Zapateraprod
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Personajes
ZAPATERA
VECINA ROJA
VECINA MORADA
VECINA NEGRA
VECINA VERDE
VECINA AMARILLA
BEATA PRIMERA
BEATA SEGUNDA
SACRISTANA
EL AUTOR
ZAPATERO
EL NIÑO
ALCALDE
DON MIRLO
MOZO DE LA FAJA
MOZO DEL SOMBRERO
HIJAS DE LA VECINA ROJA
VECINAS, BEATAS, CURAS Y PUEBLO
Prólogo
Cortina gris.
Acto primero
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
La Zapatera y el Niño.
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
Zapatero y Zapatera.
ESCENA VI
ESCENA VII
Dichos y Zapatera,
ESCENA VIII
Zapatero y Zapatera.
ZAPATERA. (Cantando.)
Si tu madre tiene un rey,
la baraja tiene cuatro:
rey de oros, rey de copas,
rey de espadas, rey de bastos.
ESCENA IX
Zapatera.
ESCENA X
MIRLO. ¡Chisssssss!
ZAPATERA. (Sin mirar y vuelta de espalda a la ventana.) Pin, pin, pío,
pío, pío.
MIRLO. (Acercándose más.) ¡Chissss! Zapaterita blanca, como el
corazón de las almendras, pero amargosilla también. Zapaterita...
junco de oro encendido... Zapaterita, bella Otero de mi corazón.
ZAPATERA. Cuánta cosa, don Mirlo; a mí me parecía imposible que los
pajarracos hablaran. Pero si anda por ahí revoloteando un mirlo
negro, negro y viejo... sepa que yo no puedo oírle cantar hasta más
tarde... pin, pío, pío, pío.
MIRLO. Cuando las sombras crepusculares invadan con sus tenues
velos el mundo y la vía pública se halle libre de transeuntes, volveré.
(Toma rapé y estornuda sobre el cuello de la Zapatera.)
ZAPATERA. (Volviéndose airada y pegando a don Mirlo, que tiembla.)
¡Aaaa! (Con cara de asco:) ¡Y aunque no vuelvas, indecente! Mirlo de
alambre, garabato de candil... Corre. corre... ¿Se habrá visto? ¡Mira
que estornudar! ¡Vaya mucho con Dios! ¡Qué asco!
ESCENA XI
ESCENA XII
ESCENA XIII
La Zapatera.
ESCENA XIV
Telón
Acto segundo
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
Zapatera y Niño.
ESCENA III
Zapatera y Alcálde.
ESCENA IV
ZAPATERO.
Cabellos de emperadora
tiene la talabartera,
y una carne como el agua
cristalina de Lucena.
Cuando movía las faldas
en tiempos de primavera
olía toda su ropa
a limón y a yerbabuena.
¡Ay, qué limón, limón
de la limonera!
¡Qué apetitosa
talabartera! (Los Vecinos ríen.)
Ved cómo la cortejaban
mocitos de gran presencia
en caballos relucientes
llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa
que pasaba por la puerta
haciendo brillar adrede
las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos
daba la talabartera,
y ellos caracoleaban
sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno
bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido
clava en el cuero la lezna.
(En este último verso y con toda rapidez se oye fuera del
escenario un grito angustiado y fortísimo; los Vecinos se
levantan. Otro grito más cerca. Al Zapatero se le cae de
las manos el cartelón y la varilla. Tiemblan todos cómica-
mente.)
ESCENA V
Zapatera y Zapatero.
ESCENA VI
ESCENA VII
Zapatero.
ZAPATERO. Sí, sí, canallas... pero pronto ajustaré cuentas con todos y
me las pagarán... ¡Ay, casilla mía, qué calor más agradable sale por
tus puertas y ventanas!; ¡ay, qué terribles paradores, qué malas
comidas, qué sábanas de lienzo moreno por esos caminos del
mundo! ¡Y qué disparate no sospechar que mi mujer era de oro puro,
del mejor oro de la tierra! ¡Casi me dan ganas de llorar!
ESCENA VIII
Zapatero y Vecinas.
ESCENA IX
Ya la corteja el alcalde,
ya la corteja don Mirlo.
Zapatera, zapatera,
¡zapatera te has lucido!
Telón