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La Tabla Periódica

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La tabla periódica

La historia de la tabla periódica está muy relacionada con varios aspectos del
desarrollo de la química y física: El descubrimiento de los elementos de la tabla
periódica, El estudio de las propiedades comunes y la clasificación de los elementos, La
noción de masa atómica (inicialmente denominada «peso atómico») y,
posteriormente, ya en el siglo xx d. C., número másico, Las relaciones entre la masa
atómica (y, más adelante, el número atómico) y las propiedades periódicas de los
elementos y la aparición de nuevos elementos. Básicamente lo resumo en que fue un
conjunto de factores y necesidades que inspiro a Dmitri Mendeléyev a presentar El 6
de marzo de 1869 una primera versión de su tabla periódica de elementos ante la
Sociedad Química de Rusia. Por esta fecha ya eran conocidos 63 elementos de los 92
que existen de forma natural entre el Hidrógeno y el Uranio. Ambos químicos
colocaron los elementos por orden creciente de sus masas atómicas, los agruparon en
filas o periodos de distinta longitud y situaron en el mismo grupo elementos que
tenían propiedades químicas similares, como la valencia. Construyeron sus tablas
haciendo una lista de los elementos en filas o columnas en función de su peso atómico
y comenzando una nueva fila o columna cuando las características de los elementos
comenzaron a repetirse.

La tabla periódica como la conocemos en la actualidad es una herramienta que


disponemos para observar los elementos químicos en forma de tabla, ordenados por
su número atómico (número de protones), por su configuración de electrones y
sus propiedades químicas. Este ordenamiento muestra tendencias periódicas como
elementos con comportamiento similar en la misma columna.

Las filas de la tabla se denominan períodos y las columnas grupos.4 Algunos grupos
tienen nombres, así por ejemplo el grupo 17 es el de los halógenos y el grupo 18 el de
los gases nobles. La tabla también se divide en cuatro bloques con
algunas propiedades químicas similares. Debido a que las posiciones están ordenadas,
se puede utilizar la tabla para obtener relaciones entre las propiedades de los
elementos, o pronosticar propiedades de elementos nuevos todavía no descubiertos o
sintetizados. La tabla periódica proporciona un marco útil para analizar
el comportamiento químico y es ampliamente utilizada en química y otras ciencias

La tabla periódica de Mendeléyev ha sido desde entonces ampliada y mejorada con el


descubrimiento o síntesis de elementos nuevos y el desarrollo de modelos teóricos
nuevos para explicar el comportamiento químico. La estructura actual fue diseñada
por Alfred Werner a partir de la versión de Mendeléyev. Existen además otros arreglos
periódicos de acuerdo a diferentes propiedades y según el uso que se le quiera dar
(en didáctica, geología, etc.).9 Para celebrar el 150 aniversario de su creación,
la UNESCO declaró 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica de los
Elementos Químicos.
Se han descubierto o sintetizado todos los elementos de número atómico del 1
(hidrógeno) al 118 (oganesón); la IUPAC confirmó los elementos 113, 115, 117 y 118 el
30 de diciembre de 2015,10 y sus nombres y símbolos oficiales se hicieron públicos el
28 de noviembre de 2016.1 Los primeros 94 existen naturalmente, aunque algunos
solo se han encontrado en cantidades pequeñas y fueron sintetizados en laboratorio
antes de ser encontrados en la naturaleza.n. 1 Los elementos con números atómicos
del 95 al 118 solo han sido sintetizados en laboratorios. Allí también se produjeron
numerosos radioisótopos sintéticos de elementos presentes en la naturaleza. Los
elementos del 95 a 100 existieron en la naturaleza en tiempos pasados, pero
actualmente no.11 La investigación para encontrar por síntesis nuevos elementos de
números atómicos más altos continúa.

Historia
La historia de la tabla periódica está muy relacionada con varios aspectos del desarrollo de
la química y física:

 El descubrimiento de los elementos de la tabla periódica.


 El estudio de las propiedades comunes y la clasificación de los elementos.
 La noción de masa atómica (inicialmente denominada «peso atómico») y,
posteriormente, ya en el siglo XX d. C., número másico.
 Las relaciones entre la masa atómica (y, más adelante, el número atómico) y las
propiedades periódicas de los elementos y la aparición de nuevos elementos.
Descubrimiento de los elementos
Artículo principal: Descubrimiento de los elementos químicos

Aunque algunos elementos como el oro (Au), plata (Ag), cobre (Cu), plomo (Pb)
y mercurio (Hg) ya eran conocidos desde la antigüedad, el primer descubrimiento científico
de un elemento ocurrió en el siglo XVII d. C., cuando el alquimista Hennig Brand descubrió
el fósforo (P).13 En el siglo XVIII d. C. se conocieron numerosos nuevos elementos, los más
importantes de los cuales fueron los gases, con el desarrollo de la química
neumática: oxígeno (O), hidrógeno (H) y nitrógeno (N). También se consolidó en esos
años la nueva concepción de elemento, que condujo a Antoine Lavoisier a escribir su
famosa lista de sustancias simples, donde aparecían 33 elementos. A principios del
siglo XIX d. C., la aplicación de la pila eléctrica al estudio de fenómenos químicos condujo
al descubrimiento de nuevos elementos, como los metales alcalinos y alcalino-térreos,
sobre todo gracias a los trabajos de Humphry Davy. En 1830 ya se conocían 55
elementos. Posteriormente, a mediados del siglo XIX d. C., con la invención
del espectroscopio, se descubrieron nuevos elementos, muchos de ellos nombrados por el
color de sus líneas espectrales características: cesio (Cs, del latín caesĭus, azul), talio (Tl,
de tallo, por su color verde), rubidio (Rb, rojo), etc. Durante el siglo XX d. C., la
investigación en los procesos radioactivos llevó al descubrimiento en cascada de una serie
de elementos pesados (casi siempre sustancias artificiales sintetizadas en laboratorio, con
periodos de vida estable muy cortos), hasta alcanzar la cifra de 118 elementos con
denominación oficialmente aceptados por la IUPAC en noviembre de 2016.1

Noción de elemento y propiedades periódicas


Lógicamente, un requisito previo necesario a la construcción de la tabla periódica era el
descubrimiento de un número suficiente de elementos individuales, que hiciera posible
encontrar alguna pauta en comportamiento químico y sus propiedades. Durante los
siguientes dos siglos se fue adquiriendo un mayor conocimiento sobre estas propiedades,
así como descubriendo muchos elementos nuevos.
La palabra «elemento» procede de la ciencia griega, pero su noción moderna apareció a lo
largo del siglo XVII d. C., aunque no existe un consenso claro respecto al proceso que
condujo a su consolidación y uso generalizado. Algunos autores citan como precedente la
frase de Robert Boyle en su famosa obra El químico escéptico, donde denomina
elementos «ciertos cuerpos primitivos y simples que no están formados por otros cuerpos,
ni unos de otros, y que son los ingredientes de que se componen inmediatamente y en que
se resuelven en último término todos los cuerpos perfectamente mixtos». En realidad, esa
frase aparece en el contexto de la crítica de Robert Boyle a los cuatro elementos
aristotélicos.
A lo largo del siglo XVIII d. C., las tablas de afinidad recogieron un nuevo modo de entender
la composición química, que aparece claramente expuesto por Lavoisier en su
obra Tratado elemental de química. Todo ello condujo a diferenciar en primer lugar
qué sustancias de las conocidas hasta ese momento eran elementos químicos, cuáles
eran sus propiedades y cómo aislarlas.
El descubrimiento de gran cantidad de elementos nuevos, así como el estudio de sus
propiedades, pusieron de manifiesto algunas semejanzas entre ellos, lo que aumentó el
interés de los químicos por buscar algún tipo de clasificación.

Los pesos atómicos


A principios del siglo XIX d. C., John Dalton (1766-1844) desarrolló una concepción nueva
del atomismo, a la que llegó gracias a sus estudios meteorológicos y de los gases de la
atmósfera. Su principal aportación consistió en la formulación de un «atomismo químico»
que permitía integrar la nueva definición de elemento realizada por Antoine
Lavoisier (1743-1794) y las leyes ponderales de la química (proporciones definidas,
proporciones múltiples, proporciones recíprocas).
Dalton empleó los conocimientos sobre proporciones en las que reaccionaban las
sustancias de su época y realizó algunas suposiciones sobre el modo como se
combinaban los átomos de las mismas. Estableció como unidad de referencia la masa de
un átomo de hidrógeno (aunque se sugirieron otros en esos años) y refirió el resto de los
valores a esta unidad, por lo que pudo construir un sistema de masas atómicas relativas.
Por ejemplo, en el caso del oxígeno, Dalton partió de la suposición de que el agua era
un compuesto binario, formado por un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno. No tenía
ningún modo de comprobar este punto, por lo que tuvo que aceptar esta posibilidad como
una hipótesis a priori.
Dalton sabía que una parte de hidrógeno se combinaba con siete partes (ocho,
afirmaríamos en la actualidad) de oxígeno para producir agua. Por lo tanto, si la
combinación se producía átomo a átomo, es decir, un átomo de hidrógeno se combinaba
con un átomo de oxígeno, la relación entre las masas de estos átomos debía ser 1:7 (o 1:8
se calcularía en la actualidad). El resultado fue la primera tabla de masas atómicas
relativas (o pesos atómicos, como los llamaba Dalton), que fue modificada y desarrollada
en años posteriores. Las inexactitudes antes mencionadas dieron lugar a toda una serie de
polémicas y disparidades respecto a las fórmulas y los pesos atómicos, que solo
comenzarían a superarse, aunque no totalmente, en el congreso de Karlsruhe en 1860.

Primeros intentos de sistematización


En 1789 Antoine Lavoisier publicó una lista de 33 elementos químicos, agrupándolos
en gases, metales, no metales y tierras.1415 Aunque muy práctica y todavía funcional en la
tabla periódica moderna, fue rechazada debido a que había muchas diferencias tanto en
las propiedades físicas como en las químicas.[cita requerida]
Los químicos pasaron el siglo siguiente buscando un esquema de clasificación más
preciso. Uno de los primeros intentos para agrupar los elementos de
propiedades análogas y relacionarlos con los pesos atómicos se debe al químico
alemán Johann Wolfgang Döbereiner (1780-1849) quien en 1817 puso de manifiesto el
notable parecido que existía entre las propiedades de ciertos grupos de tres elementos,
con una variación gradual del
primero al último. Posteriormente
(1827) señaló la existencia de Tríadas de Döbereiner
otros grupos en los que se daba CaCl2
la misma relación — LiCl H2S
Litio Calcio CaSO Azufre
cloro, bromo y yodo; azufre, selen LiOH SO 2
4
io y telurio; litio, sodio y potasio
—. NaCl H2Se
Estronci SrCl2 Seleni
Sodio NaO SeO
A estos grupos de tres elementos o SrSO4 o
H 2
se los denominó tríadas. Al
clasificarlas, Döbereiner Potasi KCl BaCl2 H2Te
Bario Telurio
explicaba que el peso atómico o KOH BaSO 4 TeO 2

promedio de los pesos de los


elementos extremos, es parecido al del elemento en medio.16Esto se conoció como la ley
de Tríadas.17 Por ejemplo, para la tríada cloro-bromo-yodo, los pesos atómicos son
respectivamente 36, 80 y 127; el promedio es 81, que es aproximadamente 80; el
elemento con el peso atómico aproximado a 80 es el bromo, lo cual hace que concuerde
con el aparente ordenamiento de tríadas.
El químico alemán Leopold Gmelin trabajó con este sistema, y en 1843 había identificado
diez tríadas, tres grupos de cuatro, y un grupo de cinco. Jean-Baptiste Dumas publicó el
trabajo en 1857 que describe las relaciones entre los diversos grupos de metales. Aunque
los diversos químicos fueron capaces de identificar las relaciones entre pequeños grupos
de elementos, aún tenían que construir un esquema que los abarcara a todos. 16
En 1857 el químico alemán August Kekulé observó que el carbono está a menudo unido a
otros cuatro átomos. El metano, por ejemplo, tiene un átomo de carbono y cuatro átomos
de hidrógeno.18 Este concepto finalmente se conocería como «valencia».19
En 1862 de Chancourtois, geólogo francés, publicó una primera forma de tabla periódica
que llamó la «hélice telúrica» o «tornillo». Fue la primera persona en notar la periodicidad
de los elementos. Al disponerlos en espiral sobre un cilindro por orden creciente de peso
atómico, de Chancourtois mostró que los elementos con propiedades similares parecían
ocurrir a intervalos regulares. Su tabla incluye además algunos iones y compuestos.
También utiliza términos geológicos en lugar de químicos y no incluye un diagrama; como
resultado, recibió poca atención hasta el trabajo de Dmitri Mendeléyev.20
En 1864 Julius Lothar Meyer, un químico alemán, publicó una tabla con 44 elementos
dispuestos por valencia. La misma mostró que los elementos con propiedades similares a
menudo compartían la misma valencia.21 Al mismo tiempo, William Odling —un químico
inglés— publicó un arreglo de 57 elementos ordenados en función de sus pesos atómicos.
Con algunas irregularidades y vacíos, se dio cuenta de lo que parecía ser una periodicidad
de pesos atómicos entre los elementos y que esto estaba de acuerdo con «las
agrupaciones que generalmente recibían».22 Odling alude a la idea de una ley periódica,
pero no siguió la misma.23 En 1870 propuso una clasificación basada en la valencia de los
elementos.24

Ley de las octavas de Newlands


El químico inglés John Newlands produjo una serie de documentos de 1863 a 1866 y
señaló que cuando los elementos se enumeran en orden de aumentar el peso atómico, las
propiedades físicas y químicas similares se repiten a intervalos de ocho.n. 2
Ley de las octavas de Newlands
Comparó esta periodicidad con 1 2 3 4 5 6 7
2526
las octavas de la música. Esta Li Be B C N O F
llamada «ley de las octavas» fue 6,9 9,0 10,8 12,0 14,0 16,0 19,0
ridiculizada por los
contemporáneos de Newlands y Na Mg Al Si P S Cl
la Chemical Society se negó a 23,0 24,3 27,0 28,1 31,0 32,1 35,5
publicar su obra,27 porque dejaba
de cumplirse a partir del calcio. K Ca
Newlands fue, sin embargo, 39,0 40,0
capaz de elaborar una tabla de
los elementos y la utilizó para
predecir la existencia de elementos faltantes, como el germanio.28 La Chemical Society
solamente reconoció la importancia de sus descubrimientos cinco años después de que se
le acreditaran a Mendeléyev,29 y posteriormente fue reconocido por la Royal Society, que
le concedió a Newlands su más alta condecoración, la medalla Davy.30
En 1867 Gustavus Hinrichs, un químico danés, publicó un sistema periódico en espiral
sobre la base de los espectros, los pesos atómicos y otras similitudes químicas. Su trabajo
fue considerado como demasiado complicado y por eso no fue aceptado.3132

Tabla periódica de Mendeléyev


Artículo principal: Tabla periódica de Mendeléyev

Tabla
de Mendeléyev publicada en 1872. En ella deja casillas libres para los elementos por
descubrir.
En 1869, el profesor de química ruso Dmitri Ivánovich Mendeléyev publicó su primera
Tabla Periódica en Alemania. Un año después Julius Lothar Meyer33 publicó una versión
ampliada de la tabla que había creado en 1864, basadas en la periodicidad de los
volúmenes atómicos en función de la masa atómica de los elementos.3435
Por esta fecha ya eran conocidos 63 elementos de los 92 que existen de forma natural
entre el Hidrógeno y el Uranio. Ambos químicos colocaron los elementos por orden
creciente de sus masas atómicas, los agruparon en filas o periodos de distinta longitud y
situaron en el mismo grupo elementos que tenían propiedades químicas similares, como
la valencia. Construyeron sus tablas haciendo una lista de los elementos en filas o
columnas en función de su peso atómico y comenzando una nueva fila o columna cuando
las características de los elementos comenzaron a repetirse.36
El reconocimiento y la aceptación otorgada a la tabla de Mendeléyev vino a partir de dos
decisiones que tomó. La primera fue dejar huecos cuando parecía que el elemento
correspondiente todavía no había sido descubierto.37 No fue el primero en hacerlo, pero sí
en ser reconocido en el uso de las tendencias en su tabla periódica para predecir las
propiedades de esos elementos faltantes.38 Incluso pronosticó las propiedades de algunos
de ellos: el galio (Ga), al que llamó eka-aluminio por estar situado debajo del aluminio;
el germanio (Ge), al que llamó eka-silicio; el escandio (Sc); y el tecnecio (Tc), que, aislado
químicamente a partir de restos de un sincrotrón en 1937, se convirtió en el primer
elemento producido de forma predominantemente artificial.
La segunda decisión fue ignorar el orden sugerido por los pesos atómicos y cambiar los
elementos adyacentes, tales como telurio y yodo, para clasificarlos mejor en familias
químicas. En 1913, Henry Moseley determinó los valores experimentales de la carga
nuclear o número atómico de cada elemento, y demostró que el orden de Mendeléyev
corresponde efectivamente al que se obtiene de aumentar el número atómico. 39
El significado de estos números en la organización de la tabla periódica no fue apreciado
hasta que se entendió la existencia y las propiedades de los protones y los neutrones. Las
tablas periódicas de Mendeléyev utilizan el peso atómico en lugar del número atómico para
organizar los elementos, información determinable con precisión en ese tiempo. El peso
atómico funcionó bastante bien para la mayoría de los casos permitiendo predecir las
propiedades de los elementos que faltan con mayor precisión que cualquier otro método
conocido entonces. Moseley predijo que los únicos elementos que faltaban
entre aluminio (Z = 13) y oro (Z = 79) eran Z = 43, 61, 72 y 75, que fueron descubiertos
más tarde. La secuencia de números atómicos todavía se utiliza hoy en día incluso,
aunque se han descubierto y sintetizado nuevos elementos.40

Segunda tabla periódica de Mendeléyev y desarrollos


posteriores

Tabla periódica
de Mendeléyev de 1871 con 8 grupos de elementos. Los guiones representan elementos
desconocidos en esa fecha.
En 1871, Mendeléyev publicó su tabla periódica en una nueva forma, con grupos de
elementos similares dispuestos en columnas en lugar de filas, numeradas I a VIII en
correlación con el estado de oxidación del elemento. También hizo predicciones detalladas
de las propiedades de los elementos que ya había señalado que faltaban, pero deberían
existir.41 Estas lagunas se llenaron posteriormente cuando los químicos descubrieron
elementos naturales adicionales.42
En su nueva tabla consigna el criterio de ordenación de las columnas se basan en
los hidruros y óxidos que puede formar esos elementos y por tanto, implícitamente,
las valencias de esos elementos. Aún seguía dando resultados contradictorios (Plata y Oro
aparecen duplicados, y no hay separación entre berilio y magnesio con boro y aluminio),
pero significó un gran avance. Esta tabla fue completada con un grupo más, constituido
por los gases nobles descubiertos en vida de Mendeléyev, pero que, por sus
características, no tenían cabida en la tabla, por lo que hubo de esperar casi treinta años,
hasta 1904, con el grupo o valencia cero, quedando la tabla más completa.
A menudo se afirma que el último elemento natural en ser descubierto fue el francio —
designado por Mendeléyev como eka-cesio— en 1939.43 Sin embargo, el plutonio,
producido sintéticamente en 1940, fue identificado en cantidades ínfimas como un
elemento primordial de origen natural en 1971.44
La disposición de la tabla periódica estándar45 es atribuible a Horace Groves Deming, un
químico americano que en 1923 publicó una tabla periódica de 18 columnas.46 En 1928
Merck and Company preparó un folleto con esta tabla, que fue ampliamente difundida en
las escuelas estadounidenses. Por la década de 1930 estaba apareciendo en manuales y
enciclopedias de química. También se distribuyó durante muchos años por la empresa
Sargent-Welch Scientific Company.474849

Mecánica cuántica y expansión progresiva de la tabla


La tabla periódica de Mendeléyev presentaba ciertas irregularidades y problemas. En las
décadas posteriores tuvo que integrar los descubrimientos de los gases nobles, las «tierras
raras» y los elementos radioactivos. Otro problema adicional eran las irregularidades que
existían para compaginar el criterio de ordenación por peso atómico creciente y la
agrupación por familias con propiedades químicas comunes. Ejemplos de esta dificultad se
encuentran en las parejas telurio-yodo, argón-potasio y cobalto-níquel, en las que se hace
necesario alterar el criterio de pesos atómicos crecientes en favor de la agrupación en
familias con propiedades químicas semejantes.
Durante algún tiempo, esta cuestión no pudo resolverse satisfactoriamente hasta
que Henry Moseley (1867-1919) realizó un estudio sobre los espectros de rayos X en
1913. Moseley comprobó que al representar la raíz cuadrada de la frecuencia de
la radiación en función del número de orden en el sistema periódico se obtenía una recta,
lo cual permitía pensar que este orden no era casual, sino reflejo de alguna propiedad de
la estructura atómica. Hoy sabemos que esa propiedad es el número atómico (Z) o número
de cargas positivas del núcleo.
La explicación que se acepta actualmente de la ley periódica surgió tras los desarrollos
teóricos producidos en el primer tercio del siglo XX, cuando se construyó la teoría de
la mecánica cuántica. Gracias a estas investigaciones y a desarrollos posteriores, se
acepta que la ordenación de los elementos en el sistema periódico está relacionada con la
estructura electrónica de los átomos de los diversos elementos, a partir de la cual se
pueden predecir sus diferentes propiedades químicas.50
En 1945 Glenn Seaborg, un científico estadounidense, sugirió que los actínidos, como
los lantánidos, estaban llenando un subnivel f en vez de una cuarta fila en el bloque d,
como se pensaba hasta el momento. Los colegas de Seaborg le aconsejaron no publicar
una teoría tan radical, ya que lo más probable era arruinar su carrera. Como consideraba
que entonces no tenía una carrera que pudiera caer en descrédito, la publicó de todos
modos. Posteriormente se encontró que estaba en lo cierto y en 1951 ganó el Premio
Nobel de Química por su trabajo en la síntesis de los actínidos.5152n. 3
En 1952, el científico costarricense Gil Chaverri presentó una nueva versión basada en la
estructura electrónica de los elementos, la cual permite ubicar las series
de lantánidos y actínidos en una secuencia lógica de acuerdo con su número atómico.54
Aunque se producen de forma natural pequeñas cantidades de algunos elementos
transuránicos,11 todos ellos fueron descubiertos por primera vez en laboratorios, el primero
de los cuales fue el neptunio, sintetizado en 1939. La producción de estos elementos ha
expandido significativamente la tabla periódica.55 Debido a que muchos son altamente
inestables y decaen rápidamente, son difíciles de detectar y caracterizar cuando se
producen. Han existido controversias relativas a la aceptación de las pretensiones y
derechos de descubrimiento de algunos elementos, lo que requiere una revisión
independiente para determinar cuál de las partes tiene prioridad, y por lo tanto los
derechos del nombre. Flerovio (elemento 114) y livermorio (elemento 116) fueron
nombrados el 31 de mayo de 2012.56 En 2010, una colaboración conjunta entre Rusia y
Estados Unidos en Dubná, región de Moscú, Rusia, afirmó haber sintetizado seis átomos
de teneso (elemento 117).57
El 30 de diciembre de 2015 la IUPAC reconoció oficialmente los elementos 113, 115, 117,
y 118, completando la séptima fila de la tabla periódica.58 El 28 de noviembre de 2016 se
anunciaron los nombres oficiales y los símbolos de los últimos cuatro nuevos elementos
aprobados hasta la fecha por la IUPAC (Nh, nihonio; Mc, moscovio; Ts, teneso; y
Og, oganesón),1 que sustituyen a las designaciones temporales.

Estructura y organización de la tabla periódica


La tabla periódica actual es un sistema donde se clasifican los elementos conocidos hasta
la fecha. Se colocan De izquierda a derecha y de arriba abajo en orden creciente de sus
números atómicos. Los elementos están ordenados en siete hileras horizontales llamadas
periodos, y en 18 columnas verticales llamadas grupos o familias.59
Hacia abajo y a la izquierda aumenta el radio atómico y el radio iónico.
Hacia arriba y a la derecha aumenta la energía de ionización, la afinidad electrónica y la
electronegatividad.

Grupos

Ejemplo de tabla periódica (en lengua vietnamita), en la que figuran los tres sistemas de
numeración de los grupos.
A las columnas verticales de la tabla se las conoce como grupos o familias. Hay 18 grupos
en la tabla periódica estándar. En virtud de un convenio internacional de denominación, los
grupos están numerados de 1 a 18 desde la columna más a la izquierda —los metales
alcalinos— hasta la columna más a la derecha —los gases nobles—.60
Anteriormente se utilizaban números romanos según la última cifra del convenio de
denominación de hoy en día —por ejemplo, los elementos del grupo 4 estaban en el IVB y
los del grupo 14 en el IVA—. En Estados Unidos, los números romanos fueron seguidos
por una letra «A» si el grupo estaba en el bloque s o p, o una «B» si pertenecía al d. En
Europa, se utilizaban letras en forma similar, excepto que «A» se usaba si era un grupo
precedente al 10, y «B» para el 10 o posteriores. Además, solía tratarse a los grupos 8, 9 y
10 como un único grupo triple, conocido colectivamente en ambas notaciones como grupo
VIII. En 1988 se puso en uso el nuevo sistema de nomenclatura IUPAC y se desecharon
los nombres de grupo previos.61
Algunos de estos grupos tienen nombres triviales —no sistemáticos—, como se ve en la
tabla de abajo, aunque no siempre se utilizan. Los grupos del 3 al 10 no tienen nombres
comunes y se denominan simplemente mediante sus números de grupo o por el nombre
de su primer miembro —por ejemplo, «el grupo de escandio» para el 3—, ya que
presentan un menor número de similitudes y/o tendencias verticales.60
La explicación moderna del ordenamiento en la tabla periódica es que los elementos de un
grupo poseen configuraciones electrónicas similares y la misma valencia, entendida como
el número de electrones en la última capa. Dado que las propiedades químicas dependen
profundamente de las interacciones de los electrones que están ubicados en los niveles
más externos, los elementos de un mismo grupo tienen propiedades químicas similares y
muestran una tendencia clara en sus propiedades al aumentar el número atómico. 62
 Grupo 1 (I A): metales alcalinos  Grupo 7 (VII B):  Grupo 13 (III A): térreos
 Grupo 2 (II A): metales familia del manganeso  Grupo 14 (IV
alcalinotérreos  Grupo 8 (VIII B): A): carbonoideos
 Grupo 3 (III B): familia familia del hierro  Grupo 15 (V
del escandio (tierras  Grupo 9 (VIII B): A): nitrogenoideos
raras y actínidos) familia del cobalto  Grupo 16 (VI A):
 Grupo 4 (IV B): familia del titanio  Grupo 10 (VIII B): calcógenos o anfígenos
 Grupo 5 (V B): familia del vanadio familia del níquel  Grupo 17 (VII
 Grupo 6 (VI B): familia del cromo  Grupo 11 (I B): familia A): halógenos
del cobre  Grupo 18 (VIII A): gases
 Grupo 12 (II B): nobles
familia del zinc
Por ejemplo, los elementos en el grupo 1 tienen una configuración electrónica ns1 y una
valencia de 1 —un electrón externo— y todos tienden a perder ese electrón al enlazarse
como iones positivos de +1. Los elementos en el último grupo de la derecha son los gases
nobles, los cuales tienen lleno su último nivel de energía —regla del octeto— y, por ello,
son excepcionalmente no reactivos y son también llamados «gases inertes».
Los elementos de un mismo grupo tienden a mostrar patrones en el radio atómico, energía
de ionización y electronegatividad. De arriba abajo en un grupo, aumentan los radios
atómicos de los elementos. Puesto que hay niveles de energía más llenos, los electrones
de valencia se encuentran más alejados del núcleo. Desde la parte superior, cada
elemento sucesivo tiene una energía de ionización más baja, ya que es más fácil quitar un
electrón en los átomos que están menos fuertemente unidos. Del mismo modo, un grupo
tiene una disminución de electronegatividad desde la parte superior a la inferior debido a
una distancia cada vez mayor entre los electrones de valencia y el núcleo.63
Hay excepciones a estas tendencias, como por ejemplo lo que ocurre en el grupo 11,
donde la electronegatividad aumenta más abajo en el grupo.64 Además, en algunas partes
de la tabla periódica como los bloques d y f, las similitudes horizontales pueden ser tan o
más pronunciadas que las verticales.656667

Períodos
Las filas horizontales de la tabla periódica son llamadas períodos.68 El número de niveles
energéticos de un átomo determina el periodo al que pertenece. Cada nivel está dividido
en distintos subniveles, que conforme aumenta su número atómico se van llenando en
este orden:
1s
2s 2p
3s 3p
4s 3d 4p
5s 4d 5p
6s 4f 5d 6p
7s 5f 6d 7p

Siguiendo esa norma, cada elemento se coloca según su configuración electrónica y da


forma a la tabla periódica.
Los elementos en el mismo período muestran tendencias similares en radio
atómico, energía de ionización, afinidad electrónica y electronegatividad. En un período el
radio atómico normalmente decrece si nos desplazamos hacia la derecha debido a que
cada elemento sucesivo añadió protones y electrones, lo que provoca que este último sea
arrastrado más cerca del núcleo.69 Esta disminución del radio atómico también causa que
la energía de ionización y la electronegatividad aumenten de izquierda a derecha en un
período, debido a la atracción que ejerce el núcleo sobre los electrones. 63 La afinidad
electrónica también muestra una leve tendencia a lo largo de un período. Los metales —a
la izquierda— generalmente tienen una afinidad menor que los no metales —a la derecha
del período—, excepto para los gases nobles.70
La tabla periódica consta de 7 períodos:

 Período 1
 Período 2
 Período 3
 Período 4
 Período 5
 Período 6
 Período 7

Bloques

La tabla periódica se puede también dividir en bloques de acuerdo a la secuencia en la


que se llenan las capas de electrones de los elementos. Cada bloque se denomina según
el orbital en el que en teoría reside el último electrón: s, p, d y f.71n. 4 El bloque s comprende
los dos primeros grupos (metales alcalinos y alcalinotérreos), así como el hidrógeno y el
helio. El bloque p comprende los últimos seis grupos —que son grupos del 13 al 18 en la
IUPAC (3A a 8A en América)— y contiene, entre otros elementos, todos los metaloides.
El bloque d comprende los grupos 3 a 12 —o 3B a 2B en la numeración americana de
grupo— y contiene todos los metales de transición. El bloque f, a menudo colocado por
debajo del resto de la tabla periódica, no tiene números de grupo y se compone de
lantánidos y actínidos.72 Podría haber más elementos que llenarían otros orbitales, pero no
se han sintetizado o descubierto; en este caso se continúa con el orden alfabético para
nombrarlos. Así surge el bloque g, que es un bloque hipotético.

Metales, metaloides y no metales


De acuerdo con las propiedades físicas y químicas que comparten, los elementos se
pueden clasificar en tres grandes categorías: metales, metaloides y no metales. Los
metales son sólidos generalmente brillantes, altamente conductores que forman
aleaciones de unos con otros y compuestos iónicos similares a sales con compuestos no
metálicos —siempre que no sean los gases nobles—. La mayoría de los no metales son
gases incoloros o de colores; pueden formar enlaces covalentes con otros elementos no
metálicos. Entre metales y no metales están los metaloides, que tienen propiedades
intermedias o mixtas.73
Metales y no metales pueden clasificarse en sub_categorías que muestran una gradación
desde lo metálico a las propiedades no metálicas, de izquierda a derecha, en las
filas: metales alcalinos —altamente reactivos—, metales alcalinotérreos —menos reactivos
—, lantánidos y actínidos, metales de transición y metales post-transición. Los no metales
se subdividen simplemente en no metales poliatómicos —que, por estar más cercanos a
los metaloides, muestran cierto carácter metálico incipiente—, no metales diatómicos —
que son esencialmente no metálicos— y los gases nobles, que son monoatómicos no
metálicos y casi completamente inertes. Ocasionalmente también se señalan subgrupos
dentro de los metales de transición, tales como metales refractarios y metales nobles. 7475
La colocación de los elementos en categorías y subcategorías en función de las
propiedades compartidas es imperfecta. Hay un espectro de propiedades dentro de cada
categoría y no es difícil encontrar coincidencias en los límites, como es el caso con la
mayoría de los sistemas de clasificación.76 El berilio, por ejemplo, se clasifica como un
metal alcalinotérreo, aunque su composición química anfótera y su tendencia a formar
compuestos covalentes son dos atributos de un metal de transición químicamente débil o
posterior. El radón se clasifica como un no metal y un gas noble, aunque tiene algunas
características químicas catiónicas más características de un metal. También es posible
clasificar con base en la división de los elementos en categorías de sucesos,
mineralógicos o estructuras cristalinas. La categorización de los elementos de esta forma
se remonta a por lo menos 1869, cuando Hinrichs escribió que se pueden extraer líneas
sencillas de límites para mostrar los elementos que tienen propiedades similares, tales
como metales y no metales, o los elementos gaseosos.77

Otras formas de representar la tabla periódica


Variantes de la composición del grupo 3
Hay tres variantes principales de la tabla periódica, cada una diferente en cuanto a la
constitución del grupo 3. Escandio e itrio se muestran de manera uniforme, ya que son los
dos primeros miembros de este grupo; las diferencias dependen de la identidad de los
miembros restantes.78
El grupo 3 está formado por Sc, Y, y La, Ac. Lantano (La) y actinio (Ac) ocupan los dos
puestos por debajo del itrio (Y). Esta variante es la más común.79 Hace hincapié en las
similitudes de las tendencias periódicas bajando los grupos 1, 2 y 3, a expensas de las
discontinuidades en las tendencias periódicas entre los grupos 3 y 4 y la fragmentación de
los lantánidos y actínidos.80
El grupo 3 está formado por Sc, Y, y Lu, Lr. Lutecio (Lu) y lawrencio (Lr) ocupan los dos
puestos por debajo del itrio. Esta variante conserva un bloque f de 14 columnas de ancho,
a la vez que desfragmenta a lantánidos y actínidos. Enfatiza las similitudes de tendencias
periódicas entre el grupo 3 y los siguientes grupos a expensas de discontinuidades en las
tendencias periódicas entre los grupos 2 y 3.81
El grupo 3 está formado por Sc, Y, y 15 lantánidos y 15 actínidos. Las dos posiciones
por debajo de itrio contienen los lantánidos y los actínidos (posiblemente por notas al pie).
Esta variante enfatiza las similitudes en la química de los 15 elementos lantánidos (La-Lu),
a expensas de la ambigüedad en cuanto a los elementos que ocupan las dos posiciones
por debajo de itrio del grupo 3, y aparentemente de un bloque f amplio de 15 columnas —
solo puede haber 14 elementos en cualquier fila del bloque f—.n. 5
Las tres variantes se originan de las dificultades históricas en la colocación de los
lantánidos de la tabla periódica, y los argumentos en cuanto a dónde empiezan y terminan
los elementos del bloque f.82n. 6 Se ha afirmado que tales argumentos son la prueba de que
«es un error de romper el sistema [periódico] en bloques fuertemente delimitados». 84 Del
mismo modo, algunas versiones de la tabla dos marcadores han sido criticados por lo que
implica que los 15 lantánidos ocupan la caja única o lugar por debajo de itrio, 85n. 7 en
violación del principio básico de «un lugar, un elemento».n. 8

Forma larga de la tabla periódica, como resultado de


la asignación de los lantánidos y actínidos al grupo 3, bajo Sc e Y.
Tablas periódicas con estructura diferente
Véase también: Alternativas de tablas periódicas

La tabla periódica moderna a veces se expande a su forma larga o de 32 columnas


restableciendo los elementos del bloque f a su posición natural entre los bloques s y d. A
diferencia de la forma de 18 columnas, esta disposición da como resultado «el aumento sin
interrupciones a la secuencia de los números atómicos».87 También se hace más fácil ver
la relación del bloque f con los otros bloques de la tabla periódica.88 Jensen aboga por una
forma de tabla con 32 columnas con base en que los lantánidos y actínidos son relegados
en la mente de los estudiantes como elementos opacos y poco importantes que pueden
ser puestos en cuarentena e ignorados.89 A pesar de estas ventajas, los editores
generalmente evitan la formulación de 32 columnas porque su relación rectangular no se
adapta adecuadamente a la proporción de una página de libro.90

La tabla periódica en el formato de 32 columnas.


Los científicos discuten la eficiencia de cada modelo de tabla periódica. Muchos
cuestionan incluso que la distribución bidimensional sea la mejor. Argumentan que se basa
en una convención y en conveniencia, principalmente por la necesidad de ajustarlas a la
página de un libro y otras presentaciones en el plano. El propio Mendeléyev no estaba
conforme y consideró la distribución en espiral, sin suerte. Algunos argumentos en favor de
nuevos modelos consisten en, por ejemplo, la ubicación del grupo de los lantánidos y de
los actínidos fuera del cuerpo de la tabla, e incluso que el helio debería estar ubicado en el
grupo 2 de los alcaniotérreos, pues comparte con ellos dos electrones en su capa
externa.91 Por ello con los años se han desarrollado otras tablas periódicas ordenadas en
forma distinta, como por ejemplo en triángulo, pirámide, tablas en escalones, torre y en
espiral.9 A este último tipo corresponde la galaxia química, la espiral de Theodor Benfey92 y
la forma en espiral-fractal de Melinda E Green.93 Se estima que se han publicado más de
700 versiones de la tabla periódica.94
Según Phillip Stewart, si Mendeléyev hubiera seguido desarrollando el modelo en espiral,
hubiera podido predecir las propiedades de los halógenos. Utilizando esta idea, el propio
Stewart creó una tabla periódica en espiral a la que dio en llamar «Galaxia química», en la
que acomoda la longitud creciente de los períodos en los brazos de una galaxia en
espiral.91
En palabras de Theodor Benfey, la tabla y la ley periódica
son el corazón de la química —comparables a lo que la teoría de la evolución en biología (que
sucedió al concepto de la scala naturae) y los principios de termodinámica en la física clásica. Sin
embargo, la tabla periódica estándar como se muestra en los salones de clase y se utiliza en los
libros de texto siempre me pareció completamente insatisfactoria. Con sus lagunas de mamut en el
primer y segundo períodos y las colecciones no unidas de lantánidos y actínidos flotantes por debajo
de la tabla, la última impresión que un estudiante tendría sería el sentido de la periodicidad de un
elemento.
Theodor Benfey3

Tabla en espiral de Benfey.


Su preocupación, pues, era estrictamente pedagógica. Por ese motivo diseñó una tabla
periódica oval similar a un campo de fútbol que no mostraba saltos ni elementos flotantes. 3
Ordena los elementos en una espiral continua, con el hidrógeno en el centro y los metales
de transición, los lantánidos y los actínidos ocupando las penínsulas.95 No obstante, no se
sintió satisfecho con el resultado, ya que no tenía espacio suficiente para los lantánidos.
Por ello en un rediseño posterior creó una protrusión para hacerles sitio y lo publicó en
1964 en la revista de la que era redactor jefe, Chemistry (química), de la American
Chemical Society. La tabla fue modificada para dejar abierta la posibilidad de acomodar
nuevos elementos transuránicos que todavía no se habían detectado, cuya existencia
había sido sugerida por Glenn Seaborg, así como otros cambios menores. La espiral de
Benfey fue publicada en calendarios, libros de texto y utilizada por la industria química, 3
por lo cual se volvió popular.96
La tabla fractal se basa en la continuidad de las características del elemento al final de una
fila con el que se encuentra al inicio de la siguiente, lo que sugiere que la distribución
podría representarse mejor con un cilindro en lugar de fraccionar la tabla en columnas.
Además, en algunos casos había muchas diferencias entre algunos elementos con
números atómicos bajos. Por otra parte, la tabla incorpora la familia de los actínidos y los
lantánidos al diseño general, ubicándolos en el lugar que les correspondería por número
atómico, en lugar de mantenerlos separados en dos grupos flotantes al final como sucede
en la tabla estándar. El resultado es que las familias, en lugar de seguir columnas, siguen
arcos radiales. Esta tabla evidencia la periodicidad introduciendo horquillas en el inicio de
los períodos de longitud 8, 18 y 32.93
La mayoría de las tablas periódicas son de dos dimensiones; sin embargo, se conocen
tablas en tres dimensiones al menos desde 1862 (pre-data tabla bidimensional de
Mendeléyev de 1869). Como ejemplos más recientes se puede citar la Clasificación
Periódica de Courtines (1925),97 el Sistema de Lámina de Wrigley (1949),98 la hélice
periódica de Giguère (1965)99 y el árbol periódico de Dufour (1996).100 Se ha descrito que
la Tabla Periódica de Stowe (1989)101 tiene cuatro dimensiones —tres espaciales y una de
color—.102
Las diversas formas de tablas periódicas pueden ser consideradas como un continuo en la
química-física.103 Hacia el final del continuo químico se puede encontrar, por ejemplo, la
Tabla Periódica Inorgánica de Rayner-Canham (2002),104 que hace hincapié en las
tendencias, patrones, relaciones y propiedades químicas inusuales. Cerca del final del
continuo físico está la tabla periódica ampliada escalonada por la
izquierda de Janet (1928). Tiene una estructura que muestra una relación más estrecha
con el orden de llenado de electrones por capa y, por asociación, la mecánica cuántica.105
En algún lugar en medio del continuo se ubica la tabla periódica estándar; se considera
que expresa las mejores tendencias empíricas en el estado físico, la conductividad
eléctrica y térmica, los números de oxidación, y otras propiedades fácilmente inferidas de
las técnicas tradicionales del laboratorio químico.106

Datos adicionales y controversias


Elementos sin propiedades químicas conocidas
Los elementos 108 (hasio), 112 (copernicio) y 114 (flerovio) no tienen propiedades
químicas conocidas. Otros elementos superpesados pueden comportarse de forma
diferente a lo que se predice por extrapolación, debido a los efectos relativistas; por
ejemplo, se predijo que el flerovio exhibiría posiblemente algunas propiedades similares a
las de los gases nobles, aunque actualmente (2016) se coloca en el grupo del carbono.107
Sin embargo, experimentos posteriores sugieren que se comporta químicamente
como plomo, como se espera a partir de su posición de la tabla periódica.108

Otras extensiones de la tabla periódica


Véase también: Tabla periódica de los elementos ampliada

No está claro si los nuevos elementos encontrados continuarán el patrón de la tabla


periódica estándar como parte del período 8 o se necesitará nuevos ajustes o
adaptaciones. Seaborg espera que este periodo siga el patrón previamente establecido
exactamente, de modo que incluiría un bloque s para los elementos 119 y 120, un nuevo
bloque g para los próximos 18 elementos, y 30 elementos adicionales continuarían los
bloques actuales f, d, y p.109 Físicos tales como Pekka Pyykkö han teorizado que estos
elementos adicionales no seguirían la regla de Madelung, que predice cómo se llenan las
capas de electrones, situación que por lo tanto afectaría a la apariencia de la tabla
periódica estándar.110

Elemento con el número atómico más alto posible


El número de posibles elementos no se conoce. En 1911 Elliot Adams, con base en la
disposición de los elementos en cada fila de la tabla periódica horizontal, predijo que no
existirían los elementos de peso atómico superior a 256 —lo que estaría entre los
elementos 99 y 100 en términos de hoy en día—.111 La estimación reciente más alta es que
la tabla periódica puede terminar poco después de la isla de estabilidad,112 que según se
considere un modelo relativista o no se centrará alrededor de Z = 120 y N = 172 o Z = 124-
126 y N = 184,113 ya que la extensión de la tabla periódica está restringida por las líneas de
goteon. 9 de protones y de neutrones.114 Otras predicciones del fin de la tabla periódica
incluyen al elemento 128 de John Emsley,11 al elemento 137 de Richard Feynman,115 y al
elemento 155 de Albert Khazan.11n. 10
Modelo de Bohr
El modelo de Bohr, no relativista, exhibe dificultad para los átomos con número atómico
superior a 137, ya que estos requerirían que los electrones 1s viajen más rápido que c,
la velocidad de la luz, lo que lo vuelve inexacto y no se puede aplicar a estos elementos.117
Ecuación relativista de Dirac
La ecuación relativista de Dirac tiene problemas para elementos con más de 137 protones.
Para ellos, la función de onda del estado fundamental de Dirac es oscilatoria, y no hay
diferencia entre los espectros de energía positivo y negativo, como en la paradoja de
Klein.118 Si se realizan cálculos más precisos, teniendo en cuenta los efectos del tamaño
finito del núcleo, se encuentra que la energía de enlace excede el límite para los
elementos con más de 173 protones. Para los elementos más pesados, si el orbital más
interno (1s) no está lleno, el campo eléctrico del núcleo tira de un electrón del vacío, lo que
resulta en la emisión espontánea de un positrón;119 sin embargo, esto no sucede si el
orbital más interno está lleno, de modo que el elemento 173 no es necesariamente el final
de la tabla periódica.115

Colocación del hidrógeno y el helio


Solamente siguiendo las configuraciones electrónicas, el hidrógeno (configuración
electrónica 1s1) y el helio (1s2) se colocan en los grupos 1 y 2, por encima de litio ([He]2s1)
y berilio ([He]2s2).71 Sin embargo, esta colocación se utiliza rara vez fuera del contexto de
las configuraciones electrónicas: cuando los gases nobles —entonces llamados «gases
inertes»— fueron descubiertos por primera vez alrededor de 1900, se los identificaba como
«el grupo 0», lo que reflejaba que no se les conocía ninguna reactividad química en ese
momento, y el helio se colocó en la parte superior de ese grupo, porque compartía esta
situación extrema. Aunque el grupo cambió su número formal, muchos autores siguieron
colocando al helio directamente por encima del neón, en el grupo 18; uno de los ejemplos
de tal colocación es la tabla IUPAC actual.120Las propiedades químicas del hidrógeno no
son muy cercanas a los de los metales alcalinos, que ocupan el grupo 1, y por eso el
hidrógeno a veces se coloca en otra parte: una de las alternativas más comunes es en el
grupo 17. Una de las razones para ello es la estrictamente univalente química
predominantemente no metálica del hidrógeno, la del flúor —el elemento colocado en la
parte superior del grupo 17— es estrictamente univalente y no metálica. A veces, para
mostrar cómo el hidrógeno tiene tanto propiedades correspondientes a las de los metales
alcalinos y a los halógenos, puede aparecer en dos columnas al mismo tiempo.121 También
puede aparecer por encima del carbono en el grupo 14: así ubicado, se adapta bien al
aumento de las tendencias de los valores de potencial de ionización y los valores de
afinidad de electrones, y no se aleja demasiado de la tendencia de electronegatividad. 122
Por último, el hidrógeno a veces se coloca por separado de cualquier grupo porque sus
propiedades en general difieren de las de cualquier grupo: a diferencia del hidrógeno, los
otros elementos del grupo 1 muestran un comportamiento extremadamente metálico; los
elementos del grupo 17 comúnmente forman sales —de ahí el vocablo «halógeno»—; los
elementos de cualquier otro grupo muestran una química multivalente. El otro elemento del
periodo 1, el helio, a veces se coloca separado de cualquier grupo también.123 La
propiedad que distingue al helio del resto de los gases nobles —a pesar de que su
extraordinario carácter inerte está muy cerca del neón y el argón—124 es que, en su capa
cerrada de electrones, el helio tiene solo dos electrones en el orbital más externo, mientras
que el resto de los gases nobles tienen ocho.

Grupos incluidos en los metales de transición


Según IUPAC un metal de transición es «un elemento cuyo átomo tiene una subcapa d
incompleta o que puede dar lugar a cationes».125 De acuerdo con esta definición, todos los
elementos en los grupos del 3 al 11 son metales de transición y se excluye al grupo 12,
que comprende zinc, cadmio y mercurio.
Algunos químicos consideran que los «elementos del bloque d» y los «metales de
transición» son categorías intercambiables, incluyendo por tanto al grupo 12 como un caso
especial de metal de transición en el que los electrones d no participan normalmente en el
enlace químico. El descubrimiento de que el mercurio puede utilizar sus electrones d en la
formación de fluoruro de mercurio (IV) (HgF4) llevó a algunos científicos a sugerir que el
mercurio puede ser considerado un metal de transición.126 Otros, como Jensen,
argumentan que la formación de un compuesto como HgF4 puede ocurrir solo bajo
condiciones muy anormales. Como tal, el mercurio no puede ser considerado como un
metal de transición por ninguna interpretación razonable en el sentido normal del
término.127
En otros casos hay quienes no incluyen al grupo 3, argumentando que estos no forman
iones con una capa d parcialmente ocupada y por lo tanto no presentan las propiedades
características de la química de los metales de transición.128

Elementos en el grupo 3 del periodo 6 y 7


Aunque el escandio y el itrio son siempre los dos primeros elementos del grupo 3, la
identidad de los próximos dos elementos no se resuelve. O bien son lantano y actinio,
o lutecio y lawrencio. Existen argumentos físicos y químicos para apoyar esta última
disposición,82129 pero no todos los autores están convencidos.130
Tradicionalmente se representa al lantano y al actinio como los restantes miembros del
grupo 3.131 Se ha sugerido que este diseño se originó en la década de 1940, con la
aparición de las tablas periódicas que dependen de las configuraciones electrónicas de los
elementos y la noción de la diferenciación de electrones.
Las configuraciones de cesio, bario y lantano son [Xe]6s1, [Xe]6s2 y [Xe]5d16s2. Por lo tanto
el lantano tiene un electrón diferenciador 5d y esto lo establece «en el grupo 3 como el
primer miembro del bloque d para el periodo 6».132
En el grupo 3 se ve un conjunto consistente de configuraciones electrónicas: escandio
[Ar]3d14s2, itrio [Kr]4d15s2 y lantano. Aún en el período 6, se le asignó al iterbio una
configuración electrónica de [Xe]4f135d16s2 y [Xe]4f145d16s2 para el lutecio, lo que resulta
«en un electrón diferenciante 4f para el lutecio y lo establece firmemente como el último
miembro del bloque f para el período 6.»132 Matthias133 describe la colocación del lantano
en virtud del itrio como «un error en el sistema periódico —por desgracia propagado
mayoritariamente por la compañía Welch [Sargent-Welch]... y ...todo el mundo la copió».
Lavelle lo refutó aportando una serie de libros de referencia conocidos en los que se
presentaban tablas periódicas con tal disposición.134
Las primeras técnicas para separar químicamente escandio, itrio y lutecio se basaron en
que estos elementos se produjeron juntos en el llamado «grupo de itrio», mientras que La
y Ac se produjeron juntos en el «grupo del cerio».132 Por consiguiente, en los años 1920 y
30 algunos químicos colocaron el lutecio en el grupo 3 en lugar del lantano. n. 11
Posteriores trabajos espectroscópicos encontraron que la configuración electrónica de
iterbio era de hecho [Xe]4f146s2. Esto significaba que iterbio y lutecio tenían 14 electrones f,
«resultando en un electrón diferenciante d en lugar de f» para el último, lo que lo hacía un
«candidato igualmente válido» para la siguiente posición de la tabla periódica en el grupo 3
debajo del itrio.132 Varios físicos en los años 1950 y 60 optaron por lutecio, a la luz de una
comparación de varias de sus propiedades físicas con las del lantano.132 Esta disposición,
en la que el lantano es el primer miembro del bloque f, es cuestionada por algunos
autores, ya que este elemento carece de electrones f. Sin embargo, se ha argumentado
que esta no es una preocupación válida dado que existen otras anomalías en la tabla
periódica, como por ejemplo el torio, que no tiene electrones f, pero forma parte de ese
bloque.135 En cuanto al lawrencio, su configuración electrónica se confirmó en 2015 como
[Rn]5f147s27p1, lo que representa otra anomalía de la tabla periódica, independientemente
de si se coloca en el bloque d o f, pues la potencialmente aplicable posición de bloque p se
ha reservado para el nihonio al que se le prevé una configuración electrónica de
[Rn]5f146d107s27p1.136

Forma óptima
Las muchas formas diferentes de la tabla periódica han llevado a preguntarse si existe una
forma óptima o definitiva. Se cree que la respuesta a esta pregunta depende de si la
periodicidad química tiene una verdad subyacente, o es en cambio el producto de la
interpretación humana subjetiva, dependiente de la circunstancias, las creencias y las
predilecciones de los observadores humanos. Se podría establecer una base objetiva para
la periodicidad química determinando la ubicación del hidrógeno y el helio, y la
composición del grupo 3. En ausencia de una verdad objetiva, las diferentes formas de la
tabla periódica pueden ser consideradas variaciones de la periodicidad química, cada una
de las cuales explora y hace hincapié en diferentes aspectos, propiedades, perspectivas y
relaciones de y entre los elementos. Se cree que la ubicuidad de la tabla periódica
estándar es una consecuencia de su diseño, que tiene un equilibrio de características en
términos de facilidad de construcción y tamaño, y su descripción de orden atómico y
tendencias periódica

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