La Dimension Humana en El Espacio Publico
La Dimension Humana en El Espacio Publico
La Dimension Humana en El Espacio Publico
TAREA SESION 2
JANETH ZARCO MARTINEZ
Los rasgos geomorfológicos del país - la gran cadena montañosa de Los Andes, la
depresión intermedia, la cordillera de la costa, y las planicies costeras - y las
variaciones climáticas impuestas por la gama de latitudes a lo largo de las cuales
se extiende su territorio generan la profunda diferenciación y caracterización de los
paisajes y los ecosistemas de Chile: los desiertos, los matorrales, las estepas, los
bosques, y los glaciares Patagónicos.
A lo largo de los siglos, las sociedades han ido modelando estos pasajes para
satisfacer sus necesidades y deseos. Y si bien el territorio urbano, cada vez más
extenso, ha sido un importante motor de desarrollo económico para la gente de
Chile, ha ido apagando poco a poco la magnífica riqueza ecológica de su entorno.
Los espacios públicos de nuestras ciudades pueden y deben ser oportunidades
para restaurar y reconectar entre sí los ecosistemas que en esos territorios antes
se gestaban y devolver a los habitantes sus riquezas: el canto de las aves, el
murmurar de la brisa entre los árboles, la tenacidad de la luz, los colores y aromas
de las flores.
Actualmente diversos esfuerzos están siendo orientados hacia una mayor
diversificación económica para lograr apaciguar la alta dependencia económica en
los recursos naturales, y están apuntando a una mayor participación de
actividades económicas basadas en el conocimiento, lo que nos exige
preguntarnos sobre las características de los nuevos bienes y servicios que se
esperan que entreguen las ciudades, y entre ellos sus espacios públicos,
vinculando nuevos mecanismos de gobernanza público-privada, como también
propiciando condiciones para la construcción de ecosistemas urbanos
innovadores, atracción de talentos y capital humano avanzado. Para eso,
necesitamos espacios públicos que sean flexibles e integradores para adecuarse a
estas nuevas demandas.
Si entendemos un lugar como la unión indivisible entre el espacio y la vida, y la
ciudad como un sistema de lugares donde la vida y la infraestructura se
entrelazan, la calle es el lugar urbano primario. La calle es el andamiaje de la vida
pública de la ciudad. Como estructura, la calle direcciona vectores de movimiento,
de vida y de infraestructura que establecen límites espaciales claros, pero
ambiguos y cambiantes en términos de uso, entre el ámbito público y el privado.
Esta condición de frontera de la calle es clave para entender su funcionamiento: la
calle es un límite entre lo público y lo privado, pero es también un umbral que crea
sinergias e intercambios entre ambas esferas.
El pasaje es una de las tipologías más comunes en Chile, sin embargo, es
también una de las más entrañables. Su escala humana y su estructura, hacen del
pasaje uno de los lugares primordiales de la vida de barrio y el espacio de juego
por excelencia. Sus bordes se configuran con los antejardines de las viviendas,
creando una gradiente de niveles de privacidad entre el ámbito público y el
espacio privado. Tanto las viviendas como el pasaje se benefician mutuamente de
las interacciones y flujos transversales que permean entre el interior y el exterior,
aumentando los ojos en la calle y la percepción de seguridad.