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Examen Final Eclesiología

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ECLESIOLOGÍA

Seminario de Catequesis “María Madre de la Iglesia”

Materia: Eclesiología
Profesor: Pbro. César Luciano Cardozo
Alumno: Santiago Maximiliano Rojas
Ciclo lectivo: Primer cuatrimestre 2021
UNIDAD 5: Notas o propiedades esenciales de la Iglesia

- La Iglesia es una (CATIC 813-822)


- La Iglesia es santa (CATIC 823-829; LG cap. V)
- La Iglesia es católica (CATIC 830-856)
- La Iglesia es apostólica (CATIC 857-865)

La Iglesia, Signo e instrumento de la unión intima entre Dios y el género humano, luz de Cristo que
resplandece a los hombres, madre que convoca a los seguidores de Jesús a un vínculo de amor fraterno
entre sus miembros y su Padre Celestial, quien impulsada por el Espíritu Santo, nos invita a ser fieles al
kerigma, al anuncio del Reino de Dios para la salvación de todos los hombres.
Como leemos en la epístola de San Cipriano “Dios estableció convocar a quienes creen en Cristo en la
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Santa Iglesia, prefigurada desde el origen del mundo” . San Agustín nos ilumina también, en su Ciudad
de Dios, citando aquella prefigura de la Iglesia de Cristo en el Arca de Noé “Mandó Dios a Noé que
construyese una Arca para salvarse de la inundación del Diluvio con los suyos, esto es, con su mujer,
hijos, nueras y con los animales que por orden de Dios entraron con él en el Arca. Lo cual es, sin duda,
una figura representativa de la ciudad de Dios que peregrina en este siglo, esto es, de la Iglesia, que se
va salvando y llega al puerto deseado por el leño en que estuvo suspenso el Mediador de Dios y de los
hombres, el hombre Cristo Jesús, porque aun las mismas medidas y el tamaño de su longitud, altura y
anchura significan el cuerpo humano, con el cual real y verdaderamente, según estaba profetizado,
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había de venir y vino”.
Tal como el Magisterio de la Iglesia nos enseña la Iglesia es Una, Santa, Católica y esta misma
Apostólica, y que por apremio de la fe, estamos obligados a creer, confesar y mantener firmemente
que fuera de ella no hay salvación ni perdón de los pecados. Ella representa un solo cuerpo místico,
cuya cabeza es Cristo, y la cabeza de Cristo Dios. En ella hay un solo rebaño, una sola fe y un solo
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bautismo.
A su vez los padres de la Iglesia nos enseñan a través de la historia, en los llamados símbolos
apostólicos más antiguos, donde se profesa la fe, que aquella Iglesia es Católica, universal, conforme al
todo y aquel que no guarde la fe de la Iglesia, perecerá para siempre.
Sin duda la Iglesia es en este mundo, como nos señala el catecismo, el “sacramento de la salvación, el
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signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.” Por la cual Dios quiso santificar
y salvar a los hombres, no individualmente, no aislados sino como un pueblo, sin acepción de personas,
convocando a las gentes de todas las razas, naciones, lenguas, judíos y gentiles en una unión no según
la carne, sino en el Espíritu.
En breve, como confesamos en el Credo, creemos por la fe que la Iglesia por su origen divino posee
cuatro atributos inseparablemente unidos entre sí, como mencionamos anteriormente (una, santa,
católica y apostólica) y que éstos indican los rasgos esenciales de la Iglesia y su misión.

1
San Cipriano, Epist. 64, 4; PL 3, 1.017.
2
San Agustín, Civitate Dei, Cap. 26 par.1
3
Denzinger n. 468 pág. 170
4
CATIC n.780 pág. 210
Este símbolo fue formulado, hoy como los conocemos por la Iglesia de Cristo, en los concilios de Nicea
y Constantinopla entre los años 325 y 381, como se citó anteriormente su origen data de los primeros
apóstoles y sus sucesores, los padres apostólicos, y sus formas más primitivas podemos encontrarlas
también en la propia Sagrada Escritura:
En el evangelio de Mateo Jesucristo establece una sola Iglesia sobre Pedro “sobre esta piedra edificaré
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mi Iglesia” así también en el evangelio de Juan su deseo para que el mundo crea, es la unidad: “Para
que todos sean uno, Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para
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que el mundo crea que tú me has enviado” El apóstol San Pablo cita en su carta a los Corintios que
mediante el Espíritu Santo aquellos creyentes fueron santificados y justificados en el nombre del
Señor, presentando el segundo signo de la Iglesia, su santidad: “Pero habéis sido lavados, habéis sido
santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro
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Dios” . La Iglesia también es universal, católica y podemos encontrar este atributo en la escritura “Y
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les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Por último, las sagradas
escrituras nos muestran también el carácter apostólico de la asamblea, el Señor dejo a los apóstoles y
sucesores, quienes serían los que llevarían, enseñarían y transmitirían su mensaje a todas las naciones.
Y él mismo rogaría por ellos y por todos los que creerían por medio de sus palabras: “No ruego sólo por
éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean
uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea
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que tú me has enviado.”
Las palabras del Papa francisco sobre estos rasgos de la Iglesia son iluminadoras cuando nos presenta a
la Iglesia universal como aquella que anuncia la buena noticia del amor de Dios hasta los confines del
mundo, enseñando todo lo necesario para la salvación. Cuando nos presenta a la Iglesia como
apostólica por ser misionera como los apóstoles y en continuidad con ellos enviada a preparar la
venida del Señor acompañando su palabra con los signos de la ternura y del poder de dios. Cuando nos
presenta a ella contando con la asistencia del Espíritu Santo que continuamente la hace salir de sí
misma al encuentro de los hermanos y hablar las lenguas del mundo entero para comunicar a todos la
alegría del Señor resucitado, y como miembros de la Iglesia también nosotros participamos en su
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misión, siendo responsables de la salvación de todos los hombres.
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Nos ilustra asimismo Santo Tomas de Aquino en su comentario al Credo , que la Santa Iglesia posee
cuatro cualidades: En cuanto a la primera (Una) como dice Cantares “Única es mi paloma, única mi
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perfecta” es de saberse que de tres cosas proviene la unidad de la Iglesia. Primero de la unidad de la
fe, todos los cristianos que pertenecen al cuerpo de la Iglesia, creen lo mismo. En segundo lugar, de la
unidad de la esperanza, porque todos han sido afirmados en la misma esperanza de llegar a la vida
eterna. En tercer lugar, de la unidad de la caridad, porque todos los cristianos se unen en el amor de
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San Mateo 16:18
6
San Juan 17:21
7
1 Corintios 6:11
8
San Marcos 16:15
9
San Juan 17: 20- 21
10
https://www.youtube.com/watch?v=8Scf1PPLqIw
11
El Credo comentado por Santo Tomas de Aquino. Art. 10
12
Cantares 6:9
Dios y entre sí en el amor mutuo, tal amor, si es verdadero se manifestara en la mutua solicitud y en la
mutua compasión.
Por lo cual, no hay más que una Iglesia en la que los hombres se salven.
Con respecto a la segunda cualidad (Santa) continua el aquinate, citando la carta del Apóstol Pablo a
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los corintios “El templo de Dios es santo, y vosotros sois ese templo”
Los fieles de esta congregación son santificados por tres realidades:
Primeramente, así como una Iglesia, al ser consagrada materialmente es lavada, así también los fieles
han sido lavados por la sangre de Cristo. En segundo lugar por la unción, así como la Iglesia se unge
con aceite, así también los fieles son ungidos con una unción espiritual para ser santificados. Y en
tercer lugar por la inhabitacion de la Trinidad. Porque cualquiera que sea, el lugar en que Dios habite
es santo. Por lo tanto debemos guardarnos de manchar nuestra alma, que es templo de Dios, por el
pecado.
Acerca de lo tercero, se nos muestra que la Iglesia es de saber (Católica) o sea universal:
primeramente porque en cuanto lugar, existe en todo el mundo “vuestra fe es celebrada en el mundo
entero” como nos dice el evangelio “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a todas las
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creaturas” Por lo cual Dios antiguamente era conocido solamente en Judea y ahora lo es en todo el
mundo. También la Iglesia es universal en cuanto a la condición de los hombres, porque nadie es
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rechazado, ni señor, ni esclavo, ni hombre ni mujer.
En siguiente lugar la Iglesia es universal en cuanto al tiempo, la cual empezó en el tiempo de Abel y
durará hasta el final de los siglos “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
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mundo” y continuará en la eternidad celestial.
Debemos saber en cuarto lugar que esta Iglesia es firme, ya que el principal fundamento de la Iglesia
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es Cristo: “Nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, el cual es Jesucristo” y fundamento
secundario son ciertamente los apóstoles y su doctrina. Por lo cual, en el libro de Apocalipsis se dice
que la ciudad tenía doce fundamentos, y que estaban inscritos en ella los nombres de los doce
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apóstoles. Y por esto, se dice, la iglesia es (Apostólica) de allí también que para significar la firmeza
de esta Iglesia, Pedro ha sido nombrado su cabeza.
Por la presente solidez de la casa, la Iglesia nunca puede ser destruida “Aquel que cayere sobre esta
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piedra se estrellará y aquel sobre el cual ella cayera, será aplastado” .
En efecto la Iglesia es como una torre en la cual se refugia cualquiera que lucha contra el diablo: “El

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1 Corintios 3:17
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San Marcos 16:15
15
Gálatas 3:28
16
San Mateo 28:20
17
1 Corintios 3:1
18
Apocalipsis 21: 14
19
San Mateo 21:44
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nombre del Señor es una torre fortísima” Por lo cual el diablo se esfuerza principalmente por
destruirla pero no prevalece, porque el Señor dijo, según San Mateo “Y las puertas del infierno no
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prevalecerán contra ella”
De aquí que solamente la Iglesia de Pedro siempre fue firme en la fe, se robustece y limpia de errores
por eso no es de admirar que el Señor dijese a Pedro según San Lucas “Yo he rogado por ti, Pedro,
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para que no desfallezca tu fe”
En suma: Aquella Iglesia que fundo Jesucristo, subsiste en la Iglesia Católica, quien por su voluntad,
antes de ascender a los cielos instituyo a ésta sobre la roca de Pedro y los demás apóstoles. Pues el
mismo hijo de Dios encarnado, príncipe de la paz, por su cruz reconcilio a todos los hombres con Dios,
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restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo El modelo y principio
supremo del misterio de su origen es la unidad de un solo Dios, Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la
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trinidad de personas.
Ésta a su vez lleva los cuatro signos distintivos que desarrollamos anteriormente los cuales Jesús en su
inmensa sabiduría pretendía de ella, una, santa, católica y apostólica, estas cuatro marcas
provenientes de su fuente divina, inseparables e intrínsecamente ligadas entre sí, son reconocidas por
los creyentes y su fe a través de la historia, señales que también hablan a la razón, ala con la cual el
espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad, volando en paralelo también con el ala
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de la fe en unidad profunda, como nos recuerda San Juan Pablo II en su encíclica , y reconociendo
como hijos de Dios que la Iglesia es “columna y baluarte de la verdad” así como lo distingue el apóstol
26
San Pablo en su carta apostólica.
La Iglesia, Pueblo elegido en la presencia de Dios, convocación del griego “ek-kalein” recibió una
misión: la de enseñar a todas las naciones lo que Jesús estableció, abarcando así su universalidad y
catolicidad, y confirmando mediante la fe a todos los hermanos mediante un pastor infalible,
abarcando la singularidad de su unidad como así también su carácter apostólico. Ésta siendo guiada y
consolada por el Espíritu Santo, El Paráclito, quien es a la verdad como lo es Cristo, se manifiesta
como misterio de salvación por la efusión del mismo, señalando así su cuarta característica: la
santidad en su fundador, el Santo de Israel, el hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu se le
proclama “el solo santo”.

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Proverbios 18:10
21
San Mateo 16:18
22
San Lucas 22:32
23
Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 78, 3.
24
CATIC n. 813 pág. 219
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Fides et Ratio Juan Pablo II
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1Timoteo 3:15

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