Regulados Por El Artículo 407 Del Código de Procedimiento Civil y Los de Pertenencia de Vivienda de Interés Social
Regulados Por El Artículo 407 Del Código de Procedimiento Civil y Los de Pertenencia de Vivienda de Interés Social
Regulados Por El Artículo 407 Del Código de Procedimiento Civil y Los de Pertenencia de Vivienda de Interés Social
La función social de los bienes objeto del proceso de pertenencia que parte la
diferencia en lo que se refiere al certificado de registro en los procesos de
vivienda de interés social. En el proceso de pertenencia regulado por el
artículo 407 del Código de Procedimiento Civil la carga se encuentra
exclusivamente radicada en cabeza del demandante y su omisión conlleva la
inadmisión de la demanda, como ya se ha anotado. Por otro lado, en el
proceso de pertenencia de vivienda de interés social se distribuye la carga
entre el demandante y el registrador y su omisión no desencadena la
inadmisión de la demanda. La no presentación del documento por parte del
registrador genera su responsabilidad ante los titulares de derechos reales
del inmueble por los posibles perjuicios. Sin embargo, se debe aclarar que
cuando la carga de la presentación del certificado al proceso se desplaza al
registrador esto no libera al demandante de aportar toda la información
necesaria para la debida identificación del inmueble, la que si no es
presentada releva de la responsabilidad al registrador ante los titulares de
derechos reales del inmueble o terceros eventualmente perjudicados. La
diferencia establecida por el legislador responde al carácter de “vivienda de
interés social” de los bienes que por tener dicha condición delimitan el grupo
social a que va dirigido el beneficio. Así, la distribución de la carga se
sustenta en la función social de la propiedad consagrada en el artículo 58 de
la Constitución. Por lo tanto, el fundamento del beneficio procesal atiende a
la necesidad de brindar protección a los sectores desfavorecidos así como al
propósito de facilitar la legalización del título de propiedad que fue adquirido
legítimamente a través de la figura del derecho civil de la prescripción
adquisitiva.
JUICIO DE IGUALDAD-Elementos
Los dos procesos de pertenencia - el regulado por el artículo 407 del CPC y
el de vivienda de interés social - parten de un mismo supuesto abstracto: la
usucapión. Sin embargo, existe una diferencia esencial que uno y otro
proceso: el carácter de los bienes objeto de la declaración de pertenencia,
que en la norma acusada se trata de las viviendas de interés social. Esta
diferencia es el sustento de la distinción en lo que se refiere a la carga de
acompañar el certificado de registro y a los efectos de no cumplir dicha
carga. No obstante, esta diferencia no establece una clasificación fija entre
grupos de personas, sino una distinción entre tipos de procesos a partir del
tipo de bien inmueble objeto del proceso. De tal forma que el beneficio
establecido en la norma acusada está abierto a todas las personas, sin
importar su condición. Lo esencial es que el proceso verse sobre una vivienda
de interés social. Entonces, no se dan las exigencias mínimas para comparar
grupos de personas delimitables y diversos. Cualquier persona puede acudir
a cualquiera de los tipos de procesos de declaración de pertenencia,
dependiendo de las características del bien objeto del mismo, no de las
condiciones personales del demandante o del demandado. La medida ordena
la admisión de la demanda cuando el registrador omita aportar el
certificado. Lo anterior impulsa el proceso pero no desconoce el derecho a la
defensa ni al debido proceso, pues se identifica al contradictor como persona
indeterminada, la cual es protegida, por los procedimientos específicos
establecidos por el artículo 407 del Código de Procedimiento Civil mediante
emplazamiento y posterior designación de curador ad litem. Dado que el fin
propuesto consiste en la aceleración del proceso para la titulación de las
viviendas de interés social, la distribución de la carga y la continuidad del
proceso conducen efectivamente a la consecución de la finalidad de la medida
pues evita la paralización del proceso y genera las condiciones para que se
pueda declarar el derecho real que se persigue, sin menoscabar derechos de
terceros. Además, siempre se deja abierta la posibilidad de participación en
el proceso de quienes ostentan derechos reales principales sobre el bien,
cuando el titular del derecho sea identificado. De acuerdo a las anteriores
consideraciones la Corte encuentra que el beneficio procesal establecido
para los procesos de declaración de pertenencia de viviendas de interés
social no vulnera el principio de igualdad.
Magistrado Ponente:
Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA
ESPINOSA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Mediante Auto de once (11) de agosto de dos mil cinco (2005), la Corte
Constitucional admitió la demanda de la referencia.
III.LA DEMANDA
IV. INTERVENCIONES
1
Folio 2, C.1.
2
Folio 26, C. 1.
3
Folios 26-27, C.1.
El interviniente destaca que la diferencia entre el proceso de pertenencia
común y el proceso de pertenencia especial para viviendas de interés social
“consiste en que mientras en el proceso de pertenencia común el requisito
previsto en el numeral 5 del art. 407 del Código de Procedimiento Civil, -de
acompañamiento de la demanda con el certificado del registrador de
instrumentos públicos-, está establecido para garantizar el debido proceso de
aquellas personas que son titulares de derechos reales inscritos en el registro
de instrumentos públicos sobre el bien; en el proceso de pertenencia sobre
viviendas de interés social, de otro lado, por voluntad expresa y clara del
legislador, expresada en forma de ley, la ausencia de tal certificación no se
constituye en vulneración al debido proceso, ni en causal de nulidad o
revisión, como en el caso anterior.”4
El interviniente considera que “la diferencia entre los dos procesos cumple el
objetivo de amparar y favorecer a las personas que se encuentran en
condiciones notorias de desamparo y pobreza a fin de que puedan acceder en
forma ágil a la declaración de pertenencia a su favor.5”
Sobre la exigencia planteada por el numeral 5 del artículo 407 del CPC se
citan apartes de un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia del 30 de
noviembre de 1979 en el que se dispone que dicho requisito busca garantizar
el derecho al debido proceso de cualquier persona que sea titular de derechos
reales del inmueble que es objeto del proceso de declaración e pertenencia.
Igualmente se cita la sentencia C-383 de 2000 en la que se declaró la
exequibilidad del aparte resaltando que dicho certificado cumple varios
propósitos como la determinación de la competencia funcional y territorial
judicial y la integración del legítimo contradictor.
4
Folio 25, C.1.
5
Folio 28, C.1.
6
Folio 32, C.1.
vista con aquellos que expresamente han sido llamados por el legislador
viviendas de interés social.”7
12
Folio 40, C.1.
13
Folio 41, C.1.
14
Folio 41, C.1.
adjudicación de un bien inmueble en procesos de pertenencia en
el que el Certificado del Registrador de Instrumentos Públicos,
donde consta el nombre de las personas que ostentan derechos
reales, o que nadie figure con esa condición, de tal manera que se
cumpla el cometido de la usucapión, facilitándole a las personas
menos favorecidas económicamente que puedan acceder a la
propiedad sin mayor dificultad.
Pretender que los procesos de pertenencia diferentes a los
consagrados como vivienda de interés social, no requieran de
certificado especial, significaría iniciar unos trámites tendientes a
la reforma del artículo 407 del Código de Procedimiento Civil
que se aplica en los procesos ordinarios de pertenencia.15
15
Folio 81, C.1.
16
Folio 65, C.1.
17
Folio 66, C.1.
De acuerdo a las anteriores consideraciones el Ministerio Público encuentra
que el aparte acusado no efectúa una diferenciación injustificada ni rompe el
principio de igualdad al establecer una diferencia entre los requisitos para los
procesos de pertenencia de vivienda de interés social y los procesos regulados
por el artículo 407 del Código de Procedimiento Civil. La Procuraduría
advierte que la igualdad en el marco de un Estado Social y democrático debe
entenderse como una igualdad material. Así, sostiene que “siendo la igualdad
procesal un presupuesto para la materialización de la justicia, debe
entenderse que las normas liberatorias de ciertas cargas procesales no
constituyen per se una vulneración al derecho de igualdad de las partes en el
proceso.”18
18
Folio 67, C.1.
19
Folio 68, C.1.
20
Folio 68, C.1.
orden nacional y departamental e incluyendo técnicas modernas
de planeación urbana que apunten a la coordinación del desarrollo
urbano regional.
1. Competencia
2. Problemas jurídicos
30
Código de Procedimiento Civil. Artículo 407.
Culminado el emplazamiento, el juez designa un curador ad litem, quien
ejerce la defensa de las personas indeterminadas hasta la terminación del
proceso31.
Ver la Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, del 26 de agosto de 1997,
34
Consultar la Sentencia del 30 de noviembre de 1978, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil,
35
La ponencia para primer debate para los proyectos de ley 1 de 1988 Senado
“por la cual se declara de utilidad pública e interés social la adquisición de
inmuebles urbanos y, se autoriza extinguir el dominio en algunos casos y se
dictan otras disposiciones y 12 de 1988 Senado “por la cual se dictan normas
sobre planes integrales de desarrollo municipal, compraventa y expropiación
de bienes y se dictan otras disposiciones” que terminó con la expedición de la
Ley 9 de 1989, ahora acusada, indica que la finalidad de la norma es crear
38
Corte Suprema de Justicia, sentencia del 1 de febrero de 1990, Sala constitucional. MP: Hernando Gómez
Otalora y Jaime Sanín Greiffestein.
unas condiciones que faciliten la legalización de títulos de derechos reales
para solucionar el problema de la tierra urbana. La ley fue diseñada a la luz de
los siguientes principios:
(...)
Anales del Congreso, Senado de la República, Año XXXI, No. 68, 23 de agosto de 1988, P. 1.
39
40
Exposición de motivos proyecto de ley número 12 de 1988 Senado. Anales del Congreso, Senado de la
República Año XXXI, No 33, 26 de julio de 1988, P. 7.
Sobre la legalización de títulos para la vivienda de interés social, la ponencia
para primer debate en el Senado señala:
(…)
41
Anales del Congreso, Senado de la República, Año XXXI, No. 68, 23 de agosto de 1988, P.3.
42
Anales del Congreso, Senado de la República, Año XXXI, No. 68, 23 de agosto de 1988, P.3.
43
Anales del Congreso, Ponencia para segundo debate Cámara de Representantes. 21 de noviembre de 1988.
pertenencia regulado por el artículo 407 del Código de Procedimiento Civil la
carga se encuentra exclusivamente radicada en cabeza del demandante y su
omisión conlleva la inadmisión de la demanda, como ya se ha anotado. Por
otro lado, en el proceso de pertenencia de vivienda de interés social se
distribuye la carga entre el demandante y el registrador y su omisión no
desencadena la inadmisión de la demanda. La no presentación del documento
por parte del registrador genera su responsabilidad ante los titulares de
derechos reales del inmueble por los posibles perjuicios. Sin embargo, se debe
aclarar que cuando la carga de la presentación del certificado al proceso se
desplaza al registrador esto no libera al demandante de aportar toda la
información necesaria para la debida identificación del inmueble, la que si no
es presentada releva de la responsabilidad al registrador ante los titulares de
derechos reales del inmueble o terceros eventualmente perjudicados.
Una vez delimitadas las diferencias entre los dos procesos de declaración de
pertenencia en cuanto al certificado de registro del inmueble y la finalidad de
dicha diferencia, se pasará ahora a recordar brevemente el principio de
igualdad en el procedimiento civil. El análisis buscará establecer si la
distribución de la carga de presentación del certificado de registro del
inmueble atiende a criterios objetivos y razonables o si comprende una
discriminación que vulnera el principio de igualdad y por lo tanto el artículo
13 de la Constitución.
oportunidad distinta a la señalada por el funcionario judicial. Para la Corte, contrario a lo expuesto por el
ciudadano demandante, la norma demandada como inconstitucional, no consagra ningún trato discriminatorio,
por cuanto, tanto demandante como demandado tienen la oportunidad procesal de aceptar o no las cuentas
presentadas y lo que impone el numeral 5 acusado, es una consecuencia jurídica por el silencio del
demandado, a quien aún dándole la oportunidad de presentar su estimación sobre las cuentas, no lo hace.
Como puede apreciarse, la norma deja plena libertad al funcionario judicial para fijar el término destinado
para rendir cuentas, pues no se precisa término alguno; solo se indica que debe ser prudencial (artículo 418
numeral 2, 3 y 5), y esto obedece a la cláusula general de competencia señalada por el legislador, en virtud de
la cual, la ley puede señalar las normas propias de cada juicio, determinar las actuaciones, términos, recursos
y requisitos de cada uno de ellos.” La parte resolutiva de la sentencia es del siguiente tenor: “Declarar
EXEQUIBLE el numeral 5 del artículo 418 del Código de Procedimiento Civil, cuyo texto es el siguiente:
“Si el demandado no presenta las cuentas en el término señalado, el juez, por medio de auto que no tendrá
recurso alguno, ordenará pagar lo estimado en la demanda. Este auto presta mérito ejecutivo”.”
46
Sentencia T-230 de 1994 MP: Eduardo Cifuentes Muñoz. Posición reiterada y concretada en la sentencia C-
918 de 2001 MP: Jaime Araujo Rentería de la siguiente manera: “4.1. Para que quien aplique el derecho
justifique un trato diferenciado debe probar tres elementos: 1) empírico: que se trate de casos diferentes; 2)
normativo: que exista un fin normativo que justifique racional y proporcionalmente la diferencia de trato y 3)
valorativo: que la medida adoptada sea adecuada-razonable-a la luz de los principios y valores
constitucionales”.
47
Sentencia C-981 de 2002 MP: Alfredo Beltrán Sierra.
48
Sentencia C-561 de 2004 MP: Manuel José Cepeda Espinosa.
proceso resultará lesiva del principio constitucional de igualdad
cuando las personas que se relacionan de una u otra forma con tal
proceso son tratadas por la ley en forma diferente, a pesar de que
deberían recibir un trato igual por mandato de la Constitución.
El tercer elemento de esta estructura analítica versa sobre los criterios para
determinar si la relación entre el trato diferente escogido por el legislador para
alcanzar el fin buscado es jurídicamente suficiente o no lo es, así como sobre
los parámetros para juzgar si el fin o los fines buscados justifican el trato
diferente acusado de violar el principio de igualdad. Estos criterios o
parámetros no son siempre los mismos. Generalmente la Corte analiza si el
trato diferente es idóneo o adecuado para alcanzar un fin legítimo. No
obstante, la Corte también ha indicado que en algunos casos esto no es
suficiente para concluir que la norma acusada pasó el juicio de igualdad. Se
requiere, además, que el trato diferente sea “efectivamente conducente” o,
inclusive, “necesario” para alcanzar los fines buscados por la norma acusada.
Además, la Corte también ha exigido que, en algunos casos por ella señalados,
el fin mediante el cual se pretende justificar el trato diferente establecido en la
norma, sea, además de legítimo, “importante” en un estado social y
democrático de derecho o, inclusive, “imperioso”. Cuando la Corte ha
estimado que el trato diferente incide en principios constitucionales
especialmente protegidos en un Estado social y democrático de derecho, ha
señalado que el juicio de igualdad también comprende un análisis de
proporcionalidad, stricto sensu, para evitar excesos resultantes del trato
diferente. De tal manera que así el trato diferente adoptado por el legislador
sea necesario para alcanzar un fin imperioso, la norma acusada es
inconstitucional si afecta de manera desproporcionada otros principios
constitucionales.
VII. DECISION
Magistrado Ponente:
Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA
ESPINOSA
51
Ver por ejemplo Aclaración de Voto a la sentencia C-422 del 2005 del magistrado Jaime Araújo Rentería.
Es de esta forma, como la Corte Suprema norteamericana empieza a aplicar un
test flexible adecuado a determinados fines políticos. La escogencia del test se
produce entonces de acuerdo con la finalidad política preexistente, que se
manifiesta en el interés político de aprobar o reprobar como ajustada al
ordenamiento constitucional una determinada normatividad. Adicionalmente,
la Corte Suprema norteamericana se percata de que aún con los dos tipos de
test creados, en algunos casos no puede aplicarse ninguno de los dos, por lo
cual recurre a la creación de un tercer test, el “test intermedio”.