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El Arrebatamiento

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EL ARREBATAMIENTO 

DE LA IGLESIA

Esta teoría sostiene que los verdaderos cristianos serán arrebatados antes, en
medio de o después de la Tribulación, dependiendo de la verdadera conversión a la fe.
Por lo tanto, el rapto de un creyente se determina por el tiempo de su conversión
durante la Tribulación.

1. (ADOPTADA POR EL PRESBITERIO GENERAL EN SESIÓN EL 14 DE AGOSTO


DEL 1979)

Incluida en la sección “La esperanza bienaventurada” en la Declaración de


Verdades Fundamentales de las Asambleas de Dios, es la declaración siguiente:

“La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento junto con
los que estén vivos a la venida del Señor es la esperanza inminente y
bienaventurada de la Iglesia (1 Tesalonicenses 4:16,17; Romanos 8:23; Tito 2:13; 1
Corintios 15:51,52).”

1.JESÚS ENSEÑÓ QUE ÉL


REGRESARÍA
Jesús enseñó que Él regresaría a la tierra. Él cuidadosamente advertió a sus
discípulos que necesitaban estar constantemente preparados para esto (Mateo
24:42-51; 25:1-13; Marcos 13:37; Lucas 12:37).

Ellos entendieron que la era actual terminará con su venida (Mateo 24:3). La
garantía de su venida era una de las verdades con las que Él consoló a sus
seguidores antes de su muerte (Juan 14:2,3).

En el momento de la ascensión de Cristo, dos ángeles vinieron al grupo de los


discípulos que estaban reunidos para repetir la promesa de que Él regresaría. Ellos
declararon que Él vendría de la misma manera que se había ido (Hechos 1:11). Esto
claramente significa que su segunda venida será literal, física, y visible.

2.LAS EPÍSTOLAS ENSEÑAN QUE


JESÚS REGRESARÁ
Las epístolas del Nuevo Testamento se refieren frecuentemente a la segunda
venida, y a través de los pasajes de las Escrituras que tratan de este tema recurre
la idea de la inminencia. Aunque habrá un período de tiempo entre la primera y la
segunda venida (Lucas 19:11), todas las enseñanzas acerca del regreso del Señor
enfatizan que acontecerá repentinamente y sin previo aviso; que los creyentes
deben estar siempre en un estado de preparación continua (Filipenses 4:5;
Hebreos 10:37; Santiago 5:8,9; Apocalipsis 22:10).

Los creyentes en los primeros días de la Iglesia vivían en un estado de expectación


(1 Corintios 1:7; 1 Tesalonicenses 1:9,10). Cuando Pablo usa la forma “nosotros”
en 1 Corintios 15:51 y 1 Tesalonicenses 4:17 muestra que él tenía la esperanza de
que todavía estaría vivo cuando Jesús regresara.

3.EL RAPTO DE LOS CREYENTES


Una comparación de los pasajes de las Escrituras relacionados con la segunda
venida muestra que algunos hablan de un acontecimiento visible a toda la
humanidad que implica el juicio de los pecadores. Otros describen una venida
conocida solo por los creyentes y que resulta en su redención de la tierra.

La segunda es conocida por los evangélicos como “el rapto” (o arrebatamiento).


Esta palabra no se encuentra en la Biblia, pero ha sido usada tanto que una de las
definiciones para la palabra en inglés en el Webster’s Third New International
Dictionary Unabridged, es: “Cuando Cristo levanta a su verdadera iglesia y a sus
miembros a un reino más allá de la tierra donde todos disfrutarán de felicidad
celestial con su Señor”. La palabra raptar se podría usar para traducir la palabra
“arrebatados” de 1 Tesalonicenses 4:17. Jesús dijo que su venida resultaría en
situaciones donde un individuo sería llevado de un lugar mientras el otro individuo
sería dejado. Esto indica un traslado repentino de los creyentes de la tierra,
mientras los no creyentes quedan aquí para enfrentar la tribulación (Mateo 24:36-
42).

Jesús describió su venida como algo que ocurriría en un tiempo en que las
naciones de la tierra se lamentarían cuando lo vieran llegar (Mateo 24:30). El
apóstol Pablo describe el regreso del Señor como un tiempo de juicio e ira para los
impíos (2 Tesalonicenses 1:7-10).

En 1 Tesalonicenses 4:13-18, él considera un aspecto diferente de la segunda


venida. Este breve pasaje es la enseñanza más directa y clara sobre el rapto en el
Nuevo Testamento. Sólo habla de los creyentes, tantos vivos como muertos. No
dice que los injustos verán a Cristo en ese momento. Pablo describe la venida de
Jesús en el aire, pero no dice nada de que sus pies tocarán la tierra, como dice otro
pasaje que acontecerá en su venida (Zacarías 14:4). Es el momento cuando se
cumplirá 1 Juan 3:2, y seremos como Él.

La misma palabra griega usada en 1 Tesalonicenses 4:17 para decir “arrebatado”


se usa en Hechos 8:39 para describir cuando Felipe fue “arrebatado” después de
bautizar al etíope. El segundo versículo dice que el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe–identificando el origen del poder que llevará a los creyentes de la tierra en
el rapto.
En 2 Tesalonicenses 2:1 Pablo llama el rapto “nuestra reunión con él.” La palabra
griega aquí traducida “reunión” es la misma palabra traducida como
“congregarnos” en Hebreos 10:25, refiriéndose a la congregación de los cristianos
para alabar. Es la imagen de los santos congregándose alrededor de Cristo cuando
venga por ellos.

El arrebatamiento sobrenatural de individuos piadosos de la tierra no es algo


desconocido en las Escrituras. El suceso destacado en la vida de Enoc fue su
desaparición milagrosa de la tierra después de caminar con Dios (Génesis 5:21-24).
El autor de Hebreos llamó esa experiencia un traspaso, evitando la muerte
(Hebreos 11:5).

Aunque algunos aspectos del traspaso de Elías fueron distintos del de Enoc,
también implicó un arrebatamiento repentino de un creyente del mundo sin
experimentar la muerte (2 Reyes 2:1-13).

Primera de Corintios 15:51-54 trata del mismo acontecimiento que 1


Tesalonicenses 4:13-18. Aquí también Pablo trata de los cambios que se
producirán tanto en los creyentes vivos como en los creyentes muertos durante el
rapto. Lo llama un misterio (1 Corintios 15:51), una verdad que antes no era
conocida pero que ahora le fue revelada por el Espíritu Santo.

En Filipenses 3:21 Pablo relaciona la venida del Señor con el tiempo cuando “el
cuerpo de la humillación nuestra” será cambiado–otra referencia al rapto.

Los pasajes que corresponden al rapto describen la venida del Señor por su


pueblo. Los pasajes que se refieren a la revelación de Cristo describen la venida
del Señor con sus santos. Colosenses 3:4 trata de los creyentes que
aparecerán con Cristo en su venida. Judas 14 también prevé la venida del
Señor con su pueblo para ejecutar el juicio que muchos otros pasajes mencionan
en relación con su venida pública.

Porque las Escrituras no se contradicen, parece razonable concluir que los pasajes
que describen la venida de Cristo por los santos y con los santos indican dos fases
de su venida. Nosotros creemos que es bíblico suponer que el intervalo entre los
dos es el tiempo cuando el mundo experimentará la gran tribulación, implicando el
reino del Anticristo y el derramamiento de la ira de Dios sobre los injustos (Daniel
12:1,2, 10-13; Mateo 24:15-31; 2 Tesalonicenses 2:1-12).

4.LOS CREYENTES Y LA GRAN


TRIBULACIÓN
Aunque el pueblo de Dios quizá sufra muchas aflicciones antes de la venida del
Señor, la iglesia será raptada antes del período llamado la Gran Tribulación.
En 2 Tesalonicenses 2 Pablo indica que ciertas cosas tienen que acontecer antes de
que el día del Señor (que es parte de la gran tribulación) pudiera empezar. Un
individuo llamado “el hombre de pecado” (anticristo) aparecerá. El misterio de
injusticia ha estado operando desde el tiempo de Pablo, pero está siendo
restringido por el poder del Espíritu que obra por medio de la iglesia verdadera.
Sólo cuando la iglesia sea llevada de la tierra por el rapto, este hombre podrá
aparecer públicamente.

En 1 Tesalonicenses 5, siguiendo el pasaje del rapto en el capítulo 4, Pablo enseña


acerca del Día del Señor. Él advierte de la destrucción que éste traerá sobre los
injustos (vv. 2, 3). Pero en seguida aseguró a los cristianos que los que son de
Cristo no serán vencidos (v. 4).

Todavía hablando del día del Señor, Pablo escribe: “Porque no nos ha puesto Dios
para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (v. 9).
Parece claro que él está indicando aquí la liberación de los creyentes de los juicios
del día del Señor, incluida la gran tribulación.

En el Nuevo Testamento los cristianos son repetidamente exhortados a velar en


vista de la venida del Señor. Nunca se les enseña velar por la gran tribulación ni
por la llegada del Anticristo. Esperar que tales cosas tengan que suceder antes del
rapto destruye el sentido de inminencia que respecto a la segunda venida de
Cristo aparece en todo el Nuevo Testamento.

Los creyentes reciben las instrucciones de que tienen que “esperar de los cielos a
su Hijo,” no la gran tribulación (1 Tesalonicenses 1:10). Cuando las señales del fin
de la era son evidentes, deben erguirse y levantar su cabeza en expectación de su
redención, no de la gran tribulación (Lucas 21:28).

Las señales de la venida del Señor se manifestarán antes de su llegada pública,


pero no tienen que ser cumplidas antes del rapto. Cualquier enseñanza que ciertos
hechos tienen que acontecer antes del rapto no está en armonía con la doctrina de
inminencia.

Es consecuente con los tratos de Dios con su pueblo en el Antiguo Testamento


creer que la iglesia será llevada del mundo antes de la gran tribulación. Dios no
mandó el diluvio hasta que Noé y su familia estuvieron seguros dentro del arca. No
destruyó a Sodoma hasta que Lot salió. La Biblia refiere de un rapto que es pre-
tribulación. En todas las enseñanzas de la segunda venida en el Nuevo Testamento
la inminencia se enfatiza. Interponer otros sucesos antes del rapto viola tales
enseñanzas.

Mientras los cristianos esperan con alegría la venida del Señor, es bueno
recordarles las palabras de Pablo a Tito: “Porque la gracia de Dios se ha
manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando
a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio,
celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14).

EL TEXTO BÍBLICO HA SIDO TOMADO DE LA VERSIÓN REINA-VALERA Ó1960


SOCIEDADES BÍBLICAS EN AMÉRICA LATINA; Ó RENOVADO 1988 SOCIEDADES
BÍBLICAS UNIDAS. UTILIZADO CON PERMISO.

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