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Tabla Periódica de Los Elementos

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Tabla periódica de los elementos

La tabla periódica de los elementos es una disposición de los elementos químicos en


forma de tabla, ordenados por su número atómico (número de protones),2 por
su configuración de electrones y sus propiedades químicas. Este ordenamiento muestra
tendencias periódicas como elementos con comportamiento similar en la misma columna.
En palabras de Theodor Benfey, la tabla y la ley periódica «son el corazón de la química —
comparables a la teoría de la evolución en biología (que sucedió al concepto de la scala
naturae), y a los principios de termodinámica en la física clásica—».3
Las filas de la tabla se denominan períodos y las columnas grupos.4 Algunos grupos tienen
nombres, así por ejemplo el grupo 17 es el de los halógenos y el grupo 18 el de los gases
nobles.5 La tabla también se divide en cuatro bloques con algunas propiedades
químicas similares.6 Debido a que las posiciones están ordenadas, se puede utilizar la
tabla para obtener relaciones entre las propiedades de los elementos, o pronosticar
propiedades de elementos nuevos todavía no descubiertos o sintetizados. La tabla
periódica proporciona un marco útil para analizar el comportamiento químico y es
ampliamente utilizada en química y otras ciencias.
Dmitri Mendeléyev publicó en 1869 la primera versión de tabla periódica que fue
ampliamente reconocida, la desarrolló para ilustrar tendencias periódicas en las
propiedades de los elementos entonces conocidos, al ordenar los elementos basándose
en sus propiedades químicas,7 si bien Julius Lothar Meyer, trabajando por separado, llevó
a cabo un ordenamiento a partir de las propiedades físicas de los átomos.8 Mendeléyev
también pronosticó algunas propiedades de elementos entonces desconocidos que
anticipó que ocuparían los lugares vacíos en su tabla. Posteriormente se demostró que la
mayoría de sus predicciones eran correctas cuando se descubrieron los elementos en
cuestión.
La tabla periódica de Mendeléyev ha sido desde entonces ampliada y mejorada con el
descubrimiento o síntesis de elementos nuevos y el desarrollo de modelos teóricos nuevos
para explicar el comportamiento químico. La estructura actual fue diseñada por Alfred
Werner a partir de la versión de Mendeléyev. Existen además otros arreglos periódicos de
acuerdo a diferentes propiedades y según el uso que se le quiera dar
(en didáctica, geología, etc.).9 Para celebrar el 150 aniversario de su creación,
la UNESCO declaró 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica de los
Elementos Químicos.
Se han descubierto o sintetizado todos los elementos de número atómico del 1 (hidrógeno)
al 118 (oganesón); la IUPAC confirmó los elementos 113, 115, 117 y 118 el 30 de
diciembre de 2015,10 y sus nombres y símbolos oficiales se hicieron públicos el 28 de
noviembre de 2016.1 Los primeros 94 existen naturalmente, aunque algunos solo se han
encontrado en cantidades pequeñas y fueron sintetizados en laboratorio antes de ser
encontrados en la naturaleza.n. 1 Los elementos con números atómicos del 95 al 118 solo
han sido sintetizados en laboratorios. Allí también se produjeron
numerosos radioisótopos sintéticos de elementos presentes en la naturaleza. Los
elementos del 95 a 100 existieron en la naturaleza en tiempos pasados, pero actualmente
no.11 La investigación para encontrar por síntesis nuevos elementos de números atómicos
más altos continúa.

Descubrimiento de los elementos


Artículo principal: Descubrimiento de los elementos químicos

Aunque algunos elementos como el oro (Au), plata (Ag), cobre (Cu), plomo (Pb)


y mercurio (Hg) ya eran conocidos desde la antigüedad, el primer descubrimiento científico
de un elemento ocurrió en el siglo XVII d. C., cuando el alquimista Hennig Brand descubrió
el fósforo (P).13 En el siglo XVIII d. C. se conocieron numerosos nuevos elementos, los más
importantes de los cuales fueron los gases, con el desarrollo de la química
neumática: oxígeno (O), hidrógeno (H) y nitrógeno (N). También se consolidó en esos
años la nueva concepción de elemento, que condujo a Antoine Lavoisier a escribir su
famosa lista de sustancias simples, donde aparecían 33 elementos. A principios del
siglo XIX d. C., la aplicación de la pila eléctrica al estudio de fenómenos químicos condujo
al descubrimiento de nuevos elementos, como los metales alcalinos y alcalino-térreos,
sobre todo gracias a los trabajos de Humphry Davy. En 1830 ya se conocían 55
elementos. Posteriormente, a mediados del siglo XIX d. C., con la invención
del espectroscopio, se descubrieron nuevos elementos, muchos de ellos nombrados por el
color de sus líneas espectrales características: cesio (Cs, del latín caesĭus, azul), talio (Tl,
de tallo, por su color verde), rubidio (Rb, rojo), etc. Durante el siglo XX d. C., la
investigación en los procesos radioactivos llevó al descubrimiento en cascada de una serie
de elementos pesados (casi siempre sustancias artificiales sintetizadas en laboratorio, con
periodos de vida estable muy cortos), hasta alcanzar la cifra de 118 elementos con
denominación oficialmente aceptados por la IUPAC en noviembre de 2016.1

Noción de elemento y propiedades periódicas


Lógicamente, un requisito previo necesario a la construcción de la tabla periódica era el
descubrimiento de un número suficiente de elementos individuales, que hiciera posible
encontrar alguna pauta en comportamiento químico y sus propiedades. Durante los
siguientes dos siglos se fue adquiriendo un mayor conocimiento sobre estas propiedades,
así como descubriendo muchos elementos nuevos.
La palabra «elemento» procede de la ciencia griega, pero su noción moderna apareció a lo
largo del siglo XVII d. C., aunque no existe un consenso claro respecto al proceso que
condujo a su consolidación y uso generalizado. Algunos autores citan como precedente la
frase de Robert Boyle en su famosa obra El químico escéptico, donde denomina
elementos «ciertos cuerpos primitivos y simples que no están formados por otros cuerpos,
ni unos de otros, y que son los ingredientes de que se componen inmediatamente y en que
se resuelven en último término todos los cuerpos perfectamente mixtos». En realidad, esa
frase aparece en el contexto de la crítica de Robert Boyle a los cuatro elementos
aristotélicos.
A lo largo del siglo XVIII d. C., las tablas de afinidad recogieron un nuevo modo de entender
la composición química, que aparece claramente expuesto por Lavoisier en su
obra Tratado elemental de química. Todo ello condujo a diferenciar en primer lugar
qué sustancias de las conocidas hasta ese momento eran elementos químicos, cuáles
eran sus propiedades y cómo aislarlas.
El descubrimiento de gran cantidad de elementos nuevos, así como el estudio de sus
propiedades, pusieron de manifiesto algunas semejanzas entre ellos, lo que aumentó el
interés de los químicos por buscar algún tipo de clasificación.

Los pesos atómicos


A principios del siglo XIX d. C., John Dalton (1766-1844) desarrolló una concepción nueva
del atomismo, a la que llegó gracias a sus estudios meteorológicos y de los gases de la
atmósfera. Su principal aportación consistió en la formulación de un «atomismo químico»
que permitía integrar la nueva definición de elemento realizada por Antoine
Lavoisier (1743-1794) y las leyes ponderales de la química (proporciones definidas,
proporciones múltiples, proporciones recíprocas).
Dalton empleó los conocimientos sobre proporciones en las que reaccionaban las
sustancias de su época y realizó algunas suposiciones sobre el modo como se
combinaban los átomos de las mismas. Estableció como unidad de referencia la masa de
un átomo de hidrógeno (aunque se sugirieron otros en esos años) y refirió el resto de los
valores a esta unidad, por lo que pudo construir un sistema de masas atómicas relativas.
Por ejemplo, en el caso del oxígeno, Dalton partió de la suposición de que el agua era
un compuesto binario, formado por un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno. No tenía
ningún modo de comprobar este punto, por lo que tuvo que aceptar esta posibilidad como
una hipótesis a priori.
Dalton sabía que una parte de hidrógeno se combinaba con siete partes (ocho,
afirmaríamos en la actualidad) de oxígeno para producir agua. Por lo tanto, si la
combinación se producía átomo a átomo, es decir, un átomo de hidrógeno se combinaba
con un átomo de oxígeno, la relación entre las masas de estos átomos debía ser 1:7 (o 1:8
se calcularía en la actualidad). El resultado fue la primera tabla de masas atómicas
relativas (o pesos atómicos, como los llamaba Dalton), que fue modificada y desarrollada
en años posteriores. Las inexactitudes antes mencionadas dieron lugar a toda una serie de
polémicas y disparidades respecto a las fórmulas y los pesos atómicos, que solo
comenzarían a superarse, aunque no totalmente, en el congreso de Karlsruhe en 1860.

Ley de las octavas de Newlands


El químico inglés John
Newlands produjo una serie de
documentos de 1863 a 1866 y Ley de las octavas de Newlands
señaló que cuando los elementos
1 2 3 4 5 6 7
se enumeran en orden de
aumentar el peso atómico, las Li Be B C N O F
propiedades físicas y químicas 6,9 9,0 10,8 12,0 14,0 16,0 19,0
similares se repiten a intervalos
de ocho.n. 2 Na Mg Al Si P S Cl
23,0 24,3 27,0 28,1 31,0 32,1 35,5
Comparó esta periodicidad con
las octavas de la música.2526 Esta K Ca
llamada «ley de las octavas» fue 39,0 40,0
ridiculizada por los
contemporáneos de Newlands y
la Chemical Society se negó a publicar su obra,27 porque dejaba de cumplirse a partir del
calcio. Newlands fue, sin embargo, capaz de elaborar una tabla de los elementos y la
utilizó para predecir la existencia de elementos faltantes, como el germanio.28 La Chemical
Society solamente reconoció la importancia de sus descubrimientos cinco años después
de que se le acreditaran a Mendeléyev,29 y posteriormente fue reconocido por la Royal
Society, que le concedió a Newlands su más alta condecoración, la medalla Davy.30
En 1867 Gustavus Hinrichs, un químico danés, publicó un sistema periódico en espiral
sobre la base de los espectros, los pesos atómicos y otras similitudes químicas. Su trabajo
fue considerado como demasiado complicado y por eso no fue aceptado.3132

Tabla periódica de Mendeléyev


Artículo principal: Tabla periódica de Mendeléyev

Tabla de Mendeléyev publicada en 1872. En ella deja casillas libres para los elementos por
descubrir.
En 1869, el profesor de química ruso Dmitri Ivánovich Mendeléyev publicó su primera
Tabla Periódica en Alemania. Un año después Julius Lothar Meyer33 publicó una versión
ampliada de la tabla que había creado en 1864, basadas en la periodicidad de los
volúmenes atómicos en función de la masa atómica de los elementos.3435
Por esta fecha ya eran conocidos 63 elementos de los 92 que existen de forma natural
entre el Hidrógeno y el Uranio. Ambos químicos colocaron los elementos por orden
creciente de sus masas atómicas, los agruparon en filas o periodos de distinta longitud y
situaron en el mismo grupo elementos que tenían propiedades químicas similares, como
la valencia. Construyeron sus tablas haciendo una lista de los elementos en filas o
columnas en función de su peso atómico y comenzando una nueva fila o columna cuando
las características de los elementos comenzaron a repetirse.36
El reconocimiento y la aceptación otorgada a la tabla de Mendeléyev vino a partir de dos
decisiones que tomó. La primera fue dejar huecos cuando parecía que el elemento
correspondiente todavía no había sido descubierto.37 No fue el primero en hacerlo, pero sí
en ser reconocido en el uso de las tendencias en su tabla periódica para predecir las
propiedades de esos elementos faltantes.38 Incluso pronosticó las propiedades de algunos
de ellos: el galio (Ga), al que llamó eka-aluminio por estar situado debajo del aluminio;
el germanio (Ge), al que llamó eka-silicio; el escandio (Sc); y el tecnecio (Tc), que, aislado
químicamente a partir de restos de un sincrotrón en 1937, se convirtió en el primer
elemento producido de forma predominantemente artificial.
La segunda decisión fue ignorar el orden sugerido por los pesos atómicos y cambiar los
elementos adyacentes, tales como telurio y yodo, para clasificarlos mejor en familias
químicas. En 1913, Henry Moseley determinó los valores experimentales de la carga
nuclear o número atómico de cada elemento, y demostró que el orden de Mendeléyev
corresponde efectivamente al que se obtiene de aumentar el número atómico.39
El significado de estos números en la organización de la tabla periódica no fue apreciado
hasta que se entendió la existencia y las propiedades de los protones y los neutrones. Las
tablas periódicas de Mendeléyev utilizan el peso atómico en lugar del número atómico para
organizar los elementos, información determinable con precisión en ese tiempo. El peso
atómico funcionó bastante bien para la mayoría de los casos permitiendo predecir las
propiedades de los elementos que faltan con mayor precisión que cualquier otro método
conocido entonces. Moseley predijo que los únicos elementos que faltaban
entre aluminio (Z = 13) y oro (Z = 79) eran Z = 43, 61, 72 y 75, que fueron descubiertos
más tarde. La secuencia de números atómicos todavía se utiliza hoy en día incluso,
aunque se han descubierto y sintetizado nuevos elementos.40

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