Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Migracion y Multiculturalidad.

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 12

MIGRACIÓN Y MULTICULTURALISMO, LA PARADOJA DEL “OTRO”

INVESTIGACIÓN 5. SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN JURÍDICA ACORDE AL


ÉNFASIS (DESARROLLO DEL PROYECTO)

KAREN JULIANA MOSQUERA RODRÍGUEZ


ERLEY SANTOFIMIO VALENZUELA

MIGUEL IGNACIO ROMERO PEÑA


Docente

PROGRAMA DE DERECHO
UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO
NEIVA - HUILA
2021
Migración y Multiculturalismo, la Paradoja del “Otro”
1. Revisión jurisprudencial

SENTENCIA ANÁLISIS

Sentencia C-054/13 ● La Constitución define al colombiano como un estado social y


democrático de derecho, pluriétnico y multicultural. Se refiere entonces de
manera amplia e incluyente a toda la población que bajo distintas
denominaciones se nombra y reconoce, y que incluye a las personas
pertenecientes a comunidades tradicionales, indígenas o comunidades afro.
● El Título I de la Constitución Política se ocupa de establecer los principios
fundamentales de la carta. Diez artículos estructuran y determinan la forma
como el poder debe constituirse e irrigar a través de una sociedad libre,
abierta, multicultural, pluriétnica y democrática. Dos de esos diez artículos
se ocupan de plantear parámetros relevantes para el análisis del presente
caso. El primero de ellos es el artículo 7°, según el cual, ‘el Estado
reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación
colombiana’.
● Carácter general e imperativo, la Constitución establece en el artículo 8°
que ‘es obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas
culturales y naturales de la Nación’. En virtud de estas dos disposiciones
es claro que es deber del Estado proteger, entre otras muchas
manifestaciones culturales y artísticas (...).
● En un estado social y democrático de derecho, multicultural y pluriétnico,
la justicia constitucional es respetuosa del desarrollo y evolución de la vida
de las culturas. A la justicia le compete asegurar que las diferentes
músicas, letras y colores que expresan los sentimientos a lo largo y ancho
de la nación, se creen, mezclen y recreen en libertad. No les corresponde a
los jueces constitucionales establecer el rumbo de la cultura, la preferencia
o prevalencia de algunas de sus formas sobre otras. Si bien los particulares
y las personas en general pueden manifestar sus opiniones y juicios de
valor acerca de las manifestaciones y expresiones culturales, no es tal la
función o la facultad de un funcionario judicial. A este le corresponde
garantizar la libertad de creación de las personas que decidan realizar tales
actos y productos culturales y la de aquellas que desean comentarlas y
valorarlas, sea cual sea su opinión.
● La justicia constitucional debe celebrar y proteger todas las
manifestaciones culturales, sin importar cuál sea su tipo o condición. Se
deben proteger manifestaciones culturales que se pierden en la historia y la
memoria, aquellas que se han consolidado recientemente y constituyen un
gran orgullo nacional, tanto como aquellas que hasta ahora se constituyen
y cristalizan, porque son las creaciones de espíritus jóvenes, cuyas
emociones, hasta ahora encuentran las formas para expresarse y
manifestarse.
● Una de las razones por las cuales las personas deben poder tener acceso a
diferentes formas y visiones culturales, es porque ello les dará más
herramientas creativas para expresarse, a la vez que les da mayor bienestar
y placer estético y espiritual. (...) No sólo mantiene historias y tradiciones,
permite forjar mejores personas. Las expresiones culturales no sólo
reviven el pasado, enriquecen el presente.

Sentencia T-444/19 ● El pluralismo sugiere la existencia de una gama de cosmovisiones distintas


entre sí y exige la necesidad de gestionar la diferencia para armonizarla.
En ese contexto, el multiculturalismo se erige como una de las formas de
hacerlo y es la única viable en el orden constitucional vigente, de
conformidad con los artículos 7 y 70 del texto superior. Por el contrario, el
multiculturalismo se caracteriza porque “las diferentes culturas étnicas
coexisten por separado en términos de igualdad, pero participan en la vida
política y económica general de la sociedad”, sin que la identidad étnica
deba quedarse como un asunto privado (...), sino reconociéndose como un
elemento que tiene la potencialidad de influir en la esfera de lo público, en
la democracia y en la construcción de lo que es de todos, a partir del
diálogo intercultural y de lo que es cada uno.
● Permite a una cultura minoritaria y a sus miembros, conservar sus valores,
creencias y tradiciones, y cimentar, a partir de ellas, el diálogo intercultural
sin el riesgo de ser absorbida por las cosmovisiones mayoritarias. El
derecho a la identidad indígena, por ende, se torna en una garantía no solo
para sus destinatarios, sino para el Estado en forma simultánea, pues le
permite consolidar su proyecto multicultural.
● La autonomía de los pueblos indígenas se refiere a la capacidad que
tienen los grupos étnicos para decidir sus asuntos culturales, espirituales,
políticos y jurídicos, en consonancia con su cosmovisión, de modo que la
colectividad y sus miembros, puedan preservar el derecho a la identidad
étnica. Su ejercicio asegura la pluralidad, en tanto hace posible la
salvaguarda de las diferencias y la gestión multicultural de la diversidad.
● En principio al Estado le está vedado intervenir en las decisiones de los
pueblos indígenas, so pena de anular su autonomía, su identidad cultural y,
con ellas, el carácter plural y multicultural del orden jurídico y social. Sin
embargo, estas garantías constitucionales no pueden leerse como
facultades absolutas y, en caso de conflicto con los derechos de otras
personas, deben ser ponderadas y pueden ceder en relación con otras
normas superiores.
● La consulta previa en sí misma, con arreglo a las normas que hacen parte
del bloque de constitucionalidad, ha sido considerada por esta Corporación
como un derecho fundamental de los grupos étnicos. A través de él, el
Estado garantiza que las comunidades indígenas participen de forma
efectiva en las decisiones que les atañen, de modo que es una condición
para la preservación de su autonomía y, a través de ella, de su identidad
étnica. Asegurarlo, supone también materializar los mandatos
constitucionales de pluralidad multicultural y todas las autoridades, como
los particulares, deben coadyuvar en ese esfuerzo.

Sentencia T-465/12
● Para la Corte, el principio de diversidad e integridad personal no es
simplemente una declaración retórica, sino que constituye una proyección,
en el plano jurídico, del carácter democrático, participativo y pluralista de
la república colombiana y obedece a "la aceptación de la alteridad ligada a
la aceptación de la multiplicidad de formas de vida y sistemas de
comprensión del mundo diferentes de los de la cultura occidental.”
● La Constitución Política permite al individuo definir su identidad con base
en sus diferencias específicas y en valores étnicos y culturales concretos, y
no conforme a un concepto abstracto y general de ciudadanía, como el
definido por los Estados liberales unitarios y monoculturales. Lo anterior
traduce un afán válido por adaptar el derecho a las realidades sociales, a
fin de satisfacer las necesidades de reconocimiento de aquellos grupos que
se caracterizan por ser diferentes en cuestiones de raza, o cultura. Esta
concepción ha permitido comprender que “la diversidad cultural está
relacionada con las representaciones de vida y concepciones del mundo
que la mayoría de las veces no son sincrónicas con las costumbres
dominantes o el arquetipo mayoritario en la organización política, social,
económica, productiva o incluso de religión, raza, lengua, etc. Lo cual
refuerza la necesidad de protección del Estado sobre la base de la
protección a la multiculturalidad y a las minorías. Así, esta debe ser vista
como un elemento intrínseco a la persona que la define como ser humano
y como miembro de una comunidad.

Sentencia T-387/20
● Uno de los grandes cambios que trajo consigo la Carta Política de 1991 fue
el reconocimiento y la exaltación de la diversidad, aceptando saberes
distintos y formas de vivir y sentir radicalmente diversas. Es por ello que,
ante la tentación recurrente de imponer un único modelo válido de cultura,
asociado a los valores y principios de la mayoría, la jurisprudencia ha
reiterado que la Constitución “rechaza posturas universalistas y de
asimilación de la diferencia, basadas en la homogeneidad en la
comprensión de los derechos”. De esa forma, el Estado colombiano se
descubre como un conjunto de grupos heterogéneos “que valora
positivamente esa diferencia y la considera un bien susceptible de
protección constitucional”. Desde esta perspectiva, las contradicciones que
surgen en el seno de la comunidad no son asumidas como una carga o un
obstáculo a superar, sino “como síntoma de fortaleza de una sociedad
democrática y participativa.”
● La diversidad se manifiesta de múltiples maneras, desde el lenguaje y las
tradiciones, hasta la forma misma en que una comunidad decide
organizarse económica, social y jurídicamente. En particular, el artículo
246 Superior reconoce la potestad de las “autoridades de los pueblos
indígenas” para ejercer “funciones jurisdiccionales” en el marco de la
Carta Política y las leyes de la República; lo que también encuentra
respaldo en el bloque de constitucionalidad.
● Este reconocimiento tiene el propósito de hacer efectiva la igualdad dentro
de la diversidad y el pluralismo (cultural y jurídico), en lo que ha sido
denominada como una “Constitución multicultural.” El artículo 246
también encomendó al Congreso de la República establecer la
coordinación de esta especial jurisdicción con el sistema judicial nacional.
Sin embargo, la expedición de dicha ley ha resultado particularmente
difícil, y ello obedece en buena medida a que el concepto mismo de
pluralismo implica que “las comunidades indígenas tienen formas muy
distintas de concebir el derecho, y su contacto con el derecho no indígena
es más o menos amplio, así como las influencias que los órdenes jurídicos
proyectan entre sí.”

Sentencia C-948/14
● Desde la Constitución de 1991, el ordenamiento jurídico colombiano
reconoció el carácter pluralista del Estado, lo que comprende el
reconocimiento de la pluralidad de etnias, culturas, corrientes políticas y
sociales que conviven el país, así como el conjunto de orientaciones
religiosas existentes, las cuales son admitidas, reconocidas y respetadas
por el Estado. La Carta contiene, en ese marco, un conjunto de
disposiciones que “excluyen cualquier forma de confesionalismo y
consagran la plena libertad religiosa y el tratamiento igualitario de todas
las confesiones religiosas”.
● A partir de la definición del Estado como social y democrático de
Derecho, pluriétnico y multicultural, se comienza a “construir el
complejo normativo en relación con la neutralidad del Estado en materia
religiosa; el cual viene a ser complementado con la garantía de la
libertad de cultos, de conciencia y pensamiento (artículos 18, 19 y 20
CP), conjunto que, en definitiva, va orientado a asegurar la
materialización del reconocimiento de un Estado pluralista, de la
coexistencia igualitaria y la autonomía de las distintas confesiones
religiosas”.

Sentencia T-113/09
● “Una sociedad multicultural y pluriétnica puede ser liberal siempre
que sea capaz de respetar la diversidad, especialmente al tratar a
aquellos que son distintos y siempre que pueda ofrecer
salvaguardias adecuadas para los derechos fundamentales. Es
importante recordar que como sujeto colectivo un pueblo indígena
no tiene derecho a la vida y a la integridad. La legitimación de la
supervivencia cultural es un desafío: el Estado impulsa, por medio
de sus instituciones, el desarrollo y ejecución de las políticas
públicas orientadas a legitimar y fortalecer la creciente demanda de
los grupos étnicos por hacer valer su derecho a la existencia cultural
alterna, debilitando la imposición de la cultura hegemónica. El
conflicto se presenta porque hay quienes no comparten como
culturalmente equiparable las distintividad que presentan estas
sociedades.”
● La jurisprudencia constitucional ha avalado y efectuado
excepciones multiculturales a normas que rigen para la generalidad
de los colombianos, las cuales ha denominado ‘excepción por
diversidad etnocultural’. Así lo ha hecho en materia carcelaria,
penal,o de representación política. Los criterios en los cuales se
fundan tales excepciones son desarrollo de los mandatos
constitucionales relativos a la identidad cultural de tales grupos
humanos que la Constitución ordena proteger de manera
privilegiada, a la garantía y al respeto de la cultura, las tradiciones y
las costumbres de las comunidades indígenas y, en general, a la
valoración de la importancia del principio de diversidad cultural. Lo
anterior se sigue de los mandatos contemplados en los artículos 7 y
70 de la Constitución Política, es decir, al deber que tiene el Estado
de reconocer y proteger la diversidad cultural y, adicionalmente, de
promover los valores culturales que son fundamento de la
nacionalidad.

Sentencia T-425/2014
● De otra parte, en el artículo titulado “Dos paradojas del multiculturalismo
Colombiano: la espacialización de la diferencia indígena y su aislamiento
político”, se destacó que “una de las lecciones más importantes de los
cabildos urbanos es su constante lucha por construir su lugar en la
ciudad, por imaginar nuevas formas de espacialidad indígena que no
conlleven la creación de un resguardo rural. Son muchos los lugares que
se imaginan los grupos étnicos, y por ahora coexisten diversos proyectos,
como la creación de nuevas malocas en la ciudad, la adquisición de fincas
aledañas a esta, la compra de casas para las sedes políticas de los
cabildos y para otras iniciativas, como los jardines escolares indígenas, la
conformación de barrios indígenas y hasta la construcción de un centro
comercial indígena en la ciudad. Estas nuevas formas de espacialización
de la diferencia se disputan abiertamente con una única versión de los
espacios indígenas y de sus significados, promulgada en forma explícita
en el ejercicio de los arreglos multiculturales en Colombia”.
● A partir de lo anterior, se puede concluir que la relación de los pueblos
indígenas con su herencia cultural no se pierde ni se limita al factor
territorial específico, como un resguardo, pues esta se encuentra en su
identidad étnica, asunto que se evidencia en los indígenas urbanos. Por
esta razón, la efectividad de los derechos a la diversidad étnica y cultural
de las comunidades étnicas, exige adoptar medidas que impidan someter a
aquéllas a una asimilación forzada o a la destrucción de su cultura, lo que
lleva a propender por el respeto al derecho a la identidad étnica y cultural,
entendida como la “facultad de todo grupo indígena y de sus miembros,
de formar parte de un determinado patrimonio cultural tangible o
intangible, y de no ser forzado a pertenecer a uno diferente o a ser
asimilado por uno distinto.”

Sentencia C-569/97 ● “Siendo Colombia un Estado pluralista, que reconoce y protege la


diversidad étnica y cultural de la Nación (artículo 7 C .P.), y que protege
las riquezas culturales y naturales de la misma (artículo 8 C.P.), en el
cual la educación es un derecho fundamental del que son responsables el
Estado, la sociedad y la familia (artículo 67), la posibilidad de utilizar un
medio masivo de comunicación como la televisión, para cumplir con esos
cometidos, en un país multicultural en el que conviven diversos
paradigmas de vida, hace necesario, si se quiere que la televisión sea “...
el instrumento, sustrato, y soporte de las libertades públicas, la
democracia, el pluralismo y las culturas...”, que se garantice el mayor
nivel de objetividad e independencia, en las instancias a las que les
corresponda decidir sobre la programación que se emitirá por el canal
destinado por el legislador para el efecto, lo cual no será posible si tal
función se le atribuye al gobierno de turno.”

Sentencia C-053/99
● “La Constitución ha establecido como uno de los fines del Estado la
protección de la riqueza cultural de la nación, entre cuyas manifestaciones
se encuentran las diversas lenguas utilizadas en el territorio nacional. La
libertad de cátedra exige del docente que, en todo caso, tenga capacidad de
expresarse en el idioma oficial. En las regiones del país que cuentan con
una identidad lingüística propia, reconocida como oficial, se desarrollan
los fines del Estado - proteger la riqueza cultural - cuando se exige al
maestro que no ignore el uso de la lengua local. Ello no le impide
establecer autónomamente los contenidos de su cátedra. Por el contrario,
garantiza que su misión educadora sea eficaz y cumpla su propósito. La
caracterización de Colombia como una comunidad multicultural impone al
sistema educativo el deber de garantizar la continuidad y la identidad de
las manifestaciones culturales propias. Nada más lejano a este objetivo que
excusar al educador de comprender el lenguaje propio de la comunidad.”

Sentencia C-737/05
● “La Carta Política de 1991, estableció como un derecho fundamental el
reconocimiento y especial protección que merece la diversidad étnica y
cultural en el país, vista la pluralidad de pueblos indígenas que habitan en
el territorio nacional. Estas comunidades minoritarias no sólo gozan de
una especial protección en los términos del artículo 7° de la Constitución,
sino que además cuentan con otras normas que como el artículo 8°
establece la obligación del Estado de proteger la riqueza cultural de la
Nación; el artículo 9° señala la importancia de la autodeterminación de los
pueblos; el artículo 68 se refiere en su inciso quinto al respeto a la
identidad en materia educativa; el artículo 70 hace expreso señalamiento
al especial respeto e igualdad de las diferentes culturas que existen en el
país y de la importancia de la promoción en la investigación de la ciencia
y la difusión de todos los valores culturales, y el artículo 72, señala la
especial protección que merece el patrimonio arqueológico del país.

De igual manera, la importancia y el respeto que merecen los diferentes


grupos étnicos e indígenas en el país, imponen al Estado el deber de
proteger sus valores culturales, ancestrales, sociales, y políticos que les
asegure la continuidad y fortalecimiento de sus comunidades y de su
identidad social. De otra parte, el Estado deberá propender por garantizar
que los territorios en los cuales dichas comunidades se asientan(art. 329
C.P.), y los recursos naturales que allí yacen (art. 330 C.P.) se protejan
administren y exploten previa consulta con las comunidades y que sus
formas de gobierno armonicen con la legislación del Estado colombiano.
En esta medida, la protección de los territorios de dichas comunidades
indígenas o étnicas se ve reflejada en la controlada explotación de los
recursos naturales que existan y en las garantías de desarrollo económico,
social, educativo y en salud de los cuales merecen beneficiarse dichas
comunidades. De otro lado, el Estado deberá en todo momento y para
todos los efectos, consultar de manera previa con las autoridades políticas
de las comunidades étnicas e indígenas del país, respeto de todas aquellas
decisiones que involucren sus interés, ya sea en sus aspectos políticos,
sociales, económicos y culturales, para lo cual deberá desarrollar
mecanismos de consulta que garanticen la participación directa y activa de
todos los miembros de dichas colectividades, así como lo señala el
artículo 6 del Convenio 169 de la OIT aprobado por la Ley 21 de 1991:

“Artículo 6º.

“1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos


deberán:
“a) Consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos
apropiados y en particular a través de sus instituciones
representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles directamente.
“b) Establecer los medios a través de los cuales los pueblos
interesados puedan participar libremente, por lo menos en la misma
medida que otros sectores de la población, y a todos los niveles en la
adopción de decisiones en instituciones electivas y organismos
administrativos y de otra índole responsables de políticas y
programas que les concierne;
“c) Establecer los medios para el pleno desarrollo de las
instituciones e iniciativas de esos pueblos y en los casos apropiados
proporcionar los recursos necesarios para este fin.
“2. Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio
deberán efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las
circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el
consentimiento acerca de las medidas propuestas.”
Así, se imprime un especial respeto por la multiculturalidad en
nuestro territorio nacional, procurando con ello la plena aplicación a
los deberes constitucionales impuestos al Estado a favor de estos
grupos sociales y extendiendo dicho compromiso respecto de los
acuerdos de derecho internacional que se hayan suscrito sobre el
particular.”

Sentencia T-899/05 ● “Por disposición Constitucional, el Estado no sólo está llamado a


contribuir en la garantía de acceso al servicio público de educación.
También le corresponde asegurar su adecuado cubrimiento y la
permanencia de los educandos en el sistema educativo, tanto en el sector
público como en el sector privado, dotando a los establecimientos donde se
presta el servicio, de la infraestructura y los elementos necesarios para que,
como en el caso presente, los grupos indígenas, conserven su identidad
cultural, su etnoeducación, su multiculturalidad, y su diversidad
lingüística, acorde con las disposiciones especiales contenidas en el
decreto No. 804 de mayo 18 de 1995. El desarrollo cultural de un grupo
minoritario, exige los recursos adecuados, máxime que se debe dar
prelación a los grupos étnicos, por cuanto se encuentran en inferioridad de
condiciones en su número, no tienen la suficiente capacidad de expresión
ni la formación integral que les permita hacer uso de los mecanismos que
la ley contempla para que les sean respetados sus derechos, cuando estos
sean vulnerados.”

Sentencia T-049/13 ● La jurisprudencia constitucional ha reconocido en forma pacífica,


consolidada y sistemática el estatus de sujetos de derechos a las
comunidades indígenas, esto es, de sujetos colectivos autónomos y
diferenciables de los miembros individuales de sus comunidades, para
efectos de radicar, ejercer y reivindicar el pleno ejercicio y goce efectivo
de sus derechos fundamentales colectivos. Este reconocimiento jurídico se
deriva esencialmente de la consagración constitucional del derecho
fundamental a la diversidad étnica y cultural de las comunidades étnicas
contenido en los artículos 7 y 70 de la Carta Política.

● la Carta de 1991, en donde se redefinió la política indigenista al darle un


estatus constitucional especial, pasando de un modelo predominantemente
basado en concepciones de asimilación e integración, a uno fundamentado
en el reconocimiento y la garantía del pluralismo, el multiculturalismo y la
participación de las minorías. Este cambio normativo estructural encuentra
su fundamento tanto en el respeto por las diversas concepciones de vida y
de lo bueno, que se originan en el presupuesto del Estado constitucional de
Derecho relativo a la autonomía y la libertad; como en la conciencia
jurídica del valor intrínseco de las culturas nativas y las comunidades
tradicionales, y de sus valores y tradiciones culturales, ancestrales,
lingüísticas, artísticas, religiosas, sociales y políticas; así como también en
el reconocimiento histórico de los siglos de abusos, maltratos,
discriminación e injusticias de que han sido objeto estas étnias, y el riesgo
inminente de desaparición o extinción cultural y física a que se encuentran
actualmente avocadas.

Sentencia C-577/11 ● “El “carácter maleable de la familia” se corresponde con un Estado


multicultural y pluriétnico que justifica el derecho de las personas a
establecer una familia “de acuerdo a sus propias opciones de vida, siempre
y cuando respeten los derechos fundamentales” pues, en razón de la
variedad, “la familia puede tomar diversas formas según los grupos
culturalmente diferenciados”, por lo que “no es constitucionalmente
admisible el reproche y mucho menos el rechazo de las opciones que
libremente configuren las personas para establecer una familia”

Sentencia T-601/11 ● “El carácter multicultural de la Constitución de 1991, sugiere que frente a
un conflicto constitucional entre garantías de las comunidades indígenas y
de la sociedad mayoritaria, en abstracto aquellas gozan de una dimensión
de peso mayor, en punto de la maximización de la autonomía. Solamente
resultan admisibles restricciones a la autonomía indígena, cuando sea
necesario salvaguardar un interés de superior jerarquía o sean las menos
gravosas para la autonomía que se les reconoce a los pueblos indígenas.”

Sentencia C-139/96 ● La creciente conciencia de la diversidad étnica y cultural -provocada por


las facilidades de desplazamiento y de comunicación contemporáneas y la
globalización de las relaciones económicas- y el declive de las
concepciones éticas de corte moderno, han puesto de presente la necesidad
de reconocer y proteger la convivencia, dentro de un mismo territorio, de
grupos culturales que sostienen cosmovisiones distintas. De hecho, los
problemas relacionados con el multiculturalismo y la tolerancia son una
parte fundamental de las discusiones éticas, políticas y jurídicas de la
actualidad, todas encaminadas a trazar la difícil línea entre la protección de
la diversidad étnica y cultural, por una parte, y la unidad política y la
defensa de un “mínimo ético” representado por los derechos
fundamentales. El problema ha sido planteado por esta Corte en los
siguientes términos: “Existe una tensión entre el reconocimiento
constitucional de la diversidad étnica y cultural y la consagración de los
derechos fundamentales. Mientras que éstos filosóficamente se
fundamentan en normas transculturales, pretendidamente universales, que
permitirían afianzar una base firme para la convivencia y la paz entre las
naciones, el respeto de la diversidad supone la aceptación de
cosmovisiones y estándares valorativos diversos y hasta contrarios a los
valores de una ética universal."

Sentencia T-359/15 ● “En virtud del principio fundamental del pluralismo, así como del
multiculturalismo (Artículo 7 de la C.P.), las costumbres y usos ancestrales
de las minorías étnicas son objeto de protección en el orden constitucional
colombiano, lo que impide que factores como la prelación temporal, la
inexistencia de exigencias respecto de las comunidades indígenas sin
territorio en el momento en que se inició la explotación o el cumplimiento
de los requisitos legales que el ordenamiento exige para la explotación de
hidrocarburos en un determinado espacio geográfico, sean argumentos que
justifiquen desconocer los mandatos constitucionales que protegen el
medio ambiente y la diversidad étnica y cultural. Más aún cuando estos
preceptos constitucionales han sido reafirmados por instrumentos
internacionales, como el Convenio 169 de 1989 de la OIT.”

Sentencia C-832/11 ● “Se estableció que ni el Estado ni los particulares están autorizados
jurídicamente para imponer patrones estéticos excluyentes, mucho menos
en los establecimientos educativos. El fundamento de esta regla es que la
tolerancia y el respeto por la diferencia rigen el proceso de enseñanza y
aprendizaje en un modelo de Estado Social de Derecho que optó por la
defensa de la pluralidad y del multiculturalismo. Adicionalmente, se
precisó que la facultad que tienen los establecimientos educativos para
definir el Manual de Convivencia encuentra sus bases y sus límites en el
texto constitucional.”

Sentencia T-067/17
● “La Corte ha afirmado que: “El enfoque diferencial como desarrollo del
principio de igualdad, en tanto trata diferencialmente a sujetos desiguales,
busca proteger a las personas que se encuentren en circunstancias de
vulnerabilidad o de debilidad manifiesta, de manera que se logre una
verdadera igualdad real y efectiva, con los principios de equidad,
participación social e inclusión. Dentro del enfoque diferencial, se
encuentra el enfoque étnico, el cual tiene que ver con la diversidad étnica y
cultural, de tal manera que teniendo en cuenta las particularidades
especiales que caracterizan a determinados grupos étnicos y el
multiculturalismo, se brinde una protección diferenciada basada en dichas
situaciones específicas de vulnerabilidad, que en el caso de las
comunidades étnicas, como lo son las comunidades indígenas, afro,
negras, palanqueras, raizales y Rom, se remontan a asimetrías históricas.
Dicho principio, permite visibilizar las vulnerabilidades y vulneraciones
específicas de grupos e individuos, por lo que partiendo del
reconocimiento focalizado de la diferencia se pretenden garantizar los
principios de igualdad, diversidad y equidad.”

Sentencia T- 098/14 ● “La Constitución de 1991 elevó al rango de principios fundantes del
Estado el pluralismo y la participación, y dispuso el reconocimiento y
protección de la diversidad étnica y cultural, proclamando que todas las
culturas merecen igual respeto. Admitiendo la composición multicultural
del país, y la discriminación histórica a la que habían sido sometidos
algunos grupos sociales en razón de su etnia, raza y cultura, el Estado se
descubre como un conjunto de grupos sociales culturalmente diferentes,
que valora positivamente esa diferencia, y la considera un bien susceptible
de protección constitucional.”

2. ANÁLISIS LEGAL SOBRE LA MULTICULTURALIDAD: ASPECTO


CONSTITUCIONAL Y LEGAL

Resulta importante contextualizar el tema que ocupa esta investigación, analizar la


normatividad que sustenta la multiculturalidad en Colombia, partiendo de la fundamentación
constitucional y legal.
Análisis Constitucional.
En relación con el multiculturalismo, se puede evidenciar su reconocimiento constitucional
mediante tres principios consagrados en la Carta Política de 1991, tal como lo señala
Moreno (2010): El reconocimiento de la diversidad étnica y cultural (Artículo 7). En
segundo lugar, el reconocimiento de la igualdad y dignidad de todas las culturas que
conviven en el país (Art. 70). Y en tercer lugar el principio de la autonomía administrativa y
judicial, consagrada en los artículos 246 y 330, respectivamente (Moreno Parra, 2010).
Se debe recordar, que en la Constitución de 1991 se estableció el reconocimiento de todos
los derechos fundamentales, pero también se declaró en su contenido la autonomía de las
comunidades indígenas, la tendencia pluralista de su sociedad y el respeto a las milenarias
formas de control social de estas poblaciones. (Higuera Jiménez, 2018). Sin duda, una
muestra de una nación pluriétnica y pluricultural.
Por ello, ahora es pertinente mencionar cuales son esos derechos consagrados en la
Constitución para los grupos indígenas, como por ejemplo, los agrupa Moreno (2010) así: la
supervivencia física y cultural (artículos 7, 8,10, 70 y 330) la autodeterminación política,
judicial y económica, sobre sus recursos y sobre el territorio –no desplazamiento- (artículos
9, 246 y 329) participación política, la identidad cultural (lengua [art, 10] medicina
tradicional, educación, familia), igual dignidad entre las culturas (rechazo a la asimilación), la
representación especial en los órganos políticos de decisión (artículos 171 y 176), la
participación en el diseño de planes de desarrollo que los afecten, nacionalidad, propiedad
sobre sus bienes culturales, intelectuales, religiosos y espirituales, la no división cultural por
las fronteras, conservación del medio ambiente, la propiedad intelectual sobre sus
conocimientos ancestrales, derecho laboral, acceso a los medios masivos de comunicación y
protección efectiva de sus derechos. (Moreno Parra, 2010, pág. 144)
Todos estos derechos anteriormente mencionados, hacen parte de las múltiples garantías de la
Constitución del 91, de respeto a los grupos indígenas que aún existen en Colombia, que
incluye su autonomía y el reconocimiento pluralista de su organización.
En este orden de ideas, tenemos que en la Constitución de 1991 se hace una referencia
histórica al reconocimiento de la diversidad étnica y cultural, desarrollando también el
concepto de principios de los derechos humanos colectivos. Por tanto, las minorías étnicas
y sus integrantes tienen derechos colectivos que buscan garantizar su existencia como
cultura diferente a la del resto de los ciudadanos. Este paso de reconocer la titularidad
colectiva, ya no meramente individual de derechos humanos se registra como un logro
decisivo dentro de la historia de la resistencia de los pueblos indígenas y afros de América.
(Moreno Parra, 2010, pág. 142)

Análisis Legal
A partir del reconocimiento constitucional de un Estado Multicultural, tal como se señaló en
la Carta Magna de 1991 se comenzaron a gestar leyes importantes que desarrollan estos
derechos de las comunidades y minorías étnicas.
Por supuesto, se debe mencionar en primer lugar la ley 21 de 1991 que ratifica en Colombia
el Convenio 169 de la OIT, el cual desde un contexto internacional que hace parte del bloque
de constitucionalidad, reconocen los derechos de las comunidades indígenas, de manera tal
que en caso de violaciones a nivel interno de sus disposiciones, se puede tomar acción
jurisdiccional a fin de aplicar justicia y hacerlas respetar.
Por otra parte, en relación con la etnoeducación, se hizo una notable consagración normativa,
en la Ley 115 de Febrero 8 de 1994, en el que señala en el artículo 56 que la educación en los
grupos étnicos está orientada por los principios y fines generales de la educación y tiene en
cuenta además los criterios de integralidad, interculturalidad, diversidad lingüística,
participación comunitaria, flexibilidad y progresividad. Tiene como finalidad afianzar los
procesos de identidad, conocimiento, socialización, protección y uso adecuado de la
naturaleza, sistemas y prácticas comunitarias de organización, uso de las lenguas vernáculas,
formación docente e investigación en todos los ámbitos de la cultura.
En resumen, se puede hablar de los siguientes avances en la legislación Colombiana: La Ley
24 de 1992 y la Ley 201 de 1995, las cuales definieron respectivamente las funciones del
Defensor del Pueblo y del Procurador General de la Nación, y les asignaron la
responsabilidad de garantizar el respeto de los derechos y las libertades de las minorías
étnicas.
Por su parte, La Ley 60 de 1993 (posteriormente sustituida por la Ley 715 de 2001) previó la
transferencia de recursos nacionales a los resguardos indígenas. La Ley 100 de 1993
(orientada hacia la creación de un sistema nacional de seguridad social integral) y
posteriormente la Ley 115 de 1993 (o Ley General de Educación), que se había mencionado
en líneas anteriores, permitieron a las comunidades indígenas beneficiarse de una cobertura
respetuosa de sus particularismos culturales en materia de salud y de educación, y les
cedieron la administración de sus propios sistemas médicos y educativos.
A su vez, la Ley 270 de 1996 reconoció la validez de la justicia indígena, aunque no llegó a
implementarse. Por último, los decretos 1952 y 1953 de 2014, confirman el principio de la
autonomía territorial, política, presupuestal, educativa y sanitaria, reivindicada con insistencia
por las comunidades indígenas en las últimas décadas. (Laurent, 2018)

2. Biblioteca UAN
● González Ulloa Aguirre, Pablo Armando. El Multiculturalismo. 2008. Web.
● Ansuátegui Roig, F. J. Derechos Fundamentales, Valores Y Multiculturalismo. 2006. Web.
● Berman, Eloisa. Multiculturalismo Y Reconocimiento étnico. 2012. Web.

También podría gustarte