Metafora La Bicicleta
Metafora La Bicicleta
Metafora La Bicicleta
AVENTURA EN BICICLETA
De las diferentes técnicas que constituyen esta propuesta metodológica, destacamos la metáfora, que nos acompaña durante todo el
proceso, los diferentes mapas, que nos permiten explorar más allá del problema, y los documentos terapéuticos, que refuerzan y
consolidan aquellos relatos que van surgiendo.
Todo el proceso gira en torno al uso del lenguaje y de las metáforas para crear un contexto de colaboración, en el que se facilita el
surgimiento de conversaciones narrativas que permitan crear historias alternativas.
Las dos metáforas en torno a las que se organiza todo el proceso son aventura y bicicleta.
Buscando un punto de unión entre diferentes definiciones y significados, podríamos decir que la palabra “aventura” nos habla de una
experiencia emocionante que nos transporta, donde las emociones y las dificultades se entremezclan para dar lugar al crecimiento.
Sustituir el término “tratamiento” (asociado al déficit, a la patología y con una gran carga de emociones negativas) por “aventura”,
tiene importantes implicaciones, facilitando un ambiente positivo y aumentando la motivación y la implicación de la persona en el
proceso de cambio.
No sólo conecta con la persona a nivel emocional, la prepara para moverse hacia el cambio, hacia donde ella desea ir.
En la bicicleta, por su parte, destacamos la característica del dinamismo, que no viene del objeto, sino de la persona, de sus fuerzas y
habilidades, lo que tiene un gran impacto en el aumento de sentido de agencia personal. Podríamos añadir que, en nuestra cultura, “la
bicicleta” es una metáfora viva, provista de significados y emociones muy fuertes. Esto la convierte en un recurso muy potente capaz
de llegar a las personas y movilizarlas.No sólo conecta con la persona a nivel emocional, la prepara para moverse hacia el cambio,
hacia donde ella desea ir.
Desde este marco metafórico, partiendo de la idea de que todo proceso de cambio supone un viaje hacia un destino soñado, con un
camino por recorrer utilizando nuestros recursos, nos preparamos para este viaje, explorando a fondo la bicicleta y planificando la ruta.
LA BICICLETA DE LA VIDA
La bicicleta podría considerarse una variante de la técnica del árbol de la vida (Ncube y Denborough, 2011; Chimpén, Dumitrascu y
Montesano, 2014). Los elementos que se exploran son muy similares pero la metáfora utilizada permite incorporar dos aspectos de
gran importancia: el movimiento y la dirección.
Estos elementos adicionales tienen un gran impacto en el sentido de agencia personal porque son controlados por la persona. Es la
persona la que mueve la bicicleta y la dirige hacia el destino elegido.
Explorar nuestra bicicleta y prepararla para el viaje, implica además un interesante ejercicio de re-autoría traducido a una imagen. Esta
imagen, unida a una metáfora tan cercana a nosotros, nos permite explorar y enriquecer los relatos, dando paso a historias alternativas
llenas de posibilidades. El resultado quedará escrito y dibujado, como recordatorio y reconocimiento de aquello que la persona valora
en la vida. La bicicleta se convierte en un gran mapa narrativo en el que van surgiendo diferentes conversaciones narrativas.
Descripción de las partes que componen la bicicleta.
Todos los elementos de la bicicleta están relacionados, formando un conjunto en continuo equilibrio. No hay ninguna parte
insignificante, todo cuenta para dar más fortaleza al conjunto. Teniendo en cuenta esto, distinguimos varios elementos básicos.
Sillín: Representa todas aquellas áreas que permiten un nivel mínimo de bienestar. Incluimos aquí actividades atractivas para la
persona que le permiten relajarse, descansar y disfrutar.
Cuadro: Representa las estrategias, habilidades, capacidades y valores de la persona. Se tienen en cuentan constructos estructuralistas
como recursos disponibles, pero se va más allá, explorando aquello a lo que la persona le da valor, lo que para ella da sentido a la vida.
Ruedas: en las ruedas se representan las relaciones significativas para la persona y las contribuciones tanto recibidas como dadas.
También aquí hay espacio para aquel legado que nos gustaría dejar a los demás.
Manillar: permite dirigir nuestras fortalezas y el esfuerzo realizado, hacia el destino deseado. Aunque está directamente relacionada
con los sueños y los propósitos, se enfoca hacia como nos dirigimos hacia ellos, las decisiones que tenemos que tomar y las estrategias
utilizadas. Representa aquello que nos ayuda a tomar decisiones, a dirigir nuestros pasos hacia aquello que queremos.
Pedales: esperanzas, deseos, sueños para ellos, los demás y la comunidad. ¿Qué es aquello que nos proporciona la fuerza para
avanzar? Estrategias que te ayudan a mover la bici hacia aquello que deseas. ¿La fuerza que pones para mover tu bicicleta de donde
proviene? ¿Cómo regulas esa fuerza controlando el ritmo y el esfuerzo según las necesidades de la ruta?
Existen muchos otros elementos que podríamos incluir, pero considero que aporta más riqueza y flexibilidad no concretarlos con
detalle, para que la persona pueda ir incorporándolos en el trascurso de la experiencia, incluso después, de acuerdo a sus necesidades.
La ruta la construimos cada día y, a pesar de tenerla planificada, pueden surgir imprevistos que pongan en peligro nuestro camino.
Reflexionar sobre las dificultades que podemos encontrar y los recursos que disponemos para superarlas, nos permite elaborar un “kit
de emergencia” de gran utilidad para afrontar con mayor éxito las vicisitudes del camino.
Comenzamos explorando con unas preguntas generales: Cuando hay dificultades, cuando parece que las fuerzas desparecen y nos
entran ganas de abandonar.
El siguiente esquema puede ser de gran utilidad para una exploración más profunda.
Cada kit de emergencia será único, influido por la ruta, pero adaptado a la persona, a sus habilidades, a su historia, a todo aquello que
es importante y significativo para ellos.
LA RUTA
Se fundamenta en la idea de base de las conversaciones de migración de identidad. Pasamos de una identidad saturada del problema, a
una identidad enriquecida capaz de hacerle frente al problema. Pero esto no ocurre de forma inmediata ni sin esfuerzo. Existe un
espacio de tiempo entre el punto de partida y nuestro destino. La ruta, nos habla de ese viaje por descubrir que se presenta ante
nosotros. Reflexionar sobre la idea de una ruta con retos de diferente dificultad, que a medida que superamos nos acercan a ese lugar
que deseamos, supone una gran fuente de motivación, refuerza el sentido de agencia personal, ayudando a prevenir las recaídas y el
abandono de la ruta en momentos críticos.
El mapa de la ruta es una co-construcción donde la persona es la experta. Al comienzo puede ser útil mostrarle algún ejemplo ya
hecho, o incorporar algún detalle de otras rutas: “En una ocasión alguien me dijo que en el camino le ocurría esto, ¿Qué te parece?
¿Tiene sentido para ti?”
Cuando comenzamos la construcción de la ruta, podemos encontrarnos con varias posibilidades a tener en cuenta:
Tener una gráfica de otras personas que ya hicieron el camino. Nos puede ayudar para orientarles en el comienzo.
No disponemos de una gráfica, pero sí la experiencia de la persona que ha hecho en otros momentos ese camino u otro similar.
Con esto comenzamos a trazar la ruta, a partir de la experiencia y el conocimiento que tiene la persona de ella.
No tenemos una gráfica que nos sirva de guía, ni una experiencia clara que podamos traer. En estas situaciones podemos
reflexionar sobre la ruta, intentar predecir cómo será y que podemos encontrar.
No siempre vamos a tener una información clara y detallada. De hecho, lo más común, es que al principio sea un simple esbozo, poco
definido al que le vamos añadiendo los demás elementos hasta darle forma a ese paisaje único. Sin embargo, independientemente de la
información que tengamos, siempre podemos reflexionar sobre la ruta a la que nos enfrentamos y los recursos de los que disponemos.
Descripción de los elementos.
Un camino con un comienzo y un final previamente determinados. En los diferentes tramos que forman la ruta encontramos
diferencias que es importante analizar. Podemos distinguir varios puntos importantes, el inicio o “Km. 0”, el destino y donde se
encuentra la persona, que habitualmente no es el inicio.
Punto de partida: ¿Dónde estamos? Es muy importante saber en qué parte de la ruta estamos y reflexionar sobre el camino ya andado.
En este punto podemos enlazar con las preguntas escala de la terapia breve centrada en soluciones. Algunas preguntas que pueden
ayudar a explorar:
¿Qué dice de ti encontrarte en ese punto del camino? ¿Cómo llegaste? ¿Qué has puesto de tu parte? ¿Qué otras cosas crees que
puedes hacer para avanzar, aunque sea un pequeño tramo de ruta?
Y para llegar a este punto ¿Qué crees que tendrías que hacer?
Destino: hablar con detalle del destino elegido, permite definir los objetivos en palabras de las personas y teniendo como base sus
sueños, esperanzas y propósitos de vida. ¿Dónde queremos llegar? ¿Qué nos guía? ¿Este destino nos lleva a otros destinos preferidos?
Cuando llegue, ¿Qué crees que ocurrirá? ¿Cómo te sentirás?
Subidas: Representan momentos de dificultad. Tenemos que utilizar todas nuestras fuerzas para subirla.
Bajadas: Representan momentos en apariencia fáciles, pero en los que tenemos que estar alerta porque podemos perder el
control.
Curvas: Representan momentos en los que tenemos que hacer cambios de dirección para seguir el camino.
Llano: Representan momentos de calma, donde sólo necesitamos seguir pedaleando de forma moderada para seguir el camino.
Rotonda: Representa aquellos momentos en los que damos vueltas a un punto fijo, momentos en los que estamos estancados,
ni avanzamos, ni retrocedemos. No nos llevan a ninguna parte, a menos que salgamos de ella.
En todos estos tramos se evidencia que las diferencias en el camino no suponen un obstáculo para continuar, aunque pueden requerir
los ajustes oportunos. Se refuerza la idea de que es la persona, y nadie más, la que controla la bicicleta para seguir el camino, haciendo
las modificaciones necesarias.
Artículo recomendado: La comida chatarra es más atractiva para el cerebro cuando tenemos sueño
Es una descripción rica del camino que emprendemos donde se incluyen aquellos aspectos que nos ayudan a avanzar por la ruta y
todos aquellos que pueden suponer un obstáculo.
Varios elementos que parecen importantes a la hora de predecir y planificar nuestro viaje:
Personas: Aquí podemos explorar las relaciones significativas que influyen directamente en la continuidad o abandono de la
ruta:
o Personas que nos apoyan y nos animan a seguir, que nos recuerdan que puedes seguir adelante a pesar de las
dificultades.
o Personas que nos dicen que abandonemos el viaje de diferentes formas, que nos bajemos de la bicicleta y nos demos la
vuelta.
Fuentes: Las fuentes nos refrescan, nos ayudan a reponer fuerzas. Incluimos aquí todo lo que nos ayuda a sentirnos mejor, más
relajados, más alegres, más con nosotros mismos, aunque aparentemente no tenga nada que ver con esta ruta concreta.
Flores, paisaje: Pequeños detalles que hacen nuestro viaje único y especial. Puede ser difícil de identificar en este momento,
porque muchos de estos pequeños detalles aparecerán de forma sorprendente, pero reflexionar sobre ello cambia nuestra
percepción del camino.
Piedras y picos: Dificultades que podemos encontrar. Identificar las dificultades es importante, pero sobre todo nuestra actitud
hacia ellas y los recursos que vamos a poner en marcha cuando aparezcan.
Estrellas: Las estrellas que nos guían. ¿Qué nos guía en nuestro camino? ¿Cuándo estamos perdidos que nos ayuda a seguir
por nuestro camino a reencontrarnos con él? Relacionado con los sueños, propósitos y esperanzas, con aquello que más valora,
lo que le da fuerzas para no dejarse vencer, para buscar el camino cuando hay confusión.
Campo: Nos encontramos todo tipo de terreno y variedad de vegetación. Este entorno que nos influye y donde nosotros vamos
dejando huella. Aquí explorando todos aquellos aspectos relacionado con el contexto social y cultural que nos pueden influir de
forma negativa o positiva en nuestra travesía.
La fuerza de las metáforas y el poder de la palabra escrita se alían para desafiar las historias que oprimen a las personas, surgen nuevos
relatos y con ellos, la esperanza.
Todos los esquemas utilizados, tanto para la construcción de la ruta como para la bicicleta, incluido el kit de emergencia, pueden ser
considerados como documentos terapéuticos. Junto a estos, podemos utilizar otros que los complementan: certificado de bicicleta,
certificado de ruta recorrida, y cuaderno de viaje.
REFLEXIONES FINALES
La fuerza de las metáforas y el poder de la palabra escrita se alían para desafiar las historias que oprimen a las personas, surgen nuevos
relatos y con ellos, la esperanza. Las metáforas proporcionan un marco rico de significados y lleno de emociones desde el que explorar
y enriquecer los relatos de sí mismo y de su vida. Podemos sentir el poder de estas metáforas, su implicación en las narraciones de las
personas, y en los procesos de cambio.Los diferentes esquemas nos proporcionan un mapa inmenso desde el que explorar todas
aquellas historias alternativas que el problema ha mantenido ocultas. Nos permite conectar con diferentes conversaciones narrativas
que se enriquecen mutuamente creando una historia sólida que desafía al problema.
En las diferentes aventuras la palabra escrita adquiere gran protagonismo, los esquemas que se van construyendo, se convierten en
documentos terapéuticos de gran poder. La palabra escrita, con toda su potencia, nos brinda la oportunidad de tener a mano esos
pequeños relatos que van surgiendo, organizar y reconocer ese conocimiento suyo tan rico, y celebrar cada paso dado. Nos invitan así,
a seguir hacia los destinos soñados.
Por: Jorge, Adoración (Psicóloga: dorijorge@gmail.com) y Chimpén, Carlos A. (Psicólogo y profesor: cchimpen@unex.es)
Universidad de Extremadura, Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional, Avda. de la Universidad s/n, Cáceres, España
Referencias bibliográficas:
Beyebach M. (1995). Uso de las metáforas en terapia familiar. En: Beyebach M., Navarro S. (Comp.) Avances en terapia familiar
sistémica (pp. 57-75). Barcelona: Paidós.
Chimpén, C.A., Dumitrascu, A., Montesano, A. (2014). Un enfoque narrativo en la prevención de la violencia escolar: el árbol de la
vida y los documentos colectivos. Revista de Psicoterapia, 25 (98), 41-59.
Denborough, D. (2008). Collective Narrative Practice: Responding to individuals, groups and communities who have experienced
trauma. Dulwich Centre Publications, Adelaide
Epston, D. (1994). Obras escogidas. Barcelona, Editorial Gedisa
Foucault, M. (2009). Vigilar y castigar. Buenos Aires: Siglo XXI editores.
Foucault, M. (2012). El poder, una bestia magnífica: sobre el poder, la prisión y la vida. Buenos Aires: Siglo XXI editores.
Freeman J, Epston D y Lobovits D. (2001). Terapia narrativa para niños. Aproximación a los conflictos familiares a través del juego.
Barcelona: Paidós.
Gergen K. y Warhus L., (2001). La terapia como una construcción social. Dimensiones, deliberaciones y divergencias. Revista
Sistemas Familiares, año 17, nº1.
Gergen, kenneth J. (1991). El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo. _Barcelona: Paidós.
Gergen, kenneth J. (1994). _Realidades y relaciones. Aproximaciones a la construcción social. _Barcelona, Editorial Paidós.
Lakoff y Johnson (1991). _Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra.
Payne M. (2002). Terapia narrativa, una introducción para profesionales. Barcelona: Paidós.
Villegas, M. y Mallor, P. (2011). Recursos analógicos en psicoterapia: metáforas, mitos y cuentos. Revista de Psicoterapia, 82/83 5-63
White M. y Epson D. (1993). Medios Narrativos para fines terapéuticos. Barcelona: Paidós
White, M. (1994). Guías para una terapia familiar sistémica. Barcelona: Gedisa
White, M. (2002). El enfoque narrativo en la experiencia de los terapeutas. Barcelona: Gedisa.
White, M. (2002). Reescribir la vida. Barcelona: Gedisa.
White, M. (2007). Maps of narrative practice. New York, USA: Norton.