Como Tener Una Vida Plena
Como Tener Una Vida Plena
Como Tener Una Vida Plena
Prólogo...................................................................................... 7
Cuanto más vivo, más me doy cuenta del impacto que tienen las actitudes
sobre la vida. Para mí, la actitud es más importante que los hechos. Es más
importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias,
que los fracasos, que la apariencia, que los talentos y las habilidades. Construyen
o destruyen una empresa… una iglesia… un hogar. Lo notable del asunto es que
cada día tenemos el poder de decidir qué actitud acogeremos a lo largo del día.
No podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es tocar la única
cuerda que tenemos. Estoy convencido de que la vida es un 10 por 100 lo que
me ocurre y un 90 por 100 cómo reacciono ante ello. Y es así para ti también…
estamos al mando de nuestras actitudes.
Dale Carnegie
¡Tener una vida plena! ¿Quién no querría sacar más provecho de los
años que vivimos en la tierra? Pasamos un tercio de nuestras vidas
durmiendo, por lo menos un tercio trabajando o cuidando a nues-
tras familias y, si somos afortunados, el tercio restante en actividades
recreativas, culturales o religiosas o simplemente no haciendo nada.
Demasiadas personas tienen una existencia aburrida y monótona
y un trabajo poco gratificante, y emplean el tiempo libre del que
disponen en actividades poco provechosas.
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En este libro hablaremos acerca de los motivos que nos llevan a
caer en estas trampas y proporcionaré algunas pistas para ayudar a
superar los problemas y avanzar hacia una vida mejor, más produc-
tiva y más satisfactoria.
Entusiasmo
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El entusiasmo es el ingrediente secreto del éxito de la mayoría
de personas que han triunfado, así como también un generador de
felicidad en aquellas personas que lo poseen.
El entusiasmo influye en las actitudes de una persona hacia los
demás, hacia su trabajo y hacia el mundo. Marca una gran diferen-
cia entre una vida monótona y una vida plena.
Imagen
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ducta sociable, alegre, optimista y positiva; una imagen que se ga-
nará la aprobación de los hombres y las mujeres con quienes nos re-
lacionamos. Aprenderemos cómo dar una primera buena impresión
y a mantener y mejorar esta imagen.
Ser positivos
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Ser valientes
Levantarse
Primero debe leerse todo para absorber los conceptos globales. Lue-
go, releer cada capítulo y empezar a aplicar las directrices para sacar
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provecho de todas las áreas comprendidas. De este modo, nos situa-
remos en el camino para tener una vida plena; un gran paso hacia
delante en el camino del éxito.
ARTHUR R. PELL
Doctor en Filosofía y editor
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Capítulo 1
¡Cree en ti mismo! ¡Ten fe en tus capacidades! Sin una confianza humilde pero
razonable en tus propios poderes, no podrás tener éxito ni ser feliz.
Dale Carnegie
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un simple fracasado, condenado a permanecer toda la vida en el
extremo inferior del espectro.
Hay momentos en los que cualquiera de nosotros podemos du-
dar de nuestras capacidades y habilidades y ver cómo la confianza
en nosotros mismos cae en picado. Para empeorar las cosas, recal-
camos y hacemos hincapié en lo que los demás piensan de nosotros
para determinar cómo nos sentimos acerca de nuestras capacidades
y de nosotros mismos. Este pensamiento puede llevarnos a evitar
correr riesgos por el temor a fracasar, y este tipo de refuerzo puede
provocar que nos menospreciemos, que pasemos por alto las retroa-
limentaciones positivas y que nos suscribamos a suposiciones perju-
diciales que perpetúan patrones de pensamiento contraproducentes
y una actitud negativa.
La confianza en uno mismo es una parte integrante de la autoes-
tima. Antes de poder tener confianza en las decisiones que toma-
mos, debemos creer en nosotros mismos. Debemos sentir verdade-
ramente que valemos. Si no tenemos autoestima, ¿cómo podemos
confiar en que nuestras decisiones valen la pena?
Demasiadas veces estamos más preocupados por lo que los de-
más piensan de nosotros que por lo que pensamos nosotros mismos.
William Becker, clérigo y escritor de mediados del siglo XX, advirtió
a sus lectores: «Que nunca os importe lo que las “personas” piensen
de vosotros. Pueden sobreestimaros o subestimaros. Hasta que no
descubran vuestro verdadero valor, vuestro éxito depende principal-
mente de lo que pensáis de vosotros mismos y de si creéis en voso-
tros. Uno puede tener éxito aunque nadie crea en ello, pero nunca
puede triunfar si no cree en sí mismo».
El gran filósofo griego Epícteto dijo: «Nadie es libre si no es
dueño de sí mismo». A menos que tengamos confianza en nuestras
capacidades y fe en nuestra determinación para tener éxito, nunca
empezaremos siquiera el camino que nos lleva a la consecución de
nuestros objetivos. Debemos esperar grandes logros de nosotros.
Esta fe saca lo mejor de nosotros. Como afirma el antiguo dicho:
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«La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte o más rápido;
tarde o temprano, aquel que la gana
es aquel que CREE poder hacerlo.»
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de su jefe acerca de su sugerencia. Un fracaso le hizo sentir: «Soy
un completo fracaso cuando mi actuación no es perfecta».
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>Ê«ÀÊÌ`>ÃÊ>ÃÊiõÕ>ÃÊ
y se espera que ocurran. Por ejemplo, un único detalle negativo,
una crítica o un comentario rápido eclipsan toda la realidad. «He
arruinado esta presentación y ahora nunca me ascenderán.»
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tanto como las malas. Ésta fue la reacción de Eliot. «Sé que tuve
el mejor registro de ventas el último trimestre, pero fue simple-
mente suerte. Ahora soy de nuevo mi verdadero yo. Este trimes-
tre sólo estoy cubriendo la cuota.»
UÊ v>ÃÃÊiÝViÃÛÊiÊ>ÃÊvÀ>ÃiÃÊ`iÊÌ«Ê`iLiÀ>°Ê>ÃÊvÀ>ÃiÃÊ`iÊÌ«Ê
«debería» están hechas para empujarnos al escenario perfecto,
pero deben ir acompañadas de un pensamiento realista que esta-
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blezca el «Tal como Son». Una vez establecido, podemos planear
cómo ir de donde estamos al «debería ser». Muchas veces sim-
plemente observamos dónde estamos y nos quedamos inmóviles
de miedo al ver que no estamos cerca de donde deberíamos. En
lugar de ello, en este momento deberíamos detenernos, observar
y escuchar para poder seguir el camino.
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rrollamos un entorno en el que nos sentimos cómodos. En la
familia de Sally, su padre tomaba todas las decisiones. Decía a sus
hijos que podían ser vistos, pero no oídos. Hoy, como persona
adulta, esposa, madre y trabajadora, se siente incómoda cuando
tiene que tomar decisiones. Charlie estuvo muchos años traba-
jando de oficial administrativo no comisionado en el Ejército de
Estados Unidos. Estudiaba y seguía las reglas del Ejército reli-
giosamente. En su primer empleo civil después de su jubilación,
no pudo trabajar eficientemente porque no su empresa no tenía
reglas escritas equivalentes que pudieran guiarlo.
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Estrategias para desarrollar confianza en uno mismo
Autoaceptación
La autoaceptación surge de nuestra capacidad para aceptarnos como
seres humanos al mismo tiempo que nos centramos en nuestros as-
pectos positivos –nuestras cualidades, fortalezas y rasgos– que nos
hacen ser como somos. Cuando nuestro punto de mira se halla en
estas áreas de nuestra imagen, influimos positivamente sobre nues-
tra confianza en nosotros y nuestra autoestima. Es muy común que
las personas se centren en sus debilidades en lugar de sus fortalezas,
y así hacen más daño que bien. Debemos ayudarnos a nosotros y a
los demás a centrarnos en los aspectos positivos.
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expresaba su agradecimiento por haberla ayudado a encontrar su
«casa ideal». Henrietta se la enseñó orgullosamente a todos los tra-
bajadores de su oficina. Su jefe le aconsejó que creara un archivo en
el que poder colocar esta carta y las demás que consiguiera con el
tiempo. Dijo: «Será tu “Archivo de Logros”. Estas cartas te animarán
cuando las cosas no vayan bien. Nos muestran que lo que hicimos
con anterioridad lo podemos hacer de nuevo».
Henrietta siguió su consejo, pero como no todos los triunfos
iban acompañados de una carta, añadió un «Registro de Logros»,
en el que enumeró sus logros importantes: el cierre de una venta
difícil, la obtención de los derechos de las primeras ventas de casas
nuevas de una importante empresa de construcción, la consecución
del mayor número de ventas del mes en la oficina, etc.
Todos pasamos por períodos bajos y depresiones, y Henrietta no
era una excepción. Cuando fracasaba una venta que estaba a punto
de firmarse, cuando se enfrentaba a un período de escasez o cuando
simplemente se sentía deprimida, abría su «Archivo de Logros» y releía
aquellas cartas y revisaba los apuntes de su registro. Esta acción le devol-
vía confianza en sí misma y la motivaba para regresar a su verdadero yo.
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de lo único de lo que tenemos un control supremo todo el tiempo:
nuestro pensamiento. En otras palabas, debemos psicoanalizarnos
para restaurar la confianza en nosotros mismos.
Después de que Henrietta revisara su archivo de logros, creó un
diálogo interior basado en la evidencia de ese archivo. Se lo repitió
una y otra vez a sí misma y, del mismo modo que los entrenadores
motivan a sus equipos, ella se motivó a sí misma para renovar sus
logros.
k
Hablarse a uno mismo cada hora del día puede convertir sus pensamientos
en pensamientos de valentía y felicidad, en pensamientos de poder y paz.
Hablarse a uno mismo de las cosas por las que tiene que estar agradecido
puede llenar su mente de pensamientos de júbilo y alegría.
Dale Carnegie
l
Saber qué queremos y cómo podemos conseguirlo
1. Concentrarse en el objetivo que queremos lograr. No es sufi-
ciente con el mero hecho de decir: «Quiero un buen trabajo».
Debemos definirlo. «Quiero trabajar de investigador de marke-
ting con la oportunidad de demostrar que puedo ascender a la
dirección.»
2. Crear un plan definido para cumplir nuestro deseo, y llevar en se-
guida este plan a la acción, tanto si estamos preparados como si no.
3. Escribir una declaración clara y concisa de nuestro objetivo y de
lo que vamos a hacer para lograrlo.
4. Leer esta declaración escrita en voz alta, dos veces al día, una de
ellas justo antes de dormir y la otra después de levantarnos por
la mañana. A medida que leemos debemos ver, sentir y creer
que ya estamos logrando el objetivo.
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Las personas con confianza en sí mismas corren riesgos
Debemos considerar las nuevas experiencias como oportunidades
para aprender en lugar de desafíos que se pueden ganar o perder. Así
podemos abrirnos a nuevas posibilidades y aumentar nuestra acep-
tación. No hacerlo convierte toda posibilidad en una oportunidad
para fracasar e inhibe el crecimiento personal.
Algunas personas nunca corren riesgos. Siempre van a lo seguro. Lo
más probable es que siempre sean simplemente actores regulares y me-
diocres. Nunca conseguirán verdaderos logros. Al no considerar la po-
sibilidad de que lo que respaldan podría no funcionar, evitan la «agonía
de la derrota», pero nunca experimentan «la emoción de la victoria».
k
Arriésgate. Toda la vida es un riesgo. La persona que llega más
lejos es generalmente la que está dispuesta a irse y se atreve a hacerlo.
El barco «seguro» nunca se aleja de la orilla.
Dale Carnegie
l
La tortuga es una fortaleza con vida. Su imperioso caparazón la pro-
tege de todo tipo de daños. Sin embargo, si la tortuga quiere mo-
verse, debe sacar la cabeza y el cuello del caparazón, exponiéndose
así a los peligros del entorno. Como la tortuga, si queremos avanzar
no podemos envolvernos con una protección perfecta. Debemos
jugárnosla para progresar.
Arriesgarse no significa que uno deba ser temerario. Las personas
razonables corren riesgos razonables, pero por definición, correr un
riesgo puede salir mal. Los ejecutivos de empresas importantes co-
rren riesgos con cada decisión que toman. Sin embargo, maximizan
su probabilidad de tener éxito investigando y analizando antes de
tomar la decisión. Pero cuando debe tomarse finalmente la decisión,
el ejecutivo debe estar dispuesto a arriesgar la posible pérdida de di-
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nero, de tiempo, de energía y de emociones. Sin arriesgarse no hay
posibilidades de ganar.
Es el final de la novena entrada. Los Red Sox ganan a los Yankees
por 2 a 1. Los dos primeros bateadores pierden su turno por no
conectar con la pelota. Dave Winfield, el mejor bateador de los
Yankees, está listo para batear. La pelota viene directamente por la
base. ¡Zas! Un golpe limpio. Winfield corre a la primera base. La
alcanza fácilmente. ¿Debería intentar ir a la segunda? En cuestión de
microsegundos, Dave debe decidir si debería ir a lo seguro o correr
el riesgo de intentar alcanzar la segunda base, que lo colocaría en
posición de anotar. Si fracasa, termina el partido, pero si se arriesga
aumenta la posibilidad de convertir una derrota en una victoria.
Winfield es de los que se arriesgan y si hay una oportunidad para
mejorar en vez de empatar, intenta un doble. Los campeones tienen
confianza en sí mismos. En la vida, al igual que en los deportes, co-
rrerán riesgos. Esto es lo que los convierte en campeones.
En su libro Cómo dejar de preocuparse y empezar a vivir, Dale
Carnegie aconseja que cuando uno se enfrenta a problemas: «Se
pregunte: “¿Qué es lo peor que me podría ocurrir? Prepárate para
aceptar lo peor; intenta mejorar lo peor».
Estos principios pueden utilizarse para determinar si se procede
o no a correr el riesgo de adoptar un enfoque innovador, radical o
simplemente distinto.
Gil Baker no había sido capaz de conseguir una cita con Stan
Green, el gerente de compras de un cliente potencial. Le había lla-
mado, escrito cartas e incluso se había sentado a esperarlo en las es-
caleras de su domicilio. Sus compañeros le habían aconsejado que se
olvidara de Green y empleara sus energías y tiempo en buscar otros
compradores. Pero Gil era testarudo. «Debe de haber alguna forma
de conseguir la atención de Green.» Supo que Green iba a dar una
conferencia en un taller industrial. «Si voy al taller –pensó Gil– me
puedo acercar a él después de su charla, hacerle algunas preguntas y
luego identificarme, para que al fin sepa quién soy.»
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Su gerente de ventas y compañeros de trabajo se lo desaconseja-
ron. «Se pondrá tan furioso que nunca le volverá a dirigir la palabra
a nadie de esta empresa.»
Gil respondió aplicando los principios de Dale Carnegie. «¿Qué
es lo peor que me podría ocurrir? Que no haga negocios con no-
sotros. Esta posibilidad no es tan mala porque ahora tampoco está
haciendo negocios con nosotros, por lo que no tenemos nada que
perder.»
«Prepárate para aceptar lo peor: si no le causo una buena im-
presión en la reunión, dejaré de trabajar en este asunto. Trata de
mejorar lo peor: si planeo cuidadosamente las preguntas, puedo de-
mostrar que tengo un verdadero conocimiento de su empresa y esto
puede superar su reticencia a verme.»
Al arriesgarse, Gil logró una posibilidad «inalcanzable» y abrió
una cuenta muy rentable para su empresa.
Existe una diferencia entre ser una persona asertiva y con confianza
en sí misma y ser una persona arbitraria y agresiva. La mayoría de
nosotros apreciamos la audacia y la confianza siempre que no su-
ponga falta de sensibilidad. Muchas de las historias de éxitos perso-
nales y empresariales que conocemos son el resultado de la presión
asertiva de un individuo o de un grupo de individuos. Sin embargo,
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parece haber muchas ideas erróneas sobre la asertividad y la agre-
sividad o la pasividad. El comportamiento asertivo se ha definido
como: «… defenderse a uno mismo de un modo tal que no viola los
derechos fundamentales de otra persona».
El origen de la diferencia entre la asertividad y la agresividad es,
en la mayoría de los casos, un asunto relacionado con la autoesti-
ma. Los principios de Dale Carnegie sobre las relaciones humanas
encuentran el equilibrio. En lugar de «pisar a los demás» o que «los
demás te pisen», proporciona una forma de «pisar con los demás»
para lograr una ganancia o ganar un resultado. La comunicación
asertiva es una forma de abordar las relaciones humanas combinan-
do fuerza y sensibilidad.
La tabla siguiente (Figura 1) ilustra la diferencia entre un aborda-
je asertivo y con confianza en uno mismo y uno agresivo:
A menudo manifiesta
Necesita tener una A menudo manifiesta
la agresividad como
buena imagen de sí pasividad como resultado
resultado de una baja
mismo de una baja autoestima
autoestima
Directo hasta
Directo, honesto, buena Indirecto y a menudo
el punto de ser
comunicación deshonesto
inapropiado
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Agresivo Asertivo Pasivo
Puede desagradar y
Normalmente respetado A menudo agrada a los
no ser respetado por
por los demás demás, pero no siempre
los demás
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Harvey Mackey, fundador y director de Mackey Envelope Co. y
autor de muchos libros sobre autosuperación, dijo en una entrevista
en Personal Excellence:
«Finalmente, es importante proporcionar a los demás la sensa-
ción de que son importantes. En un entorno hostil, todos se sien-
ten víctimas. En uno afectuoso, las personas sienten que tienen el
mismo valor; tal vez no el mismo poder, pero sí la misma valía. El
trabajador de una cadena de montaje tal vez no sea capaz de cum-
plir sus deseos del mismo modo que un alto ejecutivo, pero ambos
tienen el mismo derecho a ser escuchados, del mismo modo que el
hijo menor dispone del mismo tiempo para hablar durante la cena.
»Todo esto se concreta en un mensaje alto y claro. Eres especial y
los demás nos preocupamos por ti. Para que tu hijo y tu empleado
tengan éxito individualmente y su familia y la empresa prosperen,
cada uno debe preocuparse del otro.»
Lo más importante
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de nosotros mismos. No vernos nunca como personas débiles,
ineptas y enfermas, sino como personas perfectas, completas,
plenas.
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fracasado o parcialmente fracasado.
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do y que vamos a ocuparlo.
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mitir, ni siquiera por nuestra manera de ser, que estamos desti-
nados a realizar pocos logros a lo largo de nuestra vida. Si prac-
ticamos y mantenemos un pensamiento positivo, productivo y
opulento, esta actitud mental algún día nos hará un hueco y
creará lo que deseamos.
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UÊ >`>ÊÛi`À?Ê
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es mental. Los pensamientos son fuerzas, y con ellos creamos
nuestras condiciones y a nosotros mismos. Estas pequeñas fuer-
zas están constantemente cincelándose, moldeando el carácter,
configurando la vida. No podemos escapar de nuestro pensa-
miento. Debemos ser como él.
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temente. Se nutre con palabras, acciones, actitudes y experien-
cias, y la mantenemos con nuestra propia dedicación.
UÊ *iÀÊiÊ«À?VÌV>Ê>ÊÃÕÃÌÌÕVÊ`iÊiÃ>ÃÊ«>>LÀ>ÃÊi}>ÌÛ>ÃʵÕiÊ
nos decimos a nosotros mismos por palabras positivas. En lugar
de palabras de desesperación, palabras de esperanza; en lugar de
palabras de fracaso, palabras de éxito; en lugar de palabras de de-
rrota, palabras de victoria; en lugar de palabras de preocupación,
palabras de estimulación; en lugar de palabras de apatía, palabras
de entusiasmo; en lugar de palabras de odio, palabras de amor,
palabras de autoestima.
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