Educacion Inclusiva
Educacion Inclusiva
Educacion Inclusiva
los alumnos, asegurando la elimina - ción de las barreras y aumentando su participación para el
logro de los mejores aprendizajes. También nos interpela a construir una escuela donde las
políticas se concreten en prácticas educativas con estrate - gias pedagógicas diversificadas; donde
todos sus miembros, ya sean estudiantes con o sin discapacidad, con dificultades de aprendizaje,
con altas capacidades o con características de distinto tipo (cogniti - vas, étnico-culturales o
socioeconómicas, entre otras), puedan acce - der al aprendizaje con equidad.
Objetivos
Potenciar la diversidad como una característica que, siendo inherente al ser humano, brinda una
oportunidad única para enriquecer el desarrollo y aprendizaje de todos; así como para ampliar
la empatía, la reciprocidad y el aprendizaje colaborativo.
Identificar y trabajar en la eliminación de las barreras que impiden que los niños, niñas y
adolescentes aprendan.
Distintos autores coinciden en destacar tres paradigmas que enfocan la manera como se ha visto a
las personas con discapacidad.
[...] El paradigma tradicional está asociado a una visión que ve y trata como personas inferiores a
las personas con discapacidad. O, dicho de otro modo, a las personas debido a su discapacidad se
las subestima, se las considera que no son ‘normales’ y que no están capacitadas para hacer cosas
como el resto de las personas. [...] En este paradigma, a quienes tienen discapacidad se les
considera objetos de lástima y no personas con derechos o sujetos de derechos. De ahí vienen las
distintas formas incorrectas como se denomina a una persona con discapacidad: inválido,
impedido, tullido, cieguito, sordito, mongolito, incapaz, loquito, tontito, excepcional, especial, etc.
[...]
El paradigma de derechos humanos se centra en la dignidad intrínseca o propia del ser humano;
es decir, en la dignidad que se tiene por el hecho de ser humano, independiente de las
características o condiciones que tenga: ser hombre o mujer, su color de piel (negro, cobrizo,
amarillo, blanco, etc.), edad, estatura, discapacidad, condición y cualquier otra. [...] En este
enfoque o paradigma, la discapacidad es colocada como una característica más dentro de la
diversidad de los seres humanos y no como la característica que debe definir la vida de una
persona, que totaliza la vida de una persona en un marco de discriminación y exclusión. [...] En
este paradigma la discapacidad es caracterizada como un producto social que resulta de la
interacción entre las personas con deficiencias y las barre - ras actitudinales y de entorno, que
evitan la participación plena y efectiva, la inclusión y el desarrollo de estas personas en la sociedad
donde viven, en condiciones de igualdad con las demás”.
En los últimos años la educación inclusiva como concepto se instaló como eje central en los
sistemas educativos, basándose en la concepción de que todas las personas, por el simple hecho
de pertenecer a la familia humana, tenemos igual - dad de derechos y para ejercer los derechos
con igualdad requerimos equidad. En lo que al acceso al derecho a la educación respecta, todos los
estudiantes, como sujetos de derecho, deben tener garantizado el acceso a una educación
inclusiva y equitativa de calidad, además de que se promuevan oportunidades de aprendizaje a lo
largo de la vida, tal como lo propone el Objetivo de Desarrollo 4 de la Agenda 2030 1.
Se trata de un proceso de desarrollo continuo que involucra a toda la comunidad educativa, donde
se requiere contemplar dos ejes centrales:
“La inclusión se concibe como un conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar las
barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Las barreras, al igual
que los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los elementos y estructuras del
sistema: dentro de las escuelas, en la comunidad, y en las políticas locales y nacionales. La
inclusión está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el sentido de que muchos
estudiantes no tienen igualdad de oportunidades educativas, ni reciben una educación adecuada a
sus necesidades y características personales, tales como los alumnos con discapacidad, niños
pertenecientes a pueblos originarios, adolescentes embarazadas, entre otros” (Booth y Ainscow,
2002).
La inclusión denota entonces principios de justicia social, equidad educativa y respuesta escolar. Es
una aproximación estratégica para facilitar el aprendizaje de todos los alumnos. Hace referencia a
metas comunes dentro del aula, presentadas desde diferentes abordajes que buscan disminuir y
superar todo tipo de barreras.
Una cultura inclusiva se define como aquella centrada en: “(…) crear una comu - nidad segura,
acogedora, colaboradora y estimulante en la que cada uno es va - lorado, como el fundamento
primordial para que todo el alumnado tenga los mayores niveles de logro. Pretende desarrollar
valores inclusivos, compartidos por todo el profesorado, el alumnado, los miembros del consejo
escolar y las familias, que se transmitan a todos los nuevos miembros del centro educativo” (Booth
y Ainscow, 2002). Por otro lado, lograr una educación inclusiva implica que las planificaciones
incorporen en su estructura algunos elementos:
Por lo tanto, las barreras son aquellos valores, actitudes, procesos, decisiones, normas y prácticas
educativas que interactúan negativamente con las posibilidades de aprendizaje y participación de
los alumnos, en particular de aquellos más vulnerables a ser excluidos, como suele ser el caso de
los alumnos con discapacidad, con dificultades de aprendizaje, con altas capacidades o con
características que se vivan disruptivas (cognitivas, étnico-culturales o socioeconómicas, entre
otras).
Barreras de la comunicación.
El PPI fue un instrumento pensando para los procesos de inclusión de los alumnos con
discapacidad. Sin embargo, toda vez que se requiera implementar configuraciones de apoyo para
el acceso al aprendizaje de un alumno, con o sin discapacidad, con dificultades específicas del
aprendizaje o con altas capacidades, podrá utilizarse este instrumento. La planificación y el
desarrollo del PPI será responsabilidad de los equipos educativos correspondientes, quienes
podrán apoyarse en otros colegas y profesionales, y en el alumno y la familia para generar la mejor
planificación posible.
Se acordarán y registrarán los objetivos, las metodologías, las formas de evaluar y las
responsabilidades de cada una de las partes para que el estudiante desarrolle sus aprendizajes. En
este sentido, el diseño curricular jurisdiccional será una guía que permita que el PPI se mantenga
lo más cercano posible al mismo, para hacer las menores modificaciones posibles.
Se impulsa a que los PPI sean documentos vivos, que brinden información relevante sobre la
trayectoria escolar del alumno; en ese sentido, se recomienda que al menos contengan: Fechas y
datos de contacto de los involucrados en el proceso en los diferentes momentos. Datos relevantes
en cuanto a los acuerdos: metodológicos, de contenido, modos de evaluar (justificados mediante
las fortalezas del alumno, las hipótesis y las estrategias que llevaron a consignar esas decisiones).
Planificación acerca de quiénes y con qué periodicidad se revisa, y que esto quede debidamente
registrado y justificado. Redacción en lenguaje claro. Entonces, deben fijarse instancias para el
análisis, la evaluación y la redefinición de los objetivos previstos ―de ser necesario―, desde una
dinámica flexible, como así también se establecen los criterios de evaluación del PPI, en cuanto a
la promoción y acreditación de capacidades adquiridas. Se deberán facilitar instancias de
articulación necesarias con equipos interdisciplinarios propios del sistema educativo, así como
también con equipos del ámbito de la salud.
El uso de diferentes formatos digitales (texto, audio, imagen, video) permite la construcción de
diversos materiales de aprendizaje y a su vez orienta la búsqueda, la selección y el diseño de
materiales que garanticen el acceso de todos los estudiantes a los contenidos curriculares.
La tecnología colabora a que los materiales seleccionados o producidos por los docentes sean
accesibles para todos los estudiantes. Asimismo, el acceso de los estudiantes a contenidos
multimediales favorece en la práctica el concepto de multialfabetización, que amplía y enriquece
las propuestas educativas tradicionales.
En algunos casos, estas tecnologías actuarán como un apoyo que ayuda a vencer ciertas
dificultades específicas. En otros, se utilizarán como una herramienta que potencia el desarrollo
cognitivo y posibilita el logro de los objetivos pedagógicos, favoreciendo la inclusión de los
estudiantes con discapacidad y/o dificultades específicas del aprendizaje y/o altas capacidades.
Para algunos estudiantes con dificultades de aprendizaje, los apoyos alternativos a través
de recursos auditivos, gráficos y/o de texto favorecerán sus posibilidades de comprensión.
Para estudiantes con discapacidad motriz, los apoyos alternativos a través de sensores o
recursos auditivos, gráficos y/o de texto favorecerán sus posibilidades de producción.
Una escuela inclusiva invita a que todos los actores participen y que el respeto a la diversidad esté
presente como valor y principio de la acción común.
Desde la institución educativa resulta necesario incentivar y fortalecer este vínculo para cooperar
en el desafío de valorar a cada estudiante, base ineludible para la construcción de vínculos sanos y
fuertes. Implicar a la familia e implicarse personalmente resulta imprescindible para llevar
adelante un proceso educativo de calidad, teniendo en cuenta que el paradigma de la inclusión
propone escuelas de puertas abiertas, y directivos, docentes y comunidad dispuestos a trabajar
para crear y afianzar el sentimiento de pertenencia. Este proceso requiere entonces una
planificación sistematizada que tienda a consolidar, a través de diversas acciones, relaciones de
confianza entre la familia, la escuela, los maestros y otros profesionales del sistema educativo.
Convivencia escolar
Uno de los aspectos centrales a la hora de poner en práctica la educación inclusiva tiene que ver
con la creación de “culturas inclusivas”9. Las condiciones institucionales sobre convivencia y clima
escolar están estrechamente ligadas a la calidad de los aprendizajes.
Las investigaciones sobre la temática han demostrado que un adecuado clima emocional dentro
de las aulas es posibilitador de mejores aprendizajes. En tanto los alumnos se sienten cómodos,
seguros, y pueden expresar lo que sienten, tienen una mejor disposición para adquirir nuevos
conocimientos. Es por ello que incluir este tipo de contenidos, a largo plazo, favorece la
adquisición de otros aprendizajes.
Una escuela capaz de atender la diversidad es aquella que concentra esfuerzos por tener en
cuenta la realidad de sus estudiantes, sus familias y su comunidad, con el objetivo de consolidar
vínculos pacíficos que fortalezcan la convivencia escolar, sin ningún tipo de discriminación ni
abuso, en el marco de la protección de los derechos humanos fundamentales. “Para que un
docente pueda enseñar, y el estudiante aprender, es indispensable que predominen la aceptación,
la confianza, la generosidad y el respeto mutuo. Se debe construir un entorno seguro y ordenado
que ofrezca a todos los estudiantes la oportunidad de ser incluidos y poder participar en un
entorno con distintas interacciones” (Castro Santander y Reta bravo, 2016). En este sentido,
tomando la Resolución CFE N°217/14 “Guía federal de orientaciones para la intervención
educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar”, desde los ámbitos educativos
se deberán fortalecer acciones tendientes a:
La relevancia del trabajo colaborativo y cooperativo entre los actores y equipos que forman el
sistema educativo (niveles, modalidades y equipos interdisciplinarios educativos), así como con las
familias, los equipos externos y la comunidad en general, nos presenta el desafío y la
responsabilidad de propiciar la articulación y corresponsabilidad entre todos, para que desde allí, y
en interacción con los estudiantes, fortalezcamos una real sociedad inclusiva.
La escuela, orientada hacia la inclusión, es el ámbito donde se halla la distancia más corta para
alcanzar la verdadera transformación social, pero para esto, todos estamos invitados a participar
y construirla.