Block Ned Que Es El Funcionalismo
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Block Ned Que Es El Funcionalismo
El funcionalismo
Ned Block
El funcionalismo tiene tres fuentes distintas. Primero, Putnam y Fodor vieron los estados
mentales en términos de una teoría computacional empírica de la mente. Segundo, los análisis
“tópicamente neutrales” [“topic neutral”] de Smart condujeron a Armstrong y Lewis a un
análisis funcionalista de los conceptos mentales. Tercero, la idea de Wittgenstein del
significado como uso condujo a una versión de funcionalismo como teoría del significado,
además desarrollada por Sellars y posteriormente Harman.
Una motivación por detrás del funcionalismo puede comprenderse atendiendo a conceptos de
aparatos como carburador y conceptos biológicos como riñón. Lo que hace de algo un
carburador es mezclar combustible con aire en un motor de combustión interna –carburador
es un concepto funcional–. En el caso del riñón, el concepto científico es funcional –definido
en términos de un rol en la filtración de la sangre y la conservación de ciertos balances
químicos–.
1
N.T. De acuerdo con la decisión terminológica adoptada por unanimidad en el II Congreso de la Sociedad
Española de Filosofía Analítica llevado cabo en la Universidad Complutense de Madrid en 1998, traduzco el
término inglés ‘physicalism’ por ‘fisicismo’ y no por ‘fisicalismo’. El mismo criterio adopto para el término
inglés ‘externalism’, el cual traduzco por ‘externismo’ y no por ‘externalismo’. Cf. Lowe, Edward J., Filosofía
de la mente, Idea Books, Barcelona, 2000, Nota de la traductora.
2
N.T. Se trata de entradas sensoriales y salidas conductuales, utilizo la terminología de inputs y outputs en
concordancia con la traducción de Eleonora Baringoltz en Block, Ned, “Las dificultades del funcionalismo”
(selección), en Rabossi, Eduardo (compilador), Filosofía de la mente y ciencia cognitiva, Paidós, Barcelona,
1995.
El tipo de función relevante para la mente puede ser introducido por vía del autómata detector
de paridad ilustrado en la figura de abajo, el cual nos dice si ha visto un número par o impar
de ‘1s’. Este autómata tiene dos estados, S1 y S2; un input, ‘1’ (aunque su input pueda ser
nada) y dos outputs, pronuncia la palabra “par” o “impar”. La tabla describe dos funciones,
una desde el input y el estado hasta el output, y otra desde el input y el estado hasta el
próximo estado. Cada casilla codifica dos condicionales especificando el output y el próximo
estado, dados el estado actual y el input. La casilla de la izquierda dice que si la máquina está
en S1 y ve un ‘1’, dice “impar” (indicando que ha visto un número impar de ‘1’) y va hasta S2.
La casilla de la derecha dice, de manera similar, que si la máquina está en S2 y ve un ‘1’, dice
“par” y vuelve a S1.
S1 S2
“Impar” “Par”
S2 S1
Esta ilustración puede ser utilizada para puntualizar algunas cosas. (1) De acuerdo con el
funcionalismo, la naturaleza de un estado mental es como la naturaleza de un estado de
autómata: constituido por sus relaciones con otros estados y con los inputs y outputs. S1 no es
más que estar [en un estado] tal que recibiendo un input de ‘1’ ocasiona tal y tal cosa, etc. De
acuerdo con el funcionalismo, tener dolor no es más que disponerte a decir ‘ouch’,
preguntarte si estás herido, distraer tu atención, etc. (2) Puesto que los estados mentales son
como estados de autómata en este sentido, el método ilustrado para definir estados de
autómata se supone que también funciona para estados mentales. Los estados mentales
pueden ser totalmente caracterizados en términos que involucren únicamente lenguaje lógico-
matemático y términos para señales de input y outputs conductuales. Por lo tanto el
funcionalismo satisface una de las desiderata del conductismo, caracterizar lo mental en un
lenguaje completamente no mental. (3) S1 es un estado de segundo orden que consiste en
tener otras propiedades, digamos, propiedades mecánicas, hidráulicas o electrónicas que
tienen ciertas relaciones entre sí. Estas otras propiedades, cuantificadas sobre las definiciones
recién dadas, se dice que son realizaciones de las propiedades funcionales. Por lo tanto,
aunque el funcionalismo caracteriza lo mental en términos no mentales, lo hace sólo por
medio de la cuantificación sobre realizaciones de estados mentales, lo cual no habría alegrado
a los conductistas. (4) Un estado funcional puede ser realizado de diferentes maneras. Por
ejemplo, una misma máquina de metal y plástico que satisfaga la tabla de la máquina puede
ser hecha de engranajes, ruedas, poleas y cosas por el estilo, en tal caso la realización de S1
sería un estado mecánico; o la realización de S1 podría ser un estado electrónico, y así
sucesivamente. (5) De la misma manera que un estado funcional puede ser realizado de
diferentes maneras, un estado físico puede realizar diferentes estados funcionales en
diferentes máquinas. Esto podría suceder, por ejemplo, si un mismo tipo de transistor fuese
utilizado para hacer diferentes cosas en diferentes máquinas. (6) Mientras S1 puede ser
realizado de muchas maneras, la afirmación de que S1 es un estado mecánico sería falsa
(podría decirse al menos), como lo sería la afirmación de que S1 es un estado electrónico. Por
esta razón, hay un caso importante en que el funcionalismo muestra que el fisicismo es falso:
si una criatura sin cerebro puede pensar, el pensamiento no puede ser un estado cerebral.
(Pero véase la sección acerca de funcionalismo y fisicismo más abajo).
La noción de realización merece una discusión adicional. En los inicios del funcionalismo,
una propiedad de primer orden a menudo se consideraba que realizaba una propiedad
funcional en virtud de una correspondencia 1-1 entre los dos reinos de propiedades. Pero una
definición tal de realización produce demasiadas realizaciones. Supóngase, por ejemplo, que
en t1 gritamos ‘uno’ a un balde de agua, y entonces en t2 gritamos ‘uno’ nuevamente.
Podemos considerar al balde como un autómata detector de paridad haciendo corresponder la
configuración física del balde en t1 con S1 y el calor emitido o absorbido por el balde en t1 con
“impar”; haciendo corresponder la configuración física del balde en t2 con S2 y el calor
intercambiado con el ambiente en t2 con “par” y así sucesivamente. Lo que se deja fuera en
este modo de correlación post hoc del pensamiento de realizaciones es que una realización
verdadera debe satisfacer los contrafácticos implícitos en la tabla. Para ser una realización de
S1, no es suficiente con que conduzca a un cierto output y estado, dado un input de ‘1’;
también se requiere que teniendo el input ‘0’, la realización S1 conduzca a otro output y
estado. La satisfacción de los contrafácticos relevantes es construida dentro de la noción de
realización mencionada arriba en (3). Véase Lycan (1987).
Supóngase que tenemos una teoría de los estados mentales que especifica todas las relaciones
causales entre estados, inputs sensoriales y outputs conductuales. Enfocando el dolor como un
ejemplo de estado mental, podría decirse, entre otras cosas, que sentarse sobre una tachuela
causa dolor y que el dolor causa preocupación y decir ‘ouch’. Aceptando, a los efectos del
ejemplo, proseguir con esta teoría tonta, el funcionalismo diría entonces que podemos definir
‘dolor’ de la siguiente manera: tener dolor = estar en el primero de dos estados, el cual es
causado por sentarse sobre tachuelas y a su vez causa el otro estado y la proferencia de
‘ouch’. De una manera más simbólica:
Tener dolor = Ser un x tal que ∃P ∃Q [sentarse sobre una tachuela causa P & P
causa tanto Q como la proferencia de ‘ouch’ & x está en P]
De una manera más general, si T es una teoría psicológica con n términos mentales de los
cuales el 17 es ‘dolor’, podemos definir ‘dolor’ en relación con T de la siguiente manera
(‘F1’… ‘Fn’ son variables que reemplazan los términos mentales n, e i1, etc. y o1, etc. indica):
Tener dolor = Ser un x tal que ∃F1… ∃Fn [ T (F1… Fn, i1, etc., o1, etc.) & x es en
F17]
La teoría psicológica T recién mencionada puede ser una teoría psicológica empírica o bien
una teoría “popular” de sentido común y los funcionalismos resultantes son muy diferentes.
En el último caso, el funcionalismo conceptual, las definiciones funcionales tienen por
objetivo capturar nuestros conceptos mentales corrientes. En el primer caso, que denominé
psicofuncionalismo, las definiciones funcionales no se supone que capturen los conceptos
corrientes sino únicamente se supone que fijen las extensiones de los términos mentales. La
idea del psicofuncionalismo es que la naturaleza científica de lo mental no consiste en algo
biológico sino en algo “organizacional”, análogo a la estructura computacional. El
funcionalismo conceptual, por el contrario, puede ser pensado como un desarrollo del
conductismo lógico. Los conductistas lógicos pensaban que el dolor era una disposición a
tener conducta de dolor. Pero como han señalado Geach y Chisholm, lo que cuenta como
conducta de dolor depende de las creencias y deseos del agente. Los funcionalistas
conceptuales evitan este problema definiendo cada estado mental en términos de su
contribución a las disposiciones de comportarse y tener otros estados mentales.
Sin embargo, hay fisicismos más modestos cuyo impulso es ontológico más que metafísico.
Tales afirmaciones fisicistas no son en absoluto incompatibles con el funcionalismo.
Considere, por ejemplo, un fisicismo que dice que toda cosa real está hecha enteramente de
partículas del tipo que componen la materia inorgánica. En este sentido de fisicismo, la
mayoría de los funcionalistas han sido fisicistas. Además, el funcionalismo puede ser
modificado en una dirección fisicista, por ejemplo, requiriendo que todas las propiedades
cuantificadas en una definición funcional sean propiedades físicas. El fisicismo de tipos es a
menudo contrastado con el fisicismo de casos [token physicalism]. (La palabra ‘diente’ en
esta oración tiene seis casos [token] de letras pero cinco tipos [types] de letras). El fisicismo
de casos dice que cada dolor (por ejemplo) es un estado físico, pero el fisicismo de casos
permite que pueda no haber algo físico que todos los dolores compartan, nada físico que haga
de un dolor un dolor.
Es una peculiaridad de la literatura acerca del funcionalismo y del fisicismo que mientras
algunos funcionalistas digan que el funcionalismo muestra que el fisicismo es falso (Véase los
artículos de Putnam, Fodor, y Block y Fodor en Block (1980), algunos de los cuales están
también en otras antologías), otros digan que el funcionalismo muestra que el fisicismo es
verdadero (Véase los artículos de Lewis y Armstrong en Block (1980) y Rosenthal (1991)).
En el caso de Lewis, el asunto es en parte terminológico. Lewis es un funcionalista conceptual
acerca de tener dolor. ‘Tener dolor’ en la reglamentación de Lewis, podría decirse que es un
designador rígido de una propiedad funcional. [Un designador rígido nombra la misma cosa
en cada mundo posible. ‘El color del cielo’ es no-rígido, ya que nombra al rojo en mundos en
los cuales el cielo es rojo. ‘Azul’ es rígido, ya que nombra al azul incluso en mundos donde el
cielo es rojo]. ‘Dolor’, por contraste, es un designador no-rígido conceptualmente equivalente
a una descripción determinada de la forma ‘el estado con tal y tal rol causal’. El referente de
esta frase en nosotros, sostiene Lewis, es un cierto estado cerebral, aunque el referente de esta
frase en un robot podría ser un estado de un circuito, y el referente en un ángel sería un estado
no-físico. De manera similar, ‘el número ganador’ remite a ‘17’ en una lotería y a ‘596’ en
otra. Por tanto, Lewis es un funcionalista (un funcionalista conceptual por cierto) acerca de
tener dolores. En términos de la cuestión metafísica descrita más arriba –qué tienen en común
los dolores en virtud de lo cual son dolores–, Lewis es un funcionalista, no un fisicista. Lo que
comparten mis dolores y los dolores del robot es un rol causal, no algo físico. Así como no
hay similitud numérica entre 17 y 596 más que ser números ganadores, no hay similitud física
de ningún tipo entre los dolores humanos y los dolores de los ángeles. Sin embargo, acerca de
la cuestión de la naturaleza científica del dolor, Lewis es un fisicista. Lo que tienen en común
el dolor humano y marciano desde su perspectiva es algo conceptual, no algo científico.
Qualia. Recuérdese el autómata detector de paridad descrito al comienzo de este artículo. Éste
podría ser instanciado por dos personas, cada una de las cuales está a cargo solamente de la
función especificada por una casilla. De manera similar, la organización funcional mucho más
compleja de una mente humana podría “en principio” ser instanciada por medio de un vasto
ejército de personas. Tendríamos que pensar al ejército como conectado a un cuerpo de robot,
actuando como el cerebro de ese cuerpo y el cuerpo sería como una persona en sus reacciones
a los inputs. ¿Pero podría tal ejército realmente instanciar una mente? Más puntualmente,
¿Podría tal ejército tener dolor o la experiencia del rojo? Si el funcionalismo atribuye mentes
a cosas que no las tiene, es demasiado liberal. Lycan (1987) sugiere que incluimos mucho de
psicología humana en nuestra teoría para estar funcionalizados a evitar el liberalismo; esto es,
la teoría T en la definición descrita anteriormente sería una teoría psicológica más una teoría
psicológica. Pero esto crea el problema opuesto, chauvinismo, peor aún. La descripción
funcional resultante no se aplicará a marcianos inteligentes cuyas psicologías sean diferentes
de las nuestras. Además, parece fácil imaginar un simple organismo sintiente-de-dolor que
comparta un poco con nosotros lo concerniente a la organización funcional. La teoría
psicológica funcionalizada de este organismo será completamente diferente de la teoría
correspondiente de nosotros. Por cierto, incluso si no se adopta la táctica de Lycan, no es
claro cómo el dolor podría ser caracterizado funcionalmente como para ser común a nosotros
y al organismo simple (Véase mi “Troubles with Functionalism” que aparece en todas las
antologías de la bibliografía).
Gran parte de la fuerza de los problemas recién mencionados derivan de la atención a estados
fenoménicos tales como ver rojo. Las propiedades fenoménicas parecerían intrínsecas a
(propiedades no-relacionales de) los estados que las tienen y por lo tanto las propiedades
fenoménicas parecen independientes de las relaciones entre los estados, los inputs y los output
que definen a los estados funcionales. Considérese, por ejemplo, el hecho de que los pacientes
[a los que se les ha practicado una] lobotomía a menudo dicen seguir sintiendo dolores al
igual que antes, pero que esos dolores no los molestan. Si el concepto de dolor es un concepto
funcional, lo que estos pacientes dicen es contradictorio o incoherente –pero para muchos de
nosotros parece ser inteligible–. Todas las antologías tienen artículos acerca de este tema;
véase también Lycan (1987), capítulos 8, 9, 14 y 15 de Shoemaker (1984) y Hill (1991).
Es tentador responder al problema del chauvinismo suponiendo que la misma teoría funcional
que se aplica a mí también se aplica a criaturas con ruedas. Si ellos piensan que tienen pies,
tratarían de actuar como nosotros y si nosotros pensamos que tenemos ruedas, trataríamos de
actuar como ellos. Pero nótese que las definiciones funcionales tienen que tener algunas
especificaciones de órganos de output en ellas. Ser neutral entre todos los tipos de cuerpo que
un ser sintiente podría tener, sería adoptar la alternativa liberal de especificar los inputs y
outputs en sí mismos de manera funcional. Algunos suponen que el problema puede ser
manejado por medio de outputs condicionales. Por ejemplo, querer llevar la pelota hasta el
límite del campo de juego puede ser definido en parte por medio de la tendencia a patearla si
es que se tiene extremidades [limbs] de un cierto tipo, empujarla si se tiene extremidades de
otro tipo, etc. Pero no es seguro que el ‘etc.’ pueda ser alguna vez completado en la medida
que requeriría enumerar y describir físicamente cada tipo de extremidad [appendage] que
cada tipo de ser inteligente pudiera tener. Además, el resultado de determinado deseo sobre
los propios miembros depende también de cómo estén relacionados con su forma física. En el
contexto de una conexión “incorrecta”, el deseo de llevar la pelota hasta el límite del campo
de juego ocasionaría que la pelota se clave en la propia boca en vez de ser impulsada por el
campo de juego. Pero esto hace parecer que el problema requerirá que vayamos mas lejos de
lo que podría decirse que está implícito en el sentido común.
Teleología. Muchos filósofos (véase los artículos de Lycan y Sober en Lycan (1990), y Lycan
(1987)) proponen que evitamos el liberalismo caracterizando los roles funcionales de manera
teleológica. Excluimos los ejércitos y las economías mencionadas porque sus estados no son
para las cosas correctas. Un problema importante para este punto de vista es la falta de una
explicación teleológica aceptable. Las explicaciones basadas en la evolución chocan contra el
problema de los abuelos-pantano [swamp-grandparents problem]. Supóngase que descubre
que sus abuelos fueron formados a partir de partículas de un pantano que llegaron a unirse por
azar. Por lo tanto, como sucedió esto, usted no posee ninguna historia evolutiva que contar. Si
la explicación evolutiva de los apuntalamientos teleológicos del contenido son correctos,
[entonces] sus estados no tienen ningún contenido. Una teoría con semejante consecuencia
debería ser rechazada.