Riesgo Legal
Riesgo Legal
Riesgo Legal
(Riesgo 2007)
Castro Urdiales – abril 2007
1. Introducción
Basilea II propugna una gestión más amplia del riesgo financiero, incentivando una medición
y gestión interna de los factores de riesgo, principalmente del riesgo de crédito, además de
definir el riesgo operacional como la probabilidad de incurrir en pérdidas por inadecuación o
fallos de los procesos internos, personal o sistemas o como resultado de acontecimientos
externos. Dentro de este riesgo operacional, que hasta Basilea II no se había hecho
excesivo énfasis normativo, se incluyen entre otros el riesgo legal. Dicho riesgo legal
(pérdidas reales o lo que se deja de ganar) puede devenir directamente por incumplimiento
voluntario de la normativa, o indirectamente por un cambio normativo, ya sea por procesos
de liberalización financiera, de adaptación a la regulación o de protección ante la
complejidad y rapidez operacional, ya sea por reacción ante nuevas situaciones
desestabilizadoras del sistema financiero o de su confianza.
La valoración del riesgo legal es un tema, que aunque en auge por la creciente importancia
de los costes que acarrea, sin un modelo general de análisis, y menos con un indicador
extendido para detectar dicho riesgo en las operaciones financieras. En la presente
comunicación se pretende aportar al estudio abierto de cómo gestionar el riesgo legal un
indicador de su importancia basado en la aplicación de la teoría de seguros, definiendo el
riesgo legal indirectamente como el cambio por parte de las autoridades competentes de la
normativa de una forma que afecte adversamente a la posición de la entidad financiera.
El riesgo legal se puede definir de varias maneras, aunque las más extendidas son (i) la
directa de posibilidad de pérdidas debido al incumplimiento (o imperfección) de la legislación
que afecta a los contratos financieros o la imposibilidad de exigir el cumplimiento del
contrato legalmente; y (ii) la indirecta como riesgo de cambio regulatorio por parte de las
autoridades (gubernamentales) competentes (local, nacional o internacional) de la normativa
de una forma que afecte adversamente a la posición de la entidad financiera. Es decir, el
riesgo legal crece con la incertidumbre sobre las leyes, normativa y acciones legales
aplicables. Por tanto, el riesgo legal incluye la exigibilidad legal, la legalidad de los
instrumentos financieros y la exposición a cambios no anticipados en leyes y regulaciones.
Básicamente, los efectos del fraude, las malas prácticas (auditoría) y de las regulaciones.
El riesgo legal es uno de los componentes del riesgo operacional. Desde Basilea II, este
último riesgo se define como el riesgo de pérdida directa o indirecta resultante del mal,
inadecuado o fallido funcionamiento de sistemas, personas o procesos internos o de
sucesos externos. El riesgo operacional incluye el riesgo legal, pero excluye expresamente
el riesgo estratégico (malas decisiones) y el de reputación (pérdida de confianza).
Basilea II enfoca el concepto de riesgo operacional, por ende el riesgo legal, aplicado a
entidades bancarias, aunque deja claro que es extensible al resto de entidades financieras y
empresas, pero propugna su medición con especial interés en el sector bancario. Ello se
debe a los notorios episodios de fraude bancario, errores de conversión o de emisión de
órdenes, responsabilidad en las recomendaciones y cambios legales que ha sufrido este
sector después de las últimas liberalizaciones y crisis financieras.
El riesgo legal como parte del riesgo operacional entra dentro de la ejecución (regulación
aplicable) y del funcionamiento (incumplimiento, fraude) de la operativa de la entidad. Por lo
que directamente (incumplimiento) afecta al fraude interno (componente 1) y a la posibilidad
de malas prácticas que jurídicamente sean punibles (componente 4), y en menor medida al
resto de componentes del riesgo operacional. E indirectamente (regulación), aunque no se
recoja en las componentes del riesgo operacional, hay que tener en cuenta el riesgo de
cambio contrario de la normativa aplicable. Por ejemplo, que la autoridad considere ilegal las
prácticas financieras llevadas a cabo por la entidad, obligue a mayores gastos,
incertidumbre de la cobertura legal, una reducción de los rendimientos netos o el
impedimento del desarrollo de la entidad.
Las causas del riesgo legal, por tanto, son la posibilidad de cambio de la normativa, malas o
inadecuadas prácticas, incumplimiento de la normativa y acciones similares, cuyas
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consecuencias son posibles pérdidas monetarias por responsabilidades y obligaciones
legales, y por multas y penalizaciones fiscales y regulatorias.
Dada la mayor complejidad, los avances tecnológicos, la creciente globalización, la cada vez
más frecuente irrupción de nuevos productos, la tendencia hacia la liberalización financiera y
el aumento de crisis, fraudes y “chiringuitos” financieros, es palpable que se van
incrementando los recursos asignados a la medición y gestión del riesgo operacional, donde
en la actualidad se proponen ciertos sistemas de control. También la introducción de las
nuevas tecnologías y automatización de los servicios financieros, el crecimiento del
comercio y gestión electrónicos, las adquisiciones y fusiones a escala internacional, y el
aumento de la externalización de servicios son las causas que más se citan en la industria
bancaria para afirmar la importancia del riesgo operacional. Basilea II se suma a este control
proponiendo unos requerimientos explícitos de capital para cubrir el riesgo operacional.
El riesgo legal quedaría incluido en esta tendencia e interés de gestión, al ser una parte del
riesgo operacional. Si se aproxima, inicialmente, la importancia legal por su medida directa
de todas las pérdidas adscritas a las componentes 1 y 4 enumeradas del riesgo operacional,
según datos de 2002 aportados por dos informes del BIS1, estaría entre el 20% y el 40% del
todo el riesgo operacional2. Representando este último riesgo, para datos de 2002, entre el
10% y 20% de toda la gestión del riesgo de la empresa3. Es decir, que grosso modo se
puede afirmar que en el 2002 el riesgo legal directamente supone entre el 2% y el 8% de
todo el riesgo (financiero) del banco o entidad, porcentaje que no hace más que subir por la
reducción de los riesgos asumidos de mercado y de crédito debido a la sofisticación de las
técnicas de su gestión.
Basilea II, para la gestión del riesgo operacional, propone unos requerimientos explícitos de
capital para su cobertura. Dichos requerimientos se pueden determinar a partir de guías o
metodologías para la medición del riesgo operacional. Propuestas, que aunque enfocadas a
entidades bancarias, son aplicables a todo tipo de empresas y operaciones. Estas
metodologías son trasladables también a la medición del riesgo legal, nada más que
reduciendo de siete a dos el número de componentes:
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15%4 de la media del margen ordinario de los tres últimos años, siempre y cuando
dicho margen sea positivo en los tres años.
Teniendo en cuenta que el riesgo legal representa entre el 20% y el 40%,
dependiendo del tipo de negocio bancario, de las pérdidas por riesgo operacional,
una forma de aproximación rápida sería reducir la exposición al riesgo a un nivel
entre estos porcentajes.
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calificación crediticia y con aseguradoras externas, sin incorporar otros
instrumentos de cobertura como derivados ni otros productos financieros.
- Utilización parcial de métodos avanzados: consiste en aplicar únicamente
modelos internos para una parte de las actividades de la empresa, y el resto
seguiría el método básico o el estándar.
El cálculo derivado del requerimiento de capital, luego sería revisado y comparado por el
supervisor para comprobar que refleja adecuadamente el perfil de riesgo de la empresa, y
valorado por el mercado a través de la transparencia informativa6. De manera, que la gestión
del riesgo operacional, y por ende la del riesgo legal, supone un marco que incluye la
identificación, la medición, el seguimiento, la información, el control y, finalmente, la
mitigación.
Para la medición indirecta del riesgo legal, como posibilidad de cambio normativo, tanto
Basilea II como la literatura financiera no plantean ninguna metodología específica. En este
caso se deberían utilizar los métodos habituales de estimación del riesgo, como el
tradicional de la probabilidad de ocurrencia del evento desfavorable (cambio de normativa) o
los más actuales de tipo valor en riesgo, que combinan probabilidad de ocurrencia y
severidad de las pérdidas. Ambos métodos tienen limitaciones aplicados al riesgo legal en
cuanto que no reflejan que el coste del riesgo legal tiende a distribuirse en el tiempo y que
ciertos costes tienen probabilidades distintas de ser exigidos y de duración.
Los métodos comentados, aunque puedan servir de metodología para la medición directa
del riesgo legal, no especifican qué instrumentos se utilizan para su detección. Basilea II
comenta la simulación, la posibilidad de incluir seguros o la estimación de la distribución de
Pérdidas y Ganancias, entre otros, como métodos de ayuda en la estimación del riesgo
operacional (legal), pero su detección vendría más por las componentes e indicadores de
riesgo. Dado lo amplio de las componentes propuestas por Basilea II, que además sólo
permiten una valoración directa, y la falta de indicadores estandarizados, cabe pensar en
algún indicador de riesgo legal que permita trabajar con su medición indirecta.
6
En el quinto estudio de impacto del riesgo operacional del BIS (2005) se constata la amplia difusión
de los métodos avanzados en la determinación del requerimiento de capital y el menor porcentaje de
contribución de los grandes bancos. Los requerimientos de capital por riesgo operacional en la
mayoría de bancos suponen los segundos en importancia después del riesgo de crédito y a gran
distancia de los riesgos de mercado, los cuales tienen una mayor cobertura.
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existen unos indicadores estándares en la detección y descripción de la importancia de este
riesgo.
Aunque Basilea II reconoce el uso de seguros en la valoración del riesgo operacional, dentro
de los cuales está el legal, lo limita en sus efectos por la dilación de los procesos legales
previos a la ejecución efectiva del seguro, sobre todo en grandes crisis o catástrofes.
Además su efecto es bastante moderado, en tanto que según datos del BIS7 los seguros
sobre riesgos operacionales sólo cubrieron el 2’4% de los casos con pérdidas (por otros
medios se recupera casi en el 10% de los casos), y si lo aplicamos al fraude interno el
porcentaje cae hasta 1’4% (27’4% por otros medios) y en prácticas con clientes, productos y
negocios es solamente del 0’1% (6’2% por otros medios). Lo que da idea de la baja
implantación o lo difícil que es aplicar estos seguros. En las otras 5 componentes las tasas
de recuperación son mayores, y baste como ejemplo que cuando el seguro es efectivo
(indemnización) se recupera el 82’2% de la pérdida declarada en riesgo operacional, pero
en las dos componentes de riesgo interno y de prácticas con clientes, productos y negocios
baja al 43’4% y 60%, respectivamente. Además, el suceso medio en fraude interno es de
375.000 euros de pérdida y en prácticas con clientes, productos y negocios de 412.000
euros, muy por encima del resto de componentes del riesgo operacional que suele estar por
debajo de 100.000 euros. Por otro lado, se observa que las mayores tasas de recuperación
son en sucesos con grandes pérdidas (más de 1.000.000 de euros), tanto con seguros
(6’3%) como por otros medios (30%), segmento donde predominan las pérdidas de riesgo
legal. Todo ello da una idea de lo poco efectivo que son los seguros en riesgo legal, es
decir, que o bien no miden bien este riesgo, o bien no sirven para su cobertura.
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Datos que se han de interpretar con cuidado porque se obtuvieron a partir de una encuesta, donde
no está clara la interpretación de las respuestas: casillas en blanco si no había seguro o no se ha
cobrado, si el importe cobrado es el esperado, el reclamado o el efectivamente cobrado, el tiempo de
reclamación y cobro de los seguros, etc.
6
Sin embargo, el tratamiento del riesgo operacional (legal) responde a una metodología
cercana a la de seguro no-vida, sobre todo en la estimación de la función de Pérdidas y
Ganancias, ya que por un lado está el comportamiento aleatorio de la cuantía de las
pérdidas, que generalmente se modeliza a partir de una distribución lognormal, gamma,
beta, pareto o weibull, y el número de sucesos desfavorables, separado por líneas de
negocio y componentes, que se aproxima normalmente por una distribución de poisson o
una binomial negativa. Lo que representa la distribución de la severidad de cada suceso y la
probabilidad del suceso. Esta misma combinación de frecuencias de la severidad y de la
ocurrencia se lleva a cabo, aplicando simulación, en el método de distribución de pérdidas,
que es uno de los más considerados por la industria bancaria y la literatura.
La tesis de la que se parte es que un indicador de riesgo legal indirecto alto, es decir, de
excesivo riesgo de cambio de normativa desfavorable se da cuando la prima de un seguro
teórico del riesgo legal analizado es superior a la prima de una opción financiera, cuyos
pagos sean similares al estado de la naturaleza con y sin cambio legal. El seguro se plantea
como de tipo vida para reducir la probabilidad de severidad por su exigibilidad o
supervivencia y aumentar la prima por los costes legales, mientras que la opción financiera
se asemeja a una de compra (call) porque si en el futuro hay un cambio legal lo óptimo
sería no continuar para evitar las pérdidas (posición larga). Finalmente, la valoración de las
primas se estima a partir del tipo de interés libre de riesgo internacional, ya que tras los
ajustes de ocurrencia, severidad y supervivencia ya estarán incluidos todos los riesgos
legales de la operación.
Por tanto, la tesis que se presenta implica analizar tres elementos: la prima de seguro, la
prima de la opción financiera y la clasificación del riesgo legal.
SEGURO
Empezando por el seguro, su prima teórica se calcula a partir de igualarla al valor actual
esperado de las contraprestaciones, y en su caso recargada, la prima, por la gestión del
contrato. Este enfoque implica estimar cuatro elementos:
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2) La probabilidad de supervivencia: estimación de la exigibilidad del cambio legal en
cuanto a la vida del conflicto, las multas y de la compensación económica, así como
el grado de ajuste exigido a la nueva normativa: exenciones o tiempo de adaptación.
3) El coste de gestión del riesgo legal: recargo de la prima teórica del seguro por los
gastos de protección legal y trámites regulares de defensa de la situación dentro de
la normativa.
El seguro teórico que se plantea es de prima única y para la cobertura de un único suceso
futuro (cambio de normativa). De esta manera, se puede aproximar el cálculo de la prima a
la siguiente expresión:
PSEGURO = px · ∑ P&G·(1+I) j ·ps ·(1 + R)
-t
j
PSEGURO ,prima seguro
p x ,probabilidadcambionormativa
P&G,corrientemonetariaoperdidas estimadas
I,tipo deinteres valoracion
ps ,probabilidadde exigibilidad
R,recargopor costeslegales
Por ejemplo, reduciendo los factores de esta probabilidad a dos: (i) crisis y fraudes
financieros recientes y (ii) tratamiento fiscal, esta probabilidad será más importante cuando
haya habido fraudes o crisis financieras recientes y cuando menor sea el tratamiento fiscal
de la operación.
Tratamiento fiscal
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Para dar valores umbrales, se pueden utilizar los percentiles de la distribución de Pérdidas y
Ganancias con los que trabaja el sector financiero para determinar las pérdidas esperadas
(95% de confianza), inesperada (entre 95% y 99’9% de confianza) y catastrófica (más 99’9%
de confianza). Así, una probabilidad moderada estaría entre el 5% y el 10%, una baja entre
el 0’1% y el 5% y muy baja inferior al 0’1%. Por el contrario, una probabilidad alta estaría
entre el 10% y el 50%, y muy alta ya sería superior al 50%.
La estimación de las pérdidas (P&G) que puede suponer el cambio de normativa responde a
conocer los beneficios actuales por la operación financiera o líneas de negocios afectadas y
cómo disminuirán o desaparecerán. En todo caso, dependiendo de cada producto o línea se
podrá cuantificar el efecto, que en caso de que afecte a los beneficios de varios años, se
descontaría al tipo de interés de valoración, ajustando la corriente monetaria por sus valores
esperados.
El tipo de interés de valoración (I), salvo ajustes, se utilizaría el tipo de interés internacional,
que se puede aproximar por el tipo de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos para
operaciones en USD o por el tipo de interés del Banco Central Europeo para operaciones en
euros. Para operaciones nacionales en moneda local, sin efectos internacionales, sería más
conveniente utilizar el tipo de interés legal del país.
Probabilidad de exigibilidad ps
Efectos retroactivos
Finalmente, en el recargo por coste legales (R) se pueden considerar 3 escalas, que sea
bajo porque los costes legales sean reducidos por el tipo de cambio de normativa o los
costes en el país (1% o menor), que sea moderado (entre 1% y 10%) o alto (más del 10%)
cuando los abogados, multas y demás costes legales sean elevados por el funcionamiento
legal del país.
OPCIÓN
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normativa, es decir, en un momento futuro discreto. Según este enfoque se tiene que
estimar, también, cuatro elementos:
La valoración de una opción de compra tipo europea (sólo se ejerce en el momento del
cambio legal futuro) responde a la fórmula, para una aproximación binomial uniperíodo, de:
1 -t
· pNA ·Max 0; ∑ P&GSC ·(1+I) j + (1 − pNA )·Max 0; ∑ P&GCC ·(1+I) j
-t
POPCION =
1+ I j j
POPCION ,prima opcion
1 + I − multiplobajada en valor por cambiolegal
pNA ,probabilidaddeno arbitraje;pNA =
multiplo subida − multiplobajadapor cambiolegal
P&GSC/CC ,corrientemonetariaoperdidas estimadas sin y con cambio legal
I,tipo deintereslibre deriesgo de valoracion
CLASIFICACIÓN
Finalmente, la comparación entre las dos primas comentadas clasificará el riesgo legal entre
alto y dentro de lo que asume un mercado neutral al riesgo. De manera que cuando la prima
del seguro sea superior a la prima de la opción implicará que las probabilidades neutrales al
riesgo evidencian que el precio de equilibrio (por el riesgo legal) está por debajo de su coste
de cobertura, es decir, que el recargo por los costes legales, las pérdidas que pueden ocurrir
o la probabilidad de exigibilidad son excesivamente altos. Existe un alto riesgo legal porque
la cobertura teórica (prima seguro) es superior a lo que asumiría una cobertura de mercado
(prima opción).
Poniendo un ejemplo para mayor claridad. Una operación financiera que por su novedad
apenas tiene una regulación que le afecte, y tras ciertos escándalos o resultados financieros
desfavorables la autoridad gubernativa propone un cambio normativo. Sin cambio normativo
la operación supondría un rendimiento del 30% por su mejor utilidad fiscal, que en términos
monetarios se traduciría en unos beneficios esperados para los próximos 5 años de 20
millones USD anuales. Con cambio legal, el valor del producto caería al 80% de su valor
10
actual, reduciéndose los beneficios a 20 millones USD de pérdidas el próximo año porque
hay posibilidad de efectos retroactivos, y los años subsiguientes el beneficio desaparecería
por no ser ya atractivo el producto. Por tanto, la pérdida actual por el cambio legal son los 20
millones USD actualizados un período, más la renta de 5 períodos de 20 millones USD que
se dejan de ganar.
−1
En total: P & G0 = −20·(1'0525) − 20·a5\0 ' 0525 = 105millonesUSD , y el valor de los
&
&5\0 ' 0525 = 90 '5millonesUSD
beneficios esperados para el próximo año son: 20·a
Los múltiplos de cambio de valor son 1’3 y 0’8. El tipo de interés de valoración, al ser una
operación en USD, se escogería el 5’25% anual de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Por tanto, la probabilidad de no arbitraje es de 50’5%.
El recargo legal se estima en moderado-alto (10%) debido a que los recientes escándalos
pueden llevar a una sentencia ejemplar y las operaciones en USD suelen tener
procedimientos legales costosos, por ejemplo Estados Unidos o en países con monedas
locales débiles defienden la entrada de divisas.
j
PSEGURO = 0 ' 25·( 105·0'75 ) ·(1 + 0 '1) = 21' 66millonesUSD
Por tanto, en este caso, el riesgo legal no sería excesivamente alto y estaría dentro de lo
que el mercado asumiría para los beneficios que se esperan obtener, aunque exista una alta
probabilidad de cambio normativo.
Si se analizan los factores que influyen en esta comparación son la diferencia en las
pérdidas, de manera que cuando se espera que el resultado futuro sea de grandes pérdidas
subirá la prima de seguro sin afectar a la prima de la opción. Por otro lado, las
probabilidades de ocurrencia del cambio legal y su exigibilidad influyen también en esta
comparación, de forma que cuanto menores sean mayor posibilidad de que la prima de la
opción sea superior a la del seguro, producto que sí las considera.
6. Consideraciones finales
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Se ha planteado como indicador del riesgo legal la estimación de la prima teórica de un
seguro de cobertura del mismo, de manera que el valor de la prima calculada sirva para
determinar si el riesgo legal de cambio de normativa es excesivamente alto comparándolo
con el valor de la prima de una opción financiera que represente también la cobertura de la
operación. De esta forma, cuando la prima del seguro (cobertura práctica) sea más alta que
la prima de la opción financiera (cobertura de mercado) es que el riesgo de cambio de
normativa es excesivamente alto para lo que retribuiría un mercado eficiente y neutral al
riesgo, es decir, que el riesgo legal sería alto.
Este indicador de riesgo legal, además de su sencillez de cálculo, tiene en cuenta gran parte
de las variables y factores de riesgo que afectan a la definición indirecta de este riesgo, es
decir, su frecuencia de ocurrencia, su severidad y su exigibilidad, además de compararlo
con una valoración eficiente o neutral al riesgo del mercado. La mayor desventaja o
problemática del enfoque planteado es la subjetividad de los valores utilizados, pero se
pueden establecer ciertas escalas o ciertos métodos de estimación para poder estandarizar
su cálculo y comparación.
PSEGURO = 0 '15·
( 1.900 − 1.900·0 '30 ) ·0'9·(1' 25) = 313'79pesetas
1 + 0 '1
1'1 − 0 '3
·1.900·0 ' 20
POPCION = 1' 20 − 0 '3 = 307 '07pesetas
1'1
7. Bibliografía
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