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ÍNDICE

Prólogo. «Más allá de la religión, más allá de la ética:


reflexiones sobre la actualidad filosófica de Martin
Buber», por Emmanuel Taub 11
Bibliografía 47

EL PRINCIPIO DIALÓGICO 51
YO Y TÚ 53
Primera parte 53
Segunda parte 81
Tercera parte 113
Epílogo 153
DIÁLOGO 165
LA CUESTIÓN AL INDIVIDUO 213
ELEMENTOS DE LAS RELACIONES INTERHU-
MANAS 270
Epílogo 292
PRÓLOGO

MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN, MÁS ALLÁ DE LA ÉTICA:


REFLEXIONES SOBRE LA ACTUALIDAD FILOSÓFICA
DE MARTIN BUBER
«Voy a tratar de desenterrar la esencia particular
de la religiosidad judía de entre los escombros
que el rabinismo y el racionalismo arrojaron sobre ella».
Martin Buber1

I.
¿Cómo pensar a Martin Buber en nuestro tiempo? O mejor
dicho: ¿cómo pensar con y a través de Buber hoy? Sea una u
otra, ambas preguntas se han vuelto urgentes, otra vez más.
Si Buber construyó la base de su pensamiento en las postri-
merías de la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial y
la Shoá, continuó pensando la nueva cartografía del mundo
y en especial del naciente Estado de Israel hasta su muerte
en 1965. Hoy nos encontramos otra vez más ante la crisis
(ya circular e infinita) del mundo moderno: el rechazo de
la diferencia, la multiplicación de campos de internamiento
para inmigrantes, la destrucción del medio ambiente y la
crisis climática, la contaminación de las tierras y los mares,
las persecuciones políticas, el feminicidio y la reconstruc-
ción de racionalidades ficticias para volver a instalar al ser
humano como centro (y soberano) del universo.
Otra vez más el tiempo de nuestra historia debe ser
reflexionado críticamente, exigiendo respuestas desde la
insistencia filosófica de la duda y la pregunta, pero levan-

1. Buber (2018): 95.


Emmanuel Taub

tándonos —siempre— desde el lugar del débil, del extran-


jero, del pobre, del sometido: desde «la viuda, el pobre y
el huérfano»,2 como diría Emmanuel Levinas retomando
la referencia universalista del texto bíblico, o, en palabras
de Hermann Cohen, comprendiendo que la pobreza es el
mayor pecado de la humanidad, que representa el «sufri-
miento universal» de la humanidad.3 Pensadores y escritos
de antes o después de la Shoá, esa desgarradura en el tiempo
y espacio que transformó el mundo en medio del siglo xx,
que significó un punto de llegada y un nuevo comienzo para
las relaciones sociales, los procesos políticos, las ideologías
y el pensamiento.
Martin Buber atravesó ese tiempo como testigo y como
partícipe, como judío y como ser humano; atravesó la ex-
periencia de la catástrofe y tejió su pensamiento sobre las
ruinas que iban cayendo a su paso y desde los escombros
filosóficos de sus maestros y amigos, desde las preocupa-
ciones de la filosofía judeoalemana anteriores a la Segunda
Guerra Mundial, pero renovadas y repensadas por la res-
ponsabilidad con su tiempo como sobreviviente. Buber es
heredero, por un lado, de la reflexión filosófica en torno a
la relación entre lo divino y lo mundano, y entre Dios y el
hombre, de pensadores como Cohen y Franz Rosenzweig,4
los dos ejemplos paradigmáticos de quienes no atravesaron
la experiencia del nazismo. Y, por otro lado, pone las bases
para las obras de pensadores judíos como Hans Jonas o Em-
manuel Levinas,5 quienes transformaron y comprendieron

2. Deuteronomio 10:18.
3. Cohen (2012): 289.
4. De la gran obra póstuma y fundamental de Hermann Cohen es
central remarcar la idea de la «correlación» entre Dios y el hombre que
desarrolla en La religión de la razón desde las fuentes del judaísmo. En
cuanto a Rosenzweig, lo veremos genialmente en su libro La estrella de
la redención.
5. Un ejemplo que visibiliza con claridad esta hipótesis es posible

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Prólogo

al judaísmo como otra forma de ser en el mundo desde la


que se podía pensar la filosofía, los resabios de la moder-
nidad o la alteridad, por fuera de la mirada hegemónica de
Occidente y corriendo para ello, además, a Dios del centro
de la historia.
Martin Buber es el puente que une los dos caminos que
se bifurcan hacia dentro del pensamiento judío del siglo xx,
al mismo tiempo que va dejando una herencia en forma de
programa ético-político para un mundo por venir: El prin-
cipio dialógico y la filosofía del diálogo. Escritos desde antes
del nazismo, su filosofía del yo y tú contiene e incorpora
tanto la relación de Dios con el ser humano (y con el mundo-
naturaleza) como la relación ética de uno con el otro. Buber
comprendió, a diferencia de la gran mayoría de pensadores
de la constelación judía que lo anteceden y preceden, que lo
judío —y ello innegablemente como consecuencia también
de sus intereses y estudios sobre mística jasídica— ha sido,
es y será una relación activa entre lo divino, lo mundano y
lo humano en un tiempo que busca ser siempre presente.

II.
Entre enero y marzo de 1921, Franz Rosenzweig impartió
trece lecciones en la Freire Jüdische Lehrhaus en Fráncfort
del Main: «Introducción al pensar judío» es el sugerente
título que figura en los borradores que llegaron a nosotros.
Fragmentos y anotaciones que nos permitirán comprender
la revolución que los escritos de Rosenzweig generaron para
la historia de la filosofía judía, inaugurando una nueva eta-

observarlo en cómo para Levinas el mandamiento del «no matarás»


pasa a ser la piedra fundacional de su filosofía de la alteridad, el
mandato ético original (como escribe en Totalidad e infinito), y ya no,
como lo era en Cohen o Rosenzweig, el primer mandamiento de amor
a Dios (entendido aquí como la preocupación de la relación entre Dios
y el hombre). En cuanto a Jonas, debemos ver especialmente su trabajo
sobre la ética y la tecnología. Cf. Levinas (2006) y Jonas (1995).

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Emmanuel Taub

pa que supone el punto de llegada de esta historia que nace


como la relación entre la filosofía griega y la tradición tex-
tual judía y que encontrará, primero, en Maimónides6 una
de sus figuras más representativas, después, su renovación
con el iluminismo judío y la emancipación (lo que se co-
noce como Haskalá), y en Moses Mendelssohn su máxima
expresión. Pero, al mismo tiempo, Rosenzweig representa
también el punto de partida de una manera de comprender
lo judío más allá de los límites impuestos por la filosofía,
dando origen a lo que nos representa como «pensamiento
judío».7 Un pensamiento que se transforma en método y ya
no en objeto, que se convierte en una manera de estar en el
mundo y también, especialmente, en la forma con la que
pensar el mundo de las ideas. Y esta transformación no sólo
constituyó las bases para el surgimiento de pensamientos
como el del mismísimo Walter Benjamin o, especialmente,
el de Levinas, sino que también influenció puntualmente, y
fue influenciado, por la relación personal que mantuvieron
Rosenzweig y Buber.
Rosenzweig nos dice que existe un pensar judío, o más

6. Esta descripción es solamente una síntesis representativa de una


historia a la que en realidad habría que colocar el punto de partida en la
figura y el pensamiento de Filón de Alejandría, quien por vez primera
expresa la necesidad de utilizar la tradición filosófica helenista como
herramienta para profundizar la comprensión y recorrer los caminos
exegéticos del texto revelado. Cf. Bensussan (2014).
7. Aunque no sea necesario aclararlo, nunca está de más decir que la
obra más representativa e influyente de esta revolución del pensamiento
judío es La estrella de la redención de Rosenzweig, publicada en 1921.
A pesar de que, como veremos más adelante, consideraba, en una carta
dirigida a Buber, que ésta sería su única y más influyente obra judía,
todos los textos que siguieron a La estrella de la redención, aunque
en buena parte fueron —como él mismo había dicho a su amigo—
reinterpretaciones y reflexiones surgidas de las ideas principales de ésta,
han marcado profundamente la forma de comprender el pensamiento y
la educación judía como valores en sí mismos, más allá de las exigencias
e interpretaciones del mundo moderno y no-judío.

16
Prólogo

bien un pensar en términos judíos que, a diferencia de la


filosofía que desconfía del sentido común, se para frente
al pensar griego, al que llama el «pensar sobre lo que es
propiamente».8 Sin embargo, pensar hacia el prójimo des-
de el sentido mismo de su proximidad, real o imaginada,
pensar desde el otro, pensar sin filosofar, ésta es la tarea
del pensamiento judío, o de lo judío como pensamiento:
la renuncia al «propiamente» y al «así es», al «yo tengo la
verdad», al esencialismo del ser. El nuevo pensamiento ro-
senzweigiano (tan buberiano como la amistad misma que
alimentó estas reflexiones) es un pensamiento que no puede
concebirse si no se hace desde la relación con lo otro. Así lo
escribe Rosenzweig en uno de los párrafos más hermosos
de su narrativa:

«Tejer de nuevo los hilos desgarrados entre lo cotidiano


y el día de fiesta. Hacer de nuevo de lo cotidiano, de la
entera semana laboral del pensar, una preparación para el
shabat9 del pensar. Ensanchar de nuevo, por tanto, también
lo cotidiano. Apartarse de la infame separación y división
entre la realidad y el ideal, entre lo forzoso y la libertad […].
Cambiar la arrogancia del pensar por la humildad, la mala
conciencia de la acción por la buena […]. Ante todo, recon-
ciliar la vida con el pensar».10

Lo cotidiano es el día a día, el día de la semana antes del día


de descanso, del shabat sagrado dedicado al reposo y al es-
tudio, pero también el día con mayor carga de preceptos que
cumplir: el día de Dios en el mundo. El resto de los días, los
cotidianos, son los días en donde la vida trascurre para uno,

8. Rosenzweig (2014): 192.


9. Séptimo día de la semana judía, considerado de carácter sagrado, y que
se celebra absteniéndose de realizar cualquier actividad laboral.
10. Ib.

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