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Cómo Hacer Gambas Al Ajillo

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CÓMO HACER GAMBAS AL AJILLO

Llegó el momento de preparar uno de los platos más magníficos y legendarios de la


gastronomía española: las gambas al ajillo.

Hay platillos que a simple vista parecen complicados de elaborar, quizás sea por la
exquisitez de su sabor que intimida o por lo refinado que pudieran parecer sus
ingredientes.

El caso es que asustan a la hora de imaginar con qué rayos de sofisticada preparación
se logra su pronunciado gusto tan característico.

Un buen ejemplo son, precisamente, gambas al ajillo, un plato que parece reservado


solo a la sapiencia de chefs, pero que en realidad es tan pero tan sencillo como hacer
limonada.

Las gambas al ajillo son solo eso: gambas rehogadas en aceite con ajo, tan hermosas en
la ciencia de su sencillez, ya verás.

Con esta receta te vamos a demostrar que los miedos culinarios son, muchas de las
veces, miedos ingenuos infundados sin sentido ni razón.
Lo ideal es usar gambas frescas, que tengas que pelarlas y limpiarlas. Pero muy bien
puedes hacer gambas congeladas al ajillo. Suelen venderlas en bolsas en los
supermercados, ya vienen limpias y peladas. Sirven para cuando estamos apurados.
Pero en serio, frescas es mejor.

¡Ah! y si decides ir a por una bolsa, cuidado con comprar gambas precocidas. Eso sí le
quitaría la magia, sabor y frescura a este plato.

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Gambas al ajillo receta


Aprendamos cómo se hacen las gambas al ajillo. Ya verás que fáciles son de preparar.
 PlatoMariscos
 CocinaEspañola
 KeywordReceta tradicional
 Tiempo de preparación5 minutos
 Tiempo de cocción15 minutos
 Tiempo total20 minutos
 Raciones2
 Calorías480kcal
 AutorAdriana Arias Simonovis

Ingredientes
 450 gramos de gambas peladas.
 5 ajos grandes.
 1 guindilla . opcional
 100 ml de aceite de oliva.
 50 ml de vino blanco.
 Perejil fresco.
 Sal

Elaboración paso a paso


1. Primero lo primero. ¿Qué tipo de gambas tienes? Si son frescas y enteras debes retirar
cabeza, cola y patas, luego pelarlas y después extraerles el hilo negro fino que tienen
en su parte inferior, ¡son los intestinos! Finalmente, lava con brevedad en un poco de
agua. Si en cambio tienes gambas peladas, solo tendrás que lavarlas y listo. Mientras
las dejas reposar en un escurridor, prepara el ajillo.
2. Corta los ajos en láminas no muy finas, ni muy pequeñas. Rehógalas sobre el aceite
bien caliente hasta que comiencen a dorarse ligeramente. Cuidado con, ugh, quemar las
láminas, esto le daría un sabor amargo no deseado a este precioso platillo. Ah, y si te
gusta el picante, opta por rehogar el ajo con una guindilla picada en trozos medianos
también.
3. Cuando veas los primeros indicios de dore en el ajo, tómalo como la señal esperada de
que debes incorporar las gambas. Dóralas con entusiasmo en este aceite. Disfruta tanto
como puedas este momento de aroma embelesante, porque solo deberá durar cinco
minutos. No más. Si cocinas de más, endurecerás la tierna carne de las gambas.
4. Añade una pizca de sal, revuelve, y enseguida derrama el vino sobre tus gambas ya
teñidas en ajillo. Deja cocer a fuego alto un par de minutos más para que se evapore el
alcohol.
5. El toque final se lo das esparciendo un poco de perejil fresco sobre las gambas.
6. Si se te antoja, también puedes agregarles un pellizco de pimienta. Revuelve bien y
pásalas bien calientes, si es posible hirviendo, a una cazuela de barro. Pero, bah, si no
tienes cazuela de barro no pasa nada, lo importante es que las sirvas bien calientes 😉
Cocinar al ajillo es sensacional, y mejor todavía, si de más comida clásica española se
trata, no dejes pasar por alto este listado de 100 platos de comida española que deberías
probar antes de morir .

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