CONSERVADURISMO
CONSERVADURISMO
CONSERVADURISMO
En el espectro político, por la valoración favorable que los conservadores tienen del
orden jerárquico con frecuencia se considera que están dentro de la derecha
política, sin embargo, dado que los conservadores también tienen una valoración
favorable del orden comunitario y defienden algún grado de colectivismo político
también pueden encontrarse conservadores en la izquierda política. Por la
valoración favorable a la moderación que existe en la tradición conservadora varios
grupos conservadores están organizados dentro del centro político (visto este como
una «política de consensos» entre una «derecha-liberal» y una «izquierda-
socialista»); la equivalencia entre centrismo y conservadurismo es la forma
mayoritaria de conservadurismo en los países de mayoría católica de Europa
continental y América Latina desde el final de la Segunda Guerra Mundial, países
donde los partidos conservadores que estaban tutelados por la Iglesia
católica evolucionaron —por recomendación de la Iglesia— del integrismo hacia
el demo cristianismo entre las décadas de 1930 a 1950.
Sin embargo, cabe mencionar que fue esta misma corriente moderada la que dio
origen, posteriormente, a un conservadurismo fundamentalista, que Radford
Ruether define como emanando del «fundamentalismo propiamente protestante»
(op cit) Esta versión ha encontrado expresión generalmente en
el neoconservadurismo el cual es representada por personajes tales como Leo
Strauss e Irving Kristol, etc. y se caracteriza por no rechazar el liberalismo
económico y a valores nacionalistas y religiosos tradicionales en lo social y político.
La otra gran corriente del conservadurismo apareció en los países que fueron
directamente afectados por los desarrollos políticos y sociales de la Revolución
francesa, «en rechazo a ésta, al liberalismo político y al racionalismo de la
Ilustración, defendiendo las instituciones del Ancien régime y declarándose
enemigo de la secularización de la política y de la sociedad. El conservadurismo o
conservatismo, como también se lo conoce, se sustenta en tres valores: la
autoridad, la lealtad y la tradición. Rinde culto a la espiritualidad y al valor de lo
inconmensurable”. En ese sentido, puede ser descrito como «reaccionario»,
buscando una reafirmación, no solo de formas políticas, sino sociales anteriores,
que se percibían como una restauración de los principios de la autoridad
monárquica absoluta y del (generalmente) catolicismo como fuente única de valores
y estabilidad social: «Los conservadores franceses oscilaban hacia la Iglesia
católica como una fuente de estabilidad y tradición. La Iglesia trajo de regreso a la
vida cotidiana, un sentido de jerarquía y un orden orgánico (Por supuesto que aquí
hay una conexión implícita al romanticismo.)» Pero en las regiones católicas de
Sin embargo, ya para esas fechas se habían comenzado a hacer presentes un tipo
diferente de conservadurismo, uno que buscaba fortalecer los nacientes estados-
naciones -con características que en esa época fueron llamadas “capitalistas”, es
decir, la centralización de los sistemas económicos y políticos bajo el control de
élites en las ciudades capitales de cada país-. Este fenómeno se dio especialmente
en el sur del continente. El origen de estos nacionalismos -el cual se expresó,
influido por concepciones románticas, en el «amor a la tierra» o «amor a la patria»
a diferencia de sentido patriótico burkeano, basado en el amor por los derechos y
libertades comunes o el bismarkiano, de unidad basado sobre una lengua y cultura
común- han sido objeto de mucha discusión. La causa por la que el patriotismo
latinoamericano no se expresó en las tentativas bolivarianas o de otros en el sentido
de una Patria Grande ha sido, hasta el presente, objeto de debate.
En los países en los cuales esa síntesis no se logró —por ejemplo, Colombia— los
conflictos entre liberales y conservadores continuaron durante el siglo XX —donde
alcanzaron su auge en el periodo conocido como La Violencia— e incluso, se ha
sugerido, hacen sentir sus efectos en el presente en ese país. Laureano Gómez —
presidente de Colombia en la década de 1950— es considerado como ejemplar de
este tipo de conservadurismo en ese periodo.
Conservadurismo europeo.
Se puede alegar que a comienzos del siglo XXI las tendencias más reaccionarias
del conservadurismo —representadas por varios movimientos legitimistas o
de ultraderecha o incluso ultramontanas— han dejado de tener influencia política
relevante en la vida política europea excepto en forma indirecta (así, por ejemplo, el
NPD (Partido Nacional Democrático de Alemania) logra alrededor del 9% de la
votación en el estado de Sajonia y el DVU (Unión Popular Alemana),
(aproximadamente el 6% en Brandeburgo)
Las tendencias más moderadas son representadas por una variedad de partidos
que se agrupan a nivel europeo en el Partido Popular Europeo (Demócrata-
Cristianos) y de los Demócratas Europeos. Este sector es el grupo con un mayor
número de escaños (268) en el Parlamento Europeo y es el que aglutina las
corrientes derivadas tanto del conservadurismo europeo continental moderno —
ejemplificadas en los partidos demócrata cristianos— como las influidas por el
conservadurismo anglosajón o burkeano.
Este tipo del conservadurismo nace por la oposición a las variantes conservadoras
que surgieron al fusionarse con otros ideales. Este tipo de conservadores defienden
especialmente la tradición, y la cultura.
Entre sus ideales se pueden destacar la defensa del legado conservador, la defensa
a la religión y de los sistemas de educación tradicionales. El conservadurismo
tradicional a su vez defiende a sus ideólogos y su historia, se oponen a todo tipo de
guerra no necesaria ya que estas son consideradas, métodos que destruyen la
organización y terminan por dañar tanto a la sociedad como a la iglesia y a las
tradiciones familiares que llevan consigo la cultura de una nación.
A su vez este tipo de conservadurismo ve como las ilusiones políticas han sido las
que más han destruido los ideales que planeaban formar culturas, prosperas y
estables. Esto viene por las grandes matanzas tanto comunistas como del
totalitarismo, lo que también incentiva su ideal de oponerse a cualquier genocidio.
Este conservadurismo piensa que la democracia es el mejor sistema para la defensa
del individuo y por lo tanto no se deben luchar por otros sistemas destructores del
orden y de la libertad.
Conservadurismo nacionalista.
Conservadurismo liberal.