CENTRO CRISTIANO “ENCUENTRO CON DIOS”

CTRA. EL PASAXE A EL BURGO, 37, A CORUÑA

ESTUDIO BÍBLICO
PAST. MARITÉ TRONCOSO

AGUJEROS EN LA ARMADURA Ec 10:8

El Señor ha provisto todo para la protección del cristiano, y para que pueda vivir en
santidad. Pero la realidad es que hay cristianos, que por desconocimiento de la Palabra
o por desobediencia abierta a los mandatos de Dios, viven en pecados que abren
agujeros en su vallado protector.

En Ec 10: 8 “El que hiciere hoyo caerá en él; y el que aportillare vallado, le morderá la
serpiente”. Aportillar significa “romper una parte de un muro o pared, para entrar a través
de esa abertura/ romper o abrir un boquete en cualquier cosa unida y compacta/ portillo:
puerta pequeña”.

Dios nos ha rodeado con su escudo, nos ha cercado alrededor, y a nuestra casa con un
muro de protección. Job 1:10.

El Señor nos guarda porque es una de sus promesas, pero si el creyente vive dando
lugar a pecados que abren un boquete en su vallado protector, y no se arrepiente sino
por el contrario, reincide, no puede esperar que Dios le proteja, en consecuencia el
enemigo aprovecha para ganar ventaja sobre su vida.

Tiene que arrepentirse, confesando su pecado, y no reincidir. Jn 8:11 “...vete, y no

peques más”. Jn 5:14 “...no peques más, para que no te vuelva alguna cosa peor”

Dios quiere que seamos sabios y entendidos en toda nuestra manera de vivir, que
vivamos en santidad sin la cual nadie verá al Señor. He 12:14; 1Ts 3:13.

Hoy no se enseña mucho sobre como el enemigo actúa, y si se enseña, muchos

cristianos no se disponen a aprender la Palabra. El Señor no quiere que seamos
ignorantes y nos advierte que podemos ser cautivos y destruidos como pasó con el
pueblo de Israel. Os 4:6; Is 5:13.

Dios nos ha comprado por precio por lo tanto hay que glorificar a Dios con nuestro
cuerpo. 1Cor 6:20 “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Nuestro dueño es Jesús. Él nos compró derramando su sangre, y nos manda a vivir
vidas santas, apartándonos de pecados, iniquidades, vidas carnales, pues sino
estaremos dando lugar al enemigo en nuestras vidas, y él no pide permiso para actuar.

2Ti 2:19-21 “conoce el Señor a los que son suyos, y apártese de iniquidad todo aquél
que invoca el nombre de Cristo...v:21 así que, si alguno se limpia de estas cosas, será
instrumento para honra, santificado...”

2Cor 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos grandes promesas limpiémonos de
toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”
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1Cor 3:16-17 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el
templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.

En estos versículos dirigidos claramente a los cristianos, nos habla que tenemos que
glorificar a Dios con nuestros cuerpos, ya que es morada de su Espíritu.

Dios nos advierte y manda que nuestros cuerpos no tengan que ser contaminados,
profanados. El no quiere que le desobedezcamos viviendo en pecado, dando lugar
ataduras satánicas, demonios, pecados de la carne, pecados que abren agujeros en
nuestra armadura...

Nuestro templo (cuerpo) puede ser profanado (contaminado), sino estos

versículos no estarían en las Escrituras. Por tal razón, no debemos llevar nuestro
cuerpo a cualquier lugar o hacer cualquier cosa con él.

La Palabra de Dios, como hemos leído, nos exhorta a que nos purifiquemos, a que
limpiemos nuestra vasija, que somos nosotros mismos.

El Espíritu Santo nos ayuda en nuestras debilidades, para sacar el pecado activo en
nuestra vida, la decisión es nuestra: de no pecar ni ser contaminados o lo contrario, ya
que en el libre albedrío Dios no se mete.

PECADOS QUE ABREN BOQUETES EN NUESTRO VALLADO PROTECTOR:

Dios enseña y manda a que estos pecados que abren puertas en la armadura del
cristiano hay que dejarlos totalmente.

El Señor por su Espíritu capacita y libera con su poder al cristiano, llevándolo a una vida
victoriosa. Así, andando en Cristo, deja atrás esos pecados que lo ataban.

Fornicación: Relación sexual antes del matrimonio. A través de la relación sexual se

pasan demonios porque se hacen una sola carne. 1Cor 6:13-20.

Amargura: “amargura, enojo, ira...” La amargura va muy unida a los otros pecados de la
carne y da lugar al rencor y éste a su vez a la ira, puede llegar a arraigarse en la
persona dando lugar a boquete en su armadura. Ef 4:31-32; He 12: 14-16

Adulterio: Relación sexual con persona casada. Lev 18:20

Lascivia: Persona con deseos sexuales desenfrenados.

Inmundicias, borracheras, orgías, herejías, hechicerías, idolatría, envidias,

homicidios… cosas semejantes a estas: homosexualidad Lv 18:22, lesbianismo,
bisexualidad, transexualidad, la pornografía, la objetofilia (relación afectiva y sexual
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con objetos), el incesto (sexo con algún familiar) Lv 18:16-17, el bestialismo (sexo con
algún animal) Lv 18:23, 20:15-16, etc.

Ga 5:19-21 “…los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”

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Falta de perdón: La falta de perdón trae consecuencias, al principio la persona se

siente herida, y luego, si no se arregla la situación se convierte en amargura
permanente. He 12:14-15. Luego, por temor a ser herida nuevamente, levanta muros
alrededor, el cual le impide relacionarse con su prójimo en libertad. Hay desconfianza en
la relación, falta de transparencia, de abrirse y relacionarse con libertad. 2Cor 2:10-11.

Mt 6:12,14,15: Tenemos que perdonar para ser perdonados. Mr 11:25-26; Lc 6:37.

Mt 18:21-22: Número 7 (Siete) de perfección. Lo que Jesús quiere decir que hay que
perdonar “siempre”. Tiene que ser un estilo de vida. El perdonar constantemente nos
libera de la amargura. Lc 17:3-4; Col 3:13 (1Jn 1:9)

Mt 18:23-35: Para que el enemigo ni sus demonios (verdugos) no ganen ventaja en

nuestras vidas. El tener un corazón perdonador tiene que ser nuestro estilo de vida,
porque perdonando le quitamos todo argumento a Satanás en contra de nosotros. El es
nuestro acusador y al perdonar estamos actuando en el espíritu opuesto a lo que
Satanás es. Satanás no quiere que perdonemos para atarnos, enviando sus verdugos.

Lc 23:34: Perdón a nuestros enemigos. Es perdón unilateral, que ejerció Jesús en la

cruz “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. Jesús les perdonó aunque
ninguno de los que le estaban crucificando manifestó arrepentimiento. Este tipo de
perdón nos libera para amar incondicionalmente y nos sana interiormente, aunque la
persona desprecie nuestro perdón.

Uno elige perdonar en obediencia a la Palabra, no por sentimiento, sino ejerciendo la

voluntad y el Señor nos bendice. Somos de bendición para el perdonado aunque no se
entere.

Jn 20: 22-23: Este versículo es bastante mal interpretado. Cuando Cristo le encargó a
sus discípulos a que perdonasen los pecados, no les transfirió lo que le corresponde
sólo a él mismo. Dios sólo puede perdonar pecados. Lo que Si les encargó fue “que
proclamaran el perdón de pecados por todas partes”, como lo hicieron luego, y leemos
en el libro de los Hechos cuando predicaban el evangelio, perdonando a quienes le
rechazaban y agredían.

Al perdonar afecta al pecador, es perdón unidireccional como Jesús en la cruz. A través

de este acto liberamos (desatamos) a la persona para responder al amor de Dios que ve
en nuestra vida por esta acción. Perdonando abrimos una puerta para que la persona se

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convierta de su dureza, egoísmo, sea desatada, y pueda ver con claridad el mensaje del
amor de Jesús.

Concluyendo, el Señor nos manda perdonar siempre cualquiera sea la situación.

El no perdonar, nos ponemos en lugar de Dios, es pecado de idolatría, nos hacemos

jueces ¿quién soy yo para no perdonar, Cuando Dios me ordena que perdone siempre?
Idolatro mi idea.

El perdonar es un acto de la voluntad, es obediencia a la Palabra del Señor. Vivir

perdonando se reflejará en la vida del cristiano con alegría, paz, y libertad.
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Ocultismo: Ex 20:4-5; Lev 19:4 y 31; 1Cor 10:14; Dt 7:25-26; Dt 18: 9-14; Dt 16:21-
22; 1Cor 10:20-21; Ef 5:11

Hay mucho ocultismo hoy en día. Por más inofensivo que parezca un cristiano no tiene
que participar ya que da lugar al actuar de espíritus malignos, y se abre agujeros en la
armadura.

Podemos nombrar: Brujería, Hechicería, Horóscopo, visitar por curiosidad un adivino o

acompañar a alguien, quiromancia (lectura del futuro a través de manos), cartomancia
(lectura por cartas), borra de café, control mental (parasicología), acupuntura,
espiritismo, quimbanda, umbanda, macumba, vudú, tabla guija, proyección astral,
meditación de cualquier tipo que incluyen la pérdida de conciencia o dejar la mente en
blanco (la meditación bíblica es activa, se razona, no como los que practican el
ocultismo que es pasiva) , el péndulo, juego de la copa, magias de cualquier tipo (no ver
por tv), artes marciales, yoga, Pilates, misas diversas, misas de cabo de año (muertos),
fiestas paganas, fogata de San Juan, quemar inciensos en casa, derramar aceite, sal,
agua bendita, iglesias “cristianas” que hacen rituales con aceite, sal, agua... entrar a
sectas y participar de esos actos religiosos (Catolicismo romano, Nueva Era, Testigos
de Jehová, Budismo, Hinduismo, Islamismo, etc.)... Herbolarios, tatuajes Lv 19:28, muy
de moda actualmente. Lv 20: 1-7 y 27, 1Re 14:22-24.
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PROFANACION DEL TEMPLO

Como hemos visto, los cristianos, somos templo del Espíritu Santo. Desde que nos
entregamos al Señor, arrepintiéndonos de nuestros pecados, el Señor viene a morar a
nuestro espíritu humano, y nacemos de nuevo. Se produce el milagro de la salvación, y
el perdonado pasa de muerte a vida. A una vida abundante con propósito en este
mundo, y como fin la vida eterna.

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Profanar significa: No tratar con respeto algo que se considera sagrado o digno de ser
respetado/ dañar con palabras o acciones la dignidad, la estima y la respetabilidad de
una persona o cosa, que merecen honra, cuidado, estima, y respeto.

El Templo de Salomón (de Jerusalén) 1Cor 3:16-17

El Templo de Salomón lo podemos comparar con nosotros que somos el Templo de

Dios.

En el Antiguo Testamento Dios le dio a su pueblo muchas figuras/ ilustraciones en su

vida para que pudieran comprender la Venida de Cristo y la obra que el Señor haría.
Más adelante sabemos, que Jesús se ofreció una vez y para siempre derramando en la
cruz su sangre para perdón de pecados. El fue el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo.

De la misma manera, el Templo en Jerusalén, tal como fue construido por el rey
Salomón, fue una ilustración de nosotros que entramos en el Nuevo Pacto, con Cristo
morando en nosotros 1Cor 3:16-17. La presencia de Dios está en nosotros así como
moraba en el lugar Santísimo.

Todo nuestro ser tiene que ser guardado de contaminación. 1Ts 5:23 ”...y todo vuestro
ser, espíritu, alma, y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo”

Esquemas

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El Señor en su amor y misericordia le hablaba a su pueblo para que se volvieran a él

para no quitar su presencia del Tabernáculo.

El Templo de Salomón estaba siendo profanado vez tras vez a través de los años y Dios
en su gracia y paciencia esperaba a que se arrepintieran. Después de casi cien años, su
presencia se fue del Templo.

El rey Manasés edificó altares dentro del Templo a dioses demoníacos. 2Cr 33:1-17 v:5
“los dos atrios contaminados”.

Ez 8: 1-16 En este pasaje vemos que Ezequiel fue transportado en espíritu desde
Babilonia a Jerusalén, donde Dios le muestra la contaminación mientras todavía su
presencia estaba allí, como dice en v: 4 “allí estaba la gloria del Dios de Israel”. 1Cor
10:20

V: 3-5 “Imagen del celo… toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los
ídolos pintados en la pared”.
V: 10 “mujeres endechando (clamando, llorando) a Tamúz (hijo del dios Nimrod/ dios
Sol).
V: 14 “realizando rituales a otro dios, con distintos dibujos ocultistas e imágenes. Se les
clamaba a ellos y se hacían presentes los demonios en ese lugar y en las personas que
le invocaban. Estaban rindiendo culto a los dioses babilónicos dentro de la casa de Dios
de acuerdo a la manera y costumbre de ellos.
Dios le dice a Ezequiel, que le va a mostrar la peor de las abominaciones.

V: 16 En el “Atrio interior”, ya entrando en el Templo propiamente dicho, estaban: 25

varones con su rostro hacia el oriente, adorando al dios sol. (2Cr 33:5 “dos atrios con
demonios”). La presencia del Señor estaba todavía. Los demonios y la presencia del
Señor estaban juntos en el Templo. Esto ilustra que los cristianos pueden dar lugar a
contaminación en su vida, y los demonios se aprovechan. Puede estar el Espíritu Santo,
contristado esperando a que se arrepienta y ser limpiado.

Este pasaje nos enseña que el Señor no se apartó del Templo enseguida, pero después
de casi cien años al ver que no dejaban esas abominaciones, Él quitó su presencia y el
Templo fue totalmente destruido.

1Cor 3:16-17 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros? Si alguno destruyere el Templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el
Templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. Jn 2:13-21 “...más él hablaba del
templo de su cuerpo” (Mr 11:17 “cueva de ladrones” Mt 21:13)

En 2Ti 2:19-21/ 2Cor 7:1 Hablan a los creyentes en el Señor, en nuestra libertad de
escoger tenemos que decidir purificarnos, limpiarnos, santificarnos más todavía, y no
retroceder en la vida de pureza que Dios demanda.

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(Preguntémonos: ¿Dónde llevamos nuestro cuerpo? ¿Qué hacemos con él? ¿Lo
cuidamos? ¿Qué le damos de comer, beber?...)

El Señor vendrá a buscar una iglesia santa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante.
Ef 2: 19-22; Ef 5:27

Estos versículos que nos hablan a nosotros, nos advierten claramente de “no permitir
que nuestro Templo sea contaminado”. Si lo permitimos podemos ser destruidos. No es
la perfecta voluntad de Dios hacer esto, y no podemos saber el límite para su
destrucción que Dios en su soberanía determina.

No es pérdida de salvación a lo que me refiero sino a la destrucción de nuestra vida o

muerte física.

Ej: Un cristiano nacido de nuevo participa de pecados que abren boquete en su vallado.
Tiene relaciones sexuales, vive en fornicación, a través de esto peca, y se contamina de
VIH, y el VIH destruye su cuerpo físico o sea su templo. Este cristiano no puede esperar
que el Señor le guarde de contaminarse. Si está practicando el sexo, sea cual fuere,
está abriendo agujeros en su armadura por el pecado que está realizando y tiene
consecuencias. Puede morir o seguir viviendo con muchos problemas físicos,
enfermedades, etc., por seguir en desobediencia.

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