LAS Haciendas Potosinas
LAS Haciendas Potosinas
LAS Haciendas Potosinas
Unos de los testigos de la historia y de la tradición de San Luis Potosí son los "cascos", o conjuntos de
fincas, de lo que fueron las Haciendas, que se encuentran en todo el territorio potosino, pero de manera
especial en el Altiplano; a decir de don Octaviano Cabrera Ipiña, un estudioso del tema, el número de
cascos de haciendas potosinas sobrepasa los doscientos en todo el Estado.
Algunos de estos (Bocas, Peotillos, Bledos), son conservados por sus dueños en magníficas condiciones.
Desgraciadamente muchos otros, (San Francisco, San Antonio de Rul, El Corte) se encuentran
abandonadas y semidestruidas. Todos ellos, sin embargo, muestran aún su imponente arquitectura y son
reflejo del pasado económico, histórico y aún artístico de San Luis Potosí y de México.
La palabra hacienda se usaba originalmente en la Nueva España para denotar el conjunto de bienes de una
persona; a partir del siglo XVIII, se empleó el término para designar a una propiedad rural de producción
agrícola o ganadera, con posesión privada de la tierra. El origen de las haciendas en México data del siglo
XVI y se debe a las mercedes de sitios de ganado otorgadas a los conquistadores por servicios meritorios a
la Corona Española.
En territorio Potosino, las haciendas se originan inmediatamente después de la Guerra Chichimeca (1550-
1590). A los pacificadores del suelo potosino les fueron otorgadas por el Virrey mercedes de tierra para
fundar estancias ganaderas, agrícolas y de beneficio, éstas últimas necesarias para el procesamiento de los
metales extraídos de las minas. A partir de entonces, las haciendas funcionaron durante tres siglos y
constituyeron la base de la economía potosina con la producción de bienes para consumo interno y para
abastecer al mercado regional e inclusive nacional.
La hacienda, como unidad socioeconómica, fue desapareciendo gradualmente al triunfo de la revolución, al
modificarse el esquema económico del País, y sobre todo después de la reforma agraria.
HACIENDA DE GOGORRON-
Otra hacienda digna de verse, la de Gogorrón, se encuentra poco antes de llegar a Villa de Reyes, a 46 Km
de San Luis Potosí. Fundada por el mismo Pedro de Arizmendi Gogorrón, tuvo muy buena agricultura,
gracias a la infinidad de pozos artesianos con que contaba. La Casa Principal, revestida de cantera, fue
remodelada al estilo porfiriano, adyacente está la espléndida capilla. Quedan los restos de otras
construcciones, los establos y la mezcalera. Gracias a sus fértiles suelos y a la abundancia de agua, esta
zona de Villa de Reyes fue el asiento de un gran número de haciendas tales como La Pila, Jesús María,
Carranco, Santiago, La Ventilla, Bledos etc., en ésta última destaca la capilla, que ostenta un magnífico
retablo barroco.
HACIEDA DE PEOTILLOS.
Una de las haciendas que llaman la atención por lo singular de su historia es la de Peotillos, que se
encuentra a 55 Km de la Ciudad de San Luis Potosí. Fue una de las más importantes del estado, tanto por
su economía como su extensión territorial, pues llegó a tener 193,000 hectáreas cuando estaba en posesión
de la orden Carmelita en el S. XVIII. Dos ilustres visitantes estuvieron aquí: Uno de ellos el insurgente Fco.
Javier Mina quién libró una batalla en 1817, derrotando al realista Armiñán. El otro, el mariscal
francés Bazaine, quién estableció su cuartel geneneral en 1866. La casa grande posee un gran patio con
corredores y un torreón con mirador. Quedan las casas de los carmelitas, la huerta, la fábrica de mezcal y
las trojes.
Muchas otras son las haciendas que tienen un atractivo para quien se aventure a visitar sus viejos cascos,
mencionaremos algunas: Peñasco, Bocas, (que tiene una rica historia), Santa teresa, Vallumbroso, Jesús
María, Corcovada, El Corte, Guanamé, etc.
Es de esperarse que algunas de estas fincas de las haciendas se puedan rescatar, no solamente como una
atracción turística más sino como herencia cultural de los potosinos.
HACIENDA DE BOCAS
Bocas toma su nombre de la composición orografía formada por la unión de las estribaciones de la Sierra de
Álvarez, por el oriente y la sierra de San Miguelito por el poniente que corren de sur a norte.
La Hacienda de Bocas, en su momento, fue una de las mas importantes del Estado, no solo por su
extensión territorial, si no por estar ubicada en parte del fértil valle de Arista.
Fundada por 1588, una vez firmada la paz chichimeca, como defensa se estableció el fuerte de Bocas de
Maticoya. Al desarrollarse la agricultura y la ganadería potosinas, se formó también la hacienda, ya que por
aquí pasaba el río. Para 1560, ésta perteneció a Juan Caballero, por lo que cambia el nombre original
por el de Bocas de Caballero.
La antigua casa de la hacienda posee una terraza posterior, desde donde los propietarios veían pasar el
tren, y contemplada desde el exterior parecen los torreones de un castillo medieval. Alrededor de una gran
plaza se encuentran las demás dependencias, la iglesia, la fábrica de mezcal y las trojes.
HACIENDA CORCOVADA
Data de 1885, actualmente en rescate. Sus muros de piedra, sus puertas de mezquite albergan ahora a
cientos de niños en campamentos y festejos. Durante todo el año pasan las ánimas susurrando por sus
corredores a todos los que aún no se familiarizan con ellos. De hacienda agrícola y ganadera se transforma
con la introducción del tren a Tampico, en la famosa productora de adoberos de Corcovada, queso que aún
se produce artesanalmente, también producen un riquísimo pan en horno calentado con leña de mezquite,
los sarapes de telar tradicional y el chocolate de la hacienda.
HACIENDA GUANAME
Hacienda de Guanamé, misma que en ese tiempo fuera una de las haciendas más importantes no sólo del
Estado sino del centro del país, muchos mitos y anécdotas hay alrededor de lo que fue la fundación y el
nombre que tiene esta comunidad, que entre otras cosas cobró gran importancia y fue conocida a nivel
nacional, por sus toros de lidia.
VALLUMBROSO
Este lugar perteneció a la Hacienda. de Bocas, que fuera Propiedad de José María Sánchez Mora, segundo
Conde de Peñasco, hijo de el primer conde de Peñasco Francisco de Mora y Luna, rico minero en
Guadalcazar, S.L.P., la casa grande tiene en el arco principal sus iniciales igual que la hacienda de
Peñasco, buen estado de conservación, se renta para eventos sociales. .
HACIENDA DE PEÑASCO.
Hacienda de los Condes de Santa María de Guadalupe de Peñasco
La fundación de la hacienda data de principios del siglo XVII, adquiere su nombre actual, cuando en 1753 la
compra Francisco de Mora y Luna, Conde de Peñasco y Estoril, y la bautiza como la Hacienda de los
Condes de Santa María de Guadalupe de Peñasco. Gracias a este conde, la hacienda crece
impresionantemente y se convierte en hacienda ganadera y mezcalera.
Por casi 200 años la hacienda perteneció a la casa condal. A principios de siglo fue confiscada y saqueada.
Tiene un patio enorme rodeado de corredores con molduras de argamasa del siglo XVIII, tiene un aljibe en
el segundo patio que conduce a la huerta.
Esta casa es uno de aquellos fuertes y espaciosos castillos edificados por los españoles de la época,
conserva la capilla un altar neoclásico que sustituyó al original de estilo barroco. La fachada mide más de
cien varas de largo; la puerta principal tuvo sobre su cornisa el escudo de armas de los Condes de Peñasco
retirado por uno de sus propietarios durante una de las épocas más turbulentas del país.
Sobreviven las chimeneas de la fábrica de mezcal así como parte de sus naves industriales, la capilla y la
casa principal de los condes.
Actualmente es una casa de veraneo de la familia Armendáriz; el claustro de los condes y el patio de la
mezcalera son rentados para eventos sociales.
EX-HACIENDA DE SANTIAGO.
La localidad de Ex-hacienda de Santiago está situada en el Municipio de Villa de Arriaga (en el Estado de
San Luis Potosí). Tiene 20 habitantes. está a 2,220 metros de altitud.
Memoria descriptiva
El casco de la Hacienda ha tenido varias etapas de construcción y remodelación siendo la primera a
mediados del siglo XVI cuando solamente servía como muleros y abrevaderos para quienes transportaban
producto de las zonas mineras de la región para el paso de las caravanas, a la capital del País.
Era un mesón donde se detenían las caravanas y existía un pesebre recto, que es la parte más antigua del
lugar.
Posteriormente, sentaron sus reales varios grupos de inmigrantes en la zona, desarrollando diversos polos
productivos agrícolas y ganaderos de los cuales Sto. Domingo formó parte.
A principios del siglo XIX el dueño de estas tierras un extranjero francés llamado Don Jesús Ivanhué, vivió
en lo que actualmente se llama Sto. Domingo el viejo; quién posteriormente le vendió todas estas tierras a
José Guadalupe Peña.
Por el año de 1905 en la Hacienda se cosechaba frijol, chile, maíz teniendo a su vez engorda de ganado
vacuno, ganado menor y caballar, había siembra de nogales en las vegas del río, que actualmente existen.
En la época de la revolución en 1917 fue defendida de las tropas Villistas llegadas del norte, comandadas
por Pancho Villa, habiéndose dado un Combate en el Cerro de la Colmena, situado atrás de la Iglesia y de
la Troje.
A finales del siglo XIX tomó auge, dando inicio a la crianza de Toros de Lidia; en los inicios del siglo XX la
ganadería Sto. Domingo introdujo la sangre de MIURA España, logrando con esto los más bellos y famosos
ejemplares de la torería Mexicana por varias décadas.
Por la hacienda han desfilado grandes figuras del arte taurino, para presenciar las “tientas”. (Esta faena es
para probar la bravura de vacas y becerros).
Siendo Javier Labastida heredero de la Hacienda por su padre Don Manuel Labastida, se la vende al Arq.
Jorge Luis Ríos.
El Arq. Jorge Luis Ríos amante apasionado de su profesión y de legados tan importantes en cuanto a
construcción e historia se refiere, con el deseo de ver en pie las múltiples haciendas de nuestro México,
desarrolla el proyecto de crear un corredor de haciendas en las que se fomentara la reconstrucción, fue así
como se dedica a restaurarla y acondicionarla para darle vida a este precioso lugar hasta ver plasmado su
sueño.
Ahora su sueño sigue en pie gracias a su familia, a su hija Indira y a su querida esposa Erandini.