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Patinas CIMA

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MÉTODOS DE APLICACIÓN DE

PÁTINAS EN METALES NO FERROSOS


(Técnicas para el patinado o coloreado químico de metales)

 Introducción
Los formulados para obtener colores diversos sobre diferentes metales (producto
de una oxidación provocada o acelerada), no deben ser considerados en forma
aislada de la calidad o cualidad que la superficie del objeto posea. Es importante
que la superficie se encuentre preparada convenientemente, en función de lo
que se deba o desee lograr (finamente pulida, corroída o texturada). En general,
la superficie del metal en el proceso químico de patinado, involucra inicialmente
su preparación con el uso de texturas provocadas mecánicamente o por
corrosión. De esta manera, se logran contrastes mas acentuados entre los
sectores con pátina y los que se dejen con el metal de base sin proceso. Por otra
parte, los defectos que la superficie posea inicialmente, y que por el proceso de
pulido o abrillantado se vea disminuido, al ser patinados, la acidez o el efecto de
los químicos intervinientes reviven toda la estructura que el metal posee. De
esta forma, resulta común que sobre piezas tratadas aparezcan puntos en los
que la coloración obtenida es más fuerte que en otros, produciendo diferentes
tonalidades o texturas sobre una misma pieza. Esto, más allá de la metodología
de aplicación, obedece a características intrínsecas del metal en su proceso de
elaboración (estructura cristalina inicial y diferentes alteraciones posteriores).

 Estructura y superficie
Una diferencia inherente a tener en cuenta en los procesos de patinado es el
proceso de fabricación al que el metal ha sido expuesto. Habrá diferencias
apreciables entre una pieza laminada, trefilada o fundida. Los ensayos se han
realizado sobre materiales con calidades controladas (metales o aleaciones
estandarizadas). La calidad de los materiales laminados no está en discusión.
Puede influir el proceso de fabricación en los cambios estructurales del metal,
pero se parte de una superficie perfectamente compacta con superficies lisas.
Las características en las piezas de fundición dependerán de infinidad de factores
que no tienen que ver con la aleación en si, sino con la forma de realizar dicho
proceso (diseño de los moldes, metodología de la fundición, temperatura de
colada, tipo de llenado del molde, etc.). Si un material laminado y uno fundido
son pulidos y abrillantados, al ojo humano se presentan homogéneos y lucen
similares. En realidad poseen una estructura granular diferente dependiendo
esto del proceso que el metal o aleación ha tenido en su fabricación.
En el caso de fundición, la estructura granular varía en función del flujo de metal
hacia el molde (velocidad de la colada) y de la diferencia de enfriamiento
existente de dicho metal fundido en cada sector del molde. En algunos casos
esto no es visible a simple vista, pero se logra evidenciar muchas veces con los
procesos de patinado que en tales tratamientos involucren ciertos productos
químicos que dejen esta estructura visible. Estos efectos de tamaño de grano en
los objetos de fundición pueden variar abruptamente, inclusive en la misma
pieza y depende del diseño de la misma. Se verá una diferencia apreciable en el
grano entre distintas metodologías de fundición (colada en tierra, en molde de
arena, a la cera perdida, etc.), además de la terminación superficial obtenida.
Seguramente estas diferencias se evidenciaran en variaciones cromáticas al ser
tratadas con la misma pátina bajo las mismas condiciones. Una metodología
habitual es generar de antemano cierta textura sobre el metal para minimizar las
diferencias entre materiales de diferente proceso de fabricación.

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 Desengrasado y limpieza previa
Solo podrán obtenerse patinados o coloraciones adherentes y consistentes si se
parte de una superficie metálica limpia y libre de gratitud. El proceso previo de
pulido y preparación de las superficies puede involucrar el uso de abrasivos o
pastas de pulir que pueden contener grasa animal como conglomerante. Deberá
ser eliminada por completo, al igual que toda mínima marca, incluyendo la de los
dedos, ya que ellas derivarán en imperfecciones que se harán evidentes luego de
realizado el proceso de patinado.
Existen variados métodos de desengrase, tanto con solventes orgánicos como
con soluciones alcalinas. Ello dependerá del tipo de material a tratar como
también de su tamaño. Si la pieza posee gran cantidad de grasitud o suciedad,
se hará un lavado previo con agua, jabón en polvo y cepillo de cerdas. Se deberá
tratar de evitar el uso de amoníaco o de productos emulsionados que lo
contengan. Las soluciones alcalinas desengrasantes, por lo general, trabajan con
temperatura y por inmersión. En el caso de piezas de gran tamaño puede
recurrirse al uso de solventes orgánicos o clorados, aunque en todos los casos,
se recomienda realizar un tratamiento mecánico posterior. Para ello se puede
usar pómez en polvo con agua y friccionar con un cepillo sobre el metal. Esto
asegurará una superficie apta para ser patinada.

 Técnicas de aplicación
A continuación se detalla un descriptivo de las diferentes técnicas empleadas en
el proceso de coloración de metales mediante proceso químico, a saber:

1. Patinado por trapeado

Un buen método para aplicar la solución de patinado es mediante un paño


suave humedecido en la misma. En algunos casos deberá aplicarse la capa
inicial friccionando vigorosamente hasta romper la tensión superficial que
provoca la falta de humectación, que se evidencia con la formación de gotas.
Una forma de solucionar esto es aplicar la pátina con un paño y friccionar
luego con otro levemente humedecido. Luego, se dejará secar en forma
conveniente, para con posterioridad eliminar el resto con un trapo suave y
seco. En este punto, se reitera el proceso de trapeado húmedo, secado y
limpieza tantas veces como sea necesario hasta lograr la coloración o
aspecto deseado. Es importante que este proceso se realice gradualmente,
ya que al apurar la coloración mediante generosas aplicaciones de pátina,
solo se obtendrá una película superficial que se desprenderá o quebrará al
aplicar el tratamiento posterior. Una vez concluido por completo el proceso
de patinado, se deja secar durante varios días, para luego repasar la pieza
con un trapo suave y seco. Luego se encera a modo de terminación. Esto le
dará mayor intensidad al color obtenido, y protegerá la pátina de la
humedad, evitando corrosiones no deseadas.

2. Patinado por pincelado

Un método alternativo al mencionado precedentemente, adoptado por los


artistas franceses del siglo XIX, es transportar o aplicar la pátina mediante
pinceles de cerdas suaves. La solución se aplica inicialmente sobre toda la
superficie, con lo cual el objeto está humedecido. Luego de esto, con otro
pincel seco se procede a quitar o esparcir la pátina mediante rápidos
movimientos en todas las direcciones. Cuando el pincel se ha humedecido
demasiado para continuar con el trabajo, se reemplaza por otro seco, y se
realiza esto tantas veces como sea necesario hasta concluir con toda la
superficie.
Luego de esto, se deja secar la pieza convenientemente antes de la próxima
aplicación. La apariencia obtenida con este método es de una superficie
pulverulenta. A su vez, se pueden obtener resultados con mayor rapidez que
aplicando la técnica de trapeado. Requiere de gran experiencia y práctica
para lograr perfección en el empleo de este proceso.

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3. Patinado por rociado (spray) o por lluvia

Un método de aplicación mas reciente consiste en rociar la superficie del


objeto con una fina lluvia de pátina. Se la dejará secar antes de una nueva
aplicación. Este proceso se repetirá tantas veces como sea necesario hasta
obtener la coloración deseada. No es necesario tener equipo especializado
para la aplicación de la pátina con esta técnica. Se podrá realizar la misma
con los rociadores manuales usados en jardinería. El éxito en la coloración
final dependerá de la forma de aplicación de las sucesivas etapas, ya que si
se aplica muy generosamente, se producirán gotas que harán que haya
sectores sin humectar, corriendo el riesgo que pueda chorrear dependiendo
de la posición que el objeto posea. Para evitar que esto suceda, se puede
adicionar a la pátina pequeñas cantidades de algún compuesto orgánico de
silicio (silicona), o bien, de trimethyl-hexanol. Esto favorece la formación de
pequeñas gotas evitando el chorreado. La adición de estos químicos ha sido
utilizada comercialmente en el patinado de techos de cobre, con buenos
resultados. La desventaja de este sistema de aplicación radica en la
necesidad imperiosa de una superficie perfectamente limpia y activada, y
además, al trabajarse con rociado fino, se corre el riesgo de inhalarlos, con
lo cual se desaconseja mediante este sistema la utilización de formulaciones
que resulten muy tóxicas o con químicos corrosivos. Resulta imprescindible
la utilización por parte del operario que realice la tarea de patinado del uso
de material de seguridad, incluyendo antiparras, guantes y máscara de
protección con filtros adecuados para el producto seleccionado.
Una vez concluida la aplicación, se deberá dejar secar durante un lapso
prolongado para luego trapear con un paño seco y terminar con cera.

4. Patinado por inmersión

Por este método, se obtienen gran variedad de coloraciones y terminaciones


superficiales. El objeto se sumerge en una solución de químicos, variando
según el caso desde temperatura ambiente hasta ebullición, con diferentes
tiempos de proceso. Las pátinas que deban realizarse con temperatura
podrán ser calentadas en recipientes de vidrio, plástico o metal revestido. En
vidrio y en metal el calentamiento se hará por llama, produciéndose puntos
de mayor temperatura (los que estén en contacto directo con el fuego). Esto
debe solucionarse con materiales
cerámicos o difusores que limiten este
efecto. De todas maneras, se
desaconseja el uso de recipientes
metálicos ya que aunque estén
recubiertos con esmalte, se verán
rápidamente atacados. En el caso de los
recipientes plásticos, el polipropileno es
un material inatacable con los diversos
productos involucrados en los procesos
de patinado, aunque su desventaja es la
de no poder calentar en forma directa. Se
deberá producir el calentamiento por
calefactores eléctricos de inmersión o
mediante serpentinas sumergidas de
material inatacable (intercambiadores de
calor) con circulación de agua caliente o
vapor. Los objetos a patinar deberán
estar colgados alejados de las paredes
del recipiente. Pueden ser suspendidos
con soportes metálicos o plásticos. En el
caso de objetos con cavidades, se deberá tener en cuenta la forma en que
se los suspenderá, ya que probablemente pueda quedar aire en algún sector
que impida el contacto íntimo de la pátina con la superficie del metal,
evitando esto la realización del proceso. A su vez, dependiendo del proceso

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seleccionado, en estas cavidades pueden acumularse precipitados propios de
la reacción, lo que causará, sin dudas, diferencias en la coloración. Para
evitar esto en este tipo de piezas (con cavidades o formatos complicados),
se adopta el reposicionamiento dentro de la pátina mientras dure el proceso.

5. Patinado por cepillado

En algunos casos, las soluciones o pátinas son aplicadas sobre la superficie


del metal mediante un cepillo de cerdas duras y/o un cepillo de alambre de
bronce. Esto permite poder trabajar de manera diferente con la solución. El
cepillo de cerda ayuda a mantener la pátina en movimiento sobre la
superficie y así fomentar su acción, sin afectar la superficie en si misma. El
cepillo de bronce es usado en donde se requiere una acción más enérgica,
en forma puntual en los sectores en que se deba obtener mayor activación
para que la solución de los resultados esperados. Ambas técnicas se realizan
con éxito provocando pequeños movimientos circulares del cepillo, salvo en
los casos en que la textura o el formato de la pieza lo impida.

6. Patinado por aplicación de pastas químicas

Hay una cantidad restringida de químicos para colorear metales que se


aplican y usan en forma de pastas. Las más usadas y comunes son pastas
para estatuaria. Estas tienden a producir una gama de oxidaciones que por
lo general incluyen coloraciones azules o azul-verdoso. Hay dos formas
básicas de aplicación, las cuales dan resultados ligeramente diferentes. Una
forma puede ser aplicar esparciéndola con un paño suave mojado en la
misma y luego dejándola secar. Esto se repite la cantidad de veces
necesarias hasta lograr el color deseado. La profundidad del color y la
calidad de la superficie dependerá del período de tratamiento.
Alternativamente, el otro proceso es aplicar la pasta finamente con un
cepillo y dejar secar por un período más prolongado. El residuo seco luego
se eliminará enjuagando con agua fría, revelando la coloración del metal.
Este sistema favorece la formación de coloraciones azules o azul-verdosas
sobre la coloración de base. Variaciones leves en la forma de aplicación
producirán cambios en la calidad de la superficie obtenida. En algunos casos,
dependiendo de la pasta que se emplee, la pasta no tiende a secarse sino
que se licua captando humedad del ambiente, con lo cual es indispensable
eliminarla mediante un enjuague con agua, luego de lo cual deberá secarse
por completo antes de dar por terminado el proceso.

7. Patinado mediante técnica de torcha

Esta técnica de coloración que


implica aplicar la patina mediante
pincel sobre el metal previamente
calentado con torcha o soplete es
ampliamente conocida por los
escultores. Una gran variedad de
verdes y marrones son obtenidos
mediante esta técnica, pero
depende en mucho de la habilidad
y del arte de quien la aplique. Esta
técnica se usa habitualmente para
piezas de fundición de pequeño o
gran tamaño. La técnica consiste en
calentar gradualmente pequeños
sectores del metal con llama
oxidante, y luego aplicar la pátina
sobre el área en cuestión. Puede
ser aplicada con pincel o con un
paño embebido. En algunos casos

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es indispensable la aplicación con un cepillo de cerda dura o inclusive con
cepillos de bronce. Es imprescindible aplicar la pátina sin excedentes,
administrándola para evitar el chorreado. Para obtener buenos resultados es
muy importante la temperatura que posea el metal. Es imposible poder
medirla, pero se puede reconocer en función de la reacción que tenga la
pátina al estar en contacto con la superficie caliente. Al aplicar la pátina, se
deberá producir un ruido suave, lo cual indica que la temperatura es
correcta. Si la temperatura es superior, al aplicar la pátina se producirá una
reacción violenta a modo de salpicado. El tamaño de la pieza de alguna
manera fijará la frecuencia con la cual deberá ser calentada. Si la pieza
posee mayor tamaño, podrá retener el calor durante más tiempo que una
similar más pequeña. Una vez concluido el proceso, se dejará enfriar y una
vez seca y fría, se encerará. Se desaconseja aplicar la cera con la pieza aun
caliente, ya que reacciones secundarias pueden producir defectos en la
pátina que serán difíciles de solucionar. Es preferible aplicarla con la pieza
fría, y de ser necesario, diluir la cera con trementina (aguarrás vegetal).

8. Patinado térmico

Esta técnica ha sido tradicionalmente utilizada para producir un rango muy


restringido de colores sobre metales sin el uso de productos químicos. El
solo hecho de aplicar calor a la pieza metálica producirá la formación natural
de óxidos. A bajas temperaturas estas capas serán superficiales, y a
mayores temperaturas más opacas y persistentes (coloraciones naranjas a
los rojos amarronados o negros). Si bien se puede usar una torcha o soplete
para el calentamiento del metal, lo ideal es usar una mufla u horno para que
el calentamiento del objeto sea total y homogéneo. De usar soplete, se
notara que la cara opuesta a la que se caliente producirá mayor intensidad
de color. En casos particulares, para obtener coloraciones rojizas o púrpuras
sobre cobre y bronce, luego de calentar el metal al rojo, es necesario
realizar un “shock térmico” mediante un enfriamiento violento por inmersión
en algún fluido caliente o hirviente. Esto es aplicable a piezas de tamaño
reducido, para que no se pierda excesiva temperatura en el proceso de
transferencia hasta su inmersión.

9. Patinado por técnica de vapores corrosivos

Las superficies metálicas pueden ser patinadas mediante la exposición de las


mismas en ámbitos confinados a la acción de vapores o gases por lapsos de
tiempo prolongados. La idea de producir patinados mediante esta técnica
surge de reproducir en forma acelerada los efectos que la atmósfera ejerce
sobre las superficies metálicas en forma natural.
Básicamente la técnica consiste en ubicar el objeto (escultura, estatua,
busto, etc.) en un contenedor sellado o hermético, en el cual, la solución
presente liberará vapor o gas que quedará retenido en dicho ámbito. La
solución es alojada habitualmente en la parte baja del contenedor y el objeto
suspendido o apoyado por encima del nivel del líquido. Esto asegura la libre
circulación de vapor por todas las superficies a ser patinadas. Luego de un
tiempo de exposición considerable, se abre el contenedor y se observa si la
coloración obtenida es la deseada. De no ser así, se cierra el contenedor y se
deja un tiempo mayor para que el proceso continúe, aguardando hasta la
próxima inspección. Es importante que el contenedor quede perfectamente
sellado por dos motivos: uno para evitar que haya pérdida de vapores del
ámbito en el que está confinada la pieza a procesar, sin restarle efectividad
al proceso; y segundo por los vapores que se filtrarán, los cuales son en la
mayoría de los casos peligrosos, tóxicos y/o corrosivos. Una vez que la
coloración obtenida sea la deseada, se retira el objeto y se lava con
abundante agua para luego secarlo. Posteriormente se terminará la
superficie con cera de la forma habitual. Debe tenerse en cuenta que
muchos casos, dependiendo de los químicos empleados (ácido acético,
amoníaco, ácido clorhídrico, etc.), se producirá una corrosión acentuada

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(puede llegar a ser destructiva). La exposición prolongada a estos vapores
producirá fisuras o craquelado en las zonas superficiales en que el metal que
posea mayor “stress” o tensión interna. Este efecto puede llegar a ser
destructivo, y será mucho más evidente en piezas laminadas de poco
espesor. Puede ocurrir con varios metales no ferrosos o con sus aleaciones,
pero sucede más frecuentemente con el bronce. Este fenómeno es conocido
como fractura por corrosión (stress corrosion cracking). Por tal motivo, esta
técnica de patinado por vapores corrosivos debe ser usada con mucho
cuidado cuando sea aplicada a materiales laminados de poco espesor,
principalmente de bronce o latón.

10. Patinado por técnica de aserrinado

Esta técnica consiste en humedecer algún


medio absorbente con la solución o pátina
seleccionada y dejar la misma en contacto
cercano con la pieza metálica a patinar. El
medio puede variar, aunque por lo general se
utiliza madera en forma de aserrín o viruta. Su
tamaño o forma definirá la textura que la
pátina dejará sobre la superficie del metal, ya
que será la porción del medio usado que este
en contacto con el metal el que generará la
coloración primaria, y en los huecos en que no
se genere contacto directo actuarán sus
vapores. Este método produce de por si una
rica textura superficial y una gran variedad de
tonalidades accesorias a la coloración
principal.
Por lo general la pieza a tratar se “entierra” en
el medio (habitualmente aserrín, virutas o
chips de madera) perfectamente humedecido
con la pátina o solución, y se deja actuar
manteniendo el recipiente tapado. No remover
el objeto hasta que el proceso haya concluido.
Para poder determinar si el grado de tratamiento es el deseado, se deben
poner piezas metálicas testigo del mismo
material conjuntamente con el objeto principal a
tratar. Ellas se irán retirando para tener idea de
la evolución del proceso y así determinar el grado
óptimo del mismo.
El acabado superficial dependerá de múltiples
factores. El más significativo es el tamaño (finura
o grosor) del medio utilizado. Con partículas de
tamaño mayor se logrará una muy evidente
textura granular, aunque ello demanda un mayor
tiempo de proceso. Los materiales más finos
permiten una mayor retención de líquido por su
mayor área (comparándolos con los de mayor
tamaño) y producen un contacto mas íntimo con
el metal a procesar. Esto redunda en un proceso
más acelerado pero con menor textura granular.
El hecho de usar madera favorece a que las fibras
que posea la misma colaboren a generar texturas
adicionales sobre la superficie metálica. Cada tipo
de madera posee infinidad de diferentes
componentes químicos que son liberados cuando su
aserrín o sus virutas son humedecidas. No se notará
mayor diferencia al cambiar el tipo de madera a
usar en este proceso, solo debe tenerse en cuenta
evitar maderas blandas y/o resinosas. Esta técnica puede ser aplicada

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sucesivamente en reiterados tratamientos partiendo de una pieza que ya
haya recibido el proceso de patinado anterior mediante esta técnica con
diferente coloración y/o textura. También pueden lograrse efectos
localizados mediante enmascarados o bien, en piezas de gran tamaño,
restringiendo los sectores de aplicación generando límites o paredes a modo
de contenedores del medio humedecido, mediante el uso de ceras o masillas
plásticas.

11. Patinado por técnica de venda húmeda (vendado)

Tal como lo mencionado en la técnica anterior (aserrín), la transferencia de


la solución que producirá el patinado sobre el metal dependerá de la textura
del medio que funcione como tal. En esta técnica se utilizan como medio
tiras de tela de algodón o vendas humedecidas en pátina que envuelven a la
pieza a tratar. La venda previamente humedecida se aplica sobre el objeto
con la ayuda de un pincel, el cual asegura
que no queden restos de aire entre la pieza
y la tela, procurando un íntimo contacto. Se
va cubriendo la pieza en forma parcial
hasta cubrirla por completo repitiendo esta
técnica. La textura a obtener dependerá de
las características del tejido utilizado. Como
medio también puede usarse papel
absorbente en lugar de los tejidos de
algodón enunciados. Según la textura que
el mismo posea, o en la forma que se le de
al mismo, se lograrán efectos similares a
los enunciados en la técnica anterior.
Esta metodología puede ser utilizada para
complementar algún proceso de patinado
previo, aún si el mismo ha sido logrado
mediante alguna técnica diferente. Una vez que las vendas o bandas de tela
se hayan secado por completo, resultará complejo retirarlas del objeto
metálico, por lo cual se aconseja realizar esta tarea antes que se sequen por
completo. Una vez removidas, se lavará el objeto con agua fría y se dejará
secar u orear convenientemente. Una vez realizado esto, y cuando la pieza
esté totalmente seca, podrá ser encerada o laqueada según la aplicación que
vaya a tener la misma.

 Acabado
La gran mayoría de las técnicas enunciadas concluyen con un generoso lavado
en agua (salvo específica indicación en contrario) una vez que la coloración de la
pieza tratada se ha conseguido. Esto se realiza para retirar los restos de
sustancias químicas que pudieran quedar de la reacción. La secuencia de lavado
concluye normalmente con un abundante lavado en agua fría. En la gran
mayoría de los casos, es inadmisible que la pieza se deje secar al aire sin
eliminar el excedente de agua de enjuague con papel absorbente o un paño seco
y suave. También es viable usar el secado con aserrín seco. De no realizarlo de
esta manera, se producirán defectos superficiales insalvables.
Si sobre la pieza patinada se desea obtener un degrade o gama de tonos
diferentes entre las zonas salientes y los bajorrelieves, incluso en dejar expuesto
el metal original en algún sector, se realizará algún proceso de limpieza por
abrasión. Por lo general este procedimiento se realiza con algún cepillo de cerdas
duras acompañado de algún material abrasivo en polvo (pómez, cal de Viena,
etc.) o algún polvo blanqueador (bicarbonato de sodio). Alternativamente puede
usarse algún cepillo de alambres de bronce.
Antiguamente, principalmente en las técnicas francesas, se aplicaban sobre las
superficies de metal patinado, pigmentos en polvo para realzar aún más los
bajorrelieves o para modificar el color o tono de la pátina en algún sector
puntual. Estos se aplicaban a pincel. Los más utilizados eran la Plumbagina para
lograr tonos acerados o plomizos, el Cromo Amarillo usado para alterar el color

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de las pátinas verdes o azul-verdosas o agregar tono a las pátinas de base color
marrón, el Betún de Judea para lograr claro-oscuros en la gama de los marrones
intensos, la Tierra Siena utilizada para producir marrones o reflejos claros, etc.
Luego de esta técnica de “pigmentado”, la pieza era completamente encerada
para así poder retener los polvos incorporados. Es común en procesos
restaurativos con piezas de cierta antigüedad, encontrarse con el uso de estas
técnicas como proceso original, con lo cual será indispensable replicarlo.
Una vez concluido el lavado, secado, oreado y eventualmente el proceso de
pigmentado, la pieza definitivamente se encerará. El encerado contribuye a
sellar la superficie. Se adopta como alternativas de sellado el barnizado y el
laqueado. En todos los casos se partirá de una superficie perfectamente limpia y
absolutamente seca. De quedar humedad debajo de la película aplicada a modo
de sellador, independientemente del tipo de sellado que se utilice, se generarán
sobre la superficie metálica lunares o aureolas de diferente color u opacidad que
evidencian un defecto en la etapa final del proceso. La reacción nos indica que el
proceso continúa por deficiencias en la metodología empleada. En estos casos se
torna complicado buscar un remedio al defecto descripto.
Un método muy habitual, adoptado en esculturas de bronce, es aplicar cera
natural (cera de abeja), la cual no solo sella la superficie e incrementa la
resistencia al roce, sino que incrementa o realza el tono de pátina logrado. La
cera de abeja puede ser aplicada con un paño embebido previamente en
trementina o con un pincel de cerdas suaves para aplicar la cera ya disuelta en
trementina. Una vez seca la cera, puede lustrarse con un paño suave.
Este tipo de acabado es satisfactorio por lo general para la protección de
artículos de estatuaria y esculturas, o diversos trabajos con fines decorativos
realizados en metal. Existen ceras o formulaciones comerciales que otorgan
mayor protección que la cera de abeja, principalmente si se la deja secar el
tiempo suficiente. Estas formulaciones comerciales mencionadas están realizadas
conteniendo Cera Carnauba. Hay también desarrollos comerciales de ceras
polimerizables conteniendo siliconas, las cuales son mas acordes para objetos
que tendrán un trato o roce mas intenso y severo. Algunos productos incluyen
filtro solar y son resistentes a la intemperie. Otros poseen características anti-
graffiti, lo cual lo hace aptos en aplicaciones de exterior, en monumentos o
estatuas que pueden sufrir actos de vandalismo.
En el caso de recurrir a lacas o barnices protectores en lugar de ceras
protectoras, en artículos en proceso restaurativo siempre deben tener prioridad
aquellos que sean reversibles, que estén compuestos con resinas o lacas
naturales estables (ej. laca nitrocelulósica) y que sean de secado al aire. Estas
características permitirán que se puedan aplicar con pincel o por inmersión, que
no alteren o cambien de color con el paso del tiempo, y que en caso de ser
necesario puedan ser retiradas sin necesidad de abrasión mecánica que altere o
desgaste la pátina que se encuentre por debajo. Esta metodología de barnizado
o laqueado, al igual que la técnica de encerado, también favorece a incrementar
la coloración obtenida sobre el metal. En piezas de confección moderna, donde
se requiere un alto poder de protección, se aplican lacas de secado al aire u
horneables, confeccionadas con resinas sintéticas, poliuretánicas, ureicas,
formaldehídicas, melamínicas, etc. En el caso de lacas horneables, se deberán
descartar aquellas que requieran una temperatura de curado elevada, ya que
alteraría la coloración de la película de pátina obtenida. También se puede
recurrir a lacas epóxicas de dos componentes o a lacas poliuretánicas de secado
al aire. Deberá considerarse que estas lacas incrementarán el brillo de la pieza
por formar una película nivelante que le dará una lisura adicional. Para evitar
este efecto se deberá trabajar con lacas muy diluidas, con lo cual se disminuye
considerablemente el poder de protección que las mismas poseen en su
concentración original.

Los datos consignados en este informe técnico están basados en nuestros actuales
conocimientos, teniendo como único objeto informar sobre aspectos descriptivos,
de seguridad y de operación, no garantizándose las propiedades y características
aquí indicadas para aplicaciones que no sean específicamente las detalladas o con
productos que no sean los adecuados para tal fin.

CIMA “La Galvanoplastía” - Confeccionado y actualizado: Enero 2009 -8-


Prohibida la reproducción parcial o total del presente texto y/o de sus ilustraciones
por cualquier medio impreso, digital o fotográfico sin la autorización por escrito del
autor.
Pedro Claudio Rodríguez © 2011
CIMA ® es marca registrada de Pedro Claudio Rodríguez.

PÁTINA VERDE “CIMA”


(Pátina química sobre piezas de cobre o bronce)

 Aplicaciones del Producto


Formulación desarrollada para obtener una oxidación
color verde pompeyano sobre piezas de bronce,
latón, cobre y/o bañadas electrolíticamente en cobre,
y toma coloración débil sobre alpaca. Contiene
sustancias que son levemente corrosivas y/o
agresivas, y deberá dársele el manejo de productos
químicos usando guantes. Producto de nuestra
fabricación.
Presentación: Envases 250 cm3 y 1.000 cm3.

 Forma de aplicación
La pieza se sumerge en la solución caliente (80 a 90ºC) y a los pocos minutos se
oscurecerá, tornándose cada vez mas evidente una coloración superficial
amarronada a medida que el proceso avanza. La pieza no tomará la coloración
deseada al retirarla de la solución luego de 15 a 20 minutos de proceso, sino que
gradualmente la coloración verde irá surgiendo a medida que el artículo se vaya
secando al aire. Deberá dejarse la pieza hasta que el color se haya producido en
su totalidad. Se puede reiterar el proceso varias veces para lograr acentuar la
coloración obtenida, siempre dejando orear luego de la inmersión en caliente.
Finalmente se encerará, cuando la pieza esté totalmente estable y seca.
Si la pieza posee un tamaño tal que hace imposible su inmersión, se puede
realizar mediante pincelado con la pátina caliente sobre el metal previamente
calentado a la temperatura de trabajo. No sobrecalentar el metal ya que de
hacerlo el proceso no se cumplirá de la forma correcta. No calentar de mas, ya
que de hacerlo la coloración que se obtenga sobre el metal resultará sin
adherencia.

 Primeros auxilios
De existir contacto accidental con la piel, lávese abundantemente con agua.
Puede producir sequedad cutánea. Quitarse las ropas contaminadas. De existir
salpicaduras en los ojos, lavar con abundante agua (durante varios minutos),
manteniendo los párpados abiertos. De usar lentes de contacto, retirarlas antes
del lavado. Puede producir enrojecimiento. Concurrir a un oftalmólogo para una
revisión.

PÁTINA AZUL “CIMA”


(Pátina química s/niquel, cobre, latón o bronce)

 Aplicaciones del Producto


Formulación desarrollada para obtener una coloración azul sobre piezas
niqueladas, de bronce, latón, cobre o bañadas electrolíticamente en cobre. Se la
denomina convencionalmente como terminación “cobalto” o “peltre”. Usar
guantes. Producto de nuestra fabricación.
Presentación: 1.000 cm3.

 Forma de aplicación

CIMA “La Galvanoplastía” - Confeccionado y actualizado: Enero 2009 -9-


La pieza se sumerge en la solución caliente (80 a 90ºC) sin que llegue a hervir, y
a los pocos minutos tomará una coloración azul intensa que tornará mas
grisácea en la medida que el proceso continúe. Luego de 3 a 5 minutos, se
retiran las piezas y se enjuagan en agua. Luego de secas (usar aserrín), las
piezas de cobre (o cobreadas), latón y bronce se pueden encerar, cuando estén
totalmente secas.

LÍQUIDO DE SULFURAR “CIMA”


(para cobre, bronce, latón y plata)

 Aplicaciones del Producto


Producto alcalino a base de sulfuros metálicos. Se utiliza para producir
coloraciones u oxidación en metales no ferrosos, tales como cobre, latón, bronce
y plata. No es apto para la oxidación de alpaca, o al menos, los resultados
obtenidos no son los óptimos.

 Modo de Uso
Para plata: Se diluyen 250 cm³ de Líquido de Sulfurar con 750 cm³ de agua. Se
calienta dicha dilución a una temperatura de 40 a 60º C y se sumergirá la/s
pieza/s a tratar durante un lapso que puede oscilar entre los 15 a los 60
segundos. Luego se enjuaga en agua corriente, luego en agua caliente y
posteriormente se seca. Puede usarse en piezas con baño de plata espesor.
Para cobre: Se trabaja diluido al 50% con agua. Se usa a temperatura
ambiente por inmersión, o bien en piezas de gran tamaño por fricción. Una vez
logrado el color, enjuagar con abundante agua corriente, agua caliente y luego
se seca.
Para latón o bronce: Se usará el Líquido de Sulfurar puro, sin diluir, por
inmersión, con una posterior inmersión (sin enjuague en agua) en una solución
de ácido sulfúrico al 5 ó 10%. Luego de ello, se lava con abundante agua y se
seca. Si quedara desparejo, luego de enjuagar bien se puede repetir el proceso
tantas veces como sea necesario.

PÁTINA MARRÓN “CIMA”


(Pátina química sobre piezas de cobre o bronce)

 Aplicaciones del Producto


Formulación desarrollada para obtener una oxidación
color marrón oscuro (marrón habano) sobre piezas
de bronce, latón, cobre y/o bañadas
electrolíticamente en cobre. Contiene sustancias que
son corrosivas y/o agresivas, con lo cual, deberá
dársele el manejo de productos químicos usando
artículos de protección personal (guantes, delantal,
antiparras, máscaras respiradoras, etc.). Deberá
usarse en lugar bien ventilado. Producto de nuestra
fabricación.
Presentación: Envases 250 cm3 y 1.000 cm3.

 Forma de aplicación
La pieza se sumerge en la solución caliente (80 a 90ºC) y a los pocos minutos se
oscurecerá, tornándose cada vez mas evidente el color superficial a medida que
el proceso avanza. La pieza tomará la coloración deseada al retirarla del líquido o
pátina, luego de 5 minutos. Deberá enjuagarse en agua corriente y luego en
agua caliente, y posteriormente secarla con papel absorbente o “tissué” o con
aserrín seco. Finalmente, se puede encerar. Si la pieza posee un tamaño tal que
hace imposible su inmersión, se puede realizar mediante pincelado con la pátina
caliente sobre el metal previamente calentado a la temperatura de trabajo.

CIMA “La Galvanoplastía” - Confeccionado y actualizado: Enero 2009 -10-


Procurar no sobrecalentar el metal, ya que de hacerlo los resu.

 Primeros auxilios
De existir contacto accidental con la piel, lávese abundantemente con agua.
Puede producir sequedad cutánea. Quitarse las ropas contaminadas. De existir
salpicaduras en los ojos, lavar con abundante agua (durante varios minutos),
manteniendo los párpados abiertos. De usar lentes de contacto, retirarlas antes
del lavado. Puede producir enrojecimiento. Concurrir a un oftalmólogo para una
revisión.

Los datos consignados en la presente Ficha de Datos de Seguridad están basados


en nuestros actuales conocimientos, teniendo como único objeto informar sobre
aspectos descriptivos, de seguridad y de operación, no garantizándose las
propiedades y características aquí detalladas para aplicaciones que no sean
específicamente las indicadas o con productos que no sean los adecuados para tal
fin. Prohibida la reproducción parcial o total del presente texto y/o de sus
ilustraciones por cualquier medio impreso, digital o fotográfico sin la autorización
por escrito del autor.
Pedro Claudio Rodríguez © 2009-2019
CIMA ® es marca registrada de Pedro Claudio Rodríguez.

CIMA “La Galvanoplastía” - Confeccionado y actualizado: Enero 2009 -11-

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