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artículo 1546 que presupone un contratante cumplido. El mutuo disenso
mantiene vigencia como mecanismo para disolver un contrato que se
ha incumplido por ambas partes y ante la inocultable posición de no
permanecer atado al negocio.
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CONDICION RESOLUTORIA TACITA
Precisiones sobre 108 alcances del artículo 1546 del Código Civil.
SE
Corte Suprema de Justicia
1 ANTECEDENTES
Ruiz Mosquera prometió vender a Malaver y éste se obligó a comprar
un lote de terreno de aproximadamente tres hectáreas, denominado "Los
Mosqueteros " , ubicado en la parcelación San Antonio del Municipio de
126 GACETA JUDICIAL 1\""úmcl'O 2419
TI. EL LITIGIO
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l. En escrito de 1U de octubre de 197tl, que por reparto correspondió
Juzgado Cator0e Civil del Cireuito (le Bogotá, Francisco Ruiz l\losquera
uemandó a Antonio l\ialaver Ruiz, para que por los trámites de un proceso
ordinario, se declare resuelto el contrato de promesa eelehrarlo el día 5 de
octubre de 1974, que se ordenen las restituciones de rigor y, por último, la
rondrna rn las costns del proceso.
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2. Adujo el demandante, luego de referirse al contrato de promesa de
l'Omlll'aVcllta, l1e precio pactado fue (le $ 200.000, que el prometiente
comprador se obligó a pagar de la siguiente manera: "$ 50.UOO el día 1Q
,le noviemhre 1;:174; ~ 50 000 é'l 2 ele ellero de 1975 $ 50 000 el 19 dp
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marzo de 1975; y $ 50. UOO el 19 de mayo de 1!J75. Sobre cada una de las
(cuotas de $ 50.000 por pagar,.;e el 2 de eD('l"O el 1Q de marzo de 197fí, el
prometiente comprador pagará al prometiente vendedor un interés mensual
(lel ] .5% que :oe eausar[l a partir del día dos ele enero de ln5, sobre los
saldos insolutos' '. .. El señor Antonio Malavel', HO pagó los susodü;hos
instalamentos rn In forma y fechn convenjelas f'n la promesa. En f'fecto, el
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cubrió la suma indicada en la demanda principal, y que tampoco aquél se
presentó a la Notaría escogida para otorgar la escritura r espectiva.
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La d.e manda de reconvención invoca como causa para pedir que ,,1
demandado prometiente comprador cumplió en exceso su obligación de
pagar el precio y que concurrió a la Notaría en el día y hora dichos y que,
por tanto, el único incumplido ha sido el prometiente vendedor. Con funda
mento en ello solicita se condene a éste a cumplir la promesa.
.
III. LAS SENTENCIAS DE INSTANCIA
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La sentencia de primera instancia denegó las súplicas de la demanda
principal con fundamento en que el demandante también había incumplido,
motivo por el cual declaró próspera en favor del demandado la excepción
de contrato no cumplido, "situación que relevó al demandado del cumpli
miento de sus propias obligaciones" (folio 81). y en cuanto a la demanda
de reconvención el Juzgado se declaró inhibido para fallar en el fondo por
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estimar que carece del r equisito formal, por no ser lo pedido objeto de
proceso ordinario.
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parte motiva de la sentencia su conformidad con las apreciaciones del a
qtW de que la demanda de reconv8llción propuesta por el demandado con
tiene una indebida acumulación, dejó, al momento de fallar, sin pi.so la
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decisión inhibitoria contenida en la sentencia de primer grado, por cuanto
la revocó sin pronunciarse sobre el particular. Para el censor la solución
hubiera sido la de "reconocer la excepción de incumplimiento que alegó el
demandado y de prosperidad de las pretensiones de su contrademanda' '.
Concluye en este cargo que el Tribunal incurrió en error judicial in
iudicando "toda vez que su actitud constituye yerro de derecho al des
E.
conocer la vigencia de las normas prenombradas constitutivas de la premisa
mayor del silogismo, cuya inaplicación se· traduce en desconocer, en primer
lugar, la validez de los contratos' '.
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SE CONSIDERA
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praventa, cuya validez reconoció.
Impróspero el cargo.
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Tercer cargo . Estima el recurrente, que se han violado los artículos
1602 y 1546 del Código Civil, por indebida aplicación y por falta de aplica
ción de los artículas 1546 en cuanto autoriza pedir el cumplimiento del
contrato, 89 de la Ley 153 de 1887, 1609, 1610, 1613 a 1617, 1603, 1604,
1605, 1608, 1502, 1551 a 1555, 1139, 1857, 1861, 1862, 1880, 1881, 1882,
1884, 1887, 1889, 1893 a 1913,1914 a 1927,1929 del Código Civil; 223 del
.
Decreto 960 de 1970, 861, 822, 870, 871, 922, 925, 928, 942 del Código de
SE
Comercio; 174, 304, 305, 306, 392, 501 del Código de Procedimiento Civil.
Para el casacionista el Tribunal incurrió en evidente error de hecho en la
apreciación de las siguientes pruebas:
a) De mutuo disenso die las partes;
b) De inexistencia del testimonio de Ruth Ramírez de Salcedo y María
Mélida Uribe Mejía;
A
de compraventa.
Para el censor, la conclusión de "desistencia del contrato de promesa
d e compraventa está apoyada en fundamentos erróneos de apreciación de
las pruebas, puesto que la conducta mostrada por el demandado fue la de
que se cumpliera el negocio prometido, tal como se aprecia con las declara
ciones aportadas al proceso, la de pago y la de su concurrencia a la Notaría
LE
S
SE CONSIDERA
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l. Es sabido que el mutuo disenso es una forma de disolución de un
contrato por voluntad concordante de las partes. Pero esta forma de des
trucción del vínculo surge cuando se acuerda por los otorgantes (será
entonces mutuo disenso expreso) o cuando el querer de los contratantes,
que inicialmente se expresa para crear el nexo negocial, se dirige en sentido
contrario y negativo, sin declaración de t'oluntad directa sobre el particular
E.
(será mtduo disenso tácito). Uno y otro muestran su f1tndamento práctico
en la conven'iencia recíproca de anonadar el vínculo jurídico por motivos
sobrevinientes, pero con la diferencia de qtte cuando la voluntad se expresa
por las partes, en ese sentido, los actos realizados guardan correspondencia
AS
con la disol1tCión del negocio, en las condiciones que ellos mismos plf'ecisan,
mientras q1LC rn el tácito, no sc dan los instrumentos defin1:torios por los
otorgantes.
2. El mutuo disenso tácito no tiene una regulación orgánica en el
Código Civil, que permita determinar sus efectos o la forma de llegar al
aniq1álamiento del negocio jurídico. Tan solo queda abierta la regla general
XB
de la disolución del nexo jurídico creado. Empero, ante ese vacío normativo,
no se pueden dejar sin sol1tCión aquellas situaciones que dan a comprender
un abandono recíproco de las prestaciones. El esfuerzo que se haga por
darle 1tna aplicación tiene que consultar la realidad jurídica del país y, en
pa,rticular, la conveniencia del tráfico, porque si se celebra un contrato es
para cumplirlo; pero si, en el evento del comportamiento posterior de los
LE
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imptdables a ambas partes, deberá acudirse al artículo 1602, en cuanto pre
viene que un contrato puede invalidarse o, mejor, disolverse por el consen
timiento m1duo)' esto es, para convenir que cuando se ofrece el incumpli
miento recíproco, por las conductas negativas de los contratantes, pueda
alg1¿na de eUas, no permanecer vinculada a un negocio. Entonces, las
prestaciones, contenido propio del contrato, deben ser atendidas en su
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dimensión exacta, para volver las cosas a la situación anterior. Si el mutuo
disenso quedare excluido de cualquier intervención judicial, haría difícil
que las prestaciones se restituyeran recíprocamente, con el mantenimiento
E.
de un negocio en q1le las partes han dado muestra de todo lo contrario; de
no conservarlo, de deshacerlo. Así, p118S, se ha de encontrar el camino para
que el contr-ato se disuelve por los medios judiciales.
5. Es 1m avance importante: a través de precisar el comportamiento
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contractual se puede saber si permite romper el nexo jurídico creado o, por
el contrario, impide una sol1lción en este orden. El mutuo disenso, pues,
recoge un aspecto de indisc1ttible relevancia, para ponerle fin a un contrato.
6. La Corte, en 1m verdadero esfuerzo de actualización de las normas
Jurídicas a la realidad social, particularmente con el allge de las promesas
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DI disol1lción del trat(¡ por mil disl puuic de I!
consentimiento expreso o también tácito. La primera forma no requiere de
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la intervención judiáal, como quiera que la disolución se produce por el
acuerdo cxpreso en Callil¡¡:o, la nnda í'cq1¿Íe1'C de decisirin jUlhcill,l. Esta
último manera disoll'lise el contrato da an ia reGÍproca y simultá1lfil
inejec1tción oinc1lmpl'imiento ele las partes con sus obligaciones contract1ta
les, pues la condtlcta reiterada de los contratantes de ale,iarse del cumpli
miento ele S11.'; obligal'iones, sólo puede considO'l/l'se y, por eruh
íraclncirsc, corno una manilestacüj¡¿ clara an01wúar eldnculo conímGtttul.
.
dos en cump!i:llúento atuo
SE
En efecto, si los contratantes al celebrar la convención lo hacen inspira
Ins obl igacione,~ nacidas eUa" posic?rin
tozuda !J recíproca de partes de ,inc/lmplir CO/l S1tS ol¡/¡;uacio?1es exter·i(!~
riza un m1do disenso de aniquilamiento de la, relación contractual. Esto es
así, porqllc no es propósito de Zn lf'y nwnfrmerinilpfinidamente ata,d{)s a los
contratantes e'!!yo comportamicuto, respee/o de ejec1fcián de obliUa
eioncs, s610 es indicativo de disentimieuto m'utau del GOntratu'. (O. J.
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CL/X, 314).
7', Por todo lo &ic/¡IJ. el litO d¡,rnso mal! iene contO
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mecanismo pam disolver 1/n contrato que se ha, incnrnplido )Jor ambas
partes y ante la ,inocultab! e posición de no permanecer atado a,l negocio;
la intrrvrnción. pues, del Jitezi'mponc para declarar lo que las partes
en una otra han refle.iado: desalar el vÍ'lIl:nlo P({i'(! volver IllS CO,~(lS
a,1 estado que existía al momento de su celebración.
8, Todas f'stf1S reflp.1.'iones van dir1'ff1'das a hacer lag precisiones sobre
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uno de los contratantes lo pactado. Pero en tal caso podrá el otro contra
tante pedir a su arbitrio, o la resolución o el cumplimiento del contrato
con indemnización de perjuicios". A 19o más: no es sólo en la norma en cita
donde se plasma el pensamiento del autor del artic1tlado civil sino que en
el artículo 1930 se p1lede reiterar la voluntad de la ley en este aspecto
cuando dispone que "si el comprador estuviere constituido en mora de
pagar el precio en el lugar y tiempo dichos, el vendedor tendrá derecho para
exigir el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de perjuicios".
O bien del contenido del artículo 1882, cuando al fijar el momento y el lugar
en que el vendedor debe cumplir su obligación de entrega deja abierta la
vía para que el comprador pueda a su arbitrio o perseverar en el contrato
o desistir de él, en ambos casos con perjuicios, siempre que el comprador
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haya pagado o esté pronto a pagar el precio íntegro o el estipulado a plazo.
9. Es decir, el Código Civil, es afirmativo y contundente en ubicar el
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fenómeno de la resolubilidad o del enmplimiento dd contrato en cabeza de
la parte que ha esta.do puntnal para atender las prestaciones a su cargo. Y
en este aspecto, como en otros, se acercó al Código Napoleónico de 180·1,
que en el artículo 1184: "La condición resolutoria está siempre subenten
dida en los contratos sinalagmáticos para el caso en que una de las partes
no satisfaga su compromiso. En este caso el contrato no se resuelve de pleno
E.
derecho. La parte a cuyo respecto el compromiso no se ha ejecutado, tiene
la acción de forzar a la otra ejecución de la convención cuando es posible,
o de pedir la resolución con daños y perjuicios. La resolución debe ser
demandada judicialmente y puede ser acordado al demandado un plazo
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según las circ1lnstancias".
Se cierra, por tanto, el camino para resolver un contrato bilateral o
para eúgir su c1lmplimiento, si se está frente a una situación sustancial
definida de desatención recíproca y simultánea. En cambio si un contra
tante no atiende su compromiso se resiente el'otro que sí lo ha hecho. Para
salvar, entonces, ese obstáculo negocial deviene la reso11lción o la exigencia
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prometida, a otorgar la escritura pública correspondiente. Por eso las partes,
al moldear el negocw henen qtle adoptar las previsiones encaminadas a
que se pueda cumplir lo pactado. Sin embargo, y es frecuente que en una
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promesa de compraventa se establezcan cláusulas que forjan unos factores
de condicionamiento particulares y que permiten consagrar compromisos
para las partes ele diversa índole, para ser cumplidos en la forma prevista"
pero la más de las veces convergentes con el negocio prometido; así, por
ejemplo, a! regular el precio, q1te lo será también de éste, se disciplina la
forma de pago, unas veces por instalamentos, otras para cubrirse al mo
E.
mento de suscribir la escritura y, en fin, de modo variado, según el qtterer
de los contratantes. Igualmente, se hacen referencias y precisiones sobre la
entrega del bien, ora que se anticipe al perfeccionamiento de la venta, o
que se haga para ese momento o con posterioridad. Suelen, además, regular
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se algunos meeanismos para la efectividad del negocio, bajo el entendimiento,
y así ha de ser, que se indiquen las pautas pam S1l realización.
Por eso, las obligaciones convencionales pueden alterar la característica
de simultaneidad que se observa en la promesa de compraventa de inmue
bles, en cuanto al incorporarse otros factores de atención negocial, deter
minan la forma de cumplimiento, que para cada caso debe ~ er apreciado
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15. Sin embargo, las apreciaciones del casacionista no encuentran
respaldo probatorio en el proceso. No hay constancia de su comparecencia
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a la Notaría, ni que pagara la suma de dinero que desde la contestación de
la demanda ha sostenido, y sobre estos factores negociales persigue señalar
el error evidente de hecho, en que incurrió el ·Tribunal. &Estuvo el deman
dado en la Notaría? No está la prueba pertinente. Con la declaración de
María Mélida Uribe Mejía, pretende acreditar este hecho, pero ésta nada
dice en concreto sobre 'e ste punto sino que "como secretaria del señor
E.
Malaver siempre estoy pendiente de todas las citas que él tenga para recor
darle, en esa fecha lo hice habiéndome comentado el señor Malaver que
había acudido a ella y al llegar a la Notaría señalada, se encontró con
que el señor Francisco Ruiz no había acudido, eso fue lo que me comentó
AS
el señor Malaver". Como se advierte al rompe no es un testimonio que se
concrete a la comparecencia sino al dicho de Malaver, que en manera
alguna puede suplir la constancia notarial de presentación, lo que indica
que el rrribunal, en modo alguno, cayó ·e n el error de apreciación probatoria
alegada.
16. Y es evidente que la obligación de hacer que surge de las promesas
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el pt'ceio, tambi{'n lo CIS q reeonoció haher pagado suma de $ 50 000
el día 24 de enero de 1975; $ 5.000 el dÍ<1 21 de febrero de 1985; $ 10.000
c;l 26 ele agosto de 197fí, "para 11 total de doscientos einco mil pe~os" (folio
13 del cuaderno del juzg'ullo).
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19. Y quizá en el reeonoeimiento o menrlón de la suma de dinero
pagado, pudo el 'l'ribunal haher incurrido en un errur en su conclusión
cuando dijo: "Por tanto, el demandante debe 'entregar al demandado la
cantidad düs"ientos mil pe~os 200.(00), más los IlterCf;(iS legales
desde la formulación de la demanda, hasta que el pago se efectúe; el deman
dado debe entrq:ar
E.
demandante el inmueble Illatf'l'ia dc' lapl'omf'sa de
venta, má:,; los frutos naturales y civile8 desde la formulación de la demanda
que Re hayan producido, haRta el día Pl1 que el pago SP verifique" que lejos
de afectar al élt:manrl¡ldo prineipal, belldicia I'rClI a las restitwliones
que han de hacel1sc y que por no haberse mostrado inconformidad ninguna
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por demandnute tendrá dejar ('Cimo fnera ;lpreidado flor (,1 ad
quemo
artíeulo 368 del Código de Procedimiento Civil, por la vía directa, "por
aplicación indebida de lOR artículos 1602 y 1546 en cuanto antoriza la
resoluóón del contrato por incumplimiento del Civil por falta de
aplicación de los artículos 1546 en cuanto autoriza pedir el cumplimiento
del eontrat(\, 8~) de la [ley ;13 de 1887, 160:1, 16:1 0, 16J a lJ;03, 604,
1605, 1608, 150~, 1551 a 1555, 1139, 1857, 1861, 18(j~, 1880, 1881, 1882,
LE
1884,1887, 188fl, 18D3 a 1913, 1D14 a 1927, 192!J del Código Civil; 22::l del
Decreto 9UO de 1970, S61, 822, 870, S71, U2:l, 9:20, 928, 942 del Código de
Comercio; 174, 304, 305, 306, 392, 501 del Código de Procedimiento Civil".
Sostiene 'el recurrente que por un lallo el Tribullal rcconoció que el
demandado, como prometiente comprador, pagó al demandante las sumas
de di III)roS ilcort1;¡das, liara 1.'onc] uir eq Uívol'Ulnente quP hubo inclllllplirnien
to recíproco. Insiste en que el demandado cumplió a cabalidad "luego si esa
rs la realidad, llrvada, repito, al proo:('so, porquel eso fue lo que ('11 v('¡'(lad
,;nceJ.ló, no podia el Tribunal afirmar qne hubo mutuo Jiseulimiento de las
partes en no querer continuar con el contrato, consentimiento expresado
en su eondueta dc~ iní'ump1imieJlto, COlrlO lo dice, de eoncurrir a la Nnlnría
11, para aplicar el artíenlo 1602 del Código Civil y deducir, como conse
cuencia, C[lll' el recíproco paretc'l' de las era ilesh¡wer vÍnr'ulo
Número 2419 GACETA JUDICIAL 137
SE CONSIDERA
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l. Es cierto, como lo observa el censor, que el Tribunal partió de la
consideración de que el prometiente comprador pagó todo el precio pactado,
que como se dijo al despachar el cargo anterior apoyado en equivocada
apreciación de las pruebas aportadas al proceso, pero que no puede ser
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materia ahora de estudio por no haber sido atacada en casación. Empero,
también lo es que para llegar a de-clarar la disolución del contrato entendió,
el sentenciador de segundo grado, que la promesa se había incumplido por
las partes en lo que atañe a la obligación de concurrir a la Notaría para la
celebración de la compraventa. Es decir, sobre apreciaci(\nes de índole
probatoria sentó las conclusiones el ad qucrn y sólo cuando <;e demuestre ~l
E.
~rror en que hubiera incurrido sobre la apreciación de las pruebas daría
oportunidad para atacar la decisión.
2. En esas circunstancias el cargo no podía formularse por la vía
directa sino la indirecta, como lo hizo el recurrente en el tercero, en cuyo
AS
examen la Corte hizo el estudio de fondo sobre el asunto planteado.
3. Lo anterior es suficiente para rechazar el cargo.
RESOLUCIÓN
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