T 017 21
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garantía del derecho a la salud. Lo anterior, implica que las EPS no deben
omitir la prestación de los servicios de salud por conflictos contractuales o
administrativos internos o con las IPS contratadas, que impidan el acceso,
práctica y finalización óptima de los tratamientos iniciados a los pacientes.
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ya que el juez constitucional no puede exceder su competencia al proponer
servicios fuera del ámbito de su experticia; y (ii) en lo relacionado con la
atención de cuidador, se trata de casos excepcionales derivados de las
condiciones particulares del paciente, frente a lo que la Corte ha concluido
que es un servicio que, en principio debe ser garantizado por el núcleo
familiar del paciente, pero que, en los eventos en que este se encuentra
materialmente imposibilitado para ello, se hace obligación del Estado entrar
a suplir dicha deficiencia y garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales del afiliado.
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El criterio del médico tratante, como idóneo y oportuno, es el principal
elemento para la orden o suspensión de servicios de salud. De manera no son
las EPS e IPS, así como tampoco el juez constitucional, quienes están
autorizados para desatender la prescripción médica sin justificación
suficiente, sólida y verificable, que pueda contradecir la apreciación del
profesional de salud, conocedor de las condiciones particulares del paciente.
Magistrada Ponente:
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
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La Sala Séptima de Revisión de tutelas de la Corte Constitucional,
conformada por los magistrados Cristina Pardo Schlesinger -quien la preside-,
José Fernando Reyes Cuartas y Alberto Rojas Ríos, en ejercicio de sus
competencias constitucionales y legales, y específicamente las previstas en los
artículos 86 y 241 numeral 9° de la Constitución Política, profiere la siguiente:
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
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1.1. La señora Carmen Lucía Zuluaga Mejía de 44 años de edad 4, padece,
desde su nacimiento, una condición de discapacidad denominada
cifoescoliosis toracolumbar severa5 y actualmente cuenta con diagnóstico
médico de otras cifosis y las no especificadas6.
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peticionaria tomara el servicio en compañía de un conocido o amigo cercano
que estuviera al tanto de sus condiciones de salud14.
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2.1.2. Agregó que la EPS no presta servicios que no cuenten con prescripción
médica, ya que “no es pertinente suministrar servicios solicitados a voluntad
de la accionante”18, como es el caso de la pretensión central de la acción de
tutela. Además, afirmó que el Plan de Beneficios en Salud (PBS) no cubre
“recursos humanos con finalidad de asistencia o protección social como es el
caso de cuidadores, aunque dichos servicios de asistencia sean prestados por
personal de salud”19. Adujo que la EPS no ha incumplido ninguna de sus
obligaciones respecto de la paciente, ya que, ante la situación familiar descrita
por ella, le fue concedida la posibilidad de tomar el servicio de transporte con
un acompañante cercano que conociera sus condiciones de salud.
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tanto debe verificarse la incapacidad económica del paciente para que dicho
servicio sea dejado a responsabilidad de la EPS.
4.1.1. Mediante sentencia del trece (13) de enero de dos mil veinte (2020), el
Juzgado Segundo Penal Municipal con Función de Control de Garantías de
Roldanillo - Valle decidió negar el amparo deprecado en la acción de tutela. El
Juez de instancia argumentó que no hubo negativa de la EPS para prestar los
servicios que corresponden a la accionante, ya que le fue concedida la
posibilidad de tomar el transporte con una persona que no hiciera parte de su
núcleo familiar. Adicionalmente, consideró que no sería responsable por parte
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del juez de tutela exonerar del requisito de acompañante a una paciente que lo
necesita, teniendo en cuenta sus condiciones de salud.
4.1.2. Finalmente, resaltó la importancia de que los pacientes cumplan con los
deberes impuestos por la ley y el reglamento de las EPS para no incurrir en la
figura de abuso del derecho que observó al analizar el caso concreto.
4.2 Impugnación29
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4.3.1. El dieciocho (18) de febrero de dos mil veinte (2020), el Juzgado Penal
del Circuito de Roldanillo -Valle, desató la impugnación y confirmó lo
proveído en la sentencia de primera instancia.
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improcedencia de la acción de tutela. Adicionalmente refirió los trámites
dirigidos al cumplimiento de lo ordenado como medida provisional.
2.3. En primer lugar, la accionada señaló, como cuestión previa, que la señora
Carmen Lucía Zuluaga Mejía se encuentra afiliada a la EPS Servicio
Occidental de Salud en el régimen contributivo, como cotizante y en rango
salarial A. Además, indicó que, en ocasiones anteriores, la accionante presentó
diversas acciones de tutela en contra de la EPS. En una de ellas solicitó el
servicio de ambulancia básica para sus traslados a la ciudad de Cali y el
amparo fue concedido. En otra oportunidad, requirió el cambio de IPS
encargada de sus traslados ambulatorios y en sentencia del 7 de febrero de
2019 el juez concedió la petición de la accionante.
2.4. Por otro lado, frente a la acción objeto de revisión de esta Sala, la
accionada argumentó que, a pesar de que la EPS ha hecho el esfuerzo
necesario para suplir las necesidades y solicitudes de la afiliada, esta no hace
un uso adecuado de los servicios puestos a su disposición. Agregó que el
comportamiento de la accionante constituye un abuso del derecho y el
incumplimiento de sus deberes como afiliada dispuestos en la Ley 100 de
1993 y la Resolución 4343 de 2012.
2.5. Así, por ejemplo, la accionada refirió algunos correos enviados por la IPS
anteriormente encargada de prestar el servicio de transporte. En estos se
expusieron quejas y sugerencias frente al comportamiento de la paciente en
los traslados. Al respectó, afirmó que “la paciente solicita se recoja en
horarios no correspondientes, exige paradas durante su traslado, ha
ocasionado el retiro de conductores y enfermeros por el trato de la paciente,
(…)”35 entre otras múltiples quejas acerca del traslado con la paciente.
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hace necesaria la presencia de una persona conocida de la paciente, que esté al
tanto de su condición durante los trayectos y de sus requerimientos de salud,
horarios de citas médicas, procedimientos, entre otros. Lo anterior, en procura
de garantizar el bienestar de la paciente al interior del vehículo.
1. Competencia
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2.1. Legitimación en la causa por activa. De acuerdo con lo previsto en el
artículo 86 de la Carta Política, toda persona tiene derecho a interponer acción
de tutela por sí misma o por quien actúe a su nombre 39. En desarrollo de dicho
mandato constitucional, el artículo 10 del Decreto 2591 de 199140 dispone que
la referida acción de amparo: podrá ser ejercida, en todo momento y lugar,
por cualquiera persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos
fundamentales, quien actuará por sí misma o a través de representante. Los
poderes se presumirán auténticos.
Cabe destacar, sobre este punto, que el Juez de primera instancia vinculó al
Ministerio de Salud y Protección Social, a la Secretaría de Salud
Departamental del Valle del Cauca y a la IPS Cardio Urgencias Tuluá S.A.S;
sin embargo, la Secretaría de Salud y la IPS Cardio Urgencias Tuluá S.A.S no
dieron respuesta a la acción. El Ministerio de Salud, por su parte, argumentó
su falta de legitimación en la causa por pasiva. Al respecto, la Corte considera,
como se verá, que el análisis constitucional del asunto se desarrolla entre la
accionante y la EPS como parte legitimada en la causa por pasiva, frente a
quien se presenta la controversia jurídica.
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2.3. Inmediatez
2.4. Subsidiariedad
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accionante o iii) cuando, a pesar de que existe otro mecanismo judicial de
defensa, la acción de tutela se interpone como mecanismo transitorio para
evitar la consumación de un perjuicio irremediable44.
Por otro lado, el artículo 6 del Decreto 2591 de 1991 establece que la eficacia
de un posible mecanismo ordinario de defensa debe ser apreciada atendiendo
las circunstancias en que se encuentra el solicitante 45. Al respecto, la Corte ha
indicado que la procedencia de la acción es evidente cuando se advierte la
posible vulneración de los derechos fundamentales de personas que se
encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta en razón de su edad, su
condición económica, física o mental46. Por esta razón, se consideran sujetos
de especial protección constitucional a los menores de edad, las mujeres
embarazadas, los adultos mayores, las personas con disminuciones físicas y
psíquicas y las personas en situación de desplazamiento47.
Esta Corporación ha considerado que el procedimiento ante la
Superintendencia Nacional de Salud, para resolver controversias entre las EPS
y sus afiliados, no puede considerarse un mecanismo de defensa judicial que
resulte idóneo y eficaz para la protección de los derechos fundamentales 48.
44 Artículo 86 de la Constitución Política. Ver, sobre el particular, las sentencias T-847 de
2014 M.P Luis Ernesto Vargas Silva; T-067 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo y C-
132 de 2018 M.P. Alberto Rojas Ríos.
45 Ver sentencias T-149 de 2013 M.P Luis Guillermo Guerrero Pérez y T-010 de 2019 M.P.
Cristina Pardo Schlesinger.
46 Sentencia T-010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger, y sobre la protección especial
a personas en situación de discapacidad, ver sentencias T-933 de 2013 M.P. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub, T-575 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo, T-382 de 2018 M.P. Gloria
Stella Ortíz Delgado, T-116 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger.
47 Ver sentencias T-293 de 2015 M.P. Gloria Stella Ortíz Delgado, T-252 de 2017 M.P Iván
Humberto Escrucería Mayolo y T-010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger.
48 Ver, entre otras, las sentencias T-490 de 2020 M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo, T-
010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schelesinger y T-375 de 2018 M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado. En ellas la Corte Constitucional indicó que este mecanismo no es idóneo porque:
i) “no contempla un término para que las Salas Laborales de los Tribunales Superiores de
Distrito Judicial resuelvan la apelación que eventualmente se presenta contra la decisión
adoptada en primera instancia”; ii) “no consagra mecanismos para hacer cumplir lo
ordenado”; y iii) “la Superintendencia Nacional de Salud no tiene sedes o dependencias en
todo el territorio del país”. En la sentencia T-239 de 2019 este Tribunal destacó que: “[e]l
mismo Superintendente Nacional de Salud al acudir a la Corte Constitucional (…) explicó
el grave atraso que enfrentaba la entidad para resolver las solicitudes ciudadanas. Indicó
dicho funcionario que: (i) para la entidad, en general, es imposible proferir decisiones
jurisdiccionales en los 10 días; (ii) existe un retraso de entre 2 y 3 años para solucionar de
fondo las controversias conocidas por la entidad en todas sus sedes, especialmente las de
16
Adicional a lo anterior y, teniendo en cuenta que se trata de una persona en
condición de discapacidad por su estado físico, como se verá en el desarrollo
de esta providencia, sus derechos deben ser protegidos de manera prevalente.
Por lo tanto, la Sala encuentra satisfecho el requisito de subsidiariedad y
reconoce que la acción de tutela procede como mecanismo autónomo y
definitivo para proteger los derechos fundamentales invocados, presuntamente
vulnerados por la entidad accionada.
Establecida la procedencia de la acción de tutela, la Sala continuará con el
análisis de fondo del presente asunto.
carácter económico, que son su mayoría y entre las que se encuentran la reclamación de
licencias de paternidad; (iii) en las oficinas regionales la problemática es aún mayor, pues
la Superintendencia no cuenta con la capacidad logística y organizativa para dar solución
a los problemas jurisdiccionales que se le presentan fuera de Bogotá, ya que carece de
personal especializado suficiente en las regionales y posee una fuerte dependencia de la
capital”.
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4.1. El artículo 49 de la Constitución Política dispone que la atención de la
salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. En
tal sentido, es este quien tiene la responsabilidad de organizar, dirigir y
reglamentar la prestación de dicha garantía bajo los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad49.
4.2. Al respecto, es preciso mencionar que hace más de dos décadas la salud
fue catalogada como un derecho prestacional cuya protección, a través de
acción de tutela, dependía de su conexidad con otra garantía de naturaleza
fundamental50. Más tarde, la perspectiva cambió y la Corte afirmó que la salud
es un derecho fundamental, autónomo e irrenunciable, que protege múltiples
ámbitos de la vida humana51. Esta misma postura fue acogida en el artículo 2
de la Ley 1751 de 2015, mediante la cual se reguló el derecho fundamental a la
salud y cuyo control previo de constitucionalidad se ejerció a través de
la sentencia C-313 de 201452.
4.4. Con todo, el derecho a la salud adquiere una doble connotación 56, como
garantía fundamental y como servicio público a cargo del Estado. Esto conlleva
la observancia de determinados principios consagrados en la Ley 1751 de
18
201557 que orientan la prestación de los servicios de salud de manera oportuna,
eficaz y de calidad58 y que se materializan a través del establecimiento del
denominado Sistema de Salud.
4.5. Dentro de los principios que orientan la garantía del derecho fundamental a
la salud, contenidos en la Ley 1751 de 2015, cabe destacar el principio de
continuidad. Este señala que las personas tienen derecho a recibir los servicios
de salud de manera continua, es decir, una vez iniciada la prestación de un
servicio determinado, no podrá ser interrumpido por razones
administrativas o económicas60 (se resalta).
4.6. Conforme al numeral 3.21 del artículo 153 de la Ley 100 de 1993, el
principio en comento implica que “(…) toda persona que habiendo ingresado
al Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene vocación de
permanencia y no debe, en principio, ser separada del mismo cuando esté en
peligro su calidad de vida e integridad”. Por lo tanto, y según ha sido
expuesto por la Corte, el mencionado mandato hace parte de las
responsabilidades a cargo del Estado y de los particulares comprometidos con
la prestación del servicio de salud61.
4.7. Adicionalmente, esta Corporación fijó, en su momento, los criterios que
deben observar las Entidades Promotoras de Salud para garantizar la
continuidad en la prestación del servicio que proporcionan a sus usuarios,
específicamente sobre tratamientos médicos ya iniciados. Al respecto indicó
que:
19
“(i) las prestaciones en salud, como servicio público esencial, deben
ofrecerse de manera eficaz, regular, continua y de calidad, (ii) las
entidades que tienen a su cargo la prestación de este servicio deben
abstenerse de realizar actuaciones y de omitir las obligaciones que
supongan la interrupción injustificada de los tratamientos, (iii) los
conflictos contractuales o administrativos que se susciten con otras
entidades o al interior de la empresa, no constituyen justa causa para
impedir el acceso de sus afiliados a la continuidad y finalización óptima
de los procedimientos ya iniciados”62.
4.8. Por lo anterior, la Corte considera que el Estado y los particulares que
prestan el servicio público de salud están en la obligación de brindar el acceso
a este, atendiendo el principio de continuidad. Así, las EPS no pueden limitar
la prestación de los servicios de salud que impliquen la suspensión o
interrupción de los tratamientos “por conflictos contractuales o
administrativos internos o con las IPS contratadas, que impidan la
finalización óptima de los tratamientos iniciados a los pacientes”63.
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condiciones para que la igualdad sea real y efectiva (…), al tiempo
que protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición
económica, física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad
manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se
cometan”65 (Se resalta).
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principales campos de acción la salud, la educación, el trabajo, la seguridad
social, la recreación, la cultura entre otros” (se resalta).
4.13. Por otro lado, dentro del marco del derecho internacional, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
aprobado mediante la Ley 74 de 1968, reconoce en su artículo 12 el derecho
de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y
mental” y establece las medidas que deberán adoptar los Estados para
asegurar la efectividad de este derecho, tales como “la creación de
condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en
caso de enfermedad”71.
4.14. En esta línea, la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (CDPD), aprobada mediante la Ley 1346 de 2009, establece en
su artículo 25 que todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar
del más alto nivel posible de salud. En consecuencia, exige a los Estados
proporcionar los servicios de salud pertinentes de manera que se puedan
prevenir y reducir al máximo la aparición de nuevas discapacidades72.
4.15. A su turno, la Ley Estatutaria 1618 de 2013 73 determina, en su artículo
10, una serie de medidas que deben ser adoptadas por las entidades
prestadoras de servicios de salud en armonía con el artículo 25 de la CDPD 74.
Sobre dichas medidas, es relevante resaltar: “(i) la de garantizar la
accesibilidad e inclusión de las personas con discapacidad en todos sus
procedimientos, lugares y servicios; (ii) la de establecer programas de
atención domiciliaria para la atención en salud de las personas con
discapacidad; y (iii) la de eliminar cualquier medida, acción o
procedimiento administrativo o de otro tipo, que directa o indirectamente
dificulte el acceso a los servicios de salud para las personas con
discapacidad” (se resalta).
4.16. Por su parte, la Ley 1751 del 2015 75, en su artículo 11, dispone que la
atención en salud de las personas en situación de discapacidad no podrá ser
limitada por ningún tipo de restricción administrativa o económica. Por lo
71 Artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
72 Sentencia T-232 de 2020 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
73 Ley Estatutaria 1618 de 2013 “Por medio de la cual se establecen las disposiciones
para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad”.
74 Sentencia T-232 de 2020 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
75 Ley Estatutaria 1751 de 2015. “Por medio de la cual se regula el derecho fundamental
a la salud y se dictan otras disposiciones”.
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tanto, “las instituciones que hagan parte del sector salud deberán definir
procesos de atención intersectoriales e interdisciplinarios que le garanticen
las mejores condiciones de atención”.
76 Sentencia T-339 de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos, en la que se reiteran las sentencias T-
887 de 2012, T-298 de 2013, T-940 de 2014, T-045 de 2015, T-210 de 2015 y T-459 de
2015.
77 Sentencia T-952 de 2011 M.P. Jorge Iván Palacio Palacion, reiterada en la sentencia T-
310 de 2016 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
78 Ver, entre otras, las sentencias T-423 de 2019 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, T-310 de
2016 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio, T-289 de 2013 y T-388 de 2012 M.P. Luis Hernesto
Vargas Silva, T-970 de 2008 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
23
como en la sentencia T-259 de 201979 esta Corporación reiteró que “las EPS
no pueden omitir la prestación de los servicios de salud que supongan la
interrupción de los tratamientos por conflictos contractuales o
administrativos, e impidan el acceso de sus afiliados a la finalización óptima
de los tratamientos”80.
5.2. Adicionalmente, la Corte señaló los criterios que deben ser tenidos en
cuenta por las EPS para garantizar la continuidad en la prestación del servicio
que ofrecen a sus usuarios, específicamente sobre tratamientos médicos ya
iniciados, bajo el entendido de que:
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condición de salud y tengan la oportunidad de vivir en el mayor nivel de
bienestar posible.
25
enfermedad crónica, degenerativa e irreversible de alto impacto en la
calidad de vida; casos en los que se encuentra incluido en el PBS, con la
modalidad de atención domiciliaria. Por tanto, si el médico tratante adscrito a
la EPS prescribe el servicio de enfermería a un paciente, este deberá ser
garantizado sin reparos por parte de la EPS88.
Por lo anterior, y según ha sido precisado por la Corte, el auxilio que se presta
por concepto de servicio de enfermería debe ser específicamente ordenado por
el galeno tratante del afiliado y su suministro depende de unos criterios
técnicos-científicos propios de la profesión, que no pueden ser obviados por el
juez constitucional, por tratarse de una función que le resulta completamente
ajena89.
5.7. Ahora bien, respecto del servicio de cuidador, la Resolución 1885 de 2018
lo define como “aquel que brinda apoyo en el cuidado de otra persona que
sufre una enfermedad grave, congénita, accidental o como consecuencia de su
avanzada edad, que depende totalmente de un tercero, sin que lo anterior
implique sustitución del servicio de atención paliativa o atención domiciliaria
a cargo de las EPS”.
26
a la familia del paciente. Tales requisitos son: (i) que exista certeza médica
sobre la necesidad del paciente de recibir el servicio de cuidador; y (ii) que la
ayuda como cuidador no pueda ser asumida por el núcleo familiar del
paciente, pues existe una imposibilidad material para hacerlo93.
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económica y al acceso a la información. Lo anterior se refuerza con lo
señalado por esta Corporación, en cuanto a que “la accesibilidad y el acceso
al servicio público de salud son un todo inescindible, siendo posible el
amparo constitucional del derecho en aquellos casos donde se acredite la
imposibilidad objetiva del suministro de los medios suficientes y adecuados
para hacer uso de la atención asistencial”97.
5.12. Ahora bien, la garantía del servicio de transporte, por vía jurisprudencial,
admite el desplazamiento del paciente con un acompañante, siempre que su
condición etaria98 o de salud99 lo amerite. Para conceder el transporte de un
acompañante, es preciso verificar que “(i) el paciente es totalmente
dependiente de un tercero para su desplazamiento, (ii) requiere atención
permanente para garantizar su integridad física y el ejercicio adecuado de
sus labores cotidianas y (iii) ni él ni su núcleo familiar cuenten con los
recursos suficientes para financiar el traslado”100 (se resalta). En ese evento
los costos asociados a la movilización de ambas personas, corren por cuenta
de las EPS101.
5.13. Según lo anotado hasta este punto, puede concluirse que el transporte,
pese a no ser directamente una prestación de salud, es un mecanismo
necesario para el acceso a los servicios del sistema. Esto último es
comprensible en el marco de la garantía efectiva del derecho fundamental a la
salud, pues, como se ha reiterado en esta providencia, el sistema está en la
obligación de remover las barreras y obstáculos que impidan a los pacientes
acceder a los servicios de salud que requieran. En consecuencia, será el juez
de tutela el que tendrá que analizar las circunstancias de cada caso y
determinar si se cumple con los requisitos definidos por la jurisprudencia para
tal fin102.
28
5.14. El Ministerio de Salud y Protección Social, en desarrollo de sus
facultades y en procura de proteger los derechos fundamentales de la
población, expidió la Resolución 2003 de 2014, en la que “se definen los
procedimientos y condiciones de inscripción de los Prestadores de Servicios de
Salud y de habilitación de servicios de salud”. En ella, se introdujo un anexo
contentivo del manual de inscripción de prestadores y habilitación de servicios
de salud. De esta manera, el Ministerio determinó con claridad los requisitos,
elementos e insumos con que debe contar el transporte asistencial básico.
6.1. En reiteradas ocasiones, esta Corporación ha señalado que los usuarios del
sistema de salud tienen el derecho constitucional a que se les garantice el
acceso efectivo a los servicios médicos necesarios e indispensables para tratar
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sus enfermedades, recuperar su salud y resguardar su dignidad
humana104. Sobre este punto, la Corte ha resaltado que en el sistema de salud,
quien tiene la competencia para determinar cuándo una persona requiere un
procedimiento, tratamiento, o medicamento para promover, proteger o
recuperar su salud es, prima facie, el médico tratante. Por lo tanto, es el
profesional de la salud el que está capacitado para decidir, con base en
criterios científicos y por ser quien conoce de primera mano y de manera
detallada la condición de salud del paciente,105 si es necesaria o no la
prestación de un servicio determinado.
104 Sentencias T- 345 de 2013 y T-036 de 2017, reiteradas en las sentencias T-061 de 2019
y T-508 de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos.
105 Ib. Ídem.
106 Ib. Ídem.
107 Sentencia T-061 de 2019 M.P. Alejandro Linares Cantillo.
108 M.P. María Victoria Calle Correa
30
Por lo tanto, la condición esencial para que el Juez Constitucional
ordene que se suministre un determinado procedimiento médico o en
general se reconozcan prestaciones en materia de salud, es que éste
haya sido ordenado por el médico tratante, pues lo que se busca es
resguardar el principio según el cual, el criterio médico no puede ser
reemplazado por el jurídico, y solo los profesionales de la medicina
pueden decidir sobre la necesidad y la pertinencia de un tratamiento
médico.”
6.3. En conclusión, el criterio del médico tratante, como idóneo y oportuno, es
el principal elemento para la orden o suspensión de servicios de salud. De
manera no son las EPS e IPS, así como tampoco el juez constitucional, quienes
están autorizados para desatender la prescripción médica sin justificación
suficiente, sólida y verificable, que pueda contradecir la apreciación del
profesional de salud, conocedor de las condiciones particulares del paciente.
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033 de 2013112, la Corte explicó que el derecho a la salud guarda una estrecha
relación con la dignidad humana, debido a que las prestaciones propias de esta
prerrogativa, permiten que el individuo desarrolle “plenamente las diferentes
funciones y actividades naturales del ser humano, lo que consecuentemente
elev[a] el nivel de oportunidades para la elección y ejecución de un estilo de
vida”113.
7.4. Con todo, es preciso concluir que la debida protección y garantía del
derecho fundamental a la salud redunda en la protección de la dignidad de la
persona y la vida en condiciones dignas, así como el recto funcionamiento y
aplicación del servicio de seguridad social en salud.
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8.2. En razón al estado de salud de la señora Carmen Lucía Zuluaga Mejía, el
médico le prescribió la práctica de sesiones diarias de hidroterapia, de lunes a
viernes, dos veces al día. Para la realización de estas, la accionante debe
trasladarse desde su residencia, en el municipio de Roldanillo – Valle, hasta la
ciudad de Cali, para lo cual, la EPS suministraba el servicio de transporte
ambulatorio. Es así, como durante ocho años la paciente tomó el servicio
únicamente en compañía del personal de la ambulancia; sin embargo, el
cambio de la IPS encargada de los traslados, realizado en el último periodo del
año 2019, implicó la exigencia de un acompañante al interior del vehículo. La
accionante presentó solicitud de exoneración del requisito en comento y la
EPS reafirmó dicha exigencia, como parte del protocolo de la IPS. Pese a lo
anterior, en atención a la situación familiar de la solicitante, la EPS permitió
que el acompañante sea un conocido cercano y no un familiar en primer y/o
segundo grado de consanguinidad, conforme fue exigido en un primer
momento.
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como es el caso de cuidadores, aunque dichos servicios de asistencia sean
prestados por personal de salud”117. Además, sostuvo que, en virtud de los
lineamientos de la Resolución 2003 de 2014 y las indicaciones que en ella son
recogidas para el traslado de pacientes en medio de transporte ambulatorio, se
entiende que el paciente debe contar con un acompañante, siendo familiar de
primer y/o segundo grado de consanguinidad.
8.6. Por otro lado, el juez que conoció en primera instancia el asunto negó el
amparo invocado y argumentó que la EPS concedió la posibilidad de tomar el
transporte con una persona que no hiciera parte del núcleo familiar de la
accionante. De manera que, al presentar una alternativa como solución a la
solicitud de exoneración de acompañante, la EPS no desconoció los derechos
fundamentales de la señora Carmen Lucía Zuluaga.
Ahora bien, la Sala considera relevante precisar varios aspectos respecto de las
decisiones de instancia y la respuesta de la EPS Servicio Occidental de Salud,
frente a las pretensiones de la accionante.
34
o medidas que constituyan barrera, límite o impedimento para que un usuario
pueda acceder a los servicios de salud que son requeridos en debida forma. De
modo que, el servicio o tecnología solicitada no se torne lejano o inalcanzable
por la exigencia o interposición de requisitos que, razonablemente
examinados, no configuran un camino necesario e ineludible para acceder al
servicio o tecnología en cuestión. Más aún, cuando la solicitud de protección
de este derecho proviene de una persona en situación de discapacidad. Es este
caso, la garantía del derecho a la salud se ve en la necesidad de ser reforzada
por la condición de vulnerabilidad de la peticionaria, quien padece una
condición física denominada cifoescoliosis toracolumbar severa desde su
nacimiento y que la hacen sujeto de especial protección constitucional.
8.10. Por otro lado, frente al principio de continuidad, esta Corporación señaló
que configura la garantía de la prestación del servicio de salud a los pacientes,
sin que este sea suspendido, en ningún caso, por razones administrativas,
jurídicas, económicas, entre otras. Por ese motivo, el tiempo que la accionante
tomó el servicio de transporte sin compañía, permite consolidar la confianza
legítima de ella en la IPS. Así, la exigencia de un acompañante en el medio de
transporte ambulatorio resulta ser un requisito inesperado y que la accionante
no se encuentra en condición de cumplir, dadas sus condiciones familiares.
Esta situación se torna relevante para la Sala, toda vez que la señora Carmen
Lucía Zuluaga no pudo continuar tomando el servicio de transporte, ya que la
EPS e IPS se negaron a prestarlo sin el lleno de dicho requisito. Por tanto, la
118 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
35
falta de transporte no permite el acceso al servicio de salud requerido por la
paciente para atender su patología, debiendo enfrentar la suspensión de su
tratamiento y, con ello, las secuelas que la interrupción de este ocasiona en su
cuerpo.
Sobre este punto, cabe destacar que, de acuerdo con lo indicado por el
Ministerio de Salud en su intervención, la importancia de verificar la
incapacidad económica del afiliado responde a la necesidad de que el servicio
de transporte sea responsabilidad de la EPS119. Vale precisar, por tanto, que
este criterio no resulta aplicable al caso concreto, ya que no se discute el
derecho de la paciente al transporte, sino un requisito impuesto para acceder a
este servicio ya concedido. Adicionalmente, es claro que el desplazamiento
que la accionante requiere es producto de la ausencia de red de servicios de
hidroterapias en su lugar de residencia. En consecuencia, no resulta
susceptible de discusión la capacidad económica de la solicitante, ya que el
desplazamiento a otra ciudad se hace necesario ante la falta de red y se trata
de un servicio concedido previamente.
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exigencia se convierte en una carga que ella no logra soportar para acceder al
servicio de hidroterapias requerido. Por lo tanto, la EPS SOS y la IPS Cardio
Urgencias Tuluá han desconocido los principios de continuidad y acceso
efectivo al derecho a la salud de la accionante, no solo por la imposición de
un nuevo requisito no previsto en años anteriores y no soportado en la
prescripción médica, sino también por las consecuencias que la suspensión
de las sesiones de hidroterapias produce en el cuerpo de Carmen Lucía
Zuluaga, haciendo del transporte un medio necesario y ligado estrechamente
al servicio principal de hidroterapias.
8.15. Ahora bien, en relación con la figura del cuidador, esta Corporación ha
determinado que es procedente, a cargo de la EPS, cuando se cumplan los
requisitos trazados por la jurisprudencia constitucional, recogidos en esta
providencia. El análisis de tales requisitos se da una vez determinada la
condición de dependencia del paciente, de manera que el cuidador realice las
actividades básicas que el paciente, por su condición de salud, no puede
ejecutar de manera autónoma.
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8.16. Al respecto, se verificó que la ciudadana Carmen Lucía Zuluaga Mejía no
es completamente dependiente de un tercero122, de modo que su condición
amerite la compañía de un cuidador, y no hay certeza médica que así lo
requiera. Por lo tanto, el tipo de acompañante que exigen la EPS SOS y la IPS
encargada del transporte de la accionante no es el que se requiere para el
desarrollo de cada una de las actividades básicas de la usuaria, sino únicamente
para los traslados ambulatorios. En consecuencia, la figura del cuidador no
resulta aplicable en el caso concreto.
8.17. En suma, es claro que la procedencia de una medida judicial que ordene a
una EPS suministrar el servicio de auxiliar de enfermería o cuidador requiere el
cumplimiento de parámetros determinados que así lo ameriten. Por lo tanto,
habiendo comprobado de manera inequívoca que en el caso objeto de análisis
constitucional no se configuran los elementos para que a la accionante pueda
ser atribuible una de las anteriores figuras, se descarta la necesidad del tipo de
acompañamiento en comento.
8.19. En primer lugar, tanto la EPS como los jueces de primera y segunda
instancia consideraron oportuno y necesario que la paciente tome el servicio
de transporte acompañada. Ello, por su seguridad, protección y bienestar al
interior del vehículo. Frente a esto, no desconoce la Sala el interés válido de
las Entidades e Instituciones Promotoras y Prestadoras de Servicios de Salud
en suministrar a los usuarios un adecuado servicio. Sin embargo, dicho interés
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no puede ser antepuesto cuando ello resulta en el desconocimiento del mismo
derecho fundamental que se busca promover, proteger y garantizar.
8.20. Con todo, los jueces de instancia sostuvieron que no resulta ser un
comportamiento responsable el que el juez constitucional exima a la paciente
del requisito de acompañante si sus condiciones de salud lo ameritan. Sin
embargo, los togados dejaron de tener en cuenta que amplia jurisprudencia de
esta Corporación indica que no le es dado al juez de tutela conceder medidas
que no estén debidamente avaladas por el criterio científico, o que la situación
fáctica evidencie la necesidad urgente de que el juez ordene un servicio no
prescrito por el médico.
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salud requerido por la accionante, señaló que es parte del protocolo de la IPS
la exigencia de un familiar del usuario al interior del vehículo, además del
personal de salud que viaja en la ambulancia. Tal afirmación fue fundada en la
Resolución 2003 de 2014.
8.24. Con base en lo anterior, vale decir que la Resolución en comento por la
que “se definen los procedimientos y condiciones de inscripción de los
Prestadores de Servicios de Salud y de habilitación de servicios de salud”,
procura brindar a los usuarios un servicio de calidad para acceder a los
elementos que son requeridos para la garantía del derecho a la salud. No es
cierto que esta resolución exija que el paciente deba contar con un
acompañante, siendo familiar de primer y/o segundo grado de consanguinidad.
Lo anterior, configura una interpretación de la IPS encargada de suministrar el
servicio de salud, que busca seguir los lineamientos de dicha resolución; sin
embargo, al considerar la medida para el caso concreto, se encuentra que no es
aplicable, ya que no es esencial y se aleja de los parámetros y criterio
científico del médico.
8.25. Así las cosas, es relevante precisar que todas las entidades prestadoras de
los servicios de salud, así como las instituciones promotoras de dichos
servicios, están en el deber de observar los lineamientos prescritos en la citada
resolución, de manera que el derecho a la salud de los usuarios sea garantizado
de manera efectiva. Sin embargo, ello no indica que las EPS o IPS puedan
formular requerimientos que constituyan cargas que el paciente no está en el
deber de soportar, si no es una herramienta esencial y necesaria para que el
acceso al servicio de salud sea garantizado en debida forma.
8.26. Por esta razón, la EPS SOS, así como la IPS Cardio Urgencias Tuluá, no
pueden desconocer los principios aplicables a la garantía del derecho a la salud
con la implementación de medidas que no son esenciales a la hora de tomar el
servicio de transporte en estudio. En esta línea, la Resolución 2003 de 2014
señala que las ambulancias básicas, en cuanto al talento humano, deben contar
con “tecnólogo en atención prehospitalaria o técnico profesional en atención
prehospitalaria o auxiliar en enfermería, en cualquier caso, con certificado de
formación en soporte vital básico”. Por lo tanto, la paciente cuenta con la
compañía necesaria para la atención que requiere el transporte ambulatorio
desde el municipio de Roldanillo a la ciudad de Cali, ya que el personal de la
ambulancia está en capacidad de seguir las recomendaciones que el médico
tratante señaló para los traslados.
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8.27. Con todo, llama la atención que los togados de las instancias analizadas
señalaron que el juez constitucional no debe conceder excepciones a la
accionante, por considerar irresponsable una acción tal, al tiempo que, con sus
decisiones, avalan una medida administrativa que se aparta del criterio del
médico tratante. De hecho, también resulta contradictorio que la EPS
accionada sostiene que no presta servicios que no cuenten con prescripción
médica125, a la vez que exige el cumplimiento de un requisito que no se deriva
de una prescripción médica.
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Control de Garantías de Roldanillo – Valle, el trece (13) de enero de dos mil
veinte (2020), y, en segunda instancia, por el Juzgado Penal del Circuito de
Roldanillo -Valle, el dieciocho (18) de febrero de dos mil veinte (2020). En su
lugar, se concederá la protección de los derechos fundamentales a la salud,
seguridad social y vida en condiciones dignas de la accionante, vulnerados por
la exigencia de la IPS Cardio Urgencias Tuluá y la EPS SOS, de un
acompañante cercano o conocido de la paciente para el uso del servicio de
transporte en ambulancia básica. En consecuencia, se ordenará la supresión de
dicho requerimiento para el acceso efectivo al servicio de salud que demanda
la patología de la accionante, conforme a la prescripción de su médico
tratante.
IV. DECISIÓN
RESUELVE:
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QUINTO.- ADVERTIR a la EPS Servicio Occidental de Salud S.A y a la IPS
Cardio Urgencias Tuluá S.A.S., que en lo sucesivo se abstengan de imponer
barreras administrativas para el debido, racional y sencillo acceso de los
usuarios a los servicios de salud.
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