H. RES. 05 SENTENCIA
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NOTIFICACION N° 002-2022-JR-CO
EXPEDIENTE : 00001-2022-0-1506-JR-CO-07
MATERIA : OBLIGACIÓN DE DAR SUMA DE DINERO
ESP. DE SALA : BENAVIDES IDROGO, MARYORI
YANELA DEMANDADO : CIXTO PEREZ LOPEZ
DEMANDANTE : SCOTIABANK PERÚ S.A.A
SENTENCIA DE VISTA
VISTOS: Observando las formalidades previstas por el artículo 131° del Texto Único Ordenado
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, interviene como ponente Luz María Burga, por lo que
esta segunda sala Civil emite resolución con base en lo siguiente:
I. PARTE EXPOSITIVA:
La parte apelante, CIXTO PEREZ TORRES, solicito como pretensión principal, se revoque la
resolución número cinco, puesto que le causa agravio de carácter económico y procesal, por
cuanto el Juzgador, mediante una Resolución carente de adecuada motivación, ha expedido un
auto final incongruente, sin asidero jurídico, con ineficiente aplicación de la Ley, que afecta sus
legítimos intereses económicos y el debido proceso.
Sostiene que, si bien giré un Pagaré a favor de EL BANCO, conforme a las circunstancias y
monto que expresa el demandante, sin embargo, existe un punto que desconocemos y que el A
quo no ha tomado en cuenta al momento de emitir la sentencia. Señor juez, al momento de
otorgarse el crédito de S/ de S/ 252. 755. 88 (doscientos cincuenta y dos mil setecientos
cincuenta y cinco con 88/100 soles) se firmó un contrato dónde la acreedora no me ha otorgado
el duplicado como tampoco me ha otorgado la hoja resumen de deuda, de igual manera no me
ha otorgado copia del pagaré; documentos que han sido requeridos en varias oportunidades
verbales, escritas, hasta con el apersonamiento directo a la sede del banco acreedor para realizar
reclamos, sin embargo, dichos documentos nunca me fueron remitidos.
Que, refiriéndome a mi dirección antigua esta se ubicaba en la calle Las Esmeraldas N° 170
Urb. Carlos Stein Chávez, distrito de José Leonardo Ortiz, provincia de Chiclayo y
departamento de Lambayeque; sin embargo, por motivos laborales cambié de lugar de
residencia; y la vivienda que resulta de mi propiedad, había quedado inhabitada por algún lapso,
hasta que se presentó la oportunidad de adecuarla y explotarla económicamente mediante el
arrendamiento. En ningún momento he sido notificado con ningún tipo de requerimiento, con el
protesto, con la resolución N°1 y las siguientes; a pesar de las continuas visitas que realizaba,
pues al ser administrador de la vivienda tenía la responsabilidad de acercarme directamente para
constatar su estado de conservación. Asimismo, la demandada señala en su escrito de fecha 30
de marzo de 2022, envió correos electrónicos al demandado, comunicando que tenía a la fecha
una deuda pendiente; afirmación que no reconozco, pues hasta la fecha no cuento con ningún
tipo de servicio de mensajería. De lo anterior, señalo que no he tenido conocimiento de ningún
tipo de requerimiento y resolución para poder realizar mi defensa conforme a ley.
Decir que el acta de conciliación carece de validez es cuestionar la veracidad respecto a los
servicios profesionales que brinda la Dra. Milagros Medalit Castañeda Relayza, especialista a
cargo de la elaboración del acta de conciliación. Por otro lado, sobre las notificaciones que alega
el demandante, las cuales no se anexaron a la demanda, estas se encuentran en las oficinas del
centro de conciliación, puesto que forman parte del expediente n.° 145-2022, así como la
solicitud para conciliar y demás documentos que se presentaron en su momento para dar inicio
al trámite extrajudicial.
Asimismo, con fecha 26 de marzo de 2022 el señor Pérez se apersona al proceso y contesta la
demanda interpuesta por mi representada. Sin embargo, en ningún momento este cuestionó a
través del planteamiento de una excepción, la interposición de la demanda. En ese orden de
ideas, se entiende por convalidado el acto de notificación al demandado, estableciéndose así una
relación jurídica válida según consta en la resolución n.° 3 de fecha 28 de marzo de 2022.
Sobre los requerimientos de documentos alegado por la parte apelante; es falso lo señalado por
las siguientes razones:
- Segundo, se debe considerar que, en una situación de formalidad general, cuando el contrato y
el pagaré son llenados, la entrega de las copias se realiza de manera inmediata, además de ella,
el acto de la firma de ambos documentos manifiesta la conformidad y aceptación de los hechos
plasmados en los documentos, por lo que su primer inciso quedaría desestimado, ante la
inconformidad que manifiestan.
Sobre la referencia del recurrente de haber venido cancelando parte de la deuda, y los vouchers
de pago anexados, es preciso resaltar que:
- Tercero, en ningún momento tras la celebración del contrato, se pactaron fechas para efectuar
pagos adelantados, sino por el contrario, según consta en su cláusula segunda, una vez llegada la
fecha de vencimiento, Scotiabank quedaría habilitada para emplear las medidas legales
necesarias para la recuperación de la deuda.
En relación a la supuesta vulneración de la tutela procesal efectiva por falta de notificación del
acta de protesto; advertimos que el pagaré emitido en favor de mi representada contenía
expresamente la CLÁUSULA DE LIBERACIÓN DE PROTESTO, en la que dispensa a
Scotiabank de la formalización del protesto, ello de conformidad con lo establecido en el
artículo 52 y numeral 81.1 del artículo 81 de la Ley n.° 27287, Ley de Títulos Valores, referidos
a la cláusula sin protesto y pacto de no protesto, respectivamente.
PRIMERO. - En lo que respecta a los límites de las facultades de este colegiado al resolver el
recurso de apelación. - De conformidad con el artículo 364° del Código Procesal Civil, de
aplicación supletoria al presente proceso laboral, el recurso de apelación tiene por objeto que el
órgano jurisdiccional superior examine los fundamentos vertidos por el órgano jurisdiccional de
primera instancia, a solicitud de parte o tercero legitimado, la resolución que les produzca
agravio, con el propósito de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.
Así, conforme a la aplicación del principio contenido en el aforismo latino tantum devolutum
quantum apellatum, la competencia del Superior sólo alcanzará a ésta y a su tramitación; por lo
que, corresponderá a este órgano jurisdiccional circunscribirse únicamente al análisis de la
resolución impugnada, pronunciándose respecto a los agravios contenidos en el escrito.
Con tal finalidad, mediante los Expedientes N° 4215 -2010-PA/TC , N° 01230- 2002-HC/TC y
N° 08125-2005-HC/TC, el citado colegiado constitucional ha sostenido en reiterada
jurisprudencia que ”La jurisprudencia de este Tribunal ha sido constante al establecer que la
exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas “garantiza que los jueces, cualquiera
sea la instancia a la que pertenezcan, expresen el proceso mental que los ha llevado a decidir una
controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga con
sujeción a la Constitución y a la ley; pero también con la finalidad de facilitar un adecuado
ejercicio del derecho de defensa de los justiciables…De este modo, la motivación de las
resoluciones judiciales se revela tanto como un principio que informa el ejercicio de la función
jurisdiccional, así como un derecho constitucional que asiste a todos los justiciables” (…) “el
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales no garantiza una determinada extensión
de la motivación, por lo que su contenido constitucional se respeta, prima facie, siempre que
exista: a) fundamentación jurídica, que no implica la sola mención de las normas a aplicar al
caso, sino la explicación y justificación de por qué tal caso se encuentra o no dentro de los
supuestos que contemplan tales normas; b) congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que
implica la manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad entre los
pronunciamientos del fallo y las pretensiones formuladas por las partes; y, c) que por sí misma
exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se
presenta el supuesto de motivación por remisión”.
b) Falta de motivación inter del razonamiento, que se presenta en una doble dimensión: por un
lado, cuando existe invalidez de una inferencia a partir de las premisas que establece
previamente el Juez en su decisión; y, por otro, cuando existe incoherencia narrativa, que a la
postre se presenta como un discurso absolutamente confuso incapaz de transmitir, de modo
coherente, las razones en las que se apoya la decisión. Se trata, en ambos casos, de identificar el
ámbito constitucional de la debida motivación mediante el control de los argumentos utilizados
en la decisión asumida por el juez o tribunal, ya sea desde la perspectiva de su corrección lógica
o desde su coherencia narrativa.
De manera que, si bien no todo ni cualquier error en el que eventualmente incurra una
resolución judicial constituye automáticamente la violación del contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, cierto es también que el
deber de motivar constituye una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y
garantiza que las resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
derivan del caso”.
TERCERO.- De esta manera, se deberá analizar con criterio de conciencia, que también en la
Tutela Procesal Efectiva – en el cual forma parte el Debido Proceso- la razonabilidad y
proporcionalidad de una medida adoptada –en sede administrativa o judicial- se circunscribe
como una garantía mínima que los particulares y el propio Estado deberán considerar, pues, en
su dimensión sustancial, permite que estas garantías mínimas (los cuales no se limitan a los
derechos fundamentales reconocidos de manera expresa en la Constitución) se extiendan a
aquellos derechos que se funden en la dignidad humana (artículo 3° de la Constitución
Política),o que sean esencial es para cumplir con su finalidad.
CUARTO:
PRIMERO. - Que, por el principio de convalidación se admite que los defectos formales de los
actos, puedan ser saneados por la voluntad de la parte perjudicada con el incumplimiento de una
formalidad. Siendo así, el profesor uruguayo Eduardo Couture, refiriéndose al tema, sostuvo que
«...en principio, en Derecho Procesal Civil, toda nulidad se convalida por el consentimiento- en
este caso de la recurrente-». Ahora bien, la voluntad consentidora de la parte perjudicada puede
manifestarse expresa o tácitamente. Habrá convalidación expresa en la medida que el acto
procesal formalmente viciado, sea ratificado por la parte perjudicada. Existirá convalidación
tácita cuando la parte legitimada para pedir la nulidad, no la deduzca en el momento debido.
Este tipo de convalidación se sintetiza en el precepto consensus non minus ex faxto quam ex ver
bis colligitur es decir, si el que puede y debe atacar, no ataca, aprueba. El Código Procesal Civil
ha regulado la convalidación tácita en el tercer párrafo del artículo 172 precisando que se
presenta «cuando el facultado
TERCERO. - Que, en ese sentido, en el presente caso, ha existido una convalidación táctica por
parte de la recurrente, puesto que, puedo haber deducido nulidad en el acto procesal de
contestación de la demanda interpuesta en su contra y no se hizo conforme se advierte de su
escrito, entonces, si no lo ha deducido, se infiere que lo aprobado, conforme lo prescribe el
tercer párrafo del artículo 172 del Código Procesal Civil.
Señores: