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Julio Lambert

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Muestra.

Rescate del Olvido: Julio Lambert


Rescate del olvido tiene el honor de presentar hoy, algo de la vida y obra del pintor, escultor,
poeta, constructor de mundos cromáticos, el colonense Julio Lambert.

La pintura no figurativa permite a artista y espectador, encontrar un vínculo interior hacia


posibilidades expresivas y de concepto que en buena manera proporcionan expectativas
pluridimensionales. De suerte tal que la potencialidad de los componentes formales y técnicos de
la obra entretejen una plural gama de sensaciones, conscientes o no, que vinculan la acción
perceptiva a elementos subjetivos, insertando motivaciones no conscientes y que personalizan la
develación tanto de lo observado como del criterio de aceptación del planteamiento pictórico.

"Esta pintura da perfecto testimonio de nuestro tiempo, que es el de una completa reorganización
de los sistemas intelectuales y, por consiguiente, de los sistemas estéticos. Pero también invoca al
porvenir: al negarse a representar un mundo acabado, tanto su ya resuelto pasado como su
incertidumbre actual, presenta y presiente, como a tientas, lo que sin duda será nuestra nueva
situación en este lugar sin reposo que es el universo" - anota Jean-Clarence Lambert en su ensayo
PINTURA ABSTRACTA (Editions Rencontre Lausanne, París 1966).

La abstracción no se instaura con los experimentos y escritos teóricos de Kandinsky; nace con el
hombre y su necesidad de infinito, de ver más allá del horizonte, de atisbar allende los astros, de
encontrar en sí el vínculo con la Creación. En su obra Du Spirituel dans l'Art, el pintor ruso
afirma: "La verdadera obra de arte nace del artista, creación misteriosa, enigmática, mística. Se
desprende de él, adquiere una vida autónoma y se convierte en una personalidad, en un tema
independiente, animado por un hilo espiritual: el tema que vive una existencia real - un ser -." Y
agrega: "(el artista) debe empezar por reconocer los deberes que tiene para con el arte y, por
consiguiente, para consigo mismo..."; "Debe trabajar sobre sí mismo, profundizarse, cultivar su
alma y enriquecerla, a fin de que su talento tenga algo que cubrir y no sea el guante perdido de
una mano desconocida: la vana y vacía apariencia de una mano. El artista ha de tener algo que
decir. Su tarea no consiste en dominar la forma, sino en adaptar esta forma a su contenido."

Julio Lambert, pintor, escultor, poeta, constructor de mundos cromáticos y de formas orgánicas
texturológicas, nació en Colón (1946) y se fue a las tierras costarricenses donde forma familia y
labora, con denuedo, tanto en su obra como en esa labor altruista que le distinguió de siempre: ser
vínculo confraternal entre los artistas de Costa Rica y Panamá.

Finalizando los años '60 encontramos a Julio en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, donde
fragmentariamente absorbe técnicas y directrices que pronto abandona en pos de una
investigación sustentada en lo matérico, entre el Arte Brut y un gestualismo expresionista. Es un
enfoque duro, sin concesiones, que de paso le lleva a otras técnicas como la fotografía y a unos
primeros conatos escultóricos. Son años difíciles para el artista, en lo personal y económico,
quien desesperadamente busca un norte en el arte y sólo encuentra la pared de la indiferencia
gregaria, asfixiándose en sus propias falencias creatrices.

Por el '69, JULIO, expone en colectivas en la ENAP y en Panarte. En el 70, participa en


colectivas en La Casa del Arte, entonces agresivo y emergente centro de confluencia de
voluntades en pos de un arte a la vez nacional y entroncado en la historia activa de occidente. La
Universidad Santa María la Antigua y el DEXA de la Universidad de Panamá acogen sus
creaciones en 1972. En 1975, realiza una muestra individual en La Casa del Arte donde
predomina un trabajo ingente con los colores terrosos, azules y en general una paleta oscura y, de
propósito, algo sucia.

Su figuración grotesca, en alguna medida emparenta con la del pintor hispano Francisco Mateos
de cuya postura anota Manuel García Vino (y que bien podríamos transferir a JULIO
LAMBERT) "evolucionador continuo dentro de una misma línea, la suya; artista puro, negándose
a realizarse, a ser, por otros medios que no sean los de sus pinceles, los de sus colores, los de sus
problemas plásticos; poseedor, en fin, de un mundo personal, dentro del cual es dueño y señor, y
fuera del cual no le importa lo que ocurre, ni si le miran, ni si le entienden".

En este 75 realiza murales en el Centro de Salud MAGALY RUIZ de La Chorrera, los cuales son
inaugurados por el Presidente de la República en turno. Valdría la pena preguntarse si todavía
existen y en qué condiciones están. Conociendo el devastador amor de todos nuestros
gobernantes y administradores de la cultura por el arte, a todas luces, huelga esta interrogante.

En el horizonte cercano esperan a JULIO la aventura costarricense, el gran amor de su vida, el


trabajo feraz y el ansia inconmensurable.

OPINION
"La verdadera obra de arte nace del artista, creación misteriosa, enigmática, mística. Se
desprende de él, adquiere una vida autónoma y se convierte en una personalidad, en un
tema independiente, animado por un hilo espiritual: el tema que vive una existencia real -
un ser -."

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