Informe Mapuche
Informe Mapuche
Informe Mapuche
Se dice que el pueblo mapuche (del mapudungun mapu: tierra y che: gente,
“gente de la tierra”) es una mezcla de pueblos originarios, según el historiador
Ricardo Latchman. En tiempos relativamente cercanos a la conquista española y
poco antes de la incaica, vino desde argentina un pueblo patriarcal, guerrero y
cazador, estos invasores se incrustaron como una cuña, en otro pueblo mas
antiguo, matriarcal, agricultor y pacifico llamados huilliche y picunche , fue
entonces donde comenzó el fenómeno de mezcla de razas y nació la etnia
mapuche.
Una de las percepciones mapuche acerca del golpe de 1973, es que éste
comenzó en tierras mapuche antes que se manifestase el 11 de septiembre ante
todos. Hubo muchos operativos militares, bajo el pretexto de aplicar la Ley de
Control de Armas, en comunidades mapuche de Malleco, Cautín, y especialmente
en Valdivia, en torno a las actividades del MCR (Movimiento Campesino
Revolucionario) en focos como el Complejo Maderero Panguipulli. Pero también,
como sin duda aconteció en la sociedad chilena, no sólo los militares actuaron
contra los mapuches, sino que se dejaron instrumentalizar para saciar venganzas
personales de colonos y latifundistas wingka contra comuneros mapuche con y sin
militancia. Según Montupil, “Los militares y carabineros, en efecto, perpetraron
horrendas masacres contra el campesinado mapuche en: Lautaro, Cunco,
Melipeuco, en la provincia de Cautín; Lonquimay, en la provincia de Malleco; y
Panguipulli, en la provincia de Valdivia”.
Como dijimos, el golpe se adelantó en territorio mapuche. El Tercer Grupo
de Helicópteros, con asiento en Maquehue, y el Regimiento Tucapel, de Temuco,
iniciaron operaciones de allanamiento y ocupación de predios beneficiados por la
reforma agraria. El 29 de agosto de 1973 allanaron el Centro de Producción
Nehuentué, de Carahue, apresaron y torturaron al Presidente del Centro de
Producción Lobería, Juan Segundo Quían Antimán, quien falleció el 8 de
septiembre a consecuencia de estos crímenes. Desde el 11 de septiembre habría
muchos más como él.
El pueblo mapuche acrecentó largamente su propio martirologio y lo
incorporó al del pueblo chileno. Además de los ejecutados y detenidos
desaparecidos, muchos mapuches sufrieron en carne propia la represión, el daño
físico y moral, la cárcel y el exilio. Esta situación fue generando el resurgimiento
del conflicto del pueblo mapuche frente a sus opresores civiles y militares, a partir
de que la dictadura impusiese el Decreto-Ley 2.568, que trataría de disolver
definitivamente a las comunidades. Esta ley pretendió eliminar definitivamente la
existencia de la población indígena mapuche en la medida que el articulo primero
de ese decreto establecía que “las hijuelas resultantes de la división de las
reservas dejaran de considerarse tierras indígenas e indígenas sus dueños y
adjudicatarios”. Este ataque a las comunidades mapuches, en vez de lograr su
objetivo, produjo un efecto inverso, se puso en marcha la reconstitución de un
nuevo movimiento indígena que se enlazó con el movimiento político de lucha
contra la dictadura y restauración de la democracia en el país con la elección de
Patricio Aylwin como presidente. El triunfo del candidato de la concertación y la
instalación de un gobierno democrático comprometido con las principales
reivindicaciones indígenas, rápidamente instalo una Comisión Especial sobre
pueblo indígenas, cuya tarea central era apoyar la elaboración de un proyecto de
ley indígena que respondiera a las principales demandas de estos pueblos. Esto
culminaría con la aprobación de una ley en octubre de 1993.
KARINA MEZA
KATHERINE MUJICA
LAURA ROJO
FELIPE RUBIO
SANTIAGO – CHILE
2011
Conclusión