Maternidad y Orden Simbólico
Maternidad y Orden Simbólico
Maternidad y Orden Simbólico
núm 31-2006
S~LVIAMASAGUESOLE
El orden simbólico de la madre no es una elección.
Soy madre de tres hijos y una hija, de edades que cumpliran este año, 26 el
mayor, el segundo de 21, la niña de 19 y el pequeño de 9 años. Mi segundo
Silvia Masagué Solé. El orden simbólico de la madre no es una elección 1
Bastante antes que ellos y ellas percibi lo que me pedirian. Yo, ya hacia
mucho tiempo, años, que debido a la enfermedad de Israel no controlaba
nada o casi nada de mi vida y, la verdad es que tampoc0 me preocupaba
demasiado. No es que me sintiera excusada por la enfermedad de mi hijo,
sino que pensaba que la misma -por su propia idiosincrasia- requeria de
ese descontrol. Lo habia asimilado tanto, que para mi lo contrario era como
padecer acne, pero sin pustulas -un sin sentido, cualquiera-; sin embargo,
durante el ultimo año -el de transito de la minoria a la mayoria de edad de
mi hijo, en el cua1 la espiral de violencia se recrudecio hasta limites, verda-
DUODA. Estudis de la Diferencia Sexual. num 31-2006
En una actitud consciente tome esa pelicula, pero la deseaba tan solo "en
alquilei', no pensaba "comprarmela". Y esa decision era el fruto de mi
voluntad de mediar en el conflicto; sin embargo, no todos 10 veian de la
misma manera. Mi pareja creia en algunas ocasiones que su manera de ver
el conflicto era la mejor, pero obviaba que su manera, quizas, era excluyen-
te respecto a mi. A ambos nos pudo el patriarcado. Y desaparecio mi espa-
cio y con el todo sentido, toda razon para mi, de vivir o hacer nada, que no
fuera negarme a elegir entre mi hijo y el resto de lo que fuera.
Antes tenia un problema: mi hijo. Ahora, tenia dos. Mi hijo y la sociedad que
me rodeaba.
No iba a dejarme engañar. Ya sabia lo que habia. Asi pues, lo mas inte-
ligente por mi parte era ponerse lo antes posible "buena": ser merecedora
del alta medica y volver a trabajar y a vivir como si nunca hubiera pasado
nada. De veras, la propuesta de este nuevo cuadro escenico para mi vida
me parecia mas irreal que Alicia en elpak de las maravillas, y grosero e
irrespetuoso conmigo y mis seres tan amados. Yo me sentia como el
protagonista de La Metamorfosis de Kafka (jcuánto he pensado en el.. .y
pienso en el!); sin embargo y ademas de tener papeles, pagar impuestos,
votar, se me decia como debia sentirme. El sistema me revelo el presente
en relacion a mi libertad (libertad femenina, es decir, en relacion a como yo
decidia sentirme cada segundo de mi vida durante lo que me quedase de
tiempo para alcanzar la eternidad) y mi futuro en relacion a mi sufrimiento.
De repente, el sistema social se habia ataviado como un mag0 y no cesaba
de realizar pronosticos acerca de mi. Mientras enarbolaba su varita me
susurraba constantemente: "La suerte esta echada. He decidido cuando te
sentiras bien y cuando no. No oses desobedecerme ni desafiarme".
guiendo el poder social con muchos seres humanos sin que ellos mismos,
siquiera, lo apreciaran de manera consciente.
No. Yo iba a sentir el dolor que tuviera que sentir e iba a seguir viviendo con
el. Aunque, a veces, como estos días, me duela mucho, porque mi hijo ha
tenido un accidente en el que se ha hecho mucho daño y no he podido salir
corriendo a verlo. Legalmente, no puedo ni debo hacerlo. iCuán cierto es
que la relacion desde el poder no tiene nada que ver ni intercambiar con el
hecho de relacionarse desde el amor!
Nota: