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Fallos 1

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QUERELLA

Santillán(13/08/98).
CSJN: Este fallo tuvo lugar con el nuevo CPPN, que incluye la figura del
querellante conjunto. En el debate, el Fiscal adquiere la certeza de que el
imputado no es merecedor de la pena, por lo que pide su absolución. Pero el
querellante sigue con su postura acusatoria (persiste en la acusación). El juez de la
causa, siguiendo lo dicho por la Corte en el caso Tarifeño, establece que, al no
haber mantenido la acusación, el actor público (la fiscalía), se produce la
deserción de la acción penal y debe absolverse al imputado. El querellante recurre
la sentencia ante la CNCP, la que confirma el fallo de primera instancia, por lo que
vuelve a recurrir la sentencia vía Recurso Extra ordinario ante la CSJN. Decisorio:
La Corte aduce que este caso es distinto a Tarifeño por existir la figura del
querellante particular, lo que amerita que, si el Fiscal NO acusa, exista la
posibilidad de que aquél continúe el contradictorio, requisito necesario para que se
llegue a una decisión jurisdiccional. “Ya que todo aquel a quien la ley reconoce
personería para actuar en juicio en defensa de sus derechos está amparado por la
garantía del debido proceso legal consagrada en el art. 18C.N., que asegura el
derecho a una sentencia fundada en juicio previo llevado en forma legal y la
posibilidad de ocurrir ante algún órgano jurisdiccional en procura de justicia….”En
base a esto, el tribunal revoca la sentencia de casación y sostiene que el
querellante, en caso de que el Fiscal NO mantenga la acusación en el momento
de realizar las conclusiones, puede formular la suya en forma autónoma.
Síntesis :El querellante particular se convierte en querellante subsidiario(actúa en
desmedro de la acción penal por parte del fiscal).Es un fenómeno por el cual se
convierte la acción penal pública en privada (privada o exclusiva). Conclusión:
Si el fiscal NO acusa, el querellante conjunto “puede” acusar.

Del’Olio(11/07/06). CSJN: El Tribunal Oral en lo Criminal N° 12 de Capital Federal


condenó a Juan Carlos Del'Olio a la pena de dos años de prisión en suspenso y
costas, como coautor penalmente responsable del delito de defraudación por
administración fraudulenta. El fiscal había solicitado la libre absolución del
justiciable. La defensa interpuso recurso de casación, que fuera desestimado,
porque la sentencia condenatoria violó la garantía de la defensa en juicio y el
debido proceso, pues se dictó sin mediar acusación fiscal válida. Como la querella
no respondió la vista que prevé el art. 346 del código adjetivo en el momento
procesal oportuno, el juez de instrucción le dio por decaído el derecho. Si bien esta
circunstancia no le imposibilitó ejercer los derechos procesales ulteriores, sí debió
privarla de alegar al concluir el debate, pues se trató de un acto que se orientó a
integrar un reproche que, de su parte, no había tenido lugar en tiempo apropiado.
Decisorio: “… Tiene dicho esta Corte en el precedente ‘Santillán’… que la
exigencia de la acusación, como forma sustancial en todo proceso penal,
salvaguarda la defensa en juicio del justiciable, sin que tal requisito tenga otro
alcance que el antes expuesto o contenga distingo alguno respecto
del carácter público o privado de quien la formula” “Que la decisión del juez de
instrucción de dar por decaído el derecho a responder la vista que prevé el art.
346 del Código Procesal aparejó la pérdida de los derechos procesales
vinculados al acto precluido. Si el particular ofendido no concretó objetivamente y
subjetivamente su pretensión, no podría integrar legítimamente una incriminación
que no formuló previamente” “Que este aspecto es decisivo para resolver el pleito
en sentido adverso a la eficacia del fallo de condena, lo que permite descalificar a
la sentencia apelada como pronunciamiento jurisdiccional válido, pues al haberse
dictado en las condiciones señaladas resultó violatoria del derecho de defensa en
juicio”

IMPARCIALIDAD
Llerena(17/05/05).
CSJN:Imparcialidad.
Llerena fue acusado de amenazas agravadas por el uso de arma.
Planteó recusación de la jueza del Juzgado Correccional fundada en la sospecha
y temor de parcialidad, por haber sido quien instruyó el caso (ordeno
allanamiento, recopilo prueba, interrogo al acusado) y elevó la causa a juicio.
La Cámara rechazó el plante opor no estar comprendido como causal de
impugnación. La Corte consideró inválido el esquema por el cual, en materia
correccional, el mismo juez investigador tiene a su cargo la etapa de juzgamiento
(hay que separar a quien acusa de quien juzga – conf. el modelo acusatorio de
enjuiciamiento-, para proteger la imparcialidad del juez y el derecho del acusado a
ser oído por un tribunal imparcial. El Juez no debe tener prejuicios ni intereses
personales al juzgar. Se hace alusión al art. 4, inc. 2° de las REGLAS DE
MALLORCA).
Asimismo, consideró que el rechazo de la recusación planeada, era equiparable
a sentencia definitiva a los efectos del recurso extraordinario. Los votos de
Highton y Zaffaroni señalaron que la imparcialidad como valor podría verse
“desde dos puntos distintos, uno objetivo y uno subjetivo”. El primero, “ampara al
justiciable cuando éste puede temer la parcialidad del juez por hechos objetivos
del procedimiento, sin cuestionar la personalidad, la honorabilidad ni la labor
particular del magistrado que se trate; mientras que el segundoinvolucra
directamente actitudes o intereses particulares del juzgador con el resultado del
pleito”. En razón de ello, el imputado estaba habilitado a considerar que el juez
actuante “tiene un perjuicio sobre el tema a decidir, puesto que impulsó el proceso
para llegar a juicio, descartando hasta ese momento las hipótesis de sin
criminantes” (considerando 13 del voto)
Voto de Petracchi: “Quien eleva a juicio el caso tiene cierta certeza de la
culpabilidad del acusado. Al dictar sentencia, si lo absuelve, debería aceptar su
error o aceptar que realizo su tarea deficientemente”.
Dieser(08/08/06). CSJN:

La Corte declaró que viola las garantías constitucionales de imparcialidad y de


doble instancia que los mismos magistrados intervengan en la revisión del auto de
procesamiento y posteriormente en la revisión de la sentencia
condenatoria .Hechos: La defensa de M. G.Dieser interpuso un recurso de
inconstitucionalidad contra la sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Penal
de Venado Tuerto, que con el voto de dos de los tres jueces que habían
intervenido con anterioridad en el proceso (confirmando el procesamiento y la
prisión preventiva), confirmó la condena dictada por el Juez de primera instancia
de Distrito en lo Penal de
Sentencia de la ciudad de Melincué. El recurso fue denegado y la defensa de la
imputada interpuso un recurso de queja que fue rechazada por la Corte Suprema
de Justicia de la Provincia de Santa Fe. La defensa interpuso un recurso
extraordinario, argumentando que se habían afectado las garantías de
imparcialidad y de doble instancia. El recurso fue denegado y motivó la
presentación de una queja. Decisión de la Corte: La Corte, haciendo suyos los
términos y conclusiones del dictamen del señor Procurador Fiscal, hizo lugar a la
queja, declaró procedente el recurso extraordinario y revocó la sentencia apelada.
Manteniendo lo establecido en el precedente “Llerena”, consideró que la revisión
de una sentencia condenatoria por los mismos jueces que habían intervenido en la
apelación del auto de procesamiento, violaba la garantía de imparcialidad porque
podía haberse afectado la posibilidad de un reexamen de la condena sin
prejuzgamiento del caso. Asimismo, sostuvo que violaba la garantía de la doble
instancia que exige que los magistrados que no conocieron anteriormente el hecho
revisen las decisiones del inferior (voto de los jueces Petracchi, Highton de
Nolasco, Fayt, Maqueda, Zaffaroni y Argibay — ésta última hizo su propio voto. El
Dr. Lorenzetti no votó

Montenegro(10/12/81). CSJN: Regla de exclusión probatoria.


Hechos:
Confesión obtenida en declaración prestada en sede policial bajo apremios
ilegales, sus di0chos permitieron esclarecer un hecho ilícito que no había sido
denunciado. Así se ubicó un comercio de discos fonográficos cuya dueña admitió
haber sido asaltada y despojada. En el domicilio del acusado se comprobó que
había allí guardados parte de los efectos robados, entre ellos un anillo tipo alianza
grabado-con iniciales y una fecha-, lo que concordaba con la declaración de la
damnificada.
La Cámara de casación confirma la sentencia de primera instancia condenando al
imputado a prisión, fundada en una confesión obtenida a través de apremios
ilegales que tenían por debidamente probados. Planteado el recurso extraordinario,
la cámara deniega por entender que solo plantea cuestiones de hecho y prueba y
llega acorte como recurso de queja. La Corte declara mal denegado el recurso
extraordinario pero revoca la sentencia de cámara, toda vez que resulta
inconstitucional por vulnerar el art 18 en que “nadie puede declarar contra sí
mismo ni ser sometidos a tortura”. Si la cuestión de hecho, relativa a la existencia
de coacción fue resuelta afirmativamente por los jueces de Cámara, que
coinciden en que la aplicación de la tortura fue decisiva para la solución de la
causa, corresponde revocar la sentencia condenatoria a la que se arribó como
consecuencia de hechos que se consideraron probados a través de una
investigación basada en la confesión extrajudicial obtenida del reo, mediante los
apremios ilegales a que fuera sometido.
Considerando 5°: “Que el acatamiento por parte de los jueces de ese mandato
constitucional no puede reducirse a disponer el procesamiento y castigo de los
eventuales responsables de los apremios, porque otorgar valor al resultado de su
delito y apoyar sobre él una sentencia judicial, no sólo es contradictorio con el
reproche formulado, sino que compromete la buena administración de justicia al
pretender constituirla en beneficiaria del hecho ilícito”

Díaz Bessone(30/10/08).
CNCP en pleno:
Sobre inaplicabilidad de la ley. El 30 de octubre de 2008 la Cámara
Nacional de Casación Penal celebró el acuerdo Plenario Nº 13 en la causa "Díaz
Bessone".
Resolución del plenario:

I-Declarar como doctrina plenaria: "No basta en materia de excarcelación o


eximición de prisión para su denegación la imposibilidad de futura condena de
ejecución condicional, o que pudiere corresponderle al imputado una pena
privativa de la libertad superior a ocho años (arts. 316 y 317 del C.P.P.N.), sino
que deben valorarse en forma conjunta con otros parámetros tales como los
establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los fines de determinar la
existencia de riesgo procesal".//- Art. 319.
Restricciones. Podrá denegarse la exención de prisión o excarcelación,
respetándose el principio de inocencia y el artículo 2º de este Código, cuando la
objetiva y provisional valoración de las características del hecho, la posibilidad de
la declaración de reincidencia, las condiciones personales del imputado o si éste
hubiere gozado de excarcelaciones anteriores, hicieren presumir, fundadamente,
que el mismo intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer las
investigaciones.
II- Principios Rectores: Equivale a señalar que como correlato de este estado de
inocencia, surge el derecho de la persona a gozar de libertad durante el proceso,
que tiene jerarquía constitucional (Fallos: 314:451, considerando
2º). Sin embargo, "los derechos de cada persona están limitados por los derechos
de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común,
en una sociedad democrática (art. 32 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica); y el
derecho a la libertad durante el proceso está condicionado a las leyes que
reglamentan su ejercicio”(Fallos: 304:319, 1524). Resulta que, "si bien es cierto
que existe un derecho constitucional a la libertad durante el trámite del proceso
penal no lo es menos que ese derecho (como todos) no es absoluto; ello significa
que los habitantes gozan de él, conforme las leyes que lo reglamentan; el Estado
puede reglamentarlo en función de una legítima finalidad: la de evitar que el
individuo sometido a proceso eluda la acción de la justicia, sea impidiendo u
obstaculizando la investigación del hecho o no cumpliendo la eventual pena que
se imponga”. En este entendimiento, "el derecho de gozar de libertad hasta el
momento en que se dicte la sentencia de condena no constituye una salvaguardia
contra el arresto, detención o prisión preventiva, medidas cautelares éstas que
cuentan con respaldo constitucional"(Fallos: 305:1022). El respeto debido a la
libertad individual –ha dicho la Corte- no puede excluir el legítimo derecho de la
sociedad a adoptar todas las medidas de precaución que sean necesarias no sólo
para asegurar el éxito de la investigación sino también para garantizar, en casos
graves, que no se siga delinquiendo y que no se frustre la ejecución de la
eventual condena por la incomparecencia del reo. Ahora bien, en virtud de los
Pactos Internacionales incorporados a la
Constitución Nacional (art. 75, inc. 22), "la prisión preventiva solo puede tener
carácter excepcional de acuerdo con las disposiciones de este Código, en los
límites absolutamente indispensables para asegurar el descubrimiento de la
verdad y la aplicación de la ley

Fallo Jenkins

Antecedentes

El 22 de septiembre de 2017 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


sometió a la jurisdicción de la Corte Interamericana el caso “Gabriel Oscar
Jenkins” contra la República de Argentina, con relación a la alegada privación
arbitraria de la libertad del señor Jenkins desde el 8 de junio de 1994 hasta el 13
de noviembre de 1997 en el marco de una causa por los delitos de tráfico ilícito de
estupefacientes y asociación ilícita, de los cuales fue finalmente absuelto.
Asimismo, la Comisión estableció que durante el tiempo en que la presunta
víctima estuvo privada de libertad, no se realizó ninguna revisión de su detención
preventiva y la necesidad de mantenerla. Agregó que los recursos judiciales
interpuestos no posibilitaron una revisión sin demora y efectiva tanto de la
motivación como de la duración de la detención preventiva. Finalmente, la
Comisión concluyó que la acción civil de daños y perjuicios interpuesta por el
señor Jenkins tuvo una duración irrazonable. La Corte declaró la responsabilidad
del estado argentino por la violación, entre otros, al derecho a la libertad personal
y a las garantías judiciales.
Principales normas involucradas

Convención Americana de Derechos Humanos: Artículos 7.1, 7.3, 7.5, 7.6


(derecho a la libertad personal, a no ser privado de la libertad en forma arbitraria, a
ser juzgado en plazo razonable y a recurrir ante juez competente); artículo 8.2
(presunción de inocencia); artículo 24 (igualdad ante la ley).

Estándares aplicables

Prisión preventiva

1. Corresponde a la autoridad judicial imponer medidas privativas de la


libertad únicamente cuando acredite que son:(i) idóneas para cumplir
con el fin perseguido,(ii) necesarias, en el sentido de que sean
absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado y que no
exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido entre
todas aquellas que cuentan con la misma idoneidad para alcanzar el
objetivo propuesto, y (iii) que resulten estrictamente proporcionales, de
tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la
libertad no resulte exagerado o desmedido frente a las ventajas que se
obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la finalidad
perseguida.
 

2. Únicamente deben ser considerados como finalidades legítimas, a los


efectos de la prisión preventiva, aquellas que están atadas directamente
con el desarrollo eficaz del proceso, es decir, que estén vinculadas con
el peligro de fuga del procesado y aquella que busca evitar que el
procesado impida el desarrollo del procedimiento.
 

3. El sólo criterio de la existencia de indicios que permitan suponer


razonablemente que la persona sometida al proceso ha participado en el
ilícito que se investiga no son suficientes para justificar la imposición de
una medida privativa de la libertad, sino que resulta esencial a acudir a
elementos relativos a la finalidad legítima de la medida –esto es,
eventual obstaculización del desarrollo normal del procedimiento penal o
posibilidad de sustracción a la acción de la justicia– que lleven a la
conclusión de que la medida de prisión preventiva es necesaria y
proporcional al fin perseguido.[1]
 

Prisión preventiva - Narcotráfico


 

4. La exclusión del beneficio de tiempo máximo de prisión preventiva para


todas las personas imputadas por narcotráfico se justificaba por el
interés en perseguir a esa clase de organizaciones criminales, -y a sus
integrantes-, dedicadas al tráfico de sustancias estupefacientes, así
como por las obligaciones contraídas por el Estado al suscribir la
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y sustancias sicotrópicas. No obstante, la presunta
víctima fue excluido de manera automática del beneficio de la
excarcelación únicamente sobre la base del delito específico que se le
imputaba, sin que se brindara una explicación sobre la finalidad
específica que buscaba la diferencia de trato, su idoneidad, necesidad,
proporcionalidad y, además, sin tener en cuenta sus circunstancias
personales.
 

Plazo razonable

5. Una demora prolongada en el proceso puede llegar a constituir, por sí


misma, una violación a las garantías judiciales. El Tribunal ha
establecido que la evaluación del plazo razonable se debe analizar en
cada caso concreto, en relación con la duración total del proceso, lo cual
podría también incluir la ejecución de la sentencia definitiva. De esta
manera, ha considerado cuatro elementos para analizar si se cumplió
con la garantía del plazo razonable, a saber: (i) la complejidad del
asunto, (ii) la actividad procesal del interesado, (iii) la conducta de las
autoridades judiciales, y (iv) la afectación generada en la situación
jurídica de la presunta víctima.[2]
La Corte concluye que la resolución que ordenó la prisión preventiva de señor
Jenkins careció de una debida motivación en tanto que no expuso las razones por
las cuales la medida perseguía un fin legítimo y era necesaria, idónea y
proporcional a dicho fin. En consecuencia, el Estado es internacionalmente
responsable por la violación de los artículos 7.1, 7.3 de la Convención, en relación
con el artículo 8.2 y el artículo 1.1. del mismo instrumento.

Una vez analizados los cuatro elementos para determinar la razonabilidad del
plazo, la Corte concluye que las autoridades judiciales excedieron el plazo
razonable del proceso, lo cual vulnera el derecho a las garantías judiciales
establecido en el artículo 8.1 de la Convención Americana.
FERNANDEZ

Fiscal c/ Fernández, V. H. s/ av. infracción ley 20.771" – CSJN – 11/12/1990

Allanamiento sin orden judicial – validez

No se aplica la regla de exclusión probatoria por entenderse que se estaba ante


un ingreso domiciliario válido.

Además aparece la figura del “agente encubierto”, y la Corte valida su accionar


debido a que fue el propio imputado quien permitió voluntariamente la entrada del
mismo a su vivienda, sin existir engaño o ardid que vicie dicha voluntad.

Distinguió los casos en los que los agentes del gobierno simplemente aprovechan
las oportunidades o facilidades que otorga el acusado predispuesto a cometer el
delito, de los que son “producto de actividad creativa” de los oficiales que ejecutan
la ley, en los que procede desechar las pruebas obtenidas por la actividad
“criminógena” de la policía bajo lo que en el derecho americano se conoce como
defensa de entrapment.

Se cita el precedente “Hoffa v. U.S”, 385 US 293 de la Corte Suprema de los


Estados Unidos, en el cual se sostuvo que "lo que protege la Cuarta Enmienda es
la seguridad en la que descansa un hombre cuando se coloca a sí mismo o a su
propiedad en un ámbito protegido constitucionalmente". 

Pero ello supone una actitud del individuo celosa de su intimidad, y hay que
distinguir entre los actos de una persona que se realizan en la
seguridad constitucionalmente protegida contra intrusiones indeseadas en el
ámbito del domicilio, de los realizados voluntariamente ante terceros en la errónea
confianza de que estos no revelarán su delito.”

El Tribunal a quo había entendido, por el contrario, que con base presunta en la


jurisprudencia de la Corte (Fallos: 46: 36: 303: 1938: 306: 1752: 308: 733: y
causas R. 524. XX. "Ruiz, Roque A. s/ hurtos reiterados": F. 103. XIX. y F. 477.
XIX. "Francomano, A. J. y otros s/ inf. ley 20.840"), la incautación de nueve
kilogramos de cocaína, extraídos de la morada de Rivas G. -a la vez casa
habitación de él y su familia y sede de la oficina consular de Bolivia en Mendoza-
debía ser excluida del proceso como prueba por habérsela obtenido en infracción
a la garantía de la inviolabilidad del domicilio (art. 18 de la Constitución Nacional). 
A su vez, se desestimó el argumento, según el cual, no existiría relación causal
entre la
detención de Garbin (p) y los allanamientos, ya que, aquél negó en sede judicial
haber
manifestado espontáneamente a la policía que sus hijos tenían autos importados.
Dicha
rectificación tampoco sería idónea para acreditar la existencia de un curso de
prueba
"independiente"; sólo indicaría que la policía carecía de motivos para requerir la
orden de
allanamiento y que, en consecuencia, la decisión del juez que ordenó el
allanamiento no se
encontraba fundada, en violación al art. 403 del Código de Procedimientos en
Materia Penal.
Las razones señaladas precedentemente, llevaron a la Corte a declarar la nulidad
de todo lo
actuado en este procedimiento, en el cual se ha violado el art. 18 de la
Constitución Nacional,
según el cual la detención de los habitantes de la Nación requiere la existencia de
“una orden
escrita de autoridad competente".
Asimismo, estableció que los elementos incautados en autos, fruto de la detención
ilegítima
de Carlos Antonio Garbin, no incriminarían a éste, sino a sus hijos Claudio y
Alejandro, pero
esto no es impedimento para la aplicación de la citada doctrina. Así, en el
mencionado caso
"Rayford", se reconoció que la declaración de invalidez del allanamiento efectuado
en la
vivienda de uno de los acusados también beneficiaba al coprocesado, aun cuando
el
procedimiento policial había ocurrido "fuera del ámbito de protección de sus
derechos".
4) A raíz de lo analizado a lo largo del trabajo, llegamos a la conclusión de que la
decisión
tomada por la Corte Suprema de Justicia es acertada.
En primer lugar, la detención del señor Garbin resulta incompatible con el artículo
18 de la
Constitución Nacional y con el artículo 4 del anterior código procesal o 284 del
vigente. Las
actuaciones de la policía devienen injustificables por ser basadas en hechos
subjetivos y no
contemplados legalmente.
Del examen de las distintas normas legales que autorizan a la Policía Federal a
restringir la
libertad ambulatoria de los habitantes de la República, surge indubitablemente que
dicho
organismo carecía de facultades legales para detener en el caso al señor Garbin.
A estos hechos, le prosigue un allanamiento con orden judicial que se encuentra
viciado, por
lo tanto, las pruebas obtenidas resultan nulas.
Cabe declarar la nulidad de todo lo actuado en este procedimiento, en el cual se
ha violado el
art. 18 de la Constitución Nacional, según el cual la detención de los habitantes de
la Nación
requiere la existencia de una orden de "autoridad competente".
Nos remitimos a la teoría del fruto del árbol envenenado, que alude a las pruebas
obtenidas
como consecuencia de un delito, ya que no puede apoyarse en esta, porque
resulta
Fallo daray

1) El 18 de abril de 1991, en horas de la mañana, en San Rafael Mendoza; el


personal policial, que estaba practicando controles de rutina, detuvo a Carlos
Antonio Garbin. La razón de la detención, habría sido, según el informe policial
para que el conductor acredite su habilitación para conducir, y para verificar sus
datos. Garbin tenía la documentación del auto y el permiso para circular, pero, a
pesar de esto, se lo "invitó" a concurrir a la Seccional de Policía para una mayor
verificación de datos. En la comisaría, mientras los oficiales de policía intentaban
comunicarse con los registros para determinar si el auto poseía algún
impedimento legal, Garbin, según el informe,
espontáneamente involucró a sus hijos Claudio y Alejandro, diciendo que ellos
tenían autos extranjeros con patentes diplomáticas. La supuesta espontaneidad de
Garbin habría además llegado al extremo de ofrecerse para acompañar a la
policía en busca de sus hijos en una bodega de propiedad de él.

Según la policía, los hijos de Garbin reconocieron haber comprado autos


importados por diplomáticos y dieron detalles sobre las operaciones y del lugar
donde ocultaban los vehículos. Con esta información en su poder la policía dejó
constancia de que los Garbin quedaban detenidos e incomunicados. Se le dio
intervención al juez federal en turno por el presunto delito de contrabando,
solicitando una orden de allanamiento para el secuestro de los autos y la
documentación pertinente. Durante la investigación, se obtuvieron testimonios de
vecinos de los Garbin, acerca de que era frecuente verlos conduciendo
automóviles importados. El juez libró la orden ese mismo día y en el domicilio
particular suministrado por Alejandro Garbin fue encontrado un automóvil
Mercedes Benz con chapa diplomática. 2) El conflicto planteado a resolver en este
caso es, si la policía ha actuado o no, dentro de los límites de sus facultades,
conferidas por el art. 4° del Código de Procedimientos en Materia Penal y el art. 5,
inc. 1°, del decreto-ley 333/58 -en su antigua redacción-, ratificado por la ley

A su vez, se desestimó el argumento, según el cual, no existiría relación causal


entre la detención de Garbin (p) y los allanamientos, ya que, aquél negó en sede
judicial haber manifestado espontáneamente a la policía que sus hijos tenían
autos importados. Dicha rectificación tampoco sería idónea para acreditar la
existencia de un curso de prueba "independiente"; sólo indicaría que la policía
carecía de motivos para requerir la orden de allanamiento y que, en consecuencia,
la decisión del juez que ordenó el allanamiento no se encontraba fundada, en
violación al art. 403 del Código de Procedimientos en Materia Penal .Las razones
señaladas precedentemente, llevaron a la Corte a declarar la nulidad de todo lo
actuado en este procedimiento, en el cual se ha violado el art. 18 de la
Constitución Nacional, según el cual la detención de los habitantes de la Nación
requiere la existencia de “una orden escrita de autoridad competente". Asimismo,
estableció que los elementos incautados en autos, fruto de la detención ilegítima
de Carlos Antonio Garbin, no incriminarían a éste, sino a sus hijos Claudio y
Alejandro, pero esto no es impedimento para la aplicación de la citada doctrina.
Así, en el mencionado caso "Rayford", se reconoció que la declaración de
invalidez del allanamiento efectuado en la vivienda de uno de los acusados
también beneficiaba al coprocesado, aun cuando el procedimiento policial había
ocurrido "fuera del ámbito de protección de sus derechos".4) A raíz de lo analizado
a lo largo del trabajo, llegamos a la conclusión de que la decisión tomada por la
Corte Suprema de Justicia es acertada. En primer lugar, la detención del señor
Garbin resulta incompatible con el artículo 18 de la Constitución Nacional y con el
artículo 4 del anterior código procesal o 284 del vigente. Las actuaciones de la
policía devienen injustificables por ser basadas en hechos subjetivos y no
contemplados legalmente. Del examen de las distintas normas legales que
autorizan a la Policía Federal a restringir la libertad ambulatoria de los habitantes
de la República, surge indubitablemente que dicho organismo carecía de
facultades legales para detener en el caso al señor Garbin .A estos hechos, le
prosigue un allanamiento con orden judicial que se encuentra viciado, por lo tanto,
las pruebas obtenidas resultan nulas. Cabe declarar la nulidad de todo lo actuado
en este procedimiento, en el cual se ha violado el art. 18 de la Constitución
Nacional, según el cual la detención de los habitantes de la Nación requiere la
existencia de una orden de "autoridad competente". Nos remitimos a la teoría del
fruto del árbol envenenado, que alude a las pruebas obtenidas como
consecuencia de un delito, ya que no puede apoyarse en esta, porque resulta
contradictorio y compromete la buena administración de justicia. La ineficacia se
extiende a todas aquellas pruebas que no hubieran podido ser obtenidas sin
violación de garantías constitucionales y resultaren su consecuencia. Si en el
proceso existe un solo cauce de investigación y éste estuvo viciado de ilegalidad,
tal circunstancia contamina de nulidad todas las pruebas que se hubieran
originado a partir de aquél. Por lo tanto concluimos en que la decisión tomada por
la corte es acertada

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