Patinas CIMA
Patinas CIMA
Patinas CIMA
Introducción
Los formulados para obtener colores diversos sobre diferentes metales (producto
de una oxidación provocada o acelerada), no deben ser considerados en forma
aislada de la calidad o cualidad que la superficie del objeto posea. Es importante
que la superficie se encuentre preparada convenientemente, en función de lo
que se deba o desee lograr (finamente pulida, corroída o texturada). En general,
la superficie del metal en el proceso químico de patinado, involucra inicialmente
su preparación con el uso de texturas provocadas mecánicamente o por
corrosión. De esta manera, se logran contrastes mas acentuados entre los
sectores con pátina y los que se dejen con el metal de base sin proceso. Por otra
parte, los defectos que la superficie posea inicialmente, y que por el proceso de
pulido o abrillantado se vea disminuido, al ser patinados, la acidez o el efecto de
los químicos intervinientes reviven toda la estructura que el metal posee. De
esta forma, resulta común que sobre piezas tratadas aparezcan puntos en los
que la coloración obtenida es más fuerte que en otros, produciendo diferentes
tonalidades o texturas sobre una misma pieza. Esto, más allá de la metodología
de aplicación, obedece a características intrínsecas del metal en su proceso de
elaboración (estructura cristalina inicial y diferentes alteraciones posteriores).
Estructura y superficie
Una diferencia inherente a tener en cuenta en los procesos de patinado es el
proceso de fabricación al que el metal ha sido expuesto. Habrá diferencias
apreciables entre una pieza laminada, trefilada o fundida. Los ensayos se han
realizado sobre materiales con calidades controladas (metales o aleaciones
estandarizadas). La calidad de los materiales laminados no está en discusión.
Puede influir el proceso de fabricación en los cambios estructurales del metal,
pero se parte de una superficie perfectamente compacta con superficies lisas.
Las características en las piezas de fundición dependerán de infinidad de factores
que no tienen que ver con la aleación en si, sino con la forma de realizar dicho
proceso (diseño de los moldes, metodología de la fundición, temperatura de
colada, tipo de llenado del molde, etc.). Si un material laminado y uno fundido
son pulidos y abrillantados, al ojo humano se presentan homogéneos y lucen
similares. En realidad poseen una estructura granular diferente dependiendo
esto del proceso que el metal o aleación ha tenido en su fabricación.
En el caso de fundición, la estructura granular varía en función del flujo de metal
hacia el molde (velocidad de la colada) y de la diferencia de enfriamiento
existente de dicho metal fundido en cada sector del molde. En algunos casos
esto no es visible a simple vista, pero se logra evidenciar muchas veces con los
procesos de patinado que en tales tratamientos involucren ciertos productos
químicos que dejen esta estructura visible. Estos efectos de tamaño de grano en
los objetos de fundición pueden variar abruptamente, inclusive en la misma
pieza y depende del diseño de la misma. Se verá una diferencia apreciable en el
grano entre distintas metodologías de fundición (colada en tierra, en molde de
arena, a la cera perdida, etc.), además de la terminación superficial obtenida.
Seguramente estas diferencias se evidenciaran en variaciones cromáticas al ser
tratadas con la misma pátina bajo las mismas condiciones. Una metodología
habitual es generar de antemano cierta textura sobre el metal para minimizar las
diferencias entre materiales de diferente proceso de fabricación.
Técnicas de aplicación
A continuación se detalla un descriptivo de las diferentes técnicas empleadas en
el proceso de coloración de metales mediante proceso químico, a saber:
8. Patinado térmico
Acabado
La gran mayoría de las técnicas enunciadas concluyen con un generoso lavado
en agua (salvo específica indicación en contrario) una vez que la coloración de la
pieza tratada se ha conseguido. Esto se realiza para retirar los restos de
sustancias químicas que pudieran quedar de la reacción. La secuencia de lavado
concluye normalmente con un abundante lavado en agua fría. En la gran
mayoría de los casos, es inadmisible que la pieza se deje secar al aire sin
eliminar el excedente de agua de enjuague con papel absorbente o un paño seco
y suave. También es viable usar el secado con aserrín seco. De no realizarlo de
esta manera, se producirán defectos superficiales insalvables.
Si sobre la pieza patinada se desea obtener un degrade o gama de tonos
diferentes entre las zonas salientes y los bajorrelieves, incluso en dejar expuesto
el metal original en algún sector, se realizará algún proceso de limpieza por
abrasión. Por lo general este procedimiento se realiza con algún cepillo de cerdas
duras acompañado de algún material abrasivo en polvo (pómez, cal de Viena,
etc.) o algún polvo blanqueador (bicarbonato de sodio). Alternativamente puede
usarse algún cepillo de alambres de bronce.
Antiguamente, principalmente en las técnicas francesas, se aplicaban sobre las
superficies de metal patinado, pigmentos en polvo para realzar aún más los
bajorrelieves o para modificar el color o tono de la pátina en algún sector
puntual. Estos se aplicaban a pincel. Los más utilizados eran la Plumbagina para
lograr tonos acerados o plomizos, el Cromo Amarillo usado para alterar el color
Los datos consignados en este informe técnico están basados en nuestros actuales
conocimientos, teniendo como único objeto informar sobre aspectos descriptivos,
de seguridad y de operación, no garantizándose las propiedades y características
aquí indicadas para aplicaciones que no sean específicamente las detalladas o con
productos que no sean los adecuados para tal fin.
Forma de aplicación
La pieza se sumerge en la solución caliente (80 a 90ºC) y a los pocos minutos se
oscurecerá, tornándose cada vez mas evidente una coloración superficial
amarronada a medida que el proceso avanza. La pieza no tomará la coloración
deseada al retirarla de la solución luego de 15 a 20 minutos de proceso, sino que
gradualmente la coloración verde irá surgiendo a medida que el artículo se vaya
secando al aire. Deberá dejarse la pieza hasta que el color se haya producido en
su totalidad. Se puede reiterar el proceso varias veces para lograr acentuar la
coloración obtenida, siempre dejando orear luego de la inmersión en caliente.
Finalmente se encerará, cuando la pieza esté totalmente estable y seca.
Si la pieza posee un tamaño tal que hace imposible su inmersión, se puede
realizar mediante pincelado con la pátina caliente sobre el metal previamente
calentado a la temperatura de trabajo. No sobrecalentar el metal ya que de
hacerlo el proceso no se cumplirá de la forma correcta. No calentar de mas, ya
que de hacerlo la coloración que se obtenga sobre el metal resultará sin
adherencia.
Primeros auxilios
De existir contacto accidental con la piel, lávese abundantemente con agua.
Puede producir sequedad cutánea. Quitarse las ropas contaminadas. De existir
salpicaduras en los ojos, lavar con abundante agua (durante varios minutos),
manteniendo los párpados abiertos. De usar lentes de contacto, retirarlas antes
del lavado. Puede producir enrojecimiento. Concurrir a un oftalmólogo para una
revisión.
Forma de aplicación
Modo de Uso
Para plata: Se diluyen 250 cm³ de Líquido de Sulfurar con 750 cm³ de agua. Se
calienta dicha dilución a una temperatura de 40 a 60º C y se sumergirá la/s
pieza/s a tratar durante un lapso que puede oscilar entre los 15 a los 60
segundos. Luego se enjuaga en agua corriente, luego en agua caliente y
posteriormente se seca. Puede usarse en piezas con baño de plata espesor.
Para cobre: Se trabaja diluido al 50% con agua. Se usa a temperatura
ambiente por inmersión, o bien en piezas de gran tamaño por fricción. Una vez
logrado el color, enjuagar con abundante agua corriente, agua caliente y luego
se seca.
Para latón o bronce: Se usará el Líquido de Sulfurar puro, sin diluir, por
inmersión, con una posterior inmersión (sin enjuague en agua) en una solución
de ácido sulfúrico al 5 ó 10%. Luego de ello, se lava con abundante agua y se
seca. Si quedara desparejo, luego de enjuagar bien se puede repetir el proceso
tantas veces como sea necesario.
Forma de aplicación
La pieza se sumerge en la solución caliente (80 a 90ºC) y a los pocos minutos se
oscurecerá, tornándose cada vez mas evidente el color superficial a medida que
el proceso avanza. La pieza tomará la coloración deseada al retirarla del líquido o
pátina, luego de 5 minutos. Deberá enjuagarse en agua corriente y luego en
agua caliente, y posteriormente secarla con papel absorbente o “tissué” o con
aserrín seco. Finalmente, se puede encerar. Si la pieza posee un tamaño tal que
hace imposible su inmersión, se puede realizar mediante pincelado con la pátina
caliente sobre el metal previamente calentado a la temperatura de trabajo.
Primeros auxilios
De existir contacto accidental con la piel, lávese abundantemente con agua.
Puede producir sequedad cutánea. Quitarse las ropas contaminadas. De existir
salpicaduras en los ojos, lavar con abundante agua (durante varios minutos),
manteniendo los párpados abiertos. De usar lentes de contacto, retirarlas antes
del lavado. Puede producir enrojecimiento. Concurrir a un oftalmólogo para una
revisión.