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Casación Cañete

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CASACIÓN N° 11295-2018 CAÑETE

SUMILLA: En el presente caso, se aprecia que, las instancias de mérito efectúan el respectivo
análisis de los medios probatorios circunscribiéndose a la reivindicación solicitada; más no se
hace referencia propiamente a la rescisión o resolución del contrato como pretende conducir
su recurso el casante.

Lima, veintiocho de enero de dos mil veintiuno

LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA.

VISTA, la causa número once mil doscientos noventa y cinco – dos mil dieciocho; en Audiencia
Pública virtual llevada a cabo en la fecha, integrada por los señores Jueces Supremos: Ticona
Postigo –Presidente, Yaya Zumaeta, Cárdenas Salcedo, Yalán Leal y Bustamante Zegarra; y
luego de verificada la votación con arreglo a ley, se emite la siguiente sentencia:

I. RECURSO DE CASACIÓN: Viene a conocimiento de esta Sala Suprema, el recurso de casación


interpuesto por el demandado José Antonio Tudela Concha, de fecha veintiocho de marzo de
dos mil dieciocho, inserto a fojas mil quinientos sesenta y dos, contra la sentencia de vista,
contenida en la resolución número doce del diez de octubre de dos mil diecisiete, obrante a
fojas mil quinientos catorce, emitida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cañete,
que confirmó la sentencia de primera instancia expedida mediante resolución número ochenta
y seis, de fecha nueve de diciembre de dos mil dieciséis, obrante a fojas mil doscientos
cuarenta y seis a mil doscientos setenta y siete, que declaró infundada la reconvención
formulado por el demandado sobre declaración de propiedad, cancelación de asiento registral,
derecho de retención por mejoras necesarias, acción indemnizatoria por daños causados a
consecuencia del ejercicio abusivo del supuesto derecho de propiedad e indemnización por
daños y perjuicios irrogados y fundada en parte la demanda sobre reivindicación, en
consecuencia se ordenó que el demandado José Antonio Tudela Concha restituya el inmueble
constituido por el lote 11 de la manzana E-2 ubicado en Parcelación Rústica Los Huertos de Oro
de San Hilarión y Pampas y Hoyadas de Calanguillo, del distrito de Chilca, provincia de Cañete,
e infundada la pretensión accesoria de pago de frutos, con costas y costos.

II. CAUSALES DEL RECURSO: - Mediante resolución emitida el veinticuatro de septiembre de


dos mil dieciocho, se declaró procedente el recurso de casación interpuesto por el demandado
José Antonio Tudela Concha, por las causales siguientes:

a) Infracción normativa de los numerales 2, 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución


Política del Perú; argumenta que, la infracción del numeral 2 se presenta al dejar la
Sala Superior sin efecto resoluciones emitidas por el Juzgado de Tierras de Lima y, en
última instancia, la Resolución del Tribunal Agrario, que determinaron que el predio
sub materia no iba a revertir a favor del demandante, proceso seguido contra la
Dirección General de Reforma Agraria, perteneciente al Ministerio de Agricultura; la
Sala indica que al haberse emitido la Resolución Directoral N° 904-81- DGRA/A1 que
declaró nulas las Resoluciones Directorales N°s 679/74-D-ZA-IV y 826/76-DZ-IV,
implicaba, según su análisis, que se haya dejado sin efecto las sentencias judiciales
previas emitidas por el Tribunal Agrario, vulnerándose así el principio y la calidad de
cosa juzgada de la sentencia del Tribunal Agrario. También precisa que la infracción del
numeral 3 se produce desde que la Sala revisora ha ratificado una sentencia donde se
ha considerado medios probatorios no admitidos, ni actuados debidamente,
afectándose el debido proceso, ya que el Juez de primera instancia ha basado su
decisión en medios probatorios no admitidos ni actuados en el proceso, y que no
fueron ofrecidos en los actos postulatorios, cuestionamiento respecto del cual la Sala
no se ha pronunciado. Respecto del numeral 5, alega que el fallo tiene una motivación
defectuosa, desde que no se ha emitido una razón suficiente que justifique cómo
resoluciones judiciales pueden dejar sin efecto una sentencia judicial con calidad de
cosa juzgada y que, también contiene una motivación aparente, al ratificar la sentencia
apelada que se ha basado en pruebas no actuadas y tampoco se ha fundamentado
acerca de cómo se ha materializado una rescisión de un contrato de compra venta, si
esta debía ser declarada previamente en la vía judicial, afectándose el principio de
congruencia procesal.

b) Infracción normativa de los artículos 1372 y 1428 del Código Civil; alega que, la Sala se
contradice desde que en un primer momento reconoce que el contrato emplea el
término rescindir y luego, señala que se ha producido la resolución del contrato;
también precisa que existe una indebida valoración y motivación de los actuados, ya
que de acuerdo al artículo 1372 del Código Civil, la rescisión solo se declara
judicialmente, lo que no ha sucedido en autos ya que no existe resolución judicial
previa que resuelva el contrato de compraventa de mil novecientos sesenta y nueve
celebrado entre el actor y el primer comprador, Giovanni Romaní Coccia, por lo que
mantiene sus efectos; siendo además que el plazo para deducirlo ha caducado. La Sala
Superior incurre en el mismo error del Juzgado, al confundir la rescisión con la
resolución de un contrato, y que de ser el supuesto negado de que se trate de una
resolución de un contrato, tampoco existe en autos resolución judicial previa que haya
determinado dicha resolución, o en su defecto una carta notarial dirigida al comprador
o al recurrente.

c) Infracción normativa de los artículos 1429 y 2006 del Código Civil; expresa que, se
afecta el artículo 1429 del Código Civil, desde que no obra en autos carta notarial
debidamente dirigida al recurrente mediante la cual se le requiera el cumplimiento de
la prestación, por ende, no se puede hablar de reivindicación si el contrato está
vigente; la Sala no se percata que la rescisión o resolución del contrato no fue ejercida
desde hace más de cuarenta y cuatro años del supuesto incumplimiento alegado por el
actor, habiendo la sentencia cuestionada infraccionado el artículo 2006 del Código
Civil; siendo que el artículo 2001 del mismo texto prescribe que la acción de rescisión o
resolución del contrato submateria caduca a los diez años, por lo que si se incumplió
con el pago desde mil novecientos setenta y cuatro a la fecha de interposición de la
demanda en el año dos mil cinco, han caducado las acciones en mención y también el
pago pendiente, hechos que no han sido advertidos por la Sala.

d) Infracción normativa del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil;
sostiene que, se observa que el petitorio de la demanda comprende una pretensión de
reivindicación y accesoriamente el pago de frutos, sin embargo, en las sentencias
judiciales se ha resuelto sobre petitorio y hechos no alegados en la demanda,
incurriendo en pronunciamiento extrapetita, desde que no se ha solicitado en la
demanda emitir pronunciamiento sobre la rescisión o resolución del contrato de mil
novecientos sesenta y nueve, ni fue fijado como punto controvertido.
III. CONSIDERANDO: PRIMERO: ANTECEDENTES DEL PROCESO. De lo actuado en sede judicial,
se aprecia en el expediente principal lo siguiente: - El presente proceso ha sido iniciado con
motivo de la demanda1 interpuesta por Julio Menchelli Montano, mediante la cual pretende la
reivindicación de una parte de su propiedad inmueble que se denomina Lotización “Huertos de
Oro de San Hilarión” y Pampas y Hoyadas de Calanguillo de naturaleza rústica, y, ubicada en el
distrito de Chilca, de la provincia de Cañete, departamento de Lima; se ordene a José Tudela
Concha para que desocupe y le restituya el lote 11, manzana E-2, con un área de diez mil
metros cuadrados (10,000 m2) dentro del perímetro de su propiedad; inmueble que refiere ser
de su propiedad y se encuentra en posesión del emplazado; y, como pretensión accesoria, el
pago de frutos producidos en dicho predio desde el año mil novecientos noventa y seis hasta la
fecha de la entrega del bien. Sostiene el demandante entre sus argumentos que Julio
Menchelli Corsi y señora, José Rodríguez Arnaiz y señora, y, Javier Rodríguez Arnaiz,
adquirieron el dominio del predio denominado “Pampas y Hoyadas de Calanguillo”, ubicado en
el distrito de Chilca, provincia de Cañete, departamento de Lima, con un área superficial de
263 Has 9000 m2 en virtud de la Escritura Púbica de adjudicación, otorgada por el Estado ante
Notario Alfredo Aparicio Valdez y con fecha diecisiete de septiembre de mil novecientos
sesenta y ocho e inscrita en el Asiento 1 del Tomo 29 del Registro de Propiedad Inmueble de
Cañete. Describiendo los linderos del predio, y que mediante Decreto Supremo N° 155-81-AG
del cinco de noviembre de mil novecientos ochenta y uno fue derogado el Decreto Supremo N°
736-73-AG, que pretendía despojarlos de su propiedad revirtiéndola al Estado, Decreto que ya
había sido declarado nulo por el Tribunal Agrario, amparando una demandada que en tal
sentido interpusieran José M. Rodríguez Arnaiz y Julio Menchelli Corsi, quedando en
consecuencia, firme el derecho de los primigenios adjudicatarios, correspondiéndole la
condición de copropietario, lo cual señala acredita con las pruebas instrumentales que ofrece.
- El demandado José Antonio Tudela Concha, contestó la demanda 2 , formuló cuestión
probatoria (tacha), y reconvención, señalando como pretensiones:

a) acción de declaración de propiedad;

b) cancelación de asiento registral;

c) derecho de retención por mejoras necesarias;

d) acción indemnizatoria por los daños irrogados a consecuencia del ejercicio abusivo
del supuesto derecho de propiedad,

e) indemnización por los daños y perjuicios irrogados hasta por el monto de ochenta y
cinco mil soles (S/.85,000.00). El demandando señala entre sus argumentos que, el
demandante Julio Menchelli Corsi tiene una sentencia previa de nulidad de Decreto
Supremo (N°736-73-AG) que ha determinado que los predios revertidos al Estado no
volverán a ser de su propiedad y lo único que le corresponde es una compensación que
le otorgará el Estado, esta sentencia del Tribunal Agrario tiene la calidad de cosa
juzgada, es decir, es inmutable. - El Juzgado Mixto de Mala de la Corte Superior de
Justicia de Cañete, mediante sentencia N° 2016-CI-JMM, emitida el nueve de
diciembre de dos mil dieciséis declaró:

1) inadmisibles de plano las tachas sobrevinientes interpuestas por el demandado,

2) infundada la reconvención formulada por el demandado sobre declaración de


propiedad; cancelación de asiento registral; derecho de retención por mejoras
necesarias; acción indemnizatoria por daños irrogados a consecuencia del ejercicio
abusivo del supuesto derecho de propiedad, y, de indemnización por daños y
perjuicios irrogados;

3) fundada en parte la demanda sobre reivindicación. En consecuencia, ordenó que el


demandado José Antonio Tudela Concha, restituya a la parte demandante el inmueble
constituido por el lote 11 de la manzana E-2 ubicados en Parcelación Rústica Los
Huertos de Oro de San Hilarión y Pampas y Hoyadas de Calanguillo, del distrito de
Chilca; provincia de Cañete, departamento de Lima; bajo apercibimiento de ley; y

4) infundada la pretensión accesoria de pago de frutos. Con costas y costos;


exponiendo entre sus argumentos lo siguiente: “(…) se ha demostrado con la Partida
N° 21000306 (…) de folios 6 a 12, que en efecto don Julio Menchelli Corsi y Sra., José
Rodríguez Arnaiz y Sra., y, Javier Rodríguez Arnaiz, adquirieron el dominio del Terreno
Rústico denominado ‘Pampas y Hoyadas de Calanguillo’, con un área superficial de 263
Has 9493 m2 en virtud a la adjudicación, otorgada por el Estado, resultaban por tanto
ser cotitulares del mismo. Luego se advierte de la Partida N° 21000595, (…) que Julio
Menchelli Corsi y esposa Rosa Montano Fry, independizaron entre otras, la Parcela E-2
que cuenta con un área de 265,757.50 m2, siendo esta el área mayor en que se
encuentra ubicado el predio sub litis, tal independización refiere el citado asiento es en
mérito a la Resolución Directoral N° 159 del 12 de febrero de 1979 expedida por la
Oficina Nacional de Reforma Agraria, acto que es inscrito con fecha 29 de mayo de
1990. (…). Que de acuerdo a la Partida N° 21000595 Título de Dominio “C”, Julio
Guillermo Menchelli Montano y hermanos, adquieren en partes iguales las acciones y
derechos que correspondían a Rosa María Montano Fry. (…) obrante a fojas 970, el
demandante Julio Guillermo Menchelli Montano, transfiere sus acciones y derechos
del predio sub litis que forma parte de un área mayor a la sociedad conyugal
conformada por Gabriela Petronila Hurtado Custodio y Wilmer Céspedes Ocampo,
existiendo una cotitularidad con Julio Menchelli Corsi. Luego de acuerdo a la Partida N°
21178398 obrante a folios 1231 a,1233, se advierte que Julio Menchelli Corsi, sucesor
procesal, realizó la independización del predio sub litis, el cual aparece en el Título de
Dominio C00001 y es descrito el predio sub litis en el asiento B0001 como Lote 11 de la
Parcela E-2 de la Parcelación Rustica Huertos de Oro de San Hilarión y Pampas y
Hoyadas de Calanguillo, ubicado en el Distrito de Chilca, con las colindancias allí
precisadas y que corresponden a las mismas declaradas en la demanda. Para luego
transferir dicho inmueble vía Donación a favor de María Luisa Dongo Morey, acto
jurídico inscrito en asiento C0002 de la citada Partida 21178398.(…) con la copia literal
de la Partida Electrónica N°21000306, ( Tomo 29 fojas 473 a 483) continuada en la
Partida Electrónica N° 21000595 (Tomo 102, foja 113) obrantes de fojas seis a dieciséis,
y laPartidaElectrónica N° 21178398 (independizada de la partida 21000595), obrante
de fojas mil doscientos treinta y uno a mil doscientos treinta y tres del Registro de
Propiedad Inmueble de Cañete, se acredita el derecho de propiedad de la parte
accionante, así como de María Luisa Dongo Morey (sucesora procesal de Julio
Menchelli Corsi, sucesor en su oportunidad del demandante Julio Menchelli Montano)
respecto del inmueble denominado lote 11 de la manzana E-2, ubicado Huertos de Oro
de San Hilarión y Pampas y Hoyadas de Calanguillo, del distrito de Chilca; por
consiguiente, su derecho a reivindicar dicho bien, conforme ha solicitado cada uno de
los citados en sus escritos de demanda y apersonamientos respectivamente (…)”. - La
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cañete, mediante sentencia de vista
contenida en la resolución número doce, emitida el diez de octubre de dos mil
diecisiete, confirmó la sentencia N° 2016-CIJMM, emitida el nueve de diciembre de dos
mil dieciséis exponiendo los siguientes argumentos: “(…)El apelante refiere que en la
recurrida se ha omitido considerar una sentencia judicial del Tribunal Agrario que
determina que el demandante solo tiene derecho a una indemnización y no a la
reversión del predio. Sobre el particular es de indicar que por Decreto Supremo N°
736-73-AG, se declara revertidas al dominio del Estado las 263 Has. 9,493 m2 de tierras
ubicadas en la quebrada de Calanguillo ‘Huertos de Oro de San Hilarión’, (ver fojas 20).
Posteriormente con fecha 24 de octubre de 1973, el demandante Julio Menchelli Corsi,
interpone demanda de nulidad contra el citado Decreto Supremo, emitiéndose
sentencia en primera instancia con fecha 19 de julio de 1974 (ver fojas 51 a 60),
declarándose la nulidad del Decreto Supremo 736- 73-AG y señala que no siendo
procedente la reversión de las tierras antes referidas a los demandantes, se proceda
otorgarles una compensación económica por el valor de las tierras. A fojas 61 a 63,
obra copia certificada de la sentencia de fecha 11 de febrero de 1975, mediante el cual
se confirma la sentencia de primera instancia. Por Resolución Directoral N° 826/76-DZ-
IV, de fecha 22 de octubre de 1976, se declaró revertida al dominio del Estado la
extensión superficial de 252 Ha. 2,400 m2 de la superficie adjudicada a los señores
José M. y Javier Rodríguez Arnaiz y Julio Menchelli Corsi, disponiéndose la expropiación
de las obras útiles y demás bienes que conforman la denominada Parcelación “Huertos
de Oro de San Hilarión”. Posteriormente, por Resolución Directoral N°
904-81-DGRA/A1, de fecha 20 de octubre de 1981, glosada a fojas 21 a 24, se declaró
1° nulas e insubsistentes las Resoluciones Directorales números 679/74-D-ZA-IV, de
fecha 05 de agosto de 1974 y 826/76-DZ-IV de fecha 22 de octubre de 1976, ambas
expedidas por la ex Dirección de la Región Agraria V – Lima. 2° Solicitar al Poder
Ejecutivo la expedición del Decreto Supremo que derogue su similar N 736/73-AG de
fecha 13 de junio de 1973. 3° Dejar a salvo el derecho de los compradores de parcelas
del predio ‘Huertos de Oro de San Hilarión’ para que hagan valer sus reclamaciones
ante las autoridades de Vivienda y Urbanismo, de acuerdo a la legislación sobre la
materia. A fojas 25, obra copia certificada del Decreto Supremo N° 155-81-AG, que
dispone derogar el Decreto Supremo N° 736-73-AG, de fecha 13 de junio de 1973
mediante el cual se revirtió al dominio del Estado la superficie de 263 Hás. 9,493 m2 de
terrenos del predio rústico ‘Huertos de Oro de San Hilarión y Pampas y Hoyadas de
Calanguillo’. Expuesto así los hechos se tiene que el Decreto Supremo N° 736-73-AG, se
encuentra derogado y la Resolución Directoral N° 826/76-DZ-IV, ha sido declarada nula
e insubsistente. no obrando en autos prueba alguna que acredite la ejecución del pago
por indemnización, tampoco aparece inscrito en Registros Públicos lo dispuesto en el
proceso judicial sobre Nulidad de Decreto Supremo interpuesto por Julio Menchelli
Corsi, lo cual conlleva a determinar que el derecho de propiedad inscrito en Registros
Públicos a favor del accionante aún se mantiene vigente (…)”.

SEGUNDO: MATERIA DEL CONFLICTO JURÍDICO Conforme se aprecia del recurso de


casación, la controversia radica en determinar si lo resuelto en la sentencia de vista
incurre en infracción normativa de los numerales 2, 3 y 5 del artículo 139 de la
Constitución Política del Perú (causal descrita en el literal a); o de ser el caso, si ha
incurrido en infracción normativa de los artículos 1372 y 1428 del Código Civil (causal
descrita en el literal b), infracción normativa de los artículos 1429 y 2006 del Código
Civil (causal descrita en el literal c) y/o infracción normativa del artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil (causal descrita en el literal d). Siendo ello así,
atendiendo a las denuncias declaradas procedentes se debe iniciar el análisis del
recurso por la causal descrita en el literal a) dado su efecto nulificante en caso de ser
amparada, y de no ampararse, se procederá a examinar las causales descritas en los
literales b), c) y d) del recurso de casación.

TERCERO: LA INDEPENDENCIA EN EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL, EL


DEBIDO PROCESO Y LA TUTELA JURISDICCIONAL, Y LA DEBIDA MOTIVACIÓN DE LAS
RESOLUCIONES JUDICIALES

33.1. Con el objetivo de cumplir con los fines del recurso de casación, es necesario
absolver la causal descrita en el literal a) del recurso de casación del demandado José
Antonio Tudela Concha, para lo cual, corresponde examinar el marco jurídico de la
garantía del principio de la independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, y
las garantías de los derechos fundamentales a un debido proceso y tutela
jurisdiccional, y la debida motivación de las resoluciones judiciales, a fin de que se
ejercite adecuadamente la finalidad esencial del recurso de casación, y se resguarde la
tutela de los principios y derechos procesales con valor constitucional, con la clara
observancia de las normas sustantivas y procesales que garantiza al justiciable el
derecho de obtener de los órganos jurisdiccionales una respuesta razonada y
fundamentada, respetando los principios de jerarquía de las normas, el de congruencia
procesal, la valoración de los medios probatorios.

33.2. Respecto a la independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, resulta


pertinente mencionar que “nuestra Constitución Política ha señalado que ninguna
autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano jurisdiccional ni
interferir en ellas. Indica nuestra carta fundamental que tampoco se puede dejar sin
efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, toda vez que ésta es
inmutable (no cambia). Si contiene un mandato éste debe ejecutarse, y si contiene el
reconocimiento o declaración de un derecho, éste debe respetarse. Este principio,
fundamental en nuestro sistema democrático, no resulta aplicable al Congreso ni al
Presidente de la República, con relación a las facultades otorgadas por la Carta Magna
respecto de la amnistía e indulto, respectivamente, para olvidarse de determinadas
penas y determinados delitos, así como condenas recaídas en determinadas personas,
según sea el caso. No obstante, es bueno precisar que tales prerrogativas
constitucionales conferidas al Legislativo y al Ejecutivo no resultan aplicables cuando
se trata de delitos o crímenes de lesa humanidad. Por ello es válido afirmar que la
independencia en la función jurisdiccional es una de las garantías judiciales más
importantes que el Estado peruano proporciona a los ciudadanos. Ésta permite a
cualquier persona la seguridad de que los conflictos serán resueltos por los jueces
teniendo como único sustento tanto lo actuado y probado durante el juicio como lo
que prevé la ley y la Constitución Política del Estado, en el marco de la razonabilidad en
la decisión y el logro de la justicia en el caso concreto”6

33.3. Sobre el derecho fundamental al debido proceso, el Tribunal Constitucional en


reiterada jurisprudencia, viene sosteniendo que se trata de un derecho –por así
decirlo– continente puesto que comprende, a su vez, diversos derechos fundamentales
de orden procesal . En ese sentido, afirma que: “(...) su contenido constitucionalmente
protegido comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta
naturaleza, que en conjunto garantizan que el procedimiento o proceso en el cual se
encuentre inmerso una persona, se realice y concluya con el necesario respeto y
protección de todos los derechos que en el puedan encontrarse comprendidos8”.

En ese contexto, podemos inferir que la vulneración a este derecho se efectiviza


cuando, en el desarrollo del proceso, el órgano jurisdiccional no respeta los derechos
procesales de las partes; se obvien o alteren actos de procedimiento; la tutela
jurisdiccional no es efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus
resoluciones.

33.4.Anivel jurisprudencial, el Tribunal Constitucional en los fundamentos


cuadragésimo tercero y cuadragésimo octavo de la sentencia emitida en el Expediente
N° 0023-2005-PI/TC manifestó lo siguiente: “(…) los derechos fundamentales que
componen el debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva son exigibles a todo
órgano que tenga naturaleza jurisdiccional (jurisdicción ordinaria, constitucional,
electoral y militar) y que pueden ser extendidos, en lo que fuere aplicable, a todo acto
de otros órganos estatales o de particulares (procedimiento administrativo,
procedimiento legislativo, arbitraje y relaciones entre particulares, entre otros), y que,
(…) el contenido constitucional del derecho al debido proceso (…) presenta dos
expresiones: la formal y la sustantiva. En la de carácter formal, los principios y reglas
que lo integran tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las que
establecen el juez natural, el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y la
motivación; y en su expresión sustantiva, están relacionados los estándares de
razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial debe suponer” (subrayado
agregado).

33.5. Por su parte, la Corte Suprema en el considerando tercero de la Casación N°


3775- 2010-San Martín dejó en claro lo siguiente: “Es así que el derecho al debido
proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva reconocidos también como principio de la
función jurisdiccional en el inciso 3) del artículo 139 de la Constitución Política del
Perú, garantiza al justiciable, ante su pedido de tutela, el deber del órgano
jurisdiccional de observar el debido proceso y de impartir justicia dentro de los
estándares mínimos que su naturaleza impone; así mientras que la tutela judicial
efectiva supone tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia como la eficacia
de los decidido en la sentencia, es decir, una concepción genérica que encierra todo lo
concerniente al derecho de acción frente al poder – deber de la jurisdicción, el derecho
al debido proceso en cambio significa la observancia de los principios y reglas
esenciales exigibles dentro del proceso, entre ellas, el de motivación de las
resoluciones judiciales”.

33.6. Así pues, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, exige que, cuando una
persona requiera la protección de su derecho o de sus intereses legítimos, aquello sea
atendido por los órganos jurisdiccionales mediante un proceso adecuado donde se
respetan las garantías mínimas de los litigantes, esto es, de ambas partes en el
proceso. “(…) Ello es así, toda vez que no solo se busca la defensa de los intereses de la
parte accionante sino también los del sujeto requerido, pues la tutela abarca una serie
de otros derechos expresamente señalados o implícitamente de aquel. En la doctrina,
se ha señalado que este derecho abarca principalmente tres etapas: El acceso a los
órganos jurisdiccionales, el cumplimiento de las normas y derechos que regula el
debido proceso, y el de la ejecución de la resolución obtenida” 9.
33.7. Como es sabido uno de los principales Co ponentes del derecho al debido
proceso se encuentra constituido por el denominado derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales, respecto al cual, el Tribunal Constitucional en el fundamento
décimo primero de la sentencia del Expediente N° 8125-2005-PHC/TC ha manifestado
que: “En efecto, uno de los contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de
obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente con
las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de
procesos. La exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas en proporción a
los términos del inciso 5) del artículo 139° de la Norma Fundamental, garantiza que los
jueces, cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación
jurídica que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la
potestad de administrar justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la ley; pero
también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de
los justiciables. (…)”, por otro lado, en el considerando séptimo de la sentencia del
Expediente N° 728-2008- PHC/TC se señaló que: “(…) es una garantía del justiciable
frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones no se encuentren
justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que
proporciona el ordenamiento jurídico o los que se derivan del caso”.

33.8. Asimismo, cabe precisar que, el Tribunal Constitucional, ha señalado en reiterada


y uniforme jurisprudencia, como es el caso de la sentencia recaída en el Expediente N°
3943-2006-PA/TC, de fecha once de diciembre del dos mil seis, que el derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales, no garantiza una motivación extensa de las
alegaciones expresadas por las partes, y que tampoco, cualquier error en el que
eventualmente incurra una resolución judicial constituye automáticamente la violación
del contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales; sino que, basta con que las resoluciones judiciales expresen de
manera razonada, suficiente y congruente las razones que fundamentan la decisión del
juzgador respecto a la materia sometida a su conocimiento.

33.9. En ese mismo horizonte, el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales,


que forma parte del contenido esencial del derecho al debido proceso, garantiza que la
decisión expresada en el fallo o resolución sea consecuencia de una deducción
razonada de los hechos del caso, las pruebas aportadas y su valoración jurídica, siendo
exigible que toda resolución, a excepción de los decretos, contenga los fundamentos
de hecho y de derecho, así como la expresión clara y precisa de lo que se decide u
ordena. Esta garantía se respeta siempre que exista fundamentación jurídica,
congruencia entre lo pedido y lo resuelto y, por sí misma la resolución judicial exprese
una suficiente justificación de la decisión adoptada. Su finalidad en todo momento es
salvaguardar al justiciable frente a la arbitrariedad judicial, toda vez, que garantiza que
las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los
que se deriven del caso.

33.10. En atención a lo expuesto, podemos establecer que la obligación impuesta por


estos dispositivos legales a todos los órganos jurisdiccionales (incluidos los
administrativos), es que atiendan todo pedido de protección de derechos o intereses
legítimos de las personas, a través de un proceso adecuado, donde no solo se respeten
las garantías procesales del demandante sino también del demandado, y se emita una
decisión acorde al pedido formulado, el mismo que debe ser consecuencia de una
deducción razonada de los hechos del caso, las pruebas aportadas y su valoración
jurídica; siendo además exigible que toda resolución, a excepción de los decretos, se
encuentre debidamente motivada, conteniendo los fundamentos de hecho y de
derecho, así como la expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena.

CUARTO: RESPECTO A LA CAUSAL PROCESAL 27.1. El cuestionamiento que plantea la parte


recurrente en su recurso de casación con respecto a la causal expuesta en el literal a) -
infracción normativa de los numerales 2, 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución Política del
Perú-, se refiere que, la infracción del numeral 2 se presenta al dejar la Sala Superior sin efecto
resoluciones emitidas por el Juzgado de Tierras de Lima y, en última instancia, la Resolución
del Tribunal Agrario, que determinaron que el predio submateria no iba a revertir a favor del
demandante, proceso seguido contra la Dirección General de Reforma Agraria, perteneciente
al Ministerio de Agricultura; la Sala indica que al haberse emitido la Resolución Directoral N°
904-81- DGRA/A1 que declaró nulas las Resoluciones Directorales N°s 679/74-D-ZA-IV y
826/76-DZ-IV, implicaba, según su análisis, que se haya dejado sin efecto las sentencias
judiciales previas emitidas por el Tribunal Agrario, vulnerándose así el principio y la calidad de
cosa juzgada de la sentencia del Tribunal Agrario. 27.2. Con respecto a la infracción del
numeral 2 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, corresponde previamente
precisar que, mediante Resolución Suprema N° 00962-68-FO/AR emitida en mil novecientos
sesenta y ocho, el Estado otorga a Julio Menchelli Corsi y señora, José Rodríguez Arnaiz y
señora, y, Javier Rodríguez Arnaiz el dominio del predio denominado “Pampas y Hoyadas de
Calanguillo”, ubicado en el distrito de Chilca, provincia de Cañete, departamento de Lima, con
un área superficial de 263 Has 9000 m2 (Partida N° 21000306). 27.3. Posteriormente, el trece
de junio de mil novecientos setenta y tres, el Ministerio de Agricultura emite el Decreto
Supremo N° 736-73-AG10, el cual es cuestionado por Julio Menchelli Corsi mediante una
demanda de nulidad contra dicho Decreto Supremo, el veinticuatro de octubre de mil
novecientos setenta y tres (Proceso que inicialmente tenía el número de Expediente N° 334-
73, y que culminó con el número 36712-2000). En primera instancia, el Primer Juzgado de
Tierras de Lima, el diecinueve de julio de mil novecientos setenta y cuatro11, declaró nulo y sin
efecto el Decreto Supremo N° 736-73-AG, siendo confirmada dicha sentencia por la segunda
instancia, el Tribunal Agrario. Asimismo, el Tribunal mencionado emitió el siete de mayo de mil
novecientos setenta y cinco, una resolución aclaratoria en la que señala que la Dirección
General de Reforma Agraria y Asentamiento Rural puede alternativamente proseguir con el
trámite administrativo de reversión a partir del momento en el que se incurrió en el vicio de
procedimiento o el ejercicio de la potestad expropiatoria. 27.4. Ahora bien, corresponde
mencionar que con respecto al proceso seguido bajo el Expediente N° 334-73, el Juzgador del
proceso, expone que “en cuanto al desacato a la cosa juzgada, conforme se ha sostenido en la
presente, si bien judicialmente se declaró Nulo el Decreto Supremo N° 736-73-AG y se dispuso
que no correspondía la reversión de tierras sino el pago de indemnización a los afectados,
también lo es que para la ejecución de dicho proceso judicial la Dirección General Agraria optó
por seguir el proceso de reversión de tierras por abandono, siendo que tramitado dicho
procedimiento administrativo mediante la Resolución N° 904-81-DGRa/AI, se declaró que se ha
incurrido en nulidad en el procedimiento de reversión, por tal razón, resuelve declarar nulas e
insubsistentes las Resoluciones Directorales N°679/74-D-ZA-IVy la Resolución N° 826/76-DZ-1V
de fecha 22 de octubre de 1976, así como Nulo todo lo actuado, debiendo la Dirección de !a
Región Agraria proceder al archivamiento del expediente, asimismo solicitan al Poder Ejecutivo
que se expida un decreto supremo que derogue su similar N° 736/73-AG y dejar a salvo los
derechos de los compradores de Parcelas del predio Huertos de Oro de San Hilarión para que
hagan valer sus reclamaciones ante las autoridades competentes y de acuerdo a la legislación
competente. De otro lado, mediante Decreto Supremo N° 155-81-AG del 05 de noviembre de
1981 fue derogado el Decreto Supremo N° 736-73-AG; por lo que, en todo caso, en relación a
la ejecución del proceso judicial a que ha hecho referencia el reconviniente, se deja a salvo el
derecho de esta parte y de los interesados para hacer valer con arreglo a ley la ejecución de tal
proceso de considerarlo conveniente”. 27.5. Asimismo, cabe señalar que, conforme a la
revisión de autos, se aprecia que en primera instancia se declaró nulo y sin efecto el Decreto
Supremo N° 736-76 (con la cual se revertían los terrenos al Estado). En segunda instancia se
confirmó dicha sentencia, y mediante resolución aclaratoria se señala que la Dirección General
de Reforma Agraria puede “alternativamente proseguir con el trámite administrativo de
reversión a partir del momento en el que se incurrió en el vicio de procedimiento o en ejercicio
de la potestad expropiatoria; sin que se requiera comprobación de la causal de afectación”.
Asimismo, se observa de autos, la Resolución Directoral N° 904-81-DGRA/AR, emitida el veinte
de octubre de mil novecientos ochenta y uno, la cual expone lo resuelto en el proceso
mencionado y precisa que tomó la opción de seguir el trámite de reversión; sin embargo, al
advertir vicios durante el trámite, la propia Dirección General de Reforma Agraria declaró nulas
e insubsistentes las resoluciones directorales N° 679/74-D-ZA-IV de fecha cinco de agosto de
mil novecientos setenta y cuatro12, y N° 826/76-DZ-lV de fecha veintidós de octubre de mil
novecientos setenta y seis13. 27.6. Conforme a lo expuesto, este Colegiado Supremo no
aprecia que la Sala Superior –instancia que coincide con lo determinado por el Juzgador- haya
dejado sin efecto las sentencias judiciales emitidas en el proceso iniciado por Julio Menchelli
Corsi contra el Decreto Supremo N° 736-73-AG14- tal como alega la parte recurrente-, toda vez
que se advierte que la instancia de mérito no ha dejado sin efecto, no ha efectuado
modificación ni desconocimiento de lo resuelto en el proceso mencionado (proceso que
inicialmente tenía el número de Expediente N° 334-73, y que culminó con el número 36712-
2000); por el contrario, lo que realiza la Sala Superior es el respectivo análisis de lo resuelto en
la Resolución Directoral N° 904-81- DGRA/AR; efectuando la respectiva valoración probatoria
de dicha resolución conjuntamente con otros medios probatorios, los cuales le permiten llegar
a la convicción de confirmar la sentencia apelada. 27.7. En relación a la infracción del numeral
3 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, corresponde mencionar que, el
artículo 197 del Código Procesal Civil establece que “Todos los medios probatorios son
valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en
la resolución sólo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan
su decisión.” (Subrayado es nuestro). En efecto, el Juez no tiene la obligación de referirse a
todas las pruebas en su sentencia, sino a las que le dan sustento a su decisión. Es en ese
sentido, se aprecia que, las instancias de mérito han considerado medios probatorios que
refuerzan el fallo emitido, es decir, los criterios arribados por las instancias de mérito se
circunscriben en medios probatorios comprendidos por la Escritura Pública de Adjudicación
presentada por la parte demandante entre otros, los cuales si han sido admitidos en su
oportunidad, y permiten determinar que la parte demandante efectivamente tiene derecho a
que se le otorgue la reivindicación requerida. 27.8. Sobre la infracción del numeral 5 del
artículo 139 de la Carta Magna, cabe precisar que la sentencia de vista se circunscribe a la
controversia materia de litis, señalando las normas que considera aplicable al caso concreto, y
exponiendo argumentos que expresan de manera congruente y suficiente las razones de
hecho y de derecho que justifican su decisión de confirmar la sentencia que amparó en parte
la demanda. Siendo ello así, se puede determinar que la instancia de mérito cumple con
expresar las razones en las cuales basa su decisión. 27.9. Por tanto, se puede determinar que
en el presente caso se advierte que, no se ha producido infracción normativa de los numerales
2, 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú. En consecuencia, la causal descrita
en el literal a) del recurso de casación del, corresponden ser desestimadas.

QUINTO: RESPECTO A LA ACCIÓN REIVINDICATORIA 1.1. En relación a la pretensión del


accionante, la misma se encuentra contemplada en el artículo 927 del Código Civil, el que
establece “La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquel que adquirió
el bien por prescripción”; así además se tiene que la pretensión de reivindicación tiene como
función según el maestro Gonzales Barrón, “…Permitir al propietario la recuperación del bien
que se encuentre en poder factico de cualquier tercero” 15, queda claro entonces que por esta
acción el propietario reclama el bien cuando este se encuentra en posesión de un tercero, por
ello se dice de la reivindicación, en principio, que la interpone el propietario no poseedor
contra el poseedor no propietario; por tanto resulta claro que para que proceda y sea
amparado la pretensión de reivindicación, la carga de la prueba respecto de la titularidad del
bien corresponde al demandante, quien deberá acreditar que es propietario del bien. 1.2.
Asimismo, cabe precisar que la acción de reivindicación es uno de los atributos del derecho de
propiedad, siendo imprescriptible, por lo que procede en el caso que el accionante pruebe su
derecho de dominio, se identifique el bien, y se acredite que el inmueble viene siendo ocupado
por quién carece de título de propietario; y se es propietario de un bien inmueble cuando se
ostenta un título válido de propiedad. 1.3. En ese sentido, la acción reivindicatoria es una
facultad que tiene el propietario de un bien determinado e identificado con sus respectivos
linderos y medidas perimétricas, para solicitar la entrega del bien al poseedor no propietario;
facultad que normativamente está regulada en el artículo 923 del Código Civil. De ahí que
según la doctrina para la procedencia de esta acción se debe observar la existencia de los
siguientes requisitos: (1) que, el demandante o titular del derecho tenga legítimo derecho de
propiedad sobre el bien que pretende reivindicar; (2) que, el legítimo propietario o titular esté
privado de la posesión del bien; y, (3) que, se trate de un bien inmueble determinado, preciso
e identificable. 1.4. Cabe mencionar que, en relación a la propiedad, se tiene que es un poder
jurídico que otorga, en atención a su carácter absoluto, exclusivo y excluyente, la posibilidad
de que solo el propietario del bien pueda reclamar la entrega por parte de aquél que lo posee
sin tener un legítimo derecho que pueda oponer al propietario reclamante. Es en sentido, que
en la Casación N° 1074- 2002 ICA, se precisa lo siguiente: “La interpretación correcta del
artículo 923° del Código Civil es que el atributo de la reivindicación solo puede ser ejercido por
el propietario respecto de un tercero ajeno o frente a un poseedor no propietario (...).”16
(Resaltado es nuestro).

SEXTO: SOBRE LAS CAUSALES MATERIALES 1.1. Respecto a las causales descritas en los
literales b), c), y d), las cuales se refieren a la infracción normativa de los artículos 1372 y 1428
del Código Civil (causal descrita en el literal b), infracción normativa de los artículos 1429 y
2006 del Código Civil (causal descrita en el literal c), infracción normativa del artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Civil (causal descrita en el literal d), se aprecia que dichas
causales se circunscriben al cuestionamiento de la rescisión y/o resolución de un contrato17
celebrado por la copropiedad conformada por Julio Menchelli Corsi, José Rodríguez Arnaiz y
Javier Rodríguez Arnaiz en calidad de vendedora y Giovanni Romaní Ciccia en calidad de
comprador en el año mil novecientos sesenta y nueve; por lo que se procede a atender de
forma conjunta las causales mencionadas. 1.2. Previamente, resulta pertinente mencionar que
de la revisión de autos se aprecia la escritura pública de adjudicación18 del diecisiete de
septiembre de mil novecientos sesenta y ocho, en la cual se precisa que mediante Resolución
Suprema N° 00962-68-FO/AR emitida en el mismo año, el Estado otorga a Julio Menchelli Corsi
y señora, José Rodríguez Arnaiz y señora, y, Javier Rodríguez Arnaiz, el dominio del predio
denominado “Pampas y Hoyadas de Calanguillo”, ubicado en el distrito de Chilca, provincia de
Cañete, departamento de Lima, con un área superficial de 263 Has 9000 m2 (Partida N°
21000306), 1.3. Asimismo, se observa que la copropiedad conformada por José Rodríguez
Arnaiz, Julio Menchelli Corsi, y Javier Rodríguez Arnaiz venden la propiedad del área materia de
demanda a Giovanni Romaní Ciccia, mediante contrato celebrado en el año mil novecientos
sesenta y nueve, en el cual su cláusula sexta y la parte final del contrato, estableció la
modalidad del pago; así como en la octava cláusula se precisa que el vendedor se reservó el
derecho de propiedad hasta la cancelación de la totalidad del precio de venta, el cual se
encontraba regulado en el artículo 1426 del derogado Código Civil de mil novecientos treinta y
seis. 1.4. Por otro lado, se aprecia que el bien inmueble mencionado fue objeto de sucesivos
contratos como el realizado entre Giovanni Romani Ciccia (vendedor) y Edith Silva de Miflin
(compradora) el once de abril de mil novecientos setenta y tres; contrato entre Edith Silva de
Miflin (vendedora) y Peter Weber Frinchknecht (comprador) el siete de octubre de mil
novecientos ochenta; y contrato realizado entre Diego y Catalina Weber Rodríguez (herederos
de Peter Weber Frinchknecht -vendedores) y el demandado José Antonio Tudela
Concha(comprador). 1.5. No obstante, se aprecia de la revisión de autos, que Giovanni Romani
Ciccia no canceló todas las cuotas convenidas en el contrato; por lo que, conforme a lo
establecido en dicho contrato, Julio Menchelli Corsi conservaba su derecho de propiedad al no
haberse efectuado el pago total del precio de venta del bien inmueble materia de litis. 1.6. En
ese sentido, es que las instancias de mérito coligen que Giovanni Romani Ciccia, no tuvo la
calidad de propietario del bien sub litis; por ende, los contratos que en lo sucesivo tenían como
objeto la venta del bien mencionado, no surtían efectos. 1.7. Ahora bien, las instancias de
mérito a mayor abundamiento hacen referencia de las publicaciones en el diario El Peruano y
El Sol efectuadas en diciembre de mil novecientos noventa y siete, en las cuales se manifestó
la decisión de Julio Menchelli Corsi y Sucesión Rosa Montano Fry de “resolver los contratos”,
entre los que se encuentran los celebrados en las manzanas A-1, A-2, B-l, B-2, E-1, E-2, F-1, F-2,
G-1 y G-2, siendo que de tales publicaciones se puede apreciar que quien habría transferido la
propiedad ha manifestado su decisión de “rescindir los contratos” celebrados respecto de la
Manzana E2, integrantes de la Parcela A de la Lotización “Huertos de Oro de San Hilarión”,
entre el que se encuentra el celebrado a favor de Giovanni Romani Ciccia. 1.8. Conforme a lo
expuesto, se aprecia que las publicaciones son mencionadas en forma referencial, más no en
forma trascendental, toda vez que la determinación de las instancias de mérito, se basa en la
copia literal de la Partida Electrónica Nº 2100030619, continuada en la Partida Electrónica N°
2100059520 (fojas seis), y la Partida Electrónica N° 211783982 (independizada de la Partida Nº
21000595) (fojas mil doscientos treinta y uno), del Registro de Propiedad Inmueble de Cañete;
así como la falta de pago por parte de Giovanni Romani Ciccia; medios probatorios que
acreditan el derecho de propiedad del demandante. 1.9. En ese sentido, este Colegiado
Supremo, aprecia que el cuestionamiento que efectúa el recurrente con respecto a la
utilización de términos en forma indistinta en la recurrida, no guarda mayor trascendencia;
puesto que conforme se ha mencionado precedentemente, las instancias de mérito arriban a
la conclusión de amparar en parte la demanda, en virtud a que se ha identificado el predio a
reivindicar, así como el derecho de propiedad del actor acreditado mediante los documentos
mencionado en el considerando anterior, entre otros puntos que no se refieren propiamente a
la rescisión o resolución del contrato de mil novecientos sesenta y nueve, como alega la parte
recurrente. 1.10. Siendo así, se colige que el Colegiado Superior no ha incurrido en la infracción
normativa enunciada en las causales b), c) y d) del recurso de casación de la parte demandada,
por lo que corresponde desestimar dichas causales. Por tal razón corresponde declarar
infundado el recurso de casación; en consecuencia, no casar la sentencia de vista que confirma
la sentencia apelada que declaró infundada la demanda. 1.11. A modo de complemento,
consideramos pertinente señalar que en el auto calificatorio, de fecha veinticuatro de
septiembre de dos mil dieciocho se declaró improcedente la causal referida al supuesto
apartamiento del precedente judicial constituido por la Casación N° 4684-2008-Lambayeque
que aparentemente establece que en un proceso de reivindicación cabe acumular una
pretensión adquisitiva de dominio, esto, en mérito a que dicha sentencia no es un precedente
vinculante en el marco de lo establecido en el artículo 400 del Código Procesal Civil. Por otro
lado, debemos mencionar que en relación a las causales que fueron declaradas procedentes,
no se advierte que esté en controversia lo referido a la acumulación de la pretensión de
reivindicación formulada por el demandante y la pretensión de declaración de propiedad
(prescripción adquisitiva de dominio) propuesta vía reconvención por el demandado,
consecuentemente, no corresponde emitir pronunciamiento al respecto en la presente
sentencia.

IV.- DECISIÓN: Por tales consideraciones, de conformidad con lo establecido por el artículo 397
del Código Procesal Civil declararon: INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por José
Antonio Tudela Concha, de fecha veintiocho de marzo de dos mil dieciocho, inserto a fojas mil
quinientos sesenta y dos; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista contenida en la
resolución número doce del diez de octubre de dos mil diecisiete, obrante a fojas mil
quinientos catorce, emitida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cañete; en los
seguidos por Julio Guillermo Menchelli Montano contra JoséAntonio Tudela Concha sobre
reivindicación, restitución de bien inmueble y pago de frutos; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el diario oficial El Peruano conforme a ley; y los devolvieron. Interviene
como Jueza Suprema Ponente: Yalán Leal.- S.S. TICONA POSTIGO, YAYA ZUMAETA, CÁRDENAS
SALCEDO, YALÁN LEAL, BUSTAMANTE ZEGARRA. CONSTANCIA. Se deja constancia que en la
fecha se ha llevado a cabo la vista de la causa con los señores Jueces Supremos: Ticona
Postigo, Yaya Zumaeta, Cárdenas Salcedo, Yalán Leal y Bustamante Zegarra. Interviniendo la
señora Jueza Suprema Cárdenas Salcedo por licencia de la señora Jueza Suprema Huerta
Herrera. Lima, 28 de enero de 2021. FLOR DE MARIA CONCHA

MOSCOSO. Relatora.

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