Aplicacion de Excepciones en La Accion Civil Resarcitoria
Aplicacion de Excepciones en La Accion Civil Resarcitoria
Aplicacion de Excepciones en La Accion Civil Resarcitoria
Resarcitoria
Rama del Derecho: Derecho Procesal Penal Descriptor: Acción Civil Resarcitoria
Palabras clave:Excepciones en la Acción Civil Resarcitoria, Acción Civil Resarcitoria, Excepciones, Falta de
Competencia, Falta de Capacidad, Falta de Representación, Indebida Acumulación de Pretensiones, Litis
Consorcio Necesario Incompleto, Acuerdo Arbritral, Listis Pendencia, Cosa, Juzgada, Transacción, Prescripción,
Caducidad, Falta de Derecho, Falta de Legitimación Activa, Falta de Legitimación Pasiva, Falta de Interés.
Fuentes: Normativa, Legislación y Jurisprudencia Fecha de elaboración: 09/08/2012
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1Resumen
El presente informe de investigación realiza un análisis del tema del Ejercicio de las Excepciones
en la Acción Civil Resarcitoria; para lo cual se incluye el aporte de la doctrina, legislación y
jurisprudencia.
En cuanto a la normativa se trascriben varios artículos del Código Civil, Procesales Civil y Penal,
Constitución Política y Ley sobre Resolución Alterna de Conflictos y Promoción de la Paz Social,
los cuales brindan una definición de tal instituto jurídico y aporta además la enumeración de los
requisitos necesarios para su configuración dentro del ordenamiento juríco penal costarricense y la
posibilidad práctica de aplicación en cuanto a la Acción Cvil Resarcitoria.
La doctrina expone cada una de las excepciones que es posible plantear ante una Acción Civil
Resarcitoria tanto previas como de fondo definiendolas y aportando además lconsideraciones
especificas dependiendo de la étapa procesal donde se invocan.
En cuanto a la jurisprudencia la misma aporta el concepto y requisitos para el ejercicio de las
Excepciones ante la Acción Civil Resarcitoria, tanto previas como de fondo, a la luz de una serie de
casos prácticos.
2 Doctrina
[Sanabria Rojas, R]
Excepciones: Definición.
Frente a las pretensiones del actor, el demandado puede limitarse a realizar una negación, o bien,
a oponer excepciones. En la negación desconoce las afirmaciones del contrario, sin alegar
circunstancias distintas; por medio de las excepciones procesales niega las alegaciones del
adversario e introduce datos nuevos que el juez ha de tener en cuenta. 1
Falta de Competencia.
La competencia para conocer las causas penales, en las cuales, a la vez, puede formularse la
acción civil, está contemplada en el Código Procesal Penal, la Ley Orgánica del Poder Judicial y en
otras leyes especiales. En primer término, por el territorio, el país se encuentra dividido en varios
circuitos judiciales (artículo 22 de la Ley de Reorganización Judicial, N° 7728, del 15 de diciembre
de 1997) y ello podría dar lugar al planteamiento de alguna excepción, cuando se estime que no
corresponde juzgar a un tribunal de un determinado territorio, sino a otro.
En el proceso penal, la incompetencia por razón del territorio puede declararse, de oficio, en
cualquier momento del proceso, excepto cuando ya se haya señalado fecha para el debate,
instante a partir del cual no puede objetarse la competencia territorial (arts. 46 y 48 del Código
Procesal Penal). Dado que la acción civil es accesoria a la penal, al declarar el juzgador la
incompetencia para conocer de la causa penal ésta arrastrará a la primera, no resultando aplicable
en este caso la prórroga de la competencia que autorizan los artículos 26, 33 y 35 del Código
Procesal Civil.
Por razón de la materia, sí existen más posibilidades de la formulación de alguna excepción. En
primer término, sólo se autoriza el ejercicio de la acción civil resarcitoria en causas penales contra
adultos. No se admite la acción civil en procesos contra personas menores de edad, es decir,
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contra menores de dieciocho y mayores de doce años de edad (art. 55 de la Ley de Justicia Penal
Juvenil). Para la materia de personas menores de edad infractores, la ley ha previsto una
competencia especial, es decir, los hechos ilícitos son conocidos por la Fiscalía Adjunta penal
Juvenil, los Juzgados Penales Juveniles, el Tribunal Penal juvenil y el Tribunal de Casación Penal
(Ley de Justicia Penal juvenil, Ley Orgánica del Ministerio Público, Ley Orgánica del poder Judicial).
Consecuentemente, si se está siguiendo un proceso contra un menor de edad en sede de adultos,
puede formularse la excepción de falta de competencia por razón de la materia, con lo cual ya no
se conocería lo relativo al ejercicio de la acción civil.
Igual ocurre con un asunto que se investigue como delito y corresponda a una contravención, lo
que podría suceder entre el hurto y el hurto menor (arts. 208 y 387, inciso 1 del Código Penal) o los
daños y daños menores (arts. 228 y 387, inciso 4 ibídem), cuya calificación depende de la cuantía,
es decir, serán delito cuando el valor de lo sustraído o dañado supere la mitad del salario base, del
año en el cual se ha cometido el delito.
Las contravenciones son conocidas por los Juzgados Contravencionales, y en éstas tampoco se ha
autorizado el ejercicio de la acción civil resarcitoria (lo propio ocurre en Argentina, según señala
Vélez, 1965, p. 93). Siguiendo el sistema positivista, al dictar la sentencia, el Juzgado
Contravencional, de oficio, debe pronunciarse sobre la obligación de resarcir los daños y perjuicios
(art. 103 del Código Penal y 174 de la Ley de Tránsito). La constitucionalidad de esa condenatoria,
de oficio, en materia de tránsito, ha sido admitida expresamente por la Sala Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia (2248-96, de las 15:24 horas, del 14 de mayo de 1996).
También podría generarse algún problema cuando no se respeten las reglas para la tramitación de
los delitos de acción privada, a saber, los delitos contra el honor y la propaganda desleal. Éstos
tienen un procedimiento especial (arts. 19, 72 a 74, 380 a 387 del Código Procesal Penal),
debiendo plantearse la querella directamente ante el Tribunal de Juicio. Si algún delito de este tipo
se estuviese investigando por el Ministerio Público, o está sometido en fase intermedia ante el
Juzgado Penal, podrá formularse la excepción, resultando afectada la acción civil, pues su trámite
es diferente, según lo ya expuesto.2
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Agregan Loutayf y Cosas (2002, p. 323), sobre este tema:
Existe... falta de personería cuando quien se presenta invocando la representación de alguna de
las partes omite acompañar los documentos que son necesarios para acreditar debidamente la
representación invocada. Puede tratarse de inexistencia de representación, cuando no se justifica
de ninguna manera o se invoca un poder inexistente, o de representación defectuosa, cuando el
poder acompañado presenta defectos formales o carece de los requisitos legales o el mandatario
carece de capacidad para actuar en esa calidad, o de representación insuficiente, cuando al
extensión del poder no alcanza para la actuación que intenta el representante.
Lo relativo a las formas de representación exigidas en la acción civil resarcitoria ya fue objeto de
análisis. En todo caso, reiteramos que al presentarse algún defecto en la representación o en la
capacidad procesal, debe ordenarse su corrección, conforme con lo establecido por los artículos 15
del Código Procesal Penal y 299 del Código Procesal Civil y la reiterada jurisprudencia sobre el
tema, dentro de la cual puede citarse los votos 2005-424, de las 16:00 horas, del 13 de mayo del
2005, del Tribunal de Casación Penal y 2006-1270, de las 9:25 horas, del 15 de diciembre de 2006,
de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.
Otros problemas podrían generarse cuando la persona menor de edad alcanza la mayoridad, en
cuyo caso debe asumir la acción civil que ha sido ejercida en su nombre.
De igual forma, si el mandante muere, el mandatario debe continuar con su cargo, si los herederos
no proveen en contrario, y si de obrar él de otra manera, les pudiera resultar algún perjuicio (art.
1283 del Código Civil).
La falta de capacidad procesal o de personería puede estar presente en el actor o en el
demandado civil. Se produce cuando el actor o el demandado no tienen capacidad para estar en el
proceso, o bien, cuando el representante no cuenta del todo con el poder y no tiene representación
según la ley, es decir, comparece en el proceso sin ser representante.
Esta figura es distinta a la falta de legitimación, que es una cuestión de fondo a resolver en
sentencia, pues se trata de cuestionar la titularidad del derecho, conforme se analizará luego. 3
Defectuosa Representación.
La diferencia entre la falta de capacidad, analizada en el punto anterior, y la defectuosa
representación consiste en que en la primera comparece en forma personal al proceso una persona
que no puede hacerlo según la ley civil, pues requiere el nombramiento de un representante. La
segunda hace referencia a la actuación de una persona en nombre de otro, cuyo poder o facultades
son insuficientes o defectuosos.4
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Otro requisito es que el juez sea competente para conocer todas las pretensiones. Esta exigencia
encuentra restricciones en el proceso penal, pues las posibilidades se limitan a la restitución o
reparación, relacionadas con un hecho que tenga, al menos, apariencia de delito, pues de otra
forma no será posible llegar al juicio oral.
El último requerimiento es que se trate de un procedimiento común. En el proceso penal, como ya
se ha indicado, la posibilidad del ejercicio de la acción civil se limita a la restitución o reparación y el
proceso es común. Es decir, sólo se cuenta con la acción civil para formular el reclamo, sin que
existan otras posibilidades para lograr la restitución o la reparación, como sí se plantea en el
proceso civil, donde se cuenta con el ordinario, el abreviado, los sumarios.
Cuando no proceda la acumulación, el juzgador, de oficio, deberá ordenar la desacumulación,
otorgándole al actor ocho días para que escoja la pretensión de su interés (art. 124 del cpc). De no
hacerlo, queda al demandado la posibilidad de plantear la excepción. Al final, conforme con esta
norma, decidirá el juez.5
Acuerdo Arbitral.
La existencia del acuerdo arbitral debe oponerse como excepción previa, pues, de lo contrario,
cualquier actuación del demandado, sin hacer mención a dicho compromiso, implica una renuncia
tácita al arbitraje (Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, N°. 107-95, de las 14:15 horas, del
23 de junio de 1995). Esto determina que no puede declararse, de oficio, por el tribunal. 7
Litis Pendencia.
Esto permite que, en una acción civil resarcitoria, el demandado pueda oponer la excepción de litis
pendencia, cuando el actor civil hubiese presentado con anterioridad una demanda civil en la vía
civil idéntica a la promovida en sede penal, cuestión que ha sido reconocida por el Tribunal de
Casación Penal (voto 2004-574, de las 10:20 horas, del 10 de junio del 2004), o bien, cuando ya
esté pendiente otra acción civil dentro del mismo proceso.
El Tribunal de Casación ha declarado la existencia de litis pendencia, cuando la víctima ha
formulado un reclamo ante la vía laboral, por riesgo laboral, procurando una indemnización por la
incapacidad temporal y permanente generada por lesiones en un accidente de tránsito, y luego
comparece a la sede penal con las mismas pretensiones, a través de la acción civil (2005-611, de
las 10:00 horas, del 30 de junio del 2005). En sentido contrario, en el voto 2004-782, de las 10:45
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horas, del 5 de agosto del 2004, se estableció que no obstante que la víctima hubiese acudido a la
utilización del riesgo laboral, nada le impedía formular la acción civil para cobrar los daños y
perjuicios que no estuvieran cubiertos a través del primer procedimiento. En este último caso no
existiría litis pendencia pues el objeto de juicio es distinto al planteado en sede laboral, se trata de
procurar una idemnización por daños que no habían sido tomados en cuenta en la primera
demanda.8
Cosa Juzgada.
La doctrina (Artavia, 2005, T. III, p. 96) y la legislación (artículos 163 y 165 del Código Procesal
Civil) distinguen entre cosa juzgada formal y material. La primera, se produce cuando no se admite
más recursos dentro del proceso en que se ha dictado la sentencia, pero puede discutirse el
problema en un proceso posterior. Al contrario, en la cosa juzgada material no puede discutirse la
cuestión resuelta, dentro del mismo proceso ni en algún otro. Además, debe recordarse que la
legislación otorga el carácter de cosa juzgada material a algunos actos que no son sentencias,
como la transacción, la conciliación extrajudicial y judicial, la renuncia al derecho o de la pretensión
y las resoluciones interlocutorias judiciales que aprueben además una transacción o conciliación o
la renuncia (Artavia, 2005, T. III, p. 98).
Como bien lo señalan Loutayf y Costas (2002, p. 360):
En lo civil alcanzan la autoridad de cosa juzgada material las sentencias dictadas en procesos de
conocimiento pleno (ordinario o abreviado), y tiene esta característica el proceso civil que el
ordenamiento adjetivo permite ejercitar en sede penal, en donde tienen las partes amplias
posibilidades de ejercer el derecho de defensa en juicio.
La sentencia sobre la acción civil resarcitoria, dictada en un proceso penal, produce cosa juzgada
material, cuando se emite un pronunciamiento sobre el fondo del asunto. Sin embargo, debe
tenerse sumo cuidado con el fallo civil en sede penal. Si se declarara una falta de legitimación no
habría impedimento para que se conozca de nuevo, en un proceso civil, las pretensiones del actor
civil, siempre y cuando cambie la persona que ha sido excluida a través de la excepción respectiva.
En estos casos el fallo no debe declarar sin lugar la demanda, sino más bien desestimarla, para
dejar abierta la vía civil ante un nuevo reclamo.9
Transacción.
Dado que el tema será tratado con posterioridad, basta por ahora señalar que la transacción puede
oponerse como una excepción previa, que debe formularse en contra de la acción civil resarcitoria
y que su declaratoria impediría que se siga discutiendo las pretensiones del actor. Además, es
posible plantearla, incluso, cuando el asunto se encuentra en casación. Así, debe interpretarse el
artículo 307 del Código Procesal Civil, para efectos del proceso penal, pues en éste no hay
segunda instancia, sino directamente casación.10
Prescripción.
"Como defensa, sólo es posible utilizar la prescripción negativa, que consiste en la extinción de la
acción para reclamar un derecho por abandono del titular que deja transcurrir el plazo fijado por la
ley para tal efecto, es decir, se pierde un derecho por el simple transcurso del tiempo. Por
supuesto, la parte debe oponer la respectiva excepción, pues la prescripción civil no se declara de
oficio por el tribunal, contrario a lo que sucede con la prescripción de la acción penal (art. 42 del
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Código Procesal Penal).11
Caducidad.
La caducidad implica la pérdida del uso de la instancia, por no haberse ejercido un derecho en el
plazo fijado por la ley. La caducidad tiene como característica esencial el que una norma fija el
tiempo del principio y final de un derecho.
Se diferencia de la prescripción porque no tiene las causales de suspensión e interrupción propias
de la última. En la caducidad, como bien señala Pérez (1991, p. 206), el término rígido, aceleratorio
y perentorio sólo puede dejar de correr con el ejercicio específico del comportamiento
predeterminado, con el cual se produce el impedimento. 12
Falta de Derecho.
Para obtener una sentencia favorable, el actor civil debe demostrar la existencia del derecho que
reclama y, fundamentalmente, que su pretensión se encuentre regulada por el ordenamiento
sustantivo. Además, como bien señala Véscovi (1999, pp. 68-69), se requiere una cierta
adecuación entre el hecho alegado y la norma invocada, esto es, una cierta coincidencia objetiva
entre los hechos históricos en que se funda la demanda y los hechos que constituyen el supuesto
de la norma jurídica que se menciona como su fundamento.
Sobre este tema, Artavia (2005, T. III, pp. 130-131) estima que existe un error conceptual, porque
hablar de falta de derecho es como hablar de falta de norma jurídica, por lo que lo correcto sería
hablar, entonces, de falta de presupuestos materiales o falta de elementos en la pretensión
material. Por esta razón concluye que de formularse la excepción de falta de derecho, esta
comprenderá los requisitos de la pretensión, a saber, la falta de una relación entre un hecho y una
norma, la falta de legitimación o la falta de interés.
De acuerdo con lo anterior, es obligación del actor civil acreditar que ha sido despojado de un bien,
cuya restitución pretende, o bien, la generación de un daño material o moral y los perjuicios, para
así lograr un fallo favorable a sus intereses. Por supuesto, que no basta con alegar en un escrito la
presencia del despojo o de la producción de los daños y perjuicios. Es necesario ofrecer y llevar la
prueba al juicio para demostrar esos extremos. Esto implica que el actor civil tiene la carga de la
prueba sobre este particular (art. 317 del Código Procesal Civil).
Esa exigencia implica el deber del actor civil de describir, en forma clara y precisa, cuál ha sido el
daño material, el daño moral, los perjuicios y el citar las normas en las cuales funda
suspretensiones. Posteriormente, aportará la prueba que sustente la presencia de los daños
reclamados.
El demandado civil, por su parte, puede oponerse a las pretensiones del actor civil, formulando la
excepción de falta de derecho, teniendo a su cargo la presentación de la prueba en que funda sus
afirmaciones de hechos impeditivos, modificativos o extintivos del derecho del actor (art. 317 del
Código Procesal Civil) Si el demandado civil no presenta una excepción en este sentido, siempre
deberá del juzgador, de oficio, examinar si el actor civil ha demostrado la existencia del derecho,
cuyo reconocimiento solicita en sentencia. Lo anterior por tratarse de un presupuesto sustantivo del
fallo.13
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Falta de Legitimación Activa y Pasiva.
La doctrina discute sobre los alcances del concepto de la legitimación, fijándose dos posiciones al
respecto. Una explica que la legitimación activa coincide con la titularidad del derecho o la relación
jurídico-material objeto del juicio. Otro sector sostiene que son dos conceptos diferentes,
distinguiendo entre el derecho por obtener una sentencia sobre el fondo del asunto y la titularidad
del derecho (Véscovi, 1999, p. 69; Devis, 1966, p. 324; Artavia, 2005, T. III, p. 133), posición
asumida por la jurisprudencia costarricense, según se analizará de seguido.
Loutayf y Costas (2002, p. 373) hace alusión a algunos casos en que no existe coincidencia entre
la persona legitimada para reclamar el derecho y el titular de este, lo cual permite inclinarse por la
segunda concepción apuntada:
Normalmente, coincide la legitimación en la causa con la titularidad de la relación jurídico-
sustancial, en cuanto la persona que tiene esa legitimación es la misma que tiene el derecho
material. Pero hay también supuestos en que no existe tal coincidencia, como en el caso del
sustituto procesal o del Ministerio Público que, muchas veces, actúa por los incapaces o ausentes.
La legitimación constituye un presupuesto material de la sentencia. Es decir, el juez entrará a
resolver el fondo del asunto, si el conflicto es planteado por y contra los legitimados. Si no opera lo
anterior, se declarará la falta de legitimación, que, a la vez, puede ser de dos tipos: activa y pasiva.
La falta de legitimación activa se produce cuando la persona que demanda en juicio no es aquélla a
quien la ley habilita para obtener un pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión planteada (art.
104 del Código Procesal Civil). Por su parte, existe falta de legitimación pasiva cuando la persona
demandada no es aquélla a quien la ley sustantiva habilita para discutir la cuestión formulada por el
actor (Loutayf y Costas, 2002, p. 375).
Los alcances de la legitimación activa y pasiva han sido magistralmente definidos por la Sala
Primera de la Corte Suprema de Justicia, en el siguiente fallo:
La legitimatio ad causam, no constituye una condición o presupuesto de admisibilidad de la acción,
ni condiciona su ejercicio válido y eficaz, de ser así no podría ejercer la acción quien no estuviera
legitimado en la causa. Pero sí constituye una condición para que prospere la pretensión.
Legitimado en la causa es quien puede exigir que se resuelvan las peticiones hechas en la
demanda, es decir, la existencia o no del derecho material que se pretende, por medio de sentencia
favorable o desfavorable. Por lo tanto cuando alguna de las partes no tiene esa legitimación el
juzgador no puede adoptar una decisión de fondo, encontrándose inhibido para ello. La legitimatio
ad causam constituye, entonces, condición para el dictado de la sentencia de fondo o mérito, pero
no de la sentencia favorable. Al no poder el órgano jurisdiccional resolver la existencia o no del
derecho material pretendido, o al declarar que se encuentra inhibido para pronunciarse, no se
produce la cosa juzgada pues el punto de fondo no se ha decidido. La legitimación constituye un
presupuesto de la pretensión formulada en la demanda y de la oposición hecha por el demandado,
para hacer posible la sentencia de fondo que las resuelve; consecuentemente la legitimación en la
causa no constituye un presupuesto procesal, en tanto no se refiere al procedimiento o al válido
ejercicio de la acción, antes bien se refiere a la relación sustancial que debe existir entre actor y
demandado y al interés sustancial que se discute en el proceso. La legitimación en la causa se
refiere a la relación sustancial que se pretende existente entre las partes del proceso y el interés
sustancial en litigio. El demandado debe ser la persona a quien le corresponde por la ley oponerse
a la pretensión del actor o frente a la cual la ley permite que se declare la relación jurídica
sustancial objeto de la demanda; y el actor la persona que a tenor de la ley puede formular las
pretensiones de la demanda, aunque el derecho sustancial pretendido no exista o le corresponda a
otro. Lo anterior significa que no se precisa ser titular o sujeto activo o pasivo del derecho o relación
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jurídica material, sino del interés para que se decida si en efecto existe, esto es se trata de una
legitimación para obtener sentencia de fondo o mérito. De acuerdo con el sujeto legitimado o a su
posición en la relación procesal puede distinguirse entre legitimación activa y pasiva, la primera le
corresponde al actor y a las personas que con posterioridad intervengan para defender su causa, la
segunda le pertenece al demandado y a quienes intervengan para discutir y oponerse a la
pretensión del actor. La ausencia de legitimación en la causa constituye un impedimento sustancial,
si el juzgador se percata de la falta de la misma, así debe declararlo de oficio y dictar una sentencia
inhibitoria, lo que no es óbice para que sea alegada oportunamente como excepción previa. En
suma, la legitimación en la causa constituye un presupuesto material de la sentencia de fondo. La
legitimación en la causa era deducida, a la luz del Código de Procedimientos Civiles, del artículo I o,
párrafo 2o, y en el Código Procesal vigente está contemplada en el artículo 104... La legitimación en
la causa demás de determinar quienes pueden actuar en el proceso con derecho a obtener
sentencia de fondo, señala o determina a quiénes deben estar presentes para hacer posible la
sentencia de fondo. Lo anterior significa que en determinados procesos es indispensable la
concurrencia de varias personas (litisconsortes necesarios) en calidad de actores o demandados
para que la decisión sobre las peticiones se haga posible, pues la ausencia de éstas impide la
decisión de fondo, de las pretensiones deducidas en la demanda. Por ello, la legitimatio ad causam
puede estar ausente en dos casos: a) cuando actor y demandado carecen absolutamente de
legitimación en la causa, por tratarse de personas diferentes a quienes correspondía formular las
pretensiones o contradecirlas, y b) cuando los que debían ser parte en tales posiciones en
concurrencia con otras personas, no han comparecido al proceso. En efecto, por disposición
expresa o tácita de la ley puede ser que actor y demandado no tengan derecho a formular por sí
solos pretensiones u oponerse a ellas, pues en tales situaciones la legitimación en la causa se
encuentra incompleta y no será posible la sentencia de fondo. El Código de Procedimientos Civiles
derogado, no obstante aplicable a este caso, disponía en su artículo I o que eran presupuestos de
fondo o condiciones de la acción el derecho real o personal, interés actual en ejercitarla y la
legitimatio ad causam, teniendo especial relevancia en el caso de la pluralidad de partes por el litis
consorcio necesaria y la facultativa en sus formas pasiva o activa. En reiteradas ocasiones, la Sala
de Casación manifestó que la excepción de falta de legitimatio ad causam no afecta el derecho
mismo, por lo que su procedencia no impide que, en un nuevo juicio, el derecho sea reclamado por
su efectivo dueño o titular, o contra el o los realmente obligado a la prestación. Igualmente, la Sala
de Casación siempre sostuvo que los presupuestos de fondo deben examinarlos los Tribunales no
solo en virtud de excepciones opuestas, sino también de oficio (Sala de Casación número 76 de 15
horas 15 minutos de 22 julio de 1959, número 34 de 10 horas 20 minutos del 22 marzo, número
101 de 10 horas 15 minutos de 6 setiembre todas de 1961, número 72 de 16 horas 15 minutos de 7
julio 1965 y 44 de 10 horas 15 minutos de 30 abril de 1969). Este, y los considerandos anteriores,
desde el tercero, han sido reiterados por esta Sala a partir de la sentencia número 89 de las 14
horas y 50 minutos del 19 de junio de 1991 (Voto 18-94, de las 14:30 horas, del 27 de abril de
1994; en similar sentido 83-97, de las 15:10 horas, del 24 de setiembre de 1997 y 84-97, de las
15:15 horas, del 24 de setiembre de 1997).
La importancia de estos fallos radica en determinar que los presupuestos materiales de la
sentencia son el derecho, la legitimación y el interés, los cuales deben ser examinados, de oficio,
P°r el juzgador. Además, establece los alcances de la legitimación activa y pasiva y que la
declaratoria de una falta de legitimación no produce cosa juzgada, pues no hay un pronunciamiento
sobre la existencia o no del derecho reclamado, al faltar un presupuesto sustantivo para entrar a
conocer ese aspecto.
a) Cuando el actor o el demandado no son los titulares de la relación jurídico-sustancial en
que se funda la pretensión.
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b) Cuando, en los casos de litisconsorcio necesario, la pretensión no ha sido interpuesta por o
contra todos los litisconsortes.
c) Cuando a quien se presenta como sustituto procesal le falta un requisito esencial para
poder actuar en tal carácter.
d) Cuando el tercero interviniente no fuere titular de un interés legítimo que pudiere ser
afectado por la sentencia.
En estos casos, el juzgador podrá declarar la falta de legitimación, ya sea por la excepción
formulada por el demandado, o bien, de oficio, por tratarse de un presupuesto material de la
sentencia.
Es importante dejar claro de que existe diferencia entre la legitimación ad causam activa y pasiva y
la legitimación ad procesun activa y pasiva. La primera es un presupuesto sustancial de la
sentencia, es decir, se refiere a las personas autorizadas para discutir el derecho sustancial; la
segunda hace alusión a la capacidad para estar en juicio o a una representación adecuada y
suficiente. Esto ha sido resuelto por la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia:
El otro aspecto importante que debemos considerar es sobre la naturaleza de la acción civil
resarcitoria a fin de distinguir, siguiendo los lincamientos de la Doctrina Procesal Civil, entre la
titularidad material (legitimatio ad causam activa y pasiva) y la titularidad procesal (legitimatio ad
procesum activa y pasiva). Esta, al igual que todas las acciones jurídicas que ponen en movimiento
los órganos jurisdiccionales a fin de obtener la satisfacción de una pretensión determinada, tiene
ciertas características propias, como por ejemplo su accesoriedad respecto del proceso penal; la
posibilidad del titular de escoger esta vía, o bien, la vía civil, etc. Sin embargo lo que interesa es
aclarar que tratándose de este tipo de acciones, la titularidad material o procesal, está bien definida
en el Código Procesal Penal en relación con las normas del Código Penal, a tal punto que el juez
puede hasta excluir a quien carezca de interés yde la titularidad necesaria (artículo 65 CPP),
quedando, de esta manera debilitada cualquier versión de la autonomía de la acción. Ello significa
que esta acción "solo podrá ser ejercida por el damnificado o los herederos en los límites de su
cuota hereditaria " o por sus "representantes legales" y contra los "partícipes del hecho punible"
(autores, instigadores o cómplices) o contra quienes resulten civilmente responsables (artículo 106
del Código Penal). Se trata pues de una acción sujeta a los contenidos normativos del Código
Procesal Penal, y únicamente se aplicarían normas del Código de Procedimientos Civiles por vía
supletoria. El contenido de esta acción permite formular pretensiones restitutorias (artículo 103
inciso 1 del CP y 123 inciso 1) del C.P. de 1941); reparatorias, tanto del daño material como del
moral (ídem, inciso 2), y la indemnización de los perjuicios (art. 123 inciso 3) del C.P: 1941).
Eventualmente son posibles algunas pretensiones de orden civil cuando éstas son conexas con
aquéllas (voto 69-F-94, de las 9:00 horas, del 8 de abril de 1994).
Esta sentencia hace referencia al derogado Código de Procedimientos Penales, pero resulta
aplicable al Código Procesal Penal, al no haberse modificado, sustancialmente, lo relativo a las
personas que pueden formular el reclamo a través de la acción civil, conforme ya se analizó, al
valorarse lo correspondiente a los sujetos de este proceso. Si es importante resaltar que la
posibilidad de excluir de oficio a los actores civiles, desde el inicio y de oficio, por estimarse que
carecían de legitimación activa, es una cuestión que fue eliminada en la legislación vigente. 14
Falta de Interés.
El actor civil debe demostrar su interés en actuar y al demandado civil le corresponde lo propio en
cuanto a su oposición a las pretensiones del primero. De acuerdo con Véscovi (1999, p. 69), el
interés requiere ser legítimo, directo y actual.
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Que el interés sea legítimo implica que sea lícito, es decir, conforme con el ordenamiento jurídico
vigente. La actualidad requiere que la obligación sea exigible, y no se trate de una simple
expectativa de derecho, o bien, de un hecho futuro, cuya Producción sea incierta. Finalmente, el
interés debe ser directo, es decir particular o en beneficio propio de quien lo ejerce.
Sobre este presupuesto material señala Devis (1996, p. 324):
El llamado interés para obrar... exige que el demandante tenga un interés subjetivo o particular,
concreto y actual, en las peticiones que formula en la demanda, esto es en la pretensión incoada, y
que el demandado tenga uno igual en contradecir esa pretensión. Es el complemento de la
legitimación, porque se puede ser titular del interés en el litigio y no tener interés serio y actual en
que se defina la existencia o inexistencia del derecho u obligación, como ocurriría, v. gr., cuando se
trata de una simple expectativa futura y sin efectos jurídicos.
La Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado sobre los requisitos que deben
observarse para que concurra el interés como presupuesto sustantivo del fallo:
Este interés debe reunir algunas características para ser tutelable en sede administrativa y
jurisdiccional: en primer lugar, la anulación del acto debe suponer un beneficio para el demandante,
el cual consiste en la eliminación de un acto perjudicial para él, o, al menos, serle de utilidad o
provecho. En segundo lugar, la repercusión de la anulación debe ser directa e inmediata sobre la
situación jurídica del impugnante; por ende, el interés material debe ser transformado directamente
por la anulación del acto impugnado. En tercer lugar, el interés debe ser personal, pues el beneficio
de la anulación debe ser en favor del impugnante; de tal suerte, es necesaria una repercusión
mediata o inmediata del acto administrativo en su esfera jurídica. Así, no es tutelable el
denominado interés simple, a saber, aquel referente al respeto de la legalidad en la actividad de la
administración, el cual puede corresponder a todos los ciudadanos o a grupos en particular, sin que
se concrete en un sujeto determinado. En cuarto lugar, el interés debe ser actual y cierto; por lo
tanto, debe existir en el momento de establecerse la demanda, ya sea porque se ha producido un
daño o menoscabo, o porque éstos son previsibles en un futuro, conforme con las circunstancias
normales del caso concreto. No son impugnables, de acuerdo con lo dicho, los daños simplemente
hipotéticos o remotos. El perjuicio no necesariamente debe ser de índole patrimonial, pues podrían
tutelarse intereses morales, siempre y cuando se trate de situaciones relevantes para el
ordenamiento jurídico y su quebranto sea demostrado en el proceso (No. 134-F-92. De las 14:35
horas, del 23 de setiembre de 1992. En igual sentido: 17-F-98, de las 16:00 horas, del 13 de
febrero de 1998 y 56-F- 98, de las 14:40 horas, del 29 de mayo de 1998).
Dentro de este mismo tema es importante diferenciar entre el interés y la legitimación. Sobre el
particular señala Artavia (2005, T. III, p. 138): el interés procesal consiste en la necesidad de acudir
a los tribunales para lograr la tutela del interés en litigio, mientras que la legitimación consiste en
que precisamente actúe la persona que deba actuar conforme con la ley.
El concepto de falta de interés ha sido criticado en nuestro medio, entre otros, por Coto (1957, pp.
90-91) y Artavia (2005, T III, p. 140), señalando el último que:
Una vez admitido el concepto de acción, bien como derecho abstracto o constitucional y siendo su
ejercicio la manifestación del interés actual, esencial a ese derecho, no puede hablarse de un
interés actual, sino como una duplicación inútil como señala Satta, puesto que es inconcebible, un
interés meramente procesal distinto del sustancial que tutela la acción, y cita a Redenti que
refiriéndose a la innecesariedad del concepto, con ironía lo llama "la quinta rueda del carro".
Partiendo de la base de que el interés está relacionado con la pretensión en discusión en el
proceso (aspecto sustantivo), - coincidiendo en esto con los autores Devis y Véscovi, así como con
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la jurisprudencia de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia- y no con la necesidad de
acudir al proceso (cuestión Procesal), de nuevo se insiste en que el demandado civil puede oponer
la excepción de falta de interés, la cual debe ser resuelta por el tribunal en la sentencia, e incluso
debe emitir un pronunciamiento, oficio, sobre el particular, cuando no se presente la excepción, Por
tratarse de un presupuesto sustantivo del fallo.15
3 Normativa
Constitución Política.
ARTÍCULO 42.- Un mismo juez no puede serlo en diversas instancias para la decisión de un mismo
punto. Nadie podrá ser juzgado más de una vez por el mismo hecho punible.
Se prohíbe reabrir causas penales fenecidas y juicios fallados con autoridad de cosa juzgada, salvo
cuando proceda el recurso de revisión.
Código Civil.
ARTÍCULO 871.- Las acciones civiles procedentes de delito o cuasi-delito se prescriben junto con
el delito o cuasi-delito de que proceden.
ARTÍCULO 1385.- La transacción tiene respecto de las partes de la misma eficacia y autoridad que
la cosa juzgada.17
ARTÍCULO 102.- Capacidad procesal. Tienen capacidad para ser parte quienes tengan el libre
ejercicio de sus derechos. De no ser así, actuarán en proceso mediante representación.
Las personas jurídicas actuarán por medio de sus representantes, de conformidad con la ley, sus
estatutos o la escritura social.
ARTÍCULO 104.- Parte legítima. Es aquella que alega tener una determinada relación jurídica con
la pretensión procesal.
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ARTÍCULO 105.- Sustitución procesal. Sólo en casos expresamente previstos en la ley, podrá
hacerse valer, en proceso, en nombre propio, un derecho ajeno.
ARTÍCULO 106.- Litis consorcio necesario. Cuando por disposición de la ley o por la naturaleza de
la relación jurídica material, la decisión deba hacerse en relación con varias personas, éstas
deberán demandar o ser demandadas en el mismo proceso. Si la demanda o la contrademanda no
comprende a todos los litisconsortes, el juez ordenará a la parte que, dentro del plazo de ocho días,
amplíe su demanda o contrademanda en cuanto a los que faltan, bajo el apercibimiento de dar por
terminado el proceso, en el primer supuesto, y de declarar inadmisible la contrademanda, en el
segundo.
ARTÍCULO 162.- Cosa juzgada material. Las sentencias firmes dictadas en procesos ordinarios o
abreviados, producen la autoridad y la eficacia de la cosa juzgada material. También producirán
aquellas resoluciones a las cuales la ley les confiera expresamente ese efecto.
Los efectos de la cosa juzgada material se limitan a lo resolutivo de la sentencia y no a sus
fundamentos, lo cual hace indiscutible, en otro proceso, la existencia o la no existencia de la
relación jurídica que ella declara.
No producirá cosa juzgada el pronunciamiento sobre alimentos, patria potestad, guarda, crianza y
educación de los hijos menores.
ARTÍCULO 163.- Requisitos. Para que la sentencia firme produzca cosa juzgada material en
relación con otro proceso, será necesario que en ambos casos sean iguales las partes, el objeto y
la causa.
ARTÍCULO 164.- Sentencias penales. Las sentencias firmes de los tribunales penales producen
cosa juzgada material para o contra toda persona, indistintamente y de una manera absoluta,
cuando decidan:
1) Si la persona a quien se le imputan hechos que constituyen una infracción penal, es o no el autor
de ellos.
2) Si esos hechos le son imputables desde el punto de vista de la ley penal.
3) Si ellos presentan los caracteres requeridos para la aplicación de tal o cual disposición de
aquella ley.
Los demás pronunciamientos de una sentencia dada por un tribunal penal, que no se encuentren
comprendidos en uno de los tres incisos anteriores, no producirán cosa juzgada material, ante un
tribunal civil, a menos que en el proceso penal hubiera intervenido el damnificado.
ARTÍCULO 219.- Forma y trámite. Las partes podrán hacer valer la transacción del derecho en
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litigio mediante escrito en que conste el convenio, o mediante la suscripción de un acta ante juez.
Este se limitará a examinar la concurrencia de los requisitos que exige la ley para la validez de la
transacción, y hará o no la homologación. En este último caso continuará el procedimiento.
ARTÍCULO 298.- Oposición y elenco de excepciones previas. Las excepciones previas sólo podrán
oponerse dentro de los primeros diez días del emplazamiento. Sólo son admisibles como
excepciones previas: 1) La falta de competencia. 2) La falta de capacidad o la defectuosa
representación. 3) La indebida acumulación de pretensiones. 4) El litisconsorcio necesario
incompleto. 5) El acuerdo arbitral. (Así reformado por el artículo 74 de la Ley de Resolución Alterna
de Conflictos No. 7727 de 9 de diciembre de 1997) 6) La litis pendencia. 7) La cosa juzgada. 8) La
transacción. 9) La prescripción. 10) La caducidad.
ARTÍCULO 299.- Trámite. En general, el juez podrá resolver, en cualquier tiempo, sobre su
competencia. En el caso del inciso 2) del artículo anterior, si la falta o defecto de representación se
refiriera al actor o al abogado del actor, y ello fuera evidente, el juez ordenará al actor que corrija la
falta, para lo cual le conferirá un plazo de quince días, transcurrido el cual, de oficio, se declarará la
inadmisibilidad de la demanda y se ordenará su archivo. En los demás casos las excepciones se
tramitarán por la vía incidental. El auto en el que se rechacen las excepciones será apelable en el
efecto devolutivo, y aquél en el que se acepte lo será en el suspensivo.
ARTÍCULO 303.- Definición de puntos debatidos y recurso de casación. Lo resuelto en firme sobre
excepciones previas, decidirá definitivamente los puntos debatidos. Cuando el tribunal superior
declare con lugar la excepción de incompetencia, fundada en que el negocio no es, por razón del
territorio nacional o de la materia, de conocimiento de los tribunales civiles, cabrá recurso de
casación. Si dicha excepción fuere declarada sin lugar, no cabrá recurso alguno, pero la parte
podrá solicitar nulidad ante la respectiva sala de casación, al conocer de la sentencia definitiva, en
los casos en los que contra ésta proceda el recurso de casación.
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demandado podrá oponer excepciones. En el mismo escrito de oposición el demandado deberá
oponer tanto las excepciones previas como las de fondo, y ofrecer la prueba correspondiente. De la
oposición formulada se dará audiencia por tres días al actor, quien al referirse a ella podrá proponer
su contraprueba. Sólo son oponibles las siguientes excepciones: 1) Falta de competencia. 2) Falta
de capacidad o defectuosa representación. 3) Indebida acumulación de pretensiones. 4)
Prescripción. 5) Caducidad. 6) Pago. 7) Falta de derecho. 8) Falta de legitimación. Únicamente
serán excepciones previas las de los cinco primeros incisos. Las restantes se resolverán en la
sentencia. (Interpretado por resolución de la Sala Constitucional Nº 4241-96 de 20 de agosto de
1996, en el sentido de que "el artículo 433 es constitucional en el tanto en que se interpreta que sus
restricciones no son aplicables a la excepción de cosa juzgada, por estar ésta reconocida en el
artículo 42 de la Constitución Política").18
ARTICULO 111: Constitución de parte: Para ejercer la acción resarcitoria, su titular deberá
constituirse en actor civil.
Quienes no tengan capacidad para actuar en juicio deberán ser representados o asistidos del modo
prescrito por la ley civil.
El actor civil deberá actuar con el patrocinio de un abogado y podrá hacerse representar por un
mandatario con poder especial.19
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partes tengan plena disposición y sea posible excluir la jurisdicción de los tribunales comunes.
Todo sujeto de derecho público, incluyendo el Estado, podrá someter sus controversias a arbitraje,
de conformidad con las reglas de la presente ley y el inciso 3), del artículo 27 de la Ley General de
la Administración Pública.
4 Jurisprudencia
Excepciones
En otras palabras, que una vez abierto el debate, estando constituido previamente el actor civil y el
demandado civil, este último no hizo oportunamente las oposiciones a la acción civil resarcitoria, ni
tampoco opuso excepciones al planteamiento de la acción mencionada. En este sentido se
establece que: "Al respecto ha de decirse desde ahora que las excepciones de falta de derecho y
falta de legitimación activa opuestas por la defensora y el apoderado del Estado, que ha venido
figurando como demandado, no obstante que el Tribunal puso atención a los argumentos..., se
rechazan por extemporáneas, pues no era en la discusión final cuando procedía su interposición."
(folio 285, líneas 20 a 25). Lleva razón el Tribunal de Mérito en cuanto a su criterio sobre el punto,
toda vez que en la discusión final no deben establecerse las excepciones a la acción civil sino que
las mismas deben ser planteadas luego de la apertura del debate a fin de que los juzgadores
puedan tenerlas en cuenta para su sustanciación. 21
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16
alegato de nuevo resulta extemporáneo, y la presente
resulta la competencia que corresponde a derecho, dada la renuncia tácita que la no oposición en
tiempo implicó (arts. 50 y 60 inciso A de la Ley Reguladora)." 22
Excepción de Prescripción.
“La prescripción extintiva, también denominada negativa o liberatoria, es una institución creada
para tutelar el orden social y la seguridad en las relaciones jurídicas. El ejercicio oportuno de las
acciones y los derechos, está asistido de un interés social. La postergación indefinida acarrea duda
y zozobra en los individuos y amenaza la estabilidad patrimonial. El instituto pretende eliminar las
situaciones de incerteza, producidas por el transcurso del tiempo, en relaciones jurídicas. Para su
aplicación se requieren tres elementos: a) el transcurso del tiempo previsto por la ley, b) la falta de
ejercicio por parte del titular del derecho y c) la voluntad del favorecido por la prescripción de hacer
valer, por medio acción o excepción... La justicia no puede operar en medio de situaciones de
incertidumbre e inestabilidad. Es por ello que la seguridad se tutela junto con la justicia, como valor
esencial del derecho.”23
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17
1 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. (2007). La Acción Civil Resarcitoria en el Proceso Penal
Costarricense. Editor Colegio de Abogados de Costa Rica. San José, Costa Rica. P 155,
2 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 158-159.
3 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 162-163.
4 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 164.
5 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 164-165.
6 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 166.
7 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 168.
8 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 169-170.
9 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 172.
10 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 174-175.
11 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 175,
12 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. P 187,
13 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 191-192.
14 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 192-197.
15 SANABRIA ROJAS, Rafael Ángel. op cit supra nota 1. Pp 197-199.
16 ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE.- Constitución Política del siete de noviembre de 1949.
Fecha de vigencia desde 08/11/1949. Versión de la norma 15 de 15 del 22/03/2012. Datos de la
Publicación: Colección de leyes y decretos: Año: 1949. Semestre 2 Tomo 2. Página: 724.
17 ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 63 del veintiocho de setiembre de 1887. Código Civil. Fecha
de vigencia desde 01/01/1888. Versión de la norma 10 de 10 del 26/09/2011
18 ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 7130 del dieciséis de agosto de 1989. Código Procesal Civil. Fecha de
vigencia desde 03/11/1989. Versión de la norma 9 de 9 del 04/12/2008. Datos de la Publicación Gaceta
número 208 del 03/11/1989. Alcance: 35.
19 ASAMBLEA LEGISLATIVA.- Ley 7594 del diez de abril de 1996. Código Procesal Penal. Fecha de
vigencia desde 01/01/1998. Versión de la norma 15 de 15 del 14/03/2012. Datos de la Publicación
Gaceta número 106 del 04/06/1996. Alcance: 31.
20 ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 7727 del nueve de diciembre de 1997. Ley Alterna de Conflictos y
Promoción de la Paz Social “RAC”. Fecha de vigencia desde 14/01/1998. Versión de la norma 2 de 2.
del 09/12/1997. Datos de la Publicación Gaceta 9 del 14/01/1998.
21 SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 596 de las nueve horas con diez
minutos del once de diciembre de mil novecientos noventa y dos. Expediente: 92-000458-0006-PE.
22 SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 107 de las catroce horas con
quince minutos del veintitrés de junio de mil novecientos noventa y cinco. Expediente 95-000107-0004-
CC.
23 SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 543 de las once horas con veintiun
minutos del 3 de noviembre de dos mil tres. Expediente: 98-100440-0291-CI.