Institutos
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GENEALOGY OF SECULARISATION.
HISTORIOGRAPHICAL REVISION
OF THE “DISENCHANTMENT OF THE WORLD”
a
Profesora de Historia Moderna y Antropología.
Correspondencia: Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Carretera La Coruña km 38,5, Vía
Servicio 15. 28400 (Collado Villalba), Madrid. España.
E-mail: maria.lara@udima.es
Abstract: The study of secularization is one of the main lines within the sociology of
religion. We tend to think that this phenomenon is associated with the contemporary era.
However, this process has an ancient origin, since the birth of philosophy (with the transition
from myth to logos) caused a disenchantment of the world, in weberian language.
The purpose of this article is to examine the concept of secularization and discuss the
progress and setbacks in the process of ‘desconfesionalizacion’ throughout history, with spe-
cial attention to the intellectual trends that, in the 17th and 18th centuries, opened the way to
the freethinking atmosphere.
Keywords: Enlightenment, Laicism, Reformation, Renaissance, Weber.
1. Precisiones conceptuales
1
WEBER, M. Ensayos de sociología contemporánea, Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 1972,
p. 190.
2
El Diccionario de la Real Academia Española ofrece tres acepciones del verbo secularizar, de las
cuales solo la primera se corresponde con el sentido que aquí nos ocupa, concretamente, la que lo define
como “hacer secular lo que era eclesiástico”. Las otras dos están vinculadas con el estamento clerical:
“autorizar a un religioso para que pueda vivir fuera de clausura” y “reducir a un sacerdote católico al
estado laical con dispensa de sus votos por la autoridad competente”. El Diccionario ideológico de la
lengua española: desde la palabra a la idea, de Julio Casares, reproduce los dos primeros significados
mos numerosos matices. Así, el sociólogo Joan Estruch ha afirmado que este
vocablo se ha puesto de moda, de manera que hoy circulan varios usos eru-
ditos (sociológico, jurídico, teológico, etc.), a la vez que se emplea en el len-
guaje corriente. Por ello, siguiendo la aproximación al concepto expuesta por
el filósofo y teólogo Raimon Panikkar, podemos vincular la palabra al verbo
latino sero, con el significado de sembrar, plantar, engendrar, de donde deriva
su sentido de ‘generación’ y, por tanto, de fase o periodo. De esta forma, por
‘secular’ hemos de entender ‘el mundo temporal, o el aspecto temporal de la
realidad’3.
del Estado moderno, con un peso tal que era capaz de provocar la guerra y
romper las relaciones diplomáticas.
De hecho, en la Enciclopedia sécularisation se define como “‘l’action de
rendre séculier un religieux, un bénéfice ou lieu qui étoit régulier…”, Sin
embargo, desde finales del siglo xviii, la secularización se convierte en una
categoría general indisociable del nuevo concepto unitario de tiempo históri-
co. Posteriormente, en el xix, la idea de secularización alcanzaría expresión
en el término Verweltlichung (‘mundanización’)4. En los años sesenta del pa-
sado siglo, Shiner llegó a diferenciar seis usos del término condensados en las
siguientes ideas: decadencia de la religión, aceptación de este mundo como
fuente de motivación, separación entre la religión y la sociedad, transposición
de creencias y actividades anteriormente vinculadas a lo divino a un plano
meramente secular, desencantamiento o desacralización del mundo, y, por
último, paso de una sociedad sagrada a otra secular5.
En definitiva, el término secularización presenta varias acepciones, todas
ellas unificadas por un principio dual: el desequilibrio de fuerzas entre reli-
gión y Estado o entre religión y sociedad. Se emplea el vocablo para hacer
referencia a la pérdida de propiedades de la Iglesia y su paso a manos del
Estado o de la sociedad civil (desamortización), así como para designar la
progresiva independencia del poder político respecto al eclesiástico, puesto
que, con la secularización, el Estado deja de ser confesional, se emancipa de
cualquier tutela religiosa y se convierte en laico. Pero también se refiere a
la autonomía de la sociedad en general en sus múltiples facetas (enseñanza,
sanidad, asistencia social…) frente a las instituciones religiosas, que tradi-
cionalmente habían tenido mucho más peso, y a la pérdida de influencia de
la religión en la cultura (adquiriendo la ciencia, la moral y el arte su papel al
margen de lo religioso).
Por ello, la secularización alude a la decadencia de las prácticas y creen-
cias religiosas que se percibe en las sociedades modernas y que se manifiesta
en un amplio espectro, a nivel interno, en las propias manifestaciones ecle-
siásticas, y externo, en la organización sociopolítica y cultural.
4
MARRAMAO, G. Poder y secularización, Barcelona, Ediciones Península, 1989, pp. 19-30.
5
SHINER, L. “The concept of secularization in empirical research”, Journal for the Scientific Study
of Religion, Indianápolis, 6, 1967, pp. 207-220.
6
PANIKKAR, R. “La religión del futuro”, en FRAIJÓ, Manuel (ed.), Filosofía de la religión.
Estudios y textos, Madrid, Editorial Trotta, 1994.
7
DURKHEIM, É. Las formas elementales de la vida religiosa, Madrid, Akal, 1982, pp. 199-200.
8
PARSONS, T. “El desarrollo teórico de la sociología de la religión”, en PARSONS, Talcott et alii.
Sociología de la religión y moral, Buenos Aires, 1968, pp. 7-33.
9
MARTIN, D. The Religious and the Secular, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1969, p. 9.
10
BAUBÉROT, J. Laïcité, laïcisation, secularisation, en DIERKENS, A. (ed.), Pluralisme religieux
et laïcités dans l’Union européenne, Bruselas, Université de Bruxelles, 1994.
11
Lc 20, 25.
12
ECO, U. y C. M. MARTINI. ¿En qué creen los que no creen?, Barcelona, Círculo de Lectores,
1997, p. 118.
13
Fragmentos B 14 a 16.
14
GINZO FERNÁNDEZ, A. “La Edad Moderna y el problema de la secularización”, La Ciudad de
Dios, 210/2 (mayo-agosto de 1997), p. 500.
15
CASANOVA, J. Religiones públicas en el mundo moderno, Madrid, PPC, 2000, p. 30.
16
El término modernus fue empleado por primera vez por Casiodoro en el siglo vi, en un pasaje en
el que se elogiaba a un personaje como imitador de los antiguos y educador de los modernos, fórmula
en la que estaría basada la cultura europea durante siglos.
17
KÜNG, H. Iglesia católica, Barcelona, Debate, 2005, p. 151.
18
LAGARDE, G. de. La naissance de l’esprit laïque au déclin du Moyen Âge, vol. III, París-
Louvain, Nauwelaerts, 1970, pp. 173-177.
19
JUAN PABLO II. Memoria e identidad. Conversaciones al filo de dos milenios, Madrid, La
Esfera de los Libros, 2005, p. 20.
20
LARA MARTÍNEZ, M. Los preilustrados. Proclamas de secularización en el siglo xvii, Madrid,
Ediciones CEF, 2013, p. 19.
21
Ibíd., p. 48.
22
BONANATE, U. Charles Blount: libertinismo e deismo nel Seicento inglese, Florencia, La
Nuova Italia Editrice (1.ª ed.), 1972, p. 6.
23
ARROYO POMEDA, J. Bayle o la Ilustración anticipada, Madrid, Ediciones Pedagógicas,
1995, p. 8.
24
HAZARD, P. El pensamiento europeo en el siglo xviii, Madrid, Alianza Editorial, 1991.
25
LARA MARTÍNEZ, L. Historia Social y Política Contemporánea, Madrid, Ediciones CEF, (2.ª
ed.), 2017, p. 12.
26
BRYKMAN, G. et alii. “John Toland (1670-1722) et la crise de conscience européenne”, Revue
de synthèse, Francia, 1995, 4e S, n. 2-3.
27
CHAMPION, J. Republican learning: John Toland and the crisis of Christian culture, 1696-
1722, Manchester-Nueva York, Manchester University Press, 2003.
28
ISRAEL, J.I. Enlightenment Contested. Philosophy, Modernity and the Emancipation of Man,
1670-1752, Oxford, Oxford University Press, 2006, p. 21.
29
GINZO FERNÁNDEZ, A. La Ilustración francesa. Entre Voltaire y Rousseau, Madrid, Editorial
Cincel, 1985, p. 59.
Hubo un tiempo en el que toda ciencia era una ciencia acerca de Dios; nuestro
tiempo, por el contrario, tiene como característica el saber de todas y cada
una de las cosas y ciertamente de una cantidad ilimitada de objetos, pero nada
acerca de Dios. Hubo un tiempo en el que [se] tenía interés, en el que se sen-
tía apremio por saber acerca de Dios, por indagar su naturaleza, en el que el
espíritu no tenía ni encontraba reposo, a no ser en esta ocupación en el que se
sentía desdichado al no poder satisfacer esta necesidad y consideraba como in-
ferior todo otro interés de su conocimiento; las luchas espirituales que provoca
en el interior el conocimiento de Dios fueron las más grandes que el espíritu
conoció y experimentó en sí. Nuestro tiempo ha desechado esta necesidad y el
esfuerzo que provoca; hemos dado por concluido este asunto30.
30
HEGEL, G. W. F. El concepto de religión, México-Madrid-Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, 1981, pp. 60-61 (traducción de Arsenio Ginzo).
31
BENEDICTO XVI. Spe salvi. Salvados en la esperanza, Madrid, San Pablo, 2007, pp. 42 y 76.
32
BALTHASAR, U. von. El problema de Dios en el hombre actual, Madrid, Ediciones Guadarrama,
1966, p. 50 (traducción de José María Valverde).
3. Conclusiones
33
LOVEJOY, A. La gran cadena del ser. Historia de una idea, Barcelona, Icaria Editorial, 1983,
p. 408.
34
BENEDICTO XVI. Op. cit., pp. 77-78.
Bibliografía