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La Historia Del Desmonte Del Seguro Social

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LA HISTORIA DEL DESMONTE DEL SEGURO SOCIAL.

Barranquilla 29/10/2021
La obra que se propuso el honorable narcoparaco Álvaro Uribe Vélez,
desmontar, cuando hace 46 años fue modelo de orgullo para los
atlanticenses, llego primero con la ley 100 y después la estocada final con
la creación de las ESEs José Prudencio Padilla. Para, posteriormente
venderlas al buen postor, a los terratenientes de la salud que hoy
usufructúan eso bienes de los trabajadores, y lo otra emblemática UPI,
primero la convirtieron en nido de consumo de droga y sexo por parte de
los habitantes jóvenes del popular sector de los andes y alrededores y
actualmente vendida a una constructora donde se realizara un complejo
habitacional, mas rentable para los intereses de politiqueros de turno,
solo me queda el recuerdo de mi paso por un año en la urgencias de los
Andes, por allá en los años 1992 al 1993 y traerle el escrito de unos de los
referidos de su creación y desarrollo hasta su fin, el doctor Teobaldo
coronado:

CUARENTA AÑOS DEL SEGURO SOCIAL - HOSPITAL DE LOS


ANDES
De Teobaldo Coronado Hurtado
            CUARENTA AÑOS DEL SEGURO SOCIAL               
HOSPITAL DE LOS ANDES
 

Rebosantes de optimismo, ilusionados, concurrimos hace 40 años, 26 de


septiembre de 1975, al inicio de la “medicina familiar” en Colombia. 
Barranquilla, ciudad pionera en su andadura histórica, fue escogida por
el gobierno nacional, presidido por el liberal Alfonso López Michelsen,
junto con Cúcuta, para ser iniciadoras de este programa bandera del
Seguro Social.
DOCTOR JOSÉ IGNACIO CASAS S.
 Bajo una organización ejemplar, al mando  del doctor José Ignacio Casas
Santamaría como gerente, se puso en funcionamiento el novedoso
programa con una vigorosa “red hospitalaria” que tenía epicentro en el
Hospital de los Andes o Unidad Programática Institucional UPI, de tercer
nivel de atención de salud y tres unidades satélites, nominadas:
Unidad 1 de la carrera 14, 
Unidad 2 de la Vía 40.
Unidad 3 en la antigua Clínica de Protección Familiar del Barrio Las
Palmas

Este, a mi modo de ver, fue y ha sido el suceso más importante que se ha


dado en Barranquilla y en la Costa en materia de prestación de servicios
de salud en todos los tiempos. Preludio de la tecnología de punta en
medicina que hoy en día ostenta y muestra con orgullo la Puerta de Oro
de Colombia. Además de la comodidad y lujo de las instalaciones
hospitalarias, eficiente gestión administrativa, calidad de la atención
médica, reconfortante ambiente científico, académico y humano que allí
se daba.
 Desde su fundación y hasta mediados de la década del 90, cuando entró
en vigencia la ley 100, el Seguro Social en Barranquilla mostró un
engranaje estructural que fue modelo a mostrar en el país.
La puesta en marcha de esta compleja organización produce impacto
nunca visto en los programas médico-asistenciales de la ciudad; en
particular, el que dispensaba la Unidad Programática Institucional UPI,
de tercer nivel.  A lo largo y ancho de la región caribe no había
establecimiento hospitalario comparable.
El Hospital de los Andes congregaba la flor y nata de la medicina
barranquillera con José Cervantes Fonseca, director, a la cabeza y una
planta médica constituida por:

CIRUGÍA: Humberto Espinosa (Jefe), Rafael Cepeda Vargas (Jefe área


de quirófanos) Nadin Said Hachem (jefe de urgencias), Nazario Fraija,
Marcos Llinás Salazar, Arnulfo Padilla, Dimas Badel
(Vascular) Armando Castro Matallana (Cirujano de tórax) Antonio
Chagui, Carlos Hugo Palacio, Álvaro Chagui, Luis Higuera. 
HOSPITALARIOS: Víctor Manotas, José Vicente Llinás, Nelson Zúñiga,
Fernán Fortich,  Mauricio  Álvarez Correa, Francisco Fritz, Álvaro
Rolong, Edison Blanco, Alfonso Osorio, Álvaro Acosta Laurens,
Aristóbulo Larios, Gastón Meyer, Gonzalo Carrillo, Cesar Sierra.

CIRUGÍA PLÁSTICA: Basilio Henríquez (Jefe), Jaime López, Reinaldo


Gómez Ahumada, Enrique Medina Parodi, Rafael Caballero Marín.

ODONTOLOGÍA Y MÁXILO FACIAL: Enrique Llanos (jefe) Colton


Rosales, Antonio Casale.

ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: Modesto Martínez Trujillo (jefe),


Carlos Rondón, Hernando Montes, Alfonso Beltrán Pareja, Pedro
Vásquez, Faisal Zawady, León Orlando Ardila, Alfonso Cervantes
Villarreal, Carmelo Vélez, HOSPITALARIO: Cecilia Hamburger.

NEUROCIRUGÍA: Jaime Rubio Segura (Jefe), Carlos López Pinto,


Manuel Sánchez, Jorge Malkum.

UROLOGÍA: Pedro Turbay Burgos (jefe), Rafael Tatis Cabarcas, Tulio


De la Hoz, Leopoldo Klee, Emiliano Murillo.

OFTALMOLOGÍA: Edgar Cáceres (jefe), Oscar Alvis, Abraham Cura,


Rafael Donado, Edilberto De la Cruz.
OTORRINOLARINGOLOGÍA: Alberto Nobman (jefe), Álvaro Salas,
Jorge Barrios, Namroe Alberto Ramos.

GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA: Arturo Carbonell (Jefe), Carlos


Malabet Santoro, Regulo Chapman Lavalle, Francisco Nieto Navia,
Francisco Edna Ahumedo, Orlando Retamozo Rodríguez, Roberto
Muñoz, Eloy Barrios García, Orlando Peinado Quintero, Luis De la Hoz
Pacheco. 
HOSPITALARIOS: Rafael Altafulla, Luis Abuabara, Juan Cueter,
Antonio Montaño, Arístides Cervantes, Carlos Acosta Medrano.

MEDICINA INTERNA: Rafael Bermúdez Bolaños (jefe), Manuel Ortega,


Arturo Arbini Carbonell, Alejandro Arias, Moisés Levi, Juan Isaac,
Nazario Hani, Pedro Martínez.
HOSPITALARIOS: Santiago de la Hoz, Luis Figueredo, Osvaldo Solano,
Hernando Borja, Eduardo Manjarrez, Jaime Mercado, Antonio
Cabarcas, Harry Romero, Ramón Quintero.

NEFROLOGÍA: Joaquín Pablo Cueto, Yolanda Corzo.

ENDOCRINOLOGÍA: Carlos Hernández Casis, Carlos Consuegra.

HEMATOLOGÍA: Ubaldo Escobar.

DERMATÓLOGIA. Sonia Penzo.

PATOLOGÍA: Alfonso Chinchilla, Oswaldo Velasco.


  
RADIOLOGÍA: Antonio Latorre Padui(Jefe), Jimmy Cure, José
Sabbagh, Arístides Paz Jiménez.

FISIATRÍA: Carlos Hernández Caballero, Antonia Varela


(Fisioterapista)

PSIQUIATRÍA: Armando de Hart, Rafael Martínez Aparicio.

PSICOLOGÍA. Olfanith Narváez.


PEDIATRÍA: Jaime Caballero Corvacho (Jefe), Santiago Currea, Jorge
Fadul, Luis Adolfo Iriarte, Pedro Pinto Núñez, Roberto Valdés, Marco
Tulio Pertuz, Raimundo Viana,  Luis Vega (Neurólogo). Rafael Clemow.
HOSPITALARIO: Luis Casas.

CIRUGÍA PEDIÁTRICA: Jaime Pombo, Alonso Carvajalino.

LABORATORIO Y BANCO DE SANGRE: Rafael Pérez Lafaurie (Jefe),


Vilma Vargas, Isabel Pérez, Elvia de Herrera, Elsa de Romero, Aida de
Blanco.

DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA: Luz Marina Yance (jefe),


Gladys Vela de Morales, Flor Ángela Pulido, Ana Marchena, Ana Ruby
Ramírez, Ana Tatis, Ivonne de León, Sara Caro, Ángela Forero.

TRABAJO SOCIAL: Aurora Camacho, Vitalia Pérez,  Irma de la Cruz,


Mara Ruiz, Yadira Julio.

DIETÉTICA Y NUTRICIÓN: Alicia Donado de Romero, Magaly


Fontalvo, Yamile cure.

INSTRUMENTADORAS: María Teresa Pinzón (jefe) Clara Inés


Martínez, Nancy Montoya, Fabiola Vargas, María Helena Díaz, Edelmira
González, Aura María Rojas, María Cristina Ruiz, Nelly Marti, Carmen
Martin, Celmira Bayona, Alejandra Sánchez, María Consuelo Castro,
Mariela Gómez Rúgeles.
EQUIPO DE TRASPLANTE. Formé parte, bajo el mando del Doctor
Joaquín Cueto - nacido en Repelón Atlántico, primer medico nefrólogo
que llego a la ciudad - del selecto grupo de médicos especialistas del
equipo de trasplante constituido por los doctores: Romualdo Fonseca,
Nelson Zúñiga, los hermanos Antonio y Álvaro Chagui, Dimas Badel,
Leopoldo Klee, Nicolás Solano y Pedro Prieto, entre otros profesionales
de la salud. Siendo esta una de las experiencias más estupendas de mi
peregrinaje docente asistencial como anestesiólogo.

HOSPITAL DE AVANZADA. El Hospital de los Andes pone a funcionar


la primera unidad de cuidados intensivos UCI, es precursor en cirugía
video laparoscópica, trasplante renal, reemplazos de cadera y rodilla
mediante amplificador de imagen en Barranquilla.
El uso del microscopio marcó un hito en la historia de la cirugía cuando
es utilizado por primera vez en nuestro medio en: By pass
intracerebrales, implantes de lentes intraoculares, trasplantes de córnea,
microcirugía de oído, de laringe, de la mano, ginecológica, plástica,
urológica y en no pocas arriesgadas manipulaciones cardiovasculares.
Agregaría a esta lista la avanzada en cirugía pediátrica, en particular la
corrección de malformaciones congénitas.  Recuerdo con orgullo el mes
de mayo de 1984 cuando, sin tanto despliegue periodístico, hicimos la
primera y,  si no estoy mal,  única separación exitosa de siameses que se
haya realizado en la capital del Atlántico por el equipo quirúrgico
comandado por el cirujano pediatra Doctor Jaime Pombo Mackenzie.

Tuve la fortuna de ser integrante del grupo médico fundador y participar


activamente en este proceso sin igual, hasta julio de 1997 cuando salí
jubilado. Fuimos 12 los especialistas que conformamos el staff de médicos
anestesiólogos para cubrir 12 quirófanos, del Hospital de los Andes en su
inauguración: Pedro Prieto Cortés (coordinador), Manuel Puello García,
Hernando Torres Cohen, Guillermo Ariza Donado, Miguel Gómez,
Gabriel Mena Garrido, Emilio Meza Cerro, Reinaldo Oliva, Nicolás
Solano, Clemente Salazar y José León Esmeral.
Empujado por gran respaldo gremial y en compañía del doctor José León
Esmeral, asumimos los dos la vocería de los compañeros anestesiólogos
del departamento como miembros principales de la junta directiva de
ASMEDAS y delegatarios ante la asamblea nacional de delegados del
sindicato. A la par del resto de colegas del país, somos activistas, de
primera fila, en la famosa huelga de 1976 del Seguro Social que llevó a la
funesta Ministra del Trabajo de la era López Michelsen, María Helena de
Crovo, a señalar al gremio de anestesiólogos como el “talón de Aquiles”
de la organización médica en Colombia. Movimiento nacional de protesta
con una duración de 56 días, contra la pretensión gubernamental de
quitar a los profesionales de la salud su estabilidad laboral en condición
de trabajadores oficiales para convertirlos en empleados públicos de libre
remoción y nombramiento. Tras una pírrica victoria quedamos
convertidos en “Funcionarios de la seguridad social” lo que ha significado
con el curso de los años el desplome de la organización médica sindical
que quedó conculcada a presentar “solicitudes respetuosas” en vez de las
legítimas “Convenciones colectivas de trabajo” para la reivindicación de
sus derechos laborales. Por añadidura, la fortaleza colectiva, en general,
de los profesionales de la medicina. He aquí una de las explicaciones,
entre tantas, para la devaluación del trabajo médico institucional.

Han pasado 40 años, como quien dice: nada, de esta monumental gesta sin
poder darnos, en la fecha, el gusto de celebrar con exultante júbilo e
inmenso regocijo, tal hubiera sido nuestro deseo, el advenimiento
hospitalario del Instituto Colombiano de Seguros sociales ICSS a la
capital del Atlántico.

DESAPARICIÓN DEL HOSPITAL DE LOS ANDES


Abrigaba la quimera, en aquellos tiempos gloriosos, que igual al Hospital
General, el Hospital de los Andes era templo sagrado, perdurable,
inexpugnable de la medicina barranquillera. Tristemente no ha sido así y
cada vez paso por sus abandonadas instalaciones de la carrera 24 se me
hace un nudo en la garganta y recóndita aflicción agobia mis recuerdos al
contemplar su lamentable estado, sus fantasmagóricas ruinas.

Ha tocado, impotentes, en penoso silencio, contemplar la desaparición


definitiva, desde el año 2006, del más preciado albergue que tuvieron los
pacientes del ISS para hacer realidad sus derechos sanitarios y los
profesionales de la salud el hospicio digno en donde satisfacer su vocación
científica y de servicio a la comunidad.

Pero, también, se alcanza a escuchar victorioso silencio cómplice de los


cínicos depredadores de la membresía politiquera, siniestros
patrocinadores de los traficantes de la salud que con sus mercantiles IPS
y ARS, hicieron posible este vil “hospitalicidio”. Ante la apatía de una
ciudadanía indolente, incluida la misma agremiación médica, que
conforme se ha rendido ante el poder avasallante, inhumano de los
corruptos.
Con el amargo presentimiento de que allí, sobre sus escombros, se
levantará una mole más de cemento, para quien sabe qué supermercado o
conjunto residencial, como la que cubre ya las reliquias del también
memorable Hospital Infantil San Francisco de Paula “El Hospitalito” con
igual mala suerte a nuestra inolvidable Unidad Programática
Institucional UPI.

Solo me queda suplicarle a nuestro venerable ex capellán de la UPI,


sacerdote Claudio Blanco, nos acompañe en una sentida oración
invocando a Dios bendiciones para todos los servidores de la salud que
escribimos esta amorosa, gratificante jornada y ahora, al rememorarla,
apesadumbrada historia.

Barranquilla septiembre 10 de 2015

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