo social de la disca- pursues a double objective: 1) to detail the principles and
pacidad” en 1983, persigue un doble objetivo: 1) pormenorizar scope of the sociological view proposed by this author to
los principios y alcances de la mirada sociológica propuesta through the social model of disability and 2) show how it
por este autor a través del modelo social de la discapacidad y constitutes a living legacy to think of disability critically today
2) mostrar cómo la misma constituye un legado vivo para from Latin America. To do this, first, it explains what it implies
pensar a la discapacidad críticamente hoy desde Latinoaméri- to affirm that disability constitutes a social problem from the
ca. Para ello, primero, explica qué implica afirmar que la disca- perspective proposed by Oliver, recovering his distinction
pacidad constituye un problema social desde la perspectiva between the social and individual models of disability. Next,
propuesta por Oliver, recuperando su distinción entre los he analyzes how these models are translated into politics,
modelos social e individual de la discapacidad. Seguidamen- starting from the book The Politics of Disablement and details
te, analiza cómo estos modelos se traducen en las políticas, the specificity of his proposal to build a sociology of disability.
partiendo del libro The Politics of Disablement y la especifici- Then, rescuing his latest work, The New Politics of Disable-
dad de su propuesta por construir una sociología de la disca- ment, written with Colin Barnes, he reflects on the clues that
pacidad. A continuación, rescatando su última obra, The New this legacy enables to understand today the processes of
Politics of Disablement, escrita junto a Colin Barnes, reflexiona disability and the relevance they acquire for Latin America.
sobre las pistas que habilita este legado para comprender hoy Finally, he concludes that the sociological view proposed by
los procesos de discapacitación y la pertinencia que adquie- Oliver is a toolkit for critical studies on disability in Latin Ameri-
ren para América Latina. Finalmente, concluye que la mirada ca.
sociológica propuesta por Oliver es una caja de herramientas
para los estudios críticos en discapacidad latinoamericanos. Key words: disability, disablement, critical studies on disabi-
lity, Mike Oliver, social model of disability.
Palabras clave: discapacidad, discapacitación, estudios
críticos en discapacidad, Mike Oliver, modelo social de la
discapacidad.
Recibido: 14-10-2019. Aceptado: 12-02-2020
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Para el modelo social el modelo individual, al partir de un Esto se vehiculiza a través del planteo de una definición de la
supuesto ontológico erróneo sobre la discapacidad, ofrece “discapacidad” que la distingue de lo que es identificado
soluciones inefectivas y, además, envuelve a sus protagonistas como “deficiencia”. Mientras que la “deficiencia” alude a una
en relaciones de opresión, al concebirlos como portadores de condición biofísica particular que implica una falta o falla del
una enfermedad trágica que debe ser superada a través de las cuerpo y no es negativa en sí misma, la “discapacidad” es una
prescripciones brindadas por los profesionales de la rehabili- forma de opresión social impuesta por una organización
tación para recuperar la dignidad y el sentido de la vida perdi- social que, al no tener en cuenta las necesidades de las perso-
dos o jamás alcanzados a causa de “sus” deficiencias (Oliver, nas con deficiencias, por estar únicamente diseñada para las
1990b). personas portadoras de cuerpos capaces o considerados
médicamente “normales”, les niega o restringe sus posibilida-
De este modo, la empresa rehabilitatoria, como el prefijo des de participación social (Oliver, 1998; Barnes, 1998). Estas
indica, deviene un imperativo moral que, partiendo de la desventajas y restricciones homologan sus condiciones de
patologización de la deficiencia y la promesa de una normali- vida en términos de grupo oprimido, del mismo modo que
dad difícilmente conquistada, coopta las vidas de sus protago- sucede con las minorías raciales o étnicas.
nistas y las medicaliza, sin sopesar los costos que este proceso
implica en términos de sufrimiento o bienestar. Convertidas Desde esta perspectiva, se elige hablar de “personas con
en meros cuerpos tributarios de ayuda médica, las personas deficiencias” o “personas discapacitadas”, en lugar de alterna-
con deficiencias a partir de su sobre adaptación, deben tivas más extendidas como “personas con discapacidad”, en
esforzarse por reconquistar una utilidad o capacidad perdida y tanto se estima que el problema no reside en los cuerpos de
reintegrarse a la sociedad. En este proceso de ajuste físico y los individuos con deficiencias, sino en las respuestas opresi-
psicológico, se invisibiliza cómo ellas son discapacitadas vas brindadas a este sector de la población por la jerarquiza-
socialmente, al ser excluidas de los espacios sociales genera- ción de los valores liberales de la sociedad general, las cuales
les, convirtiéndose en ciudadanas de segunda categoría sustraen sus capacidades y el reconocimiento de sus derechos
(Oliver, 1990b). humanos1 (Ferreira, 2008).
1 Oliver adhiere a esta perspectiva, de allí que en este texto sigamos tal uso. Al respecto, indica que las personas con deficiencias viven a la discapacidad como un aspecto central de su existencia y
no como algo accesorio, siendo, en las sociedades capitalistas, homologadas por un denominador común: la restricción social (Oliver, 1990a).
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Para los miembros de UPIAS, las raíces de esta forma de falsedad o realidad, al gatillar respuestas que los ubican en
opresión nacen entre los siglos XVIII y XIX de la mano del ascen- determinados roles y posiciones sociales (Oliver, 1990a).
so del capitalismo. Finkelstein, al respecto, sostiene que la
instauración de un proceso de trabajo industrial —que requie- Partiendo de la preocupación respecto a la hegemonía de la
re criterios estandarizados de utilidad y rentabilidad— teoría de la discapacidad como tragedia médica personal en
sumado a la consolidación de una medicina hospitalaria, las sociedades contemporáneas, el centro del análisis de
determinaron la marginación de las personas con deficiencias Oliver se halla en proponer una mirada sociológica capaz de
de la corriente de la vida general, siendo configuradas como romper esta supremacía y realizar un aporte para construir
un grupo claramente delimitado, menospreciado y confiscado una teoría social de la discapacidad que nutriera las políticas
al ámbito clínico. Dado el carácter central que el trabajo sectoriales desde un modelo social.
adquiere en las sociedades capitalistas como soporte de
inscripción en la estructura social y dador de identidad, a Para nuestro sociólogo, esta empresa constituía un terreno
través de esta exclusión la discapacidad quedó asociada a virgen, no sólo por el lugar marginal que había ocupado la
“tragedia personal, pasividad y dependencia” (Finkelstein, discapacidad en el pensamiento sociológico, antropológico e
1980, p.1). histórico hasta entonces, sino —sobre todo— porque los
escasos abordajes preexistentes desarrollados entre los años
De este modo, tal como indica Oliver, el planteo del modelo 50 y 70, basados en enfoques sociológicos positivistas (funcio-
social es señalar que esta clasificación no es natural: es la nalistas) e interpretativos, no habían hecho más que contri-
exclusión del sistema de organización del trabajo capitalista la buir en la reproducción del modelo individual de la discapaci-
que produce la discapacidad y, por ello, es la sociedad genera- dad (Oliver, 1990a). Estos, al partir de una mirada médica y
dora de relaciones de desigualdad la que debe ser transforma- patologizante de la discapacidad, reducían a la misma a una
da. Con este fin, se debía extraer el poder sobre la discapaci- enfermedad o un desvío social que requería ser superado
dad de la profesión médica, promover la participación de sus intrapsíquicamente para alcanzar la aceptación social y volver
protagonistas y reclamar la erradicación de las barreras que al rol social “normal”. De allí que, desde tales esquemas, los
excluían a las personas con deficiencias de la vida social problemas de la discapacidad se derivaban de los efectos
general y exigir su inclusión social. Es por esto que el modelo orgánicos o del proceso de ajuste/aceptación psicológica/i-
social constituye una interpelación sociológica y política dentitaria de las deficiencias en tanto atributos indeseables.
contra la individualización de la discapacidad.
Para Oliver estas perspectivas sociológicas debían ser rechaza-
Para propiciar este combate simbólico, los medios impulsa- das porque eran opresivas: legitimaban y reproducían la
dos serían: 1) la promoción del activismo y la lucha por los marginación de las personas discapacitadas tanto durante el
derechos políticos, exigiendo su reconocimiento como plenos proceso de investigación como en sus consecuencias. En tales
ciudadanos, 2) la creación de un espacio académico que estudios, metodológicamente, las personas discapacitadas
propiciara el desarrollo de políticas de discapacidad críticas, eran reducidas al papel pasivo de objetos de investigación que
atentas a visibilizar las raíces estructurales de la opresión de simplemente constataban puntos de vista predeterminados
esta minoría. Es allí que la figura de Oliver en los años 80 por el pesquisador. Las experiencias y percepciones de las
adquiere relevancia central a través de su propuesta sociológi- personas discapacitadas eran ignoradas. Aún, cuando se
ca (Thomas, 2007). aludiera a la estigmatización y al estigma como construccio-
nes sociales, estos tipos de abordajes, para Oliver, tendían a
Los modelos en acción: promover la psicologización de la discapacidad, al subvalorar
e invisibilizar el papel de la estructura social y el poder social y
las políticas instaurando significados y la económico en la configuración de la misma como restricción
necesidad de una sociología de la discapacidad social (Oliver, 2008, 1998). Pero, además, estos enfoques mien-
tras beneficiaban a las condiciones de vida de los investigado-
Profundizando sus planteos iniciales, Oliver, en 1990, retoma res, dejaban intactas las desventajas que afectaban a las
esbozos presentados en diversos artículos escritos en la personas con deficiencias. Desde este modelo:
década previa, en el libro The Politics of Disablement, indica
que las políticas poseen un papel determinante en la produc- Las personas luchan individualmente por conseguir integrarse en la
ción de discapacidad (Oliver, 1990a). Recupera así el clásico sociedad tal como es y, al hacerlo, capacitarse ellas mismas. Es como si
teorema de Thomas, respecto a que “si las personas definen quisieran que se cambien las reglas del juego de manera que pudieran
las situaciones como reales, estas son reales en sus conse- jugar con las demás, más que cambiar el juego. Naturalmente, el proble-
cuencias”, señalará que las políticas de discapacidad, basadas ma es que, si el juego consiste en un individualismo posesivo en una
en un modelo individual o social, instauran sentidos diferen- sociedad que se rige por la competición y la desigualdad, las personas
ciales sobre sus portadores, que tienen implicancias materia- con deficiencias estarán inevitablemente en posición de desventaja, sin
les y simbólicas en sus condiciones de vida, más allá de su que importe cómo cambian las reglas de juego. (Oliver, 1998, p.51).
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Así, políticamente, tales enfoques acríticos nada habían hecho capaces para la integración; sino de combatir la discapacita-
por transformar la situación de dominación y marginación de ción institucional, el campo de estudio no deberían ser las
las personas discapacitadas, al no problematizar ni visibilizar relaciones de discapacidad sino el discapacitismo” (Oliver,
el papel de la sociedad en su exclusión y situación de 1998, p. 53).
opresión.
Como primer eslabón en esta tarea, Las políticas de la disca-
Para Oliver era un error reducir la experiencia de la deficiencia pacitación visibiliza los efectos discapacitantes de los disposi-
a un proceso interno, necesariamente trágico y universal, ya tivos estatales modernos y su responsabilidad en la hegemo-
que el mismo implica una “relación compleja” y no directa nía de la mirada de la discapacidad como problema médico e
entre cuatro elementos: 1) el agente, 2) la deficiencia, 3) el individual. Para ello muestra cómo esta perspectiva no es
contexto social y 4) las referencias que posee aquél para universal a lo largo de las sociedades y reconstruye el origen
comprender lo que les está pasando (Oliver, 1998). Mayorita- histórico e ideológico de la teoría de la tragedia médica perso-
riamente, en las sociedades capitalistas, tal como venían nal y su afinidad electiva con el modo de producción capitalis-
enfatizando las personas discapacitadas organizadas por sus ta.
derechos desde los años 70, el centro de la experiencia real de
la discapacidad se hallaba homologado por las restricciones De esta manera, recuperando los planteos de Finkelstein, pero
sociales para participar impuestas a causa de la portación de problematizando la biologización de la deficiencia, indicará
una deficiencia (Oliver, 1990a). Es por esto que, para fundar que la misma es una producción material e ideológica del
una teoría social de la discapacidad como restricción social, capitalismo, quien, a partir de su requisito de cuerpos dóciles
era imprescindible la aplicación de otra perspectiva que y útiles para el empleo, excluyó desde sus orígenes a las perso-
pensara a la discapacidad no como una categoría médica o nas con deficiencias de la división social del trabajo por no
universal, sino como un problema social inescindible de su responder a las disposiciones reunidas por el cuerpo capaz,
contexto de producción estructural e histórico. Para ello, era transformándolos en ociosos forzados, cuerpos inútiles y
necesario un abordaje materialista que metodológicamente dependientes, pobres merecedores de ayuda médica y social
incluyera la perspectiva real de las personas discapacitadas. Al (Oliver, 1990a). A través de esta exclusión se convirtieron en
hablar de real Oliver alude a considerar la vivencia de la inofensivas a las personas con deficiencias en tanto potencia-
deficiencia poniéndola en diálogo con factores materiales del les generadores de conflicto social.
contexto tales como la “vivienda, la situación económica, el
empleo, las condiciones arquitectónicas del entorno y las A su vez, introduciendo los aportes de Michel Foucault, señala
circunstancias familiares” (Oliver, 1998, p. 51). De allí que no que el desarrollo del hospital como “mecanismo de individua-
fuera posible elaborar una sociología la discapacidad ignoran- lización y medicalización de los problemas sociales en el
do la historia y el contexto en el cual la misma se despliega capitalismo precipitaron el surgimiento de la visión médica de
(Oliver, 1990b). El entorno social, los recursos materiales y el la discapacidad” (Barnes, 1998, p. 64). Así, los dispositivos
sentido que los individuos dan a las situaciones eran elemen- estatales, basados en un modelo individual de la discapacidad
tos que necesariamente debían ser considerados y que no y partiendo de lo que llamaría una ideología de la normalidad
podían ser dejados de lado. (que jerarquiza el cuerpo capaz para el proceso de trabajo
capitalista), naturalizaría la reducción de la discapacidad a
A la vez, epistemológicamente, la sociología de la discapaci- una tragedia médica personal que invalida para el desempeño
dad, debía adoptar un enfoque de la investigación emancipa- social normal.
dor, cuyo propósito sería promover la lucha política de las
personas discapacitadas para mejorar sus condiciones de Desde el planteo de Oliver estos dispositivos tienen un rol
vida, a través de la capacitación política y la reciprocidad entre central en la discapacitación de las personas con deficiencias:
las mismas e investigadores (Oliver, 1998). Esto apuntaba a las mismas instauran lo que denomina una denigración
entablar un diálogo al interior de la relación de investigación institucionalizada de las mismas al producir el significado
para combatir formas de asimetría y contribuir a reconocer sus negativo de la deficiencia, como antítesis del cuerpo capaz,
necesidades prácticas y sociales a fin de transformar la estruc- inhabilitando y excluyéndolas de la división social del trabajo
tura social generadora de desigualdad. y estableciendo toda una burocracia que crea y refuerza su
dependencia (Oliver, 1990a). Esta construcción junto a ser
Para ello, la sociología de la discapacidad, basándose en un opresiva, traza una frontera ficticia con la experiencia de las
modelo social de la discapacidad, debía analizar las causas y personas portadoras de cuerpos capaces, al suponerse que las
formas de discapacitación o discapacitismo, a fin de promover mismas son plenamente “independientes”, cuando en las
el cambio social. Al respecto, Oliver indicaría: “no son los sociedades avanzadas todos los seres humanos se caracteri-
discapacitados quienes necesitan ser analizados, sino la zan por su vulnerabilidad e interdependencia.
sociedad capacitada; no se trata de educar a discapacitados y
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La teoría de la tragedia médica personal al haber adquirido el modelo individual (Oliver y Barnes, 2012).
carácter de hegemonía ideológica se da por natural y obvia,
permeando el sentido común y todas las imagenerías cultura- Simultáneamente, a partir de los años 80, emerge el llamado
les, que, desde el siglo XIX al XX, representan a las personas con paradigma de los derechos humanos (Brogna, 2012) que, a
deficiencias como no plenamente humanas (Oliver, 1990a). través de diversos instrumentos legales, busca instalar a la
Las políticas de la discapacitación, de este modo, no solo discapacidad como asunto de ciudadanía. Su hito emblemáti-
alcanzan a los aparatos estatales, sino que constituyen el co, como mencionamos al inicio, se materializa al comenzar el
conjunto de procesos históricos, económicos, sociales, políti- siglo XXI en la firma de la Convención (ONU, 2006). Este instru-
cos, culturales y espaciales que instauran la opresión de las mento internacional, inspirándose en el modelo social de la
personas con deficiencias en las sociedades capitalistas. Las discapacidad, aunque vacío de elementos marxistas, impulsa
mismas tienen efectos en la estratificación social (mayor políticas tendientes a generar las transformaciones necesarias
pobreza de las personas con deficiencias), en las interacciones para propiciar la participación social de las personas autopro-
sociales y en la identidad (que deviene devaluada y heteróno- clamadas como “con discapacidad” (con la intención de
ma) (Oliver, 1990a; Ferreira, 2008). afirmar el pleno carácter humano negado por la estigmatiza-
ción), eliminando los obstáculos que restringen su pleno
Ahora bien, si basadas en un modelo individual las políticas de reconocimiento como sujetos de derecho. La Convención tuvo
discapacidad devenían el espacio tradicional de opresión de una amplísima acogida a nivel internacional y de allí que se
las personas con deficiencias, sustentadas en un modelo considere que materializa un “cambio de paradigma” en la
social, se constituían en la instancia de respeto e inclusión de materia (ONU, 2006).
este colectivo, donde la deficiencia deviene “algo que se debe
festejar, no curar o mejorar” (Oliver, 1998, p. 47). Con esta Si inicialmente Oliver confiaba en el poder del movimiento
utopía como horizonte, las bases para desmantelar la social por los derechos como vía de transformación social
opresión residían para Oliver en el activismo de las personas (Oliver, 1998; 1990) en el último libro que escribe antes de
discapacitadas como movimiento social para influir en el fallecer en el 2012, The New Politics of Disablement, en colabo-
cambio de paradigma. A través de la lucha por los derechos se ración con Barnes, su mirada es otra. Allí, observando el
lograría transformar la sociedad discapacitante (Oliver, 1990a). devenir que adquirió la lucha por los derechos a partir de la
Tal como señalamos previamente, la labor de la sociología Convención desconfía de su actual efectividad.
sería aquí brindar elementos para evidenciar y combatir políti-
camente el discapacitismo y los procesos de discapacitación, Al respecto, junto a su colega, afirman que este instrumento
aportando herramientas teóricas a las personas discapacita- internacional ha devenido un mero decálogo de derechos que
das para su emancipación (Oliver, 1998). Así, la contribución no lleva necesariamente a su cumplimiento real y que no
de la sociología de la discapacidad sería tanto “conceptuali- supone ningún cuestionamiento a “los cambios ambientales y
zar” las formas de opresión y, junto a las personas con culturales radicales que se necesitan para erradicar las
deficiencias, “crear un juego nuevo en el que nadie esté exclui- desigualdades estructurales” (Oliver y Barnes, 2012, p. 151). Es
do de antemano” (Oliver, 1998, p. 54). A través de la figura del por ello que afirman que: “centrarse en los derechos como una
“juego nuevo” nuestro autor alude a la promesa de la sociolo- ruta a la emancipación como un fin en sí mismo y no como un
gía como utopía y horizonte configurador de un escenario medio para un fin, es contraproducente” (Oliver y Barnes,
social inclusivo en el cual las personas con deficiencias pudie- 2012, p. 151). Aún cuando los derechos sean aisladamente
ran participar como iguales en los espacios sociales generales, cumplidos, señalan, no está claro que la emancipación colec-
y en el cual habrían desaparecido las barreras, los valores y tiva sea alcanzada.
actitudes discapacitantes.
En este punto, sostienen que en la actualidad las políticas
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Oliver y Barnes brindan para retratar este cuadro de situación. individuo emprendedor, constructor de su destino (Moscoso,
Los cambios registrados en los vínculos capital—trabajo a 2013). Esto nutre la falta de solidaridad y la ceguera moral
partir de los años 70, generan procesos sociales regresivos especialmente hacia los adultos con deficiencias que requie-
—como por ejemplo creciente desigualdad, precarización del ren ayuda social para sobrevivir por su exclusión laboral
empleo, desempleo masivo, inestabilidad social, retroceso del (Ferrante, 2018).
Estado en la gestión del bienestar de la población, privatiza-
ción del cuidado— que endémicamente generan deficiencias Por otro lado, la protección social a las personas discapacita-
y discapacidad. Esto se asocia a que, al promover una pauperi- das se recorta y focaliza (Oliver y Barnes, 2012). Especialmente
zación de las condiciones de vida, mutilan a los cuerpos más en los países periféricos las ayudas estatales otorgadas a este
vulnerables en la estratificación social. A la vez, aquellos sector de la población no cubren los mínimos para la subsis-
procesos propician la discapacitación ya que, en un contexto tencia, lo cual obliga a las más pobres a acudir a formas de
de multiplicación de los individuos supernumerarios y de alta caridad o ayuda social para sobrevivir (Oliver y Barnes, 2012;
competitividad para el acceso al mundo del trabajo, donde se Ferrante, 2018). Para acceder a estos beneficios, las personas
multiplican las exigencias de flexibilidad y utilidad, la deficien- con deficiencias deben enfatizar sus limitaciones, “proceso
cia deviene mayoritariamente un capital corporal negativo que es tanto psicológica como socialmente degradante”
que descalifica al agente, excluyéndolo del empleo en (Oliver y Barnes, 2012: 139) y que nutre la idea de “que las
detrimento de aquellos portadores de un cuerpo capaz y con personas con deficiencias son una carga para sí mismos, sus
mayores credenciales. familias, sus comunidades y el Estado (Oliver y Barnes, 2012, p.
139).
Para comprender este último elemento es importante indicar
que, en conjunto, la población con deficiencia posee peores Igualmente, este recorte estatal se expresa en la rehabilita-
resultados académicos que la general, producto de las barre- ción, la cual se terciariza al sector privado (para quienes
ras para el ingreso y permanencia en el mundo educativo, pueden pagarla) y a asociaciones de caridad (para quienes no)
siendo éste un elemento fundamental para el acceso al reforzando la dependencia de este último sector de la pobla-
empleo (OMS y BM, 2011; Ferrante, 2018). De este modo, si la ción, lo cual también reproduce la denigración social en una
deficiencia empobrece y esto genera discapacidad, propician- lógica de clase (Oliver y Barnes, 2012).
do “círculos viciosos” entre deficiencia y pobreza, estos deben
ser entendidos en el marco de la producción global de pobre- En función de estos elementos, para Oliver y Barnes, hoy, las
za generada por relaciones sociales capitalistas que expulsan condiciones de vida de las personas con deficiencias “siguen
a aquellos cuerpos no rentables (Oliver y Barnes, 2012). No es asociadas a la pobreza, al aislamiento social, a la estigmatiza-
casual que del 15% de población mundial que se estima ción y a una ciudadanía de segunda categoría” (Oliver y
posee algún tipo de discapacidad, cerca del 80% de ellas sea Barnes, 2012, p.109). Desde esta perspectiva, muy lejos se
pobre y viva en países del mundo mayoritario (OMS y BM, 2011; encuentra la generación de un cambio de paradigma en la
Oliver y Barnes, 2012). discapacidad.
En relación a lo ideológico, todo este panorama se complejiza En virtud de esta situación, un llamado de atención que
debido al avance neoliberal y su estigmatización de la depen- realizan es la importancia de promover el desarrollo de
dencia. Para este modelo de implementación de las reglas del estudios sociales en discapacidad en los contextos periféricos,
mercado en la sociedad los individuos deben gerenciar su debido a que, en ellos, como veíamos, vive la amplia mayoría
destino, exaltándose la fantasía meritocrática de un agente de las personas discapacitadas del mundo (Oliver y Barnes,
conquistador, portador un cuerpo capaz y que —a partir del 2012).
esfuerzo individual— alcanza el éxito social. El fracaso social es
transformado en una responsabilidad personal, una falta de Sin ser ajena a esta realidad, en América Latina, región más
esfuerzo del agente al gestionar su vida. Mientras que la desigual del mundo (CEPAL, 2016), se estima que cerca de un
independencia deviene un valor, la dependencia es condena- 10% de la población posee discapacidad y que más del 82% se
da y culpabilizada (Ferrante, 2018). halla en situación de pobreza y de vulneración de sus
derechos básicos (IDRM, 2004). Pese a esta realidad, las voces
Así, este fenómeno posee una doble cara. Por un lado, princi- y necesidades de las personas con deficiencias históricamente
palmente desde los medios de comunicación, las redes socia- han sido escasamente tenidas en cuenta hasta no hace
les y la publicidad, la deficiencia deviene una retórica inspira- mucho (Grech, 2015).
dora que, a través de historias de vida de personas que
aisladamente han logrado “superar” las barreras del entorno y En este aspecto, a nivel regional, iniciado el siglo XXI, observa-
“triunfar” socialmente, moralizan al conjunto de la población e mos una tendencia que puede ser considerada paradójica. Por
imponen un imperativo de sobreadaptación personal a las un lado, en un plano normativo y discursivo, desde las políti-
injusticias sociales, nutriendo la meritocracia y el culto al cas, los expertos de la discapacidad y la rehabilitación ha
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existido una difusión de la Convención y, a través de ella, etnográfico y la denuncia de la hegemonía persistente del
algunos de los principios del modelo social han poblado las modelo médico de la discapacidad en el sentido común, los
retóricas, aludiendo a la existencia del cambio de paradigma y miembros del equipo de investigación brindan elementos
la conquista de un enfoque de derechos (Brogna, 2009; Ferran- conceptuales para desmedicalizar la deficiencia y evidenciar
te, 2018). Esto en gran medida estuvo propiciado por la adhe- la producción de procesos de exclusión e inclusión excluyente
sión de las naciones latinoamericanas a dicho instrumento que oprimen a las personas discapacitadas. Desde esta
internacional y la introducción de documentos elaborados mirada la discapacidad será entendida como:
desde los países centrales por instituciones como la Organiza-
ción Mundial de la Salud, Naciones Unidas o el Banco Mundial Una producción social, inscripta en los modos de producción y
que, como señalamos, adhieren a tal perspectiva (Grech, 2015; reproducción de una sociedad. Ello supone la ruptura con la idea de
Almeida et al., 2020). Sin embargo, estos discursos mucho déficit, su pretendida causalidad biológica y consiguiente carácter
menos han permeado de modo consistente las respuestas natural, a la vez que posibilita entender que su significado es fruto de
prácticas a la discapacidad, perdurando enfoques médicos y una disputa o de un consenso, que se trata de una invención (...) para
asistencialistas que reproducen la dominación de las perso- catalogar, enmarcar mensurara cuánto y cómo se aleja el otro del
nas con deficiencias (Almeida et al., 2020; Ferrante, 2019, mandato de un cuerpo “normal”, un cuerpo Uno. (Angelino, 2009,
2018). p.51)
Por otro lado, en una dimensión cuantitativamente inferior, el El concepto de ideología de la normalidad será nutrido por los
desarrollo de unos estudios sociales en discapacidad a nivel aportes de los franceses George Canguilhem, Foucault y del
regional se configura como campo en creciente expansión. En pedagogo argentino Carlos Skliar (Rosato y Angelino, 2009) y
especial, en la última década, con antecedentes existentes devendrá una clave interpretativa que tomará vida propia en
desde los años 80, cobran fuerza aquellos enfoques basados la producción latinoamericana (Almeida et al., 2020). Muchos
en perspectivas críticas (Almeida et al., 2020). A través de los autores latinoamericanos, recuperando la lectura de Rosato y
mismos, desde voces provenientes del Trabajo Social, la Angelino (y también, en algunos casos, haciendo cruce con su
Educación, la Psicología, las Ciencias de la Rehabilitación y la reapropiación de Oliver), realizarán análisis de dimensiones
Sociología, aún cuando no siempre Oliver sea referencia específicas de la discapacitación a nivel local, puntualizando
obligada en la totalidad de los abordajes, sí podemos hallar diversos aspectos de la vida de las personas con deficiencias.
presente de modo global su propuesta de unas Ciencias Así, por citar solo algunos ejemplos, en clave ideología de la
Sociales con una mirada atenta a analizar los procesos normalidad se analizan los efectos de la certificación estatal
sociopolíticos de producción de discapacidad, a fin de contri- en la configuración de la discapacidad como falla orgánica, el
buir a desmantelar la opresión a esta minoría. A través de los papel del cuerpo en la naturalización de la discapacidad como
mismos, se tensionan y discuten los diagnósticos escindidos déficit, las limitaciones de los procesos de rehabilitación, la
de las condiciones de existencia de las personas discapacita- exclusión del mundo del trabajo y los medios de superviven-
das, basados en categorías médicas, individuales o abstractas. cia, su influencia en la configuración de los cuidados, el impac-
Los puntos de partida de estos abordajes lo constituyen los to en la oferta de servicios deportivos segregados, etc. (Valle-
contextos históricos, la experiencia real de las personas disca- jos, 2013; Míguez, Pinato y Machado, 2013; Angelino, 2014;
pacitadas y la problematización teórica de categorías como Venturiello, 2016; Ferrante, 2018, 2014).
“discapacidad”, “déficit”, exclusión, “normalidad” y cuerpo
(Almeida et al., 2020; Rosato y Angelino, 2009). En la tarea de difusión de la obra de Oliver a nivel latinoameri-
cano también jugaron un importante papel la visibilización del
En muchos de estos estudios la incorporación de los aportes campo de los Disability Studies en general, propiciada a través
de Oliver ha sido clave. Si en la extensión disponible en este de un conjunto de obras en español. Así, en 1998, se edita una
artículo resulta difícil realizar una genealogía al respecto, compilación de Len Barton, representante del modelo social
indicaremos algunos hitos en este devenir. En este aspecto, anglosajón, Discapacidad y Sociedad, donde, entre varios
especial relevancia adquieren los trabajos elaborados en artículos basados en el modelo social, se publica un texto de
Argentina desde inicios del nuevo siglo por el equipo de inves- Oliver (1998) clásico “¿Una sociología de la discapacidad o una
tigación de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad sociología discapacitada?”, en el cual especifica los elementos
Nacional de Entre Ríos, a cargo de Ana Rosato (Rosato y Ange- de su mirada sociopolítica de la discapacidad. Una década
lino, 2009). Los mismos, nacidos del ámbito de la extensión después, le sucede una segunda compilación, Superar las
universitaria, recuperando y expandiendo la noción de “ideo- Barreras de la discapacidad, donde también Oliver participa a
logía de la normalidad” juegan un rol central en introducir y través de dos artículos, asociados a los vínculos discapacida-
expandir la obra de Oliver y elaborar una propuesta propia con d/sociología/políticas (Oliver, 2008).
amplia repercusión en el campo disciplinar regional. En la
compilación Ideología de la Normalidad. Desnaturalizar el Skliar (2002) en ¿Y si el Otro no estuviera ahí? Notas para una
Déficit (Rosato y Angelino, 2009), partiendo del trabajo pedagogía (improbable) de la diferencia, problematizando la
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procesos, instituciones y mecanismos sociohistóricos, con latinoamericanos, donde viven la inmensa mayoría de las
raigambre material en la estructura social. personas con deficiencias del mundo en situación de pobreza
y marginación y en donde es importante que crezcan los
Nuestro autor, recuperando la imaginación sociológica aplica- estudios sociales sobre la discapacidad.
da por los activistas con discapacidad de UPIAS, evidencia que
la discapacidad no es una tragedia médica personal, sino que La mirada sociológica propuesta por Oliver, atenta a construir
es un problema social y una forma de opresión específica una sociología de la discapacidad emancipadora, con una
resultado de procesos sociales, económicos, políticos, cultura- agenda y una matriz teórica propia, pueden constituir una caja
les y espaciales asociados al capitalismo (Thomas, 2007). De de herramientas para los estudios críticos en discapacidad
este modo, Oliver evidencia que las políticas de discapacidad latinoamericanos para combatir la individualización de la
instituyen significados con consecuencias directas en las discapacidad, tensionar los diagnósticos abstractos de
condiciones de vida de las personas con deficiencias, de cambio de paradigma que abundan en el campo experto y
acuerdo a si están basadas en un modelo individual o social discutir los discursos que tanto miserabilistas como aquellos
de la discapacidad. que criminalizan la dependencia. Poniendo la atención en el
mapeo y análisis de los procesos de discapacitación a nivel
Históricamente, en las sociedades capitalistas industrializadas local y cómo los mismos se interseccionalizan con dinámicas
las mismas se basaron en una teoría de la tragedia médica de clase, género, etnia, edad, etc., pueden generar conoci-
personal que promueve la denigración institucionalizada de miento social para acompañar las luchas por el reconocimien-
las personas con deficiencias, en base a una ideología de la to de las personas discapacitadas a nivel local, promover
normalidad que las oprime, excluye y descalifica aún hoy a sus alianzas con otras minorías e imaginar con creatividad estrate-
protagonistas. Las Ciencias Sociales también habían abonado gias disruptivas alternativas para construir una sociedad más
esta marginación al excluir de su problematización una teoría justa para todos.
social de la discapacidad como restricción social, en
detrimento de abordajes periféricos y basados en un modelo
individual, tendiente a la psicologización del asunto. Referencias bibliográficas
Desde los años 70 las personas con discapacidad organizadas, Almeida; Angelino, M. A.; Ferrante, C. Míguez, M. N. y Yarza de
postulando una teoría de la opresión social, evidenciaron a los Ríos, A. (2020). Ideología de la normalidad: un
través del modelo social, las consecuencias de la individuali- concepto clave para comprender la discapacidad
zación de la discapacidad y corrieron el eje de discusión a las desde América Latina. En B. Ramírez, L. Sosa y A.
barreras discapacitantes. A través de la lucha por sus derechos Yarza de los Ríos, A. (Comp.), Estudios críticos en la
buscaron intervenir en las políticas para ser reconocidos en su discapacidad (pp. 21-44). Buenos Aires: CLACSO.
dignidad intrínseca y exigir su plena y efectiva participación Angelino, M. A. (2014). Mujeres intensamente habitadas. Ética
social. Recuperando esta imaginación sociológica activada del cuidado y discapacidad. Paraná: La Hendija.
por las personas con deficiencias, Oliver propondrá una socio- Angelino, M. A. (2009). La discapacidad no existe, es una inven
logía de la discapacidad emancipadora que, a partir del recha- ción. De quienes fuimos (somos) siendo en el trabajo
zo de los abordajes médicos e individualizantes, compren- y la producción. En A. Rosato y M. A. Angelino
diendo a la discapacidad como problema socio-político, (Coords.) Discapacidad e ideología de la normalidad.
brinde elementos para visibilizar las formas de discapacita- Desnaturalizar el déficit. Buenos Aires: Noveduc.
ción y, a través de la capacitación política y el activismo por los Barnes, C. (1998). Las teorías de la discapacidad y los orígenes
derechos, promover el cambio social. de la opresión de las personas discapacitadas en la
sociedad occidental. En L. Barton (Comp.) Discapaci
En su producción tardía Oliver, junto a Barnes nos enseñan dad y sociedad (pp. 59-76). Madrid: Morata.
que, si bien las personas discapacitadas organizadas lograron Brogna, P. (2012). Condición de adulto con discapacidad
avances desde los años 80 en su reconocimiento, los ribetes intelectual. Posición social y simbólica de “otro”.
que adquirió esta lucha en el siglo XXI, sumado a la escalada Tesis de doctorado en Ciencias Políticas y Sociales,
de procesos regresivos asociados al capitalismo post fordista, Universidad Nacional Autónoma de México.
hacen que en la actualidad las políticas de la discapacitación Brogna, P. (Comp) (2009). Visiones y revisiones de la discapaci
persistan y ahonden sus efectos opresivos. En este punto dad. México: Fondo de Cultura Económica.
resaltan cómo se estigmatiza la dependencia y, en definitiva, CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe)
cómo se tensiona la figura de las personas con deficiencias (2016). La matriz de la desigualdad social en América
como pobre merecedoras. También invitan a problematizar el Latina. Santiago: Naciones Unidas.
diagnóstico de cambio de paradigma y a repensar la lucha por Ferrante, C. (2019). El modelo social: una mirada sociológica
los derechos como fin político en sí mismo. Estas dinámicas se significativa para la investigación en “discapacidad”
agravan en los países del mundo mayoritario, como los en América Latina (en prensa). En I. Ramírez; S. Pérez
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