Trabajo de Parto
Trabajo de Parto
Trabajo de Parto
Desde el principio de los trabajos de parto hasta la dilatación completa del cuello uterino (unos 10 cm).
Fase inicial (latente)
Las contracciones son irregulares al
principio, pero se vuelven cada vez
más fuertes y rítmicas.
Fase activa
El cuello del útero se dilata por
completo, pasando de los 4 a los 10
cm. Se hace más delgado y se va
retirando (borrando) hasta que se
une con el resto del útero.
SEGUNDA ETAPA
Desde la dilatación completa del cuello uterino hasta el nacimiento del bebé: esta etapa suele durar a
en un primer embarazo y aproximadamente 1 hora en embarazos posteriores. Puede durar una hora o má
una inyección epidural o un medicamento para aliviar el dolor. Durante esta etapa, la mujer empuja.
TERCERA ETAPA
Desde el nacimiento del bebé hasta la expulsión de la placenta: esta etapa suele durar unos minutos a
durar hasta 30 minutos.
Dolor de espalda
Toda mujer que ya ha tenido partos rápidos en embarazos anteriores debe ponerse en
contacto con su médico apenas piense que está comenzando el parto. Las
contracciones en la parte inferior del abdomen al principio pueden ser débiles,
irregulares y muy espaciadas. Pueden sentirse como dolores menstruales. A medida
que pasa el tiempo, las contracciones abdominales se van haciendo más largas, más
intensas y más próximas entre sí. Las contracciones y el dolor de espalda pueden ser
precedidos o acompañados de otros hechos como los siguientes:
Orientada hacia atrás (con la cara hacia abajo cuando la mujer se tumba
boca arriba)
Cardiotocografía
Poco después de que la mujer ingresa en el hospital, el médico u otro profesional de la
salud escucha periódicamente los latidos del corazón del feto usando un tipo especial
de estetoscopio (fetoscopio) o un dispositivo portátil de ecografía Doppler o bien
mediante la monitorización electrocardiográfica del feto, con la que se realiza un
seguimiento continuo. Los médicos monitorizan el corazón del feto para determinar si
su frecuencia cardíaca es normal y, por lo tanto, si el feto está en una situación
de sufrimiento fetal. Ciertos cambios anormales en la frecuencia cardíaca del feto
durante las contracciones pueden indicar que no está recibiendo suficiente oxígeno.
La frecuencia cardíaca del feto se controla de distintos modos:
Tono muscular del feto, indicado por sus movimientos hacia adelante y
hacia atrás, la posición de los dedos, de las extremidades o del tronco
A partir de los resultados el médico puede permitir que el parto siga adelante o
practicar un parto por cesárea inmediatamente.
Durante la primera etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla de
forma periódica mediante un estetoscopio o un ecógrafo o de forma continua mediante
un aparato electrónico. El control de la frecuencia cardíaca del feto es la forma más
fácil de determinar si el feto está recibiendo suficiente oxígeno. Las anomalías de la
frecuencia cardíaca (demasiado rápida o demasiado lenta) y las variaciones (en el
tiempo y en respuesta a las contracciones) pueden indicar un peligro para el feto
(sufrimiento fetal). El ritmo cardíaco de la mujer también se monitorea
periódicamente.
Durante la segunda etapa del parto, la frecuencia cardíaca del feto se controla
después de varias contracciones o bien de forma continua si se usa un control
electrónico. Se controla con regularidad la frecuencia cardíaca y la presión arterial de
la mujer.
Alivio del dolor
Con el asesoramiento de su médico o de su matrona (a veces llamada comadrona), la
mujer habitualmente planifica el tema del alivio del dolor mucho antes del inicio del
parto. Puede escoger una de las medidas siguientes:
Una vez que comienza el parto, estos planes pueden modificarse, según se desarrolle
el mismo, cómo se sienta la mujer y lo que recomiende el médico o la matrona.
Epidural
VIDEO
La técnica de relajación consiste en poner bajo tensión en forma consciente una parte
del cuerpo y luego relajarla. Esta técnica ayuda a la mujer a relajar el resto de su
cuerpo mientras el útero se contrae durante el parto y a relajar todo el cuerpo entre
contracciones.
PARTO
Los profesionales que controlan el parto utilizan para entenderse unos planos
imaginarios para saber “a qué altura” está el feto en la pelvis materna. Reciben el
nombre de planos de Hodge, y son 4 planos. En el primer plano, el feto está entrando en
la parte superior de la pelvis. En el cuarto plano, su cabeza está ya saliendo de la pelvis,
entre el pubis y el coxis, preparada para salir. Normalmente en la fase de dilatación el
feto pasa del primer al tercer plano, y en la siguiente fase ya pasa al cuarto plano. Pero
esto es una regla muy general y pueden haber grandes diferencias en cada mujer y parto.
2. SEGUNDA FASE DEL PARTO: EXPULSIVO
La fase de expulsivo empieza cuando se alcanza la dilatación completa y acaba en el
momento en que el feto sale completamente al exterior. Se llama dilatación completa
porque en ese momento el cuello del útero se ha dilatado tanto que forma un solo
conducto con la vagina. Más o menos corresponde aproximadamente a 10 cm, pero el
tamaño exacto cambia en cada caso.
Durante esta fase, es normal que la mujer empiece a notar una necesidad de apretar,
muy parecida a la de hacer de vientre. Los pujos de la madre son una ayuda
importantísima para ayudar el feto a salir. En un parto normal, el bebé sale mirando
hacia la espalda de su madre. Esto es debido a la forma ovalada de la última parte
estrecha que tiene que atravesar en la pelvis, entre el pubis y el coxis. Casi todos los
partos ocurren así, porque es la forma más eficiente para salir. De forma natural el feto
adapta su cabeza, como si fuese un obús, para poder salir ocupando el menor espacio
posible.
Esta fase expulsiva puede durar desde una a dos horas habitualmente, pero si se ha
administrado anestesia epidural puede ser más larga. Igual que con la dilatación, suele
ser más rápido cuando la mujer ha tenido más hijos.
La salida del bebé
Dentro de la fase del expulsivo, evidentemente el momento más importante para los
padres es la salida de la cabeza. También es el momento más importante para el
profesional, que deberá poner la máxima atención para que todo transcurra de la forma
más natural posible y, a la vez, de forma controlada. Es importante que la cabeza del
bebé salga lentamente para evitar una descompresión brusca y que se proteja
el periné (espacio entre el ano y la vagina materna). Es normal que la mujer sienta la
necesidad de empujar muy fuerte en el momento en que sale la cabeza, pero es
importante controlar esta fuerza para asegurar que la salida sea lo más suave posible. En
ese momento, la ayuda de un profesional experimentado es fundamental, porque ayuda
a la salida lenta de la cabeza y, a continuación, de los hombros, protegiendo en todo
momento el periné de la madre. Una vez estén fuera cabeza y hombros, el resto del
cuerpo saldrá al exterior sin ninguna dificultad.
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza fetal por él. Si
se considera que el periné no se distiende bien, especialmente en las mujeres para las
que es el primer parto (primíparas), en ocasiones se realiza una episiotomía (un pequeño
corte) para reducir el riesgo de que se produzca un desgarro. La necesidad de
episiotomía es mucho menor si se ha preparado el periné, si el parto y el expulsivo han
podido transcurrir con un tiempo adecuado para que el periné se adapte poco a poco.
Por supuesto, la necesidad es muy baja en los siguientes partos.
Una vez el bebé está finalmente fuera, se colocará sobre el pecho de la madre para
guardar contacto con ella, piel a piel.
3. TERCERA FASE DEL PARTO: ALUMBRAMIENTO
Aunque es habitual utilizar este término como sinónimo de parto, en medicina esta
tercera fase hace alusión, en realidad, a la salida de la placenta. El parto no ha acabado
técnicamente hasta que sale la placenta y las membranas ovulares. Una vez vaciado el
útero, se ponen en marcha unas señales que hacen que la placenta se desprenda y se
expulse. Es un proceso muy delicado porque la placenta recibe muchísima sangre. Por
ello, inmediatamente después de desprenderse la placenta, la madre tiene una gran
contracción uterina continua. El útero se cierra fortísimo, como un puño, y esto evita el
sangrado que aparecería después del desprendimiento de la placenta.
En ocasiones a la placenta le cuesta salir y se considera que es mejor actuar, porque es
una de las causas de hemorragia postparto. Es una de las complicaciones más frecuentes
en entornos en los que no hay profesionales. En la historia ha sido una de las causas más
frecuentes de muerte materna en el parto, y por desgracia todavía lo es en algunas partes
del mundo. En medios con recursos, es una complicación muy importante y que
requiere atención muy urgente y especializada. Pero hoy en día se dispone de
muchísimas armas terapéuticas y la hemorragia postparto se consigue controlar en
prácticamente todos los casos, de forma que la mortalidad materna por esta causa se ha
reducido casi a cero.
PARTO
No hay límite de tiempo siempre que haya una buena evolución del descenso del bebé,
pero en general se dice que en nulíparas (madres primerizas) dura de 2 a 3 horas y en
multíparas 1 o 2 horas si no se ha administrado analgesia peridural. Si se ha
administrado analgesia epidural hay que añadir un ahora más.
La salida de la cabeza del bebé
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza del bebé. Si se
considera que el periné no se distiende bien, especialmente en primíparas, deberá
realizarse una episiotomía.
La cabeza del feto debe dejarse que salga lentamente con el fin de evitar una
descompresión brusca y protegiendo el periné o la episiotomía en caso de que existiese.
Hay que evitar que la paciente realice un pujo fuerte en el momento de salida de la
cabeza o los hombros. Posteriormente se tira con fuerza pero lentamente para la salida
del tronco. Luego se deja salir primero la cadera anterior por debajo de la sínfisis, lo que
se consigue bajando el tronco. La cadera posterior sale levantando el tronco del bebé.
PARTO
¿Qué factores fetales desaconsejan realizar un parto vaginal tras una cesárea?
Las causas fetales que recomiendan realizar otra cesárea son:
“Como especialista en obstetricia –nos cuenta Muñoz– desde hace dos años realizamos
la medida del segmento uterino inferior a todas las gestantes con cesárea. Esto nos
permite realizar partos por vía vaginal a mujeres con cesárea previa, con resultados muy
satisfactorios, disminuyendo el número de cesáreas programadas, aumentando los partos
vaginales y la satisfacción de las madres”.
Entonces, ¿es seguro realizar un parto vaginal tras una cesárea?
Sí. Si se combinan los antecedentes clínicos, los hallazgos ecográficos y un buen control
intraparto es posible realizar partos vaginales después de cesárea con un riesgo mínimo
de complicaciones.