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Caperucita Roja

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– No te preocupes, mamita – dijo la

Caperucita roja niña- Tendré en cuenta todo lo que


me dices.
– Está bien – contestó la mamá,
confiada – Dame un besito y no
tardes en regresar.
– Así lo haré, mamá – afirmó de
Érase una vez una preciosa niña nuevo Caperucita diciendo adiós
que siempre llevaba una capa roja con su manita mientras se alejaba.
con capucha para protegerse del
frío. Por eso, todo el mundo la Cuando llegó al bosque, la pequeña
llamaba Caperucita Roja. comenzó a distraerse contemplando
los pajaritos y recogiendo flores. No
Caperucita vivía en una casita cerca se dio cuenta de que alguien la
del bosque. Un día, la mamá de  observaba detrás de un viejo y
Caperucita le dijo: frondoso árbol. De repente, oyó una
– Hija mía, tu abuelita está enferma. voz dulce y zalamera.
He preparado una cestita con tortas – ¿A dónde vas, Caperucita?
y un tarrito de miel para que se la
lleves ¡Ya verás qué contenta se La niña, dando un respingo, se giró
pone! y vio que quien le hablaba era un
enorme lobo.
 
– Voy a casa de mi abuelita, al otro
– ¡Estupendo, mamá! Yo también lado del bosque. Está enferma y le
tengo muchas ganas de ir a visitarla llevo una deliciosa merienda y unas
– dijo Caperucita saltando de flores para alegrarle el día.
alegría.
– ¡Oh, eso es estupendo! – dijo el
Cuando Caperucita se disponía  a astuto lobo – Yo también vivo por
salir de casa, su mamá, con gesto allí. Te echo una carrera a ver quién
un poco serio, le hizo una llega antes. Cada uno iremos por un
advertencia: camino diferente ¿te parece bien?
– Ten mucho cuidado, cariño. No te La inocente niña pensó que era una
entretengas con nada y no hables idea divertida y asintió con la
con extraños. Sabes que en el cabeza. No sabía que el lobo había
bosque vive el lobo y es muy elegido el camino más corto para
peligroso. Si ves que aparece, sigue llegar primero a su destino. Cuando
tu camino sin detenerte. el animal  llegó a casa de la abuela,
llamó a la puerta.
– ¿Quién es? – gritó la mujer. – Pero… abuelita, abuelita ¡qué
boca tan grande tienes!
– Soy yo, abuelita, tu querida nieta
Caperucita. Ábreme la puerta – dijo – ¡Es para comerte mejor! – gritó el
el lobo imitando la voz de la niña. lobo dando un enorme salto y
comiéndose a la niña de un bocado.
– Pasa, querida mía. La puerta está
abierta – contestó la abuela. Con la barriga llena después de
tanta comida, al lobo le entró sueño.
El malvado lobo entró en la casa y
Salió de la casa, se tumbó en el
sin pensárselo dos veces, saltó
jardín y cayó profundamente
sobre la cama y se comió a la
dormido. El fuerte sonido de sus
anciana. Después, se puso su
ronquidos llamó la atención de un
camisón y su gorrito de dormir y se
cazador que pasaba por allí. El
metió entre las sábanas esperando
hombre se acercó y vio que el
a que llegara la niña. Al rato, se
animal tenía la panza muy hinchada,
oyeron unos golpes.
demasiado para ser un lobo.
– ¿Quién llama? – dijo el lobo Sospechando que pasaba algo
forzando la voz como si fuera la extraño, cogió un cuchillo y le rajó la
abuelita. tripa ¡Se llevó una gran sorpresa
– Soy yo, Caperucita. Vengo a cuando vio que de ella salieron
hacerte una visita y a traerte unos sanas y salvas la abuela y la niña!
ricos dulces para merendar. Después de liberarlas, el cazador
– Pasa, querida, estoy deseando cosió la barriga del lobo y esperaron
abrazarte – dijo el lobo malvado un rato a que el animal se
relamiéndose. despertara. Cuando por fin abrió los
ojos, vio como los tres le rodeaban y
La habitación estaba en penumbra. escuchó la profunda y amenazante
Cuando se acercó a la cama, a voz del cazador que le gritaba
Caperucita le pareció que su abuela enfurecido:
estaba muy cambiada. Extrañada, le
dijo: – ¡Lárgate, lobo malvado! ¡No te
queremos en este bosque! ¡Como
– Abuelita, abuelita ¡qué ojos tan vuelva a verte por aquí, no volverás
grandes tienes! a contarlo!
– Son para verte mejor, preciosa El lobo, aterrado, puso pies en
mía – contestó el lobo, suavizando polvorosa y salió despavorido.
la voz.
Caperucita y su abuelita, con
– Abuelita, abuelita ¡qué orejas tan lágrimas cayendo sobre sus
grandes tienes! mejillas, se abrazaron. El susto
– Son para oírte mejor, querida. había pasado y la niña había
aprendido una importante lección:
nunca más desobedecería a su estaba sucia y llena de ceniza, así
mamá ni se fiaría de extraños. que todos la llamaban Cenicienta.
 
Un día, llegó a la casa una carta
La Cenicienta proveniente de palacio. En ella se
decía que Alberto, el hijo del rey, iba
a celebrar esa noche una fiesta de
gala a la que estaban invitadas
todas las mujeres casaderas del
reino. El príncipe buscaba esposa y
esperaba conocerla en baile.
  ¡Las hermanastras de Cenicienta se
volvieron locas de contento! Se
Hace muchos años, en un lejano precipitaron a sus habitaciones para
país, había una preciosa muchacha elegir pomposos  vestidos y las
de ojos verdes y rubia melena. joyas más estrafalarias que tenían
Además de bella,  era una joven para poder impresionarle.  Las dos
tierna que trataba a todo el mundo suspiraban por el guapo heredero y
con amabilidad y siempre tenía una se pusieron a discutir
sonrisa en los labios. acaloradamente sobre quien de
Vivía con su madrastra, una mujer ellas sería la afortunada.
déspota y mandona que tenía dos – ¡Está claro que me elegirá a mí!
hijas tan engreídas como Soy más esbelta e inteligente.
insoportables. Feas y desgarbadas,  Además… ¡Mira qué bien me sienta
despreciaban a la dulce muchachita este vestido! – dijo la mayor dejando
porque no soportaban que fuera ver sus dientes de conejo mientras
más hermosa que ellas. se apretaba las cintas del corsé tan
La trataban como a una criada. fuerte que casi no podía respirar.
Mientras las señoronas dormían en – ¡Ni lo sueñes! ¡Tú no eres tan
cómodas camas con dosel,  ella lo simpática como yo! Además, sé de
hacía en una humilde buhardilla. buena tinta que al príncipe le gustan
Tampoco comía los mismos las mujeres de ojos grandes y
manjares  y tenía que conformarse mirada penetrante – contestó la
con las sobras. Por si fuera poco, menor de las hermanas mientras se
debía realizar el trabajo más duro pintaba los ojos,  saltones como los
del hogar: lavar los platos, hacer la de un sapo.
colada, fregar los suelos y limpiar la
chimenea. La pobrecilla siempre Cenicienta las miraba medio
escondida y soñaba con acudir a
ese maravilloso baile.  Como un
sabueso, la madrastra apareció había tirada sobre la hierba. La tocó
entre las sombras y le dejó claro con su varita y por arte de magia se
que sólo era para señoritas transformó en una lujosa carroza de
distinguidas. ruedas doradas,  tirada por dos
esbeltos caballos blancos. Después,
– ¡Ni se te ocurra aparecer por allí,
rozó con la varita a un ratón que
Cenicienta! Con esos andrajos no
correteaba entre sus pies y lo
puedes presentarte en palacio. Tú
convirtió en un flaco y servicial
dedícate a barrer y fregar, que es
cochero.
para lo que sirves.
– ¿Qué te parece, Cenicienta?…
La pobre Cenicienta  subió al
¡Ya tienes quien te lleve al baile!
cuartucho donde dormía y lloró
amargamente. A través de la – ¡Oh, qué maravilla, madrina! –
ventana vio salir a las tres mujeres exclamó la joven- Pero con estos
emperifolladas para dirigirse a la harapos no puedo presentarme en
gran fiesta, mientras ella se un lugar tan elegante.
quedaba sola con el corazón roto. Cenicienta estaba a punto de llorar
– ¡Qué desdichada soy! ¿Por qué otra vez viendo lo rotas que estaban
me tratan tan mal? – repetía sin sus zapatillas y los trapos que tenía
consuelo. por vestido.
De repente, la estancia se iluminó. A – ¡Uy, no te preocupes, cariño! Lo
través de las lágrimas vio a una tengo todo previsto.
mujer de mediana edad y cara de Con otro toque mágico transformó
bonachona que empezó a hablarle su desastrosa ropa en un precioso
con voz aterciopelada. vestido de gala. Sus desgastadas
– Querida… ¿Por qué lloras? Tú no zapatillas se convirtieron en unos
mereces estar triste. delicados y hermosos zapatitos de
cristal. Su melena quedó recogida
– ¡Soy muy desgraciada! Mi
en un lindo moño adornado con una
madrastra no me ha permitido ir al
diadema de brillantes que dejaba al
baile de palacio. No sé por qué se
descubierto su largo cuello ¡Estaba
portan tan mal conmigo. Pero…
radiante! Cenicienta se quedó
¿quién eres?
maravillada y empezó a dar vueltas
– Soy tu hada madrina y vengo a de felicidad.
ayudarte, mi niña. Si hay alguien
– ¡Oh, qué preciosidad de vestido!
que tiene que asistir a ese baile,
¡Y el collar, los zapatos y los
eres tú. Ahora, confía en mí.
pendientes…! ¡Dime que esto no es
Acompáñame al jardín.
un sueño!
Salieron de la casa y el hada
madrina cogió una calabaza que
– Claro que no, mi niña. Hoy será tu Pero Cenicienta ya se había alejado
gran noche. Ve al baile y disfruta cuando sonó la última campanada.
mucho, pero recuerda que tienes En su escapada, perdió uno de los
que regresar antes de que las zapatitos de cristal y el príncipe lo
campanadas del reloj den las doce, recogió con cuidado. Después
porque a esa hora se romperá el regresó al salón, dio por finalizado el
hechizo y todo volverá a ser como baile y se pasó toda la noche
antes ¡Y ahora date prisa que se suspirando de amor.
hace tarde! Al día siguiente, se levantó decidido
– ¡Gracias, muchas gracias, hada a encontrar a la misteriosa
madrina! ¡Gracias! muchacha de la que se había
enamorado, pero no sabía ni
Cenicienta prometió estar de vuelta
siquiera cómo se llamaba.  Llamó a
antes de medianoche  y partió hacia
un sirviente y le dio una orden muy
palacio. Cuando entró en el salón
clara:
donde estaban los invitados, todos
se apartaron para dejarla pasar, – Quiero que recorras el reino y
pues nunca habían visto una  dama busques a la mujer que ayer perdió
tan bella y refinada. El príncipe este zapato ¡Ella será la futura
acudió a besarle la mano y se princesa, con ella me casaré!
quedó prendado inmediatamente. El hombre obedeció sin rechistar y
Desde ese momento, no tuvo ojos fue casa por casa buscando a la
para ninguna otra mujer. dueña del delicado zapatito de
Su madrastra y sus hermanas no la cristal. Muchas jóvenes que
reconocieron, pues estaban pretendían al príncipe intentaron
acostumbradas a verla siempre  que su pie se ajustara a él,  pero no
harapienta y cubierta de ceniza. hubo manera ¡A ninguna le servía!
Cenicienta bailó y bailó con el Por fin, se presentó en el  hogar de
apuesto príncipe toda la noche. Cenicienta. Las dos hermanas
Estaba tan embelesada que le pilló bajaron cacareando como gallinas y
por sorpresa el sonido de la primera le invitaron a pasar. Evidentemente,
campanada del reloj de la torre pusieron todo su empeño en
marcando las doce. calzarse el zapato, pero sus
– ¡He de irme! – susurró al príncipe enormes y gordos pies no entraron
mientras echaba a correr hacia la en él ni de lejos. Cuando el sirviente
carroza que le esperaba en la ya se iba, Cenicienta apareció en el
puerta. recibidor.
– ¡Espera!… ¡Me gustaría volver a – ¿Puedo probármelo yo, señor?
verte! – gritó Alberto.
Las hermanas, al verla, soltaron
unas risotadas que más bien
parecían rebuznos.
– ¡Qué desfachatez! – gritó la
hermanastra mayor.
– ¿Para qué? ¡Si tú no fuiste al
baile! – dijo la pequeña entre risitas. La Sirenita: Cuento
Pero el lacayo tenía la orden de
probárselo a todas, absolutamente original
todas, las mujeres del reino. Se
arrodilló frente a Cenicienta y con
una sonrisa, comprobó cómo el fino
pie de la muchacha se deslizaba
dentro de él con suavidad y
encajaba como un guante.
 
¡La cara de la madre y las hijas era
un poema! Se quedaron  Hace mucho tiempo en las
patidifusas  y con una expresión tan profundidades del mar, cerca del más
bobalicona en la cara que parecían bello arrecife de coral, vivía el
misterioso pueblo del mar, un pueblo
a punto de desmayarse. No podían
noble y pacífico de gran cultura.
creer  que Cenicienta fuera la
La gente del mar era muy parecida a
preciosa mujer que había
nosotros los humanos, la única
enamorado al príncipe heredero.
diferencia es que en lugar de las
– Señora – dijo el sirviente mirando piernas tenía unas aletas hermosas
a Cenicienta con alegría – el y coloridas que le permitían nadar
príncipe Alberto la espera. Venga rápidamente.
conmigo, si es tan amable.  
Con humildad, como siempre, Su vida transcurrió en torno al
Cenicienta se puso un sencillo majestuoso palacio del soberano Rey
abrigo de lana y partió hacia el Tritón, un líder muy sabio, respetado
palacio para reunirse con su amado. y amado por sus súbditos. El rey
Él la esperaba en la escalinata y fue tenía seis hermosas hijas, todas
corriendo a abrazarla. Poco sirenas: las primeras cinco eran
después celebraron la boda más felices de vivir en el mar y pasaban el
bella que se recuerda y  fueron muy día nadando y disfrutando del paisaje
felices toda la vida. Cenicienta se marino, mientras que la más jóven, la
convirtió en una princesa muy princesa Ariel, quería conocer el
querida y respetada por su pueblo. mundo de los humanos.
Para la gente del mar, los humanos Había cientos de puestos
eran un gran misterio… apelotonados uno sobre otro, con
unas telas que servían de tejado de
Ninguno de los habitantes del reino
vivos colores que se movían al son
marino podía entender cómo los
de la brisa marina… El sol era
humanos eran capaces de
intenso y había un murmullo
sostenerse sobre sus piernas y vivir
generalizado, casi monótono, que
fuera del agua. Como todos los
solo se veía alterado por el ocasional
misterios, también despertaron
ruido de las gaviotas.
curiosidad y admiración,
especialmente entre los jóvenes Ariel estaba atónita, viendo con
habitantes de las profundidades asombro cada detalle, tratando de no
marinas. sacar mucho la cabeza del agua. De
pronto un suntuoso barco paso junto
La ley del Rey Tritón, permitía sólo
a ella, hundiendo su cabeza contra el
una vez en la vida satisfacer la
agua por la gigante ola que había
curiosidad por los humanos.
creado al pasar a su lado. Ariel dió
El día del 18º cumpleaños, los
unas volteretas bajo el agua
jóvenes habitantes del mar podían
enganchada por un remolino, pero
subir a la superficie y conocer el
pudo zafarse gracias a su habilidad
mundo fuera del agua, y por fin había
para nadar.
llegado el momento mágico para la
hija menor del rey. Cuando algo mareada y con el susto
en el cuerpo, saco de nuevo la
Ariel, había escuchado con inquietud
cabeza, vio al barco perfectamente
las historias de sus hermanas: la
alejarse del puerto. Sobre él estaba el
mayor había asistido a una fiesta
príncipe de ese país que se asomaba
junto al mar, la mediana había visto a
mirando al infinito y pensó que era el
dos jóvenes casándose en un barco,
joven más bello que había visto en su
la tercera había escalado en invierno
vida. Decidió seguir al barco nadando
en medio de témpanos de hielo y
detrás de él, y así estuvo durante
animales rarísimos como focas y
horas, hasta que salieron a mar
pingüinos, la cuarta hermana había
abierto.
visitado los países del Este y la
quinta, un poco mayor que Ariel, De repente se desató un vendaval
había visitado las costas habitadas espantoso moviendo las velas del
por animales salvajes. barco y con ellas una cuerdas del
tamaño del tronco de un árbol
Finalmente llegó su turno
engancharon al príncipe, golpeándolo
La sirena se dirigió a una pequeña en la cabeza con las poleas y
ciudad pesquera, allí había cientos de cayendo inconsciente por la borda
personas que compraban y vendían directamente al agua. Sin que
cosas de todo tipo en la larga aparentemente nadie de la tripulación
pasarela que atravesaba el puerto. se diera cuenta de lo ocurrido.
Ariel no dudó un instante y se extraños como si el aire que
sumergió en el agua para tratar de respiraba le estuviera doliendo.
agarrarle… Pero pesaba mucho más
Asustada, Ariel se tiró de cabeza al
que ella y poco a poco se iba
agua y nadó y nadó hasta volver a su
hundiendo hacia abajo…
reino…
Al fin logró sacarlo a flote, haciendo
Pasaron los días y la sirenita estaba
un gran esfuerzo ¡Como pesaba ese
cada vez más triste, quería volver a
humano bajo el agua!
ver a su peculiar príncipe a cualquier
Como Ariel estaba cansadísima por precio.
haber tenido que bucear tanto para
En las profundidades de un abismo
sacar al príncipe, decidió arrastrarlo
había una bruja, temida por todos,
hasta una pequeña isla que había a
pero que se dice que era capaz de
unas cuantas brazas de donde ellos
hacer maravillas excepcionales. Todo
estaban. Era un sitio desde el que se
el mundo la tenía miedo, incluso
podían ver pasar muchos barcos, y
nuestra Sirenita, que estaba
ella acudía allí de vez en cuando para
convencida de que era la única que
estar a solas con sus pensamientos y
podía ayudarla.
poder ver a los humanos desde lejos,
así que pensó que sería un buen Así que se fue al abismo, pasando
lugar para hablar con el príncipe. entre medusas, pulpos, serpientes y
otros monstruos marinos que
Cuando llegaron a la isla, Ariel pasó
protegían la cueva de la hechicera.
un buen rato mirando a ese humano
de pelo oscuro y gran espalda. Sin La bruja la escuchó y cuando
darse cuenta, se estaba enamorando terminó, hizo un silencio, mientras
de él. sus ojos amarillos se clavaban en
los de Ariel, dijo con una
Pero sabía que una sirenita no
desagradable y áspera voz:
podía amar a un humano…
«Tú sabes que las
Conocía las estrictas leyes en su
criaturas del mar no
mundo. Y además… ¡Su padre era el
podemos amar a un
Rey Tritón! Así que, con todo el dolor
humano, excepto a costa
de su corazón, debía dejar allí al
de inmensos sacrificios.
príncipe y no volver a verlo jamás. Le
Puedo hacerte un
abrazó con fuerza y notó que su
hechizo, pero tendrás
pecho se movía… Después empezó
que darme tu voz a
a hacer ruidos raros y a abrir la boca
cambio. Debes saber que
como un pez fuera del agua… Y acto
si tu príncipe no siente lo
seguido «prrrrruagh» el príncipé se
mismo por ti, no
incorporó hacia adelante y echó por
sobrevivirás fuera del
su boca dos litros de agua, mientras
agua y te derretirás como
trataba de respirar y hacía ruidos
la nieve. Tu decides si desembarcaban en la isla para
tomarla o no ” ayudar al príncipe y a Ariel a subir al
barco. No podían cerrar la boca del
La Sirenita aceptó: perdió la voz
asombro, no sabemos si por la
inmediatamente y salió a la superficie
belleza de Ariel o por lo increíble de
con el filtro mágico de la bruja en la
ver de nuevo a su príncipe con vida,
mano.
tras haber desaparecido en medio del
Nadó hasta la playa donde había
mar.
dejado al príncipe, bebió el brebaje
mágico que la bruja le había dado y El príncipe la llevó al palacio y le
después de un fuerte mareo se mostró todas las maravillas de su
desmayó. reino. Pasaban el día juntos, él
hablaba y hablaba sin parar, ella solo
Cuando recobró el conocimiento, su
reía sin poder hacer un solo sonido.
cola de pez se había convertido en
dos hermosas piernas. Un día, el príncipe estaba dicutiendo
con su padre el rey, las voces
Tambaleándose, Ariel se puso de pie,
retumbaban por todo el castillo. Ariel,
pero a cada paso que trataba dar, se
no sabía que pasaba y se asomó
caía al suelo, todavía no estaba
para ver la planta principal, allí en la
acostumbrada a usar «sus nuevas
mesa del comedor estaba el anciano
piernas». Mientras tanto, el príncipe
rey, y de pie, frente a él, el príncipe
caminaba por la playa esperando
enfurecido gritaba:
encontrar a la persona que lo había
salvado, cuando de repente la vio y «Pero padre, no quiero
quedó inmediatamente enamorado. casarme. Estoy
enamorado de la chica
La Sirenita ya no podía hablar así
que me ayudó aquel día
que no sabía cómo iba a poder
en que tuve el naufragio,
conquistar el amor del príncipe. Pero
sólo la amo a ella…. ¡Si
cuando se vieron por primera vez,
me caso, será con ella,
entendió que no haría falta decir
no con alguien que no
mucho. Ambos se fundieron en un
conozco!»
largo abrazo y el príncipe la dio las
gracias por haberle rescatado. La Sirenita estaba asustada, pero
estaba feliz de oír esas palabras.
Juntos hicieron una enorme hoguera
con troncos viejos, en unas horas el Entonces llegó el día en que la hija
humo negro llegaba hasta lo más de un rey vecino vino a
alto. Sabían que esa señal se vería comprometerse con el príncipe.
desde la costa. Por la noche, un
Habían tratado de evitar la boda por
barco con las banderas de la realeza
todos los medios, pero nada había
se aproximaba a la orilla.
funcionado. El rey decía que se debía
Los soldados de la guardia real casar con una princesa y no con una
estaban atónitos, mientras
desconocida. Estaban desesperados. La futura princesa, con la que se iba
Sabían que estaba todo perdido. a casar el príncipe, y que tampoco
quería casarse, aprovecho la
Hubo grandes celebraciones por el
confusión para escapar en su
compromiso de los dos príncipes, en
carruaje. Todo ocurrió muy rápido,
un espléndido barco que atracaron en
pero hay quien dice que un enorme
el puerto y decoraron con todo tipo de
ser, mitad hombre, mitad pez
abalorios.
apareció de entre las aguas, con una
La Sirenita había sido invitada a la
brillante corona y un reluciente
boda, pero estaba tan triste que solo
tridente. Era el Rey Tritón.
podía mirar al mar, sabiendo que en
unas horas volvería a sumergirse en Ahora, los dos reyes, estaban
él para siempre. De repente vio a sus obligados a entenderse, sus hijos
hermanas saliendo de las olas, había iban a casarse, y daba igual lo que
algo distinto en ellas, se habían ellos pensaran. Así que decidieron
cortado el pelo. dar la bendición y aceptar lo que ellos
querían.
«Hablamos con la bruja», dijeron.
Nos ha cambiado nuestro pelo por tu Se celebró una gran boda, peculiar
voz. Tan solo tienes que pronunciar cuanto menos, en la que acudieron
las palabras exactas a la persona invitados de todo el reino (humano y
exacta. Si él las oye, volverás a poder submarino) y los dos príncipes
hablar y conservarás tu aspecto pudieron vivir tranquilos y felices para
humano. Si no, tendrás que volver al siempre.
mar de inmediato, antes de que te
conviertas en espuma. Rapunzel
Ante la atónita mirada de todos los
invitados, que estaban alucinando
viendo a las sirenas merodear por las
aguas, Ariel buscó a su príncipe que
esperaba sentado con cara de
aburriemiento a que la ceremonia
empezara.
Ariel no lo dudó, se abalanzó sobre él Érase una vez una mujer llamada
y le dijo al oído «te quiero». Anna que vivía infeliz porque, tras
Algo debió ocurrir entonces, porque varios años de matrimonio, no había
todo el mundo dijo un largo cumplido su gran deseo de ser
«ohhhhhhhhhhh» y Ariel comenzó a madre. La falta de esperanza le
brillar con mayor intensidad que la hacía sentirse tan mal, tan
luna. Ambos se fundieron en un deprimida, que llegó un momento en
abrazo y se hizo el silencio. que todo lo que sucedía a su
alrededor dejó de interesarle.
  Robert miro a lo lejos y asintió.
Ya no se la escuchaba canturrear  ¡Claro que las veo! ¿Por qué lo
mientras cocinaba su famoso pastel
dices?
de carne, ni daba largos paseos las
 Tan solo una infusión hecha con
tardes de sol. Su día a día se
sus raíces podría sanar el
limitaba a subir a la buhardilla y
enorme dolor que habita en mi
sentarse junto a la ventana a
corazón.
contemplar el jardín que su vecina,
una bruja con fama de malvada, El hombre se angustió al pensar que
poseía al otro lado del muro que debía invadir una propiedad que no
delimitaba su casa. Y así, entre era suya, pero también era
suspiro y suspiro, en silencio y casi consciente de que, si quería salvar a
sin comer, pasaba las horas sumida su mujer, no le quedaba otra que
en la más profunda de las armarse de valor e ir a buscar esas
melancolías. flores. Tragándose todos los
Su querido esposo Robert, que la miedos, le susurró:
amaba con locura, estaba realmente
preocupado por su salud y se sintió  Tranquila, mi amor; esta misma
en la obligación de darle un toque noche prepararé esa bebida
de atención. para ti.
 Querida, no puedes seguir así. El bueno de Robert aguardó
¡Tienes que animarte un poco o pacientemente a que asomara la
acabarás enfermando! luna para salir al patio trasero y
llegar hasta  el muro. Amparado por
La mujer parecía ausente, como si la oscuridad trepó por él, descendió
alguien le hubiera robado la fuerza por el lado que daba al jardín de la
necesaria para vivir. bruja, y corrió hasta donde florecían
las delicadas campanillas. Había
 Anna, por favor, te estoy
tantas que en un pispás formó un
hablando muy en serio.
bonito ramillete.
¡Reacciona!
 Supongo que son suficientes,
Las palabras de Robert hicieron
así que ¡manos a la obra!
cierto efecto; Anna, con la mirada
fija en el cristal, levantó el dedo Nervioso como una lagartija volvió
índice y balbuceó: sobre sus pasos y se fue directo a la
cocina. Avivó el fuego para hervir
 ¿Ves aquellas flores que crecen
las raíces, y lista la infusión, se la
en el jardín de la bruja Gothel?
ofreció a su esposa.
¿Las de color azul intenso?
 Tómatela despacio y acuéstate.  ¡Oh, señora, qué enorme placer
Necesitas descansar. conocerla! Varios años siendo
vecinos y es la primera vez que
Anna bebió el contenido de la taza y nos vemos las caras. ¡Es usted
se fue a dormir. Al día siguiente, más atractiva y esbelta de lo
Robert se puso contentísimo al que me habían contado!
observar que su esposa se  ¡Déjate de monsergas y dime
despertaba con más vitalidad, con qué estás haciendo en mi finca!
las mejillas sonrosadas, y hasta  Verá, mi esposa está muy débil
esbozando una ligera sonrisa. y solo podrá curarse si bebe
infusiones preparadas con las
 ¡Qué satisfacción verte un
campanillas de su jardín.
poquito mejor! Seguirás con la
medicina hasta que te Presa de la indignación, la bruja
recuperes. bramó:
Trabajó toda la jornada como de  ¡¿Pero cómo te atreves a
costumbre, y en cuanto anocheció invadir mis tierras y robar mis
repitió la hazaña de saltar al jardín más preciadas flores?!
de su vecina. Cuando llegó al lugar  Tiene usted toda la razón, no
donde crecían las flores azules, se debí hacerlo, pero deje que me
agachó para arrancar una docena. lleve algunas. ¡Usted tiene un
montón y no las echará en falta!
 Diez… once… y doce. ¡Genial,
 ¡No, no, y mil veces no!
ya las tengo!
¡Tendrás un castigo que no vas
Bien poco le duró la alegría, pues en a olvidar!
ese mismo instante una voz  ¡Tenga piedad, por favor! Anna
profunda y desagradable retumbó es una bellísima persona y yo
sobre su cabeza. solo quiero que vuelva a estar
sana, a ser feliz como antaño.
 ¡¿Qué es lo que tienes, ladrón
de pacotilla?! La bruja Gothel estaba
enfadadísima, pero de repente, se
Temblando como un flan, Robert se dio cuenta de que podía sacar
puso en pie y vio una espantosa tajada de la situación.
bruja desdentada que le miraba con
cara de odio. Ante tan desagradable  ¡Cállate ya, que me estás
encontronazo, solo se le ocurrió sacando de quicio con tanto
poner una falsa  mueca de sorpresa gimoteo! Para que veas que no
y tratar de decir algo amable. soy tan mala persona, dejaré
que hoy y solamente hoy, te
lleves todas las campanillas que humor hasta el punto de que
quieras. sucedió algo inesperado: se quedó
 ¡Oh, qué bien! Es usted una embarazada, y a los nueve meses
bru… ¡una dama encantadora! dio a luz a una lindísima niña a la
 ¡Silencio, no he terminado! que llamaron Rapunzel.
Como puedes suponer, esto no La felicidad de la pareja era tan
es un regalo. grande, que Robert ni se acordó del
 ¿Ah… no? pacto con la bruja. La malvada
 Claro que no, majadero, esto es Gothel, en cambio, lo tenía muy
un trato. presente: nada más escuchar el
 ¡¿Un trato?! llanto del bebé,  se dio prisa por ir a
 Escucha con atención: a cambio reclamarlo.
de las campanillas tendrás que
prometerme que si en un futuro  ¡Je, je, je! Ha llegado la hora de
tu esposa y tú tenéis hacer una visita a los vecinos.
descendencia, me darás el ¡Menuda sorpresita se van a
bebé en cuanto nazca. llevar!

Robert se quedó pensando que Sin mostrar ni un ápice de


después de tantos años esperando compasión, la muy miserable se
un hijo eso ya no ocurriría, así que coló sigilosamente en la vivienda de
respiró aliviado y aceptó el acuerdo Robert y Anna. Como era de
sin problema. esperar, los encontró mirando
embelesados a la chiquitina, que
 Un trato justo, señora. Tiene mi dormía plácidamente en su cuna de
palabra de que así será. madera. Al feliz papá le dio un
 ¡Pues no se hable más! ¿Ves vuelco el corazón cuando vio a la
ese saco? Es para ti. Coge bruja entrar como una rata
todas las flores que necesites y mugrienta en la habitación.
lárgate de aquí antes de que me
arrepienta.  ¡¿Qué hace usted aquí?!…
¡Fuera de mi casa!
Robert llenó el saco y regresó a su
hogar radiante de felicidad. Ya a Gothel, sin inmutarse, se encaró con
solas, la bruja retornó a su mansión, él.
y en cuanto cerró la puerta, soltó
una estruendosa carcajada.  ¿Qué me vaya?… Sí, pero
cuando cumplas tu palabra,
—————– queridísimo vecino. Hicimos un
Gracias a las infusiones diarias trato, ¿recuerdas? Tu mujer
Anna recuperó la salud y el buen está sana gracias a mis flores,
así que esta niña es mía.
Anna, que no sabía nada del pacto, Y sin más explicaciones, la llevó a
se puso delante de la cuna y gritó: un torreón abandonado en medio
del bosque y la encerró en la parte
 ¡Nunca te daré a mi hijita, vieja más alta. Antes de largarse, la vieja
loca! se aseguró de tapiar la puerta de
entrada para que de ninguna
De nada sirvió. Gothel  la apartó de manera se pudiera escapar.
un empujón y la pobre fue a caer
sobre Robert, quedando ambos A partir de esa fatídica decisión
tirados en el suelo. Aprovechando Rapunzel tuvo que resignarse a vivir
ese estado de indefensión, la prisionera, con la única compañía
miserable bruja raptó a la recién de unos pocos libros y un arpa de la
nacida y se la llevó a un lugar donde que extraía las más exquisitas
sabía que nadie la iba a encontrar. melodías. La bruja se presentaba
todas las tardes con una cesta llena
Pasaron los años y Rapunzel se de alimentos, y como la entrada
convirtió en una joven adorable e estaba sellada, se colocaba a los
increíblemente atractiva. Sus ojos pies de la torre y la llamaba a gritos:
color esmeralda y unos larguísimos
cabellos dorados como el sol  ¡Rapunzel, niña hechicera,
despertaban admiración. ¡Todos los lánzame tu cabellera!
muchachos de la comarca
suspiraban por su amor! Gothel, Rapunzel, siempre obediente, se
temerosa de que decidiera casarse asomaba a la ventana y dejaba caer
con alguno, tomó una cruel su larguísima trenza rubia para que
determinación el día que la Gothel pudiera trepar por ella hasta
muchacha cumplió dieciocho años. la ventana. Cuando la visita
terminaba, la bruja la utilizaba de
 Rapunzel, te has convertido en nuevo para bajar como si de una
una mujer y no quiero que nadie cuerda se tratara, y se marchaba
te separe de mí. Desde que dejando a la muchacha en total
naciste hemos vivido juntas en soledad.
este pueblo de montaña, pero a
Esta era la vida de la bella Rapunzel
partir de ahora permanecerás
hasta que, una tarde de primavera,
aislada del resto del mundo.
el apuesto  príncipe Alexander salió
 ¿Por qué, señora? Yo no he
a pasear, y sin darse cuenta se
hecho nada malo… ¡Usted no
adentró en lo más profundo del
puede hacerme eso!
bosque a lomos de Donner, su
 ¡¿Que no puedo?! ¡Tú misma lo inseparable corcel.
vas a comprobar!
 Caballito mío, me temo que nos  Ahí arriba hay alguien, pero
hemos alejado demasiado y ¿cómo ha podido entrar si la
nadie sabe que estamos aquí. única puerta que existe está
tapiada?
Al girar para tomar el camino de
vuelta, divisó algo que despertó su Intrigado, rodeó la torre varias
curiosidad. veces.

 ¡Un momento! ¿Qué es eso que  Todo esto es rarísimo… ¡Tiene


se ve detrás de aquellos que haber alguna manera de
árboles? subir!

El príncipe se acercó y confirmó que Mientras husmeaba en busca de


se trataba de una torre muy antigua, alguna pista, un ruido le sobresaltó.
aparentemente deshabitada.
 ¡Alguien se acerca!
 ¡Menudo hallazgo! Este torreón Escondámonos tras esos
debió formar parte del castillo matorrales. ¡No te muevas,
de algún noble, o quizá de uno Donner, no quiero que nos
de mis antepasados. ¡Qué descubran!
interesante!
Ocultos por la maleza fueron
Estaba pasmado mirando la testigos de la llegada de una
sorprendente construcción de inquietante anciana que llevaba una
piedra, cuando llegó a sus oídos el canasta amarrada a la espalda.
canto más delicioso que nadie
pueda imaginar. Sin bajarse del  ¡No entiendo nada!… ¿Quién es
caballo, empezó a mirar en todas esa señora y qué pinta en el
las direcciones. corazón de este bosque
solitario? ¡Todo esto me da muy
 No sé si estoy soñando o son mala espina!
alucinaciones, pero ¡acabo de
escuchar una voz angelical! Gothel, sin saber que dos pares de
ojos la vigilaban, se detuvo bajo la
El joven procuró no mover ni un pelo ventana y gritó:
para concentrarse en el sonido.
 ¡Rapunzel, niña hechicera,
 Parece una mujer… ¡y de fondo lánzame tu cabellera!
suena un arpa!
Una larga trenza dorada asomó por
Detectó que la tonada provenía de la ventana y la bruja, ni corta ni
la única ventana que había en lo perezosa, empezó a escalar por
alto de la torre. ella. Cuando desapareció por el
hueco, el príncipe sintió un  ¡Socorro!… ¡Auxilio!… ¡¿Quién
escalofrío en el espinazo. es usted?!

 ¡Si no lo veo, no lo creo! ¡¿Qué Durante unos segundos el príncipe


diablos está pasando aquí?! Me no pudo articular palabra,
quedaré un rato a ver si consigo encandilado por la belleza de la
llegar al fondo de la cuestión. joven.  Cuando por fin reaccionó,
dijo con voz suave:
Aguardó impaciente unos minutos
que se le hicieron eternos,  hasta  No temas, por favor, yo… ¡yo
que la trenza reapareció y la bruja no voy a hacerte daño! Escuché
se descolgó por ella para después tu maravillosa voz y decidí que
marcharse por donde había venido. tenía que conocerte. Lo que no
Cuando el príncipe se giró hacia la imaginé es que serías tan
fachada de la torre, la trenza de hermosa.
cabellos dorados ya no estaba.
Rapunzel se ruborizó.
 ¡Aquí hay gato encerrado y no
pienso irme hasta que resuelva  Gracias por tus palabras,
el misterio! pero… ¡no sé quién eres!
 Tienes razón, perdona mi
Salió de su escondite, se acercó a descortesía.
los pies de la torre, e imitando a la
bruja gritó: El muchacho colocó su mano
derecha sobre el corazón, y
 ¡Rapunzel, niña hechicera, haciendo una elegante reverencia,
lánzame tu cabellera! afirmó:

La kilométrica trenza cayó junto a él  Soy Alexander, hijo mayor del


y casi le golpea en la nariz. rey.

 Pero esto es… ¡esto es La pobre Rapunzel casi se cae


increíble! Me muero de ganas redonda. ¡Estaba ante el mismísimo
de saber quién diablos está ahí príncipe Alexander! Sin poder
arriba. articular palabra se fijó
detenidamente en el atuendo del
Escaló a pulso hasta la ventana, muchacho: zapatos de terciopelo
saltó al interior de la torre, y ¡oh, negro  con hebilla dorada, una capa
sorpresa!, encontró a una guapísima roja prendida en los hombros con
muchacha que casi se muere del broches de zafiros, ¡y el emblema
susto al ver un intruso invadiendo su de la casa real bordado en los
alcoba.
puños de su camisa! Sin duda, ese  Sí, la mezquina bruja Gothel.
joven tan guapo decía la verdad. Me separó de mis padres al
nacer y me obligó a vivir con
 Es cierto… ¡eres el príncipe ella hasta que, hace unos
heredero al trono! meses, presa de los celos y la
envidia, decidió encerrarme en
Nada más decir estas palabras, esta  fortaleza en medio del
Rapunzel se miró y se puso roja bosque.
como un tomate: un vestido
descolorido y unas zapatillas de  El príncipe sintió una punzada en el
arpillera no eran lo más adecuado alma ante semejante injusticia.
para conversar con un  príncipe de ¿Cómo había podido soportar esa
cuento. dulce joven tan largo tormento?
 Y yo con este aspecto… ¡qué  Lo que me cuentas es terrible,
vergüenza! pero tu sufrimiento ha
terminado. Yo te ayudaré a
El gallardo príncipe se apresuró a escapar y vendrás conmigo a
cogerla de las manos. palacio. Bueno, si así lo deseas.
 ¿Vergüenza por qué? Es cierto Se quedaron mirando como dos
que por mi cargo tengo una vida tortolitos y ambos se dieron cuenta
privilegiada y me engalano con de que habían caído en las redes
sedas y encajes, pero en el del amor.
fondo soy como los demás
chicos de mi edad: me gusta la  ¡Oh, sí, llévame contigo, por
buena música, montar a favor!
caballo, conversar con  Será un honor, mi preciosa
amigos… ¡Por favor, no te Rapunzel.
sientas mal ante mí, no hay
razón para ello! Durante unos segundos sintieron
que el tiempo se detenía,  pero la
La muchacha sonrió tímidamente, magia del momento desapareció
dejando a Alexander todavía más cuando  Alexander se vio obligado a
fascinado. volver a la cruda realidad.
 Aún no sé tu nombre, ni de  ¡Tenemos que irnos de este
dónde eres, ni qué haces aquí horrible lugar antes de que esa
tan sola. peligrosa bruja nos descubra!
 Me llamo Rapunzel, y una bruja Veamos, yo puedo bajar por tu
me mantiene cautiva. trenza, pero, ¿cómo saldrás tú
 Una… ¿bruja?
de aquí? ¡La puerta de entrada penumbra del bosque. Nada más
está cerrada a cal y canto! perderla de vista, el príncipe salió de
su escondite y llamó a su
A Rapunzel se le ocurrió una enamorada:
solución.
 ¡Rapunzel, niña hechicera,
 Si me consigues un ovillo lánzame tu cabellera!
grande de lana y un par de
agujas de tejer, fabricaré una La muchacha lanzó su melena
escalera. Cuando esté lista, la trenzada y recibió al príncipe
ataré a la pata de la cama y rebosante de felicidad.
podré bajar por ella.
 ¡Amor mío, es una idea  ¡Te he echado tanto de menos!
brillante! Mañana traeré lo que  ¡Y yo a ti! Toma las agujas y el
me pides. Esperaré a que la ovillo. En los sótanos de palacio
bruja te visite y luego subiré yo. hay un enorme taller de costura
Y ahora, adiós. Pensaré en ti y el sastre me consiguió todo en
toda la noche. un periquete. ¿Crees que
 ¡Y yo en ti, amado príncipe! tendrás bastante lana?
 ¡Sí, muchas gracias! Empezaré
Antes de abandonar la torre, a tejer ya mismo para terminar
Alexander la besó en los labios con lo más pronto posible.
dulzura. Después,  bajó  De acuerdo, amor mío, no te
apresuradamente por la trenza, entretengo más.
montó en su caballo, y partió rumbo
a palacio flotando en una nube de Se despidieron con un beso muy
amor. romántico, Alexander bajó por la
trenza, y  Rapunzel se puso a
Al día siguiente,  cumpliendo su
trabajar sin descanso. ¡Nada
palabra, Alexander y Donner se
ansiaba más que recuperar su
agazaparon detrás de los matorrales
libertad y casarse con el hombre de
próximos a la torre. La bruja,
sus sueños! Calculó unas dos
cargada con la cesta de comida, no
semanas en terminar la labor, así
tardó en aparecer.
que cada día  se levantaba con los
 ¡Rapunzel, niña hechicera, primeros rayos de sol y se ponía a
lánzame tu cabellera! tejer  hasta que oía la voz ronca de
Gothel llamándola para subir.
Rapunzel obedeció y Gothel trepó Entonces, enrollaba la escalera y la
como un mono por una liana. escondía bajo la cama.
Terminado el encuentro con la La bruja nunca sospechó que
joven, bajó y se esfumó en la Rapunzel había tramado un plan
para escaparse con el príncipe, y manteca para llevar a la
gracias a eso la muchacha pudo convención.
terminar la escalera en el tiempo
previsto. La mañana de la fecha Rapunzel acató la orden y  Gothel
elegida para fugarse con Alexander, comenzó a bajar, pero por desgracia
Rapunzel se despertó plenamente a Rapunzel se le escapó un suspiro
dichosa. de lo más inoportuno:

 ¡Qué ilusión! Hoy dejaré atrás  ¡Ay, esta mujer debe comer
esta cárcel para comenzar una muchísimo porque pesa
nueva vida con Alexander. bastante más que mi príncipe!

Todo parecía ir sobre ruedas, pero La bruja, que tenía un oído


lo que son las cosas, justo ese día  envidiable, escuchó estas palabras
ocurrió una fatalidad. Todo empezó y con la misma echó marcha atrás.
cuando Gothel cambió el horario de De un brinco, se plantó de nuevo en
visita y apareció por sorpresa la alcoba.
cuando Rapunzel estaba
terminando de desayunar.  ¡¿Qué príncipe?!… ¡¿Me has
estado ocultando que un
 Te extrañará que venga a verte príncipe viene a verte?!
tan temprano.  ¡Oh, no, señora! En realidad…
 La verdad es que sí. Usted  ¡A callar, niñata! ¡¿Acaso
siempre viene por las tardes, piensas que soy estúpida?! Con
antes de la puesta de sol. todo lo que he hecho por ti…
 Ya, pero es que a las siete hay ¡Eres una desagradecida!
una asamblea de hechiceras y
no quiero faltar a la cita. ¡Hace Presa de la furia, la pérfida Gothel
siglos que no veo a mis sacó unas tijeras de podar del
maléficas amigas y hemos bolsillo de su mandil, cogió la trenza
organizado una merienda de de Rapunzel, y se la cortó sin
esas que quitan el hipo! piedad.
 Me alegro por usted. ¡Espero  ¡Te lo mereces por traidora y
que disfrute la velada! embustera!
 ¡Descuida que lo haré! Toma,  ¡Oh, no, mi trenza!
aquí te dejo el pan, un trozo de
 ¡Así aprenderás a no morder la
jamón y varias piezas de fruta
mano de quien te da de comer!
fresca.
 Gracias, señora. Rapunzel comenzó a llorar
 Venga, echa ya la trenza que amargamente mientras la bruja,
tengo que amasar una torta de como un sabueso, registraba la
estancia hasta el último recodo. humano se atrevía a pisar. Allí la
Mirar debajo de la cama y descubrir desató y le retiró la venda.
el pastel fue todo uno.
 ¿Qué te parece tu nuevo
 ¡Ajajá! hogar? No es lo más cómodo
del mundo, pero algo es algo,
Cogió la escalera de lana y la ¿no crees?
levantó como un trofeo.  ¡Se lo suplico, no me deje aquí,
por favor!
 Atando cabos lo entiendo
todo… ¡Teníais pensado La bruja siguió hablando como si
escaparos juntos! nada.
Rapunzel no podía ni defenderse,  Cerca hay un riachuelo en el
solo lloraba sin parar. que podrás lavarte y beber.
Comerás frutos silvestres, y
 ¡No me van a conmover tus para dormir, te servirá esa
lagrimitas de cocodrilo! Pienso cueva. Tiene alguna que otra
llevarte tan lejos que ese gotera y dentro los murciélagos
príncipe tuyo jamás te campan a sus anchas, pero al
encontrará. ¡De eso puedes menos pasarás las noches a
estar bien segura! cubierto.
Ató un extremo de la escalera a la Rapunzel estaba horrorizada.
pata de la cama, la lanzó por la
ventana,  y obligó a Rapunzel a  ¡Se lo imploro, no lo haga, no
bajar por ella. Ya abajo, le vendó los me deje aquí solita!
ojos y rodeó su cintura con un trozo  ¡Chitón! Teniendo en cuenta
de cuerda para llevarla como un que me has traicionado, creo
perro con correa. La bruja Gothel que estoy siendo bastante
tenía una fuerza extraordinaria, así generosa contigo. Y, por cierto,
que escapar de sus garras era un consejo te voy a dar: no
imposible intentes huir porque te
desorientarías y no podrías salir
 ¡Hala, a caminar se ha dicho!
sana y salva de este inmenso
Nos queda un largo trecho
bosque. Lo mejor será que
hasta el destino final.
aprendas a buscarte la vida en
Tardaron un par de horas en llegar este ‘paraíso’.
al lugar más remoto y sombrío del  Sabe que no podré sobrevivir
bosque, un paraje que ningún ser en estas condiciones. ¡¿Qué va
a ser de mí?!
 ¡Ay, pero qué pesada eres!… estaba a punto de alcanzar el
¡Hala, ahí te quedas! hueco, la malévola bruja gritó con
áspera voz de grajo:
Sin ningún tipo de remordimiento,
Gothel dejó a Rapunzel  No busques a tu amada porque
desamparada en el rincón más no está aquí… ¡Tu osadía será
tenebroso del reino. A continuación, tu ruina!
regresó a toda  velocidad al viejo
torreón. Al llegar, trepó por la Y en un terrible acto de maldad,
escalera de lana, la retiró, y esperó soltó la trenza para que el príncipe
al príncipe. cayera al vacío y se estampara
contra el suelo como un muñeco de
 ¡Esa cucaracha con corona se trapo.
va a enterar de quién soy yo!
 ¡Esto por querer arrebatarme lo
El bueno de Alexander, ajeno a que es mío, niñato engreído!
todo, llegó puntual a su cita. A pesar
de esperar un buen rato, la bruja no Gothel había llevado a cabo su
apareció como de costumbre. venganza, y como ya no le quedaba
nada más que hacer en la torre,
 Se ve que hoy no va a venir. A bajó por la escalera de lana y se fue
lo mejor está enferma y se ha dejando al príncipe inconsciente,
quedado en casa. completamente inmóvil sobre la
hierba.
Era el día clave, el día de le
El hijo del rey tardó varias horas en
escapada, y ardía en deseos de
recuperar el conocimiento.
encontrarse con su amada.
Entusiasmado, se aproximó a la  ¿Dónde… dónde estoy?
torre y la llamó:
Extendió la mano derecha y pudo
 ¡Rapunzel, niña hechicera, tocar a su fiel compañero de
lánzame tu cabellera! aventuras.
La bruja tuvo que contener la risa al  ¡Oh, gracias por no separarte
escuchar la llamada del príncipe. de mi lado! Esa pérfida bruja me
la ha jugado y casi consigue
 ¡Este mentecato remilgado se
que… Donner, ¿qué me
va a enterar de quién soy yo!
sucede? Algo va mal.
Agarró por un extremo la trenza que
Por más que abría los ojos, todo era
había cortado a Rapunzel y la dejó
negro como el carbón.
caer por la ventana. El inocente
Alexander empezó a subir, y cuando
 No, no puede ser… ¡Auxilio, no sacudidas por el viento, el príncipe
veo nada! percibió una voz que le resultó
familiar.
Donner le lamió la mano para
demostrarle cariño, para que  Amigo… ¿estás escuchando lo
supiera que no le dejaría solo. mismo que yo? ¡Es una mujer, y
está cantando! Búscala,
 ¡Mi bondadoso caballito, qué Donner, confío en ti.
bien tenerte conmigo! A causa
de la brutal caída me he Siguiendo el eco de la voz, el animal
quedado ciego, pero esto no me llegó a un riachuelo. En él, una
va a desanimar. Tú serás mi muchacha vestida con harapos
guía y juntos encontraremos a remojaba los pies mientras
Rapunzel. entonaba una preciosa melodía.
Donner se acercó por detrás, y
Tenía moratones por todas partes y cuando se detuvo a pocos metros,
le dolía cada músculo del cuerpo, Alexander se bajó y exclamó:
pero rendirse no iba con su
personalidad valiente y luchadora. A  Rapunzel… Rapunzel, ¿eres
tientas, se subió a la montura y se tú?
dejó llevar.
La muchacha se giró sobresaltada.
 ¡No perdamos tiempo, Donner,
vamos a rescatarla!  ¡Alexander!…No me lo puedo
creer… ¡Alexander!
Durante semanas, amo y caballo
deambularon por el bosque más Loca de alegría, corrió hacia él y le
grande del reino. Pasaron hambre, abrazó con tanta fuerza que a poco
sed y toda suerte de penurias, pero estuvo de derribarlo sobre la hierba.
sentían que todo eso merecía la
pena si podían encontrar a  Rapunzel, mi vida… ¡dime que
Rapunzel. La esperanza era una no estoy soñando!
llama siempre viva en el corazón de  ¡Soy yo, Alexander, soy yo!
Alexander. Sabía que algún día me
encontrarías, amor mío.
 Sé que tarde o temprano la  ¡No he hecho otra cosa que
encontraremos. buscarte!

Los días se fueron sucediendo sin Alexander y Rapunzel se sintieron


novedad hasta que una calurosa tan felices que empezaron a saltar,
mañana de verano, entre el trino de a bailar, a reír… ¡Hasta el caballo se
los pájaros y el rumor de las hojas puso a relinchar loco de contento!
 ¡Al fin juntos para siempre,  No entiendo… ¿Qué dices,
Alexander! Alexander?
 ¡Hasta el fin de nuestros días,  ¡Que he recuperado la visión!
Rapunzel! ¡Tus lágrimas me han curado!

En plena explosión de alegría, la Rapunzel y Alexander se abrazaron


muchacha notó algo extraño en la emocionados.
mirada del hijo del rey.
 ¡Oh, Rapunzel, soy tan dichoso
 ¿Me ocultas algo, Alexander? que nada más puedo pedir a la
Hay algo diferente en ti… ¿Qué vida!
sucede, cariño?  Tenemos salud y amor. Ya
nada nos falta, Alexander.
El príncipe se sinceró: ¡Somos muy afortunados!
 Rapunzel, debes saber que no Cogidos de la mano se acercaron al
puedo verte. Gothel me dejó precioso caballo blanco y Alexander
caer desde lo alto de la torre y le dio unas palmaditas en el cuello.
el golpe en la cabeza me dejó
ciego.  Sin tu ayuda y tus cuidados este
sueño habría sido imposible de
Rapunzel le abrazó aún más fuerte. realizar. ¡Gracias, amigo
Donner, siempre recordaré lo
 ¡Oh, no te preocupes, corazón que has hecho por mí!
mío! Yo te quiero con toda mi
alma y siempre cuidaré de ti. Rapunzel acarició sus orejas
Conmigo a tu lado no tienes respingonas y él se lo  agradeció
nada que temer. con un lametón sorpresa en la
frente.
Aunque Rapunzel sentía un amor
incondicional por Alexander, sintió  ¡Ja, ja, ja! ¡Qué simpático eres,
mucha pena por él y no pudo evitar caballito! Tú yo vamos a
llorar. Cuando iba a rasgar un jirón llevarnos muy bien.
de su viejo vestido para enjugar sus
lágrimas, unas gotas salpicaron las La feliz pareja se subió al animal y
pupilas sin vida del príncipe. Fue Alexander dio la orden de partir.
entonces cuando, como en todos los
cuentos de hadas, ocurrió el milagro  ¡Vamos, Donner, llévanos a
de amor. palacio!

 Rapunzel… ¡puedo verte! El heredero al trono y su prometida


fueron recibidos con enorme alegría
por la familia real y todos los porque por allí solía pasar un lobo
habitantes del reino. Cuenta la malvado y peligroso que
leyenda que esa misma semana amenazaba con comérselos.
comenzaron a organizar su gran Un día se pusieron de acuerdo en
boda, y que Alexander quiso que su que lo más prudente era que cada
futura esposa  tuviera el mejor uno construyera una casa para estar
regalo al alcance de sus manos. más protegidos.
Para ello, envió decenas de
emisarios por todos los rincones del El cerdito más pequeño, que era
país, con un único objetivo: localizar muy vago, decidió que su casa sería
a aquella pareja a la que, tantos de paja. Durante unas horas se
años atrás, la malvada bruja Gothel dedicó a apilar cañitas secas y en
había arrebatado a su bebé. un santiamén, construyó su nuevo
hogar. Satisfecho, se fue a jugar.
El día que Anna y Robert se
reencontraron en el salón del trono  
con su hija se convirtió en el más – ¡Ya no le temo al lobo feroz! – le
emocionante de sus vidas. En dijo a sus hermanos.
cuanto al enlace real entre el
príncipe Alexander y la princesa El cerdito mediano era un poco más
Rapunzel, sobra decir que fue el decidido que el pequeño pero
más hermoso y romántico que en el tampoco tenía muchas ganas de
reino se recuerda. trabajar. Pensó que una casa de
madera sería suficiente para estar
-FIN- seguro, así que se internó en el
bosque y acarreó todos los troncos
que pudo para construir las paredes
y el techo. En un par de días la
había terminado y muy contento, se
fue a charlar con otros animales.

Los tres cerditos – ¡Qué bien! Yo tampoco le temo ya


al lobo feroz – comentó a todos
aquellos con los que se iba
encontrando.
El mayor de los hermanos, en
cambio, era sensato y tenía muy
buenas ideas. Quería hacer una
 
casa confortable pero sobre todo
Había una vez tres cerditos que indestructible, así que fue a la
vivían al aire libre cerca del bosque. ciudad, compró ladrillos y cemento,
A menudo se sentían inquietos y comenzó a construir su nueva
vivienda. Día tras día, el cerdito se respiró aliviado. Pero desde dentro
afanó en hacer la mejor casa oyó que el lobo gritaba:
posible. – ¡Soplaré y soplaré y la casa
Sus hermanos no entendían para derribaré!
qué se tomaba tantas molestias. Y tal como lo dijo, comenzó a soplar
– ¡Mira a nuestro hermano! – le y la casita de paja se desmoronó. El
decía el cerdito pequeño al mediano cerdito, aterrorizado, salió corriendo
– Se pasa el día trabajando  en vez hacia casa de su hermano mediano
de venir a jugar con nosotros. y  ambos se refugiaron allí. Pero el
lobo apareció al cabo de unos
– Pues sí ¡vaya tontería! No sé para
segundos y gritó:
qué trabaja tanto pudiendo hacerla
en un periquete… Nuestras casas – ¡Soplaré y soplaré y la casa
han quedado fenomenal y son tan derribaré!
válidas como la suya. Sopló tan fuerte que la estructura de
El cerdito mayor, les escuchó. madera empezó a moverse y al final
todos los troncos que formaban la
– Bueno, cuando venga el lobo
casa se cayeron y comenzaron a
veremos quién ha sido el más
rodar ladera abajo. Los hermanos,
responsable y listo de los tres – les
desesperados, huyeron a gran
dijo a modo de advertencia.
velocidad y llamaron a la puerta de
Tardó varias semanas  y le resultó su hermano mayor, quien les abrió y
un trabajo agotador, pero sin duda les hizo pasar, cerrando la puerta
el esfuerzo mereció la pena. con llave.
Cuando la casa de ladrillo estuvo
– Tranquilos, chicos, aquí estaréis
terminada, el mayor de los
bien. El lobo no podrá destrozar mi
hermanos se sintió orgulloso y se
casa.
sentó a contemplarla mientras
tomaba una refrescante limonada.
– ¡Qué bien ha quedado mi casa! Ni El temible lobo llegó y por más que
un huracán podrá con ella. sopló, no pudo mover ni un solo
ladrillo de las paredes ¡Era una casa
Cada  cerdito se fue a vivir a su
muy resistente! Aun así, no se dio
propio hogar. Todo parecía tranquilo
por vencido y buscó un hueco por el
hasta que una mañana, el más
que poder entrar.
pequeño que estaba jugando en un
charco de barro,  vio aparecer entre En la parte trasera de la casa había
los arbustos al temible lobo. El un árbol centenario. El lobo subió
pobre cochino empezó a correr y se por él y de un salto, se plantó en el
refugió en su recién estrenada tejado y de ahí brincó hasta la
casita de paja. Cerró la puerta y chimenea. Se deslizó por ella para
entrar en la casa pero cayó sobre
una enorme olla de caldo que se
estaba calentado al fuego. La
quemadura fue tan grande que pegó
un aullido desgarrador y salió
disparado de nuevo al tejado. Con el
culo enrojecido, huyó para nunca
más volver.
– ¿Veis lo que ha sucedido? –
regañó el cerdito mayor a sus
hermanos – ¡Os habéis salvado por
los pelos de caer en las garras del
lobo! Eso os pasa por vagos e
inconscientes. Hay que pensar las
cosas antes de hacerlas. Primero
está la obligación y luego la
diversión. Espero que hayáis
aprendido la lección.
¡Y desde luego que lo hicieron! A
partir de ese día se volvieron más
responsables, construyeron una
casa de ladrillo y cemento como la
de su sabio hermano mayor y
vivieron felices y tranquilos para
siempre.

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