Capítulo 2 Forjarse El Caracter

Capítulo 2 “Labrarse un buen carácter”
El primer subtema que se maneja es el de un diálogo en clase donde la

escritora nos habla que al estar dando clases trata de introducir a lo que
sería la ética y la moral poniendo un ejemplo de los males sin daños para
que se iniciara un debate en donde lo que se planteaba si el problema era
moral o de otro tipo (suponiendo que la moral en algunos casos se toma
como actos que aun siendo repugnantes, si no generan daños no son
moralmente malos y otro casos donde la moral está ligada con el hecho de
no dañar y no realizar actos repugnantes); el ejemplo que la escritora puso a
sus alumnos fue el hecho de que un hijo le promete a su madre llevarle
flores a su tumba cuando esta fallezca y que la madre al morir el hijo no le
llevara las flores prometidas al cementerio. Una alumna lo toma como que
ahí no hay inmoralidad debido a que no causa ningún daño mientras que
otro alumno lo toma como inmoral debido a que el hecho de que la madre
no se entere no quiere decir que este acto este mal, poniendo el ejemplo de
que si engañas a tu pareja sin que esta se entere esto sigue estando mal.
Este último punto relaciona a la moral no solo con el hecho de no dañar,
sino también con no defraudar la confianza.
En el siguiente subtema que es el juego de la ética en donde nos habla

sobre como las virtudes son esas predisposiciones a obrar bien que se van
adquiriendo a lo largo de la vida y conforman el buen carácter. Al igual nos
habla de la utilización del dialogo para saber lo que es bueno y lo que es
justo, el hecho también de que la felicidad es vista como el fin de la vida
humana, donde Aristóteles asegura que la felicidad consiste en la
eudaimonía (realizar actividades propias de un ser humano) mientras que
los epicúreos la cifraron en el placer a diferencia de los estoicos que
entendieron que no podía ser relacionada con emociones placenteras. Por lo
tanto se podría decir que la ética se maneja como la formación del carácter
de las personas, de las instituciones y de los pueblos.
El tercer subtema titulado artesanos de la propia vida nos habla de

cómo la moral significa carácter, costumbre, usos, al igual que la morada
del hombre y ética nos indica los hábitos que las personas adquirimos para
obrar bien o mal y que componen el carácter. Menciona también que quien
intenta labrarse un buen carácter aumenta la probabilidad de ser feliz.
En el cuarto subtema llamado ¿es posible forjarse el carácter? hace

mención que algunos piensan que los astros, Dios, la fisiología humana, la
economía, los genes o las neuronas han dirigido la vida humana. Sin
embargo las personas si pueden cambiar, dando sentido a la ética donde
conforme vamos creciendo vamos tomando decisiones y generando hábitos
buenos (virtudes) si se lleva una buena vida y hábitos malos (vicios) si se
lleva lo contrario. Al igual menciona que una persona en diferentes
circunstancias actúa de un modo distinto.
Hace unos años el sociólogo Richard Sennett describió en su libro La

corrupción del carácter hasta qué punto el nuevo capitalismo hace
prácticamente imposible la formación del carácter tanto de las personas
como de las empresas. El carácter-entiende Sennett- se centra en el aspecto
duradero de nuestra experiencia emocional, se expresa por la lealtad y el
compromiso mutuo, a través de la búsqueda de objetivos a largo plazo y
postergando ola gratificación con vistas a un objetivo futuro. Se relaciona
con aquellos rasgos personales que valoramos en nosotros y por los que
queremos ser valorados, por eso intentamos mantener algunos
sentimientos, que serán los que sirvan a nuestro carácter. Sin embargo,
forjarse un carácter parece imposible en una sociedad capitalista centrada
en lo inmediato, en una sociedad que tiene por consigna no plantearse
"nada a largo plazo" Este principio socava las bases de la confianza, la
lealtad y el compromiso, que necesitan del medio y largo plazo para
consolidarse. Las empresas se convierten en redes débiles, los puestos de
trabajo se reemplazan por proyectos y campos de trabajo. ¿Cómo pueden
perseguirse objetivos a largo plazo en una sociedad cortoplacista? ¿Cómo
mantener relaciones sociales duraderas? ¿Cómo puede desarrollar un ser
humano un relato de su identidad e historia vital en una sociedad
compuesta de episodios y fragmentos? La hipótesis que Sennett intenta
confirmar en su libro es que la economía cortoplacista amenaza con
corromper el carácter, especialmente en aquellos aspectos que unen a los
seres humanos entre sí y brindan a cada uno la sensación de mantener un
yo sostenible. Y es verdad que la maldición del cortoplacismo es una
amenaza para la construcción cuidadosa del carácter en el mundo
económico. En tiempos de globalización el trabajo estable se transforma en
trabajo precario, la identidad que se lograba a través de una especialización
se convierte en "empleabilidad", en virtud de la cual el empleado igual
sirve para un fregado que para un barrido, y la fuerza de una comunidad
empresarial degenera en redes y trabajo en equipo, tan flexibles como
evanescentes. Pero también el mundo político está sometido al imperativo
del corto plazo , porque conquistar y conservar el poder requiere estar
obsesivamente atentos a los calendarios electorales, a calibrar cuál es el
mejor momento para tomar determinadas decisiones de modo que no
merme el número de votos, a lanzar las redes en lugares insospechados
tratando de pescarlo que se pueda, amoldando la red a la posible pesca.
La ética se refiere a una transformación interna, nacida de la convicción de

que merece la pena obrar bien, por el valor interno del obrar bien mismo y
porque, resulta fecundo. No hay que descuidar el aspecto, eso es verdad.
Como bien aconsejaba Maquiavelo a su príncipe nuevo, "todos ven lo que
pareces pocos palpan lo que eres". En esa infinidad de redes que vinculan
a las gentes más lejanas a través de blogs, chats, twitters, sms o wasaps,
tratar de comunicar lo que se hace bien es aconsejable, pero es preciso que
la comunicación sea veraz, y no un puro maquillaje. El carácter se labra día
a día, requiere esfuerzo, entrenamiento, tomar vitaminas, optar por las
cosas que realmente valen y que por eso mismo dan sentido a trabajar en
esa dirección.
Labrarse un buen carácter, un buen éthos, es lo más inteligente que puede

hacer una persona para aumentar sus posibilidades de llevar a cabo una
vida buena, feliz. Y lo que vale para las personas, vale también para las
organizaciones y para los pueblos, que también unas y otros van tomando
decisiones que les generan predisposiciones a actuar de un modo u otro.
Por eso, cuando las organizaciones, las instituciones o los pueblos generan
un mal carácter, malos hábitos y costumbres, pierden el señorío sobre su
presente y su futuro y se convierten en seres atractivos. Reaccionan a los
acontecimientos, y además tarde y mal, precisamente porque son los
sucesos los que ganan la mano. La felicidad no está sólo en nuestras manos,
pero también está en ellas, y las malas decisiones acaban pegándose. Lo
peor es que suelen pagarlas quienes menos responsabilidad tuvieron en
todo ello.
¿Para qué sirve la ética? Para intentar forjarse un buen carácter, que
aumenta la probabilidad de ser felices y justos, al ayudar a estimar los
mejores valores y optar por ellos.

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Capítulo 2 “Labrarse un buen carácter”

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