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Aumentanos La Fe

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CUIDANDO NUESTRA FE

Lucas 17:5-6 5 (RVR 1960)


5
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. 6 entonces el Señor dijo: Si
tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro:
Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

Los discípulos le pedían a Jesús que aumentará su fe, como si esto se pudiera
hacer instantáneamente, pero el Señor les respondió explicándoles la promesa
para el que tiene fe.

Jesús sana a un muchacho endemoniado (Epilepsia):


Marcos 9:14-27 (Reina Valera Contemporánea)
14
Cuando llegaron adonde estaban los otros discípulos, los encontraron rodeados de una
gran multitud. Algunos escribas discutían con ellos.
15
En cuanto la gente vio a Jesús, se quedó asombrada y corrió a saludarlo.
16
Jesús les preguntó: «¿Qué es lo que discuten con ellos?»
17
De entre la multitud, uno le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo. Tiene un
espíritu que lo ha dejado mudo.
18
Cada vez que se posesiona de él, lo sacude; entonces mi hijo echa espuma por la boca,
rechina los dientes, y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que expulsaran a ese
espíritu, pero no pudieron.»
19
Jesús dijo: «¡Ay, gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta
cuándo tendré que soportarlos? ¡Tráiganme al muchacho!»
20
Cuando se lo llevaron, tan pronto como el espíritu vio a Jesús, sacudió al muchacho con
violencia, y éste cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca.
21
Jesús le preguntó al padre: «¿Desde cuándo le sucede esto?» Y el padre respondió:
«Desde que era niño.
22
Muchas veces lo arroja al fuego, o al agua, con la intención de matarlo. Si puedes hacer
algo, ¡ten compasión de nosotros y ayúdanos!»
23
Jesús le dijo: «¿Cómo que “si puedes”? Para quien cree, todo es posible.»
24
Al instante, el padre del muchacho exclamó: «¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!»
25
Cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu impuro y le dijo:
«Espíritu sordo y mudo, ¡yo te ordeno que salgas de este muchacho, y que nunca vuelvas
a entrar en él!» 26 El espíritu salió gritando y sacudiendo con violencia al muchacho, el cual
se quedó como muerto. En efecto, muchos decían: «Está muerto.» 27 Pero Jesús lo tomó
de la mano, lo enderezó, y el muchacho se puso de pie.

La pregunta no debería ser:


¿Dios puedes hacerlo?
La pregunta sería:
¿Creo que Dios puede hacerlo?
¿Tengo la suficiente fe para creer que Dios lo hará?

El escudo de la fe
Efesios 6:10-16
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su
fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes,
ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y
calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno.

El escudo de la fe es su vía de escape de los fieros dardos del adversario. Cuando


su fe va por delante y lo cubre todo, apaga toda tentación y toda flecha incendiaria
que el enemigo arroja contra usted.
El escudo protector del soldado romano: estaba hecho de cuero, de modo que si
no se cuidaba debidamente se endurecía y se volvía rígido y quebradizo. Si no se
mantenía correctamente, con el tiempo, el cuero se endurecía hasta que, sometido
a presión, se desquebrajaba y se partía. La posible consecuencia para el soldado
por no cuidar su escudo debidamente era la muerta en el campo de batalla. Si el
soldado romano deseaba larga vida le era imprescindible cuidar su coraza y untar
con acerté el escudo cada día de su carrera militar.
Esas flechas malignas le acarrean tristeza, dolor, sufrimiento o aflicción mental.
Puede que asaltaran su estado anímico, que hicieran blanco en su mente y sus
emociones.
Si hace todas estas cosas, y se fortalece para andar en fe, puede estar seguro de
esto: Los dardos fieros del enemigo no le afectarán mental, emocional ni
físicamente.

Cómo podemos cuidar nuestra fe:


1. Ser llenos del Espíritu Santo (Aceite):

Efesios 5:18
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos
del Espíritu”.

Juan 7:37-38
37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz,
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como
dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

2. Leer y meditar en la palabra de Dios (Agua):


Josué 1:8
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Romanos 10:17 RVR 1960


17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17 (Dios Habla Hoy)
17
Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la palabra de
Cristo.

Para confiar y creer en Dios, primero debemos de conocer la Palabra de Dios;


sus promesas, sus mandamientos, leyes, estatutos, advertencias, guía, etc.
Cuando la Biblia menciona el oír se refiere al entender, comprender el mensaje
y la aplicación de lo que Dios nos dice, Jesús dice varias veces en los
evangelios y el Apocalipsis: el que tiene oídos para oír, oiga.

La fe:
Hebreos 11:1
 RVR 1960: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve.
 Nueva Biblia Al Día: Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la
certeza de lo que no se ve.
 RVR 1977: Ahora bien, la fe es la firme seguridad de las realidades que se
esperan, la prueba convincente de lo que no se ve.
 Traducción Lenguaje Actual: Confiar en Dios es estar totalmente seguro
de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo
existe, aun cuando no se pueda ver.

Todos tenemos una medida de fe:


Romanos 12:3
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Hebreos 12:2 RVR 1960


2
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:2 (Dios Habla Hoy)
2
Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la
perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa
muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se
sentó a la derecha del trono de Dios.

La Biblia muestra la importancia de la fe para los creyentes

1. Por ella vivimos. Habacuc 2:4

2. Por medio de ella recibimos al Señor y andamos en Él. Colosenses 2:6

3. Sin la fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6

4. Por medio de ella somos justificados (declarados justos) delante de

Dios. Romanos 5:1

5. Es nuestro escudo contra Satanás. Efesios 6:16, 1ª Pedro 5:9

6. Por la fe conocemos la gracia de Dios y somos salvos. Efesios 2:8

7. Por fe servimos a Dios y hacemos buenas obras. Santiago 2:17, Efesios

2:10

8. Por la fe alcanzamos las promesas de Dios. Santiago 1:5-6,

Hebreos 11:33

9. Por la fe vencemos al mundo. 1 Juan 5:4

10. Una fe auténtica nos ayuda a distinguir a los falsos hermanos. 1 Timoteo

4:1

11. Sobre ella somos edificados. Judas 20

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