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San Pedro Xalpa

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1

Escuela Nacional de Antropología e Historia SEP


-------------------------------------------------------------------------------

“TERRITORIO E IDENTIDAD dentro del espacio urbano,


en el pueblo de San Pedro Xalpa, delegación
Azcapotzalco. 2000- 2005”

Tesis para optar por el grado de


Licenciado en Antropología Social

presenta
Adriana Bautista Martínez

director
Dr. Iván M. Gomezcésar Hernández

México, D.F. 2010


2

Dedicatoria

Dedico este trabajo en primer lugar a mis amados padres: Ángela Martínez

Córdova y Lázaro Bautista Rangel, junto con mis queridos hermanos Lázaro y

Leopoldo, porque sé que todos ellos con su ejemplo, su esfuerzo, su trabajo y

su dedicación me dieron la oportunidad de estudiar: GRACIAS

Agradezco también a mi familia. Mi esposo Sergio Hernández y mis dos

hermosos hijos pequeños: iago y théo quienes con su contundente motivación

me han hecho lograr muchas cosas. Y de manera especial quiero agradecer a

Sergio por la elaboración de los mapas.

Y por último, un gran abrazo a todos los maestros y amigos de la ENAH que

tuvieron a bien apoyarme en varios momentos, y de forma muy puntual al Dr.

Hilario Topete y a la Dra. Manola Sepúlveda quiénes me enseñaron la

Antropología.

P.D. Un especial reconocimiento al Sr. José Rivera Medina (q.e.p.d), quién me

ayudo con sus experiencias de vida.


3

Dedicatoria……………………………………………………………………………2

Índice………………………..………………………………………….………..…….3

Introducción……………………………………………………….……….5

Planteamiento del problema……………………………………………………….7


Hipótesis……………………………………………………………………………....7
Exposición del tema……………………………………………………………….....8
Marco Teórico Conceptual………………………………………………………......9
Esquema de investigación………………………………………………………....11
Objetivos……………………………………………………………………………...11
Metodología……………………………………………………………………….…12
Síntesis de contenido……………………………………………………………….12

I.- Hacia una definición de pueblo originario……………………...................14


Lo que se conoce como pueblo originario…………………………………..…...18
Identidad…………………………………………………………………........26
Características de San Pedro Xalpa…………………………………….... 28
Porqué es importante su definición ……..………………………………………...30
La importancia de no olvidar …………………………………………….....31

II.- Panorama histórico………………………………………………………….…33


Azcapotzalco …………………………………………………………………….….33
Etapa Prehispánica ………………………………………………………………....36
Los Tepanecas y su Situación Tribal……………………………………....37
Etapa Colonial ..……………………………………………………………………...40
La Cabecera Y Sus Barrios…...…………………………………………….40
Las Haciendas ……………………………………………………………….44
Los pueblos naturales de la Ciudad ……………………………………….46
El siglo XX. Primera parte……………………………………..….……………….47
Segunda parte……………...……………………….………………..48

III.- Del ejido al pueblo……………………………………………………………..52


Características físicas del lugar……………………………………………………59
Xalpan mazatlán: Tierra de venados, lugar de arena…………………………...60
El Ejido ………………………………………………………………………..60
4

El Expediente agrario …………………………………………………….…61


Solicitud, Dotación, Deslinde y Ampliación. …………………..................61
El Primer Censo General Agrario, localidad de SPX……………..62
Los Reajustes Territoriales ……………………………………...….64
Ejecución y Deslinde ………………………………………………..64
Ampliación San Pedro Xalpa…………………………………….…65

IV.- El entorno urbano……………………..……………………………………….69

Las estrategias vs. Adversidad………..……………………………………72


Originarios y avecindados…………………………………………..73
Ser del pueblo……………………………………………………..….76
El Sistema de Fiestas………………………………………………………..77
Los mayordomos…………………………………………………….82
La Alquila o fiesta de los naturales……………..………………….83
Las cofradías y el intercambio……………………………………...84
Las procesiones y el significado territorial………………………...86

Anotaciones finales……………………………………………………………….88

Características de Xalpa…………………………………………...89
Preguntas relevantes………………………………………………99
Colofón……………………………………..………………………..100

Bibliografía básica…...……………………………………………………..…….104

Bibliografía complementaria……………………………………………..……..115

Revistas……………………………………………………………………….….…119

Documentos………………………………………………………………………..120

Anexos

Mapa Azcapotzalco………………………………………………….34
Mapa de González Aparicio………………………………………...39
Mapa San Pedro Xalpa………………………………………………59
Toponimia Xalpan Mazatlan….…………………………………….60
Mapa de avenidas……………………………………………………70
Mapa del centro del pueblo………………………………………..103
5

INTRODUCCIÓN
A finales del siglo XX el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación

Nacional (EZLN), junto con la lucha de los pueblos indígenas de este país puso

en claro que el México Profundo, del que escribió el maestro antropólogo

Guillermo Bonfil Batalla estaba muy vigente, y tales pueblos se reivindicaban,

buscando la aprobación y el reconocimiento de sus derechos jurídicos a nivel

nacional, a través de los Acuerdos de San Andrés.

El componente indígena fuertemente marcado en esta lucha, no fue el

único que tuvo cabida, pronto acabaron sumándose otros actores sociales que

fueron incluidos en ella: los jóvenes, las mujeres, los homosexuales, los

pobres, etc. Y otros más que se fueron reconfigurando sobre la marcha de esta

coyuntura, es ahí dónde comienza este tema: los Pueblos Originarios.

En la Escuela Nacional de Antropología e Historia, los estudiantes

tuvimos la oportunidad de tener cerca la presencia constante del fenómeno

zapatista. Las discusiones de aula incluían éstas cuestiones étnicas y

nacionales que invitaban a reflexionar el fenómeno desde nuestra propia

perspectiva. Fue entonces cuando comenzó esta investigación sobre los

pueblos en la Ciudad de México. Y más particularmente en el Distrito federal,

esto gracias a que La Comisión Nacional de Derechos Humanos del Distrito

federal que tuvo a bien invitarme a uno de los talleres sobre los Derechos de

los Pueblos en el contexto global, poniendo especial énfasis en la importancia

del Convenio 169, para los pueblos de México.


6

Desde la Antropología urbana contemporánea se ha estudiado a la

Ciudad de México, algunos de estos estudios reflexionan el modo de habitar y

ser de los pueblos originarios en el entorno urbano, es aquí, donde se

encuentra inscrita la investigación de “Territorio e identidad dentro del espacio

urbano, en el pueblo de San Pedro Xalpa, delegación Azcapotzalco.” Dicha

investigación fue efectuada entre los años 2000-2005.

Los pueblos originarios, han sido parte esencial de los múltiples y

diversos actores que habitan la Ciudad de México. Históricamente la Ciudad se

ha fundado por diversos grupos desde tiempos muy remotos, movilizados y

reconstruidos constantemente de acuerdo a los diferentes procesos

económicos, políticos sociales y culturales propios de la dinámica citadina.

Hablar de los pueblos originarios es remitirse a esa historia, remitirse a

una época prehispánica. Una historia que se ha vuelto presente en el Distrito

Federal dónde cada vez se hace más patente el reconocimiento a sus

derechos y también a sus obligaciones civiles.

Los pueblos han ido enfrentándose a procesos avasalladores, como ha

sido la industrialización y urbanización, que han desarticulado a estas

poblaciones pero que, a pesar de ello, continúan con una evidente presencia

enmarcada en un territorio específico dónde realizan sus fiestas.


7

Planteamiento del problema


En la delegación Azcapotzalco, los pueblos originarios fueron perdiendo parte

de sus recursos a lo largo de su historia. El idioma, fue sin duda una gran

pérdida que trajo transformaciones irreparables en su identidad. De igual

manera, fue grande la afectación que tuvieron estos pueblos por la constante

negociación sobre el territorio, haciendo de lado varios de los elementos que

los definirían como pueblos originarios.

Históricamente se puede documentar que la convivencia con otras

diferentes colectividades creó –y crea-, constantes conflictos que llevan en

muchos de los casos a un deterioro y olvido de las categorías que definen la

Identidad de dichos pueblos, por lo que conviene preguntar: ¿Cómo ha sido el

proceso histórico del pueblo de San Pedro Xalpa? ¿Cuáles son las principales

referencias para comprender su identidad?

Hipótesis
San Pedro Xalpa es un pueblo originario. Aunque dicho pueblo ha sufrido una

pérdida casi total del territorio, y junto con ello una disminución de sus

recursos, los pobladores han desarrollado una apropiación simbólica del mismo

dónde se incluye y se excluye a pobladores (dentro de un territorio específico),

conformando así una identidad que se ve manifestada en la ciudad.

Si el pueblo ha sobrevivido, es gracias a las estrategias que

desarrollaron sobre su territorio y que consistieron en la explotación y

adaptación del mismo para mantener vivas ciertas creencias y costumbres que

les dan identidad.


8

Una identidad que continúa manifestándose en una territorialidad

simbólica, en la cual cada uno de los habitantes se desplaza día a día, viviendo

la ciudad, imaginándola y recordándola a partir de sus propias experiencias, de

la forma en que construyen su cotidianidad y su historia sobre un territorio

especifico. En un espacio común, dónde realizan fiestas y ritos ligados a un

pasado y presente mesoamericano, indígena, antiguo; pero siendo al mismo

tiempo un territorio contemporáneo en constante negociación. Un espacio y

una colectividad que se tornan vitales para la ciudad misma.

Exposición del tema en cuestión


Los pueblos originarios de la Ciudad de México han sido reconsiderados en la

posmodernidad, al igual que otros actores sociales que conforman el Distrito

Federal, parte fundamental de una diversidad. Ellos, se suman a la discusión y

defensa local e internacional sobre derechos humanos de todos los pueblos:

democracia, tolerancia, respeto y paz en un contexto neoliberal extremo

(López Levi, et al, 1999). Y de modo puntual, se suman al reconocimiento de

los pueblos de México, hombres y mujeres que luchan por trabajo, tierra, techo,

alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y

paz.

Como se ha mencionado, el EZLN abrió la discusión para los pueblos a

escala nacional, poniendo énfasis en los pueblos indígenas (Le Bot, 1997) sin

embargo, es en la Ciudad de México dónde, de manera global se trae de nueva

cuenta la discusión sobre la problemática de los pueblos originarios, aquéllos

que tenían presencia desde antes de la llegada de los españoles y que han

resistido por más de 500 años la explotación de otros sectores.


9

Es, en este sentido, que este análisis se suma a varios trabajos, cuyo

alcance se considera importante puesto que los pueblos y el resto de grupos

sociales en estados vulnerables deben sustentar normativamente su defensa,

sea a través del amparo de una ley, de la creación de ciertas normas o de la

participación activa ciudadana en su desempeño social. Un trabajo académico

puede apoyar e informar la experiencia de uno de los casos.

Marco teórico conceptual


Destacan numerosos trabajos académicos sobre los pueblos en el entorno

urbano, en particular en la Ciudad de México, desde temáticas muy diversas.

Los autores más relevantes que trabajan sobre las especificidades de los

pueblos originarios son: Mariana Portal y Andrés Medina, y de manera

escalonada se han ido sumando otros trabajos e investigaciones no menos

relevantes de: Iván Gomezcésar, Pablo Yanes, María Teresa Romero Tovar,

Teresa Mora y Lucía Álvarez, por mencionar algunos.

Los primeros dan cuenta de la importancia que los pueblos originarios

tienen como parte de nuestra matriz cultural como mexicanos. Ser parte de un

colectivo que recrea y representa de forma constante y cíclicamente

costumbres, ritos y tradiciones que podemos observar de manera fehaciente a

través de las fiestas y carnavales que siguen siendo comunes en nuestra

ciudad.

Fenómenos de carácter antropológico dada su organización, pues detrás

de cada fiesta, carnaval, rito o costumbre existe una mayordomía y un número

de personas con obligaciones y derechos, es decir, un complejo sistema de

cargos que ha sido estudiado numerosas veces. Resaltando especialmente un


10

fuerte arraigo una parte importante de una tradición mesoamericana, indígena

u originaria.

Las exposiciones sobre estos grupos sociales, son un marco referencial

para comprender de manera integral la complejidad y la diversidad de una

ciudad. Son pobladores con formas de concebir y de vivir el mundo, que

poseen una forma específica de organizarlo y una manera propia de reproducir

su identidad, sin dejar de lado su papel actual como parte de esta ciudad, es

decir, como ciudadanos desde el pueblo.

El interés por conocerlos ha versado en diferentes perspectivas, la

histórica es una de ellas. La premisa es la siguiente: es a partir de comprender

su proceso histórico que podemos comprender algunas de sus actuaciones

contemporáneas, hay razones del porqué hacer y porqué dejar de hacer. La

construcción de su identidad va muy ligada a estrategias de sobrevivencia en

la escena citadina, donde hay recursos en juego que constantemente deben

ser expuestos.

Es, en la participación diaria en la ciudad, dónde la parte práctica de su

identidad, pone de manifiesto su alcance en la realidad más pura, defendiendo,

cediendo, exigiendo o silenciando sus derechos y obligaciones en diferentes

etapas o momentos de su historia.

A finales de los siglos XX y principios del XXI, se ha dado la pauta para

que los pueblos tengan presencia en las discusiones institucionales, que van

desde la academia, hasta los órganos de gobierno del Distrito Federal.

Esto ha motivado que numerosas investigaciones se reúnan para dar

testimonio de la temática cada día más extensa de estos pueblos y de otras

presencias étnicas que conforman la clara diversidad de los que habitamos en


11

el Valle de México. Investigaciones que han generado documentos importantes

jurídicamente, como es una iniciativa de ley que se ha generado por un grupo

de especialistas y representantes ciudadanos en atención a los pueblos

originarios.

Otro aspecto importante son los análisis sobre el uso y el espacio urbano

en el territorio de la Ciudad de México. Para este caso hemos de recurrir a las

definiciones mismas de territorio, lugar dónde se generan, manifiestan y

reproducen las actividades de nuestro sujeto de estudio.

Esquema de investigación.
El esquema de investigación consiste en la definición misma de los pueblos

originarios, como la primera unidad de análisis que lleva a señalar la historia

particular de un pueblo originario de Azcapotzalco, en la Ciudad de México. El

territorio y la identidad colectiva del pueblo originario como parte de la segunda

unidad de análisis, concretamente: la historia territorial de San Pedro Xalpa y

su territorio simbólico, como variables de estudio. Para ello se usan las

definiciones propuestas por los investigadores y estudiosos ya mencionados.

Objetivos
El objetivo general es contribuir a la definición de la identidad de un pueblo

originario. Los objetivos particulares de esta investigación son: Primero,

conocer las principales definiciones sobre el objeto de estudio; segundo,

desarrollar una investigación específica sobre la apropiación y la reproducción

del territorio tomando como base una parte de la historia del lugar en cuestión.

Y, tercero. Realizar un análisis que sea parte del estudio de los pueblos de la

Ciudad de México.
12

Metodología
La investigación documental está sustentada, complementariamente, por la

observación participante. Y, entrevistas, que están divididas en dos tipos, en el

primer tipo son de un grupo de 3 personas, pobladores originarios cuyas

edades son mayores a los 50 años. El segundo tipo, fue la entrevista informal

aplicada de manera abierta e impersonal en diferentes puntos geográficos -

dentro del territorio de San Pedro Xalpa-, en ella participaron pobladores

indistintos.1

Además, de retomar algunas reflexiones hechas a partir de

conversaciones con colaboradores de la Delegación Azcapotzalco, quiénes

tuvieron a bien apoyar en diferentes tiempos y de diferentes maneras en la

realización de este trabajo.

SÍNTESIS DEL CONTENIDO GENERAL.


Primer capítulo.
En este capítulo se presenta un recuento de las publicaciones realizados en

torno al concepto de pueblo originario en la Ciudad de México, en el siglo XX y

principios del XXI, período en que se incrementan los estudios sobre el tema,

que dan cuenta de una realidad llevada al orden jurídico en el Distrito Federal.

Segundo Capítulo.
Se presenta el origen del pueblo de San Pedro Xalpa, en Azcapotzalco, zona

estratégica en términos económicos, políticos y sociales de la cultura tepaneca,

1
Por criterios personales únicamente me referiré por el nombre de pila de los
informantes que aparecen en la exposición, y usaré el Anónimo cuando así convenga
a petición de quiénes expresaron su opinión, las referencias más exactas están en la
parte final de este trabajo.
13

destacando la diversidad tribal. En varios aspectos los pueblos conservaron

una significativa identidad.

Tercer capítulo.
Continúa la exposición histórica enfocándose a los principios del siglo XX. El

objetivo de este capítulo es la historia territorial, recuperando su experiencia en

torno al movimiento agrario en este país. Se presenta el expediente de San

Pedro Xalpa.

Cuarto capítulo.
Se resumen las estrategias del pueblo. Primero en relación al territorio para

mantener su identidad; y segundo, al Sistema de cargos, con la fiesta de los

naturales o Alquila, utilizando los principales conceptos y ejes de estudio sobre

el tema.
14

I.- HACIA UNA DEFINICIÓN DE PUEBLO ORIGINARIO


El siglo XX está remarcado por diferentes circunstancias de índole nacional que

determinan la localidad y la personalidad misma de los pueblos. En México

hubo eventos históricos relevantes para nuestros sujetos de estudio. En 1994

el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), irrumpe la

escena política, social y cultural, propiciando un cambio sustantivo para los

pueblos de este país.

Crecen, durante este siglo, los movimientos internacionales por los

derechos humanos, y más específicamente por los derechos de las minorías

étnicas y nacionales.

El EZLN promueve y agrupa a los pueblos en dos principales figuras: el

Congreso Nacional Indígena (CNI), y la Asamblea Nacional Indígena por la

Autonomía (ANIA), quiénes buscan –entre otras tareas- que el gobierno

mexicano apruebe los Acuerdos de San Andrés dónde se condensan muchos

de los derechos que exigen hacer cumplir, Juan Anzaldo escribe que:

El siglo XXI ha comenzado para los pueblos indígenas de México en


medio de la gran expectativa que generó la lucha por el reconocimiento
de sus derechos colectivos, iniciada hace ya varios lustros, pero también
en medio de la incertidumbre resultado de las dificultades que se han
interpuesto en su camino. (Anzaldo, 2002).

Otro hecho que fue decisivo para la reivindicación de los antiguos pueblos, es

la reforma política iniciada en 1996, en el Distrito Federal, como parte de un

proceso de democratización impulsado por diversas organizaciones,

movimientos populares urbanos y partidos de oposición.


15

El Distrito Federal recupera de esta forma, una parte de los derechos

políticos que le son negados a partir de la reforma constitucional de 1928,

cuando se crean las delegaciones políticas y desaparecen los municipios, y las

autoridades que administran son nombrados por la presidencia de la República.

Sin embargo, es hasta 1996, cuando se elige por el voto ciudadano:

universal y directo, a un Jefe de Gobierno procedente de un partido de

oposición, quien toma posesión en 1997, terminando con la hegemonía del

partido oficial y abriendo otras posibilidades de incluir nuevas propuestas

políticas en el Distrito, para las elecciones del año 2000, los cargos de la

Asamblea de Gobierno, los jefes delegacionales y del propio Jefe de Gobierno.

Visto a la distancia, el 06 de julio de 1988 fue el inicio de lo que hoy

conocemos como la derrota de un régimen a pesar de la vertiginosa

legitimación que Salinas logró como presidente, reflejado en la incuestionable

recuperación en las votaciones de 1991 y el triunfo claramente mayoritario de

Ernesto Zedillo al obtener la presidencia en 1994. La apariencia mostraba a un

PRI invencible, a una oposición que parecía condenada a luchar por espacios

reducidos de poder. A decir de Miguel A. Romero:

Bastó que el sistema realizará los ajustes necesarios para otorgar


condiciones de equidad en dos aspectos claves del proceso: acceso a
medios de comunicación y distribución equitativa de recursos
económicos, para que el partido hegemónico iniciara, a partir de 1997,
un descenso espectacular que ya nada ni nadie pudo contener.
(Romero, 2000).
16

A nivel internacional una organización que marcó significativamente los

derechos de las minorías étnicas y los pueblos originarios fue la ya

mencionada, Organización Internacional del Trabajo, a través del convenio 169.

(OIT, 2007)

Con el acuerdo y la firma de este convenio el gobierno mexicano se

comprometió a reconocer los derechos políticos de esos pueblos. Sin

verdaderamente realizar su compromiso, pero de igual forma considero que

este Convenio hay tomarlo en cuenta puesto que para algunos estudiosos y

promotores de los derechos de los pueblos. En la parte I en sus artículos 1 y

2 de Política General de este Convenio, se establece que el mismo:

a)Se aplica a los pueblos tribales en países independientes,


cuyas condiciones culturales, sociales y económicas les distinguen de
otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regidos total o
parcialmente por sus propias costumbres tradiciones o por una
legislación especial;
b) a los pueblos en los países independientes, considerados
indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en
el país o a una región geográfica a la que pertenecía el país en la
época de la conquista o de la colonización, o del establecimiento de las
actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación
jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales,
económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su
identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio fundamental
para determinar los grupos a los que aplican las disposiciones del
presente Convenio. (OIT, 2007)
17

El Convenio 169 ayudó para que algunos de los pueblos indígenas, -o

aquellos que en otro momento lo fueron- recurrieran al amparo de sus

lineamientos para remarcar su pertenencia a una determinada región

geográfica, a una determinada forma de organización social, y a una identidad

propia que les confiere una forma de ser muy específica. Aunque textualmente

no existe ninguna alusión precisa como pueblos originarios dentro del

Convenio, siendo más bien un término acuñado desde otros ángulos en la

Ciudad de México.

Es, el maestro Andrés Medina quién expone de manera clara la siguiente

síntesis sobre la presencia de los pueblos en la ciudad y su realidad:

La emergencia de los pueblos originarios de la Ciudad de México, ha


tomado por sorpresa a los estudiosos de la diversidad cultural, incluso a
las propias autoridades. (…). Para la etnografía misma los estudios
sobre tales pueblos han sido escasos, y en ello han tenido que ver dos
concepciones hegemónicas: por una parte el aura cosmopolita que se
ha cultivado en la Ciudad de México, pero de un cosmopolitismo
occidentalizante, es decir, que se parece a las grandes ciudades del
Norte, y por la otra es la que asume que los pueblos indios están en
proceso de desaparición, y lo que encontramos son solamente
supervivencias, ―ruinas étnicas‖ a las que se registra para conservarse
en museos, archivos y tiendas de anticuarios.
La presencia de las tradiciones culturales mesoamericanas
impregna de muchas maneras la cultura nacional y su creatividad
aparece en las más diversas manifestaciones de la sociedad mexicana
contemporánea.
La mejor muestra es la capital del país, engreída en su
cosmopolitismo y en su modernidad ha dado la espalda a su lado
mesoamericano, no obstante la presencia masiva de las grandes
manifestaciones festivas de los pueblos originarios, a las que reacciona
con enfado, rechazo e ignorancia, pues ante las grandes procesiones y
18

peregrinaciones que invaden las vialidades urbanas, el estruendo de


cohetes, la música de conjuntos diversos, el bloqueo de calles para los
ceremoniales comunitarios, que incluyen bailes y danzas, sólo hay
quejas y protestas, no una curiosidad que lleve a descubrir el sentido
cultural, la raíz histórica, la vitalidad misma de los pueblos que organizan
estos acontecimientos. (Medina, 2007: 17)

Lo que se conoce como pueblo originario

En numerosas ocasiones se ha señalado que no hay una cifra determinada

total sobre el número de pueblos en la Ciudad de México. Hay quienes afirman

que existen alrededor de 117 y representan el 11% de la población local (Mora,

2008:28).

La variación en las cifras responde en buena medida a los criterios

empleados para la definición misma de pueblos originarios, dado que hay

quienes asumen la identidad entre pueblos originarios y pueblos indios, y

quienes establecen una clara diferencia entre ambos o bien que simplemente

se llaman a sí mismos pueblos.

Actualmente se ha dado una interesante discusión sobre estos factores

que han dado lugar a un debate en relación al sentido y al estatuto de los

pueblos originarios en donde diversos autores contribuyen sobre distintos

aspectos que permiten una mejor definición de este tema de estudio.


19

María Ana Portal (Portal, 1997). Estudia San Andrés Totoltepec, uno de los

pueblos en la Ciudad de México, destacando su identidad, misma que

trasciende las fronteras, los marcos jurídicos y territoriales para ser y

pertenecer a una especificidad que se ve manifestada en las formas de crear y

desarrollar el mundo a través del tiempo, de la historia, de los rituales

colectivos, y de la misma noción de pueblo en el entorno urbano.

Portal puntualiza:

La hipótesis central que orienta la investigación consiste en las prácticas


religiosas ritualizadas del pueblo de San Andrés Totoltepec, representa
uno de los ejes fundamentales por cuya mediación se construye una
imagen del mundo y se organizan prácticas sociales.
En este marco mítico/religioso se articulan procesos urbanos y
tradicionales. Así que considero que la fiesta popular religiosa favorece
la construcción de referentes básicos y particulares, en la medida en que
la celebración del ritual religioso favorece la recreación de un origen
común y de una memoria colectiva. (Portal, 1997:30)

Andrés Medina (Medina, 2007). Expone los rasgos que nos permiten definir a

un pueblo originario, mencionando que se puede partir de la traza territorial, de

la toponimia, incluso de sus construcciones Iglesia, panteón, o bien de su

núcleo el centro del pueblo, sin embargo, el elemento definitorio radica en la

preservación de los ciclos festivos y ceremoniales.

De lo cual derivan dos grandes ejes teóricos: el de la presencia de la

cosmovisión mesoamericana, como concepción del mundo que sintetiza las

diversas tradiciones civilizatorias de los antiguos pueblos americanos; y el de la

organización social que genera y reproduce esta antigua tradición de

pensamiento, y que se expresa actualmente:


20

Como un complejo de organizaciones comunitarias comprometidas con


la realización de grandes ceremonias que establecen los ámbitos
simbólicos donde se mantienen y reproducen las identidades
comunitarias, la memoria histórica misma, los mitos y tradiciones.
(Medina, 2007:20).

El complejo, se refiere al Sistema de cargos que, siendo estructuras; formadas

por un conjuntos de personas, reconocidas algunas de ellas como

mayordomos, encargadas de organizar y llevar a efecto las fiestas y

celebraciones religiosas en los pueblos; se puede decir que son de vital

importancia dentro de la vida comunitaria al desempeñarse como núcleo sobre

el que se construye la organización comunitaria y la representación colectiva.

Iván Gomezcésar (Gomezcésar: 2004). Por otra parte, hace énfasis en el

origen prehispánico de las comunidades y en la posesión de una perspectiva

de territorio, aún en el caso de quienes hayan perdido la tierra, porque

considera que la idea del territorio se mantiene en la memoria y en el espacio

concreto en que se desenvuelve su vida cotidiana y sus celebraciones, lo que

denomina como <<Hipervivencia>>. Señala también la conservación del ciclo

festivo cuyo centro son las fiestas patronales, y un calendario ritual que

mantiene la continuidad con las fechas esenciales para la comunidad.

Otro punto a destacar en este caso es la preservación, de un grado de

autonomía en su funcionamiento interno, tanto en su vida ritual como en la

económica y política, que exitosamente han desarrollado algunos pueblos,

igualmente reconoce la importancia de la pervivencia de linajes y familias

troncales que constituyen un elemento vivo de los pueblos, al que se


21

mantienen ligados sobre todo en lo que se refiere a los asuntos territoriales y

ceremoniales. Finalmente, Iván (Gomezcésar: 2005). Pone de relieve la

existencia de una fuerte tradición de pensamiento, expresada en la memoria

histórica y en un conjunto de elementos civilizatorios mesoamericanos.

A decir de Gomezcésar:

Es importante considerar dentro del debate de la Reforma política la


pertinencia de tomar a este actor, el más antiguo y más persistente de
la cuenca y que merece mayor atención.
Debe reconocerse su personalidad como entes colectivos, sus
derechos y formas de representación políticas particulares y la defensa
de su cultura debe ser parte de una política central, incluyendo de
manera relevante el náhuatl que sigue siendo una lengua viva en esta
ciudad.
¿O es qué acaso la autonomía de los pueblos sólo es pertinente
en Chiapas o Oaxaca? La Capital de la República debe dejar de ser el
espejo de la herencia colonial que sólo celebra las obras de los indios,
pero no ve por ningún lado a sus descendientes indios. (Gomezcésar,
2005)

Pablo Yanes, (Yanes: 2007). Sugiere que la noción de pueblo originario nace

de un proceso de doble diferenciación: por una parte frente a la Ciudad, y por

otra frente a la idea de “lo indígena”.

Considera que el hecho de que los pueblos hayan convivido durante

varios siglos con una Ciudad, primero colonial y después liberal, que los

hostigaba y despojaba de sus bienes y tradiciones, además de que los pueblos

han hecho frente al peso del racismo y la discriminación, que los condujo a

construir una identidad diferenciadora, a la que llamaron pueblo originario.

Yanes comenta:
22

El Seminario (Permanente: Ciudad, Pueblos Indígenas y Etnicidad), nació


con la intención de abrir un espacio de visibilización, análisis y
problematización sobre la creciente transformación de los pueblos
indígenas en las Ciudades, en particular en el Distrito Federal.
Producto del nuevo ciclo de luchas de los pueblos originarios
asentados en las áreas metropolitanas, de las emergencias de un
movimiento social político en clave de reivindicaciones étnicas en los
centros urbanos, como resultado de las poderosas corrientes migratorias
de la segunda mitad del siglo XX y, en general, por el nuevo lugar en la
agenda pública que adquieren las reivindicaciones de los pueblos a partir
de las jornadas de resistencia contra la celebración del V Centenario de
la Conquista de América, en 1992, y muy especialmente del
levantamiento del EZLN, en 1994. (Yanes, 2007:12)

María Teresa Romero Tovar, (Romero, 2009). Añade sobre su sentido de

pertenencia fuertemente vinculado con su noción de espacio como territorio,

ella piensa que:

Además de esta riqueza cultural, la gran ciudad cuenta también con un


buen número de espacios habitados por pobladores que se consideran
originarios; es decir, pertenecientes a sus espacios por nacimiento. Vale
la pena matizar esta noción de "pertenencia a un espacio".
Cuando los originarios argumentan la idea de haber nacido en
determinado territorio, siempre se menciona a las generaciones pasadas
que también nacieron y crecieron ahí, se deja claro que tanto la familia
directa como la comunidad comparten este hecho, lo destacan como un
principio de identidad.
Sobre la idea de pertenencia, al narrar su historia se refleja un
doble sentido: ellos pertenecen a ese espacio y el espacio les pertenece.
En esta concepción también se hace explícito un argumento que apoya
este doble sentido de pertenencia y que le da un contenido simbólico,
ellos como originarios son herederos de "tradiciones"; con esto se
refieren a las prácticas colectivas que se realizan en torno a sus
23

creencias y a su forma de organización. De este modo, delimitan una


noción de espacio como territorio y como ámbito social, desde los cuales
se teje, de manera cotidiana, la cohesión social en una identidad
comunitaria de raíz histórica. (Romero: 2009)

Teresa Mora (Mora, 2008). Acude a la identificación de los pueblos originarios

como: “Unidades sociales portadoras de una singular identidad conformada por

su tradición histórica, territorial, cultural y política”. Puntualiza otros más como

es el reconocimiento de su historia indígena, como parte de los herederos del

Anáhuac con legítimo derecho a su territorio. Además de incluir la conservación

del nombre que les fue asignado durante la colonia, generalmente compuesto

por el de un santo patrono y un nombre en náhuatl; un patrón de asentamiento

particular, básicamente irregular y formado por estrechas calles y callejones; y

la vigencia de una estructura sociocultural integrada de manera compleja por

una red de relaciones extensa y heterogénea.

Esta autora enfatiza la circunstancia de que la noción de Pueblo

Originario responde también a una autodefinición de los pueblos del sur del

Distrito Federal, ya que en 1996 realizaron el Primer Foro de Pueblos

Originarios y Migrantes Indígenas del Anáhuac, en donde por una parte

asumen de alguna manera su condición indígena.

Y por otra, se reconocen como pueblos integrantes de la Ciudad de

México, la cual, a pesar de ser una megalópolis moderna, no ha logrado

desarticular estas unidades territoriales que recrean permanentemente su

definición histórica, territorial, económica, política y sociocultural.


24

Finalmente, Lucía Álvarez (Álvarez, 2009) propone una noción que asume a los

Pueblos Originarios en una perspectiva genérica cercana a la de Teresa

Mora, como:

Unidades sociales portadoras de una singular identidad conformada por


su tradición histórica, territorial, cultural y política‖, preexistentes a la
fundación de Distrito Federal y al ordenamiento jurídico-político que
detenta en la actualidad; que conservan cierta autonomía cultural y
política y se asumen al mismo tiempo como parte de la Ciudad
defendiendo su pertenencia, su identidad de pueblo y su derecho al
territorio. (Álvarez, 2009:9).

Para esta autora se trata de entidades con una arraigada herencia indígena o

colonial y fuertes lazos de parentesco, y que mantienen, en mayor o menor

medida, autoridades tradicionales y una estructura de organización

comunitaria que da sustento a los eventos festivos y rituales que las

cohesionan.

A decir de Lucía Álvarez:

Para aludir a estas comunidades algunos autores refieren a pueblos


periféricos, pueblos tradicionales o comunidades tradicionales, pueblo
singular o macrocomunidad y pueblo urbano. Algunas de las razones de
estas distinciones tienen que ver con aspectos como los siguientes:
1. No todos los pueblos realmente existentes tienen un origen netamente
prehispánico, sino que muchos de éstos fueron creados por la población
nativa durante el periodo colonial
2. los pueblos de origen prehispánico sufrieron fuertes transformaciones
durante el periodo colonial y adquirieron estructuras institucionales y
simbólicas diferentes
25

3. muchos de estos pueblos han sufrido importantes procesos de


hibridación que los ha llevado a incorporar prácticas y elementos
urbanos y mestizos, transformando así su carácter clásicamente
indígena
4. algunos de los pueblos han conservado el arraigo con la matriz cultural
mesoamericana, pero en otros es más visible la preservación de la
estructura y los patrones de la cultura mestiza colonial
5. buena parte de éstos han desarrollado una flexibilidad que les ha
permitido responder a las presiones del entorno político, jurídico y
urbano e interactuar con él, apropiándose de un conjunto de recursos y
estrategias de la vida moderna para sobrevivir y mantener su
integridad.
6. muchos de estos pueblos han perdido control sobre su territorio, lo que
los ha despojado de uno de sus principales elementos constitutivos.
(Álvarez, 2009: 10)

La diversidad de acepciones en relación a los pueblos originarios y la riqueza

de elementos que se asignan brindan un marco teórico de referencia muy

completo y sin duda muy complejo al ir sumando la experiencia del trabajo de

campo que ha ido nutriendo la comprensión sobre las realidades que los

pueblos presentan.

Este actuar nos pone en contacto con el complejo entramado de

relaciones que los constituyen, su historia como colectivo y sus historias a nivel

personal, producto de sus procesos de transformación, la diversidad de

condiciones, situaciones y estrategias que los distingue, que han conformado

un universo que identifica al mismo tiempo ciertas matrices comunes y

modalidades constitutivas fuertemente diferenciadas de otros grupos que

habitan y son en la Ciudad de México.


26

Identidad
Es importante resaltar el concepto de identidad, es decir, la forma en que las

personas y los grupos humanos se definen quiénes son y lo que significa ser

eso que son. En general se puede afirmar que los individuos tenemos muchas

identidades, que provienen de nuestro origen familiar u grupal, principalmente,

además también puede influir nuestra posición social, nuestra ocupación,

nuestras convicciones, gustos, la edad, etc. Las variaciones son infinitas y

están en constante movimiento y cada persona puede, y suele ocurrir, tener

múltiples identidades.

Las identidades son subjetivas puesto que es una persona en particular

la que las siente, y conllevan una fuerte carga emocional, ya que el hecho de

identificarse con un grupo o con una colectividad contiene una fuerte carga de

sentimientos de apego en una diversidad de elementos culturales, históricos,

visibles en una determinada forma de comer, de vestirse, de hablar, de actuar,

de habitar un espacio, y con esto diferenciarse de otros que poseen distintas

identidades (Navarrete, 2004).

Existen dos tipos de características que enmarcan las identidades

colectivas, y son que, estas pueden ser voluntarias (auto adscripción), como los

aficionados a un equipo deportivo, o una organización política, -esta idea está

más cercana a lo que sucede con un fan, que con su admiración y/o simpatía o

conveniencia se adscribe de forma personal y voluntaria a cierta organización

o colectivo-. O pueden ser obligatorias (adscriptiva), como las de los nacidos

en determinado país, o la de los individuos pertenecientes a cierta ciudad,

barrio o grupo étnico.


27

Las identidades colectivas han definido en muchos de los casos

fronteras en un grupo social, o bien, han conformado toda una sociedad que se

considera distinta a la de los demás. Un claro ejemplo sería, las personas que

pertenecen a un pueblo, quienes se organizan entre sí, eligen autoridades o

representantes de gobierno para constituirse en una comunidad relativamente

autónoma, puesto que a su vez son ciudadanos que forman parte de una

nación en la que comparten una identidad nacional, regida por una serie de

derechos y obligaciones escritos en una constitución y un gobierno común.

También las identidades colectivas son subjetivas e intersubjetivas, y se

manifiestan a nivel grupal visible y efectivamente. En el tema que nos ocupa

podemos verlo a través de las mencionadas festividades patronales o fiestas

del pueblo, en su aplicación práctica como el adorno del centro religioso, de las

casas, en fin de las formas en que alteran la realidad cotidiana para destacar

esa identidad común.

Aquellos que pertenecen a este conjunto, suelen tener una visión

común de su historia, que podemos registrar en sus relatos y anécdotas que

ilustran las investigaciones de los pueblos, conformando y exhibiendo una

pertenencia tanto en la mirada propia como ante la mirada de los demás,

generando sentimientos de orgullo, diferenciación y pertenencia.

En otro aspecto la identidad de estos pueblos es también muy objetiva, y

se manifiesta en recursos como serían los símbolos, los objetos, sus formas

de organización, sus discursos, algunos medios informativos, que les definen y

les actualizan, manteniendo su existencia al paso del tiempo y aún ante el

embate de otras identidades.


28

Para terminar este apartado, hemos de insistir en que la identidad se

transcribe en una realidad que interactúa con otras identidades, y sobre todo

que va de la mano con la cultura que se encuentra en constante movimiento,

que se mezcla, que toma elementos propios y ajenos para reafirmase, que

pone una intencionalidad en ello, y que la autenticidad de esa identidad está

determinada por los individuos que la portan y la ejercen.

Coincidimos, entonces, con lo que señalo Federico Navarrete:

Podemos decir entonces, que cualquiera de las diferentes


características culturales o físicas de los grupos humanos pueden ser
utilizadas, por ellos mismos o por los demás, para definir su identidad
étnica, sin que eso signifique que exista una relación automática o
necesaria entre ambas. El que un rasgo en particular como el aspecto
físico o la lengua o la forma de vestir, sea usado para definir la categoría
étnica depende de la historia particular de cada grupo y más
ampliamente del sistema de relaciones interétnicas a las que pertenece.
Esto quiere decir, que no hay identidades ―autenticas‖ y que lo
fundamental para comprender la definición de las identidades es
comprender la interacción entre los grupos humanos y la manera en que
marcan sus diferencias en el marco de las relaciones interétnicas.
(Navarrete, 2004:21)

El caso de San Pedro Xalpa

La primera acción que se planteó en este trabajo de investigación fue ubicar un

pueblo originario en la ciudad siguiendo los referentes teóricos de los

especialistas, en una zona que hasta ese momento no había tenido una

presencia ni en los seminarios, ni en las asambleas u otros eventos y actos

relacionados con las discusiones en torno al tema.


29

Fue así como se seleccionó la delegación de Azcapotzalco, con la

premisa de que política, económica y socialmente ha sido una zona de gran

importancia en términos históricos, desde la época prehispánica y

posteriormente en la colonia, sin olvidar que durante el siglo XIX tuvo su

interés para la dictadura porfirista. En el siglo XX, Azcapotzalco, tuvo un

crecimiento industrial y urbano de manera agigantada, que modifico de manera

sustancial su forma de ser, su identidad y sus referentes ligados a ella.

El territorio, intrínsecamente ligado a su definición, sea un espacio físico

o uno construido simbólicamente, es uno de los elementos definitorios para los

pueblos originario. Condensa un espacio adecuado para satisfacer sus

necesidades y para reproducir sus identidades. Es un hecho que este territorio

tiene que vivirse, apropiándoselo dentro de constantes conflictos,

enfrentamientos o negociaciones entre identidades diversas.

Es, Gilberto Giménez, conceptualiza lo que consideramos un territorio:

El territorio (es) el espacio apropiado, (que supone productores, actores y


consumidores del espacio como son entre otros, el Estado, las
colectividades locales, las empresas, los individuos, etc.) por un grupo
social para asegurara su reproducción y la satisfacción de sus
necesidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicas. (Giménez,
2001:6)
En este concepto, el espacio se considera como la materia prima a partir de la

cual se construye el territorio y, por lo mismo, tendría una posición de

anterioridad con respecto a este último. El espacio sería una porción cualquiera

de la superficie terrestre considerada antecedente de toda representación y de

toda práctica.
30

El proceso de apropiación sería entonces indispensable al territorio. Este

proceso, marcado por conflictos, permite explicar de qué manera el territorio es

producido, regulado y protegido en interés de los grupos de poder. Es decir, la

territorialidad resulta indisociable de las relaciones de poder.

En la apropiación territorial es dónde reside la importancia de ser pueblo

en pleno siglo XXI, es ahí donde se ha logrado recrear su identidad colectiva, a

través de las fiestas que van de la celebración del Santo Patrón, hasta las

celebraciones de Día de muertos, Semana Santa, a la Alquila o la fiesta de los

Naturales.

Porqué es importante su definición.

A lo largo de este capítulo se anotó una serie de aspectos que sumados entre

sí, conforman las más importantes características de los pueblos originarios.

La historia del espacio urbano de la Ciudad documenta que la

urbanización y la industrialización han sido procesos de fuerte transformación

identitaria para los pueblos, en cuyo caso, el territorio ha realizado una

relevante función.

Es evidente que las reducciones y adaptaciones han deteriorado el

espacio urbano, y el territorio, y que ello, ha influido en las transformación de

las identidades marcando ciertas diferencias entre un ciudadano que

pertenece a un pueblo, o, a una colonia, o, a un fraccionamiento existen, y

existen también para un habitante de un pueblo originario de esta ciudad.

Para un habitante de san Pedro Xalpa las costumbres y creencias que

marcan sus decisiones día tras día, pertenecen a una cultura que requiere

entenderse.
31

La importancia de no olvidar
A decir de Ana Rosen, “la historia de un pueblo jamás podría ser una sola, se

trata de un cúmulo de versiones encontradas que forman una versión más

fuerte. Se trata de interpretaciones diferentes de la realidad”. (Rosen, 2002:62)

En San Pedro Xalpa, un hecho muy lamentable es que la historia de los

pueblos no sea conocida por sus mismos habitantes. Existe una ruptura

generacional en varios niveles, aunque paralelamente hay una permanencia y

una reproducción de procesos simbólicos.

Una anécdota al respecto es que hubo compañeros –algunos

estudiantes de la ENAH; de la UNAM y de la Universidad Pedagógica- que al

conocer mi tema de investigación, su opinión inmediata era negar la existencia

de los pueblos y argumentar que no quedaba absolutamente nada de esos

pueblos para luego, reconocer que sus abuelos (tíos, primos) continúan

participando en las mayordomías, en las misas del pueblo manteniendo vivas

creencias de antaño. Y finalmente terminar recomendándome visitar a tal o

cual persona que seguramente está al tanto de las tradiciones del pueblo.

Fue así, que he podido enterarme que hay un museo de piezas

arqueológicas, supuestamente tepanecas, rescatadas y expuestas por un

vecino en su propia casa y exponiéndolas como a él se le ha ocurrido. Incluso

hay algunos bocetos de trabajos de historia oral, en el reciente archivo de

Azcapotzalco2, estudios que no les han dado continuidad y cuyo contenido se

desconoce.

Es por eso que se considera que las lecturas que hagamos de este

sujeto social serán fundamentales para el desarrollo y crecimiento de los

2
El Archivo Histórico de Azcapotzalco fue inaugurado en día lunes 10 de julio del año 2000, en
la Casa de las Bombas en el centro del Jardín Hidalgo. Cuenta con cerca de 800 documentos.
32

habitantes mismos del pueblo, de la delegación, de los ciudadanos en este

país: la importancia de lo local en un contexto global.

A lo largo de la historia misma de la ciudad, numerosos intelectuales han

reconocido la valiosa aportación de las costumbres y las tradiciones de los

pueblos, una contribución que significa mucho para los aspectos cosmopolitas

de la Ciudad de México; a través del transcurso del tiempo.

Vivir en la ciudad -aparentemente fragmentada- conlleva asimismo el

reto de habitarla, de ser en la ciudad conviviendo con otro gran número de

identidades: colectivas e individuales, por lo que es necesario reconocer

algunas de ellas (Silva, 2001). Reconocer algunos puntos de partida de estas

identidades para comprender las construcciones simbólicas y sus modos

distintos de organizar la vida urbana que implican formas de ciudadanía

diferentes.
33

II.- PANORAMA HISTÓRICO.


Para los pueblos originarios reconocer el antecedente prehispánico es un

elemento sustancial que los vincula a un pasado a un referente histórico que

les brinda pertenencia.

El doctor Andrés Medina (Medina, 2007, 15). Considera que la Ciudad

de México resume de muchas maneras las características diversas de la

nación, la cual, desde sus orígenes mismos, como capital novohispana, ha

mostrado sus afanes cosmopolitas y los ha mantenido hasta la fecha, a pesar

de las más diversas vicisitudes históricas.

La Ciudad de México, en ese mismo sentido, ha conformado su ser con

dos civilizaciones enfrentadas, que definen a sus protagonistas como

“españoles “e “indios”, transformados en el largo proceso histórico de cinco

siglos, una constante que aparece en la conformación de su identidad, una

identidad política y cultural, misma que tiene una gran importancia en términos

sociales, económicos y culturales.

Azcapotzalco
Azcapotzalco se conformo como es actualmente con sus límites y superficies

actuales en 1971. Es una de las 16 delegaciones del Distrito Federal. Está

situada al noroeste del Distrito Federal y colinda con los municipios de

Naucalpan y Tlalnepantla del Estado de México, y con las delegaciones

Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. En náhuatl, este nombre

significa "en los hormigueros" de azcatl, hormiga; potzoa o potzalli, montículo;


34

co, en o sobre.
35

Azcapotzalco, ocupa el 2.24% del territorio de la Ciudad de México y el

4.4% de la zona urbana de la entidad. Ocupa el punto noroeste o

noroccidental que antiguamente fuera la región más prolífica de la cuenca del

Lago de Texcoco, y centro de la capital tepaneca. Sus coordenadas

geográficas son: al norte 19° 31'; al sur 19° 27' de latitud norte; al este 99° 09'

y al oeste 99° 13' de longitud oeste.

Abarca una superficie total de 33.86 kilómetros (INEGI, 2005).

Respecto a su división geoestadística, se conforma por 2,763 manzanas

distribuidas en 88 Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB’S).

La Delegación Azcapotzalco se encuentra en el altiplano mexicano a una

altitud promedio de 2,240 m.s.n.m., con una pendiente media menor al 5%.

Respecto de su zonificación geotécnica, se encuentra en la Zona II de

Transición en la que los depósitos profundos se encuentran a 20.00 m. de

profundidad y que está constituida predominantemente por estratos arenosos y

limoarenosos, intercalados con capas de arcilla lacustre. Lo anterior supone la

existencia de restos arqueológicos, cimentaciones antiguas, grietas y

variaciones fuertes de estratigrafía que puede originar asentamientos

diferenciales de importancia. La Delegación cuenta solamente con 100 ha. de

cobertura vegetal, debido al intenso uso urbano del suelo.

El clima predominante en la delegación es templado sub-húmedo con

bajo grado de humedad, una temperatura media anual de 16ºC y precipitación

pluvial anual promedio de 758.4 mm.


36

Debido al crecimiento urbano y su topografía plana, no existen corrientes

superficiales en toda su extensión, carece completamente de depósitos o

cuerpos de agua, no obstante que a mediados del siglo pasado el 50% de su

territorio estaba inundado. Sin embargo, cabe señalar que toda el área cuenta

con recargas acuíferas subterráneas, actualmente sobreexplotadas.

Así también, la delegación forma parte de la Cuenca de los Ríos

Consulado y el de Los Remedios. Este último se localiza fuera de la

delegación, casi paralelo al límite norte, es uno de los ejes del desagüe del

Valle de México. Se inicia en el Vaso de Cristo, localizado entre los municipios

de Naucalpan y Tlalnepantla, en donde se concentran gran parte de los

escurrimientos de la zona poniente del Valle de México.

En cuanto a su población las cifras estimadas del censo de 1990

calculan 444.042 habitantes, lo que representaba el 5.76% de toda la población

del Distrito Federal.

Etapa Prehispánica
Para iniciar esta historia enmarcaremos el siguiente acontecimiento –muy

extenso y bien documentado por historiadores y etnohistoriadores (Alba,

1965; Chapman, 1952; Gibson, 2003). La muerte de Tezozomoc,

probablemente en 1426-1427, ocasionó un agudo cambio en los asuntos de

los tepanecas, ya que brindó una oportunidad para la usurpación de un nuevo

gobernante, Maxtla, quién inició a su vez la guerra tepaneca de los últimos

años de la década de 1420 y los primeros los de la década de 1430, guerra

que causó una rápida disminución del poderío tepaneca.


37

Los tepanecas fueron derrotados por dos tribus que se aliaron: los

mexicas y los acolhuaques. Las principales comunidades tepanecas fueron:

Azcapotzalco, Tenayuca, Tlacopan, Toltitlan, Cuautitlan, Xaltocan, y Tacubaya

todas fueron vigorosamente atacadas por los aliados.

La muerte de Maxtla y el fin de la guerra Tepaneca, significó el rápido

desarrollo del poderío de la tribu de filiación acolhua bajo el gobierno de

Nezahualcoyotl, así como la expansión más o menos independiente de

Tenochtitlán, bajo Izcoátl. Azcapotzalco fue reducido en importancia y por

acuerdo entre los mexicas y los acolhuaques el pueblo de Tlacopan se

convirtió en la capital de la región tepaneca.

Aunque, según Gibson: Tlacopan y Azcapotzalco podían ser

consideradas como una sola cabecera organizativa con 1000 tributarios

registrados (Gibson, 2003: 68-69).

Emma Pérez Rocha escribe:

Tacuba –antiguamente Tlacopan- era el centro rector de una amplia


zona integrada étnicamente por los tepanecas, grupo que mantuvo la
hegemonía en el Valle hasta que arribaron los mexicas. Su territorio era
muy amplio: ubicado al poniente, abarcaba algunos lugares de los
actuales estados de Hidalgo y de México. (Pérez, 2007: 55)

Los Tepanecas y su Situación Tribal

La situación de los grupos étnicos mexicas, acolhuaques y Tepanecas, en

1519, fue el resultado final de una historia compleja. Durante siglos, el ascenso

y la caída de tribus en el Valle de México habían estado regidos por victorias y

derrotas militares, y la expansión y reducción de áreas controladas habían sido

procesos recíprocos complementarios. Las relaciones inestables entre un


38

pueblo y otro marcan la usurpación tepaneca y la transacción hacia la triple

Alianza entre México Tenochtitlán, Tlacopan y Texcoco.

La influencia perdurable de estos grupos tribales en la época azteca

tardía ha sido con frecuencia oscurecida por los espectaculares

acontecimientos imperiales que marcaron el siglo anterior a la conquista

española.

La triple alianza y sus momentos, términos y circunstancias militares,

económicas y políticas que sucedieron indican aciertos y fracasos, y puede ser

considerada, en cierto sentido, como una afirmación de auto preservación de

las tribus subordinadas que podían cuestionar en un momento dado la

dominación absoluta de los mexicas en todos los asuntos del Valle. Se puede

deducir que las instituciones del imperio azteca tardío muestran no sólo que las

unidades tribales fueron preservadas sino que también ocupan en el orden

estructural un punto de gran importancia.

En los documentos de Archivo se encuentra que la organización social

en Azcapotzalco estaba conformada, en 1532, con 23 calpullis o barrios entre

ellos: Pochtla, Izquitlan, Tetlaxuman, Azcacualco, Tlamatzinco, Atenco,

Amolonco, Amalinaltzingo, Nextengo, Xalpa Mazatlan, Ahuizotla, Tlihuacan,

Cuautla. Dentro de estos barrios se encontraban escuelas de mancebos

llamados telpuchcallis, donde se impartían todo tipo de conocimientos: templos

donde hacían bailes rituales y festejaban al dios del calpulli, además de

celebraciones de índole agrícola (AGA, 2004).


39

Para cerrar con esta primera parte remitiré al lector a observar el mapa

de González Aparicio para ubicar la presencia del grupo tepaneca, en el puede

verse también el calpulli de Xalpan Mazatlán, que sería más tarde San Pedro

Xalpa.
40

Etapa Colonial

A la llegada de los españoles comienza el proceso denominado la Colonia. En

esta etapa, la producción se caracterizó por el uso del trabajo indígena esclavo

y los servicios personales de los indios encomendados.

Agustín Cué, plantea que la encomienda fue ampliamente utilizada para

subyugar a la población originaria. La encomienda es el sistema por el cual los

colonizadores españoles contraían el compromiso de cristianizar a los indios

que a ellos encomendaran y protegerlos, a cambio de tributos y servicios de

estos últimos, en las tierras y minas propiedad de aquellos (Cué, 1963:60).

De 1640 a 1740 transcurre el período conocido como “el siglo de la

depresión económica”. Un tiempo histórico poco estudiado, oscuro, en donde

no parece ocurrir nada importante, sin embargo, es una época de incubación

de procesos sociales, políticos y económicos de gran trascendencia. Pues a

decir de Xóchitl Ramírez y María Ana Portal:

Es el momento en que se consolida el monopolio comercial entre


España y sus colonias y se diversifica el comercio. Decae la encomienda
y nacen la hacienda y el peonaje, se establece la potencia económica y
política de la iglesia, de los comerciantes y los hacendados y se
establece claramente la dominación del blanco sobre las masas
indígenas. (Portal, 1995:31)

La Cabecera Y Sus Barrios

En Azcapotzalco la institución española llamada cabeza o cabecera se volvió

fundamental para la organización política y económica colonial. En esa época,

la variante “cabecera” se prefirió al término castellano “cabeza” y se adaptó al

término “sujeto” con preferencia a las de “aldea” o “lugar”. Las subdivisiones de


41

los pueblos indígenas se llamaron “barrios”, si eran partes relacionadas de sus

cabeceras y “estancias” si estaban situadas a cierta distancia. En algunos

casos los colonizadores no podían decir si determinado “sujeto” debía de ser un

“barrio” o una “estancia” y aun toda distinción tendió a desaparecer con el

tiempo.

Los colonizadores encontraron una base para la clasificación de

“cabecera” y “sujetos” en un nivel que podría llamarse preimperial dentro de la

sociedad indígena, en donde las principales comunidades estaban

tradicionalmente gobernadas por jefes indígenas y se subdividían según la

unidad territorial.

Para imaginarnos cómo era esta región, la investigadora Emma Pérez

Rocha describe las características físicas de Tacuba en la época antigua:

Encontramos una serranía conformada por lomeríos de suave declive y


una planicie que fueron determinantes para el tipo de merced otorgada:
cría de ganado menor, en especial cabras, en los lomeríos, y tierras para
sembradío en la planicie. Región de alta pluviosidad, bien irrigada y con
tierras de buena calidad –-además de proveedora de mano de obra a
través de la encomienda y el repartimiento--, hicieron de ella el centro de
desarrollo de un buen número de haciendas, ranchos y molinos que
incrementaron su importancia agrícola. (Pérez, 2007:51)

Para comprobar la cantidad de tierra que poseía Azcapotzalco y sus veintisiete

barrios, se ilustrará con la siguiente anécdota de archivo:

El día 1º de mayo de 1709, el juez comisario Don Nicolás de Liznaga


llevó a cabo la llamada ―vista y tanteo‖ con la ayuda de los vecinos y
otros personajes de la época, como los señores Marco del Castillo,
gobernador de la provincia y también Don José de la Cruz y Don
Domingo Ramos, alcaldes ordinarios.
42

Se reconoce que Azcapotzalco estaba formado por más de


veintisiete barrios.…y las tierras de dichos pueblos y sus parcialidades
de los mexicanos y los tepanecas, que poseen bienes, en su comunidad
en que caben cuatro fanegas de maíz de sembradura, están en la parte
que llaman los Ahuehuetes y Giloteptitla, que lindan por la parte de
Oriente con tierras de los naturales de Santiago Ahuexotlan, por el
Poniente con tierras del barrio de San Pedro Mazatlán, por el Norte con
el río que baja de Nuestra Señora de los Remedios y por el Sur con el
cercado del convento de ese dicho pueblo de Azcapotzalco. El producto
de dichas tierras de comunidad se gasta y distribuye en las festividades
anuales. (Sánchez, 1974: 65, 66).

Para concluir con su “tanteo”, los señores ya mencionados arriba, dijeron que:

El pueblo de Azcapotzalco se halla en quieta y tranquila y posesión de


ellas; así en plan, que es toda de tierra laboría, sembrada de trigo y
maíz, como la loma de dichos barrios de Santa María Xocoyohualco y
Santa Cruz del Monte. Y ―tanteada‖ toda ella, hallan doce caballerías de
tierra poco más o menos, así como otras ocho caballerías, que dentro de
los límites y linderos poseen distintos españoles; advirtiendo que en las
dichas doce caballerías de tierras se incluyen como caballería 3 y media,
poco más o menos, que tiene el pedazo de tierra que poseen dichos
naturales como de su comunidad.” (Sánchez, 1974: 69).

Los “veintisiete” barrios –antiguos calpullis- de los que se habla, y que en la

lista siguiente suman treinta y dos, eran: San Bernabé, San Lucas Acalotenco,

Nuestra Señora de la Concepción, Santa Apolonia, San Nicolás, Santo

Domingo, San Miguel Amantla, San Simón, Santa Catarina, San Andrés

Huautla, Santa Bárbara, San Marcos, San Martín Xochinahuac, San Juan

Tlilhuaca, Santa María Malinalco, Xocoyohualco, Los Reyes, San Juan

3
Medida antigua de terrenos. Una “caballería” equivale a 42.8 hectáreas.
43

Mexicanos y San Juan Tepanecas, San Pedro Xalpa, San Bartolo

Cahuantongo, Santiago Ahuizotla (o Ahuexotlan), San Salvador Xochimanca,

Santa Lucía, Santa Cruz Acayucan, San Francisco Xocotitla, San Francisco

Tetecala, San Miguel Nextengo, San Mateo Xalpa, San Sebastián, Santo

Tomás Tlatilco y Santa Cruz del Monte. (Sánchez, 1974:39)

Entre los barrios o pueblos originarios que más tarde serían reconocidos

como barrios coloniales 4 se encontraban: San Simón, San Marcos, Santo

Domingo, Santa Bárbara, Santa Catarina, San Mateo, Santa Lucía y –de

nuevo presente- San Pedro Xalpa.

Fue durante esta etapa cuando, bajo la dirigencia española, las manos

indígenas construyeron las iglesias católicas y urbanizaron el caserío la

mayoría de las veces siguiendo la antigua traza del lugar (AGA, 2004:113).

Las autoridades llevaron a cabo censos que les permitían saber con qué

población se contaba, en qué lugares y a qué se dedicaban para administrar

tales recursos. Esto dejaría referentes y es por eso que, años más tarde, los

criterios empleados por las autoridades administrativas para lograr clasificar a

los barrios, serían principalmente dos: el primero la presencia de una iglesia

fechada en la época colonial, y el segundo la traza urbana del barrio.

Habrá que recordar a Gibson, quién explica los principios de la

planeación urbana en la Ciudad de México:

En la ciudad los primeros españoles eligieron en un principio el área


central (…) como la zona de ocupación blanca. La región inmediata que
rodeaba esta traza comprendía la comunidad indígena (…). La traza

4
Es importante anotar que se desconocen los criterios por los que fueron aceptados como
coloniales estos pueblos y descartados los otros, siendo una duda interesante para otro
momento de la investigación.
44

estaba simétricamente trazada con calles que lindaban bloques


rectangulares. Aunque se hicieron algunas modificaciones en su tamaño
y forma interna, su plan ordenado siempre contrastó con la disposición
irregular de las calles en los barrios indígenas. (Gibson, 2003: 379)

Posteriormente la traza sería sinónimo de distribución urbana, concepto que ha

servido para manifestar años más tarde algunos motivos de exclusión, teniendo

por una parte la traza de la <<urbanidad>>, planeada por el español y por otra

la traza irregular de los poblados indígenas y mestizos, es decir, de las clases

populares.

Las Haciendas
Hacia 1704, en Azcapotzalco, encontramos Las haciendas de Clavería, de

Careaga o del Rosario, y de San Antonio; así como ranchos de Amelco, San

Rafael, San Marcos, Pantano, San Isidro y Azpeitia (Sánchez, 1974, 66).

Respecto de la tierra, no cabe duda que la hacienda llegó a ser el modo

de control predominante. Gibson refiere que:

Algunas comunidades indígenas se reagruparon –después del momento


de la conquista- y se les asignaron parcelas tlalmilli nuevas o reducidas y
siguieron funcionando. Pero no todos sus miembros tomaron esta
decisión al mismo tiempo. Los gobernadores vendieron tierra a las
haciendas o las usurparon ellos mismos. Los caciques se convirtieron en
hacendados, los maceguales en peones. (Gibson, 2003: 417).

Del anterior comentario se reafirma el constante recuerdo que algunos

pobladores de San Pedro tienen de sus antepasados, al situarlos como parte

de la servidumbre de los ranchos y las haciendas. Así mismo, se consideraba a

esos ranchos y haciendas, como lugares donde podían vender sus excedentes
45

agrícolas, vendiéndolos cuando ellos no podían acudir a Tacuba o

Azcapotzalco (centro).

El ritmo y la intensidad de estos procesos, relacionados con el período

colonial, variaron de una región a otra en la Ciudad de México. Tacuba y el

resto de Azcapotzalco fueron de las primeras zonas codiciadas por los

españoles, en gran medida deducimos que fue por sus características físicas,

en contraste estaría Xochimilco que carecía del tipo de tierras ambicionadas

por los españoles lo que permitió, en un primer momento, conservar su

economía gremial y su agricultura de chinampas a través de todo el período

colonial.

Continuando con el trabajo de Gibson, él resume de la siguiente forma:

Lo que hemos estudiado es la decadencia de un imperio y una


civilización indígenas. El imperio se desplomó primero y la civilización se
vio fragmentada en comunidades individuales. Hubo cierta creatividad en
las primeras etapas de la transición, pero no puede decirse que el
proceso en conjunto haya sido productivo para los indígenas.
La comunidad fue la unidad social indígena más vasta que
sobrevivió. La cofradía y la fiesta la apoyaron. Casi todos los indios se
sometieron a las exigencias de los españoles y protestaron sólo rara
vez. La civilización se vio invadida de rasgos españoles en muchos
puntos, pero conservó su particular carácter indígena en parte por
convicción, en parte porque fue reducida a una categoría social tan baja
que no tuvo ocasión de cambiar. Una de las primeras reacciones
individuales y más persistentes fue el darse a la bebida. Si hemos de
creer en nuestras fuentes, pocos pueblos se inclinaron tanto a la bebida
como los indígenas de la colonia española en el curso de la historia.
(Gibson, 2003: 418).
46

Los pueblos naturales de la Ciudad


A decir de Andrés Lira, los siglos XVIII y XIX, fueron determinantes para el

reconocimiento de los pueblos de esta nación. Los constantes cambios en los

procesos gubernamentales llevaban a modificar la conducta de las

comunidades de los “naturales” para subsistir territorialmente en la Ciudad de

México.

Fue en el siglo XIX cuando desaparecieron los barrios completamente


indígenas a medida que <<el empadronador sigue las hileras de corrales
con jacales>>, un empadronador que a criterio personal (determinado en
mucho por el contexto social vigente) señalaba y registraba a ―ojo de
buen cubero‖ aquellos lugares que le parecían ―pueblos‖,‖ barrios‖,
―colonias‖. (Lira, 1995:103)

Aquí se toca un tema que es muy importante, que es la objetividad de quién

recupera la información -incluyendo a los administradores, los académicos, o

los habitantes del propio lugar- Andrés Lira nos dice:

Los datos de los empadronadores, pese a la fijación previa de los


criterios con que debían hacerse, no son precisos ni uniformes. Hay
evidentemente juicios al emplear esos criterios, y esto lleva a variaciones
más o menos desconcertantes, ilustra un hecho bien importante para
nosotros: las calidades y cualidades que ciertos hombres veían en otros.
(Lira, 1995:104)

Se designaba de esta manera quiénes eran familias “originarias”, y las mismas

(o mejor dicho sus sucesores) seguirían manteniendo una identidad que se

pondría en activo, en determinadas situaciones sobre todo colectivas, como

podría ser en las fiestas patronales o dentro de la misma organización familiar.


47

El siglo XX. Primera parte


Durante el siglo XX, y a medida que los barrios del centro reciben a las clases

populares más numerosas, las clases acomodadas se instalan en los nuevos

barrios del noroeste.

Estas nuevas colonias no fueron ya barrios organizados alrededor de la

Iglesia, sino fraccionamientos homogéneos (colonias) o mansiones

acaudaladas y lujosas. Con la expansión del espacio urbano siguieron los

trenes; primero de mulas y después los eléctricos. Dando servicio, en algunos

ejes principales, hacia varias villas de la parte occidental del Valle (Tacuba,

Tacubaya, y San Ángel) donde las familias adquirieron o construyeron casas de

campo o quintas.

En 1910 el general Porfirio Díaz, quien frecuentaba la zona de

Azcapotzalco, inauguró la avenida Centenario, primera vialidad en la

municipalidad –hoy delegación- que tuvo asfalto de mármol e iluminación

eléctrica con faroles, la cual conserva su traza original desde el antiguo pueblo

de Tlacopan o Tacuba hasta el actual centro de la delegación.

A principios del siglo circulaba el tranvía cuya estación principal estaba

frente a la catedral de Azcapotzalco, en la actual colonia “Villa de

Azcapotzalco”. Ante este cambio en el entorno urbano los pueblos fueron

perdiéndose en el espacio, la mancha urbana los rodeaba.

Se debe señalar que a pesar de la cercanía con el centro de la ciudad,

Azcapotalco se mantiene distante de la urbanización que aconteció en el

primer cuadro de la ciudad, salvo por tres puntos que será importante subrayar:

los dos primeros son los puntos de comunicación; el primero es, la construcción
48

de tres líneas de ferrocarril, el Nacional, el Central y el Montealto que

atraviesan la delegación en sentido norte-sur.

Un segundo punto, es la inauguración, en 1882, en el servicio del tranvía

que comunica Azcapotzalco, con Tlalnepantla y con Tacuba. Estos dos

sucesos estimularon el crecimiento de la Villa de Azcapotzalco, al mismo

tiempo que fortaleció con ello uno de los ejes que atravesará de manera

irreversible a la delegación: con los medios de acceso viene la gente.

Y como tercer punto, en 1906, se autorizan dos colonias nuevas en

Azcapotzalco, fraccionamientos beneficiados con los medios de comunicación

implantados. Nos referimos a la colonia San Álvaro, que se localiza en la

Avenida México Tacuba y la colonia Aldama, colindante con FF.CC. Central al

norte del Río Consulado.

Debemos resaltar que estos tres fraccionamientos se hicieron

oficialmente y expresamente para “obreros” (Berra, 1980). Aunque en realidad,

solamente la colonia Aldama logró ese objetivo. Probablemente el criterio para

proyectar ese destino de las colonias se debe a su relativa cercanía a las

industrias en Tacuba y en Atlampa, así como la concentración de terminales de

ferrocarriles un poco más al sureste.

El siglo XX, Segunda parte


Hasta el porfiriato -con las excepciones antes expuestas-, Azcapotzalco,

continuaba con un patrón de asentamiento regido por la lógica rural: la

cabecera y su centro administrativo, con sus barrios circundantes de los cuales

tenían estrechas relaciones esos numerosos pueblos con las haciendas o

rancherías.
49

La disposición de estos poblados en conjunto, deja entrever que su

dependencia en cuanto a la producción económica sea agrícola o de tipo de

servicios del peonaje para las haciendas o inclusive de la explotación de los

reducidos terrenos comunales, no era absoluta, sin duda la economía tuvo que

irse dirigiendo hacia actividades productivas y comerciales cuyo mercado cada

día más creciente: la Ciudad de México, lo que genero que los poblados y sus

terrenos se densificaran y se extendieran de manera irregular sobre sus tierras

circundantes, hasta quedar finalmente reducida, por mencionar el caso de la

economía agrícola, con una producción de autoconsumo.

La investigación documental y la exploración del asentamiento permite

reconocer, desde principios de siglo, su traza urbana en la que destaca: Un

corazón urbano que continúa conservando un nombre indígena junto con el

nombre de Santo Patrono y su Iglesia, y que, sumando el panteón, y el kiosco

conforman visiblemente lo que vemos de pueblo hasta nuestros días. A decir

de un habitante de San Pedro:

Nosotros tenemos el kiosco, tenemos la Iglesia, el panteón, tenemos lo


que es el centro de nuestra comunidad y que es la esencia se puede
decir de lo que ahora es la colonia -que ahora es Ampliación San Pedro
Xalpa-, verdad, y que antes eran los ejidos. Entonces, yo creo que
tenemos muchos pueblos pero desgraciadamente la ciudad nos absorbe
y la misma delegación y el mismo gobierno nos llama ―colonias‖ cuando
debería de seguir diciendo pueblo de. (Raúl).
Nuestros límites son por el lado norte el eje tres norte San Isidro,
de lado sur, eh la unidad deportiva Benito Juárez ó la calle Manuel
Bauche, ¿verdad?; de lado oriente sería la calle de Renacimiento y el
lado Poniente la calzada de las Armas.
Sí. A partir de ahí comienza la colonia, en la parte sur poniente.
La colonia es podríamos decir diez veces más grande que el pueblo.
50

[El pueblo llegó a poseer] lo que hoy es la zona de


militares.‖(Anónimo.)

Debe notarse la referencia obligada al proceso agrario, que para muchos,

marca una de las fechas importantes para la posesión de los terrenos del

pueblo:

Ahí tenemos la extensión más grande de lo que era el ejido. Lo que


ahora es la colonia Ampliación San Pedro Xalpa, que son otras
fracciones que nos correspondían y ahora es del Instituto Mexicano del
Seguro Social, actualmente la unidad Benito Juárez.
Son fracciones de terreno que eran nuestras, por así decir entre
comillas, pero que ahora son de otras razones; otra es propiedad del
ejército y el otro, por ser escuela pues es zona federal y una parte más
de la Comisión Federal de Electricidad, una subestación que tenemos
también que era parte de nuestra comunidad. (Raúl).

El asentamiento de los pueblos originarios, su historia territorial junto con las

expresiones que se realizan en las fiestas del pueblo, condensan parte de sus

orígenes, de los principios de una identidad comunitaria, a decir de Andrés

Medina:

Es en el asentamiento dónde contienen parte de su historia e inscriben


una identidad comunitaria, pero donde encontraremos sus expresiones
colectivas de mayor espectacularidad será en sus grandes fiestas, tanto
en las que celebraban al santo patrón como aquellas articuladas en otros
ciclos festivos. (Medina, 2007:19-20)

Sin embargo, hay más en la historia territorial de San Pedro Xalpa, que

transcurrió durante el siglo XX, que es útil para el desarrollo de esta exposición,

es por ello que en el siguiente capítulo se estudiará el proceso de la Reforma


51

agraria, la figura del ejido y el caso particular de San Pedro Xalpa. Para concluir

el presente capítulo es Teresa Mora quien podrá resumirlo al considerar que:

Definir a los pueblos originarios nos remite a delimitar quiénes son estos
actores sociales, presentes desde hace más de 500 años en el Anahuác
(…)La categoría de pueblo, desde nuestro enfoque, tiene como primer
referente la congregación de los naturales del Anahuác en núcleos de
población para su control y explotación por parte de conquistadores a
través, entre otras instituciones, de la Iglesia quienes, con una religión
impuesta, lograron su sometimiento y, paralelamente, sentaron las bases
para una compleja red de relaciones socioculturales, fortalecidas durante
el largo proceso, gracias a la apropiación paulatina de su ritualidad y a la
consolidación de su sentido de pertenencia.
Actualmente, conservan el nombre colonial y, la mayoría, la
categoría política de pueblo, especialmente quienes aún integrados a la
organización política-administrativa del Distrito federal mantienen vivas
sus tradiciones y una amplia red de relaciones socioculturales arraigadas
fuertemente en su territorio. (Mora, 2004:247).
52

III.- DEL EJIDO AL PUEBLO


En el capítulo anterior se describió la explotación y la dominación, que los

pueblos originarios o naturales no sólo de la delegación Azcapotzalco, sino del

Valle entero, soportaron a través del poder mexica y posteriormente del poder

colonial.

Más tarde, el poder que Porfirio Díaz ejercía era realizado también, en

gran medida, desde la Ciudad de México; la cual se modernizaba rápidamente

a través de una serie de obras de urbanización e industrialización.

La capital se llenaba de monumentos y obras ejemplares: museos,

casas, colegios, vías de comunicación etcétera, ópera, teatro, toros, cine,

modas y modos europeos, particularmente franceses, que beneficiaba a una

pequeña élite que disfrutaba de los beneficios de la paz porfiriana.

En contraste, la mayoría de la población continuaba con serias

limitaciones, con un mayor empobrecimiento incluyendo a los pueblos quiénes

continuaban sufriendo despojos.

La aplicación de las Leyes de Reforma, también conocido como el

proceso de desamortización, sometió a un gran número de pequeños

productores al poder de los hacendados y latifundistas, propiciando la

emigración masiva hacia las ciudades en busca de empleo y mejores

condiciones de vida. El desarrollo urbano e industrial propicio la creación de la

clase obrera cuya condición de vida era verdaderamente miserable.


53

Es Andrés Molina Enríquez (1868-1940). Quién sobresale entre quienes

analizan los problemas de la nación. Desde 1895 comenzó a escribir

reflexiones sobre el problema agrario en México. En su obra Los grandes

problemas nacionales, (Molina, 1964). Realza la importancia de la comunidad y

su territorio para la población de origen indígena.

A decir de Molina, la comunidad, como forma de propiedad, ofrecía a los

indígenas la ventaja de la posesión de la tierra, y la de no perder esta posesión

en las bajas de su miserable fortuna; si alguno tenía recursos, tomaba un solar

sin requisitos de titulación, sin pago de alquiler, y sin dificultades de posesión,

lo sembraba y aprovechaba la cosecha: si esa cosecha se perdía mañana,

abandonaba el solar y se dedicaba a vivir de otra cosa: pero sí después volvía

a tener recursos, volvía a encontrar desde luego otro solar en igualdad de

circunstancias para trabajar y recomenzar.

La comunidad respetaba el derecho del ocupante, y poco a poco se iba

formando una especie de propiedad privada que se trasmitía de padres a hijos.

Esto en los casos de mayor presencia indígena. Pero ¿Qué sucedió con las

comunidades o pueblos originarios de la Ciudad de México?

La guerra civil que sacudió a México entre 1910 y 1917 fue un

movimiento amplio que involucró diversos intereses sociales y políticos que

hallaron un fuerte respaldo por el descontento generado durante la dictadura

porfirista. La Revolución de 1910 fue una gran conmoción social donde se

confrontaron diferentes proyectos que presentaban propuestas de solución a

los problemas del país.


54

Entre 1919 y 1929, la reconstrucción nacional surgía con la participación

de nuevos grupos de poder que perfilaron un proyecto de nación que requería

planteamientos novedosos ante los viejos problemas de siempre. El problema

indígena reaparece y la incorporación modernizadora de éste a la esfera

productiva (urbana e industrial en el caso de los que vivían en la Ciudad de

México) se hace inminente. Esta incorporación del indio como parte de un

sistema mayor, supuso que debería hacerse a partir de dos grandes ámbitos: el

reparto agrario y la acción educativa.

Manuel Gamio (1883-1960). Escribe en su obra Forjando Patria, que

existe desde la Colonia, una separación entre los principales componentes de

la población (indios y blancos), misma que se intensifica en los tiempos

contemporáneos ya que la libertad y el progreso material queda en manos de

grupos con tendencias europeas, mientras que el indígena queda abandonado

a su suerte y sometido a un gobierno cuyas leyes no responden a sus

necesidades.

La solución a este problema radicaba en encauzar a estos indios y

atraerlos a un nuevo grupo social, “incorporándolos, fundiéndolos en él,

tendiendo en fin, a hacer coherente y homogénea la raza nacional, unificando

el idioma y haciendo convergente la cultura.” (Gamio, 1960:10)

Así fue que los pueblos originarios de Azcapotzalco se fueron

integrando rápidamente a ocupar puestos en las áreas que así lo requerían; la

zona fue de las primeras en sucumbir a la industrialización puesto que

presentaba buenas condiciones geográficas, como era la cercanía del Río de

los Remedios que abastecía la creciente demanda urbana e industrial,


55

sumando la mano de obra que tenía la necesidad y la disposición para llevar

“mejoras” en su nivel de vida.

Los peones no pusieron mucha resistencia para ingresar al mundo

industrial (recordemos sus antecedentes económicos que mantenían con las

haciendas, ranchos). En cierto sentido eran peones calificados; los trabajadores

del pueblo así como el resto de los trabajadores recién llegados poblaron

rápidamente la región generando una fuerte dependencia entre ambos

sectores: la mano de obra y la industria.

El proceso de la Reforma Agraria fue uno de los acontecimientos

históricos que más afectó a los pueblos de este país. El proceso agrario es uno

de los temas más analizados y contiene una gran cantidad de casos de estudio

variando mucho dada la particularidad de cada región.

El impacto de la Reforma Agraria en la zona de Azcapotzalco afecto

indiscutiblemente la zona. Si bien durante el período (1921-1936) que se aplica

esta reforma, la mayor parte del territorio se mantuvo verde, dedicado en su

mayor parte a la agricultura, comienzan a desarrollarse cambios sustanciales

en las relaciones de propiedad y con ello en la organización social y política.

Las haciendas quedan fragmentadas en parcelas ejidales y un sinnúmero de

pequeñas propiedades. Porque la reforma no sólo da lugar a la creación de

ejidos sino que también tuvo el efecto de fraccionar las grandes y medianas

propiedades existentes.

Definitivamente este proceso tuvo resistencia. Uno de los mecanismos

de defensa de los hacendados, en el caso de Azcapotzalco, fue la subdivisión

de sus propiedades en fracciones que no excedieran las 150 hectáreas


56

inafectables. (Cruz, 1981). Se sabe que en muchos casos los propietarios

distribuyeron sus fracciones entre su familia, un ejemplo fueron las 100 Has.,

afectadas de la Hacienda de San Antonio Cahuantongo quedando en manos de

los propietarios originales que titulan las fracciones a nombre de sus esposas.

Lo cierto es que el fraccionamiento de la tierra no necesariamente

implico una multiplicación de agentes que la controlan. Por el contrario lo que

se observa es que, lo que se multiplica son los títulos de la misma, además de

considerar que el hecho de que los terrenos sean de extensión reducida facilita

su intercambio comercial. Las ganancias que se producen en torno a la

diferencia de venta y compra comienzan a caer en la especulación frente a la

inminente urbanización de la zona, ahora la renta de la tierra se calcula con

miras de la productividad por hectárea en actividades urbanas.

Hasta 1940, la mayoría de las pequeñas propiedades se mantenían bajo

un uso de suelo de la explotación agrícola: para el cultivo de hortalizas, flores, y

alfalfa. Algunos recuerdan que:

[La gente del pueblo] Se ganaban el sustento trabajando en los


ranchitos. Había establos con vacas, borregos, vendían leche y queso,
cultivaban sus milpas con maíz, chile, calabaza, y había muchos
árboles frutales de naranja, de guayabas, de tejocotes, de higos,
duraznos, manzanas, perones. Había muy buenos campesinos: eran
muy ingeniosos, aquí injertaban mucho los árboles yo me acuerdo del
injerto de tejocote con pera, ¡imagínese que dulces eran esos frutos!
(José).

Agregan que:
57

La mayoría sembraba maíz, fríjol, -que iba- entre las matas del maíz,
calabaza, eh, nunca se vio una parcela con puro fríjol o con pura
calabaza. Estaba entreverado entre el maíz.
Todo esto eran flores y verduras; había un pozo, había canales de
riego para las plantas un jardín muy bonito, aquí toda esta manzana
era un jardín. Alguien más apunta: Por ejemplo, aquí adelante dónde
se hallan esos edificios pues se sembraba maíz, había nopaleras con
tunas, perones, duraznos, árboles frutales.
Me tocó todavía ver parte de cuando en el ejido sembraban todavía ya
en los últimos años maíz y fríjol; algunas personas de aquí tenían sus
hortalizas en sus huertas. Algunos con flores o con árboles frutales o
también con acelgas, espinacas, rabanitos y pues, era bonito, porque
en realidad era, pues, un tipo de… a lo mejor, como Xochimilco. San
Martín Xochinahuac también tenía sus chinampas y sembraban y
cultivaban en ellas. (Raúl).

Había huertas acá del otro lado, entraba usted y era un vergel. Era una
cosa bonita, algo que daba gusto, prados bien arreglados, bien limpios,
bien regaditos. Los vecinos que por ejemplo sembraban claveles,
sembraban dalias, gladiolas, margaritas, lechugas, rábanos,
zanahorias no se preocupaban porque no tenían otra cosa que hacer.
(Sr. Pineda).

Había también algunos casos de la excavación de la tierra para producir

tabiques, en el caso de San Pedro Xalpa.

Las tierras se alquilaban para los hornos, mucho antes de que se hiciera
el ejido. Porque ya estaban desde antes los hornos, que venían de allá
de la calzada de la Naranja, unos hornos de allá por las Armas, del
mercado (actualmente en la colonia Ampliación SPX) Algunos trabajaban
allá, iban a hacer el tabique. Pero más iban, ora sí que los trabajadores,
hacían sus zanjas, hacían el hoyo y quitaban todo el lodo, empezaban a
revolver todo eso y hacían el tabique, ya iban y lo enhuacalaban. Ya
58

cuando estaba oreado, lo metían en los hornos a que se cociera. (Sra.


Ángela).

Además siguiendo el mismo testimonio, se dice, que eran pocos los originarios

que trabajaban en esas actividades:

No había muchos dueños, me imagino que arrendaban… los dueños


mismos, no hacían eso. Más bien, les pagaba el dueño para que vinieran
a trabajar. (Sra. Ángela).

Pero la suerte estaba echada, aunque todavía de manera incipiente, empieza la

sustitución irreversible de fincas, y zona de elaboración de tabique, por plantas

industriales o fraccionamientos.

Algo que podemos ver siguiendo algunas evidencias, es que, el motivo

por el cual se realizó el reparto agrario en Azcapotzalco, poco o nada tenía que

ver con la producción agrícola y la lucha campesina. No hay indicios

fehacientes que hable de una tradición de lucha entre los campesinos de esta

zona, si bien es cierto que una vez iniciadas las afectaciones, todos los pueblos

realizaron sus trámites para la solicitud de tierra, a través de los canales

correspondientes.

Hay que resaltar que en la época en que se creó la mayor parte de los

ejidos en Azcapotzalco, solamente se dotaba de tierras a pueblos constituidos.

Pero podemos comprobar que al menos en el pueblo de San Pedro Xalpa, en

las personas que recibieron el ejido, estaban incluidos la gente externa,

migrantes junto con los pobladores originarios con oficios ya conocidos, y los

nuevos que cada día eran más socorridos: electricistas, embobinadotes de

motores, mecánicos etc. además de los peones y jornaleros que todavía


59

abundaban. ¿Pero qué características tenía esta tierra? Vayamos al siguiente

párrafo.

Características físicas del lugar


El pueblo de San Pedro Xalpa se ubica en la parte oeste de Azcapotzalco; el

terreno donde se encuentra pertenece a “La región que se ha llamado

Ahuexotlan”, que abarca las colonias de San Pedro Xalpa, Santiago Ahuizotla,

San Miguel Amantla, Santa Cruz Acayucan y parte de la Petrolera (San

Antonio). Corresponde a suelos aluviales areno-arcillosos, castaños claros y

cenizos, podzolíticos, los cuales llegan hasta profundidades del orden de 10

metros. Suprayaciendo a depósitos lacustres antiguos de arcillas están bien

drenados y el nivel freático se encuentra a más de 12 metros de profundidad.

(Sánchez,1974:99)
60

Xalpan Mazatlán: Tierra De Venados, Lugar De Arena.

Su existencia es reconocida desde el siglo XVI como barrio indígena llamado

Xalpan Mazatlán. En este lugar los aztecas cazaron un venado para pagarlo de

tributo al tepanecatl Tezozómoc, de ahí proviene mazatlán que significa entre

los venados, el segundo nombre, xalpan (De Xalli, arena, y Pantli, lugar sobre

algo) se debe a la arena que depositaban las acequias que pasaban por el

lugar ya que colinda con el cauce del río de los Remedios. En la época colonial

(en el siglo XVII) se erige el templo de San Pedro. De ahí proviene su nombre

patronal con el que lo conocemos actualmente. (AHA, 1987)

El Ejido

Siguiendo a Roger Bartra, podríamos decir que la constitución del ejido, como

fruto de la Revolución de 1910 (Bartra, 1984:182), representó el triunfo de la

propiedad comunal, sin embargo, lo que hemos visto que sucedió es que el

ejido se transformó en una pequeña propiedad privada.

En San Pedro Xalpa la dotación de tierra significó la posesión directa del

campesino sobre la propiedad territorial, que en este caso vino a fortalecer la

estructura y los mecanismos de poder local, tradicional. En el momento de la

conformación del ejido, los campesinos se comprometían a acatar y respetar


61

los derechos y las obligaciones que emanaban de esta Reforma Agraria: en la

mayoría de los casos fueron incumplidas.

El Expediente agrario
El expediente agrario abarca diferentes aspectos que nos informan sobre el

uso y manejo de los recursos, la tierra y el agua, principalmente. Para este

estudio se ha delimitado la propiedad territorial.

Entre los contenidos de dicho expediente están: la solicitud, la dotación y

el deslinde a las haciendas afectadas, contiene también el primer censo

general agrario, los reajustes territoriales. Así mismo están presentes la

ejecución y cumplimiento y por último la ampliación ejidal origen y fundamento

de la colonia Ampliación San Pedro Xalpa.

Solicitud, Dotación, Deslinde y Ampliación.


El expediente de Registro Agrario de San Pedro Xalpa da inicio con un acta de

reunión donde se declara que:

Pedro García les manifestó a los vecinos, que para obtener favorable
la dotación de tierras nombraran un comité representativo, para los
efectos aludidos, acto continuo cambiaron impresiones y después de
diez minutos deliberando, hicieron suyas las proposiciones del Sr.
Pedro García quedando electos por unanimidad el Presidente: Pedro
García, y el Secretario Abraham Sánchez para los efectos de
gestionamiento. (ARAN, 28/06/28)

El acto se realizó en el centro del pueblo, junto a la Iglesia que tenía una base

piramidal que se alza dos metros por sobre el nivel del piso. Una anécdota

cuenta que la base piramidal se hizo a propósito más alta ya que la cantidad de

lluvia que solía caer en el pueblo era muy abundante; muchas de las veces el

Río de los Remedios perdía su cauce e inundaba el poblado, teniendo que


62

acudir los pobladores a la Iglesia para protegerse de los riesgos que el suceso

desencadenaba. José Rivera Medina habitante oriundo de San Pedro Xalpa,

recuerda:

Bueno mire, cuando yo estuve chamaco llovía muy fuerte, entonces se


tenía mucho cuidado sobre el nivel de agua que traía el río de los
Remedios. Las personas mayores iban a ver y llegaban: Ya nomás
falta medio metro, ya nomás faltan 20 cm. Para enrasar con el bordo.

Hubo varias ocasiones que nos tocó que venían los vecinos a repicar
las campanas como prevención de peligro y muchas gentes -digo a
mí me tocó, esa sí la viví-, que agarrábamos y nos íbamos al atrio de
la Iglesia, como el atrio de la Iglesia está en alto. Siempre ha estado
así. Entonces, había vecinos de por aquí de todas las clases, ya
llevaban entre sus pertenencias que: un guajolotito, que dos gallinas,
que un borrego. Bueno, hubo gente que llegó a meter hasta sus
vacas allá arriba, al atrio de la Iglesia. Y dentro estaban mujeres con
sus braceros y con sus cazuelas para darle café y comida a los hijos.
(José.)

El Primer Censo General Agrario, localidad de San Pedro Xalpa


En el primer censo general agrario de la comisión local agraria, aparecen 111

solicitantes del ejido, con edades entre los 19 y los 82 años, 10 de ellos

mujeres en condición de viudez, solteros y casados; 70 de ellos eran

campesinos, 2 albañiles, 12 domésticos (sirvientes o mayordomos de las

haciendas), 9 floricultores, 5 comerciantes, 1 plomero, 1 artesana y 1

carpintero. (ARAN, 28/06/28)

Los oficios, como puede observarse, tienen relación directa con la

manera en que se organizaba en ese entonces la zona, una población que


63

atendía a las haciendas, sugiriendo que la actividad predominante tiene que ver

directamente con la agricultura: campesinos y floricultores.

Las propiedades afectables por la dotación ejidal fueron las ya

mencionadas, haciendas de San Antonio Cahuantongo, el Prieto y anexas,

conforme los requisitos legales. Así que se resolvió publicarlo en el Diario

Oficial, bajo las siguientes consideraciones que fueron argumentadas para la

toma de decisión:

Considerando que la Ley de 6 de enero de 1915, en su artículo 3o.


establece: que los pueblos que necesitándolas carezcan de ejidos o
que no pudieran lograr su restitución por falta de títulos, por
imposibilidad de identificarlos o porque legalmente hubieran sido
enajenadas podrán obtener que se les dote de terrenos suficientes
para reconstruirlos conforme a las necesidades de su población
expropiándose por cuenta del gobierno general el terreno
indispensable para ese efecto del que se encuentren inmediatamente
colindante con los pueblos interesados.

Queda además probada la capacidad legal del poblado para


solicitar y obtener tierras en calidad de dotación y teniendo en
consideración que han sido llenados en el expediente todos los
requisitos que previene la Ley Agraria en vigor y teniendo igualmente
probada por medio del censo agropecuario,
Resultando como Fincas afectadas: El Prieto y Anexas de la
propiedad del Señor. Ángel López Negrete, con una superficie de 224
Hs. 70 As. 00 Cs., de terrenos de riego y temporal de primera y la
denominada San Antonio Cahuantongo, de la propiedad del Sr.
Manuel Llamosa, con una extensión de 189 Hs. de riego y temporal de
primera.
Dicta la Resolución: Ha procedido la acción de dotación de
ejidos a los vecinos del poblado, y se dota al poblado de San Pedro
Xalpa, con una extensión de 68 Hs.50 A.s.0.Cs. Que se tomarán de
64

las haciendas inmediatas en la siguiente forma: de la hacienda


denominada El Prieto y Anexas 14 Hs.00.As. 00Cs. En la hacienda
San Antonio Cahuantongo 54 Hs. 00. As. 00Cs. que serán distribuidas
entre 117 vecinos con derecho a recibir parcela en calidad de dotación
a razón de 5,856 M/2. Por individuo. (ARAN, 04/06/29).

Los Reajustes Territoriales


Toda la afectación tuvo como colindancias: al norte el rancho de San Isidro, al

este terrenos pertenecientes al pueblo de Xalpa, de la hacienda de San Antonio

Cahuantongo y del barrio de Ahuizotla; al sur terrenos de este último pueblo y

del ejido definitivo del pueblo de San Bartolo Naucalpan; al oeste pequeñas

propiedades del pueblo de Santa María y terrenos pertenecientes al ejido

definitivo de San Juan Tlilhuaca.

Ejecución y Deslinde
Después de que el presidente del comité particular agrario del pueblo San

Pedro Xalpa dijo:

De acuerdo con las leyes vigentes y en cumplimiento de la Resolución


dictada con fecha 04 del presente mes por el Jefe del Dpto. Central del
D.F. doy posesión provisional total de las tierras que se acaban de
mencionar y hago formal entrega a este poblado por conducto del
comité particular administrativo agrario.
A lo cual le respondieron: Son de recibirse y se reciben las
tierras con que ha sido dotado este poblado y me comprometo
ayudado por la buena colaboración de mis compañeros a respetar las
siembras que con anterioridad hayan sido hechas en los terrenos que
ahora pasan a ser del ejido de mi pueblo, así como las disposiciones
giradas o que en lo sucesivo giren la Comisión Nacional Agraria así
como la Secretaría de Agricultura y Fomento.
65

Se hace constar que: De acuerdo con lo ordenado se notificó


por medio de cédulas a los propietarios afectados de la resolución del
jefe del departamento central del D.F. además se hace constar que se
dio un plazo de un año a partir de la fecha de posesión, para que se
levanten las cosechas de maguey y alfalfa que se encuentran dentro
de los terrenos dotados. (ARAN, 08/06/29).

Se procedió después a realizar el deslinde en las propiedades afectadas

según lo testifica el acta correspondiente:

En el pueblo de San Pedro Xalpa a las 9:00 hrs. del día 22 de mayo de
1930 reunidos en lugar público los CC Ingeniero Gabino Hernández
representante de la Comisión Nacional Agraria, Abraham Sánchez,
Nicolás Vargas y Daniel Ramírez, presidente, secretario y tesorero,
propietarios respectivamente del comité particular administrativo y
varios vecinos del pueblo con derecho a una parcela de tierra todos
con el objeto de practicar el deslinde de ejido con que fue dotado el
pueblo el 21 de diciembre de 1929. (ARAN, 02/05/30)

Ampliación San Pedro Xalpa


Como ocurrió en gran parte del país la dotación inicial no cubrió la necesidad

de todos los que necesitaban tierras y recursos, por lo que a la primera solicitud

proseguía una segunda para ampliar el ejido, una tercera y a veces hasta una

cuarta solicitud. (Sepúlveda, 2005).

En Xalpa ocurrió una ampliación en 1937, después de seguir los

procedimientos que dictaba el Diario Oficial de la Federación, se dictaminó que

Se recomienda crear nuevo centro de población agrícola para 40 individuos.

Decreta el Jefe del Departamento del Distrito Federal, con su Secretario

General Luis G. García. (ARAN, 23/10/37).


66

Y fue la resolución presidencial de Lázaro Cárdenas en 1937 que se

confirma el fallo (ARAN, 30/06/39) publicado en el Diario Oficial (ARAN,

23/09/39). Quedando así conformada la ampliación San Pedro Xalpa.

El reparto agrario fue aplicado a nivel nacional, pero surge la pregunta

¿Cómo es que una zona sin antecedentes de lucha por la tierra tuviera un

reparto agrario tan tempranamente? Una de las respuestas, a la primera

pregunta, podría responderse con una hipótesis probable, que dice que fue

siguiendo el objetivo de las autoridades en turno: desbaratar el poder

económico y político de la “aristocracia porfiriana” en la Ciudad de México.

(Cruz, 1981) Los habitantes sólo recuerdan que:

El ejido se los dio el gobierno, así nomás porque sí. Mi papá me


platicaba que ese terreno se lo dieron a él para que se ayudara a
sembrar, para que se mantuviera. Porqué en ese tiempo no había
fábricas…Ellos no eran los dueños, eran del gobierno, pero ya después
les dieron posesión, con su título, para que fueran ellos los propietarios.
(Ángela.)

Cabe señalar que además de tierra los campesinos del pueblo recibieron

utensilios de labor, caballos, y algunos otros animales. Se desconoce con

precisión las cantidades, sin embargo el dato está presente en la historia

testimonial de los habitantes del pueblo, nos comentan:

A raíz del programa ése de Zapata -me platicaba mi abuela y mi


mamá- que aparte de haberles dado parcela para trabajarla les dieron
uno o dos caballos a cada ejidatario, había pocos vecinos y pues
normalmente eran los que se consideraban auténticos de aquí del
pueblo.
En 1931, murió mi abuela, oía yo que les habían dado un caballo, o
dos para cultivar su tierra; inclusive a mi abuelo lo tiró varias veces el
caballo, en fin, cosas. (José).
67

Lo que sabemos es que los habitantes de San Pedro tomaron y manejaron

sus parcelas no como ejidatarios sino como pequeños propietarios.

Eran muy pocos las personas que vivían en el ejido. La gran mayoría
prefirió seguir viviendo en el pueblo (es decir, ya poseía un solar en
fundo legal…desde siempre)…al ser artesanos o comerciantes, no
quisieron alejarse de sus fuentes de trabajo y optaron por subarrendar o
contratar peones –personas conocidas, vecinos o campesinos sin
tierras—o rentaban sus nuevas propiedades a los mismos. (Mortero,
1981:16).

Su comportamiento como propietarios muchas veces creaba polémica y en

ocasiones eran severamente juzgados por su conducta, como lo dicta un

comentario a continuación:

Cuando les dieron el ejido les dieron además caballos y después hasta
herramienta y un tractor, pero le voy a decir algo: el tractor se echo a
perder. Porque no había quién lo manejara, nomás andaban de
borrachos los ejidatarios y ahí se quedo el tractor echándose a perder.
Hubo el caso que los líderes agrarios abusando de su poder, hasta su
nombre le pusieron a una calle, el ejemplo de Abraham Sánchez que
fue uno de esos líderes. (Anónimo.)

Los terrenos ejidales se urbanizaron, posteriormente a través de su

expropiación o permuta a favor del estado para la implantación de usos

específicos, su fraccionamiento ilegal a través de ventas ilegales o del

arrendamiento para el uso habitacional. Los ejidos y las tierras de éstos,

caerían en un ambiente nebuloso de transacciones irregulares o ilegales entre

población originaria, avecindada, y autoridades. Casi siempre requiriendo

regulaciones posteriormente.

Para cerrar este capítulo se puede concluir que:


68

Primero, la Reforma Agraria fue vital para la subsistencia de la identidad

del pueblo de San Pedro Xalpa, debido a la ampliación del territorio que dio

nuevas oportunidades a los pobladores a través de la figura ejidal.

Segundo, una vez que el territorio ejidal fue cediendo ante las presiones

ejercidas por el desarrollo urbano e industrial y finalmente acabó

transformándose en mercancía maleable durante el transcurso del siglo XX,

hasta quedar perdido en la mancha citadina, convirtiéndose entonces en un

territorio simbólico donde los habitantes mantienen su identidad como pueblo

originario.

Estudiar el expediente agrario ha sido muy importante para encontrar

sentidos en la memoria de los pobladores, con la creación del núcleo ejidal

significó la reagrupación de sus habitantes (originarios y avecindados), en un

mismo territorio compartiendo: recursos, compromisos e identidad en la figura

del pueblo originario.

El territorio del ejidatario, se fue transformando –según la necesidad y

según la posibilidad- en solar o milpa, en minas de tierra para elaborar tabique,

en depósito para los desechos de la Ciudad, escombros salidos de la

construcción del metro de la línea 2, o en habitación para uso y renta de la

creciente familia y de los trabajadores recién llegados.

Se puede afirmar, que el proceso de la Reforma Agraria (CEJA, 2005)

revitalizó a San Pedro con la creación del ejido el pueblo continuo tomando sus

propias decisiones. Se considera que una de esas importantes decisiones, está

en relación directa con su identidad y ha sido mantener viva la Fiesta de la

Alquila, a través del paso del tiempo, como veremos en el siguiente capítulo.
69

IV.- EL ENTORNO URBANO.


Como se ha estudiado Azcapotzalco, era una zona principalmente agrícola y

ganadera. Al mismo tiempo que era la delegación que alojaba una de las más

grandes concentraciones de población obrera, sobrepuestas en espacios cada

vez más reducidos que permitían apreciar una intensa gama de relaciones

productivas y de estructuras sociales.

Las haciendas, hacían girar en torno a ellas todas las ocupaciones de la

población, entre la actividad agrícola y de servicio, según lo refiere el Anuario

de comercio de 1912, su industria abarcaba entonces la fabricación de coches

de ferrocarril y ladrillo. (Villanueva, 2003:37) Minerva Villanueva considera que:

La concentración ocurrida en el siglo XX de establecimientos


industriales en el territorio de Azcapotzalco influyó en los cambios de la
distribución de su población económicamente activa, formó un nuevo
espacio en donde se concentro la fuerza de trabajo atraída de otros
puntos, tanto de la misma zona metropolitana como de otros lugares de
la república, generando fuerza de trabajo disponible accesible y sobre
todo cercana al espacio de producción.

El capital industrial se instalo (sic) rápidamente. Aproximadamente


en 40 años se transformó no sólo la estructura productiva de la
delegación y el panorama urbano también se reconfiguro la estructura
de clases. (Villanueva, 1989: 62).

Con esta información y la historia oral de los pobladores, se pueden obtener

imágenes verdaderamente fascinantes; se puede evocar que en las calles de

los antiguos pueblos se inmovilizaban los enormes camiones de 20 toneladas,

contrastando con la imagen simultánea de ver algunas vacas que eran arriadas

a su establo llevadas por un jinete descalzo.


70

O bien, se veía maniobrar un camión de pasajeros humeante que no

pudo dar vuelta, igualmente por la estrechez de las calles, o que nunca paso

porque el contenedor del “trailmovile” estacionado sobre la angosta banqueta

no le dio cabida. (Connolly, 1982)

Algunas de estas calles fueron quedando totalmente troncadas por la

barda de algún predio industrial; otras se convirtieron en pasillos angostos que

daban acceso a una “ciudad perdida” tal es el caso de Xalpa y de Santiago

Ahuizotla, algunos entrevistados contemplan a la colonia 10 de abril es esa

misma situación. Había también los callejones que se convirtieron en ejes

viales o que se abrieron como amplias avenidas, por ejemplo la calzada de la

Naranja y la avenida las Armas.


71

En donde algunas casas tenían fachadas “coloniales”, recién estrenadas

en la década de los 60’ s y 70’s, que no alcanzaban a tapar a la vista las

vecindades amontonadas en su interior.5

Los pueblos más desafortunados, como se ha venido exponiendo, eran

los más alejados del centro de Azcapotzalco y más cercanos a la zona

industrial, como fue el caso de San Pedro Xalpa y de Santiago Ahuizotla,

seguían conformando su propio escenario, la mayoría de las veces miserable.

Ahí estaban numerosos lotes “baldíos” (de responsabilidad ejidal), que

eran usados por los obreros de la zona industrial creciente, para jugar fútbol o

béisbol cuando la oportunidad aparecía en el descanso diario, en los domingos

con los amigos y/o la familia, o en los períodos de huelgas y actividades

político-sindicales.

Paralelamente considero importante mencionar que en la década de los

80’s, los trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores de Harper

Wyman, S.A. de C.V. que mantuvieron un año de resistencia sindical a través

del derecho de Huelga para exigir mejoras en sus prestaciones, instalando su

campamento frente a la misma fábrica, ubicada sobre calzada de la Naranja y

Alce Blanco. No fue una situación aislada, todavía se recuerda a otras

empresas como Tornillos Spicer S.A. de C.V. y Notol, S. A. de C.V. cuyos

trabajadores también luchaban por sus derechos laborales. Insisto, muchos de

los trabajadores eran de la misma delegación, de sus pueblos y sus colonias.

5
Las auténticas construcciones coloniales se encontraban tapizadas en ese tiempo de
propaganda política o algunas otras servían de bodegas para fertilizantes, plantas
químicas o lugares de reunión.
72

Las Estrategias vs. Adversidad.


Se ha mencionado que los pueblos han tenido que recurrir a diferentes

estrategias de sobrevivencia o hipervivencia (Gomézcesar, 2004). Utilizando

los aspectos y recursos que tenían cerca con la finalidad de irse integrando a la

dinámica de la ciudad. A decir de un informante:

Todos tuvimos que irnos adaptando a la situación porque aquí pues el


ejido se iba acabando... Lo que antes a lo mejor servía para ayudar,
alimentar y mantener un hogar con pocas carencias, pues a partir de
que el ejido se acaba:
¿Sabes qué? Ahora tienes que trabajar y tienes que buscar de
dónde vas a comer.
Se puede decir que la época de oro de nuestra comunidad fue
cuando llegaron a su clímax los hornos; que explotaban la tierra y/o la
rentaban; era una manera de allegarse dinero. (Raúl)

En Xalpa, existió una asociación de tabiqueros que junto con el

comisariado ejidal hacían los acuerdos para alquilar las parcelas. Eran tiempos

en que había mucha pobreza, aunado a la existencia de muchas cantinuchas y

muchos lugares donde vendían alcohol; los dueños eran muchas veces,

insistimos en ello, los propios ejidatarios. La tierra se fue dañando, como bien

comenta un informante:

La tierra se hizo improductiva. Además que los últimos años que


sembraban se lo robaban todo: maíz, fríjol, se lo robaban las otras
gentes de alrededor o de las colonias vecinas.
Con eso se tuvo que pensar en urbanizar la Ampliación. Primero
fue una pequeña sección pegada al deportivo Benito Juárez entre la
calle de Elpidio Cortés y Abraham Sánchez que eran tres manzanitas
chiquitas y eso fue la primera este zona urbana ejidal.
Posteriormente se fue fraccionando; se fue vendiendo. Cada
ejidatario fue vendiendo como pudo y como quiso. Y los hornos se
73

rellenaron con todo lo que sacaron de tierra y cascajo de las obras del
metro. De la Ruta 2 Toreo-pino Suárez, inaugurada en 1970, por el
Presidente Díaz Ordaz. (Raúl)

El panorama desolador mostraba una parte del entorno urbano de las más

bajas clases sociales. Como dato curioso el director cinematográfico mexicano

Ismael Rodríguez, filma en 1963, El hombre de Papel protagonizada por

Ignacio López Tarso. Utilizando una buena parte de las locaciones naturales de

los basureros que estaban en San Pedro Xalpa.

Las actividades productivas hasta entonces conocidas fueron quedando

rebasadas en la localidad, y a decir de un habitante:

Mucha gente de aquí de nuestra comunidad, trabajó en la misma


delegación especialmente en cuestión de los parques y jardines, por lo
mismo que sabían en cuanto al cultivo de hortalizas, flores y el trabajo
con la tierra. Alguno que otro se metió a alguna fábrica, yo diría que casi
la mayoría, ya que por falta de preparación, se volvieron obreros. (Raúl)

Los cambios atrajeron una numerosa oleada de vecinos, venidos de

Michoacán, del Estado de México, Guanajuato y de otras partes del interior del

país. Esa llegada genero sin duda una situación que, complico y generó

conflictos por una parte; y por otra, fue un momento de integración de los

recién llegados a la comunidad misma.

Originarios y avecindados.
Los habitantes de los pueblos originarios de Azcapotzalco, continuaban siendo

denigrados dada su antigua condición de campesinos y peones al servicio de


74

haciendas y ranchos. Se les confería una identidad más ligada a un pasado

indígena en cierto sentido de subordinación, pero aún vigente manifestado en

sus creencias y formas de habitar y ser en un territorio específico.

Inclusive en la actualidad podemos escuchar a los vecinos, diciendo:

Aunque me vea prietito no me confunda yo no soy originario, ni indito;


pero los de allá enfrente, los de la tienda y de la farmacia yo creo que
ellos sí te pueden ayudar-, la señora completa la información:- sí esos
de allá creo que sí tienen mucho aquí, seguro ellos sí saben-.

Podemos afirmar que en la cotidianidad no existía y no existe una visible

diferencia entre originarios y avecindados: todos ellos forman parte del ejército

de trabajadores, que en diferentes momentos han atendido las necesidades de

la urbe. Pero al hablar con ambos se pone en evidencia sus distinciones, y en

consecuencia su identidad:

[Ellos viven en] zonas habitacionales modernas agradables a la vista


pero como gentes, como parte de nuestra comunidad ellos se sienten y
nosotros los sentimos: porque no participan.

Se les invita por ejemplo, a que cooperen, a que nos ayuden para
el día de la fiesta, o para el día de la semana santa o para esto, y no
en verdad son apáticos. A lo mejor de los que llegan a venir a misa o
vienen a ver la representación de la Semana Santa… pues a lo mejor
dan su limosna; pero sí uno va a buscarlos a sus departamentos y les
toca la puerta, pues contestan: --después--, ó vamos a hablar con los
que administran (el condominio) y pedimos la ayuda, ellos dicen: --no
hasta ahorita no ha llegado--.

Entonces ellos se siente a veces de otro nivel ¿no?, eh otra elite,


y como que los <<naquitos>> del pueblo. Nosotros los de la clase alta.
75

A ellos no les gusta por ejemplo, que se ponga una feria frente a
sus puertas ó frente a sus condominios, porque para ellos es molesto
cuando que para nosotros es motivo de alegría, motivo de orgullo, es
nuestra fiesta, nuestra feria y para ellos no. Por eso siento que en el
aspecto físico han venido a darle realce a nuestra comunidad pero en
el aspecto humano están muy lejos de sentir lo que nosotros sentimos
por nuestro pueblo y por nuestra comunidad.‖ (Raúl)

Con estas condiciones, las estructuras religiosas y barriales se siguen

conservando a través de una comunidad existiendo y permaneciendo dentro

de ese entorno urbano, como lo ha señalado Raúl Nieto:

Los asentamientos por lo general son muy antiguos y ello ha


significado que la vida comunitaria existiese de una manera mucho
más intensa desde antes de que físicamente fuesen tocados por la
Ciudad. Esto quiere decir que en sus formas de vida y visiones del
mundo los valores comunitarios de una pequeña comunidad corporada
de alguna manera subsistieron en un nuevo contexto de actividad
urbana e industrial.
Algo que es digno de considerarse en que antiguas estructuras e
instancias que vertebraban la vida comunitaria subsisten
transformándose en la nueva situación urbano industrial. Tal es el
caso de las estructuras religiosas y barriales.
En ellas la vida comunitaria sigue encontrando un aliento muy
importante y desde luego la clase obrera participa de manera
significativa en todos los aspectos de su ritualidad. Estos aspectos, por
cierto no son ajenos a las fábricas donde se trabaja. En ellas muchas
veces se reproduce la imaginería popular religiosa y se organizan
prácticas religiosas que tienen que ver con la vida de los pueblos
dónde están asentadas. (Nieto, 1997:214)

Nieto apunta que:


76

Aunque las mayordomías van casi de salida en este tipo de


asentamientos en Azcapotzalco, se conservan vigentes en los otros
pueblos estudiados e incluso se afirma que gracias a la actividad no
agrícola se han reforzado. (Nieto, 1997: 87)

Ser del pueblo.


Para ocuparnos de este sentido, se deben recuperar los cuatro ejes que María

Ana Portal encuentra sobre la conformación de la identidad de los habitantes

del pueblo y que son: la historia que hizo posible su existencia; las formas en

que cada colectividad ordena su espacio poniendo énfasis en la construcción

del centro y las fronteras; y las formas en que se organizan y utilizan el tiempo,

yo agregaría la apropiación del espacio además de incluir las diversas maneras

en que imaginan la ciudad, se la apropian y la viven. Dice María Ana Portal:

Estos ejes marcan el sustento o el punto de partida desde donde las


comunidades estudiadas construyen redes de intercambio (simbólico y
material) y se despliegan hacia el mundo. Lo moderno y tradicional
entendidos no como polos opuestos de la realidad social, sino como
dos caras de la misma moneda, dos ritmos que se entretejen para
construir los referentes identitarios urbanos.‖ (Portal, 2001:48)

Es entonces necesario, observar cómo a partir de la apropiación del

espacio --con el motivo de una celebración colectiva-, dichos ejes se

interrelacionan además de ponerse en acción una serie de complejos

mecanismos, exhaustivamente estudiado por los antropólogos: El Sistema de

Cargos. (Ver: Korsbaek, 1992; Medina, 1995; et al)

Para ocuparse del primer eje, en este estudio, se tiene el ejemplo de

recurrir a la historia cuando se hace mención del “origen”, sea prehispánico,


77

atribuido muchas de las veces por los estudiosos, o bien un origen a partir del

proceso agrario, como lo refieren los pobladores.

En cuanto a la construcción del espacio, es muy marcado que para la

mayoría de los entrevistados, el centro ha sido el espacio dónde se ha

concretado una serie de rituales de vital importancia para su existencia. Un

ejercicio interesante de apuntar es que cuando se les pidió a los informantes

que fijaran las fronteras del pueblo, uno de los elementos definitorios para ello,

era la mención ya reiterada del centro:

Aquí es el centro del Pueblo. Nuestros límites son por el lado norte el
eje tres norte San Isidro, de lado sur, la unidad deportiva Benito Juárez
o la calle Manuel Bauche; de lado oriente sería la calle de
Renacimiento y el lado Poniente la calzada de las Armas. (Anónimo).

Por último, se debe resaltar la forma en que construyen los tiempos los

habitantes del pueblo. Pues como se ha visto a lo largo del trabajo, están

constantemente ligados a su historia, sus recuerdos.

El sistema de Cargos, las Fiestas

Como bien ha señalado Andrés Medina, es en los Sistemas de Cargos dónde

la Antropología ha encontrado una de sus vetas más interesantes y extensas,

particularmente hemos de subrayar la fiesta a la que consideramos como un

hecho social total de expresión ritual y simbólica sagrada y profana vinculada

con las identidades colectivas estructuradora del calendario y del espacio,

objeto de estudio también de la Antropología. A decir de José Ignacio

Homobono,
78

Se ha definido adecuadamente la fiesta como un hecho social total, en


términos de Mauss; una celebración cíclica y repetitiva, de expresión
ritual y vehículo simbólico, que contribuye a significar el tiempo
(calendario) y a demarcar el espacio. Se sitúa en oposición al tiempo
ordinario la realdad, y no por simbólica deja de tener efectos sociales,
económicos y a la vida cotidiana y establece una relación directa
dialéctica paradójica y contradictoria entre lo sagrado y lo profano la
ceremonia –religiosa o cívica- y lo lúdico, la celebración y la rutina, las
pautas de institucionalización y de espontaneidad, la liturgia y la
inversión, la trasgresión y el orden, la estructura y la communitas, las
dimensiones de lo público y lo individual.

A través de ella, un agregado social entra en contacto con las fuentes


últimas de su identidad y reconstruye la experiencia de comunidad
imaginada, mediante la actuación de grupos específicos como agentes
del ritual festivo.

Evidenciando y exaltando identidades y religaciones 6, contribuye a la


forma de conciencia y a la creación de identidades colectivas. La fiesta
mediante la eficacia de la acción ritual, está dotada de ese poder
configurador de la realidad, y no por simbólica deja de tener efectos
económicos y políticos. Potencial que no ha perdido en las sociedades
multiculturales y globalizadas de la modernidad tardía ya que vehicula la
expresión de identidades heteróclitas. (Homobono, 2004).

María Ana Portal condensa lo que a su parecer son las tres preocupaciones

que han guiado el interés de los antropólogos por estos objetos de estudio,

además de indagar etnográficamente el fenómeno.

6
Religación envuelve la idea de un nexo o relación (transcendental) de alguna
entidad dada (acción, proceso, incluso sustancia) con otras entidades, que
distinguiéndose de la primera resultan, sin embargo, ser constitutivas de ella, y no
meramente determinativas (en la línea de la relación accidente predicamental).
79

La primera se refiere a los mecanismos de autorregulación económica


que conlleva el sistema; la segunda se desarrolla en tono a las formas
de defensa de las comunidades indias hacia el exterior, y la tercera
busca adentrarse en los mecanismos de control y jerarquía social en el
interior de las comunidades, es decir, de las relaciones de poder. Sólo
de manera colateral se ha reflexionado sobre la construcción de
referentes identitarios en dichos procesos. (Portal, 1997:144).

La identidad en la ciudad es, al fin y al cabo un producto de una ciudad

mestiza, servida, ocupada y vivida cotidianamente por miles de habitantes que

residen en ella, en los numerosos pueblos originarios llevando su trabajo en lo

cotidiano y recreando fiestas con un fuerte sentido de pertenencia.

Y con esas condiciones puestas continuando también el elaborado ritual

agrario, dice Andrés medina refiriéndose a ello como parte de: la Matriz Agraria

Básica, (Medina, 1995: 5). Que parece ser el pasado “idealizado” de los

informantes persistente aún con los cambios históricos:

Podemos decir que sí me tocó vivir esa época bonita donde a veces se
sembraba y nuestros caminos eran de tierra. Recuerdo ver como
muchas familias venían del centro a hacer su día de campo a las orillas
por las Armas; ver que los panteones de San Isidro no eran panteones
sino eran grandes alfalfares de la Hacienda de San Isidro, entonces acá
lo que es hoy la colonia Ampliación Petrolera ó San Antonio, también era
muy grande y había un casco de Hacienda y este ahí se hacían grandes
lagunas cuando llovía y a veces los muchachillos, los chamaquitos de
aquí pues se iban a nadar a los charcos porque esa era la Laguna y
agarraban ajolotes, que para nosotros eran los pescaditos.
Sí, entonces nos tocó ver zanjas por todas las orillas, los límites
de nuestra comunidad eran puras zanjas, de aquí hasta Azcapotzalco y
80

pues por allí se iba toda el agua tanto de los establos como la que caía
con la lluvia y que era el agua potable. (Raúl)

Hay quién piensa que:

El pueblo se sigue conservando aunque ya no se hace lo que se hacía


antes, porque ha cambiado todo. Como le digo, todo esto eran un jardín
muy bonito, aquí toda esta manzana de aquí hasta el jardín había
muchas flores verduras, había un pozo, había canales de riego para las
plantas. (José).

La fiesta y su organización, tienen muchas veces un fuerte mecanismo entre lo

cívico y lo religioso, que en muchos casos sirve como mecanismo de cohesión

e integración, en el mejor de los casos, dentro de las comunidades. Sin

embargo, existe un caso reciente en que tal mecanismo se ve afectado ya que

en el pueblo de Xalpa se ha detectado discordia entre las autoridades

eclesiásticas y el pueblo, pues varios de los habitantes cuentan la misma

anécdota con considerable molestia, mostrando su inconformidad con el

sacerdote asignado a su pueblo:

El párroco tiene poco, aproximadamente 5 años, pero no es de aquí. Lo


mandaron, porque antes no había padre, venía a oficiar misa el Padre de
Santiago [Ahuizotla]. Muchos estamos inconformes con él, porque no se
da a querer, pero ora sí que hay lo tenemos… Llegó en abril, en una
Semana Santa. El primer año recibió bien la Semana Santa, pero
después ya no la dejo meter al atrio, saco los muchachos a la calle a que
hicieran su Semana Santa; porque dijo que eso no era cosas de Dios,
aunque yo creo que sí, que es cosa de muchos años, es de uno, del
pueblo ¿no?(Ángela.)

Muchos son los analistas que confieren al sistema de cargos y a las fiestas una

fuerte carga ancestral, como en el caso de las danzas,-que sin entrar a exponer
81

concienzudamente el tema-, podríamos inferir que están muy ligadas al culto

sagrado mesoamericano. Por esa razón nos resultan sorprendentes las

razones por las que existe la discordia:

[El problema comenzó por los danzantes], que es algo tradicional en


todos los pueblos: La Danza Azteca, pero [el sacerdote] ha llegado a
los extremos de ¿Qué, quieres bailar? te doy dos horas y te vas (el
informante truena los dedos) porque yo tengo misa, o dice también, que
hay otras cosas que se van a hacer y lo de ustedes, eso no, no es de
Dios.
Entonces en lugar de rescatar nuestras tradiciones y de hacer que
más gente las conozca y las admire, cada día es menos difusión y
también menos amor hacia lo que de verdad nos hace sentir que
somos pueblo, porque el día que hagamos una misa como
normalmente [las hacen] todas las iglesias comunes y corrientes, no
pasaremos de ser uno más: del montón, y desgraciadamente, - a lo
mejor-, hacia allá nos conducimos nosotros aunque en lo personal
seguimos luchando porque no, que no sea así. (Raúl.)

Es, en la falta de acuerdo en dónde se nota la manera de ser del pueblo,

pues defiende sus tradiciones. Sobre todo tratándose de la gente mayor de 60

años que ha vivido sus ceremonias religiosas involucrando ambos aspectos, lo

religioso y lo tradicional:

Pues fíjese que este párroco, el de esta Capilla es nuevo. Antes esta
Iglesia pertenecía a la prefectura de Azcapotzalco, después vino la idea
de traer al nuevo padre. Así que se hizo la gestión necesaria para que
nos otorgaran sacerdote a cada pueblo.

Antes estaba el Párroco Palomino, y él que se apellidaba


Martínez, quienes eran muy estimados por la gente del pueblo. Este Sr.
Palomino bautizo a mi Madre. Después me bautizo a mí, me casó
82

después. Pero este nuevo, no, no la hace. Choca con la manera de ser
del pueblo. (José)

Los mayordomos.
Existe una estrecha relación entre los cargos religiosos y cívicos que implica

una toma de decisiones y de participación en aspectos políticos y

administrativos, dentro de la misma comunidad. Los mayordomos no eran y no

son funcionarios asalariados.

Tal es el caso del Sr. Raúl Salinas, quién ha fungido como mayordomo,

pero también ha sido representante ciudadano en comités pro-comunidad; es el

director de escena de la puesta en Semana Santa; organizador de las fiestas y

promotor de las mismas. Incluso se encontraron documentos en la delegación,

dónde aparece su nombre solicitando arreglos para toda clase de servicios;

pidiendo permisos para las fiestas, para eventos familiares, etc.7

Raúl Salinas también se hace presente:

Para el día de muertos. [Cuando] se hace la misa en el panteón, el


encargado del panteón es el joven Raúl, y el responsable de hacer todo
eso… el día de los niños y luego el día de los grandes. Poner la ofrenda:
fruta, calabaza, dulce de tejocote, velas, flores, el copal y todo eso. Sí,
trabaja muy bien ese joven. (Anónimo)

Asumir el cargo de mayordomo requiere dinero, tiempo, carisma, liderazgo,

entre otras funciones que se traducen en la obtención de prestigio, respeto,

apego al grupo, voto y voz en decisiones importantes para la comunidad, como

refirió uno de los informantes:

7
Me parece importante subrayar que no es una generalidad, no ocurre normalmente
que un mayordomo vaya de un cargo cívico a uno religioso ni viceversa.
83

Se contaban en la procesión con un tal Nicolás Camacho, un José


Suárez y unas mujeres más -que han muerto-, ellos eran la voz
cantante, del pueblo. Organizaban la colecta, animaban a los
mayordomos, tramitaban los permisos, ayudaban a la gente, en fin
hacían de todo. (José).

La Alquila o Fiesta de los Naturales


Para este caso es la llamada fiesta de los naturales o Alquila, la ceremonia que

permite observar con detenimiento el Sistema de cargos en acción, tal fiesta:

Se origina como parte de la fiesta de los naturales, en Azcapotzalco.


Era la fiesta de los indígenas cuando iban a rendir pleitesía y honores a
la virgen de Guadalupe.
[Recordemos que]) Azcapotzalco fue uno de los primeros pueblos
en rendir veneración a la Virgen de Guadalupe, entonces como los
pueblos eran muy pobres, se organizaba la alquila. El nombre lo dice
Alquila, o sea yo me alquilo. (Raúl).

También se encuentra este otro testimonio:


Este festejo se lleva a cabo, pues yo creo que, desde que llegaron los
españoles, porque había mucho hacendado y les daban maltrato a los
peones, entonces optaron por reunirse.
Se juntaban en Azcapotzalco en el atrio y de ahí se iban en
peregrinación a la Basílica de Guadalupe a dar gracias a la Virgen y
después de la misa que se celebraba, en cualquier jardín ahí, aledaño
a la Basílica, iban y compartían pues lo poquito que llevaban pa’ comer.
(Raúl).

Es importante mencionar que se realizan otras fiestas, la Fiesta de San Pedro

que muchos originarios consideran “la mayor”, la celebración del 12 de

diciembre a la Virgen de Guadalupe; -y las ya referidas-, Semana Santa, Día de


84

Muertos, también se mencionó la fiesta dedicada a la Virgen del Carmen del

día 16 de julio.

Las cofradías y el intercambio


En otro tiempo las fiestas de los pueblos, eran llamadas las Cofradías de indios

que eran vistas con desagrado por los españoles que notaban los

conglomerados de indígenas realizando sus “idolatrías” prehispánicas.

(Gibson, 2003). En realidad, lo que estaba de fondo era cierta unidad social

indígena al apoyarse entre sí y apoyar al sistema del tributo. A nuestro parecer

la función de las fiestas tiene más que ver con una cuestión de generosidad

transferencia o nivelación de riqueza en beneficio de la comunidad, al respecto

comenta un informante:

[Yo en las fiestas y como mayordomo] Les voy a dar de comer a las
gentes de mi pueblo. Ellos no tienen dinero entonces yo les doy de
comer y lo que ellos iban a gastar para su comida que lo den de
limosna.
Es una forma de pensar: mira a lo mejor tú me vas a dar y no tienes
para comer pero yo te voy a dar de comer y eso que tengas, poco o
mucho lo vamos a llevar de limosna como ofrenda a la virgen para las
obras, o para lo que necesite la Basílica de Guadalupe. Damos,
ofrendamos y nos dan. (Raúl).

Hay quién es más específico en sus recuerdos:

Ya le digo: se hace comida, más o menos para 800 gentes, vienen y


comen aquí en la mesa. Se hace la bendición y se les invita a comer,
ahí no hay distingo ni nada. Es el festejo este de ―los naturales‖,
porque allí se invita a todos. Allí el que llega nomás con su limosna le
entra.
Aquí en casa, me tocó la primera vez. A mis amigos de Legaria,
les había yo platicado como se hacía la fiesta aquí y vinieron, como a
85

las seis de la tarde los hijos del señor --que es una persona muy seria y
muy, muy honesta-- y traían un bote lechero como de seis u ocho litros
entonces me pregunto mi mujer ¿Oye qué le damos a este señor? Y
pues ¡Claro! ponle un pollo entero, y ponle otras piezas y llénaselos de
mole. (José).

Maria Ana Portal comenta que mediante el intercambio y compensaciones de

regalos y ofrendas se reconstruyen y enmiendan año con año los vínculos con

los divino, y con ello la fuerza y armonía espiritual que requieren los individuos

del pueblo para sobrevivir durante el siguiente ciclo, es un retorno al tiempo

mítico, que conlleva la posibilidad de recrear una identidad social particular

(Portal, 1997:184).

Realizar un magno gasto entre $15 y 20 mil por mayordomo, mismo que

se desglosa en la compra de 50 kg. de arroz, 4 botes con 600 tamales, aparte

el mole, la bebida, platos, vasos, cucharas, entre otras cosas más, requiere un

gran motivo para la posesión del cargo que implica un fuerte deseo y creencia

en lo sagrado.

Ese es el principal motor, pues a pesar de que la gente del pueblo

ayuda y da su cuota (que fluctúa entre $20 y 50) ya que con esta forma

participa. El verdadero gasto viene de los pobladores (originarios y

avecindados con años de permanencia) que toman con solemnidad y

compromiso la mayordomía.

En muchos casos influenciados, y convencidos por la plática de gente

como Raúl Salinas o Ángela Cortés que han seguido a través del paso del

tiempo el desarrollo y la reproducción de la Alquila, apoyándolos en todo

momento y tratando de facilitar su labor en la medida de las circunstancias


86

económicas. Por esa razón es difícil detectar con precisión la toma de

mayordomías en San Pedro Xalpa, puesto que un año puede ser bueno y

haber mayordomo de portada floral para la Iglesia, otro para la música, otro

más para las misas, para los cuetes y castillo…Pero en muchas otras

ocasiones sólo 2 mayordomos (apoyados por la familia y la comunidad

interesada) realizan la tarea completa.

La Alquila entonces tiene que ver como ya menciono Raúl con

alquilarse, hace alusión a una “Alquila” término que proviene del verbo alquilar,

consistente en pagar una suma convenida para hacer uso de un inmueble,

objeto, animal o servicio. Para este caso, la participación en esta fiesta puede

comprenderse como un servicio prestado a la comunidad en armonía con lo

divino y sagrado; prestar ese servicio de mayordomo pensando en un bienestar

mayor colectivo, con la bendición de los Dioses de por medio, puesto que es

lo que está bien y es lo correcto, a cambio de recibir en pago dones y

bendiciones para el involucrado, su familia y su comunidad.

Las procesiones y el significado territorial.


Junto a la mayordomía y las danzas vienen las procesiones, que en muchos

sentidos viene a ser una recuperación del significado territorial que favorece y

estimula la reconstrucción histórica de la identidad.

Ya se ha escrito que es vital para la Alquila la procesión a la basílica de

Guadalupe, peregrinación que marca una continuidad de excursión a los

antiguos santuarios prehispánicos:

La tradición de la Alquila es algo ya con muchísimo, muchísimos años.


De hecho fue una de las primeras fiestas que existió a nivel delegación,
no sólo a nivel pueblo, [actualmente] no todos participan pero sí por lo
87

menos como seis ocho pueblos, que se sigue reuniendo en el atrio de


Azcapotzalco.
El primer domingo después del día de muertos. También el
miércoles siguiente se reúnen todos en Azcapotzalco y de ahí se van
caminando hasta la Villa, en peregrinación.
Los mayordomos tienen la obligación no sólo de darles de comer
aquí el día domingo, sino que el día miércoles tienen que llevar comida y
todo, agua, fruta, bebida; para todos los que van a la peregrinación: Se
va a misa entregan su donativo y de ahí salen al jardín a comer.
(Ángela).

La participación en los eventos generan una clara distinción entre quiénes son

y quiénes no son parte de la comunidad, que muestra diferencias que marcan

formas de pensamiento; un ejemplo fue la situación del sacerdote, y el uso del

espacio dentro del atrio. Cuando la procesión de Semana Santa se hacía fuera

de la iglesia, se significaba un espacio que convertían en su territorio simbólico

puesto que pertenece a la Iglesia en realidad


88

Anotaciones finales
A través de este estudio se ha observado un pueblo originario de la Ciudad de

México: San Pedro Xalpa, de la delegación de Azcapotzalco.

Con base en las consideraciones hechas por los especialistas hemos

estudiado uno a uno los principales aspectos que los definen: el antecedente

prehispánico, su historia, su territorio, sus fiestas, que en suma les otorga esa

identidad propia que forma parte de muchas otras que habitan en la Ciudad de

México.

A través de subrayar sus particularidades, y de recuperar los ejes

temáticos de estudio (historia, espacio, territorio), se ha logrado recuperar una

gran parte de la historia territorial de Xalpa.

Es el momento de validar la hipótesis de este trabajo, que dicta: San

Pedro Xalpa es un pueblo originario. Aunque dicho pueblo ha sufrido una

pérdida casi total del territorio, aclarando que el territorio físico no se pierde

pero cambia su significación, y junto con ello una disminución de sus recursos,

los pobladores han desarrollado una apropiación simbólica del mismo dónde se

incluye y se excluye a pobladores (dentro de un territorio específico),

conformando así una identidad que se ve manifestada en la ciudad.

Conforme los datos, se ha de concluir que el pueblo ha tenido y tiene

muy poca capacidad de decisión sobre el territorio, pero, sí el pueblo ha

sobrevivido ha sido gracias a esas estrategias que desarrollaron sobre su

territorialidad, su explotación, y su adaptación de forma paralela.

Y, aunque la pérdida del terreno es casi absoluta, --evidenciando que las

estrategias que emplearon no fueron las mejores, ante la presión inminente de

la ciudad--, los originarios han logrado mantener vivas ciertas creencias y


89

costumbres de un pueblo tradicional en ―su‖ territorio, manteniendo y

reproduciendo su identidad, historia, uso del espacio y cierta cosmovisión

originaria, que las otredades reconocen en un territorio especifico. A

continuación hemos de enumerar siete aspectos que conforman el pueblo

originario de San Pedro Xalpa.

Características de San Pedro Xalpa.


Para estudiar a San Pedro Xalpa, se enlistaron siete aspectos, tratando de

cubrir las características que se mencionaron en torno al concepto de pueblo

originario y seleccionar lo que empataba con la realidad de San Pedro Xalpa,

aspectos que se han de argumentar con el trabajo de investigación:

1. Cuenta con un antecedente prehispánico, contemplado como parte de la

cultura tepaneca, posteriormente incorporado con los mexicas. Las

referencias sobre este punto se basan en la presencia tribal, de calpullis

o barrios indígenas que fueron documentados por etnohistoriadores,

sacerdotes y estudiosos. Este fue el punto de partida de San Pedro

Xalpa como pueblo originario.

2. Efectivamente el pueblo sufrió grandes transformaciones en el período

colonial. Uno de ellos fue la adquisición de un nombre patronal para

designar el nombre del pueblo: San Pedro. Otro más fue la creación de

una traza urbana, siguiendo los criterios españoles, que incluyo la

construcción de una Iglesia –de afiliación dominica-, y de algunos

establecimientos de tipo menor para la administración del pueblo. En

Xalpa se mantuvo vivo un toponímico indígena; también persistió una

traza urbana irregular que da cuenta del caserío otrora indígena, una

traza que permite reconocer un territorio en dónde se mantuvieron vivas


90

creencias y conocimientos de origen prehispánico sincretizados con la

nueva religión cristiana.

3. Difícilmente pueden rastrearse las familias cuyo origen sea netamente

indígena, sin embargo hay un grupo de ellas que reconocen una

autoadscripción de pertenencia al pueblo, es decir, existen habitantes

originarios que se reconocen propios del lugar aunque muchas de las

veces sean parte de un largo proceso de migración y mestizaje cómo

encontramos en las fuentes históricas.

4. Las familias de originarios han mantenido vivas creencias manifestadas

a través de fiestas, rituales y ceremonias que encierran una estructura y

una organización social muy particular en mayor o menor medida, de

acuerdo a la situación económica que predomine.

5. En San Pedro Xalpa continúan vivas esas festividades que se

reproducen en un territorio específico año, tras año: un territorio físico y

uno simbólico que les da pertenencia al pueblo desde tiempo atrás.

6. De acuerdo con el punto anterior, San Pedro posee un patrimonio

histórico que debe ser conservado y debería ser incluido en los planes y

programas de gobierno.

7. Por último se debe resaltar que Azcapotzalco cuenta con 16 pueblos

originarios más –aproximadamente- susceptibles de ser estudiados para

su posterior inclusión en la temática sobre los mismos por parte del

gobierno de esa demarcación y el gobierno de la Ciudad de México.

Recapitulando pienso que es posible imaginar el uso del espacio y la

apropiación del territorio así como su significación como un fenómeno flexible

en que la utilización y la apropiación se adaptan a circunstancias históricas


91

únicas que determina a sus habitantes en gran medida, siendo su identidad

reconfigurada pero manteniendo algunos referentes u orígenes.

El proceso de apropiación es consubstancial al territorio. Este proceso

está fuertemente marcado por conflictos, y permite explicar de qué manera el

territorio es producido, regulado y protegido en interés de los grupos

involucrados.

En el expediente agrario de Xalpa hay un claro ejemplo de esto ya que

conforme a las condiciones del momento los ejidatarios fueron rentando sus

terrenos para vivienda; arrendando la tierra para que otros la trabajaran;

alquilándola para la fabricación de tabique muchas de las veces cayendo en

serios conflictos como lo declaran las siguientes notas de archivo:

11/06/66 Luis G. Alcérreca informa que Enedina Sanjuanero fue


desalojada de una parcela en el ejido denominado SPX, sin expresar si es
ejidataria o familiar de ejidatario, pide intervención Jorge Domínguez Figueroa,
delegado del Dpto. de asuntos agrarios y colonización.
17/05/69 De Magdalena Contreras Vda. De Pino al Director de
Fomento agrícola ejidal. Denuncia por la ocupación de una fracción de su
parcela. "El día 27 de julio de 1965, se giraron instrucciones para que Santos
Villegas desocupara la fracción de mi parcela porque el contrato celebrado con
santos para la explotación de arcilla para la fabricación de tabiques había
quedado sin efecto. Al transcurrir el tiempo Santos falleció y en su lugar el
hermano de este, Esteban Villegas ocupó la parcela, y actualmente ha invadido
una fracción mayor en la que trata de construir o ampliar su casa, por lo que no
estando dispuesta a permitir este despojo he venido a solicitar apoyo". Rúbrica
de Magdalena C.
27/01/70 De Luis G. Alcérreca al Procurador Gral. De la
República. Se turna documentación complementaria referente a la denuncia de
Magdalena C. Y se asigna Lic. Daniel Pineda Barrera en representación de los
Sres. Esteban Villegas Jiménez y Carlos Plata Cervantes, por la disputa de las
parcelas núm. 19 y 83.
92

En los ejemplos vemos entrar en conflicto a diferentes actores sociales que

buscan la apropiación, como lo expone el siguiente caso:

03/07/72 La Unión Nacional Demócrata Campesina y Obrera


(cuyos representantes son: Rosa López palacios, Manuel Medina, Guadalupe
Medina, Socorro Sánchez Cervantes), dice: A la Dirección General de Tierras y
Aguas. "Esta Organización se dirige a usted a nombre de un numerosos grupo
de habitantes que viven en el ejido de la Ampliación San Pedro Xalpa, quiénes
manifiestan que no obstante los 10 años que han vivido dentro de ese ejido
ahora tratan de echarlos por el simple hecho de hacer venta de esos terrenos a
personas extrañas, por la comisión de $30, 000 según manifestaron que han
estado vendiendo el Comisariado Ejidal juntamente con los que lo rodean y esto
según manifiestan lo están haciendo a todas luces sin importarles el derecho
que se les coarta a estos ciudadanos que han estado viviendo en dichas
parcelas. Solicitan se haga la investigación y al mismo tiempo se les reconozca
el derecho a nuestros compañeros.

Esta situación no es una relación exclusiva del pasado. En la actualidad se ha

de constatar que en San Pedro Xalpa continúan los procesos sobre la

apropiación del suelo en el espacio urbano, es una continua negociación que

tiene como protagonistas, sobre todo a las inmobiliarias que construyen

grandes condominios; a las autoridades que autorizan las construcciones; y, a

las colectividades de recién llegados, junto a las de los pobladores originarios.

Para tener idea está el siguiente testimonio:

En los últimos diez años, nuevas construcciones se han ubicado cerca


del pueblo. Está la de los militares, que serían más de trescientos
departamentos.
Tenemos la que está en Emiliano Zapata, que cuenta
aproximadamente con doscientos departamentos. Otro nuevo que
apenas se va a inaugurar es de ciento veinte departamentos. También
se acaba de terminar una sección de otro, que supuestamente va a
93

tener cuatrocientos cincuenta departamentos, en un área de 7,000


metros cuadrados.
En renacimiento y eje tres norte San Isidro, se está haciendo otras
torres que van a ser de 10 pisos y van a ser para aproximadamente de
350 a 400 departamentos. (Raúl).

Una voz cantante del pueblo opina:


Para nosotros es problemático por la cuestión de la afluencia vehicular;
la cuestión de escuelas (nada más tenemos dos primarias, un jardín de
niños, una escuela de CONALEP. Pero no tenemos ninguna
secundaria, ni ninguna preparatoria).
Mil departamentos, lo que son mil familias más que van a
necesitar de escuela, van a necesitar de agua, de drenaje, de policía,
de calles para salir y entrar, y con tristeza pues vemos que luego
muchas veces para las autoridades les hacen más caso a ellos
(Anónimo.)

Resumiendo el pueblo opina que:


La misma delegación hizo un estudio de impacto vial, pero lo que
realmente importa es la cuestión económica.
El representante anterior que era Armando Álvarez, era el
coordinador vecinal también se opuso y hubo inclusive un desayuno de
la gente de Azcapotzalco con los de la delegación donde le ofrecieron
dinero, lo mismo de los condominios, y de la constructora también le
ofrecieron dinero, que para la ayuda del pueblo, la cantidad de treinta
mil pesos según nos dijo, a cambio de que les dejarán construir.
Sí, pero con treinta mil pesos yo creo que ni aunque fueran treinta
millones. La cuestión es la tranquilidad de una comunidad y eso no
tiene precio…
Además le vuelvo a repetir, son gentes que no se adaptan y
aunque sus hijos estén naciendo ya aquí en esta comunidad, ellos no
se consideran así, porque sus fiestas aparte, para nada participan con
nosotros, de no ser como algo curiosos el día de la feria, la cuestión de
94

semana santa, y ellos se sienten como turistas dentro de la misma


comunidad. (Raúl.)
Habrá que aclarar que las opiniones vertidas tienen un trasfondo fácil de

reinterpretar, diría al respecto que son voces representativas de San Pedro

Xalpa, que evidentemente tienen tras de sí una postura política, son,

“intelectuales” de lugar de estudio que ameritan ser tema de estudio en otro

proyecto.

En Azcapotzalco existen al menos dos casos más que se enfrentan a

esta problemática en la actualidad, siguiendo la opinión del siguiente

informante, que trabajó cerca de la administración y de las autoridades de la

Delegación:

Principalmente entre el pueblo de Santa Catarina y Santa Bárbara, en


las cuales se otorgaron permisos para la construcción de
departamentos, estos permisos generaron conflictos con la identidad
del pueblo, debido a la inminente llegada de gente que no pertenecía
de manera nata al lugar.
Además como dato curioso, y como una forma de ejemplificar
esta idea de identidad, en una conversación una persona del pueblo de
Santa Catarina se quejaba de que en su credencial de elector decía
que su casa estaba en la colonia Santa bárbara, su molestia llegaba a
la indignación, por el error. (Carlos).

Al preguntarle si él consideraba.- ¿Qué los pueblos tienen bien delimitado su

territorio? Nos comento:

El límite se da por la concentración urbana, las calles y el trazado, sin


embargo, las disposiciones gubernamentales en la transformación de
pueblo a colonia pueden generar confusión como con el comentario
hecho de Santa Catarina. Muchas de las veces la gente tiene su propia
idea del territorio (Carlos).
95

En su respuesta, podemos apreciar diferencias con la forma en que ven

a los pueblos desde la administración, como autoridades, y muchas veces

distinguir entre colonia y pueblo, puede ser un asunto sin importancia para

unos y de mucho valor para otros. Sin embargo, en lo que sí coinciden es que

la fiesta es un elemento distintivo:

Si lo es, porque es la parte de su identidad que prevalece aún cuando


han sido relevados de los territorios o ha llegado gente nueva a sus
espacios.
Es como el vínculo hacia su identidad, que se liga a la religión por
ser la manera en que pueden traspasar el tiempo sin perder vigencia y
fuerza. Es una gran cantidad de fiestas, casi se realiza una fiesta por
semana. Aunque los pueblos son pocos y se van diluyendo en lo
urbano, muchas costumbres siguen generalizadas.
Un ejemplo para comentar es que la vida de Azcapotzalco se
genera en el centro. Las diversiones, el punto de reunión, el lugar de
paseo, todo Azcapotzalco es un pueblo que va viviendo su historia
mezclándose con la época. (Carlos).

Agrega que, el territorio efectivamente cambia y se observa el movimiento y la

presencia de personas que usualmente acompañan, y muchas veces no se

notan, a los originarios en sus celebraciones:

El tránsito de gente que acude a las fiestas, además existe el intento


por compartir el espacio urbano actual con la tradición de las fiestas, lo
que provoca cierre de calles, y toda una logística para la realización del
evento.
En el evento, además de pueblo, Intervienen los denominados
―ferieros‖, que en las fiestas colocan desde juegos mecánicos hasta las
coronas de juegos pirotécnicos.
La delegación al otorgar los permisos para su instalación, en
algunos casos también se involucra en la colocación de los juegos, y el
96

acomodo de los espacios, interviene también la unidad de protección


civil para garantizar la seguridad en las instalaciones.
En lo que son fiestas patronales, en algunos casos interviene el
párroco, para la realización del evento, y los vecinos cuando se ven
afectados por la colocación de la feria…se quejan, hacen escritos.
(Carlos)

Lamentablemente no fue posible lograr que las inmobiliarias expresaran su

opinión. La estructura del negocio no deja claro quiénes son los responsables.

Quiénes están en las construcciones son trabajadores, peones de la

construcción, luego están los arquitectos quiénes son contratados y no saben

“nada” más que de la obra. No hubo posibilidad de más.

Pero se puede concluir que la pérdida del territorio es un fenómeno

generalizado en los pueblos de la delegación y en ocasiones ocurren conflictos

de mayor envergadura, dónde los participantes asumen la defensa o el rechazo

de las fiestas, por ejemplo:

En la Fiesta de San Sebastián, debido a las características del territorio


la fiesta no se realiza en san Sebastián sino en la colonia libertad, en la
calle de Wake, esto ha generado molestias entre los vecinos de
―libertad‖ y han intentado que la fiesta se realice en otro lado, aquí
inclusive ha intervenido el párroco en búsqueda de que la festividad se
realice de cualquier forma. (Anónimo)

A final de cuentas, la participación de la gente se puede condensar en el

tránsito por las calles “afectadas” por la fiesta, una opinión suele decir que:

La gente participa en las fiestas activamente, las familias salen a


pasear, y a divertirse, en el caso de las ferias, y a cumplir con lo religioso
en la parte de la fiesta patronal.
97

En Azcapotzalco estas dos tendencias se mezclan; las fiestas


patronales se acompañan de juegos pirotécnicos y una feria es lo que
les otorga una oportunidad para salir de lo cotidiano, debido a que no
hay lugares de distracción o reunión: plazas comerciales, cines, club´s
sociales, supermercados. (…) Yo considero que no hay mucha
participación de gente externa, porque no hay mucho conocimiento de
estas fiestas.
Son más bien fiestas locales parte del cumulo de características
que aun predominan en el pueblo de Azcapotzalco. (Autoridades)

Considero que es más que la reducción de espacios para la recreación, lo que

está detrás de tales acontecimientos, es una identidad en relación con el ciclo

de fiestas, la significación, la apropiación de un espacio y el uso de suelo en la

Ciudad de México, que no acaba de diluirse en el espacio urbano, pese a las

condiciones tan avasalladoras que se les presenta a sus pueblos originarios.

La investigación ha cumplido su participación en el desarrollo de los

estudios sobre los pueblos de esta delegación que llaman la atención por su

“terquedad” de mantener una identidad re imaginada y re construida pero

manteniendo pilares fundamentales que hemos observado a lo largo de estos

capítulos, y que he de intentar resaltar en cuatro, siguiendo mi propia reflexión:

Primero: su territorio con un centro marcado por un kiosco al que le

rodea la Iglesia y dónde celebran sus principales eventos colectivos; el panteón

vecinal que contiene los restos de muchos de los pobladores originarios;

además de locales de carácter administrativo o comercios, que están ocupando

parte del centro de éstas calles adoquinadas; un circuito de traza irregular con

avenidas estrechas, callejones y casas situadas en grandes solares bardeados


98

cuyas fachadas dan testimonio de su larga historia. Y de su territorio simbólico

cuyas fronteras tienen que ver con su historia territorial.

Segundo: su historia colectiva que les da la narrativa suficiente para

organizar, construir y dar forma a sus tiempos y a sus vidas en torno a un

pasado común, eligiendo y retomando experiencias que les hacen crecer como

pueblos, que les permiten simpatizar y auto adscribirse a esa Identidad por

sobre otras más.

Tercero: su sistema de fiestas que ha preservado un elemento primordial

como pueblos de la cuenca del Valle de México, esa autoadscripción a un ciclo

de fiestas, a un sistema de organización y de reconocimiento que trasciende lo

terrenal y lo temporal, puesto que conlleva en su reproducción las mejores

prendas de la cosmovisión mesoamericana, lo sagrado, el intercambio, las

procesiones, la danza, sus nexos con la naturaleza, y sus nexos como seres

vivos.

Y cuarto, su gente que es la que asume y crea esas posibilidades y las

pone en práctica a fuerza de vivir al día, adaptándose y creando redes

cotidianas a través de parentescos y alianzas amistosas, o a través de sus

contactos intergeneracionales, y más, en sus contactos con gente de otras

identidades.

Son pocos los habitantes de estas tierras, casas antiguas, comercios,

condominios, autoridades, etcétera, que les dan mucho tiempo de vida a estos

pilares de los pueblos originarios. Sin embargo, creo que sorprendería la

capacidad de permanencia y de resistencia que estas identidades tienen y que

por supuesto, vale la pena estudiar y reflexionar al respecto.


99

Preguntas relevantes.
Son muchos temas que surgen y cuestiones que considero en verdad muy

importantes: ¿Están enterados estos pueblos y sus autoridades, de la iniciativa

de ley, que espera amparar los derechos de estas colectividades?, ¿Qué

pueblos de la Delegación tienen mayor resistencia en la defensa de su

Identidad? ¿Qué pueblos han tenido mayor capacidad de respuesta y de

adaptación a la mancha urbana, cómo ha sido ese proceso? ¿Podemos aspirar

a tener una visión más global y más puntual de esta demarcación? Fuera de

trabajos monográficos u obras generales de consulta.

Y finalmente, ¿Puede la historia territorial y los ejes de estudio aquí

empleados, replicar el proceso de investigación para documentar otros casos?

Al parecer son más intensas estas dudas que al momento de iniciar esta

investigación, pero que son convenientes para considerarlas a la luz de nuevas

investigaciones que se han potenciado en torno a este sujeto y tema de

estudio: Los pueblos originarios del Distrito Federal.


100

Colofon

Para quién se muestre interesado en visitar este lugar de estudio una ruta es

por la salida del metro Tacuba. Línea dos, dónde se aborda el microbús que

nos conduce al pueblo, después de 20 minutos, sí el tráfico lo permite,

podemos llegar hasta la esquina del callejón del sapo, justo una calle antes de

observar las grandes bardas de los panteones San Isidro. Estos grandes

cementerios en cierta forma sirven para distinguir las fronteras entre San Pedro

y Santiago Ahuizotla. Ahí está también la base de la Ruta de Transporte

público (RTP) que se dirige a Aragón.

La entrada al centro del pueblo es por ese angosto callejón o bien,

caminar unos veinte pasos más y entramos por la callecita de Francisco Javier

Mina. Podemos decir que es un lugar completamente urbanizado puesto que

cuenta con los siguientes servicios: Carretera asfaltada, caminos, banquetas y

veredas o callejones de concreto; agua potable para uso residencial y en pocos

locales agua para uso comercial o industrial; existe plena disponibilidad y uso

de la energía eléctrica; el uso y consumo de combustibles principalmente la

gasolina y sus derivados, en algunas casas consumen petróleo y en cada vez

menos leña seca, que la usan para cocinar “sabroso” o para emplear un viejo

boiler de leña; existen en la mayoría de los hogares las Telecomunicaciones

como la televisión, el teléfono fijo y móvil. De hecho se puede ver que en

algunas de las casas de los pobladores que alquilan un espacio de su patio

para instalar en él antenas para la telefonía celular a cambio de una cuota,

siguiendo con la costumbre de desarrollar estrategias que les permitan mejorar

su economía y mantener su estilo de vida.


101

Se puede ver que rápidamente más hogares contratan los servicios para

tener Internet, sea en su domicilio o en un café-internet; hay transporte público

(micros, taxis, RTP) y transporte propio, que según las posibilidades

económicas de los dueños, se puede ver desde una camioneta de modelos

previos o autos de modelos muy recientes (sobre todo los que salen de los

condominios), existen también un centro de salud comunitario ubicado en

pleno centro en av. Hidalgo y justo Sierra.

En San Pedro Xalpa están dadas de alta 69 locales comerciales, 15 de

ellas son de Sociedad Anónima y de Capital Variable, el resto pertenecen a

pequeños propietarios, cuyos apellidos coinciden algunas veces con las

familias originarias del lugar: Cedillo, Romero, Salinas, Cortés, por mencionar

algunos y sus artículos que comercian son de papelería, farmacia, abarrotes,

refacciones para auto, desechos industriales.

Productos de limpieza, bonetería y regalos, ropa. Zapatería, compra y

venta de desperdicios de vidrio, y desperdicios industriales, carnes frías,

miscelánea, frutas y verduras, compra y venta de macetas, plantas y

artesanías.

Compra y venta de dulces, de artículos de jardinería, acuario, expendio

de pan, carnicería, comercio al por menor de juguetes, artesanías y regalos,

compra venta de pescado, ferretería y tlapalería, compra venta de tornillos,

tuercas, de artículos fotográficos, de desechos (sic), comercio al por menor de

alimentos y bebidas, compara venta de muebles de madera, abarrotes y

cremería.
102

Los negocios mayores están al frente de la compra venta de desperdicio

industrial, del comercio al por mayor de otras materias primas (sic), fábrica de

cintas, plásticos tejidos y trenzados, una comercializadora, compra venta de

cerveza, de llantas, de pintura, una encargada de la fabricación de reparación

de acumuladores, compra venta de artículos de ferretería, de material eléctrico,

de materiales para la construcción en general, de materias primas y aditivos

para la industria y compra venta de refacciones para máquinas en general.

Esto es lo que se encuentra registrado, pero nos damos cuenta de que

en la realidad otros comercios familiares trabajan día a día, pequeños talleres

de costura, talleres de embobinados de motores, de manualidades, de comida,

de antojitos, y también nos damos cuenta que algunos comercios más varían

su razón social según las necesidades y las posibilidades de la población y de

los dueños. Por ejemplo una panadería que estaba cuando llegue al pueblo,

paso a ser un comedor, luego una farmacia de similares y finalmente un café

Internet. De las tiendas encontramos también que algunas son franquicias y

otras distribuidores autorizados, uno que otro es mayorista y la mayoría es

considerado pequeño comercio.

Esta zona comercial está ubicada en la calzada de las Armas y la

calzada de la Naranja, principalmente, junto a las calles de Leopoldo Blackaller,

de Eusebio Jáuregui, de Ignacio Comonfort, de Joaquín Amaro, de Catarino

Benavides, de Macario Gaxiola, de Emilio Carranza, de Emiliano Zapata, de

Jesús Capistrán, por mencionar algunas calles más.


103
104

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Martínez.

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habitante del Pueblo de San Pedro Xalpa, el día 11 de agosto del 2002,

San Pedro Xalpa, Azcapotzalco, D.F. 15 hrs. Realizada por Adriana

Bautista Martínez.

Entrevista realizada a ÁNGELA CORTÉS habitante del Pueblo y

comerciante de San Pedro Xalpa, Enero, 2002. San Pedro Xalpa,

Azcapotzalco, D.F. 18 hrs. Realizada por Adriana Bautista Martínez.

Entrevista realizada a Cronista DAVID DELGADO habitante de la

delegación Azcapotzalco, D.F. 10 de septiembre del 2002, 18 hrs.

Realizada por Adriana Bautista Martínez

Entrevista realizada a CARLOS SALDAÑA ex trabajador de de la

delegación Azcapotzalco, D.F. 2009, 18 hrs. Realizada por Adriana

Bautista Martínez.

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