El Imperialismo en El Siglo Xix
El Imperialismo en El Siglo Xix
El Imperialismo en El Siglo Xix
Banco de Inglaterra
CONSECUENCIAS POLÍTICAS
Las consecuencias políticas no se sufrieron de la misma manera en todos los
territorios, estas vinieron en función de la relación que la metrópolis mantenía con
sus territorios y el grado de dependencia de los que estos podrían disfrutar.
CONSECUENCIAS CULTURALES
Las poblaciones indígenas pronto comenzaron a sufrir las consecuencias
imperialistas con la pérdida de sus propia identidad cultural. En la mayoría de los
casos se les impuso una serie de pautas de buena conducta y educación. Se
les obligó a expresarse en la lengua colonizadora, como era el inglés, francés y
español.
El despojarles de sus señas de identidad provocó en mucho de los casos el
abandono de sus tradiciones tanto religiosas como gastronómicas, medicinales,
etc. La imposición del cristianismo como religión única ya sea en su variante
católica, protestante, etc, provocó que mucha tribus africanas olvidaran su esencia
cultural o fusionaran sus creencias con las nuevas doctrinas.
CONSECUENCIAS ECOLÓGICA
Con el descubrimiento de nuevas especies tanto vegetales como animales,
cientos de estudiosos y curiosos rápidamente pusieron sus ojos en estas
zonas, provocando la destrucción de muchos de estos ecosistemas recién
descubiertos.
La colonización de nuevos territorios provocaron grandes cambios
ecológicos, hasta el punto de que muchas especies, como el bisonte, llegaran al
punto casi de desaparecer. Por otro lado, la introducción de especies
desconocidas en los nuevos territorios, provocaron verdaderas plagas como
ocurrió en Australia cuando se introdujo el conejo, un animal desconocido y sin
depredadores en el nuevo continente y con un alto índice de natalidad que provocó
un verdadero problema, una plaga.
Las grandes masas forestales comenzaron a talarse, la madera y la
sobreexplotación de ésta sumado a la introducción de los grandes monocultivos,
provocaron la desaparición de grandes masas forestales o la contaminación de
ríos y acuíferos, por la extracción de metales preciosos como puede ser el oro.
Una de las consecuencias más evidentes tiene que ver con el ámbito geográfico, y
es la reordenación de numerosos terrenos y la aparición de grandes
imperios, en especial el Imperio Británico. Estos imperios dominaban grandes
zonas de terreno con fronteras difusas, y habitualmente obligaban a los pueblos
que allí vivían a unirse o separarse en contra de su voluntad. Esto creó tensiones
contra los imperios y entre los propios pueblos, algunas de las cuales persisten
hasta hoy en día. También se produjeron numerosos cambios sociales.
Muchas poblaciones indígenas fueron apartadas de sus territorios, otros optaron
por el éxodo rural para trabajar como obreros, construyendo infraestructuras o en
plantaciones agrícolas. Muchos sufrieron la llamada marginalidad
urbana.
Por otro lado, los pueblos colonizados tuvieron que dejar atrás su cultura, su
lengua o sus tradicionales religiosas para acatar las normas, leyes y creencias
de los pueblos imperialistas. Principalmente se impuso la religión cristiana y las
lenguas francesa e inglesa, provocando en los pueblos colonizados una pérdida de
sus valores y señas culturales ancestrales.
Las colonias también fueron territorio habitual de combate entre las potencias
colonizadoras. Estos terrenos, alejados de la “madre patria” eran un buen lugar
medir fuerza en batalla sin causar pérdidas en la propia nación. Por ello, muchas
de estas naciones colonizadas no vivieron en tranquilidad con la llegada de los
colonizadores, sino que en muchos casos también fueron obligadas a combatir
contra el enemigo del imperio.
Los nuevos cultivos
Una de las principales razones que tenían los colonizadores para establecerse en
los nuevos territorios era aprovechar su potencia económica y de infraestructuras
para sacar todo el beneficios posible de los recursos naturales que poseían
dichas colonias. En este sentido, también se cambiaron los métodos tradicionales
de producción en pos de otros sistemas más europeos y mecanizados.
El sistema de agricultura de subsistencia ancestral dejó paso a nuevos métodos
cuyo objetivo principal era lograr el mayor volumen de exportaciones posible. En
definitiva, las colonias se convirtieron en un buen sitio donde adoctrinar a las
gentes, saquear los recursos, abastecer a la metrópoli y dirimir batallas contra los
enemigos. Esto provocó el aumento de las tensiones con los pueblos y entre
imperios que terminarían por desembocar en la 1ª Guerra Mundial.
Asimismo, muy relacionada con esta teoría se encuentra otra idea que se hizo muy
popular durante la época imperialista y que defendía que había una gradación o
una escala evolutiva también en las razas humanas que indicaba que el hombre
blanco era la especie más evolucionada del planeta. A partir de él y en una
escala descendente, el resto de las razas eran consideradas más primitivas, lo que
le daba a los pertenecientes a esa cúspide evolutiva una ventaja natural sobre los
demás. Esas personas que se encontraban por debajo de ellos según esta
ideología eran consideradas menos inteligentes, menos desarrolladas y menos
capaces en todos los ámbitos, llegándose en muchos casos a considerar al resto
tan inferiores que se presentaba la necesidad de que fueran custodiados y
titulados por quienes se consideraban sus superiores en todos los sentidos.
La esclavitud