D. Hipólito Lucena y Las Hipolitinas de Málaga
D. Hipólito Lucena y Las Hipolitinas de Málaga
D. Hipólito Lucena y Las Hipolitinas de Málaga
Currículo
Hijo de Francisco y Fuensanta, Hipólito Lucena Morales, huérfano, sintió de muy
joven la llamada de Dios ingresando en el seminario diocesano católico de Málaga
a los 10 años con mucho provecho . Fue ordenado presbítero en 1930.
Se cuenta que recién consagrado el padre Hipólito pronunció estas palabras
premonitorias :
”Yo traigo la misión del Verbo Encarnado que vino al mundo para amar y entregarse; lo
mismo que yo os amaré y me entregaré” [1].
Una vez producido el Alzamiento Nacional (fracasado en Málaga) consta que fue
detenido el 22 de julio de 1936 por orden preventiva del gobernador civil junto a
otros 48 sacerdotes e ingresado en prisión [2]. La Providencia permitió que
escapara al pelotón de fusilamiento, no así sus hermanos los también sacerdotes
Hilario y José [3]. Adornado de brillante inteligencia y capacidades, una vez
superado el trance martirial y recién acabada la Guerra Civil tomó parte activa en
el programa de recatolización emprendida por el obispo Balbino Santos Olivera
quien lo nombró cura ecónomo de la parroquia de Santiago de la ciudad de
Málaga; en 1940 obtuvo con 32 años la plaza de párroco en propiedad .
Antecedentes históricos
Por aquellos años la mitología clerical nacionalcatólica presentaba al sacerdote
con la imagen de un anciano asexuado y puro. Como objetivamente venerable y
como un guía misógino y confiable
"Presbítero, etimológicamente, es tanto como anciano. Si merece veneración la
ancianidad, piensa cuánto más habremos de venerar al sacerdote". "No quiero, por
sabido, dejar de recordarte otra vez que el Sacerdote es "otro Cristo". Y que el Espíritu
Santo ha dicho: "nolite tangere Christos meos", no queráis tocar a "mis Cristos". "¡Como
hemos de admirar la pureza sacerdotal!. Es un tesoro. Ningún tirano podrá arrancar
jamás a la Iglesia esta corona." Camino § 67, 68 y 71.
¿Herejía o psicosis?
¿Dónde residía la materia herética ?. Inquietó sobremanera a la Iglesia la creencia
de estos místicos en la licitud de los actos carnales ejecutados in charitatis
nomine, como medio de domeñar la sensualidad. Que se utilizara la
voluptuosidad carnal como un atajo lícito entre el alma y Dios. En el fondo los
iluminados se consideraban tan perfectos, que no necesitaban la intermediación
de la Iglesia, ni de sus ministros, ni de sus sacramentos para intimar con Dios.
Muchos místicos cayeron pero otros no y fueron santos. El problema capital de la
Santa Inquisición, y también de los teóricos actuales, es el de la imposible
distinción objetiva entre una experiencia mística sana y una experiencia mística
patológica .
Las Hipolitinas
La congregación de las hipolitinas era, en vox populi y en definición de Camilo J.
Cela, un "grupo de beatas malagueñas que ejercieron de coimas de su director
espiritual" . Comenzaron a ser llamadas "santiaguinas" por reunirse inicialmente
en la parroquia de Santiago [18]. La dirección espiritual es la labor de ayuda y de
consejo con la cual un cristiano acompaña a otro, asimétricamente, en su camino
hacia Dios.
La dirección espiritual debe tener como
objetivo el ayudar a descubrir en cada
momento lo que Dios espera de cada
persona .
Imaginemos un grupo [hermético [19]] de
mujeres elegidas jóvenes y devotas [20]
evolucionando piadosamente en unas
coordenadas de espacio (ámbito parroquial)
y tiempo en torno a la voluntad del
carismático arcipreste quien, "experto en
humanidad", provisto de una cautivadora
predicación apostólica, catequística y
homilética, mediante el vínculo de la
confesión iba descubriendo la teleología de
cada penitenta hasta alcanzar el justo
momento de madurez evolutiva como para interactuar en conventículo
adecuado [21][22].
Celebraba constantes desposorios (matrimonios místicos) ante el altar con sus
seguidoras en un climax de intensa exaltación mística y sexual [23]. Hay
abundante teología española donde buscar [24] : tras un estado inicial de
"dexación" o dejación, los agentes del ritual quedarían privados de la libre
voluntad. Si no hay libre albedrío no habría tampoco responsabilidad individual
por las conductas : podría haber pecado sin que hubiera pecadores .
"Bastóles a los alumbrados y quietistas la idea de la contemplación pura, en que,
perdiendo el alma su individualidad, abismándose en la infinita Esencia, aniquilándose
por decirlo así, llega a tal estado de perfección e irresponsabilidad, que el pecado
cometido entonces no es pecado" [25].
"Et in meditatione mea exardescit ignis" ( ...y en mi meditación, ¡se enciende el fuego!) . A
eso vas a la oración: a hacerte una hoguera, lumbre viva, que dé calor y luz". Camino §
92 .
Ahora bien : no todo era oración mental ni siempre la dexación tenía una clara
factura sobrenatural . Podía precipitarse mediante toda una gama de
estimulaciones [26] desde la ingesta de drogas enteógenas, pasando por toda
suerte de disciplinas o flagelos, hasta con maniobras mecánicas .
"Enseñan los Alumbrados de Sevilla que hace Dios unión espiritual entre sus siervos
mediante tactos y tocamientos deshonestos" [27].
La congregación estuvo funcionando sin problemas como institución parroquial
formal hasta una fecha no precisada a finales de los años cincuenta . Daba cabida
a señoras y señoritas de la sociedad malagueña con el suficiente grado de
ociosidad como para que, aparte de su propia promoción espiritual, pretendieran
ejercer la caridad con los más pobres, ocupándose de familias indigentes y niños
abandonados.
En el año 1959 la congregación, ahora nominada "hipolitina", comenzó a
despertar sospechas entre las autoridades religiosas diocesanas . Las denuncias
provenían, según parece, de una menor afectada o de un marido que no
comprendió las necesidades espirituales de su esposa [28] . Se realizaron
inspecciones propiciadas por el Vaticano a través del nuncio hasta que se
descubrió que una parte de la estructura funcionaba realmente como un orfanato
donde se recogían y procesaban, además de los niños abandonados ajenos, los
frutos secretos de las relaciones “espiritualmente incestuosas” del director
espiritual con sus hijas hipolitinas [29].
La nominada herejía de las hipolitinas y de su capitoste el heterodoxo D. Hipólito
Lucena fue algo traumático que la ciudad ha ocultado durante mucho tiempo (y
sigue ocultando) como uno de sus más graves pecados capitales. A pesar del
buscado oscurantismo los hechos aparecieron en la literatura . Camilo J. Cela
incluyó parte del contenido escatológico en su conocida Enciclopedia del Erotismo
[30] citando escritos de Xavier Domingo y Antonio D. Olano . Posteriormente
apareció una novela, “Tarta noruega” en la que su autor, Alberto Castellón,
describe el sórdido ambiente de postguerra malagueño incluyendo un personaje
de ficción, una de las partidarias de don Hipólito cuya virginidad iba a ser
sacrificada en el ara sagrada “de la nunca reconstruida, quizás por ello, Iglesia de
La Merced” [31] .
El desenlace
Los hechos trascendieron a la ciudadanía de Málaga, que quedó muy
escandalizada aunque, desde luego, se estableciera un eficaz cordón sanitario
informativo. Pasados unos pocos años, el médico escritor Gustavo García-Herrera
se atreve a escribir algo a propósito de unos iluminados de Tolox (Málaga) para
no citar de manera explícita a los iluminados de Málaga .
"Como ciudad tres veces milenaria, Málaga tiene en su haber sucedidos trascendentes de
toda clase y condición. No podían faltar en su historia los capítulos de brujería e
"iluminación" que aun por nuestras fechas [1966] no es infrecuente conocer, aunque sólo
sea de forma esporádica y con unipersonales actores" [32]
Al secretismo propio de la Iglesia [33] se añadió el grave escándalo político que
suponía para el Régimen nacionalcatólico y al miedo de la gente a expresar su
indignación por el escarnio y la inmunidad. La justicia civil se inhibió en virtud del
Concordato de 1953 [5]. El sumario del ilustre arcipreste D. Hipólito y sus hijas
las Hipolitinas fue instruido por personas de fe (canon 1401 actual) en la diócesis
de Málaga aunque luego, por su gravedad, se resolvió en el Vaticano por la
Sagrada Congregación del Santo Oficio [6]. Don Hipólito fue cesado como párroco
y de todos sus cargos y dignidades y conducido por un propio en secreto a Roma
e ingresado en una cárcel dedicada a religiosos. El papa Lucio III (1097-1185)
había escrito :
“Un crimen notorio se caracteriza por causar la condena canónica del sacerdote; un
crimen secreto es aquel que puede ser soportado por la Iglesia” [34].
Reinando S.S. el Pontífice Juan XXIII se le aplicó la justicia de la Iglesia para
iluminados y heréticos sin hacerse cargo de los posibles perjucios morales o
físicos ocasionados a las hipolitinas lesas y a sus hijos habidos . El padre Hipólito
fue juzgado con templanza.
"... y los hijos buenos de Noé, cubrieron con la capa de la caridad las miserias de su
padre, el Sacerdote" Camino § 75.
Se le aplicó la materia de los actuales cánones 290 a 293 del Derecho Canónico
[7] con la prohibición expresa del ejercicio del sacerdocio por causa gravísima.
Desapareció discretamente durante unos años en un monasterio de los Alpes
austríacos. La sentencia se publicó en latin en las Acta Apostolicae Sedis [8] con
una pena estándar semejante a la que impuso la Inquisición de Sevilla en el siglo
XVII al P. Juan de Villalpando (vide retro) y tantas otras. Don Hipólito volvió a su
pueblo, Coín, donde contaba con numerosas adeptas e incluso algunos adeptos.
Viniendo a morir de viejo [35] [36]. No dejó ningún escrito doctrinal.
La iglesia de la Merced fué derribada hasta sus cimientos .
Significativamente, cincuenta años antes, durante la Restauración (1885) varios
campesinos y campesinas del pueblo malagueño de Tolox fueron sorprendidos
desnudos en el ya citado aquelarre iluminista místico/religioso (vide retro). Al no
estar implicado ningún elemento eclesiástico, fueron juzgados todos sus
componentes por la justicia ordinaria en la Audiencia Provincial de Málaga, que
entendió de teología, dogma y moral, y el sumario y la sentencia registrados
publicamente para la historiografía [37] .
De esta manera la Historia guarda recuerdo de algunos de los sitios más
memorables del iluminismo de la España de todos los tiempos : Toledo [38],
Llerena, Córdoba, Sevilla, Jaén [39] Alforja, Tolox y Málaga .
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Bibliografía
Tomado de Wikanda