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CCA Semana 14. La Oración

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Versión 2020

Semana 14: La Oración, un don de Dios

“Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito
de reconocimiento y de amor tanto en medio de la prueba como en la alegría”.
(Santa Teresa del Niño de Jesús)

Objetivo de aprendizaje: Comprender la oración cristiana y sus diversas


manifestaciones, como expresión de relación íntima y amistosa con Dios que busca
salir a al encuentro de las personas, y así hacerlas partícipe de su vida divina.

Conceptos claves: oración, encuentro, amistad, alabanza, acción de gracias, adoración,


felicidad.

Jesús ora: (Mc 1, 35-39)

De madrugada, todavía muy oscuro, se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí hacía
oración. Salió a buscarle Simón y los que estaban con él, y cuando lo encontraron le dijeron: Todos
te buscan. Y les dijo: vámonos a otra parte, a las aldeas vecinas, para que predique también allí,
porque para esto he venido. Y pasó por toda Galilea predicando en sus sinagogas y expulsando a
los demonios.

1. La oración: vocación universal de todo ser humano


Quizás alguna vez has participado en algún grupo de oración o tengas algún familiar o
amigo a quien le guste orar, o incluso tú mismo hayas orado en algún momento de gratitud o
de abatimiento a lo largo de tu vida. Pero ¿Qué es la oración? En esta clase profundizaremos en
su importancia para la vida y camino de conversión en la vida del creyente.
El Evangelio que da inicio a esta clase no solo nos muestra la cotidianidad y cercanía con
la que Jesús dialogaba con Dios Padre, sino que desde ese acto Jesús configura su misión como
el mesías que ha sido enviado. Pero, cabe preguntarse ¿Por qué Jesús oraba?
¿Recuerdas cuando en las primeras clases hablamos que el Dios cristiano es un Dios que sale
“al encuentro” del ser humano? En esa clase, aprendimos que el Dios cristiano salía al encuentro
del ser humano y se le revelaba plenamente en su Hijo Jesucristo. Este punto estudiado resulta

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significativo para comprender el don que es la oración en la vida de un creyente: Dios sale al
encuentro del ser humano y es por medio de la oración que busca acercarse su corazón. Dios
siempre es el primero en buscarnos: “si conocieras el don de Dios” (Juan 4, 10). Es por esta
razón que la fe cristiana define la oración1 como la “elevación del alma a Dios”2, en donde la
humildad es la actitud fundamental para que pueda existir un encuentro verdadero.

Si bien Dios es quien nos busca y sale a nuestro encuentro, el ser humano tiene sed
también del amor de Dios, por lo que la búsqueda por parte del ser humano es siempre
respuesta a la iniciativa del amor de Dios3. Dios es quien llama y quien coloca ese anhelo en el
alma de cada ser humano: “Incluso después de haber perdido, por su pecado, su semejanza con
Dios, el ser humano sigue siendo imagen de su Creador. Conserva el deseo de Aquel que le llama
a la existencia. Todas las religiones dan testimonio de esta búsqueda esencial de los seres
humanos”4. Así, podemos comprender que la oración es un acto religioso fundamental, por
medio del cual el creyente establece un diálogo. Esta realidad profunda de la oración como acto
religioso humano se diferencia de otros actos religiosos como, por ejemplo: la realización de
ofrendas puramente rituales5. De esta manera, la oración no es un simple acto entre otros actos
humanos, sino que “en él se concentra la totalidad de la relación con Dios”6, de ahí su
importancia como acto de fe en la vida del creyente.

2. La oración cristiana y su relación con el Antiguo Testamento


Para la cristiandad, Dios se ha revelado de modo perfecto y total en Jesucristo, Hijo de
Dios encarnado que fue revelado y profetizado por medio de las Sagradas Escrituras. Es por
esta razón que las Sagradas Escrituras son la fuente de oración del cristiano. La oración no es
mera expresión de un sentimiento, ni una experiencia puramente individual; sino que se
fundamenta en la verdad de la fe: “No se dirige a un Dios desconocido o a un ser trascendente
tan solo intuido, sino al Dios que se ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo y llama al ser

1
Otro sinónimo de “orar” en latín, es el acto de realizar una “plegaria”. Por su parte el verbo “rezar” viene del latín
“recitare”, que se relaciona con el recitar en voz alta, por ejemplo, el rezo del rosario.
2
Catecismo de la Iglesia Católica, N°2559.
3
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, N°2566-2567
4
Catecismo de la Iglesia Católica, N°2566.
5
Schlosser Marianne, Teología de la Oración: Levantemos el corazón, Ediciones Sígueme, España, 2015, p. 12.
6
Ibid, citado de: Ebeling, Dogmatik I, p. 208.

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humano a entablar relación con él”7. Resulta significativo destacar que en el Antiguo
Testamento se nos revela que la historia de Israel es una historia de orantes: Abraham, Jacob,
Moisés, Miriam, Elías, Jeremías, Ana, Ester, David, Salomón entre otros, todos ellos han sido
modelos de orantes, y es a partir de ellos, que la oración de la Iglesia está sostenida en las
grandes oraciones de la tradición bíblica, sirviendo de inspiración8. De esta manera, la oración
en el Antiguo Testamento se manifiesta por medio de diversas formas y contenido, destacando
la importancia de la súplica, la intercesión de Dios y la oración como bendición. También
aparece la oración como una acción de gracias, de alabanza, de penitencia, contemplación de
Dios, etc.9

3. Tipos de oración cristiana


En la fe cristiana existen distintas maneras con las cuales el creyente está invitado a
elevar el alma a Dios. Una de ellas, es la oración de alabanza. Para comprender este tipo de
oración es importante que nos preguntemos: ¿por qué el creyente está llamado a alabar a Dios?
Desde la fe, este acto del ser humano hacia Dios no se relaciona a un acto de sumisión u
obligación, sino que por el contrario: la alabanza nace “de una alegría abrumadora por el bien,
y el asombro ante la grandeza de Dios. De ahí que con la alabanza se asocien bíblicamente
expresiones de júbilo, de desbordamiento del corazón”10. De esta manera, la alabanza es la
respuesta que el ser humano da a la gloria de Dios, como expresión del regocijo y el asombro
frente a Él.

Por otro lado, está la oración de acción de gracias. Esta oración nace como una
respuesta del ser humano a una petición que ha sido escuchada, y está asociada también a la
alabanza, ya que es signo y reflejo de la gratitud y del amor que brota del corazón del ser
humano agradecido: “cuando una persona ama a otra, la ama de verdad; no solo siente respeto
o simpatía (…)sino que establece con ella la relación de íntima pertenencia y confiada donación
de sí que implica el amor; experimenta ante la persona amada una admiración siempre

7
Schlosser Marianne. Ibid, pp.15.
8
Por ejemplo, los salmos, junto con otras oraciones cantadas constituyen la base de la oración litúrgica de las horas.
9
Cfr. Ibid, pp.23-54.
10
Ibid, p. 103.

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nueva(…)entre los hombres, este misterio está solo como entrevisto; en plenitud se da
propiamente en Dios”11.

Otro tipo de oración es la llamada oración de petición. Tal como la alabanza es asociada
a la gloria de Dios, la oración de petición está relacionada con la solicitud y bondad de Dios. Esta
oración no es una forma de huir de las propias responsabilidades, sino que supone la madurez
de conocer los propios límites del ser humano. Dios respeta al ser humano, anhela su felicidad
y desea su cooperación por medio de la petición.

Por su parte, la oración por intercesión caracterizó a aquellas personas llamadas


amigas de Dios en las Sagradas Escrituras, como Abraham o Moisés, relacionándose en el
Antiguo testamento a los profetas y que, alcanzará en el Nuevo testamento, su culmen con
Jesucristo: el principal intercesor entre los seres humanos y Dios 12. Es por esta razón que la
oración de intercesión es parte importante de los cristianos y de la Iglesia, ya que Él “está
siempre vivo para interceder por nosotros” (Heb 7, 25). De esta manera, orar por lo demás es
también un importante acto de caridad13.

Otro tipo de oración significativa es la oración de adoración. Este tipo de oración se


relaciona a la santidad de Dios, la cual es un atributo o cualidad de Dios. Cuando el ser humano
descubre en su interior este atributo de Dios, brota del ser humano este tipo de oración. Así, la
forma de oración que responde a este atributo de Dios es la llamada adoración, siendo un acto
que, para la fe cristiana, solo le corresponde a Dios: “Al Señor tu Dios adorarás y solamente a Él
darás culto” (Mt 4, 10), ya que la adoración es en sí misma “el reconocimiento de Dios como
Dios y de uno mismo creado por Él”14. De este modo, la adoración se relaciona a una actitud
humilde y sencilla, de entrega, contemplación y asombro del ser humano frente a Dios.

11
Schlosser Marianne, Teología de la Oración (…), pp. 109. Citado de: Guardini, Romano, Introducción a la vida de
oración, p. 106.
12
Cfr. Schlosser Marianne, Teología de la Oración (…), pp.109 - 111.
13
Cfr. Benedicto XVI, Discursos sobre la oración, volumen 4, Ediciones Cobel, España, 2010, p. 44.
14
Benedicto XVI, Discursos sobre la oración, p. 128.

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Resulta significativo comprender que, en muchas ocasiones, todos estos tipos de oración
se ven relejadas y exteriorizadas de un modo particular en nuestra sociedad por medio de
diversas fiestas religiosas populares que expresan de modo genuino el anhelo de expresar el
amor a Dios. Estas expresiones culturales dadas en el ámbito de la fe cristiana derivadas del
pueblo y sus etnias se enmarcan como parte de la llamada Piedad Popular15. Esta realidad se
ha expresado en nuestro país por medio de un sincretismo religioso y cultural ejemplificado en
algunas de nuestras típicas Fiestas religiosas, como la Fiesta de la Tirana en Norte Grande, la
Fiesta de Cuasimodo, la procesión de la Virgen de lo Vásquez, entre otras. De esta manera, la
piedad Popular es una manera legítima de vivir la fe, permitiéndole al creyente sentirse parte
de la Iglesia recogiendo expresiones culturales propias de América16, y así, vivir las diversas
formas de practicar la oración desde nuestra propia cultura.

4. La oración en el Nuevo Testamento


Es importante comprender que Jesús nace y crece inmerso en la fe y la práctica religiosa
del Pueblo de Israel. Por ejemplo, los Evangelios nos dan a conocer diversos episodios de su
vida en los que se muestra la importancia del templo como lugar de oración para el pueblo
hebreo. Esa realidad religiosa del pueblo judío será fundamental en la vida de Jesús,
evidenciándose en su presentación en el templo, su pérdida a los 12 años o cuando expulsó a
los mercaderes del templo. Del mismo modo, Jesús mantendrá tradiciones hebreas típicas de la
práctica religiosa del pueblo judío como, por ejemplo, la bendición de la mesa17. Estos ejemplos
muestran la importancia de la tradición religiosa judía en la vida de Jesús, lo cual influenciará
el modo en que experimentará la oración como parte esencial en su vida. Junto a esta realidad,
Jesús reveló la estrecha y cercana paternidad que tenía con su Padre Dios. No oraba sólo en
situaciones específicas18, sino que mostró un diálogo permanente con su Padre19. Jesús buscará
orientar la vida de las personas hacia Dios insistiendo en la conversión del corazón20,

15
P. Cox, Introducción a la Pastoral de la Piedad Popular, Plan de Formación para Laicos, Arquidiócesis de Santiago,
2011, p. 13.
16
IV Conferencia General del Episcopado de América Latina, Documento de Aparecida, p. 264.
17
Cfr. Schlosser Marianne. Teología de la Oración (…), pp. 56 y 57.
18
Como por ejemplo en el bautismo en el Jordán (Lc 3, 21; Mt 17,5), antes de llamar a sus discípulos (Lc 6, 12), o durante
la trasfiguración (Lc 9, 28).
19
Cfr. Schlosser Marianne. Teología de la Oración (…), pp. 55-62.
20
Cfr. Catecismo de la Iglesia, N°2607 y 2608.

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mostrando su estrecho y cercano vínculo con su Padre invitando a todos las personas a
acercarse a Dios con la misma cercanía y confianza. Ejemplo de esto, es la oración del Padre
Nuestro que Jesús enseñará a sus apóstoles y que estudiaremos la próxima clase.

5. Expresiones de la Oración
La Tradición de la Iglesia nos enseña que existen diversas expresiones por medio de las
cuales el fiel puede vivir su vida de oración. A través de ellas, el creyente lleva a la práctica los
diferentes tipos de oración que hemos estudiado. Una de ellas es la llamada oración vocal:
Dios, por medio de la Palabra se revela al ser humano, y el ser humano por medio de su palabra,
mental o vocal, hace que su oración tome forma. Cada uno de nosotros necesitamos expresar
de alguna forma nuestros sentimientos, y la fe, la voz y el uso de la palabra, responden a un
elemento indispensable de la vida cristiana21. Otra expresión importante es la meditación,
que es, sobre todo, una búsqueda: “El espíritu trata de comprender por qué y el cómo de la vida
cristiana para adherirse y responder”22. Algunos ejemplos de su práctica en la vida cristiana
son la meditación de las Sagradas Escrituras, especialmente los Evangelios, algún texto
litúrgico, la meditación de la vida de Jesús por medio del rosario, etc. Por último, encontramos
las expresiones de contemplación. Estas expresiones son un don, una gracia. La mirada de
Jesús Eucaristía purifica el corazón: “la luz de la mirada de Jesús ilumina los ojos de nuestro
corazón; nos enseña a ver todo a la luz de su verdad y de su compasión por todos los
hombres”23.

Resumamos lo visto en esta clase: La oración es un llamado universal que Dios coloca en el
corazón de todas las personas. Dios es quien sale a nuestro encuentro y es por medio de la
oración en que el alma puede encontrase con su Creador. Jesús, Hijo de Dios encarnado,
mostrará su cercanía paternal con el Padre Dios, e invitará todo ser humano a vincularse de la
misma manera en la que Él lo hace. Existen diversos tipos de oración, destacando la de alabanza,
de petición, de intercesión y de adoración. Destacan las expresiones vocales, de meditación, y
de contemplación.

21
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, N°2700-2704.
22
Catecismo de la Iglesia Católica, N°2705.
23
Catecismo de la Iglesia Católica, N°2715.

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