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El Imperialismo en El Siglo Xix

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EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX: EL

REPARTO DEL MUNDO


Escrito por marimar/ | 25/03/2022 
Historia Contemporanea

El Imperialismo ha sido una constante en la historia de la humanidad, los egipcios,


los griegos, los romanos, todos ellos han conseguido crear grandes imperios y esa
idea no ha abandonado al hombre contemporáneo. Existen dos tipos
fundamentales de imperialismo, el regresivo y el progresista. El
imperialismo regresivo, es la pura conquista y explotación de recursos, mientras
que el Imperialismo Progresista promueve la expansión de la civilización a las
sociedades supuestamente atrasadas para elevar los estándares de vida y la
cultura en los territorios conquistados. Vamos a conocer algo más de esta
apasionante época de El Imperialismo en el Sisglo XIX: El Reparto del Mundo.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | DEFINICIÓN
Es difícil dar una definición de imperialismo simple y acotada, ya que es un
proceso histórico muy complejo, pero podríamos describirlo como el proceso a
través del cual, estados poderosos someten a pueblos más débiles para
satisfacer ciertos intereses. Dentro de esta acepción podríamos identificar
distintos procesos similares en momentos muy diferentes de la historia, pero aquí
nos abocaremos al llamado Imperialismo Moderno del siglo XIX.

Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra


Mundial) se da lo que algunos historiadores han llamado la “Era del
Imperialismo”. Este período está caracterizado por una intensa expansión
colonial en la que los países más poderosos salen a dominar territorialmente
enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales.
El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de
recursos para las potencias colonizadoras, sino además, dominio político,
ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las cuales
perdieron totalmente su soberanía. Hoy en día existe la tendencia a definir el
periodo imperialista como una forma de expansión económica que
prácticamente se había convertido en una necesidad, sobre todo en el último tercio
del siglo XIX, un proceso de expansión al que se denominó Imperialismo
Librecambista.
Tertulia en Santiago 1840. La Burguesía de las Colonias

La burguesía representada por empresas, banqueros e inversionistas esperaba de


este movimiento grandes utilidades. Durante este periodo, muchos países
europeos, especialmente Gran Bretaña, se extendieron, primero de forma no oficial
y más tarde anexaron territorios y formando colonias en África, Asia y el Pacífico.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | CAUSAS
Los factores que facilitaron la expansión imperialista, fueron:
 ECONOMICOS: Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para
su producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las
potencias imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma
exclusiva con su metrópoli.
 DEMOGRÁFICOS: El acelerado aumento de población europea a fines del siglo
XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una
búsqueda de fuentes de trabajo y mayores oportunidades
 POLITICOS: El dominio de grandes territorios, de vías de circulación y de zonas
consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las
potencias, en una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa
 IDELOGICAS: Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una
misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y
bárbaras.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | CAUSAS
ECONÓMICAS
La caída de precios provocado por la crisis de 1873, grabándolos
con impuestos y los aranceles que prácticamente impedían la entrada de
productos extranjeros, obligó a tener que buscar mercados nuevos, lejos de su
control.
Los Países Bajos, Inglaterra o Francia, necesitaban invertir en países fuera de
Europa para poder mover el exceso de dinero, encontrando formas como
préstamos o bien invirtiendo en transportes como el ferrocarril, puertos o vías de
comunicación.

Banco de Inglaterra

La nueva industria floreciente de Europa, consecuencia de la Segunda


Revolución Industrial, demandaba materias primas que ahora comenzaban a
escasear en la vieja Europa. Materias primas como el oro, caucho, el cobre y por
supuestos el petróleo.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX |
CAUSAS DEMOGRÁFICAS
Con una industria floreciente y con la expansión económica que como hemos
visto, respondían a distintos motivos, Europa sufrió una gran transformación en
especial a finales del siglo XIX y principios del XX, el aumento demográfico.
En pocas décadas, la población europea llegó a duplicarse, algo que en
principio era una buena noticia, pronto se convirtió en un problema. Los recursos
comenzaron a escasear y a ser insuficientes para abastecer a tanta
población. La solución fue la migración, cambiar el lugar de residencia en busca
de una vida mejor o al menos, unas condiciones mejores.
Aparato de Ricard. Aparato de anestesia para administración de cloroformo.

Los avances médicos, nuevas tecnologías, nuevos medicamentos gracias al


descubrimiento de nuevas especies de árboles y plantas, con propiedades
curativas. La investigación en cuerpos ya fallecidos, facilitó el conocimiento
humano en medicina.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | CAUSAS POLÍTICAS
Las razones geoestratégicas eran resultado de la competencia por el dominio de
rutas navales, escalas necesarias para el repostaje de carbón de los buques a
vapor, y de espacios continentales clave, como la denominada área pivote del Asia
Central o el imperio continuo en África (la continuidad territorial entre las bases
navales en mares opuestos).
La llegada de los barcos a vapor suponen una gran avance y una gran revolución
ya que ahora son capaces de abarcar mayores distancias y con una velocidad
constante. Sólo hay un pequeño problema, la necesidad de disponer de distintos
puntos para el abastecimiento de carbón, estos puertos costeros deberían estar
repartidos por todo el mundo para poder llegar de un mar a otro.
Cuando estos puntos de abastecimiento caían en manos del estado, comenzaban
los problemas porque quien tenía el dominio político también disponía de la
propiedad de los productos, por lo tanto en control económico. Los puntos
estratégicos.
Conferencia de Berlín 1884. Se estableció el derecho a la ocupación del interior
de un territorio por parte de la potencia que ocupara las costas, la libre navegación
de los ríos africanos y la prohibición del comercio de esclavos
Pero también fue a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando Europa vivió
uno de los pocos periodos de Paz, fue la época del auge económico, la Belle
Époque, donde la economía fluía, con una expansión demográfica que
comenzaba a llenar los barcos en busca de tierras al otro lado del
océano, provocó una expansión a todos los niveles en Europa tanto a nivel
económico, empresarial o colonial.
Regulares en el Monte Gurugu, Melilla

EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX |


CAUSAS IDEOLÓGICAS
Existía un fuerte interés por el descubrimiento y el estudio de nuevas
especies de animales y plantas, conocer nuevos territorios y realizar
investigaciones de todo tipo. Esto hace que muchos científicos deseen progresar,
lanzándose a la aventura consiguiendo a cambio grandes avances en campos
como la biología y la botánica.
Tras conocer las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies por
selección natural, sostenían que, al igual que las distintas especies o razas, las
sociedades más avanzadas tenían derecho a imponerse y a seguir creciendo
aunque fuera a costa de las más inferiores o retrasadas.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | LOS DISTINTOS
IMPERIOS
El imperio Británico fue el más poderoso y extendido del mundo, llegando a
abarcar en las primeras décadas delsiglo XX una cuarta parte de la población
mundial y una quinta parte de los territorios del planeta.
Francia, Alemania, Italia y Rusia se lanzaron también a la conquista
de colonias. Pero no sólo las potencias europeas intervinieron en el Imperialismo
colonizador de fines del siglo XIX, Estados Unidos y Japón también se lanzaron
en la búsqueda de nuevas conquistas.
Ahora que conocemos las causas y los protagonistas de este proceso, pasemos a
ver brevemente cómo se dio su evolución histórica. En primer lugar cabe aclarar
que ya desde siglos anteriores existían dominios coloniales en Asia, África y
Oceanía. Durante la década de 1870, se dieron una serie de anexiones a cargo de
diferentes países, pero el proceso se dio en forma bastante espontánea.
Sin embargo, ya para la década de 1880, la disputa de determinados territorios y
la rivalidad entre las potencias que buscaban superar en poderío a sus
contrincantes llevaron el afán colonizador hasta el conflicto bélico. En 1880-1,
estalló la guerra entre los ingleses y los bóers (antiguos colonos de origen
holandés), en lo que hoy es Sudáfrica.
Esta coyuntura llevó a que los estados imperialistas firmaran acuerdos entre sí
para establecer ciertas “reglas” en la apropiación deterritorios coloniales.
Los conflictos continuaron latentes a través de los siguientes años, hasta aflorar
nuevamente con toda su crudeza en las vísperas de la Primera Guerra Mundial.
En los años siguientes de la “Era del imperialismo” el proceso de colonización se
acentuó y se aceleró. En menos de una generación se produjo el llamado
“reparto de África”, se dominó las poblaciones de Asia central y meridional, y
se produjo la colonización de las tribus aborígenes de Oceanía. A pesar de los
múltiples movimientos de resistencia de las comunidades locales, el poderío bélico
y económico de las potencias logró sofocarlos. A continuación encontraréis dos
videos en los que veréis exactamente qué áreas quedaron bajo la influencia de
que potencias.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX
| CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO
El Imperialismo tuvo numerosas consecuencias, por un lado para los países
capitalistas y colonizadores, pero sobre todo para los territorios colonizados.
CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS
La nueva medicina estaba consiguiendo que la población pudiese adquirir edades
muy avanzadas, con una alta tasa de natalidad y una muy baja mortalidad,
provocó un aumento de población difícil de sostener. El gran desequilibrio
entre los recursos y la población, obligó a muchos Europeos a buscar nuevos
territorios donde iniciar una nueva y mejor vida, en la mayoría de las ocasiones,
fuera de Europa.
Poblaciones autóctonas, desconocedoras de las enfermedades europeas,
pronto contrajeron enfermedades como la viruela o gripe,
totalmente desconocidas en el continente americano y que provocaron una
drástica reducción de la población indígena, poco o nada resistentes a ellas.
Con motivo de la reducción de la población autóctona, los países
colonizadores introdujeron población indígena procedente de otras colonias
como ocurrió con las colonias africanas, llevando esclavos y población
procedente del continente africano al americano.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
Con la explotación de los nuevos territorios y el establecimiento de ciudades,
comercios y empresas, hizo necesario la inversión en infraestructuras. Las
materias primas fundamentales para el buen funcionamiento de la industria hacia
necesario el establecimiento de líneas de ferrocarriles, puertos, vías, puentes, etc.
Ahora eran las colonias las que se encargaban de alimentar a las
metrópolis, que como hemos visto, sufrían el desabastecimiento tanto de
productos agrícolas como de materias primas, tan necesarias para los productos
manufacturados que después se vendían a las colonias.
La agricultura también experimenta un gran cambio, con la llegada de
las maquinaria agrícola, la producción se multiplicó. Ahora la agricultura
tradicional y autosuficiente pasa a ser sustituida por las grandes explotaciones,
donde prima el monocultivo, transformando de esta manera la economía
tradicional de la zona.
CONSECUENCIAS SOCIALES
La sociedad también se transformó, la nueva industria y la expansión
económica gracias a las colonias, provocan la aparición de una nueva clase social
en la metrópolis, la Burguesía. La burguesía estaba formada principalmente por
altos cargos funcionariales, comerciantes, antiguos dirigentes, miembros
destacados del ejército, etc.
En las colonias, la nueva clase burguesa siempre tenían que ver con la
administración de las colonias, como altos funcionarios, militares y comerciantes
o empresarios que estaban haciendo grandes negocios con las explotaciones
coloniales.
Nuevas mansiones afloran por las nuevas colonias. Los Burgueses nueva clase
social dirigente

CONSECUENCIAS POLÍTICAS
Las consecuencias políticas no se sufrieron de la misma manera en todos los
territorios, estas vinieron en función de la relación que la metrópolis mantenía con
sus territorios y el grado de dependencia de los que estos podrían disfrutar.

En muchos casos esta dependencia vino marcada por conflictos de distintas


índoles, siendo lo más habitual la poca consideración que la metrópolis tenía tanto
a las tradiciones ancestrales como antiguos rituales autóctonos. Este descontento
sobre todo en las clases medias nativas que ahora occidentalizadas comenzaban
a formar el germen del anti-imperialismo.

CONSECUENCIAS CULTURALES
Las poblaciones indígenas pronto comenzaron a sufrir las consecuencias
imperialistas con la pérdida de sus propia identidad cultural. En la mayoría de los
casos se les impuso una serie de pautas de buena conducta y educación. Se
les obligó a expresarse en la lengua colonizadora, como era el inglés, francés y
español.
El despojarles de sus señas de identidad provocó en mucho de los casos el
abandono de sus tradiciones tanto religiosas como gastronómicas, medicinales,
etc. La imposición del cristianismo como religión única ya sea en su variante
católica, protestante, etc, provocó que mucha tribus africanas olvidaran su esencia
cultural o fusionaran sus creencias con las nuevas doctrinas.

Los ritos ancestrales, fueron sustituidos por las religiones Oficiales

CONSECUENCIAS ECOLÓGICA
Con el descubrimiento de nuevas especies tanto vegetales como animales,
cientos de estudiosos y curiosos rápidamente pusieron sus ojos en estas
zonas, provocando la destrucción de muchos de estos ecosistemas recién
descubiertos.
La colonización de nuevos territorios provocaron grandes cambios
ecológicos, hasta el punto de que muchas especies, como el bisonte, llegaran al
punto casi de desaparecer. Por otro lado, la introducción de especies
desconocidas en los nuevos territorios, provocaron verdaderas plagas como
ocurrió en Australia cuando se introdujo el conejo, un animal desconocido y sin
depredadores en el nuevo continente y con un alto índice de natalidad que provocó
un verdadero problema, una plaga.
Las grandes masas forestales comenzaron a talarse, la madera y la
sobreexplotación de ésta sumado a la introducción de los grandes monocultivos,
provocaron la desaparición de grandes masas forestales o la contaminación de
ríos y acuíferos, por la extracción de metales preciosos como puede ser el oro.

La superioridad económica, armamentística y de infraestructuras de las potencias


colonizadoras obligó literalmente a estos pueblos a convertirse en meros
instrumentos para el enriquecimiento de los imperios. Muchas de estas
consecuencias, por no decir todas, se siguen dejando ver, por ejemplo, en el África
negra, un territorio que ha perdido su identidad desde la época del imperialismo y
cuyos países llevan años sumidos en irracionales guerras civiles.

Una de las consecuencias más evidentes tiene que ver con el ámbito geográfico, y
es la reordenación de numerosos terrenos y la aparición de grandes
imperios, en especial el Imperio Británico. Estos imperios dominaban grandes
zonas de terreno con fronteras difusas, y habitualmente obligaban a los pueblos
que allí vivían a unirse o separarse en contra de su voluntad. Esto creó tensiones
contra los imperios y entre los propios pueblos, algunas de las cuales persisten
hasta hoy en día. También se produjeron numerosos cambios sociales.
Muchas poblaciones indígenas fueron apartadas de sus territorios, otros optaron
por el éxodo rural para trabajar como obreros, construyendo infraestructuras o en
plantaciones agrícolas. Muchos sufrieron la llamada marginalidad
urbana. 

Por otro lado, los pueblos colonizados tuvieron que dejar atrás su cultura, su
lengua o sus tradicionales religiosas para acatar las normas, leyes y creencias
de los pueblos imperialistas. Principalmente se impuso la religión cristiana y las
lenguas francesa e inglesa, provocando en los pueblos colonizados una pérdida de
sus valores y señas culturales ancestrales.
Las colonias también fueron territorio habitual de combate entre las potencias
colonizadoras. Estos terrenos, alejados de la “madre patria” eran un buen lugar
medir fuerza en batalla sin causar pérdidas en la propia nación. Por ello, muchas
de estas naciones colonizadas no vivieron en tranquilidad con la llegada de los
colonizadores, sino que en muchos casos también fueron obligadas a combatir
contra el enemigo del imperio.
Los nuevos cultivos

Una de las principales razones que tenían los colonizadores para establecerse en
los nuevos territorios era aprovechar su potencia económica y de infraestructuras
para sacar todo el beneficios posible de los recursos naturales que poseían
dichas colonias. En este sentido, también se cambiaron los métodos tradicionales
de producción en pos de otros sistemas más europeos y mecanizados.
El sistema de agricultura de subsistencia ancestral dejó paso a nuevos métodos
cuyo objetivo principal era lograr el mayor volumen de exportaciones posible. En
definitiva, las colonias se convirtieron en un buen sitio donde adoctrinar a las
gentes, saquear los recursos, abastecer a la metrópoli y dirimir batallas contra los
enemigos. Esto provocó el aumento de las tensiones con los pueblos y entre
imperios que terminarían por desembocar en la 1ª Guerra Mundial.

EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | JUSTIFICACIÓN


IDEOLÓGICAS
Los estados imperialistas, especialmente Gran Bretaña y Estados Unidos,
justificaron sus actuaciones en los países que colonizaban no solo
argumentando causas políticas y económicas, sino también razones
supuestamente racionales. Ciertamente, los países imperialistas pusieron en
marcha una compleja maquinaria propagandística e ideológica cuyo objetivo era
presentar y convencer a toda su población de que sus motivos para realizar tales
acciones estaban justificados desde un punto de vista moral.

El comercio de productos procedentes de las colonias

La más importante de estas justificaciones se basó en la que se ha venido llamado


la teoría del darwinismo social. Esta teoría, derivada de los estudios sobre la
evolución de las especies de Charles Darwin, que indicaba que el proceso
evolutivo no solo se aplicaba a los animales, sino también a la especie humana y a
las instituciones gubernamentales.
Así, las instituciones más avanzadas y más fuertes eran naturalmente más aptas
para la supervivencia y tenían el derecho de extenderse sobre las demás para
«civilizarlas» e implementar en otros lugares menos desarrollados su forma de vida
superior. Según esta línea de pensamiento, los pueblos dominados eran
inferiores, por lo que no solo era el derecho de los países más poderosos sino
incluso su deber moral ayudarles a mejorar a través de su dominio y de la
extensión de su vasto conocimiento.

Con el tiempo, esta visión llegó a radicalizarse enormemente y en algunos


sectores políticos se estableció la creencia de la «supervivencia del más apto«,
es decir, que para continuar evolucionando se tenía que exterminar a aquellos
individuos que fueran más débiles, que no fueran considerados válidos para la
sociedad o que, directamente, fueran tenidos como inferiores, pues lastraban la
mejora de la sociedad. Este tipo de creencias se extendió mucho y se encuentra
en la base de actuaciones tales como el exterminio sistemático de indígenas, la
aplicación de teorías relacionadas con la eugenesia y de diversas políticas de
mejora de la raza aria impuestas por el gobierno nazi, por citar solo algunos
ejemplos.

Burton, primer hombre blanco en Somalia

Asimismo, muy relacionada con esta teoría se encuentra otra idea que se hizo muy
popular durante la época imperialista y que defendía que había una gradación o
una escala evolutiva también en las razas humanas que indicaba que el hombre
blanco era la especie más evolucionada del planeta. A partir de él y en una
escala descendente, el resto de las razas eran consideradas más primitivas, lo que
le daba a los pertenecientes a esa cúspide evolutiva una ventaja natural sobre los
demás. Esas personas que se encontraban por debajo de ellos según esta
ideología eran consideradas menos inteligentes, menos desarrolladas y menos
capaces en todos los ámbitos, llegándose en muchos casos a considerar al resto
tan inferiores que se presentaba la necesidad de que fueran custodiados y
titulados por quienes se consideraban sus superiores en todos los sentidos.
La esclavitud

Esta forma de pensar daba al imperialismo un claro revestimiento moral: las


acciones que se llevaban a cabo en diferentes territorios de África, Asia y Oceanía
no estarían realizando acciones hostiles contra territorios que eran iguales que
ellos, sino que estaban ejerciendo la obligación que tenían de tutelar y llevar a la
civilización a aquellos pueblos que prácticamente se consideraban salvajes. Su
superioridad, por lo tanto, les daba todo el derecho que necesitaban para llevar a
cabo las actividades relacionadas con la dominación y explotación de diversos
territorios de otros continentes.
Vídeo El imperialismo en el Siglo XIX:
También te puede interesar:
 El Imperio Británico en África, la anexión de Colonia del Cabo .
 Guerra de los Boers, imperialismo britanico en Africa
Bibliografía:

 La expansión imperialista en el siglo XIX de José Fernando Pertierra de


Rojas ISBN: 9788476001998

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