El Valor de La Virginidad
El Valor de La Virginidad
El Valor de La Virginidad
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN Pág. 3
EL VALOR DE LA VIRGINIDAD
Objetivo:
El objetivo principal de este trabajo es realizado desde el punto de vista preventivo. Pero,
puede que para muchos ya hemos llegado tarde; quizás ya hemos escuchado del tema, pero hemos
caído en las garras de Satanás.
Es importante empezar a hablar de sexualidad en nuestras iglesias. Afortunadamente muchas
ya están tomando cartas en el asunto y están brindando educación sexual desde la misma escuela de
formación bíblica.
Prologo:
Podemos llegar a decir que por regla general los pecados sexuales suelen ser considerados
como los pecados más graves. Solemos realizar una escala, diferenciando pecados. A unos
consideramos peores que otros. En esta escala, los pecados sexuales ocuparían los niveles más altos.
En el siglo IV San Agustín prohíbe la práctica sexual, pues la consideraba como algo
inferior y secundario. Aun dentro del matrimonio exalta la castidad y el control sexual.
San Agustín, que fue más allá de sus contemporáneos al afirmar que el acto conyugal no es
pecaminoso en sí mismo, pero sí el único medio para que se transmita el pecado original. Es
interesante señalar la influencia del pensamiento Maniqueo y Platónico en San Agustín; sus
seguidores consideraban el deseo sexual como algo pecaminoso por la violencia y vergüenza que
acompañan tal acto. Solamente los hijos podrían disminuir esta terrible acción, de ahí que la única
finalidad de la sexualidad era la reproducción. Esto está implícito al sostener que el pecado original
se transmite por vía sexual.
La única finalidad de la sexualidad eran los hijos. Nacía un hijo, era una bendición de Dios,
pero también nacía el pecado original dentro del marco de la fidelidad ya que el matrimonio se
consideraba indisoluble. Los primeros cristianos (al igual que muchos hoy en día) buscaban en las
Escrituras pasajes que pudiesen fundamentar sus propias ideas, me refiero a la búsqueda de
justificantes de sus actos.
Además de equiparar a la sexualidad con un acto animal, el proceso procreativo era
meramente corporal. El sexo correspondía al cuerpo y el matrimonio estaba llamado a vivir un amor
superior que el de los cuerpos, de esta manera, si un matrimonio no podía tener hijos, no existía una
razón para tener relaciones.
Los adolescentes modernos viven relaciones temporales, a las que denominan transa, filo,
que permiten llegar al sexo sin el más mínimo compromiso. Es común oír preguntar a los
adolescentes si ya tienen novio o novia, o qué están esperando para concretarlo.
Ser adolescentes en estos tiempos postmodernos no es para nada fácil, ya que tienen que
enfrentarse con una cantidad de conductas que son consideradas buenas para la sociedad, pero que
en realidad no lo son:
a).- Constante incitación al sexo: Además de lo que pueden hacer los medios masivos de
comunicación incitando a las relaciones sexuales, el adolescente sufre la presión de sus parejas. Es
muy común escuchar en pláticas de adolescentes comentarios sobre sus conquistas sexuales (aunque
éstas sean mentiras), que lo hacen parecer ante sus oyentes como “un súper macho”. Quien aún no
ha tenido su “primera vez” suele ser considerado como raro o algo milagroso. Las personas
“vírgenes” son víctimas de todo tipo de burla.
b).- Iniciación precoz en el sexo: Un artículo del diario Clarín del año 1995 (Perú) señala
que para esa época el 50 % de mujeres y el 72 % de los varones entre 13 y 14 años de edad ya se
iniciaron sexualmente.
c).- Lo siento y lo hago: Se suele oír que “los sentimientos no se pueden reprimir”.
Entonces si se siente atracción por alguna persona, sólo es cuestión de llevarlo a cabo y hacerlo sin
prejuicios.
Ante esta preocupante realidad urge a tomar cartas en el asunto, para tener una educación
sexual adecuada no existe ningún manual mejor que la Biblia misma.
elección del compañero sexual. Ella se negó diciéndole que incluso él quedaría expuesto al estigma
delante de su pueblo (vs. 14): "Mas él no quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó y se
acostó con ella. "Después de tal acto Amnón la aborreció mucho más de lo que "la había amado".
Luego de su humillación y de ejercer su poder ya no la quería ni ver al punto de echarla de su
presencia a través de un criado. Parecería como que, en parte, comprende lo que ha hecho (v. 19).
La pasividad de David frente al hecho, ya que amaba a todos sus hijos, es distinta a la pasividad de
Absalón el cual la vengaría tiempo más tarde matándolo (13:20-39).
3.- Disoluciones
a).- ¿Qué dice Dios en cuanto a la virginidad?
Dios no está en contra de la sexualidad sino a favor. Porque las reglas de Dios no son para
impedirla sino para protegerla. Cuando rechazamos la inmoralidad no rechazamos el placer sino que
luchamos por él. La lujuria y la inmoralidad roban la posibilidad de disfrutar el placer máximo (Job
31:1; 1 Cor. 6:18; Ef. 5:3; Col. 3:5). El sexo fue diseñado por Dios para ser la expresión más íntima
entre un hombre y una mujer. El ambiente erotizado en el que vivimos, hace suponer que el
ejercicio que el sexo es la mayor felicidad del mundo.
1.- Las relaciones sexuales prematrimoniales están prohibidas ya que en ellas no existe un
mínimo de compromiso; además de los sinsabores que ocasiona cuando sale a la luz.
2.- Una relación sexual, como Dios lo ha dispuesto, compromete todo nuestro ser: Cuerpo,
mente, emociones, espíritu, fe, sentimientos.
4.- El sexo es un regalo de Dios “maravilloso”; pero cuando no se vive como corresponde
tiene consecuencias negativas, trágicas... lástima.
¿Qué implica “sexo seguro” para los cristianos?, ¿De qué manera deben cuidarse los
adolescentes cristianos? Comparto a continuación algunas ideas extraídas del libro “Sexo realmente
seguro”.
1.- Cuando empiezan las caricias, se acaban las palabras. El respeto debe existir en toda
relación, para que ni el uno ni el otro pasen los límites envileciendo a la persona que dicen amar.
2.- Es riesgoso abrir las compuertas del deseo cuando no se está preparado para controlar
esas emociones. Esto es una realidad muy patente en la etapa de la adolescencia.
3.- El sexo nos compromete a un nivel muy profundo, por ello debe estar reservado para
“una persona y una ocasión muy especial”. Esa ocasión es el matrimonio establecido por Dios.
4.- En una relación de noviazgo es necesario mantener un equilibrio entre los niveles físicos,
emocionales y espirituales. “Hay que conversar sobre este tema”, no se puede dejar todo a la suerte
del momento.
5.- Los impulsos sexuales son poderosos, pueden engañar. Son difíciles de manejar hasta
para personas maduras, ¡cuánto más para los adolescentes!
Para asegurarse de no ser una víctima de la tentación sexual se debería prestar mucha
atención a las cosas que se realizan con la otra persona. Esto implica mantenerse alejados de toda
actividad que puede provocar frustración y hacer sólo aquello que sea provechoso para la relación;
cuidar que el contacto físico no domine las relaciones; mantener privadas las partes privadas del
cuerpo. A esto podríamos denominar: “Trazar límites”.
2.- Apartarse y abandonar: Este segundo paso es fundamental para una nueva forma de
vida. Al haber reconocido y confesado el pecado, Dios hace su parte al perdonarlos. Ahora toca al
pecador alejarse del pecado. Debe haber la firme decisión de vivir de manera distinta, de ya no
mantener relaciones sexuales fuera del ámbito del matrimonio. Implica proponerse metas claras al
respecto, para no recaer. Si se ha cometido el pecado con el novio o la novia, es muy importante
comentarle la decisión tomada, para entre los dos eviten situaciones peligrosas de ahora en adelante.
3.- Buscar el perdón de otros: (a quien se ha instigado a pasar la línea). Creo que este es un
punto muy importante, que demostrará que se ha tomado una decisión crucial. Haber incitado a
alguien a mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio es, en cierta medida, una estafa. Es
quitarle a la otra persona su dignidad, su virginidad, con el solo objetivo de pasar un “buen
momento” y parecerse a la gran mayoría, pues “todos lo hacen”. Será necesario e importante ir con
la otra persona y pedir perdón por haberla incentivado a pecar.
Jacinto Hernández Girón
12/13
4.- Perdonarse uno mismo: Tal vez, lo que más cueste al pecador arrepentido es perdonarse
a sí mismo. Dios ya lo ha perdonado, ha sido perdonado por la persona a la que ha incitado a pasar
la línea; pero, lo que generalmente cuesta es reconocerse perdonado y vivir como perdonado.
Perdonarse uno mismo significa aceptar el perdón, creer en el perdón, comenzar a mirar y pensar
para adelante; ya no revolcarse mentalmente en el pecado. De seguro que esas secuelas, que pueden
llevar tiempo en curarse, serán sanadas totalmente por el poder sanador y perdonador del Creador,
Satanás siempre buscará atormentar, haciendo recordar los pecados del pasado; pero existe una
esperanza “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha
llegado ya lo nuevo!” (2 Co. 5:17).
CONCLUSIÓN:
Por lo tanto, admitir el error, arrepentirse y confesar el pecado es la forma de buscar limpiar
toda clase de contaminación que pueda encontrarse en el corazón, esto debe tener como
consecuencia la adquisición de un compromiso de vivir en pureza. La pornografía, fornicación,
masturbación, son estrategias que el enemigo usa para hacernos daño y apartarnos de Dios.
Tenemos que recordar que Dios creó el sexo, que el sexo no es malo en sí mismo, pero que
también Dios creó ciertas normas que permiten su vivencia en plenitud. No se trata simplemente de
defender los valores de una sociedad en decadencia, sino de afirmar aquellos valores que se derivan
de la persona de Cristo y su mensaje.
Una vida sexual desordenada afecta en gran manera nuestra vida espiritual. Por eso, los hijos
de Dios debemos buscar y conocer Su voluntad y acomodar nuestra vida a ella, con la convicción de
que si Él, el Creador, lo diseñó así, sabe muy bien el por qué.
BIBLIOGRAFIA