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Trabajo Finalpsiclogia Escolar Marta

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Nombres:

Leimin del Carmen Hernández Checo.

Marta Betances.

Matricula:

Mo-14-20049.

Mo-19-20076.

Maestra:

Emelin Sánchez:

Tema:

Manejo de disciplina positiva en el aula.

Asignatura:

Psicologia escolar.

Moca, Espaillat

3/12/2021
Introducción.

En este presente trabajo estaremos hablando sobre un tema muy


importante, que es, el manejo de la disciplina en aula.
Esta disciplina no es mas y nada menos que una metodología educativa
basada en el respeto mutuo, la conexión y las relaciones horizontales entre
adultos y niños.
En esta disciplina positiva, es una manera de relacionarnos con los
niños, haciendo uso del respeto pero sin perder la firmeza.
Manejo de disciplina positiva en el aula

La disciplina positiva en el aula es una metodología pedagógica orientada


a educar, enseñar y guiar a los alumnos desde el punto de vista de la
comprensión y la empatía. Supone un cambio de paradigma importante en
el mundo de la educación, ya que se deja de lado el trato igual para todos
para pasar a uno individualizado, ajustado a las necesidades de cada niño.
Asimismo, pone en tela de juicio la imposición de castigos como medio
para obtener una conducta adecuada.

Así pues, este método se basa en el respeto y la individualidad de cada


alumno, de tal forma que se pone en el escalafón más alto la parte
emocional, sus sentimientos.

Es evidente que no todos poseen las mismas capacidades, como tampoco


necesitan igual atención. Es decir, no todo sirve a todos. Es justo en ese
punto en el que la disciplina positiva entra en juego. Por ejemplo, algunas
técnicas tradicionales como la del ‘tiempo fuera’, en la que se saca al niño
del lugar en el que se ha producido el mal comportamiento y se le deja solo
en otro sitio, no son adecuadas para todos. Solo funcionan en determinadas
situaciones y con ciertos alumnos. Y, de hecho, pueden ser incluso
perjudiciales.
Se ha demostrado que, con el acompañamiento, la empatía, la comprensión
y el refuerzo positivo se consiguen mejores objetivos en las modificaciones
de conducta de los pequeños, sobre todo en aquellos más emocionales y
disruptivas.

Elogiar su buena actuación con pegatinas y sellos

En ese sentido, en Educación Infantil intentamos potenciar los logros de los


niños con pegatinas o sellos. Por ejemplo, en el momento de dejar el pañal,
vamos premiándoles cuando hacen pipí en el W.C., poniéndoles una carita
feliz en su mano. Y, cuando no lo consiguen o hay escapes, intentamos
ignorarlo. De esta forma asocian que, cuando alcanzan su logro, viene una
consecuencia favorable, pero saben que si no lo consiguen pueden
intentarlo de nuevo la siguiente vez.

Consideramos que esta forma de trabajar afianza la autoestima de los


alumnos. En estas edades siempre decimos que todo está en proceso y, si
hay algo que hacen que no es lo esperado, es porque lo están intentando, no
porque lo hayan hecho mal.

Fomentar la empatía ante los malos comportamientos con otros niños

Otro ejemplo con conductas típicas a esta edad es cuando pegan


o muerden a algún compañero. Ponemos mucho hincapié no solo en indicar
que eso no se hace, sino en dar la alterativa correcta. Les enseñamos a pedir
perdón y a intentar hacer algo bueno por el niño al que han hecho
daño. También introducimos el elemento emocional: les explicamos cómo
se siente el amigo al que han hecho daño. Y entre los 2 y los 3 años,
también incluimos el factor de la empatía, haciéndoles ponerse en su lugar.

La comida, un aprendizaje necesario desde la calma

Otra situación en que aplicamos la disciplina positiva en el aula es a la hora


de las comidas. Si alguno no quiere comer o le cuesta más de lo habitual, le
damos su tiempo e intentamos reforzar cada pequeño progreso que hace.

No obligamos a los niños a comer todo lo que tienen en el plato si no


quieren, pero, les decimos que, al menos, tienen que probarlo. Comerán
poco de lo que menos les guste, que es, básicamente, lo que hacen los
adultos. Eso sí, deben saber que hay que probar todo. Además, proponemos
un tiempo para terminar, tras el cual, se retira el plato. Así, entienden que
cada cosa tiene su momento y, la siguiente vez, comerán a la hora
estipulada para ello.

Normas sí, gritos no

Este método pedagógico no deja la firmeza a un lado, pero se trata de


aplicarla desde otra perspectiva, desde un punto de vista menos ‘agresivo’.
Sin gritos ni malas maneras. Pero, ¿cómo lograr que los niños obedezcan
sin llegar al punto de gritarles? En este sentido, los límites y normas juegan
un papel crucial.

Es fundamental que el alumno sepa cuáles son las reglas y qué


consecuencias habrá en caso de no cumplirlas. Por ello resulta
indispensable establecerlas previamente, explicándolas de forma
clara, incluso visualmente, para que ellos lo comprendan. Por ejemplo, se
puede poner en el aula un mural grande en el que, mediante dibujos, se
especifique qué se espera de ellos. Así, sabrán cada día lo que tienen que
hacer.

Cuando van siendo más mayores, se pueden consensuar entre todos las
‘normas de la clase’, así se sentirán importantes.

Y siempre, ser un buen modelo

Por último, la forma más fácil de


trasmitir la disciplina positiva en el
aula, y en la vida en general, es
mediante el ejemplo. Los educadores
somos espejos en los que los alumnos
se miran todos los días. Tener una
actitud de optimismo, entusiasta, usar
un lenguaje positivo, hablando de
forma serena, sin gritos, desde el respeto, es la mejor forma de que nuestros
niños interioricen una actitud en la vida inclinada a ver el lado favorable de
las cosas.

En un mundo en el que se aplicara este método pedagógico en los centros


educativos desde edades tempranas, se vería poco a poco cómo la sociedad
sería más respetuosa. Estaría formada por personas con mayor tolerancia a
la frustración y más amables con los demás y consigo mismas.
Por qué disciplina Positiva en el Aula.

La disciplina positiva, es una manera de relacionarnos con los niños,


haciendo uso del respeto pero sin perder la firmeza; es una filosofía que
busca que los adultos pasemos de tener un papel de “policías” a tener un
papel de “guías” este cambio de paradigma en la relación con los niños
conlleva una serie de beneficios:

Aumenta la autoestima ¿Por qué? Invita a los niños a descubrir sus


propias capacidades. Fomenta de manera clara la autonomía y esto a la vez
revierte en la autoestima (Soy Capaz) esencial en los procesos de
aprendizaje.

Transmite habilidades para la vida. ¿Por qué? Busca desarrollar


habilidades propias del niño a través del fomento de la autonomía
invitándolos a descubrir sus propias capacidades.

Ejemplos:

1 - Elogia lo que te gusta

Pondera, cuenta y revive aquellos momentos en los que el niño se porta


bien. Son una forma de reforzar las conductas que se quieren repetir.

2 - Dar rutinas

Establecer normas habituales evitará conductas no deseadas. Si, por


ejemplo, el niño sabe que después de jugar debe recoger, le hace entender
que si un día no guarda los juguetes estará actuando mal y esto tendrá
consecuencias que no le gustan y que deberá asumir. Por lo que, tratará de
hacerlo bien.

3 - Control del adulto

El mal comportamiento se puede describir como una llamada de atención


'mal realizada'. El niño entiende que le dedicas más tiempo cuando adopta
posturas de este tipo. No prestes atención cuando el pequeño se comporte
de una manera inaceptable, en lugar de discutir con él. Así aprenderá que
hay mejores maneras de comunicarse.

Hay veces que se da una situación tensa y sabes que lo que ha hecho está
muy mal. Es difícil mantenerte tranquilo, pero hay que pensar que no se
debe hacer delante del niño aquello que no queremos que ellos hagan
después. Prueba a dejar el lugar donde está tu pequeño o intenta
hacer ejercicios de relajación. Espera a haberte calmado y vuelve a entrar.

4 - Preguntar en vez de ordenar

Así nos aseguramos que el niño conoce la respuesta y le damos la libertad


de hacer las cosas o no sabiendo las consecuencias de sus actos. De este
modo el niño aprende a comportarse y no a obedecer ciegamente. Por
ejemplo, ¿Qué toca hacer ahora? Y dejar que el niño responda.

5 - Avisar con antelación

Antes de que acabe la actividad que está realizando ir diciéndole y


recordándole que es lo que viene para que no le pille de sopetón.

6 - Dar opciones de comportamiento

Dar a elegir el orden en el que quieren hacer las tareas que deben realizar.
Por ejemplo, ¿Prefieres ducharte antes o después de cenar?

7 - Tabla de recompensas

Establecer límites y reglas claros de manera escrita puede hacer que el niño
vea de manera clara que se refuerzan una cantidad de acciones bien
realizadas

8 - El ejemplo de los padres

Es la mejor técnica de disciplina positiva. Los niños imitan todas las


conductas que les llaman la atención si no existen otras alternativas por lo
que los padres han de actuar con coherencia para servir de modelo a los
pequeños.
Conclusión

Ya realizado este trabajo, y contando con la información necesaria acerca


del tema, mi compañera y yo llegamos a la conclusión de que:

En primer lugar, que en el manejo de la disciplina dentro del aula se debe


tener en cuenta que a los alumnos se les debe guiar con paciencia y
empatía.

Como también debemos tener claro, que este método que se utiliza no les
sirve a todos los alumnos, ya que no todos poseen las mismas capacidades.

Existen muchos factores para fomentar la disciplina, y uno de los más


importantes es ayudarlos a mejorar su autoestima, ya que con esto ellos se
sentirán capaces de hacer todo lo que se propongan.
Bibliografía

 ÁngelaCasasDiez: Psicóloga y directora de la Escuela Nemomarlin


Las Tablas Centro de Educación Infantil Privado asociado
a ACADE.
 cuentosparacrecer.org/blog/aplicando-la-disciplina-positiva-en-el-
aula/.
 guiainfantil.com/articulos/educacion/limites/tecnicas-de-disciplina-
positiva-para-ninos/

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