2do Ensayo Mision Sucre
2do Ensayo Mision Sucre
2do Ensayo Mision Sucre
Hay que tener en cuenta que al enseñar no se consigue todo lo que se desea y que, lo más grave
es que no se consigue sólo lo que se desea El valor de lo que se enseña está subordinado a la forma
como se enseña. Toda propuesta didáctica lleva implícita una visión sobre el objeto de enseñanza.
La concepción de ciencia determina lo que el docente elije hacer, explicar, incluso callar, el tipo de
actividades que propone, El docente debe generar espacios que motiven a los alumnos a explorar y
ante situaciones interesantes despertarles el deseo de conocer más y de comprender cómo funciona
la naturaleza. Puede ser una gran aventura del pensamiento…la puerta de entrada a nuevos mundos,
desarrollando la curiosidad y mirándolo todo con nuevos ojos. La etapa de la escuela es el momento
de privilegio para enseñar a mirar el mundo con ojos de científico: los niños tienen la mirada, el
asombro y el deseo de explorar intactos. Se sentarán las bases de la alfabetización científica: los
alumnos conocerán la naturaleza de la ciencia y los fundamentos de cómo se genera el
conocimiento científico, es por ello que en la presente investigación daremos a conocer un poco de
es mundo de investigación en el campo de la ciencia.
Desarrollo
Aprender ciencias como producto y como proceso en la etapa de la escuela primaria es clave
para colocar las piedras fundamentales del pensamiento científico. En ese momento, se sientan las
bases para lo que se conoce como alfabetización científica (Fourez, 1997). Este proceso, que
culmina en la escuela secundaria, implica que los alumnos conozcan la naturaleza de la ciencia y los
fundamentos de cómo se genera el conocimiento científico, y que aprendan no solo conceptos, sino
competencia relacionadas con el modo de hacer y pensar de la ciencia que les permitan participar
como ciudadanos críticos y responsables en un mundo en el que la ciencia y la tecnología juegan un
rol fundamental. Volviendo a la analogía de la moneda, la alfabetización científica incorpora las
dimensiones de las ciencias naturales como producto y como proceso, que se traducen en dos
objeticos de aprendizaje fundamentales: la comprensión de las bases del funcionamiento del mundo
natural, por un lado, y el desarrollo de competencias de pensamiento científico, por otro, esto
deberá acompañar al estudiante durante toda su carrera universitaria y personal.
Esto va mucho más allá de conocer al detalle todos los elementos de la tabla periódica, recordar
el nombre de los huesos del cuerpo humano o poder repetir correctamente las etapas del ciclo de
vida de una planta. El desafío actual para un alumno (y vale decir, para cualquier ciudadano) no
pasa por acceder a la información científica, sino por poder darle sentido y discernir cuanta de esa
información es confiable y por qué. En nuestros días, hay datos provenientes de la ciencia por todas
partes. Nos llueve información acerca del virus de la gripe, de los satélites y de los alimentos
transgénicos. La cuestión es que hacemos con todos esos datos. Vivimos en un contexto en el que
sobra información, y faltan marcos conceptuales para interpretar esa información. Aprender
ciencias, entonces, tiene que ver con poder darle sentido al mundo que nos rodea a través de ideas y
explicaciones conectadas entre sí. Es entonces cuando la información se convierte en conocimiento,
cuando comprendemos no solamente de que se trata un cierto concepto, sino también por qué es
más o menos importante, qué relación tiene con otros conceptos que conocemos de antes y que
nuevas preguntas nos abre para seguir aprendiendo. Y finalmente, cuando somos capaces de utilizar
ese conocimiento en situaciones nuevas que requieren ponerlo en juego en pos de resolver un
problema, analizar una situación o tomar una decisión. ¿Cómo se traduce esto a una escuela
primaria? En esta etapa, comprender las bases del funcionamiento del mundo natural implica que
los estudiantes construyan ideas cada vez más amplias y profundas que den sentido al mundo que
los rodea, yendo de ideas pequeñas que surgen de su propia experiencia cotidiana o de experiencias
realizadas en la escuela hacia ideas más grandes, de mayor poder explicativo y predictivo.
Aprender ciencias como proceso significa que los alumnos desarrollen la capacidad de, y el
placer por, observar la realidad que los rodea, formular preguntas, proponer respuestas a posibles y
predicciones, buscar maneras de poner esas respuestas a prueba, diseñar observaciones y
experimentos controlados. Implica que aprendan a imaginar explicaciones de los datos obtenidos, a
buscar y analizar información de diversas fuentes para extender lo que saben y a debatir con otros
en función de lo que han aprendido. Y que, en ese hacer, comprendan que la ciencia es una manera
particular de acercarse al conocimiento del mundo, con sus reglas, sus formas de vacarse al
conocimiento del mundo, con sus reglas, sus formas de validación y su lógica propias. Pensar
científicamente implica, además, desarrollar tanto el ámbito de buscar evidencias detrás de los
argumentos provistos por uno mismo y por lo otros, como la mirada crítica sobre esas evidencias.
Este aprecio por las evidencias es fundamental para formar alumnos con pensamiento crítico y
autónomo, capaces de interpretar la información científica (y nos aventuramos a decir que no
científica también) que reciben cotidianamente y de evaluarla para poder tomar decisiones
conscientes que se basen en información confiable.
Conclusión