Información Explícita
Información Explícita
Información Explícita
Al momento de realizar la lectura de un texto nos encontramos con distintos tipos de información.
Uno de ellos es el que denominamos como información explícita que corresponde a los enunciados
que aparecen de manera textual, por lo tanto, que podemos destacar dentro del discurso. Veamos
un ejemplo:
«¿Por qué las empresas nos discriminan solicitando pretensiones de sueldo, siendo que los
empleados ya estamos en desventaja para negociar? La ley debería obligar a las empresas e
transparentar los salarios que se ofrecen para cada cargo; de esa manera el desempleado no
perdería tiempo ni dinero en una entrevista donde al final le ofrecen una cifra inferior a la
esperada».
En este caso, podríamos considerar los siguientes enunciados como información explícita:
El emisor considera que los empleados están en desventaja en relación a las
empresas.
Los desempleados pueden perder su tiempo asistiendo a entrevistas que no cumplen
con sus expectativas de renta.
Las empresas discriminarían al solicitar sus pretensiones de sueldo a los postulantes .
INFORMACIÓN IMPLÍCITA
Un segundo tipo es la información de carácter implícita que se refiere a la que puede desprenderse
o inferirse del texto en cuestión. En este caso es importante señalar que la dimensión de lo
implícito siempre se justifica y emerge a partir de una información explícita, por lo que hay que
tener cuidado y no basarse en conocimientos previos que podrían llevarnos a una abducción, es
decir, una inferencia que no tiene pruebas. A continuación, un ejemplo de la distinción entre
abducción e inferencia:
Ante las siguientes dos premisas: «Los libros de literatura son caros» y «En mi mochila traigo libros
caros» podríamos cometer el error de realizar una abducción al plantear que «En mi mochila traigo
libros de literatura». Esta supuesta inferencia se constituye como una abducción porque es una
hipótesis, ya que no se propone que todos los libros caros que existen sean de literatura, por lo que
la mochila podría contener otro tipo de libros.
A diferencia del ejemplo anterior, si las premisas son: «Los libros de literatura son caros» y «En mi
mochila traigo libros de literatura», sí podemos inferir correctamente que el emisor lleva libros caros
en su mochila, ya que se menciona previamente esa información.
«David Lynch es un director raro. Es un hecho objetivo. Un hecho, por otra parte, rentable para él y
para muchas de sus extrañas películas, aunque, no cabe duda, es el mejor contando historias
estudiadamente incomprensibles. Pero, mucho antes de que a los progenitores de Mr. Lynch se les
ocurriera concebir a su poliédrico vástago, había un tipo de Teruel, mal encarado y de infinito
talento: Luis Buñuel, que marcó un camino que luego han recorrido muchos cineastas, David Lynch
el primero. Claro está que, como señalan los críticos, ninguno ha alcanzado tal nivel de genialidad.
NIVEL INFERENCIAL
En el Nivel Inferencial se hallan pistas, se interpretan e infieren según los conocimientos previos.
Un lector competente es capaz de realizar inferencias de un texto. Inferir es leer entre líneas,
extraer una información no explícita en el texto, pero que, quizá, el escritor o escritora intentaron
transmitir.
También es común que los autores supongan que sus lectores ya conocen algunos aspectos del
tema, y por ello omiten información en la que el lector debe pensar para comprender su sentido.
Por lo tanto, para entender un texto, además de la información explícita debes considerar la
información implícita, es decir, aquellas ideas que no fueron expresadas literalmente pero que
pueden inferirse.
© Brianna Ailie
El lobo puede engañar a Caperucita Roja, pero no a tus pequeños lectores.
Podemos encontrar inferencias en muchos tipos de textos, como en las poesías, las adivinanzas,
en los problemas de matemáticas y en los cuentos.
Pongamos como ejemplo a nivel infantil el cuento de la Caperucita Roja, quien pese a que conocía
bien el camino rumbo a casa de su abuelita fue engañada por el lobo. Tus alumnos deberán inferir
o anticipar en la lectura las intenciones del lobo en cada sugerencia que le hace a la niña para
desviarse en su viaje, así como de lo que pretende al disfrazarse de ancianita.
Como docente puedes incentivar la inferencia lectora en tus alumnos invitándolos a ser
“detectives”: pídeles que busquen pistas y piensen. Seguramente te sorprenderán con sus
explicaciones.