Tarea 2 de Derecho Civil 2
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SEGUNDA ACTIVIDAD
El usufructo
El usufructo es un derecho real de goce o disfrute de una cosa ajena. La persona titular de este
derecho es el poseedor del objeto, pero no su dueño o propietario. Por tanto, puede utilizarla,
disfrutarla o aprovechar sus frutos, sin tener derechos de propiedad sobre ella. La palabra
usufructo deriva del latín: usus fructus, «uso del fruto».
La definición legal del derecho real de usufructo la encontramos en el Art. 769C.C. que dice:
"El derecho de usufructo es un derecho real que consiste en la facultad de gozar de una cosa
con cargo de conservar su forma y substancia, y de restituirla a su dueño."
Por otra parte, también pueden ser usufructuarios (y por supuesto, nudo propietarios) las
personas jurídicas.
En relación con el usufructuario, es claro que su capacidad ha de ser suficiente en relación con
el acto o contrato que sirva de título de constitución del usufructo: convenio inter vivos,
adquisición mortis causa o usucapión.
Usufructos simultáneos: Se habla de usufructo simultáneo cuando las personas con derecho
al usufructo ostentan conjuntamente y simultáneamente dicha titularidad (por ejemplo, dos
ancianas tías carnales ceden a un sobrino la propiedad de un inmueble, pero reservándose en
favor de ambas el usufructo). Como hemos visto, dicha titularidad simultánea es objeto de
contemplación expresa por parte del art. 469. Si no fuera así, el resultado habría sido idéntico,
pues obviamente el usufructo no excluye la pluralidad de sujetos en el goce y disfrute de la
cosa, que constituye un supuesto de cotitularidad de derecho (real, en este caso) regido por los
art. 392 y ss CC.
La cotitularidad exige que los partícipes en el derecho existan. Por ello, el art. 521, al regular
la duración del usufructo simultáneo se comienza describiendo como usufructo constitutivo en
provecho de varias personas vivas al tiempo de su constitución; pero también se deduce de tal
pasaje que cabe realizar una constitución sucesiva a favor de personas aún no nacidas. El
problema más importante que presenta el usufructo simultáneo radica en determinar su
duración. La respuesta legal, ínsita en el propio art. 521, consiste en imputar un carácter
vitalicio al usufructo en relación con el fallecimiento de aquél de los titulares que falleciese
posteriormente: "no se extinguirá hasta la muerte de la última (persona) que sobreviviere".
Dicha regla coincide con la mayor parte de los supuestos prácticos, aunque por supuesto cabe
la existencia de usufructos simultáneos regidos por otras reglas al respecto.
Aparte de la referencia contenida en el art. 469, no dedica nuestro Código ningún precepto
concreto a tal tipo de usufructo. Por ello, el sentir general considera que son de aplicación
analógica al caso las reglas sobre la posible extensión de las sustituciones fideicomisarias
establecidas en el art. 781. Conforme a ellas, el usufructo habrá de constituirse necesariamente
a favor de personas que vivan en el momento en que dé comienzo aquél o, en último extremo,
a favor de personas aún no nacidas "que no pasen del segundo grado" de parentesco con el
constituyente.
Una vez finalice el derecho de usufructo, se deberá entregar la cosa en buen estado.
TEMA 1.2- DEL USO Y LA HABITACIÓN.
Uso
Se entiende por derecho de uso aquel derecho real que legitima para tener y utilizar una cosa o
bien ajeno de acuerdo con las necesidades del usuario. Los derechos y obligaciones del usuario
se definen en el título constitutivo y, a falta de este, se regulan por lo que la legislación
establezca al respecto.
Habitación
El derecho de habitación es aquel derecho real que otorga a su titular el derecho a ocupar en un
inmueble la parte necesaria para él y su familia, con la finalidad de satisfacer sus necesidades
de vivienda.
Otra definición común es que la servidumbre es el derecho real, perpetuo o temporario sobre
un inmueble ajeno, en virtud del cual se puede usar de él o ejercer ciertos derechos de
disposición, o bien impedir que el propietario ejerza algunos de sus derechos de propiedad
Las servidumbres, como actualmente las conocemos tienen su origen en el derecho romano, en
el cual servían a las necesidades de paso de personas, agua y ganado. Dichas servidumbres
fueron una “iura in re aliena” es decir derechos reales sobre cosa ajena, regulados en los libros
del digesto.
Esta forma de adquisición de la servidumbre viene establecida en el artículo 541 del Código
Civil. Nos dice: "la existencia de un signo aparente de servidumbre entre dos fincas, establecido
por el propietario de ambas, se considerará, si se enajenare una, como título para que la
servidumbre continúe activa y pasivamente, a no ser que, al tiempo de separarse la propiedad
de las dos fincas, se exprese lo contrario en el título de enajenación de cualquiera de ellas, o se
haga desaparecer aquel signo antes del otorgamiento de la escritura". Aquí, lo que se produce
es un nacimiento de servidumbre y para ello se tienen que dar unos elementos esenciales, a
saber:
a) La existencia de signo aparente de una relación de servidumbre entre dos fundos que
pertenecen al mismo dueño.
Cuando se trata sobre los principios de la servidumbre, se hace referencia a las relaciones entre
los dueños de los predios, los cuales pueden ser:
• Porque el dueño del predio dominante y el sirviente en cierto momento recaen una
misma persona.
• Por prescripción en los siguientes casos: Fuere continua y aparente, por el no uso
durante un año si es voluntaria y de tres si es legal, o fuere discontinua o no aparente,
por el no uso durante cinco años.
• Cuando la servidumbre en el predio sirviente llegue a un estado en el cual desaparezca
o no pueda usarse.
• En caso de la remisión hecha por el dueño del predio dominante.
• Cuando constituida la servidumbre voluntaria, en virtud de un derecho revocable, se
vence el plazo, se cumple la condición o sobreviene la circunstancia que debe poner
término a aquél.